Lunes, 22 de octubre EL DOMUND Buenos días a todos. Como ya sabéis este domingo se celebró, en todo el mundo, y por ello es importante, el DOMUND; Este domingo los cristianos nos hemos unido para recordar a todas aquellas personas, llamadas misioneras, que dedican su vida a ir a lugares donde la gente necesita de sus fuerzas. Cada año tiene un Lema. “Dichosos los que creen” en estos días estamos recordando a todos aquellos cristianos que tienen dificultades para vivir su religión. Aunque quizá esto te suene un poco lejano, seguro que este fin de semana has quedado con amigos tuyos, te preocupaste por ellos, les ayudaste, incluso compartiríais, quizá, alguna merienda, hamburguesa u “otras cosas”; en esos momentos, no lo dudes, que eres “un misionero/a” entre los tuyos. Te animo a que día a día vivas con esa preocupación de intentar que los que están a tu alrededor sean felices y no lo pasen mal. Esa es la actitud que el Domund nos recuerda año a año. Que este día nos haya hecho más generosos y nos anime esta semana a compartir un poco más con los demás, nuestro tiempo, nuestra fe, nuestro cariño, … Empecemos por ayudar a los que tenemos a nuestro lado. Hoy pidamos de forma especial, en nuestra oración, por todos los misioneros y por todas las personas necesitadas del mundo. Martes, 23 de octubre NIÑOS INDIOS PARTIENDO ALMENDRAS Viendo la televisión me encontré con una noticia que me dejó de piedra. No podía entender que esto esté pasando hoy en nuestro mundo. Os voy a contar lo que vi. Ha sucedido en un país un poco lejano, pero que a todos nos suena, la India. Allí, a las afueras de la capital han encontrado más de 3000 niños de vuestra edad encerrados en habitaciones y trabajando doce horas al día. ¿Qué hacen? Se pasan todo el tiempo partiendo almendras que van echando a un saco. ¿Cuánto les pagan? Cincuenta céntimos por cada día de trabajo, en lugares llenos de polvo y donde no hay luz ni agua. Como imagináis estos niños no pueden ir al colegio, porque han de estar todo el tiempo trabajando. Pensad un momento en esos niños y niñas. Nosotros tenemos luz, agua, no trabajamos en fábricas, podemos ir a la escuela. ¿Qué podemos hacer? Por un lado dar gracias a Dios por todo lo que tenemos, y por otro estudiar, gastar sólo lo necesario, compartir... Pidamos en nuestra oración por todos esos chavales que malviven en la India y en tantos otros países del mundo. Miércoles, 24 de octubre ¿ENFERMOS DE QUÉ? Buenos días a todos. Hoy os propongo el siguiente texto. Supongo que os sonará. Dicen de Jesús, que comía y bebía con la gente más rara y más indeseable posible. En una de estas comidas, está invitado por un tal Mateo que es recaudador de impuestos; vamos un tipo que pide dinero a los demás para dárselo a otro. Vamos un trabajo “no muy valorado”. Y estas comidas y estas amistades a Jesús le salían caras. En seguida tenía a otros tantos criticándole por esas compañías, por esas personas y por relacionarse con ellos. Y es aquí cuando Jesús lanza esta frase de la que tomo la idea de hoy. No necesitan médicos los sanos sino los enfermos. Y es ahora cuando te pido pensar. Ciertamente Jesús sabia quien necesitaba más de su compañía. Hoy te invito a hacer algo similar. Piensa quien de la gente que está a tu alrededor necesita más de tu compañía, de tu conversación o simplemente de hacerte cercano y que sepa que estas ahí. Creo que es un buen ejercicio de “curación” que trates de ver quien necesita más de tus “servicios” como médico; y que sepas que en más de una ocasión podemos hacer de Jesús en nuestras vidas. Te animo a ello. Buenos días. Jueves, 25 de octubre EL BUEN SAMARITANO, EL BUEN NIÑO Todos conocemos la parábola del buen samaritano que Jesús contó: aquel hombre al que robaron y pegaron. Pasaron cerca de él un sacerdote, un fariseo y un samaritano. Los dos primeros lo vieron y marcharon. El tercero le curó las heridas y le llevó a un lugar seguro. Hace unos meses pudimos ver en televisión una noticia muy poco común, en la que el protagonista era un chaval de 11 años, y que actuó con su hermanito pequeño como el buen samaritano. ¿Qué sucedió? Este chico mexicano, Osmar Cortez, se encontraba durmiendo en casa, junto a su madre y a sus dos hermanos, de cinco y un año de edad. De repente comenzó a arder la casa y toda la familia se despertó. Al darse cuenta del o que estaba sucediendo salieron corriendo para salvar sus vidas. Pero cuando estaban fuera Osmar vio que faltaba su hermanito pequeño. Sin pensarlo entró de nuevo en la casa para rescatarlo. ¿Cómo terminó este hecho que pasó en Los Ángeles? Osmar consiguió salir con su hermano en brazos, pero a punto estuvo de perder él su vida. Cuando le preguntaron si había tenido miedo, él respondió que no pensó en nada, sólo en salvar a su hermano. El capitán del Cuerpo de Bomberos de la ciudad afirmó que ese niño era todo un héroe. Nosotros quizá no lleguemos a ser héroes de esta manera, pero podemos ayudar cada día a nuestros padres, hermanos, profesores, compañeros… Hoy daremos gracias en nuestra oración por todas las personas que nos ayudan, que nos enseñan, que nos quieren. Viernes, 26 de octubre SUÉLTATE Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar una altísima montaña, inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros. Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, y oscureció. La noche cayó, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa... le pasaron por su mente todos los momentos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte, sin embargo, de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga cuerda que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña. En ese momento de quietud, suspendido en el aire, no le quedó más que gritar: AYÚDAME DIOS MIO¡¡¡ De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó: -¿QUE QUIERES QUE HAGA? - Sálvame Dios mío - ¿REALMENTE CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR? - Por supuesto Señor - ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE... Hubo un momento de silencio; el hombre se agarró más a la cuerda. Cuenta el equipo de rescate, que al otro día encontraron a un alpinista colgando muerto, congelado, agarradas sus manos fuertemente a la cuerda... A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO... ¿Y tú que tan agarrado estas a tu cuerda? ¿Te soltarías?