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Artículos de revisión
Lipidosis hepática idiopática felina
Salomé Koloffon Tella*
Francisco J. Trigo Tavera**
Alfonso López Mayagoitia***
Abstract
A literature review on feline hepatic idiopathic lipidosis is presented. The pathogenesis of this condition in
cats has only been partially elucidated, and it is closely related to protein and lipid metabolism; stress and
obesity are the two most common involved factors. Clinical signs start with anorexia, progressive weight loss,
depression, and hepatomegalia, accompanied by increased serum levels of hepatic enzymes and bilirrubin.
Once hepatic lipidosis is clinically diagnosed, complementary exams and laboratory tests must be conducted
to rule out other pathologic processes that cause secondary hepatic lipidosis. Once these conditions have been
ruled out, the diagnosis of feline hepatic idiopathic lipidosis can be reached.
Key words: LIVER, CAT, FELINE HEPATIC LIPIDOSIS, ANOREXIA, OBESITY, FATTY ACIDS.
Resumen
En el presente trabajo se realiza una revisión de la literatura sobre el síndrome de lipidosis hepática idiopática
felina. La patogenia de este síndrome en los gatos sólo se conoce parcialmente y está estrechamente
relacionada con el metabolismo lipídico y proteínico; el estrés y la obesidad son los dos factores más
comúnmente involucrados. Los signos clínicos generalmente comienzan con anorexia, pérdida progresiva
de peso, depresión y hepatomegalia, acompañados por niveles elevados de la actividad de las enzimas
hepáticas y de la bilirrubina en la sangre. Una vez diagnosticada la lipidosis hepática, se debe continuar con
exámenes clínicos y de laboratorio para excluir otros procesos patológicos causantes de lipidosis hepática
secundaria y así llegar al diagnóstico final de lipidosis hepática idiopática felina.
Palabras clave: HÍGADO, GATO, LIPIDOSIS HEPÁTICA IDIOPÁTICA, ANOREXIA, OBESIDAD,
ÁCIDOS GRASOS.
La lipidosis hepática idiopática felina constituye un
proceso patológico que se lleva a cabo en gatos
aparentemente normales.1 Es también llamada “síndrome del hígado graso felino” y fue descrita por
primera vez por Barsanti et al.2 en 1977. A partir de
entonces este síndrome ha sido descrito en
Norteamérica como una de las causas más importantes de muerte en gatos. 1,3
Recibido el 22 de febrero de 2000 y aceptado el 11 de septiembre de 2000.
Este trabajo forma parte de la tesis de licenciatura del primer autor.
* Departamento de Informática y Proyectos Especiales, Comisión México-Estados Unidos para la Prevención de la Fiebre Aftosa y
otras Enfermedades Exóticas de los Animales, Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, 05110,
México, D.F.
** Departamento de Patología, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autónoma de México, 04510, México, D. F.
*** Departamento de Patología y Microbiología, Colegio Veterinario del Atlántico, Universidad de la Isla del Príncipe Eduardo, Charlottetown,
PEI Canadá. CIA. 4P3.
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Patofisiología
Para comprender la patogenia de este síndrome se
describen a continuación los mecanismos que pueden
provocar la acumulación anormal de grasa hepática,
como resultado de un incremento en la movilización
de lípidos hacia el hígado o debido a un impedimento
en la oxidación de los ácidos grasos.
Incremento en la movilización de los
lípidos hacia el hígado
Existen diversos factores que promueven la movilización de lípidos hacia el hígado, entre ellos sobresalen
el estrés y una de sus secuelas importantes, la anorexia.
Durante el estrés crónico, los niveles de glucosa descienden y causan disminución concomitante en la
secreción de insulina, así como aumento en la producción de glucagón.1,4,5 Estos dos procesos inducen
lipólisis y liberación de ácidos grasos libres en la
circulación sanguínea, los cuales llegan finalmente al
hígado donde son almacenados en forma de
triacilglicéridos. Cuando el estrés es severo o prolongado, la acumulación de triacilglicéridos en el hígado
aumenta en forma exagerada hasta causar una lipidosis
hepática. 1 La anorexia, por su parte, causa también
disminución de los niveles de glucosa, entre otros
trastornos, por lo que se presenta un almacenamiento
anormal de lípidos en el hígado.
