a15. ESTIMULANTES DEL APETITO L a práctica totalidad de los estimulantes del apetito en el mercado basan su acción en uno de estos dos componentes: ciproheptadina o pizotifeno. La ciproheptadina y el pizotifeno son medicamentos antihistamínicos (tienen las aplicaciones generales de los ANTIHISTAMÍNICOS H1, ver grupo R06) que tienen además acción anticolinérgica y antiserotonínica. El efecto estimulante del apetito se descubrió accidentalmente en el uso clínico como antihistamínico. Su mecanismo no es bien conocido. Se supone relacionado con la acción antiserotonínica, porque se piensa que la serotonina juega un papel de mediador químico en los centros hipotalámicos reguladores del apetito. La mayor parte de las especialidades contienen mezclas de ciproheptadina con vitaminas, nucleóticos y sustancias parecidas. Estas mezclas son difíciles de diferenciar de las clasificadas como TÓNICOS Y RECONSTITUYENTES (grupo A13A1A) y de las asociaciones categorizadas como ANABOLIZANTES NO HORMONALES (grupo A14B1A). De hecho, puesto que la mayoría de las visitas al médico por falta de apetito carecen de importancia y tienen un fondo psicológico, es muy posible que los medicamentos del grupo TÓNICOS Y RECONSTITUYENTES sean igual de efectivos sin el problema de producir somnolencia, con el consiguiente peligro ocasional para los conductores. En los niños la somnolencia no suele motivar situaciones de peligro, pero puede ser causa de disminución transitoria del rendimiento escolar. No debe olvidarse que el estímulo del apetito por la ciproheptadina o el pizotifeno no es un efecto placebo, sino que es claramente evidenciable en ensayos clínicos controlados. Por tanto, en casos más serios de anorexia merece la pena ensayar estos fármacos. La ciproheptadina se ha probado incluso en cuadros tan difíciles de tratar como la anorexia nerviosa, con resultados positivos, aunque modestos. 1