(El Rav Laitman nos abre una ventana hacia los

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Las Melodías de los Mundos Superiores
Parte II
El Rav Laitman nos abre una ventana hacia los misterios de la música
cabalística
Estudiamos el canto que atrae bendiciones de arriba abajo, hasta que se
extiendan en todos los mundos. Dijo Rabí Elazar: “Cantará Israel un canto de lo
bajo a lo alto y de lo alto a lo bajo y unirá en vínculo de fe, porque está escrito:
“Y entonces cantará Israel este canto”. Entonces canta, no recites, y cantarás por
futuro… Porque el canto está en Maljut que recita hasta lo alto, hasta Zeir
Anpin, cuando elevamos Maljut a Zeir Anpin.
Del Libro del Zohar, capítulo VaYelej, 15.
El vencedor de las rosas
El vencedor de las rosas. La rosa es Maljut, en la que están todas las vasijas,
todos los deseos, toda la vida de la persona. “Una rosa entre espinos” significa que
para llegar a esos deseos y usarlos en su naturaleza, para ser como el Creador, la
persona lo tiene que hacer entre espinos, por medio de muchos discernimientos,
molestias, aclaraciones, por eso se llama “el vencedor“.
¿Qué alcanza el vencedor sobre los hijos de Kóraj? Cuando triunfa, llega
entonces a la canción del amor. Ya que sólo desde Maljut, desde el punto más
interno del corazón, comienza a sentir al Creador, la unión, el amor verdadero. A
esto llega al final del camino. Y antes de esto está la revelación del odio, miedo,
confusión, falta de seguridad, dependencia, todos los reproches que uno se pueda
imaginar. Con todo eso se dirige al Creador y lo culpa, hasta que se le abre y recibe
la imagen completa y lo alaba, se une, se adhiere con Él, lo ama.
¿Qué le dice entonces al Creador? Alcanzó mi corazón la bondad. Hay sólo
una bondad en el mundo y es la adhesión con el Creador en otorgamiento y en
amor. El hombre está hecho en su esencia de la forma contraria, como un egoísta
que piensa sólo en sí mismo y quiere aprovecharse del mundo y de la fuerza
divina para su propio beneficio.
Durante su trabajo, en su acercamiento, en su anhelo por llegar a algo, el
hombre descubre hasta que punto él es contrario al otorgamiento, se le revelan
todas las fuerzas del mal y todas las cáscaras. Y cuando el hombre las vence, llega
entonces a lo que se llama “bondad”. “Alcanzó mi corazón la bondad”. ¿En qué
sentido? El hombre dice: “Mis acciones son para el Rey”, es decir, todo lo que hay
en mí está dirigido ahora hacia el Rey. Y entonces ya no se alaba a sí mismo sino
que al Creador porque descubre que, al adquirir Sus atributos y entenderlos, se
eleva al mismo nivel.
“Eres lo más bello entre los hombres”. Se convierte en héroe, y toda la
Creación ahora está bajo él y la sostiene para trabajar en la misma forma de
otorgamiento con que el Creador se dirige a él.
Una canción que puede cantar sólo quien verdaderamente llegó al final del
camino.
Mi maestro, Rabash, a veces la cantaba solo, en Tiberias. Yo estaba en la
habitación al lado, y lo escuchaba en las largas tardes de invierno. Con esta
canción, él llegaba a un estado especial. Me daba cuenta hasta qué punto se
quedaba dentro de sí , hasta qué punto se desconectaba de toda la realidad, y junto
con el canto fluía en esos mismos niveles, fuerzas y estados de los que habla esta
canción, sobre el estado de unión con el Creador.
El canto es el secreto de atracción de Mójin en la iluminación de Jojmá
cuya raíz está sólo en la línea izquierda, línea femenina, llamada “noche”. “Los
que cantan durante la noche son los que lo hacen por todos los que cantan”. Está
escrito: “Y te levantarás aún de noche” porque la revelación de Mójin en la
iluminación de Jojmá se llama despertar y este despertar se da sólo en la noche.
Comentario HaSulam al Libro del Zohar, Shemot, 103.
