www.fbbva.es DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN NOTA DE PRENSA La directora del Instituto de Astronomía de la Universidad de Lovaina (Bélgica) interviene hoy en el ciclo “La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos” Conny Aerts: “El estudio de los 'terremotos estelares' es la vía para acceder al interior de las estrellas” Detectando variaciones pequeñísimas –de cienmilésimas- en el brillo de una estrella, los astrofísicos logran obtener información del interior del astro. Es un logro de estos últimos años. Aerts es pionera en esta nueva área, la astrosismología. Su grupo ha descubierto que el núcleo de la clase de estrellas viejas en que se convertirá nuestro sol gira diez veces más rápido que la superficie. Dado el éxito del ciclo La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, la Fundación BBVA publica en su página web –http://www.fbbva.es- todas las conferencias, iniciadas en 2011 y a cargo de algunos de los principales expertos internacionales en las áreas más candentes de la astrofísica y la cosmología. Versión original: http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/ing/home/index.jsp; subtitulada: (http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/esp/home/index.jsp Madrid, 10 de abril de 2014.- Hasta hace apenas una década los astrónomos no tenían forma de obtener información directa del interior de las estrellas. Ahora sí. Las estrellas están continuamente vibrando, como si sufrieran terremotos, de forma que en su interior hay un continuo vaivén de ondas sísmicas; los telescopios actuales son por fin lo bastante sensibles como para detectar estas ondas, que están cargadas de datos sobre el material que atraviesan. Lo explica hoy en la Fundación BBVA, en Madrid, la astrofísica Conny Aerts, directora del Instituto de Astronomía de la Universidad de Lovaina (Bélgica) y una de las pioneras en esta nueva área de estudio, la astrosismología. “Los principios básicos de la astrosismología son muy parecidos a los que aplican los investigadores de los terremotos terrestres”, dice Aerts. Y al igual que ocurre con el estudio de las ondas sísmicas en la Tierra, “la astrosismología permite explorar la física interior de las estrellas a partir de sus temblores, nos permite hacer una ecografía de la estrella. Es la manera de avanzar en nuestra comprensión sobre la física estelar, porque la vida de las estrellas está gobernada por procesos físicos que ocurren en su interior”. Las ondas que atraviesan el interior de la estrella también pueden ser traducidas a sonidos, así que Aerts iniciará su charla con lo que ella llama "sinfonías cósmicas", provocadas por terremotos estelares. Aerts participa en la tercera edición del ciclo de conferencias de cosmología y astrofísica La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, que ha traído a Madrid desde 2011 a algunos de los principales investigadores mundiales en esta área. Sus conferencias están disponibles en versión original http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/ing/home/index.jsp y subtitulada http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/esp/home/index.jsp. Primero en el sol Usar las oscilaciones estelares para entrar en las estrellas no es una estrategia nueva en el caso de nuestra estrella más próxima, el sol. La heliosismología empezó hace ya casi treinta años, cuando se comprobó que los movimientos continuos del gas caliente de que está hecha la estrella generan vibraciones que pueden llegar a observarse en la superficie solar en forma de olas -la superficie sube y baja rítmicamente con periodos de minutos y velocidades de unos metros por segundo-. Las ondas tienen diferentes características en función del material que atraviesan; detectándolas se obtiene por tanto información sobre -por ejemplo- la presión y temperatura de distintas zonas del interior estelar. En estrellas más distantes, sin embargo, no es posible medir las subidas y bajadas de su superficie. Pero las oscilaciones se traducen también en cambios de temperatura global, y, por tanto, de brillo de la estrella. Son cambios mínimos: para tener información relevante, los astrosismólogos necesitan detectar variaciones en el brillo de la estrella del orden de la cienmilésima, en un tiempo de horas. Con un telescopio basado en tierra eso exige seguir a la estrella durante años. Por eso la astrosismología es un área de investigación tan reciente, impulsada sobre todo por telescopios espaciales mucho más sensibles que los basados en tierra. “La detección firme de oscilaciones similares a las de nuestro sol, de forma que pudiera ser usada como técnica para estudiar la física interna de estrellas de tipo solar, no se demostró hasta 2001”, explica Aerts. “El verdadero avance se produjo gracias a la fotometría espacial, que entre 2007 y 2013 nos proporcionó datos de sísmica de miles de estrellas de todo tipo”. Estos