Jornadas Científicas “ARQUITECTURA, EDUCACIÓN Y SOCIEDAD”, Fórum Internacional de tesis doctorales a celebrar en Barcelona del 23 al 25 de Mayo de 2012 “Pensamiento global, actuación local”, una forma de afrontar los retos de futuro en la educación universitaria de la arquitectura: el caso de Herramientas Digitales Por Carlos Cámara Menoyo (ccamara@usj.es), Profesor Escuela Técnica Superior de Arquitectura Universidad de San Jorge Resumen: En un contexto cambiante y convulso globalmente, la presente comunicación hace gala como el que está viviendo la arquitectura en de estos que localmente” poniendo énfasis en los pequeños postulan que la enseñanza universitaria de la cambios en el enfoque y metodología que pueden arquitectura debería cambiar para adaptarse. hacer Por un lado, está la eterna discusión respecto asignaturas a cómo adaptar la situación específica española global de la profesión. al contexto del Espacio Europeo de Educación Para ello se centrará en los aciertos y errores Superior (EEES) que hace que en estos momentos del coexistan hasta asignatura Herramientas Digitales que imparto diferentes en momentos, son muchas cuatro planes distintas voces de estudios los caso “Pensar profesores teniendo concreto globalmente, desde muy del sus claro actuar respectivas el planteamiento contexto de la en la Universidad de San Jorge, una asignatura están obligatoria de primer curso que lejos de ser aquellos quienes denuncian un alejamiento entre una asignatura instrumental al uso, parte de la la premisa españolas. educación Por universitaria escuelas máxima de arquitectura las las la otro, y la realidad de asumir que el uso de las profesional y que el sector debe replantearse herramientas informáticas son una necesidad y ya desde las propias escuelas. una realidad en el trabajo en un estudio de Lejos de querer entrar en un debate sobre si el arquitectura. modelo de enseñanza universitario debe ser aplicado al mercado laboral o de si este, así como la profesión, deben ser reconsiderados Palabras clave: enseñanza universitaria, arquitectura, retos de futuro, estudio de caso, herramientas digitales, cultura digital Que estamos en un contexto cambiante nadie lo discute. Hace tiempo que estamos viendo tambalear muchas cosas, incluso (o sobretodo) aquello que pensábamos que era inalterable y que no podría ser de otra forma: las relaciones humanas, los hábitos de consumo, la industria de los libros o los periódicos...y últimamente incluso la sociedad del bienestar, afectada por los recortes y cambios en la sanidad y la educación como punta de lanza. No es de extrañar que dadas las circunstancias sean muchas las voces que postulan que la enseñanza universitaria de la arquitectura debería cambiar para adaptarse al contexto (un contexto convulso, recordemos). A eso hay que añadirle que estamos en un país en el que parece haber casi tantos expertos en fútbol y pedagogía como habitantes (la tradición de cambiar planes de estudio viene de lejos y la vemos ejemplificada después de cada nuevo equipo de gobierno). Por un lado, está la eterna discusión respecto a cómo adaptar la situación específica española al contexto del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que hace que en estos momentos coexistan hasta cuatro planes de estudios diferentes en las distintas escuelas de arquitectura españolas. Protección de competencias y movilidad internacional son los argumentos utilizados por detractores y defensores de los nuevos planes de estudios. Por otro, están aquellos quienes denuncian un alejamiento entre la educación universitaria y la realidad profesional. Así, cuestionan la enorme centralidad de las asignaturas de proyectos y reivindican una enseñanza de nuevas salidas profesionales, argumentando que la crisis del sector de la construcción ha hecho que sean pocos quienes puedan construir y que el sector debe replantearse ya desde las propias escuelas. Por último están quienes cuestionan la necesidad de que haya tantos estudiantes de arquitectura en un mercado saturado. ¿Cómo cambiar el modelo educativo de la arquitectura? No seré yo quien justifique una enseñanza tradicional de la arquitectura, pues estoy convencido de ésta adolece de carencias importantes como el fomento de la competitividad en lugar de favorecer la colaboración (algo muy habitual en nuestros días), la falta de explicación de salidas profesionales, la ausencia de pensamiento crítico o una formación instrumental de las herramientas informáticas. Todo ello se traduce en una visión muy reducida y sesgada de la realidad arquitectónica que parece querer centrarse únicamente en la figura del arquitecto liberal con oficina propia para dedicarse a hacer concursos. Además, se da la paradoja de que en ningún caso se forma en aspectos legales o empresariales y eso significa a su vez que los pocos que pueden optar por esta salida profesional lo hacen en unas condiciones precarias y desprotegidos respecto a la realidad del mercado