TRATAMIENTO DE LA VEJIGA HIPERACTIVA REFRACTARIA AL TRATAMIENTO MÉDICO CON TOXINA BOTULÍNICA TIPO A. Tipo de investigación: Observacional, descriptivo, retrospectivo y abierto. Investigadores: Investigador Responsable: Dr. José Arias Delgado. Medico asistente del servicio de urología del HNGAI. Investigador Principal: Dr. Christian Safra Maurtua. Medico residente del segundo año en urología del HNGAI. JUSTIFICACIÓN: La vejiga hiperactiva es un síndrome complejo que afecta en diferentes grados la calidad de vida de los pacientes con esta patología. Existen diferentes medios de tratamiento farmacológico y quirúrgico, este último aunque efectivo para reducir las presiones intravesicales, aumentar el umbral de volumen para las contracciones del detrusor y la capacidad vesical total, esta asociado con cambios sustanciales en el estilo de vida de los pacientes, en algunos casos con infecciones urinarias recurrentes. Aunque la cistoplastía de aumento e ileovesicostomía son opciones terapéuticas para el tratamiento de la vejiga hiperactiva neurogénica, un tratamiento menos invasivo y con posible igual efectividad sería evidentemente una opción favorable, este es el caso de las inyecciones intravesicales de toxina botulínica, existen varios estudios en la literatura extranjera; que han demostrado su efectividad y la viabilidad de su uso; sin embargo; aunque existen estudios respecto al tratamiento en pacientes con vejiga hiperactiva idiopática refractaria al tratamiento médico convencional, el número de pacientes estudios y la poca cantidad de estudios aleatorizados al respecto no permite obtener conclusiones tan robustas como para el caso de pacientes con patología neurológica de fondo; al parecer las tasas de respuesta y efectividad son equiparables. Actualmente no existe en la literatura nacional estudios al respecto de la aplicación de Botox en pacientes con vejiga hiperactiva idiopática, con el presente trabajo pretendemos publicar nuestra experiencia inicial en el tratamiento de pacientes con vejiga hiperactiva idiopática refractaria al tratamiento médico. Marco Teórico Aunque el uso de la toxina botulínica para fines urológicos data aproximadamente de hace 20 años, cuando fue reportado eficaz en el tratamiento de la disinergia vesicoesfinteriana 1. No fue hasta una década después que emergió información sobre su efecto benéfico en el tratamiento de la hiperactividad del detrusor2. Desde entonces se han identificado diferentes poblaciones con vejiga hiperactiva, como aquellos con condiciones neurológicas, pediátricas e idiopáticas. Aparentemente, la información más consistente emerge de estudios en pacientes con condiciones neurológicas (principalmente traumatismo vertebral y esclerosis múltiple). Las toxinas botulínicas se encuentran entre las más potentes que se conocen, se producen por un bacilo gran positivo anaerobeo, clostridum botulinum y se usa para numerosas condiciones caracterizadas por la espasticidad del músculo estriado. Sin embargo, en años recientes se ha usado para condiciones que afectan el tracto urinario bajo3, principalmente las caracterizadas por hiperactividad del detrusor. El mecanismo de acción de las toxinas botulínicas inicialmente propuesto es por bloqueo de la liberación de vesículas de acetilcolina a nivel de la unión neuromuscular; sin embargo, evidencia reciente sugiere que existe un rango mucho más amplio de efectos neurológicos, tanto eferentes como aferentes, mediado por una variedad de receptores y neurotransmisores, cuando son usados en el tracto urinario bajo4,5. Toxina Botulínica y hiperactividad del detrusor En el tracto urinario bajo la toxina botulínica, serotipo A fue usado por primera vez por Dykstra y colab.1 para tratar la disinergia vesico-esfinteriana en pacientes con trauma medular. El uso en esta patología la cual esta caracterizada por hiperactividad del músculo estriado del esfínter externo, fomento a otros pioneros