Alteración en la formación y excreción de
lipoproteínas
La formación de lipoproteínas de muy baja densidad
(LMBD) es uno de los principales mecanismos por
medio del cual el hígado moviliza triacilglicéridos
hacia la circulación. El proceso de anorexia ocasiona
una disminución en la cantidad de proteínas y
lipotropos importantes para la síntesis de
apoproteínas necesarias para la formación de LMBD,
lo que resulta en una disminución en el transporte de
triacilglicéridos hacia fuera del hígado, pues normalmente las grasas son transportadas hacia la circulación por medio de estas apoproteínas, las cuales se
adhieren a los lípidos para formar lipoproteínas y de
esta forma son excretadas del hígado; 1,6 al no existir la
suficiente cantidad de apoproteínas, el hígado acumula triacilglicéridos.1,3,7
Impedimento en la oxidación de los
ácidos grasos
La deficiencia de aminoácidos como la lisina y la
metionina hace que disminuyan los niveles de carnitina,
una amina cuaternaria sintetizada por los aminoácidos
110
anteriores en la membrana mitocondrial de los
hepatocitos. Al verse disminuido el nivel normal de
carnitina, se impide el transporte de los ácidos grasos
dentro de la mitocondria, por lo que la β-oxidación no
se realiza y, en consecuencia, la oxidación de los ácidos
grasos tampoco. 8,9
La patogenia de muchas de las enfermedades hepáticas en los gatos es compleja y difícil de entender,
debido al mal conocimiento que se tiene sobre la
fisiología del hígado felino. Sin embargo, en los últimos años se han encontrado algunas diferencias anatómicas importantes que explican parcialmente la razón por la que el gato es más susceptible a las enfermedades hepáticas. Una diferencia anatómica importante en el hígado de los gatos consiste en que el ducto
pancreático se une con el ducto biliar antes de entrar al
duodeno. Esta estrecha relación anatómica propicia
que cualquier alteración hepática o biliar esté generalmente asociada con problemas pancreáticos.10 Otra
peculiaridad es que el gato tiene requerimientos
proteínicos de mantenimiento mayores a la de otros
mamíferos domésticos (20% de las kcal de la dieta). 11
Con respecto al metabolismo, el hígado felino también difiere del de las demás especies en cuanto a que
existe una deficiencia relativa de glucoronil transferasa,
lo cual afecta la habilidad del gato para metabolizar
muchos fármacos; además es incapaz de sintetizar la
arginina, aminoácido esencial que forma parte integral del ciclo de urea, que interviene en la conversión
de amoniaco en urea. Estas dos diferencias fisiológicas
particulares de los gatos constituyen parte importante
en la patogenia de muchas enfermedades hepáticas
felinas.10 Otra diferencia en relación con las demás
especies es que los gatos parecen estar en un estado de
gluconeogénesis continua, además de que el glucagón
y la insulina son menos sensibles a la glucosa en los
gatos que en otras especies; este dato está notificado,
aunque no justifica su fundamento.10,11
Aunque en la mayoría de las especies la acumulación lipídica es generalmente inocua, en el gato esta
acumulación hepatocelular de lípidos ocasiona trastornos metabólicos y disfunción hepática. 6
Características del síndrome de lipidosis
hepática idiopática felina
El síndrome aparece en gatos generalmente obesos
después de un proceso severo de estrés. 12 El estrés y
la anorexia producen una restricción severa de proteínas y carbohidratos, por lo que a través de la
lipólisis se moviliza gran cantidad de energía del
tejido adiposo hacia el hígado. Esta energía es almacenada por los hepatocitos en forma de triacilglicéridos hepáticos. 12-14 Asimismo, la deficiencia de proteínas impide la unión de los ácidos grasos con las
apoproteínas, por lo que no podrán ser exportados
hacia afuera del hígado. De esta forma la grasa se
acumula en los hepatocitos y produce el hígado graso. Se considera que la lipidosis hepática en los gatos
es multifactorial y abarca más de un proceso bioquímico anormal durante la acumulación de grasa dentro de los hepatocitos.5 El consumo excesivo de dietas
ricas en grasas o carbohidratos ocasiona una acumulación de triacilglicéridos, además de que la obesidad
ocasiona gran movilización de ácidos grasos libres de
los adipocitos hacia el hígado.
