Título del álbum: Número artículo: Cubierta: Fecha publicación: Sitio web: A Tribute to Amália Rodrigues 43046 World Connection 6 octubre 2004 www.worldconnection.nl Un Tributo a Amália Rodrigues Varios Artistas Hay una calle en el corazón de Lisboa llamada Rua Sao Bento. Pero no todos los habitantes de la ciudad están de acuerdo con este nombre; a lo largo de la calle se encuentran pintadas las palabras “Rua Amália”, indicando el nombre que ellos prefieren. Fue en esta misma calle donde el icono más venerado de Portugal vivió la mayor parte de su vida, una casa que en la actualidad es la Fundación Amália –un museo-urna que hace las veces de oficina central de una casa de caridad dedicada a los pobres de la ciudad. Seguro que no pasará mucho tiempo antes que las autoridades municipales lean ese nombre pintando en la pared y actúen en consecuencia. A los fans con sus esprays pulverizadores no les hizo falta ser más específicos en su petición; mucho antes de que las estrellas del pop contemporáneas se deshicieran de sus apellidos que resultaban superfluos debido a la fama ya adquirida, cualquier ciudadano portugués que sea digno de serlo sabía exactamente a quién te referías al decir el nombre de ‘Amália’. Según archivos oficiales, Amália da Piedade Rodrigues nació el 23 de julio de 1920, aunque ella no se cansó de insistir que había nacido el día 1. Empezó a cantar a la edad de nueve años pero no fue hasta el 1939 cuando hizo su debut profesional en el espectáculo Retiro da Severa llamado así en honor a la infame Maria Severa, a quien se atribuye el origen de la tradición fadista femenina en el 1830. Al cabo de un año, Amália se había convertido en todo un éxito como vocalista en una comedia musical llamada Ora Vai Tu! Su fama creció a nivel internacional cuando empezó a viajar con frecuencia al extranjero. Sin embargo, su manager se negó inicialmente a que se hicieran grabaciones de la voz de la cantante, por miedo a que si el público empezaba a comprar sus discos de 78 r.p.m., dejaría de ir a verla actuar. Finalmente en 1945 suavizó su posición y Amália empezó a crear una serie de grabaciones que nunca se ha llegado a igualar en el mundo del fado, innumerables grabaciones de álbumes entre su primer LP en 1954 hasta el último, Segredo, en 1997, justo dos años antes de su muerte. Incluso en la actualidad, prácticamente todas las mujeres jóvenes que hacen sus primeros pasos como fadistas tienen que enfrentarse a la inevitable comparación con Amália. En el transcurso de su larga carrera, Amália colaboró con muchos poetas y compositores portugueses famosos. Su última asociación artística formal fue con Carlos Gonçalves, que fue guitarrista en su grupo cerca de cuarenta años. Durante gran parte de su vida, Amália había cantado canciones de otros compositores, pero parecía que Carlos y Amália habían despertado algo nuevo el uno en el otro con las composiciones que escribieron juntos. Estas son precisamente las canciones que forman la base de A Tribute to Amália Rodrigues. Fue Carlos quien invitó al guitarrista, cantante, compositor y productor llamado Jorge Fernando a que tocara con Amália en 1978. Por aquel entonces Jorge tenía tan sólo veinte años; durante los años que trabajó para ella abandonó su trayectoria como cantante y produjo hasta media docena de álbumes para la artista. En los años posteriores, Jorge se concentró en su carrera en solitario. Sus inicios se remontan al 1983 con la canción de gran éxito Rosas Brancas Para O Meu Amor, que representó a Portugal en el Festival de Eurovisión. Dos años más tarde tuvo el mayor éxito de su carrera con otra canción que participó en Eurovisión llamada Umbada, título que encabezó las listas de ventas portuguesas durante meses. En 1986 salió al mercado su primer álbum en solitario y desde entonces ha seguido grabando discos y también ha trabajado como músico y productor con todo tipo de artistas, tanto en Portugal como en