Acercaos a mí
Acercaos a mí es en cierto modo la petición del lado del Creador que
despierta a la persona a acercarse. Este despertar llega a la persona de varias
maneras. A veces, se descubre de forma directa, cuando la persona siente el
despertar. A veces al contrario, cuando siente hasta que punto rechaza la meta. A
veces, es una sensación buena, agradable, como un despertar en la mañana, o al
contrario, como un descenso, una caída a un estado confuso, hasta la desesperación
pero es también es un despertar. Lo más importante es que la persona siente que se
encuentra en movimiento o entiende que no está en relación con Dios, con la
divinidad, la espiritualidad pero siente algún tipo de relación.
En la Torá está escrito que el Faraón fue el que acercó a los hijos de Israel al
Creador, pues hay situaciones en que la inclinación al mal hace avanzar a la
persona más que la inclinación al bien. El Creador, que quiere siempre este
acercamiento de parte de la persona, lo va despertando según lo que está
preparado. La persona debe escuchar en cada momento: “Acercaos a mí“, no
importa la circunstancia en que esté.
Estudiamos que los que cantan durante la noche son los que se elevan por
sobre el resto de los cantores. Cuando comienza la vida, es decir cuando los
inferiores cantan, los superiores añaden de esta forma la fuerza para saber,
reconocer y alcanzar lo que no lograron.
Los cielos y la tierra, que son Zeir Anpin y Nukva, también aumentan la
fuerza por medio de este canto.
Comentario HaSulam al Libro del Zohar, Shemot, 104.
Ten piedad por sus acciones
La persona pida perdón y piedad. Aquí, como en todo nuestro trabajo
espiritual, hay dos estados contrarios. Para los que están en el grado del ángel, al
final de la corrección, hay una sola fuerza: “No hay nadie más a parte de Él”. Y
para los que están en este mundo, en la falta de conciencia, hay también una sola
fuerza: “¿Quién me ayudará si no yo mismo?”.
Y los que están en el camino desde este mundo al mundo de Ein Sof,
siempre se les revela en cada uno de los estados estas dos fuerzas: la fuerza del
Creador y la fuerza del creado que actúan juntas. Por un lado, todo lo ordena el
Creador, y por otro lado, ¿algo depende del creado?
Y cuando la persona llega a ese estado en el que se unen en él los dos
estados “¿Quién me ayudará si no yo mismo?” y “No hay nadie más a parte de Él”,
es cuando surge el verdadero rezo que está hecho de dos discernimientos
contrarios y la persona no puede decidir: ¿Cómo puede ser que sobre todas las
cosas de la persona gobierna el Creador? Por un lado, por supuesto que “No hay
nadie más a parte de Él”, y por el otro, la persona tiene la sensación de estar fuera
de la gobernación del Creador, que se puede dirigir hacia Él y puede establecer un
sistema de relación con la adhesión.
Esto se parece al estado en que la persona ya de 40, 50 años, que entiende la
vida, conoce todo lo que hay y, a la vez, se siente como un embrión en el vientre de
su madre, sin comprender, saber o discernir nada y tiene una sola súplica:
“después de todo mis esfuerzos, todo mi trabajo, revisa si estoy en el camino
correcto”.
Este canto contiene toda la Torá.
Un canto por el que los superiores e inferiores se despiertan.
Un canto como una vertiente de lo alto, como descanso del Supremo, que es
Biná.
Un canto por el que se purifica el Santo Nombre de Arriba, que es Maljut.
Y por eso es lo Santo de la Santidad.
Comentario HaSulam al Libro del Zohar, Truma, 104.
Se eleve nuestra súplica
“Se eleve nuestra súplica” es el rezo de las masas, es decir, cuando la
persona descubre que está en un estado en que todavía actúan sobre él diferentes
fuerzas y no todas están en la dirección hacia la adhesión con el Creador. Y cuando
las va juzgando, sintiendo, y aclarando una por una, llega a un estado en el que
eleva el MAN, la petición, nuestra súplica de que venga la fuerza superior y corrija
estas fuerzas contrarias, diferentes y les de un solo deseo, una sola intención, y
pueda sentir en ellas, a pesar de ser contrarias, un solo flujo, un solo anhelo hacia
su Fuente.
“Y tanto en las tardes como en las mañanas”, en los estados de oscuridad o
de iluminación de la Fuerza Superior, que su rezo sea completo hasta que reciba
respuesta y que se unan en él todas estas peticiones y deseos, todas las vasijas, y
sean como una sola gran vasija, por la que llega a la adhesión con Su Creador.
