España prehistórica

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LAS RAÍCES. LA HISPANIA ROMANA.
Los primeros restos homínidos se han descubierto en África, llegando a la conclusión de que todos los seres
humanos proceden del continente africano. A medida que se iban hallando restos nuevos, se iban clasificando
por especies (Homo Austrhalopitecus, Homo Erectus, Homo Sapiens Sapiens, etc.). Las primeras noticias que
se tienen acerca de la presencia humana en la Península son de hace casi 800.000 años en Atapuerca. Desde
mediados del S.I a.C disponemos ya de fuentes escritas que nos han permitido un mejor conocimiento de los
pueblos que habitaban la península. La conquista de la península por Roma y el proceso de romanización
marcaron gran parte del devenir histórico. La llegada de los pueblos germánicos y la creación del Estado
visigodo marcan el final de la Edad Antigua.
• El proceso de hominización en la Península Ibérica: Atapuerca
La hominización es el proceso de evolución de los primeros seres hasta llegar al género homo, proceso lento y
discontinuo con dos rasgos: evolución de los rasgos físicos (bipedismo, mayor capacidad craneal, desarrollo
del lenguaje y oposición del pulgar) y una evolución de los rasgos culturales (industria lítica, el fuego,
enterramientos y manifestaciones artísticas).
Los primeros restos hallados en la península son de Atapuerca (Burgos); sierra de roca caliza, en la cual se
han descubierto varios yacimientos. Los restos más antiguos se han encontrado en la Sima de los Huesos y en
la Gran Dolina.
Los restos fósiles hallados en la Gran Dolina pertenecen a una nueva especie del género Homo, a la que se le
ha dado el nombre de Homo anteccessor (800.000 años), son restos de cuatro niños y dos adultos, con
muestras claras de canibalismo, restos de industria lítica (modo 1), con hueso nasal, de aspecto robusto y
altos, con una capacidad craneal considerable. En la Sima de los Huesos se han hallado restos fósiles de más
de treinta individuos, depositados de manera deliberada (ritual de enterramiento), son los restos del Homo
heidelbergensis (300.000 años), muy robustos y con una gran diferencia sexual (profundo dimorfismo). Estos
restos encontrados en Atapuerca son de suma importancia debido a:
• A través de estos restos se puede conocer la historia de la llegada de los primeros habitantes de
Europa y su posterior evolución.
• En Atapuerca se han encontrado los restos fósiles que pertenecen a los homínidos más antiguos de
Europa y además ha permitido definir una nueva especie, el Homo anteccessor.
• La Sima de los Huesos es el yacimiento con más fósiles humanos del Paleolítico Inferior y Medio del
mundo.
• Restos de fauna e industria lítica, los más antiguos descubiertos en Europa.
• Único yacimiento arqueológico que permite seguir la evolución de las formas de vida de los
habitantes de Europa desde hace 1.000.000 de años hasta épocas muy recientes.
Esquema evolutivo de la especie humana:
• 5 millones de años: Ardipithecus Ramidus
• 4 millones de años: Australopithecus (primeros erguidos)
• 3 millones de años: Australopithecus Africanus
• 2'5 millones de años: Homo Habilis
Homo Sapiens Sapiens (hombre actual)
Homo Erectus
1
Homo Ergaster
Homo Anteccessor (800.000 años)
Homo Heidelbergensis (pre−neanderthal) (300.000 años)
Homo Neanderthalensis
• Los pueblos cazadores del Paleolítico
• Paleolítico Inferior (800.000−100.000 a.C): Homo anteccessor y Homo erectus; economía
depredadora (coge de la naturaleza, no produce), recolección, caza y pesca. La caza, sistema de
trampas y pozos, las presas abatidas con lanzas, despedazadas en el mismo lugar de la captura. Útiles
de sílex: bifaces, percutores, raederas, raspadores y lascas. Se fabricaron utensilios choppers, se
obtenían haciendo saltar dos o tres lascas de un guijarro percutido por una sola cara (modo 1). En
Soria, restos de un grupo de personas.
• Paleolítico Medio (100.000−35.000 a.C): Homo neanderthalensis y Homo Sapiens, utilización de
cuevas y abrigos, diversificación de los utensilios de piedra: lascas, puntas de flecha, buriles,
cuchillos, raspadores; uso de la madera y el hueso; creciente uso del fuego, que permitió la
iluminación de noche, el calor, la cocción de los alimentos, así como la protección frente al ataque de
animales salvajes. Se empezó a tener conciencia de la propia muerte, como lo prueba la aparición de
ciertos rituales de enterramiento.