Un hígado normal es capaz de tomar los ácidos
grasos libres y reesterificarlos a triacilglicéridos en el
momento en que la cantidad de ácidos grasos exceda
sus necesidades energéticas y en circunstancias normales, esta situación propicia que la insulina suprima
la lipólisis mediante la acción de la lipasa sensible a
hormonas (LSH). Sin embargo, cuando hay obesidad
la habilidad de la insulina de suprimir la lipólisis es
insuficiente y por alguna razón no bien determinada,
el riesgo de desarrollar lipidosis hepática se incrementa en el momento en que el animal cae en anorexia.15
El ayuno durante más de dos semanas o una mala
nutrición conducen a la lipidosis hepática, debido a
que se induce la lipólisis mediante la estimulación
de la LSH. Esta hormona es activada por los bajos
niveles de glucosa y de insulina, así como por el
incremento del glucagón, la hormona del crecimiento, los corticosteroides y del tono simpático.3,5,16 Los
ácidos grasos liberados en forma de ácidos grasos
no esterificados (AGL) se dirigen hacia el hígado
para ser oxidados a cuerpos cetónicos o reesterificados a triacilglicéridos. Los cuerpos cetónicos son
utilizados como energía por el sistema nervioso
central; asimismo, los triacilglicéridos son exportados como LMBD para ser distribuidos en todo el
sistema. La capacidad hepática para la oxidación y
la formación de cuerpos cetónicos es limitada y
lenta, por lo que se crea un bloqueo metabólico que
favorece la reesterificación de los triacilglicéridos.
Cuando los niveles de nutrimentos se reducen en el
organismo, la disponibilidad de proteínas, colina y
otros lipotropos importantes para la síntesis de lipoproteínas y apoproteínas también se reduce, por lo
que se favorece el estancamiento de triacilglicéridos
en el hígado.3 Por ejemplo, al haber deficiencia de
arginina, un aminoácido de tipo esencial en los
gatos, se bloquea la formación de lipoproteínas.
Esto último sucede debido a que su deficiencia incrementa las concentraciones de carbamoílo fosfatasa, la cual al metabolizarse en ácido orótico interfiere en la síntesis lipoproteínica.8
Durante un ayuno prolongado, el hígado es capaz de
suplementar los requerimientos energéticos del músculo y del SNC, mediante el metabolismo lipídico y la
formación de cuerpos cetónicos. Con esta fuente de
energía, el animal puede llegar a cubrir hasta 95% de sus
necesidades calóricas. Mediante este tipo de metabolismo, el animal conserva las reservas de glucosa, reduce
la necesidad de usar aminoácidos para la gluconeogénesis y conduce a un nivel muy pequeño de acumulación de triacilglicéridos en el hígado. Sin embargo, hay
una serie de mecanismos que pueden causar una lipidosis exagerada en respuesta a un ayuno prolongado, los
cuales mantienen una estrecha relación con la deficiencia de lipoproteínas y con la capacidad de adaptación
de hepatocito para la formación de LMBD. Pero los
factores que verdaderamente predisponen al gato a
acumular cantidades excesivas de triacilglicéridos en el
hígado, aún son desconocidos.4
Se presupone que la deficiencia sistémica o local de
la carnitina predispone a la formación de lipidosis
hepática, ya que la carnitina es una amina cuaternaria
sintetizada en el hígado, a partir de la metionina y
lisina, que ayuda a ciertas enzimas a favorecer la
entrada de los ácidos grasos dentro de la mitocondria
para ser oxidados.17 La carnitina también facilita la
salida de grupos aciles de cadena corta de la
mitocondria y también se encuentra en los peroxisomas,
asociada con la oxidación de los ácidos grasos de
cadena larga.8,18,19
Los peroxisomas son organelos distribuidos en el
citoplasma celular, que se presentan en mayor cantidad en los hepatocitos. Estos organelos participan en
las funciones de respiración, glucogénesis y en βoxidación, por lo que cualquier disfunción de este
organelo puede llevar a la formación de hígado graso.