como Schurch y colb.6,7 Quienes usaron toxina botulínica tipo A para tratar la vejiga hiperactiva neurogénica. En los estudios iniciales se demostró su marcada eficacia así como en los estudios publicados en los cinco años subsecuentes y más recientemente en pacientes con vejiga hiperactiva idiopática. Vejiga hiperactiva idiopática Luego de observar la marcada eficacia de la toxina botulínca en el tratamiento de pacientes con vejiga hipoeractiva neurogénica, un creciente número de investigadores la aplicaron en pacientes con diagnóstico de vejigas hiperactiva idiopática refractaria al tratamiento médico, es decir, en quienes otros tipos de tratamiento médico no quirúrgico han fracasado. Los resultados iniciales han demostrados efectividad y tolerabilidad similares en relación con los pacientes con vejiga hiperactiva neurogénica. Un cierto número de estudios han incluido ambos grupos de pacientes; es decir; pacientes con vejiga hiperactiva neurogénica e idiopática, para comparar la eficacia del tratamiento en ambos grupos ninguno de estos estudios ha sido aleatorizado. Por ejemplo; Popat y colb.8,9 compararon la toxina botulínica tipo A en pacientes neurogenicos (300 U BOTOX, 30 lugares) y pacientes idiopáticos (200U, 20 lugares), la disminución en la dosis en el último grupo se hizo con el fin de disminuir la necesidad de cateterismo intermitente limpio. Ambos grupos han mostrado mejoría significativa en síntomas y patrones urodinámicos sin diferencias significativas entre ambos grupos. Chancellor y colb.10 también han demostrado eficacia similar entre ambos grupos con inyecciones que involucraban el trígono y sin retención urinaria aguda o reflujo vesicoureteral. La eficacia y la seguridad en 36 pacientes mayores de 60 años que recibieron inyecciones a nivel del esfínter externo y vejiga ha sido evaluada por Sweeney y colb.11 en su trabajo, no se encontraron complicaciones a corto o largo plazo, se reportó mejoría subjetiva sintomática a largo plazo. Sahai y colb.12 Han presentado recientemente los resultados iniciales de su estudio, un trabajo doble ciego, aleatorizado y placebo controlado, usando Botox 200 U, Una reducción significativamente alta (p < 0.0001) se encontró en la frecuencia, urgencia e incontinencia de urgencia, así como, un significativo incremento en la capacidad cistométrica máxima tanto a las 4 y 12 semanas. (p < 0.007). La presión máxima del detrusor durante el llenado se redujo significativamente a las 4 semanas, pero esto no se sostuvo más allá de las 12 semanas. Los escores de calidad de vida también mostraron mejoría significativa. La urgencia se redujo significativamente en ambos grupos de tratamiento y placebo. No se encontraron otros cambios significativos con el placebo. Werner y colb.13 usaron una dosis pequeña (100U) de Toxina botulínica tipo A de lo que normalmente se usa. A esta dosis no se ha reportado episodios de retención urinaria aguda y el incremento en el residuo vesical post miccional fue de menor duración y solo se incremento durante las primeras 4 semanas de seguimiento. Solo 2 pacientes no se beneficiaron con esta dosis. También encontraron que a las 12 semanas, el volumen del primer deseo y el volumen de deseo máximo se incrementaron significativamente. Debido al incremento en el entendimiento del rol de urotelio de la vejiga hiperactiva Kuo y colb.14 evaluaron las inyecciones suburoteliales de toxina botulínica. Se encontró que aunque este método de administración fue más efectivo que las inyecciones en detrusor, hubo una significativa sensación vesical de compromiso en la eficiencia de la micción. La dificultad miccional se reporto en un 75% de los pacientes y 30 % requirió auto cateterismo. Esto sugiere que el bloqueo de la contractibilidad del detrusor a través de las fibras sensoriales suburoteliales fue mucho más pronunciada que a nivel de la unión neuromuscular o que solo una pequeña difusión de toxina