datos proceden, en concreto, de dos misiones espaciales concebidas sobre todo para buscar planetas extrasolares: los telescopios Kepler -de la NASA-, y Corot -de la ESA y otros países, entre ellos España-. Ambos han operado entre 2007 y 2013. En torno a ellos se ha creado una sólida y joven comunidad de astrosismólogos, integrada por decenas de grupos en todo el mundo. El rápido núcleo de las gigantes rojas “Han supuesto una revolución en astrosismología”, dice Aerts, “gracias a que permitían observar de forma ininterrumpida durante meses o años, en vez de tener que interrumpir la observación cada día como en los observatorios terrestres”. Además, Corot y Kepler eran cien veces más precisos a la hora de medir el brillo de la estrella. Precisamente observando una estrella durante casi un año -320 días- con Kepler, el equipo de Aerts logró en 2011 detectar por primera vez el tipo de ondas que atraviesan el núcleo de la estrella. El trabajo se publicó en la revista Science y, como explica Aerts, supuso un hito, la demostración de que es posible acceder al corazón de la estrella. Meses después, el mismo grupo en colaboración con otros publicó en Nature el análisis de casi dos años de observaciones continuas de las ondas sísmicas de varias estrellas del tipo gigante roja, la clase de astro en que se convertirá el sol dentro de 5.000 millones de años. El trabajo reveló que los núcleos de estas estrellas giran por lo menos diez veces más rápido que su superficie. Si la superficie tarda alrededor de un año en completar una rotación, el núcleo tarda unos meses. El fenómeno se explica por la contracción del núcleo que sufren las gigantes rojas: lo mismo que un patinador de hielo gira más rápido si recoge los brazos, el núcleo estelar acelera su giro al hacerse más compacto. Este hecho estaba predicho teóricamente, pero nunca había podido probarse. Estos resultados relativos a la detección de las ondas sísmicas que llegan al núcleo en gigantes rojas son, “con mucho”, los favoritos de Aerts en astrosismología. En el núcleo tienen lugar las reacciones nucleares que rigen el funcionamiento de la estrella, y su evolución. En el caso concreto de las gigantes rojas, además, su estudio ayuda a entender cómo envejecerá nuestro sol. Animación producida por el grupo interior de una estrella gigante roja: de Aerts sobre los temblores en el http://fys.kuleuven.be/ster/Outreach/press-releases/pressredgiants Dentro de una estrella masiva La investigación actual de Aerts se concentra en otro tipo de objetos: las estrellas con mucha masa, que acabarán su vida explotando como supernovas. Le interesan especialmente porque son las fábricas químicas del universo: en sus núcleos se sintetizan los elementos químicos más pesados –titanio, cobalto, níquel, hierro…-, que luego, tras la explosión de la supernova, enriquecen el espacio interestelar. Aerts fue pionera en la detección de ondas sísmicas en este tipo de estrellas -incluso antes del lanzamiento de Corot y Kepler- tras observar el mismo astro durante más de dos décadas. Ahora buscará observaciones de este tipo de objetos en el archivo de Corot y Kepler, con la ayuda de algoritmos desarrollados en su grupo con herramientas de inteligencia artificial. Por lo pronto, las observaciones astrosismológicas revelan que las estrellas más masivas tienen un núcleo “más masivo aún” de lo que se creía, “lo que tiene implicaciones para estimar el enriquecimiento químico de las galaxias y para la edad a la que estas estrellas explotan como supernovas”, explica Aerts. Biografía Conny Aerts se licenció en Matemáticas en la Universidad de Amberes en 1998 y se doctoró en Astrofísica en la Universidad Católica de Lovaina, en 1993. Fue investigadora posdoctoral en la Fundación para la Investigación Científica de Flandes entre 1993 y 2001. Es desde 2007 catedrática de la Universidad Católica de Lovaina. Desde 2004 ocupa la cátedra de Astrosismología en la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos). Fue vicepresidenta (2000-2003) y presidenta (2003-2006) de la Comisión 27 (Estrellas Variables) de la Unión Astronómica Internacional. Su especialidad es la astrofísica estelar. Es pionera en el estudio astrosísmico de diversos tipos de estrellas en diferentes fases evolutivas. Ha participado en las misiones espaciales CoRoT y Kepler, y participa en Gaia, de las Agencia Espacial Europea (ESA). Desde 2009 cuenta con financiación del Consejo Europeo de Investigación (una ERC Advanced Grant) para trabajar en astrosismología. También desde 2009 es directora del Instituto de Astronomía de la Universidad de Lovaina, que cuenta con su propio telescopio en La Palma (Canarias). En 2012 ganó el premio Francqui en Ciencias Exactas. Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de Comunicación de la Fundación BBVA (91 374 52 10; 91 537 37 69) o comunicacion@fbbva.es) o consultar en la web www.fbbva.es