Las peroxisomas son importantes en el procesamiento
de ácidos grasos de cadena larga y una vez que la
cadena es reducida por la β-oxidación peroxisomal,
los ácidos grasos se difunden dentro de la
mitocondria.20,21 En algunos estudios se han encontrado diferencias significativas en la forma y el número
de peroxisomas en el hepatocito de animales sanos,
comparados con gatos con lipidosis hepática severa.19
Signos clínicos
El síndrome se describe generalmente en gatos obesos,
sin predisposición de sexo, en edad adulta, que viven
la mayor parte de su vida dentro de una casa. En
algunos casos existe el historial de algún episodio que
haya causado estrés en el gato, seguido casi inmediatamente por un fenómeno de anorexia y de pérdida
excesiva de la masa muscular.12
El síndrome se caracteriza por pérdida de peso
progresiva, depresión, deshidratación e ictericia. La
anorexia completa puede durar de varios días, hasta
algunas semanas y en algunos casos puede presentarse vómito y diarrea, siendo el hígado el órgano más
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afectado. Algunos gatos llegan a desarrollar signos de
falla hepática severa con semiótica nerviosa, debido a
la presencia de hepatoencefalopatía. 1,22,23 En el examen
clínico y palpación abdominal se puede apreciar
hepatomegalia marcada. 23
Hallazgos clinicopatológicos
Aunque no todos los hallazgos son consistentes con los
casos encontrados en la literatura, éstos sirven como
base para distinguir al síndrome idiopático del tipo
secundario y de otras patologías hepáticas.
vacuolización en los túbulos renales o por cantidades
anormales de lípidos circulantes.13
Hallazgos patológicos e histopatológicos
Las causas de acumulación de grasa en el hígado se
dividen en cuatro grupos: Nutricional, metabólica,
tóxica o anóxica. Las dos primeras causan engrosamiento del hígado y coloración amarilla, mientras que
en las tóxicas y anóxicas se observa un hígado de
tamaño normal o reducido debido a necrosis. 2
Examen macroscópico
Hemograma
A diferencia de las lipidosis secundarias, la forma idiopática de este padecimiento no está asociada con un
leucograma alterado.23 Sin embargo, hay que tomar en
cuenta que algunos gatos con este síndrome pueden
presentar un leucograma por estrés y anemia normocítica, normocrómica no regenerativa, de severidad variable. Es común que se encuentre poiquilocitosis, sin
que constituya un hallazgo patognomónico.1,3,11-13,22,23
Química sanguínea
La concentración de electrólitos séricos depende de la
condición del gato, puede presentarse hipopotasemia
e hipofosfatemia.23 Los niveles de creatinina sérica y
urea están elevados generalmente de manera secundaria a la posible deshidratación o a algún daño renal
concurrente. La anorexia puede causar incremento en
la actividad de la creatinincinasa debido al desgaste
muscular que causa.1 Los niveles séricos de glucosa y
colesterol varían de acuerdo con el estado de salud del
animal. Generalmente el aumento en el colesterol está
relacionado con obstrucción de los ductos biliares,
pancreatitis, insuficiencia renal o diabetes mellitus.1,14
Lo que sí es consistente en todos los informes de
lipidosis hepática idiopática felina es el aumento de la
actividad de la fosfatasa alcalina (FAS), la alanina
aminostransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST). Aunque se presenta hiperbilirrubinemia,
la actividad de la γ-glutamil transferasa (GGT) permanece generalmente dentro del rango normal. 23 Es importante señalar que en la mayoría de los informes se
registra que la elevación de la ALP sérica es mayor en
la lipidosis hepática idiopática que en cualquier otra
enfermedad hepática de los gatos.23,24
Urianálisis
Hay bilirrubinuria y puede haber lipiduria en el sedimento. El origen de esta lipiduria no ha sido determinado, pero se sospecha que si existe se debe a la
112
La condición corporal de gatos con lipidosis hepática
idiopática felina es generalmente obesa, por lo que se
encuentran grandes depósitos de grasa subcutánea.
En la mayoría de los gatos, las mucosas y la grasa se
encuentran de color amarillo por ictericia.24-26 La lipidosis hepática es un proceso difuso que afecta todo el
hígado, causando varios cambios en su apariencia
normal. El hígado se torna amarillo pálido con consistencia grasosa y friable, además de aumentar de tamaño y mostrar bordes redondeados.3,11,23,26,27 En la mayoría de los casos se puede apreciar un patrón zonal del
parénquima hepático, en donde se observa un puntilleo rojo oscuro (zonas con lipidosis).25-27 Es común que
las muestras de hígado floten al ponerse en formalina
debido a su alto contenido de grasa.