botulínica del detrusor al urotelio ocurre tras la inyección a nivel del detrusor, llevando a los niveles de respuesta previamente reportados. Schulte-Baukloh et al.15 Llevaron a cabo inyecciones de Botox en paciente con síntomas de vejiga hiperactiva refractaria al tratamiento médico; pero sin evidencias de hiperactividad del detrusor en los estudios uridinámicos previos. Se encontró mejoría significativa en los escores de síntomas, reportes de diarios miccionales, y parámetros urodinámicos. La disminución en la urgencia puede estar asociada al efecto de la toxina botulínica sobre la inervación aferente del detrusor. No hubo incremento en el residuo post miccinal o la necesidad de cateterismo intermitente limpio incluso a dosis de 300 U de Botox, probablemente debido a que todos los pacientes recibieron concurrentemente 50 – 75 U de Botox en el esfínter externo. La incontinencia urinaria de estrés con esta técnica no se incremento. VEJIGA HIPERACTIVA IDIOPÁTICA EN PACIENTES PEDIÁTRICOS. Hoebeke y colb.16 Han usado con seguridad Botox en el tratamiento de la vejiga hiperactiva idiopática en niños con una tasa de respuesta del 80% y un porcentaje significativo de pacientes que tienen una respuesta significativa a un año de seguimiento desde la inyección inicial. De 21 pacientes, 4 tuvieron efectos colaterales transitorios incluyendo retención y reflujo vesicoureteral. Peeren y colb.17 llevaron a cabo un estudio retrospectivo de niños con vejiga hiperactiva idiopática tratados con Botox. Después de 18 meses de seguimiento, 33 % de los pacientes tuvieron un control sintomático sostenido después de un aplicación, 47% necesitaron una segunda aplicación, 20% necesitaron una tercera. No se observaron complicaciones en este grupo de estudio. Estos estudios mostraron una acción sostenida en niños con vejiga hiperactiva idiopática mayor de lo que se observa en otros grupos. PREPARACIONES El serotipo más común de toxina botulínica de uso clínico es tipo A. Este fue inicialmente aprobado bajo el nombre de Botox. Sin embargo, otro presentación de toxina botulínica A, es denominada Dysport1, También esta disponible para su uso clínico pero no ha sido tan ampliamente estudiado y utilizado en el tracto urinario bajo. Aunque ambos son del serotipoA, tienen suficientes diferencias en lo que respecta a la dosis y eficacia que no deben ser considerados como equivalentes genéricos18. Se acepta de manera general que 1 U de Botox equivale a 3 – 5 U de Dysport1. Además, recientemente se ha registrado la toxina botulínica tipo B, que presenta diferencias de duración, eficacia, difusión, e inmunogenicidad así como un mecanismo de acción ligeramente diferente y no pueden ser considerados clínicamente equivalentes19. Se ha reportado que 1 U de toxina botulínica tipo A es aproximadamente igual a 50 a 100 U de toxina botulínica tipo B20. Adicionalmente la toxina botulínica tipo B tiene mayores efectos colaterales sistémicos. Actualmente no existen otros serotipos aprobados para uso clínico. DOSIS. Truzzi y colb.21 compararon 100 a 300 U Botox principalmente en pacientes neurogenicos y encontraron mejoría en los resultados con dosis mayores incluso con 100 U algunos pacientes quedaban continentes. Por lo tanto, Existe la necesidad de identificar pacientes en quienes una dosis menor es suficiente. Gousse y colb.22 reportaron un estudio aleatorizado con dosis escalonadas en 20 pacientes con vejiga hiperactiva idiopática usando 100 U o 150 U de toxina botulínica. Encontraron que dosis menores fueron igualmente efectivas en frecuencia, volumen miccional, calidad de vida y volumen residual miccional, sugiriendo que dosis menores pueden ser usadas. Sin embargo, no se hizo mención respecto a la duración de acción de cada dosis. Se requieren estudios más robustos de escalación de dosis entre todos los tipos de preparaciones e indicaciones para poder hacer recomendaciones. ADMINISTRACIÓN El método de