EL SON. Breve reseña de este ritmo caribeño Los ritmos afro americanos, afro latinos o antillanos tienen su raigambre en el mestizaje como producto del proceso colonial en América después de la llegada de los españoles. La mezcla de diversas tonalidades rítmicas, fue conformando una amalgama de expresiones musicales, con una policromía autóctona llena de ese rico y mágico color tonal, que ha caracterizado la música tropical por décadas. Se considera que fue en la provincia oriental de Santiago de Cuba el lugar en el que se originó el son, ritmo que se generó a partir de la creación de un instrumento llamado tres, en el año 1890 en los inicios de esta música y que era una especie de guitarra típica cubana que poseía tres pares de cuerda, Se cree que fue introducido en Guantánamo por un músico campesino llamado Neme Manfugas, desde donde se propagó su ejecución a diversos grupos soneros de entonces. Su contagioso ritmo se fue extendiendo por toda la isla, fenómeno que se le atribuyen al traslado de soldados de Santiago a diversos lugares en donde cumplirían servicio militar, hecho que permitió la difusión de este alegre ritmo a la Habana y a todo la isla caribeña. En sus inicios, el son fue un ritmo campechano, rural, indisociables de las fiestas que organizaban los granjeros en el campo. A él se le agrega el romance de la melodías españolas que le cantaban al amor, a la historia y la vida cotidiana; y la influencia del tambor de origen africano que lo enriqueció con los bongos, la clave, las formas del canto y sobre todo con la poliritmia, para constituir de manera definitiva esa característica jocosa y al mismo tiempo sentimental que lo ha caracterizado por décadas. Al lado de este particular ritmo se generaron otros como el son montuno, la rumba, la guaracha, el bolero, el danzón, la charanga, el guaguancó, el cha cha cha los cuales se hicieron presentes en grandes espectáculos, cuando el éxito de la poderosa industria del cine mejicano proyectaba esa magia musical de melodías, sobre un público suramericano, centro americano y caribeño que disfrutó de largometrajes llenos de rumbas y rumberas en escenarios compartidos con elásticos bailarines como Germán Valdés alias “Tintan” y el genial Adalberto Martínez conocido en el cine cómico mejicano como el popular “Resortes” Aunque el son tiene infinidad de compositores e interpretes dentro y fuera de Cuba que le dieron difusión en toda América, como Sindo Garay, Rosendo Ruiz, Antonio Machín, Ignacio Piñeiro, Ñico Saquito, fue el trío Matamoros, creado por el gran compositor oriundo de Santiago llamado Miguel Matamoros por los años 1930 el que le dio un estilo particular. Sus composiciones, con sentido lírico le imprimieron sentimiento y vivacidad a este coloquial ritmo. Muchas agrupaciones posteriores aportarían diversos arreglos e instrumentación para producir música de grupos como el Sexteto Habanero, la Sonora Matancera, La Sonora Santiaguera, Casino de la Playa, La orquesta Aragón y la orquesta del reconocido sonero, prematuramente fallecido en el año 1963, el gran Beny Moré, quien con su voz melodiosa pasearía el bolero y el son en salones de Bailes de Méjico, Colombia Puerto Rico y Venezuela. Cantantes cubanos como Celia Cruz, Rolando La Serie, Celio González, Olga Guillot, Bienvenido Gramda, Barbarito Diez, serían emblemas de la rica expresión de la música tradicional cubana por mucho tiempo. A partir de los años 50, el desarrollo de la tecnología abarcó campos como el de las comunicaciones, en el que la televisión y el cine se convirtieron en resonantes instrumentos que iban a imponer en países latinoamericanos, el gusto por una música foránea. El éxito inusitado de los Beatles a comienzos de los años sesenta, dividió el mundo musical en dos generaciones, un nuevo ritmo estridente y metálico colmaba la radio y la televisión, e iban desplazando melodías locales y sustituyendo el gusto melódico del trópico, por unas expresiones musicales irreverentes, que estimulaba a una generación protestataria y rebelde. A este efecto la música afro latina perdió momentáneamente vigencia dentro de una nueva generación de melómanos que se deslumbraban por los contorsionados y sensuales movimientos del rock y el twis. Desde la instauración de la revolución en 1958 y debido al bloqueo impuesto por los EE UU, Cuba quedó aislada musicalmente, y aunque la revolución tuvo otras prioridades al margen del espectáculo, en la isla se fueron gestando nuevas corrientes musicales en un nuevo ritmo que se denominó como la Nueva Trova Cubana; composiciones y melodías con gran carga emotiva, sentimental y sobre todo con una rica expresión poética, alusivas a la mujer, al amor y a veces a la revolución. Cantautores como Silvio Rodríguez, Pablo Milanes, Amauri Pérez conformaron un 1 icono de la música cubana post-revolución. En adelante otra generación de agrupaciones y cantantes cubanos como Iraquere, Los Vam Vam, Polo Montañés, Adalberto Álvarez y su Son, Charanga Habanera y otros más, seguirían desarrollando con vitalidad, un estilo musical que en su esencia partía de la rica policromía del son Después de la caída del bloque socialista en la Unión Soviética a finales de la década de los ochenta, los países que conformaban una alianza con su modelo, se vieron en dificultades económicas por el estrecho vínculo comercial con la ex potencia del este europeo. Este hecho afectó considerablemente la economía de Cuba, lo que obligó, a desdén propio, a abrir las puertas a la inversión en el turismo en asociación con empresas foráneas, como una manera de obtener dólares para su relación comercial con el exterior. Este hecho atrajo a la isla a innumerables turistas que buscaban encontrar en las esquinas y bodegas, la tradicional música del son cubano que se tenía como referencia desde los años cuarenta y cincuenta. Allí empieza el fenómeno de la revaloración de antiguas composiciones musicales, por agrupaciones que empezaron a percibir en el gusto del recién llegado, el deseo por la tradicional música cubana de antaño, por reencontrar, en su expresión más ancestral con melodías que poco se oían en la propia isla. Así resurgen agrupaciones que retomas, refinan y graban canciones de antiguos compositores y que llegan a un público que anhelaba escucharlas de nuevo la Guantanamera del popular compositor Joseito Fernandez o el manicero de Moisés Simón. El comercio del disco en el mundo, se vio colmado de grabaciones de música cubana, que para las nuevas generaciones, eran casi inéditas. A partir de ese gran auge musical, se reagrupación conjuntos y orquestas que otrora fueron meritorias de grandes éxitos, como la Vieja Trova Santiaguera, la Orquesta Aragón y los músicos y cantantes del Buena Vista Social Club DOCUMENTAL ESPECIAL DEL SON Y SUS INTERPRETES Valmore Carrero 2006 Presenta: Valmore Carrero M. Lugar: Ateneo del Táchira San Cristóbal de Mayo de 2006 Hora: 7:30 pm 2