Examen microscópico
El hígado con lipidosis muestra típicamente hepatocitos con vacuolización del citoplasma. De acuerdo con
el tamaño, estas vacuolas se clasifican arbitrariamente
en microvacuolas o macrovacuolas, y ambos tipos
tienden a presentarse consistentemente en los hepatocitos.1,3,15,23,25-27 Las áreas de color rojo oscuro que se
apreciaron macroscópicamente en el hígado con lipidosis, corresponden microscópicamente a hepatocitos
normales; mientras que las áreas amarillentas corresponden a hepatocitos con vacuolas. En muchos casos
también se llega a presentar colestasis canicular, o sea
canalículos biliares distendidos con bilis. En casos
avanzados de lipidosis hepática, el patrón se vuelve
difuso, la cantidad y tamaño de las vacuolas por
hepatocito aumenta de tal forma que llegan a desplazar al núcleo hacia la periferia de la célula. La respuesta inflamatoria en los hígados afectados es muy discreta o nula, ya que este síndrome no se asocia con ningún
proceso inflamatorio o necrótico.1,3,11 Al igual que en
otros tejidos con lipidosis, para verificar la naturaleza
química de las vacuolas, se recomienda histoquímica,
utilizando la tinción de rojo oleoso, en donde el lípido
se tiñe de color rojo brillante.1,23
Examen ultraestructural
Al realizar el estudio ultraestructural de un hígado
graso, se encuentran diferencias morfológicas que
ayudan a comprender la patogenia de la lipidosis.
Esto fue confirmado en un estudio en donde se
compararon los hepatocitos de gatos sanos con los
de gatos con lipidosis hepática severa, se encontró
que los hepatocitos de los gatos con lipidosis presentaron los organelos celulares desplazados hacia
la periferia debido a las inclusiones lipídicas. Estas
últimas variaron en tamaño y en cantidad. 22,28 La
densidad moderada y la apariencia homogénea de
las vacuolas lipídicas en microscopia electrónica
son compatibles con triacilglicéridos. 13 Con respecto a los organelos en los hepatocitos con lipidosis,
ultraestructuralmente se observa morfología anormal, con disminución en la cantidad de retículo
endoplásmico, dificultad en la identificación del
aparato de Golgi y disminución del número de
peroxisomas.22,28 También se ha informado que existe un menor número de mitocondrias de mayor
tamaño, comparadas con los hepatocitos normales
de gatos sanos.4,13,22 Los sinusoides hepáticos y el
espacio de Disse se encuentran atenuados debido a
la distensión provocada por la grasa. En microscopia
electrónica tampoco se observan células
inflamatorias en el hígado de gatos con lipidosis.13,22
Técnicas de diagnóstico
Existen diferentes técnicas para el diagnóstico de la
lipidosis hepática. Un gato que presente en su historia clínica anorexia, pérdida de peso progresiva y los
signos clínicos antes descritos, es sospechoso de presentar el síndrome. Los niveles de la actividad de las
enzimas pancreáticas aumentadas, especialmente de
FAS y la hiperbilirrubinemia, son datos que sirven
para acercarse al diagnóstico final. Otro medio de
diagnóstico es la ultrasonografía, en donde el hígado
con cambio graso se observa aumentado de tamaño e
hiperecoico y además se presentan anormalidades en
la vesícula biliar.3,23,28 El diagnóstico definitivo de
lipidosis hepática se realiza por medio de citología o
biopsia de gatos enfermos. El primer método, que se
realiza mediante la punción de aguja fina (PAF) es
menos invasivo y permite evaluar la estructura microscópica de los hepatocitos. La identificación de
por lo menos 50% de las células con vacuolización
severa es compatible con lipidosis hepática debido a
que la vacuolización lipídica es común en los
hepatocitos normales del gato.1,3,12 Si se encuentran
células inflamatorias en el aspirado se debe tomar en
cuenta otro desorden hepático, ya que el síndrome de
lipidosis hepática idiopática felina no está asociado
con necrosis o inflamación.11 En el caso de la biopsia,
el diagnóstico se da como positivo si se encuentra
grasa en más de 5% de los hepatocitos por campo. 12,16,29 El diagnóstico de la lipidosis hepática
idiopática es de tipo excluyente, pues una vez diagnosticada la lipidosis hepática por medio de biopsia,
se debe conocer el estado general del animal y si
existen otros padecimientos que desencadenan la
anorexia y la lipidosis. Si después de esta búsqueda
no existe relación alguna con la presencia del hígado
graso, se puede hacer el diagnóstico de la lipidosis
hepática idiopática.