• Paleolítico Superior (35.000−10.000 a.C): es la época de los grandes cazadores que se especializan en
la caza de ciervos, renos, cabras... Industria lítica especializada; industria del hueso, dando lugar a
nuevos instrumentos (azagayas, agujas, alfileres, etc.). Los utensilios de piedra tallada eran muy
especializados (raspadores, puntas de flecha, etc.). Destacan las pinturas rupestres en las cuevas y
abrigos de la zona cantábrica, así como el arte mobiliar, como las Venus y los bastones de mando. Las
pinturas son siempre de animales y escenas de caza, nunca de seres humanos hasta más tarde.
• Mesolítico/Epipaleolítico (10.000−5.000 a.C): se produce un cambio climático, la fauna fría
desaparece; proceso de adaptación. Industria lítica − microlitos (instrumentos más pequeños y
perfeccionados)−. Pinturas en abrigos rocosos, ya que salen de las cuevas (menos frío). Las pinturas
ahora son esquemáticas con escenas de caza y de seres humanos. Los humanos se hicieron
sedentarios. La caza y la recolección se empezaron a combinar con otras tareas productivas. Destacan
los concheros, que elaboraron abundantes piezas líticas de pequeño tamaño.
• Los pueblos agricultores del Neolítico
• Hacia el 5.000 a.C: descubrimiento de la agricultura y la domesticación de los animales, invención de
la cerámica y el tejido, fabricación con piedra pulimentada, se construyeron poblados estables,
pasaron de nómadas a sedentarios. Los primeros asentamientos se dieron en el litoral mediterráneo
(predominio de la ganadería), surgieron inventos importantes (cerámica, molino de grano, los
primeros tejidos). La segunda fase se caracteriza por la práctica habitual de enterrar a los difuntos
(sepulcros de fosa). De este periodo es la cerámica cardial.
• Hacia el 3.000 a.C: eclosión de poblados agricultores, edificación de grandes monumentos
megalíticos (monumentos funerarios colectivos realizados con grandes bloques de piedra o
megalitos). Algunas de estas construcciones fueron: menhires (una piedra vertical clavada en el suelo
), dólmenes (varias piedras verticales y una horizontal encima ), cromlechs...
• La Edad de los Metales
Los metales eran obtenidos directamente de la naturaleza:
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• El Cobre: (2.400 a.C), Los Millares en Almería. Fácil para trabajarlo, aparece de manera abundante,
para escudos y armas. Vaso campaniforme. Los pobladores vivían en pequeños núcleos amurallados
en colinas para facilitar su defensa.
• El Bronce: (1.700 a.C) aleación de cobre + estaño, el Argar en Almería. Más duro y resistente,
mejores armas y mejores escudos. Campos de urnas (cementerios, incineración, urnas de pequeño
tamaño). Cultura talayótica de las Baleares (talayots, navetas, taulas).
• Hierro: más resistente. Los pueblos indoeuropeos traen el hierro y forman poblados (los castros:
recintos concéntricos amurallados; en su interior se situaban las viviendas, que tenían forma circular,
con muros de piedra y una cubierta cónica hecha de paja o ramas). Estos pueblos serán llamados
Celtas por los romanos. Primer milenio a.C, uso de la rueda, llegaron más pueblos que practicaron
intercambios culturales y comerciales.
• Los pueblos colonizadores: la escritura
Hacia el año 1.000 a.C comenzaron a llegar a la península Ibérica pueblos indoeuropeos, procedentes del
centro de Europa.
• Fenicios: llegaron a través de África, procedentes de Tiro, Sidón y Biblos, realizando intercambios
comerciales y culturales y fundando colonias [Cartago, Gadir (Cádiz), Malaca (Málaga)]. Trajeron el
color púrpura y objetos de lujo; crearon las salinas, el torno de alfarero, el alfabeto. A partir del S.VII
a.C las ciudades de Tiro, Sidón y Biblos quedaron sometidas a Cartago, dejado de mandar barcos a los
fenicios de la península.
• Griegos: S.VII a.C. Costearon la zona septentrional, llegaron desde Marsella (fundaron Rosas y
Ampurias) hasta Alicante. Restos de cerámicas, trajeron la moneda (economía monetaria), nuevos
cultivos (olivo y vid), domesticaron el asno y la gallina, usaron el arado, conocían la escritura y
algunos autores como Estrabón y Herodoto hablaban de las costumbres y los pueblos de la península.
Denominaron a la península Iberia por el nombre del río Ibero (Ebro), llamando a todos los pueblos
íberos. Construyeron ciudades.
• Tartessos: en torno a Huelva y Sevilla (actuales). Pueblo con diferencias sociales, agricultura
evolucionada, buenos navegantes y pescadores, trabajaron los metales y conocieron la escritura. La
explotación minera y el tráfico de estaño les permitió un activo intercambio comercial. Tesoros de
Aliseda y El Carambolo.
• Pueblos prerromanos
• Los iberos: primeros pueblos históricos que habitaban la costa mediterránea. La cultura ibera se formó
por la influencia que los pueblos coloniales ejercieron sobre la población indígena y de las tradiciones
del mundo tartésico. Ni política ni socialmente los íberos constituyeron nunca una unidad organizada.
