RECREAR LA ORACIÓN Y ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA VIDA ENCUENTRO DE ORACIÓN EN EL ARCIPRESTAZGO DE LA SIERRA MOMENTO DE ACOGIDA - En el Año de la fe reavivamos nuestra experiencia creyente y liberadora. Símbolo: Una vela encendida. En la Nueva Evangelización, salimos a la calle, sin miedos, a anunciar la buena noticia de Jesús, que es buena noticia para todos. Símbolo: Un periódico. Con el Papa Francisco caminamos para cuidar la vida de los pobres y necesitados. Al aire del Espíritu, que es el artista de toda obra buena. Canto: Ven, Espíritu de amor (Taizé). Con el perfume de María, que llena de buen olor toda la casa. En comunión con las gentes, con sus gozos y dolores, del arciprestazgo de La Sierra. Gesto: Todos los participantes se dan la mano y así permanecen unos momentos. RECREAR LA ORACIÓN “Cuando teníamos todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas” (Mario Benedetti) “Es tarde… pero es madrugada si insistimos un poco” (Pedro Casaldáliga) Ayudados por tres preguntas: ¿Desde dónde? - ¿Desde dónde oramos? - Toda oración nace de la hondura. - Oramos desde el Misterio que nos habita. El Reino está dentro de nosotros. - Jesús es la Fuente que mana y corre. - El Misterio de Jesús es Fundamento y Fuente de toda oración. - Oramos porque aceptamos ser amados. - Para entrar, hay que esconderse en la interioridad. - El silencio puede ayudarnos. Al estilo de María. - Actividad: Momento de silencio durante unos minutos. ¿Para qué? - ¿Para qué oramos? - Para vivir y amar - Para habitar la dimensión profunda de toda persona. - Para encontrarnos con Dios, Amigo del ser humano. - Para entrar en el asombro, fascinados por un Dios que se hace servidor de todos/as. - Escucha de la Palabra: “Os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros” (Jn 15, 15-17) 1 ¿Cómo? - ¿Cómo oramos? - Oramos como vivimos - Más que hacer oración somos orantes - Testimonio: Manuel García Morente, catedrático, viudo y con dos hijas. “En el pequeño reloj de pared sonaron las doce de la noche. La noche estaba serena y muy clara. En mi alma reinaba una paz extraordinaria... Debí quedarme dormido. Mi memoria recoge el hilo de los sucesos en el momento en que me despertaba bajo la impresión de un sobresalto inexplicable. No puedo decir exactamente lo que sentía: miedo, angustia, aprensión, turbación, presentimiento de algo inmenso, formidable, inenarrable, que iba a suceder ya mismo. Me puse de pie tembloroso y abrí de par en par la ventana. Una bocanada de aire fresco me azotó el rostro. Volví la cara hacia el interior de la habitación y me quede petrificado. Allí estaba Él. Yo no lo veía, yo no lo oía, yo no lo tocaba. Pero Él estaba allí. En la habitación no había más luz que la de una lámpara eléctrica de esas diminutas, de una o dos bujías, en un rincón. Yo no veía nada, no oía nada, no tocaba nada... Pero Él estaba allí. Yo permanecía inmóvil, agarrotado por la emoción. Y le percibía... Y no podía caberme la menor duda de que era Él... No sé cuánto tiempo permanecí inmóvil y como hipnotizado ante su presencia. Sí sé que no me atrevía a moverme y que hubiera deseado que todo aquello, Él allí, durara eternamente, porque su presencia me inundaba de tal y tan íntimo gozo, que nada es comparable al deleite sobrehumano que yo sentía. Era como una suspensión de todo lo que en el cuerpo pesa y gravita, una sutileza tan delicada de toda mi materia, que dijérase no tenía corporeidad, como si yo todo hubiese sido transformado en un suspiro o céfiro o hálito. Era una caricia infinitamente suave, impalpable, incorpórea, que emanaba de Él y que me envolvía y me sustentaba en vilo, como la madre que tiene en sus brazos al niño. Pero sin ninguna sensación concreta de tacto... Mi vida espiritual ha seguido un curso normal y robusto. He ofrecido a Dios todos los padecimientos morales que necesariamente mi conversión ha traído consigo, y que no han sido pocos. Siempre el recuerdo del Hecho ha constituido para mí un consuelo extraordinariamente eficaz” ANUNCAR EL EVANGELIO DE LA VIDA “Ay de mí si no evangelizare” (1Cor 9,16) Canto: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio”. La oración nos lleva a evangelizar. No se puede esconder la vida. Los cauces de la Nueva Evangelización: ANUNCIO - A los comerciantes en perlas finas: “Di esto a mi pueblo: ¡Es el Señor!” - Con un mensaje inteligible, que todo el mundo entienda. - De forma gratuita, con gestos sencillos y palabras de verdad. - Desterrando el pesimismo y dejando que se asome la alegría, como un eco que llega hasta las orillas. - Actividad: Grupos para un anuncio de Evangelio. 2 CELEBRACIÓN - Quien encuentra un tesoro, lo celebra con otros. - La vida de Dios es tan grande, que no se puede vivir sin celebrarla. - La vida de la humanidad es un milagro que merece ser cantado: los gozos y dolores de la humanidad… nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en el corazón de los creyentes. - La fiesta siempre comunica algo. El ser humano la necesita. - Actividad: Canto y danza del Magníficat Proclama mi alma la grandeza del Señor (bis). Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador (bis). Porque mira toda pequeñez con amor. Porque hace maravillas en nosotros. Porque nos besa con su misericordia. Porque derriba del trono a los poderosos y levanta a los humildes. Porque colma de bienes a los que pasan hambre y a los ricos los despide vacíos. Porque es siempre fiel a la palabra de amor que nos ha dado. SERVICIO - La oración nos lleva a los pequeños, a los pobres y necesitados. No hay otro camino. - La oración se encarna en CARITAS. - Nos ponemos al servicio de la vida, en comunión y complicidad con hombres y mujeres que quieren pasar por este mundo haciendo el bien. - La oración que termina en obras es señal de esperanza. COMUNIÓN - La oración nos lleva a la comunión. Uno por uno, todos hemos nacido del mismo amor. - El camino lo hacemos en comunión, en colaboración con todos. - La comunidad cristiana es un libro abierto donde se lee el amor. - Los creyentes “todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre, y los favorecen y defienden. No aman sino verdades y cosa que sea digna de amar” (Santa Teresa). - UBUNTU: “Un antropólogo se encontraba en una aldea africana. En la plaza había un grupo de niños jugando. Los llamó y les invitó a otro juego. Les dijo que había puesto una cesta llena de fruto en el tronco de un árbol, que sería para el primero que llegase a ella. Cuando les dio la señal para comenzar la carrera, los niños se agarraron de las manos y corrieron juntos. Tomaron la cesta y se sentaron, juntos, a disfrutar del premio. El antropólogo les preguntó por qué se habían comportado así. Y ellos respondieron: UBUNTU. ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás se quedaran tristes? UBUNTU: yo soy porque nosotros somos”. Danza de bendición irlandesa Que el camino crezca contigo. Y que el viento juegue en tu espalda. Que el sol ilumine tu cara. Que la lluvia caiga suave en tus campos. Y hasta volverte a ver, que Dios te acoja en el hueco de sus manos. Centro de Iniciativas de Pastoral de Espiritualidad - www.cipecar.org 3