el extranjero. Dulce Pontes, Camané, Mísia, Paulo Bragança, Fernando Maurício, Argentina Santos, Joana Amendoeira y Maria da Fé son tan sólo algunos de sus grandes éxitos en Portugal. Fuera de su país natal es probable que Jorge sea más conocido como productor del primer álbum de Mariza llamado Fado em Mim; en la actualidad está trabajando en un nuevo CD de Ana Moura. Pero a medida que se acercaba el quinto aniversario de la muerte de Amália, sintió que tenía que brindarle un tributo con un álbum formado principalmente por canciones en las que habían trabajado juntos. ¿A qué artistas eligió? "Pensé en la gente que a Amália seguramente le hubiera gustado oír cantar," cuenta Jorge. "En este proyecto han participado todo tipo de artistas de generaciones y tipos de músicas diferentes." La tradición establece que un cantante de fado es acompañado solamente por una guitarra española, un bajo acústico y una guitarra portuguesa de 12 cuerdas. A pesar de ello, los arreglos y el estilo ecléctico de Jorge van más allá de esos confines tan limitados. En este álbum ha incluido instrumentos como la tabla, las panderetas, los teclados, el violonchelo y otros instrumentos de cuerda. Puede que los puristas sean reacios a la interpretación de flamenco de Ai Maria, por no mencionar la versión salsa de Trago Fados Nos Sentidos. A pesar de todo Jorge siente que Amália hubiera aprobado esta elección tan radical. Durante su primer viaje a España en 1943 Amália quedó hechizada durante un espectáculo de flamenco. Más tarde declararía: "Me gusta cantar en español. Mi amor por el flamenco es tan profundo que podría haber llegado al Cante Jondo". Y con su afán de querer evolucionar durante su carrera, Amália llegó a redefinir lo que era el fado. Cuando empezó a cantar algunos tradicionalistas afirmaron que aquello no era fado, aunque al final todo lo que ella grabó se llamó popularmente ‘Rodriguinhos’. "Siempre existe esta lucha con los tradicionalistas," dice Jorge en un suspiro. "A la gente no le gusta cambiar, pero creo que en la naturaleza el cambio es lo único que no cambia. Todo cambia, así que si permaneces enfocado en lo que es importante, puedes cambiar muchas cosas en todo tipo de música, como hizo Piazzolla con el tango, algo que muchos años más tarde llegó a aceptarse." Jorge no se considera a sí mismo un purista, por lo menos en el sentido convencional: "Si te refieres al corazón, al alma, sí soy un purista. Pero conceptualmente no lo soy, porque para mí lo importante es la causa y no la forma. Lo importante es la raíz. La gente mira un árbol o una flor y ven la belleza que hay en ellos. Pero sin la raíz no existirían flores." Además de su temprana composición Estranha Forma de Vida, todas las canciones de este álbum fueron escritas conjuntamente con Amália hacia el final de su vida. Por aquel entonces ella actuaba con menor frecuencia debido a su enfermedad y estas canciones parecen estar todavía más teñidas de esa melancolía tan particular que caracteriza al fado. Porque después de todo la palabra “fado” significa “destino” y se puede decir que el destino decide el rumbo de nuestras vidas. Jorge considera que la vida de Amália Rodrigues ha sido un ejemplo: "Si Dios existe, no es justo ya que regaló a Amália un montón de cosas: su voz era increíble, el nivel, la afinación, su manera de cantar, su estilo, su interpretación. A ella no le hacía falta gritar o llorar para conseguir que sintieras la verdad. Y a parte de todo esto, como persona era maravillosa; humilde pero muy inteligente. Y bueno, no tuvo hijos... porque no pudo. Hoy en día a una estrella de la canción tener un hijo no le supone ningún problema, pero en la época de Amália sí lo era, y muy grande. Hubiera tenido que dejar su carrera durante dos o tres años. Todo en ella parecía indicar que había nacido para ser una estrella. Todo en Amália estaba orientado para que fuera la representante del alma de Portugal." Jon Lusk