laboral, lo cual acarrea nuevos problemas de otra índole. Sin embargo, estoy lejos de defender una reestructuración total de los planes de estudio, pues si bien es cierto que ofrece una posibilidad de cambio y mejora reales, se trata de un proceso muy lento y con miras en el largo plazo que exige por un lado un gran conocimiento sobre la realidad y por otro una coordinación entre el gran número de personas y poderes que deben implicarse, algo que puede resultar una tarea harto difícil cuando los objetivos particulares no coinciden. No solo eso, entiendo que una transformación de este tipo debe ser algo reflexionado y fruto de un periodo de estabilización que no tenemos en estos momentos. Hacerlo ahora podría ser contraproducente pues resulta fácil caer en la demagogia o el buenismo más inocente. Lejos de querer entrar en un debate sobre si el modelo de enseñanza universitario debe ser aplicado al mercado laboral o de si este, así como la profesión, deben ser reconsiderados globalmente, la presente comunicación ofrece una visión subjetiva de cómo podemos, los profesores, contribuir en la medida de nuestras posibilidades a que el modelo educativo sea mejor. Para ello hace gala de la máxima “Pensar globalmente, actuar localmente” («Think globally, act locally», 2012), es decir, en poner el énfasis en los pequeños cambios de enfoque y metodología que podemos hacer desde nuestras respectivas asignaturas, teniendo muy claro el contexto global. Para ello se centrará en los aciertos y errores del caso concreto del planteamiento de la asignatura Herramientas Digitales que imparto junto a Javier Álvarez Atares1 en la Universidad de San Jorge. El caso de Herramientas Digitales Herramientas Digitales es una asignatura obligatoria de primer curso del Grado de Arquitectura que imparte la Universidad San Jorge. Junto con todas las asignaturas de primer curso conforman el bloque propedéutico de la carrera y por consiguiente su objetivo inicial, especificado en el plan de estudios, era el de hacer que los alumnos se familiarizasen con los programas que se van a encontrar en su carrera profesional. A una asignatura de este tipo se le pueden dar varios enfoques: el más habitual es el de explicar cómo funcionan un grupo de programas concretos y conocidos (normalmente de las mismas casas comerciales), como si se tratasen de recetas de cocina. Este planteamiento asume que el software es el que es porque nos viene impuesto por el mercado y que por tanto debe ser la persona (primero como alumno, luego como profesional) quien se adapte a él. Desde el primer día quisimos rehuir de este planteamiento, pues partimos de que el software, en tanto que herramienta que es, debe ser algo instrumental que sirva para conseguir unos objetivos concretos de la mejor forma posible y que por tanto debe estar supeditado a las necesidades y habilidades de la persona 1 Durante los cursos 2009-10 y 2010-11 la asignatura la impartí junto a Antonio Casas Cortés, con quien confeccioné buena parte de los objetivos de la asignatura. que debe manejarlo. Así pues, esta asignatura da un paso atrás y se centra no tanto en conseguir un uso excelente de dos o tres programas concretos (creemos que eso se conseguirá con la práctica, algo que no faltará en toda la carrera y en la actividad profesional) sino en conocer las necesidades que tenemos los arquitectos, las alternativas que existen para darles respuesta y los conceptos generales y transversales que se aplican a los programas de una misma familia. Los causas que llevan a tomar esta decisión son claras: se parte de la convicción de que la experiencia se adquirirá a través de enfrentarse al día a día de la carrera y la profesión, de leer los numerosos manuales, tutoriales... pero lo que resulta más importante es sentar los cimientos que garanticen no solo que todo lo demás sea posible sino que el uso de software no sea algo que condicione la forma de idear arquitectura sino algo que se adapta a las necesidades del alumno. Así pues, esta asignatura asume que el uso de las herramientas informáticas es una necesidad y una realidad en el trabajo en un estudio de arquitectura, y proporciona una contextualización del uso de las herramientas digitales dentro de ese marco que pretende proporcionar a los alumnos el conocimiento y comprensión de los conceptos básicos y las herramientas que permitirán dar una respuesta óptima al trabajo del arquitecto en su visión más amplia del término (que abarca conceptos tales como escribir, calcular, pensar, gestionar, dibujar, maquetar y construir) y la elaboración de un criterio propio en cuanto a la relación con dichas herramientas. Para ello plantea los siguientes objetivos: 1. Objetivos principales: 1. Desarrollar criterio propio en cuanto a la elección de herramientas a utilizar 2. Acabar con prejuicios tópicos infundados acerca del software 3. Mejorar la capacidad de análisis y crítica (en este casos sobre software, pero es extrapolable a otros aspectos