Tratamiento
La recuperación de los gatos con lipidosis hepática
depende principalmente del diagnóstico precoz,
para que se pueda iniciar lo antes posible la terapia
de soporte con líquidos y alimento. Debido a que los
gatos bajo estas condiciones se rehúsan a comer, es
necesaria la alimentación forzada. Aunque existen
varios métodos para alimentar gatos con anorexia,
como la forma oral, la sonda nasogástrica o
esofagogástrica, la mayoría de los autores coinciden
en que la mejor manera de ayudar al animal es
mediante la implantación de una sonda gástrica.
Este método, además de permitir el suministro exacto y consistente del alimento, no interfiere con la
capacidad del gato para deglutir.4,23,30 La implantación de la sonda gástrica debe ser realizada mediante técnicas quirúrgicas. En la técnica se utiliza una
sonda con un globo en la punta, que se infla por
dentro del estómago para evitar el goteo que pudiera ocasionar infiltración de alimento en la cavidad
abdominal.30,31
En gatos sumamente enfermos se recomienda el
uso de la sonda nasogástrica hasta que el animal se
encuentre lo suficientemente estable como para que
soporte la anestesia y el proceso quirúrgico necesario
para la implantación de la sonda gástrica.4,23,30
Las consideraciones terapéuticas que se tomarán en
cuenta en la dieta de los gatos con lipidosis hepática,
deben estar basadas en: a) La provisión de niveles
adecuados de energía. Se recomiendan 80 a 100 Kcal/
kg de peso vivo18 o mediante la fórmula Kcal = (30 ×
peso del animal en Kg) + 70 × 1.4;32 b) el mantenimiento
de un balance positivo de nitrógeno; c) la
suplementación de los electrólitos necesarios; d) la
suplementación de los aminoácidos necesarios para la
producción de lipoproteínas y de precursores de
carnitina;28 e) tratar de manera sintomática problemas
de hepatoencefalopatía, coagulopatía, vómito, infección por inmunodepresión o cualquier secuela que se
considere importante causada por la lipidosis; f) evitar
la deshidratación.18
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No existe una dieta previamente diseñada para
combatir la lipidosis hepática, pero los diferentes autores recomiendan varias fórmulas. Se recomiendan
distintos alimentos comerciales,* basados en dietas
ricas en proteínas de alta calidad y con las cantidades
de carbohidratos necesarias para cubrir los requerimientos nutricionales. Estas fórmulas deben ser diluidas con agua para que puedan ingresar fácilmente por
medio de la sonda.9,33,34 También se recomienda un
suplemento vitamínico y mineral y la suministración
de I-carnitina y otros electrólitos.
La dosis recomendada es de: Carnitina, 50 a 100
mg/kg; taurina, 250 a 500 mg/d; tiamina, 100-200 mg/
d; zinc, 7 a 8 mg/d; vitamina E, 20 a 10 UL/d.33
Inicialmente se recomienda la administración de 2
a 4 mL/kg de alimento cada cuatro horas, hasta llegar
a entre 50 y 100 mL diarios, siempre y cuando con
estas cantidades se cubran los requerimientos energéticos del animal, lo cual depende del alimento que
se esté utilizando. También se recomienda suplementar con vitamina B12, ya que ésta es necesaria para
la incorporación de la metionina y la alanina en
proteínas.34 En los gatos que vomitan después de ser
alimentados mediante la sonda gástrica se recomienda la administración de metroclopramida como
antihemético, 30 minutos antes de que el gato sea
alimentado para evitar el vómito.32 Es recomendable
que una vez estabilizado el gato, éste sea llevado a
casa para disminuir el estrés causado por estar hospitalizado y en contacto con personas y lugares desconocidos. Además es recomendable que el dueño comience a ofrecerle al gato pequeñas cantidades de
alimento sólido y, al mismo tiempo, disminuya la
cantidad de alimento introducido por sonda. La sonda debe ser removida cuando el gato consuma por sí
solo sus requerimientos calóricos diarios. Generalmente esto sucede entre las tres y seis semanas de
haber sido colocada la sonda. 18,32
El éxito del tratamiento está directamente relacionado con la agresividad de la terapia nutrimental
que se le aplique al animal, lo cual se puede ir
midiendo a través del nivel de las enzimas hepáticas. Se informa que los gatos que no son tratados
adecuadamente tienen solamente 10% de posibilidades de sobrevivir; en cambio, si se establece una
terapia nutrimental adecuada, las posibilidades de
sobrevivencia aumentan hasta en 80%. Cuando el
animal se recupera, es raro que el síndrome recurra
y la mayoría de los gatos muestran completa salud. 32,35 Es muy importante que después de recupe-
* Feline a/d, k/d, c/d, Hill s Pet Products, Topeka, Kansas; o
Eukanuba Nutritional Recovery Formula/Feline, Iams
Company, Dayton, Ohio, USA.