Los poblados ibéricos estaban situados en lugares elevados para su defensa. La economía se basaba en
la agricultura (cereales, vid, olivo) y en la ganadería, fabricación de vasijas, fabricación textil (lana,
lino, esparto), crearon una moneda propia, ruta comercial terrestre, manifestaciones artísticas (joyas,
pinturas sobre cerámica). Conocían la escritura pero los documentos encontrados no han podido
descifrarse.
• Los celtas: indoeuropeos procedentes de Centro−Europa. Conocían el arado, aportaron su lengua,
instalaron sus poblados en colinas y zonas altas y construían doble muralla para defenderse.
Economía: ganadería lanar y vacunar, metalurgia del hierro. Organización social basada en tribus
gobernadas por una aristocracia guerrera.
• Los celtíberos: la superposición de las culturas celtas e ibéricas dio lugar, en la zona oriental de la
Meseta Norte, a los pueblos llamados celtíberos, entre cuyas ciudades se hizo famosa Numancia, tanto
por su resistencia frente a los romanos como por la belleza de su cerámica pintada.
• La romanización de la Península Ibérica
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• Conquista: del 218−19 a.C en 3 etapas:
• 1ª etapa: (218−202 a.C). Ocupación del litoral mediterráneo y de los valles del Guadalquivir y del
Ebro, provocado por la II Guerra Púnica. En el 209 a.C Publio Cornelio Escipión tomó Cartago Nova,
poco después derrotó a los cartagineses en Baecula, con lo que el ejército romano se abrió paso hacia
el Guadalquivir. Los romanos desembarcaron en Ampurias en el 218 a.C para cortar el paso del
general cartaginés Aníbal; consiguiendo derrotar a los cartagineses en la Baética. En el 206 a.C se
rindió Gades. La consolidación y la penetración hacia el valle del Ebro se hizo ya en el S.II a.C
• 2ª etapa: (154−133 a.C). La penetración de las tropas romanas hacia el interior de la península
encontró una feroz resistencia, sobretodo en Lusitania y Celtiberia:
• Guerras lusitanas (154−137 a.C): se produjo un levantamiento general de los lusitanos, que dirigidos por
Viriato y utilizando tácticas de guerrillas, derrotaban incesantemente a los romanos. El asesinato de Viriato,
a manos de unos indígenas aliados de Roma, debilitó a los lusitanos y abrió a los romanos el camino hacia
los ricos yacimientos del noroeste peninsular.
• Guerras celtibéricas (154−133 a.C): los numantinos contaron con el apoyo de otros pueblos. El cónsul
Escipión Emiliano acabó con la resistencia celtíbera tras la toma de Numancia en el 133 a.C, y ocupó todas
las tierras peninsulares hasta la cordillera Cantábrica. Más tarde, los romanos ocuparon también las islas
Baleares (123 a.C). Roma controlaba así todas las tierras hispanas, excepto las del norte.
• 3ª etapa: (29−19 a.C). Sumisión de la franja cantábrica. Las guerras cántabras concluyen en la época
del primer emperador Octavio Augusto; su general Agripa llevó a cabo la sumisión de los pueblos del
norte. Para reprimir frecuentes rebeliones, los romanos dejaron legiones permanentes instaladas en
campamentos, que constituyeron núcleos urbanos estables, como Legio VII (León), Asturica Augusta
(Astorga), Emérita Augusta (Mérida) o César Augusta (Zaragoza).
Romanización: transformación gradual de los habitantes de los pueblos peninsulares en ciudadanos del
imperio romano, que fueron asumiendo las costumbres, la organización política, jurídica y social romanas, así
como su lengua, el latín.
Los romanos dividieron el territorio en provincias. Primero en dos, Citerior y Ulterior; después lo dividieron
en tres, Tarraconensis, Baética y Lusitania; y por último, añadieron dos más, la Gallaecia y la Cartaginensis.
La población de Hispania creció y se produjo un aumento de la producción agrícola y del comercio. Las
explotaciones agrarias, mineras y ganaderas eran la base de la economía hispano− romana. Uso de nuevas
técnicas (regadío), de la trilogía mediterránea (vid, olivo, trigo), rebaños de ovejas, caballos, etc. Explotación
del oro, plata y cobre, construcción de canales para convertir en regadío tierras de secano, técnicas de rotación
de cultivos, etc.