de la profesión o de la vida en general) 4. Favorecer la relación alumno-herramientas digitales 5. Conocer el trabajo del arquitecto en un sentido amplio del término y evitando tópicos: así 6. Desarrollar un criterio propio en cuanto a la relación y al uso del software 2. Objetivos secundarios 1. Ampliar la cultura arquitectónica 2. Fomentar el trabajo en equipo Metodología Con tal de conseguir alcanzar los objetivos anteriores, el curso combina sesiones teóricas y prácticas, que representan, respectivamente, aproximadamente el 40% y el 60% de dedicación lectiva total, a la cual deben sumarse una serie de trabajos autónomos que se desarrollan en su mayoría por equipos y que complementan el aprendizaje de la materia. Las sesiones teóricas siguen siempre la misma estructura: 1. Contextualización: en esta fase de la sesión se explican las problemáticas y necesidades que tenemos como arquitectos en relación al tema de estudio. Esto permitirá al alumno entender qué vamos a tratar de resolver con el software y contribuye a conocer el trabajo del arquitecto en un sentido amplio e introduce salidas profesionales quizá no tan conocidas. 2. Presentación de los programas: en esta fase se presentan distintos programas de la misma familia que pueden dar respuesta a las necesidades detectadas. Conceptos básicos transversales: centrados no tanto en explicar cómo funciona un programa, sino familias de programas. Es decir, no se habla directamente de MsWord, AutoCAD, ArchiCAD, 3DStudio o Photoshop, sino de procesadores de texto, CAD, BIM, Modelado y renderizado, Gestión y edición de imágenes, Edición de vídeo, Maquetación... respectivamente. De este modo no se supedita la educación a los intereses de una casa comercial y se pueden extrapolar conceptos que se repiten entre programas distintos y entre versiones distintas de un mismo programa, lo cual fomenta la flexibilidad, la capacidad de adaptación y la elaboración de un criterio propio y responsable en cuanto a la utilización de las herramientas digitales. 3. Ampliación: se introducen nociones de conceptos o funcionalidades en los que se puede profundizar más, de forma que los alumnos que deseen saber más o que hayan asimilado notablemente los conocimientos del bloque, no vean coartadas sus necesidades de aprendizaje y puedan desarrollar todavía más sus competencias. En cuanto a la práctica, todo el curso está orientado a realizar un único proyecto: documentar un edificio concreto, y para ello los alumnos se reparten en grupos que deben acometer distintas tareas. Cada tarea se corresponde con cada bloque temático del curso, de forma que el proyecto final comprende tareas tales como la realización de planos, modelos 3D, búsqueda de información, edición de imágenes... sobre el edificio objeto de análisis. De esta forma los alumnos tienen claro el objetivo y lo ven traducido en algo concreto -una guía de arquitectura-, a la vez que se fomenta la relación entre conceptos (que dejan de verse como conceptos estancos) y el trabajo en equipo. El tercer puntal de la metodología de Herramientas Digitales es el cuaderno de aprendizaje que debe elaborar cada alumno junto a cada actividad práctica. Dicho cuaderno es una reflexión de los conceptos desarrollados en el que el alumno detalla el proceso seguido, justifica el software utilizado, valora los conocimientos aprendidos y los aspectos en los que debería mejorar y se propone una nota final. Mediante la realización del cuaderno de aprendizaje se fomenta la reflexión, la auto-critica, la interiorización de los conceptos aprendidos y el desarrollo de una actitud responsable y madura en relación al software. Por último, el curso se apoya en la utilización de la plataforma de e-learning, moodle, a través de la creación de foros en los que se preguntan y resuelven dudas sobre los programas, se publican novedades... y a través de la publicación de recursos tales como enlaces, videotutoriales o tests de autoevaluación de los conocimientos que permiten detectar los puntos flojos de cada alumno y ofrecerles información para corregirlos. Carácter innovador Más allá de hacer un uso extensivo y maduro de las herramientas digitales (esto es, no se usan simplemente por usar sino que tienen una finalidad clara e incorporan un valor añadido que no sería posible sin ellas), esta propuesta apuesta por la no parcelación de contenidos. Para ello se basa en un enfoque por proyectos (Carbonell, Essomba, & Valero, 2006) realizado en grupo que evita la parcelación y fragmentación de contenidos y permite a los alumnos un aprendizaje más eficaz que, según la psicología de Vygotsky y Feuerstein (Williams & Burden, 1999), se basa “en el carácter de la interacción social que se produce entre dos o más personas que tienen niveles distintos de destrezas y conocimientos” ya que “la función que desempeña el que tiene mayores conocimientos, normalmente el profesor, pero a menudo un compañero, es la de encontrar formas de ayudar al otro