114
rado el gato se le vigile la dieta y se procure que
realice ejercicio, para evitar que vuelva a estar obeso
y predispuesto de nuevo al síndrome. 36,37
Características de la lipidosis hepática
secundaria
Existen varias condiciones patológicas que pueden
provocar acumulación anormal de lípidos en el hígado de los gatos, en este caso la lipidosis hepática se
considera de tipo secundario. Entre las condiciones
más conocidas que causan lipidosis secundaria en los
gatos figuran la diabetes mellitus, pancreatitis, colangiohepatitis y enfermedad intestinal inflamatoria,
entre otras.28,38 Estas condiciones pueden afectar el
metabolismo hepático en diferentes formas, favoreciéndose así la acumulación de triacilglicéridos.
Lipidosis hepática secundaria relacionada con diabetes mellitus
La diabetes mellitus constituye una enfermedad
metabólica que se caracteriza por la deficiencia o inactividad de la hormona insulina. En los gatos, como en otras
especies, la lipidosis se relaciona con la deficiencia de
insulina y un metabolismo anormal de glúcidos y grasas.
Se ha encontrado que la insulina estimula a la lipasa
lipoproteínica (LLP), enzima que promueve el almacenamiento de los ácidos grasos en el tejido adiposo.11,28,38
Al estar bajos los niveles de insulina o al no haber
sensibilidad a ésta, la actividad de la LLP se inhibe,
prevaleciendo la de la LSH, que actúa estimulando la
lipólisis, mediante la hidrólisis de los triacilglicéridos de
los adipocitos, liberando ácidos grasos libres a la circulación, esto último favorece la formación de hígado graso
en los gatos afectados. Además, la síntesis lipoproteínica
se ve disminuida debido a la limitación de ATP; como
consecuencia, no hay transportación de ácidos grasos
hacia fuera del hígado.39
Lipidosis hepática secundaria
relacionada con pancreatitits
Existe una asociación clara entre la pancreatitis aguda y la lipidosis hepática en los gatos y a pesar de
que no se conoce todavía la patogenia en común hay
asociaciones que sí se conocen. 38,40 La pancreatitis se
caracteriza por una inflamación de la porción
exocrina del páncreas, lo que ocasiona la salida de
enzimas, toxinas y sustancias vasoactivas que causan autodigestión de los tejidos pancreáticos y
peripancreáticos, además de daño hepático. 25,38 Esta
enfermedad causa dolor agudo que provoca un estado de estrés tan poderoso que el gato cae en un
estado de anorexia severa, factor central en el meta-
bolismo anormal de lípidos y causante de lipidosis
hepática.38,40
Lipidosis hepática secundaria
relacionada con enfermedades
infecciosas
La respuesta inflamatoria, independientemente de
su causa o de su localización anatómica, también
puede causar lipidosis hepática en los gatos. Se ha
reconocido que una respuesta no específica de la
inflamación suprime la actividad de la enzima
peroxisomal, la cual interviene en la oxidación de los
ácidos grasos. Se piensa que este mecanismo pudiera
ser el responsable de la lipidosis hepática frecuentemente observada en gatos con “enfermedad intestinal inflamatoria”.3,11 Asimismo, también se ha encontrado que ciertas toxinas bacterianas anaeróbicas
pueden producir lipidosis hepática al ser absorbidas
en el intestino, cuando hay cambios en la permeabilidad de la mucosa entérica, como ocurre en la enteritis linfoplasmocítica crónica de los gatos. Aunque
se desconoce la patogenia de este proceso también se
le ha descrito en medicina humana.11
Lipidosis hepática secundaria
relacionada con hipertiroidismo felino
La lipidosis hepática se puede observar esporádicamente en gatos con hipertiroidismo. La asociación
entre estos dos padecimientos no se conoce bien, pero
