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LOS RETOS DEL SAHEL. EL G 5
El Sahel, una de las regiones más pobres del mundo, ha sido escenario de numerosos
conflictos en los últimos años. Los Estados de la zona tienen estructuras
gubernamentales muy frágiles y hasta recientemente no existía una organización
internacional de integración o cooperación regional.
Escenario político y geoestratégico de primer orden, tanto por ser la zona de contacto
entre el mundo árabe y África subsahariana, como por el desafío que supone el
terrorismo que la asola en la actualidad, en el Sahel existe un problema grave de
desarrollo, pero también de seguridad que corre el riesgo de expandirse a otros países
vecinos.
La desertización, la pobreza y el subdesarrollo crónicos, la crisis humanitaria, azuzada
por la escasez de alimentos y agua, y agravada por el desplazamiento masivo de
personas como consecuencia de la crisis política regional, la dificultad de controlar las
fronteras, la mala distribución de las rentas procedentes de la explotación de recursos, la
corrupción, la escasa integración de las poblaciones nómadas (como los Tuareg) y la
falta de capacidad de los Estados para controlar sus vastos territorios, han permitido el
desarrollo de un conjunto de serias amenazas para la estabilidad regional y la seguridad
internacional.
Como mecanismo para tratar de abordar la solución de todos estos problemas, el G5
Sahel, con una estructura informal de coordinación regional fundamentalmente en los
ámbitos de seguridad y desarrollo, fue lanzado como iniciativa política en Nouakchott a
principios de 2014 por los Jefes de Estado de Burkina Faso, Chad, Mali, Mauritania y
Níger.
El G 5 Sahel tiene aun una estructura joven, pero con gran potencial ya que se adapta al
ámbito geográfico específico de la región del Sahel y proporciona un marco de
coordinación que puede ofrecer respuestas de dimensión regional ante los desafíos
comunes de la región, (como pueden ser los flujos migratorios, la radicalización y el
extremismo violento, el crimen organizado transnacional o la existencia de espacios
marginalizados al margen del Estado).
El G 5 Sahel ha preparado un ambicioso “Programa de Prioridad de Inversión” (PIP)
para el período 2015-2017 cuyos ejes principales de acción son la paz, la seguridad de
las personas y los bienes, las infraestructuras, la resiliencia y desarrollo humano y el
refuerzo de la gobernanza.
Aunque su tratado constitutivo hace gran hincapié en las cuestiones de desarrollo, es el
ámbito de seguridad el que probablemente más repercusión haya proporcionado al G 5
Sahel. Aquí se han creado ya una serie de dinámicas que convendría capitalizar (reunión
semestral de los Jefes de Estado Mayor, plataforma de seguridad que reúne a los
Ministros del Interior…). En mayo de 2015 se celebró la segunda reunión de Ministros
del Interior del G 5 Sahel en Niamey (Níger), con la participación de los Ministros del
Interior español y francés. En dicha reunión, el debate estuvo centrado en la lucha
contra las redes criminales, y muy en particular contra el tráfico de inmigrantes.
El G5 Sahel como institución cuenta con el apoyo de la UE que se ha manifestado
dispuesta a crear un” partenariado especial” tras la visita a Bruselas el pasado mes de
junio de los 5 ministros de asuntos exteriores de Mauritania, Níger , Burkina Faso , Mali
y Chad y del Secretario Permante del G5.
Najim Elhadj Mohamed es su Secretario Permanente.
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