aprender” lo cual “supone a los alumnos a pasar el siguiente grado de conocimiento o comprensión y a superarlo”. Así pues, otra novedad es la del rol del profesor como mediador cuyo objetivo es, sobre todo, el de mejorar el aprendizaje de los alumnos seleccionando y configurando las experiencias que se les presenta. El hecho de que esta sea una asignatura que permita integrar con cierta facilidad el trabajo realizado en otras asignaturas no hace más que acentuar este hecho y permite al alumno ver la aplicación directa e inmediata de los conocimientos y competencias adquiridas no solo en la asignatura de Herramientas Digitales. Resultados Si bien se trata de una asignatura que dista mucho de ser perfecta y por tanto no está exenta de aspectos criticables, los resultados obtenidos hasta la fecha son alentadores. Así, aunque algunos alumnos se muestran desconcertados al principio o se sienten decepcionados por ser conscientes de no dominar a la perfección un programa específico, la mayoría de ellos están satisfechos con los conocimientos adquiridos en la asignatura, tal y como reflejan los resultados de satisfacción con la asignatura y el profesorado que la universidad realizada en cada asignatura dos veces al año. Entre los aspectos más valorados se encuentran el de aprender un gran abanico de programas. Más allá de eso, los resultados de los trabajos realizados por alumnos en cursos superiores no denotan carencias en el uso de herramientas informáticas que podría atribuirse a una posible falta de formación práctica en la asignatura de Herramientas Digitales. Cabe destacar que una experiencia muy positiva es que los alumnos pueden ver, al terminar el curso, que el resultado de su trabajo se materializa en algo concreto y que además queda archivado y documentado para que el público en general pueda visualizarlo en el futuro. Más allá de la satisfacción que esto puede producir en los alumnos, les permite valorar su aprendizaje a partir de la evaluación de los resultados finales obtenidos. Entre los retos a resolver en el futuro inmediato se encuentran mejorar el equilibrio entre teoría y práctica por un lado y ser capaces de que los alumnos extrapolen los conocimientos y habilidades adquiridos al resto de asignaturas a través de una mejor coordinación con otras asignaturas, algo perfectamente factible dada la metodología de trabajo que plantea la asignatura. Conclusiones Lo relevante que pueda llegar a tener un planteamiento como el que hemos visto no es tanto lo innovadora que pueda ser la enseñanza-aprendizaje de herramientas informáticas, sino el hecho de que es una demostración clara de lo que podemos hacer los profesores desde nuestras asignaturas respectivas para mejorar, en la medida de lo posible, la enseñanza de la arquitectura. Así pues, la máxima “pensar localmente, actuar globalmente” que defendíamos al inicio es una forma pragmática de hacer un gran cambio a partir de pequeños esfuerzos: somos muchos profesores y por tanto cada uno de nosotros es una oportunidad de mejora. Es importante notar que es difícil encontrar verdades absolutas, y menos en sectores como la arquitectura o la enseñanza, por tanto lo que puede haber funcionado aquí puede no ser extrapolable a todos los casos posibles. Es más, podría llegar a no funcionar en otros cursos de la misma asignatura. El caso de la asignatura Herramientas Digitales que hemos utilizado como hilo conductor es tan solo un ejemplo de cómo puede materializarse esta máxima, y si bien la asignatura debe perfeccionarse todavía, estamos convencidos de haber iniciado un camino que contribuye no solo a que los alumnos aprendan sino a añadir un poco de equilibrio a este ecosistema tan complejo como es el de la enseñanza universitaria de arquitectura. Referencias bibliográficas Carbonell, L., Essomba, M. À., & Valero, J. M. (2006). Els projectes de treball: una eina a l’abast. Revista Guix, (325). Recuperat de http://guix.grao.com/revistes/guix/325-fem-i-construim-una-nova-educaciopublica-vii-jornades-dacute-escoles-0-12/els-projectes-de-treball-unaeina-a-l-abast Think globally, encyclopedia. act locally. (2012, octubre 11).Wikipedia, a partir Recuperado the free de http://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Think_globally,_act_locally&oldi d=512224672 Williams, M., & Burden, R. L. (1999). Psicología para profesores de idiomas : enfoque del constructivismo social. Cambridge: Cambridge University Press. Sobre el autor: Arquitecto por la ETSA Vallès de la Universitat Politècnica de Catalunya (2004), Máster Universitario de Sociedad de la Información y el Conocimiento por la UOC (2012), Máster en Informatización de proyectos arquitectónicos por la FPC (2005), profesor titular de Herramientas Digitales en la USJ desde 2009 y profesor de workshops UIC (2009-10) y UdG (2010-11). Enlace a la presentación de la comunicación: http://carloscamara.es/conferencias/pensamiento-global-actuacion-global-y-retosde-futuro-en-la-ensenanza-de-la