se piensa que posiblemente está relacionada con la
anorexia y con la pérdida de peso, característica de
gatos con hipertiroidismo.11,38 De igual manera, la cantidad excesiva de la hormona tiroidea puede producir
un efecto tóxico en el hígado.38
Lipidosis hepática secundaria
relacionada con hipoxia
La síntesis y transporte de las lipoproteínas dependen
directamente del metabolismo de oxidación de las
grasas, por lo que cualquier mecanismo que provoque
hipoxia en los hepatocitos provoca a su vez la acumulación de triacilglicéridos en el hígado. Las causas más
comunes de hipoxia hepatocelular son anemia y congestión venosa pasiva.3
Lipidosis hepática secundaria
relacionada con toxinas
Existen varios fármacos, químicos y toxinas vegetales que pueden producir lipidosis hepática si el gato
es expuesto en forma reiterada a pequeñas cantidades de éstos.3,11
Conclusiones
El síndrome de lipidosis hepática idiopática felina es
resultado de un conjunto de alteraciones metabólicas
que se presentan en gatos generalmente obesos que
caen en anorexia prolongada debido a un proceso de
estrés. Esta situación desencadena una serie de efectos que alteran el metabolismo hepático de los lípidos
y causa un daño severo al hígado. Aunque los mecanismos que influyen en la acumulación excesiva de
lípidos en el hígado del gato no se conocen con
certeza, se han identificado varios factores fisiológicos que desencadenan el síndrome de lipidosis hepática idiopática felina.
Al inicio hay gran movilidad lipídica durante la
etapa de anorexia, seguida por una incapacidad particular del hígado felino para metabolizar esta afluencia
lipídica a los hepatocitos, adecuada y rápidamente.
Además, la deficiencia proteínica, ocasionada por la
anorexia, impide la movilización de los lípidos fuera
del hígado, mediante diferentes mecanismos. El primero es la incapacidad de formar lipoproteínas, las
cuales transportan ácidos grasos fuera del hígado; el
segundo se debe a la deficiencia de arginina, lo que
fomenta la formación de ácido orótico e impide la
formación lipoproteínica; y, por último, la deficiencia
de carnitina, entidad asociada al gato, que interfiere en
el transporte de los ácidos grasos hacia la mitocondria,
para ser metabolizados en energía.
Por ello se puede concluir que los altos requerimientos proteínicos del gato (20% de las kcal de la
dieta), comparados con los de los demás mamíferos
(4% a 8% de las kcal de la dieta), sumados a la incapacidad del hígado felino a metabolizar los lípidos adecuadamente en condiciones de anorexia, predisponen
a la acumulación de lípidos en el hígado y, por lo tanto,
al síndrome de lipidosis hepática idiopática felina.
El diagnóstico precoz del síndrome de lipidosis
hepática idiopática felina es el principio para el éxito
del tratamiento. Además, es importante diferenciarlo
del síndrome de la lipidosis hepática idiopática de tipo
secundario, para así enfocar el tratamiento a la causa
primaria de la lipidosis hepática.
El método de diagnóstico definitivo de la lipidosis
hepática consiste en la biopsia del tejido hepático,
aunque la citología es de gran ayuda, porque además
de ser un método menos invasivo, ayuda a llegar al
diagnóstico.
El síndrome de lipidosis hepática idiopática felina
es la patología hepática más común en los gatos de
Norteamérica. Se piensa que esto último está relacionado con la tendencia de los últimos años de los gatos
hacia la obesidad y tal vez también esté relacionado
con el mejor conocimiento sobre la patogenia y el
diagnóstico de este síndrome.
Vet. Méx., 32 (2) 2001
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