El gran cacique adeco Henry Ramos Allup es una permanente caja de sorpresas. Cuando todos lo suponían postulándose a la Asamblea, anuncia su candidatura al PARLATINO y con ella la intención de convertirse en una verdadera estrella mundial. Condiciones tiene. Primero, un gran actor. Dicen que por mucho tiempo representó el papel del “Feo durmiente” en el Congreso Nacional, donde cabeceaba, mientras se aprobaban las leyes que hundían al país. Luego, un gran músico. Su rap, traki traki, figura entre las canciones más versionadas de la música alternativa actual. Y finalmente, un gran político, que decidió consagrar su vida al Pacto de Punto Fijo desde que conoció por primera vez a Rómulo Betancourt: “le admiraba tanto –declaró- que era como ver a una leyenda y me hice pipí en los pantalones”. Ramos Allup simboliza sin dudas un liderazgo “renovador” (complementado con el de la Primera Dama de AD, Isabel Carmona, nacida Antes de Cristo), “transparente” (¿quién se atrevería a acusar a los adecos de corrupción?), proyectado con uno de los verbos más rebuscados –y huecos- de toda Venezuela, y un envidiable tono de voz. ¿Se imagina resistir toda la noche el verbo de Ramos Allup en su mp3? Probablemente los más jóvenes no lo conozcan tanto, pero nadie mejor para valorarlo que sus amigos de la oposición, que sí lo conocen bien: - “Se cree con derecho a ofender a quien quiera. Si hay alguien que maneja a su Partido de manera arbitraria y está generando resquebrajamiento en la unidad, es Ramos Allup.” (Henrique Salas Romer). - “Yo le pido sindéresis, cordura y tranquilidad. Pareciera chavista cuando me critica.” (Delsa Solórzano). - “Él abandonó el país. Que no vengan a llorar como niños, los que no supieron ser hombres.“ (Julio Borges). Henry Ramos Allup alias: Traki traki