La sociedad hispano−romana era urbana; en las ciudades se concentraba el comercio. Las ciudades se
constituían en un plano ortogonal, con el foro en el centro (foro: centro político, social y cultural de la ciudad),
con dos calles principales: Cardo y Decumano, una de norte a sur y otra de este a oeste. Los romanos
construyeron calzadas (rutas comerciales y de comunicación directa con Roma, Vía Augusta y Vía de la
Plata), además de puentes, acueductos, un sistema de cloacas, etc. Trajeron el denario de plata, moneda oficial
de Roma, así como los laudi (espectáculos públicos gratuitos para entretener al pueblo: teatro, anfiteatro,
circos de cuádrigas, bigas y el conductor auriga). Impartían justicia en las basílicas (derecho romano).
La religión romana, en un principio era politeísta debido a la asimilación griega, además eran muy permisivos
con otras creencias. El cristianismo se propagó con facilidad entre los más pobres, pero era incompatible con
el politeísmo y será prohibido. Etapas del cristianismo en el imperio romano:
• Clandestinidad
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• Constantino (313 d.C): Edicto de Milán, permisividad
• Teodosio (380 d.C): Edicto de Tesolónica > oficialidad, religión obligatoria
Imp. Romano de Occidente: Roma
385 d.C divide el imperio entre sus dos hijos
Imp. Romano de Oriente: Imp. Bizantino
Constantinopla
En el S.III se produjo la crisis del ruralismo, crisis que afectó a su sistema político, económico y social. La
enorme extensión del imperio necesitaba enormes gastos económicos para sostenerlo y el poder político del
emperador se debilitó. Se produjeron guerras civiles y revueltas campesinas; destrucción de ciudades,
penetración de algunos pueblos bárbaros y el descrédito de la religión oficial frente al cristianismo. Las tierras
se concentraron en manos de los señores. La vida urbana fue languideciendo y los propietarios rurales, ante la
inseguridad de la ciudad, huyeron a sus villas. Los pequeños propietarios de tierras y artesanos buscaron la
protección de los señores terratenientes que, a cambio de protegerlos, percibían de éstos una parte de su
trabajo (sistema de colonato, antecedente del régimen feudal). El comercio se hundió y las grandes
propiedades agrícolas se fueron reconvirtiendo hacia un tipo de economía basada en la autosuficiencia.
Muchos pueblos bárbaros de origen germánico entraron en la península y arrasaron las ciudades (vándalos,
suevos y alanos). Roma pidió ayuda a los visigodos para expulsar a estos pueblos bárbaros.
• El reino visigodo
En el 409 los pueblos germánicos (suevos, vándalos y alanos) aprovecharon la debilidad del Imperio Romano
para cruzar los Pirineos y penetrar en Hispania. En el 411 se asentaron en algunas provincias: los suevos en la
Gallaecia, los alanos en la Lusitania y la Cartaginensis y los vándalos en la Bética. Los visigodos llegaron a la
península para colaborar con el ejército romano en la pacificación de Hispania, consiguiendo expulsar a
vándalos y alanos. El último emperador romano de Occidente fue depuesto en el 476 d.C y los visigodos
eligieron Toledo como capital de su reino; además querían lograr la unidad territorial, política, jurídica y
religiosa.
Los visigodos, en principio, eran cristianos no católicos, arrianos. La sociedad visigoda se dividía en:
• Hombres libres
• Nobles
• Siervos
Monjes: clero regular (monasterios)
• Clero
Clero secular
• Monarquía
Leovigildo (573−586): unificación territorial. Sometió a los suevos, luchó con los vascones y expulsó a los
bizantinos. Derogó la ley que prohibía los matrimonios entre godos e hispanorromanos.
Recaredo (586−601): unificación religiosa. En el III Concilio de Toledo (589) abandonó el arrianismo con
todo su pueblo y aceptó el catolicismo como religión oficial del reino.
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Recesvinto (653−672): unificación legislativa. Fusionó el Código de Eurico (visigodos) con el Código de
Alarico (hispanorromanos). Recesvinto promulgó un código de leyes común: el Liber Iudiciorum (libro de los
jueces o de los juicios) que se denominará más tarde, Fuero Juzgo.
La organización política de los visigodos se basaba en el derecho germánico. La institución fundamental de
gobierno era la Asamblea de los hombres libres, en la que residía el poder del reino, que era conferido a un
rey (monarquía electiva). La monarquía visigoda, electiva, tendía a que fuese hereditaria. Los poderes del rey
eran muy amplios: juez supremo, jefe del ejército, legislador, encargado de la guerra y de la paz, etc.
Gobernaba con la ayuda del Aula Regia (o Consejo del Rey) y con los Concilios (asambleas políticas) de
Toledo.
Cultura y arte: entre los escritores, destaca San Isidoro de Sevilla con sus Etimologías. En las artes destacan
las aportaciones en el campo de la arquitectura, en pequeñas iglesias como San Juan de Baños y San Pedro de
la Nave.
Las continuas sublevaciones de los nobles y la llegada de los musulmanes a la península y su triunfo en la
batalla de Guadalete (711), puso fin la reino visigodo.
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