Esto es lo que cantamos en el día de Iom Kipur, en el día que se revelan las
vasijas vacías. Por estas súplicas en las que elevamos peticiones de corrección,
recibimos desde arriba la luz que nos reforma y, cuando se corrige el kli, llega al
estado en que se llena con toda la luz de amor y adhesión.
Y cuando se abre la vida en canto, añaden los superiores fuerza para saber
y reconocer porque cuando los inferiores abren en canto, que es el alcance de
Mójin de Jojmá, esos mismos Mójin obligatoriamente ya se revelaron en ZON y
en ángeles anteriores. Pues de esta manera, los inferiores pueden añadir fuerzas
e iluminación de Mójin en los superiores.
Comentario HaSulam al Libro del Zohar, Shemot, 103.
Ordenaré su banquete
Esto no es una melodía, es una canción de la persona que, después del
despertar el punto en corazón y después de un largo camino de preparación para
el trabajo espiritual, pasa el Majsom. La persona entra al mundo espiritual, pasa
por todos los grados desde los mundos BYA hasta Atzilut, adquiere las vasijas de
otorgamiento, llega a la adultez, y con esto se eleva al Rosh de Atzilut, donde su
alma ya está preparada y es invitada a recibir la luz infinita, recibir para otorgar. Y
su alma se llena con esta luz, lo que se llama el banquete de los justos. Y ahora,
sintiendo todas las preparaciones por las que pasó y todas las partes de este estado
elevado, agradece a estas fuerzas por las que se elevó y las invita a un banquete,
donde todas participan y él las puede sentir ya que ahora realiza esa gran adhesión
con el Creador. La persona y el Creador se unen en sus vasijas internas.
La persona invita a los grados elevados que lo cuidaron cuando era
pequeño y estaba en camino: Zeir Anpin y Maljut de Atzilut que dieron nacimiento
al alma, que lo cuidaron y ayudaron a crecer de un estado a otro, entre la
oscuridad y la luz. Que lo guiaron para recibir todos los discernimientos, para
hacerse más sabio y convertirse en adulto, hasta que pueda elevarse por encima de
su deseo de recibir, sostenerlo y trabajar sólo para otorgar.
Y ahora, cuando se encuentra en ese estado de unión tan elevado con el
Creador, canta esta canción “Esader le seudáta“. Ahora, en esta comida sabática
tan elevada, desde el mundo porvenir, desde el final de la corrección, la persona
usa todos los medios, todos los fundamentos, las fuerzas internas y externas, toda
su alma, los mundos que lo llevaron a ese estado, y llega al tiempo de conexión
con el Creador, en una unión, en una vasija, en el banquete de los justos.
La glorificación del canto es el Cantar de los Cantares que incluye toda la
Torá, todo el exilio de Egipto y la salida de Israel de Egipto, todo el exilio de
Israel entre las naciones y su redención, toda la resurrección de los muertos
hasta el día que sea sábado para el Creador. Lo que es, lo que fue, y lo que será
en el futuro, en el séptimo día cuando sea el sábado para el Creador, todo está
incluido en el Cantar de los Cantares.
Comentario HaSulam al Libro del Zohar, Truma, 105.
Melodía
La melodía es la expresión del sentimiento sin palabras. Por un lado, puede
ser lo más abstracto y, por otro, lo más preciso y dirigido. Si en una canción las
palabras y la melodía actúan juntas, existe texto, es decir, existen letras que se unen
para formar palabras y frases, en una dirección, en un proceso que comienza y
termina. Y la melodía en sí, que se añade a las palabras, expresa los sabores de esta
dirección. En una melodía sin palabras, la persona tiene que expresar también esas
palabras que faltan.
Sabemos que en las vasijas hay discernimientos de sabores, puntos, coronas
sobre las letras y letras.
Puntos y letras los vemos en los escritos. Los sabores (taamim) y las coronas
(taguin) los usamos sólo en casos especiales, son adiciones que hablan sobre el
estado interno de la vasija en la sensación del hombre, sobre como el hombre
construye su relación.
Hay melodías que pasan por encima de las palabras y, en muchos casos,
cambian la esencia de las mismas. Puedo cantar las mismas palabras con alegría o
con tristeza, pero ellas reciben una connotación completamente diferente. Es decir,
la melodía expresa mi relación a lo que dicen las palabras. Por eso existen sabores
puntos, coronas, y letras. Los sabores (taamim) son los que más expresan la
relación de la persona con lo que canta.
Traducción: Tere Chocrón
Revisión y edición: Alexander Neaman
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