administración varia ampliamente. Inicialmente el procedimiento fue llevado a cabo con cistocopio rígido, pero con el desarrollo de equipos de inyección más finos es posible también su administración a través de cistoscopio flexible. Si se usa un cistoscopio rígido entonces la pared vesical anterior es más probable de tratar. El uso de un cistoscopio flexible también ha conllevado a una amplia variabilidad en el método de anestesia por lo que muchos investigadores usan gel intrauretral y la mayoría de los pacientes toleran bien el procedimiento. Sin embargo la mayoría usa anestesia regional o general. El numero de inyecciones y el volumen también varia ampliamente. Tal variabilidad puede afectar las características de difusión y eficacia del tratamiento así como la posibilidad de efectos adversos. Karsenty y colb.22 Estudiaron prospectivamente 24 pacientes neurogénicos quienes se sometieron a 300 U de Botox en 30 o 10 sitios. Ellos no encontraron diferencias en eficacia, seguridad o calidad de vida por la disminución en el número de sitios de aplicación (se incremento la dosis por sitio de aplicación). Esto proveería evidencia indirecta que la actividad y difusión son dependientes de la dosis. Esto implicaría que potencialmente pueden usarse menos sitios de inyección en un futuro, de manera que se simplificaría y acortaría el tiempo del procedimiento. Se mantiene la controversia respecto a la seguridad y utilidad de aplicaciones a nivel del trígono. Existe un riesgo potencial de aplicación cercana a los meatos ureterales podría conllevar a reflujo vesicoureteral, particularmente en pacientes susceptibles con vejiga hiperactiva neurogénica. Adicionalmente el trígono tiene un rico plexo sensorial submucoso con fibras adrenérgicas, colinérgicas y no adrenérgicas, no colinérgicas. La aplicación a este nivel se postula que incrementa el dolor y la respuesta al bloqueo de los neurotransmisores por la toxina botulínica es impredecible en un plexo tan complejo7. Por el contrario, Las propiedades antinociceptivas de la toxina botulínica podrían hacer que el trígono un sitio ideal de aplicación y sería un argumento para incluir al trígono como lugar de aplicación. De hecho Zermann et al.23 realizaron aplicaciones a nivel del trígono y base de la vejiga en pacientes con urgencia y frecuencia severa. No se reportaron complicaciones y 57% de los pacientes mostraron algún grado de mejoría en la frecuencia y capacidad vesical. No existen estudios que comparen la efectividad y tolerabilidad en pacientes a los cuales se les realiza aplicaciones de toxina botulínica a nivel del trígono de los que no. FALLA Kennelly y colb.24 encontraron que dos pacientes que dos pacientes que fueron no respondedores tenían una pobre compliance vesical (<1.8 ml/cm H20). Aparentemente a pesar de que la toxina botulínica mejora la compliance en algunos estudios no sería suficiente para sobrepasar una compliance vesical severamente disminuida. El nivel de compliance mínimo aceptable no se a determinado aún. Se requieren más estudios para determinar otros factores de pobre respuesta. EFECTOS ADVERSOS Los efectos adversos reportados al momento de administración como durante el seguimiento del paciente son relativamente menores sin eventos mayores o fatalidades. No existen reportes de disreflexia autonómica durante la administración en pacientes con detrusor hiperactivo neurogénico. Aunque en un reporte de caso se presentó debilidad muscular dura la administración para VHA neurogénica.25. La tasa de eventos adversos parece ser mayor con toxina botulínica serotipo B, pero debido al pequeño número de pacientes y a las diferencias en los diseños de los estudios es difícil obtener conclusiones definitivas a este respecto. Cuando no esta ya realizando cateterismo vesical intermitente limpio, debe ser advertido de esta posibilidad, si desarrolla dificultades miccionales posterior a la administración del procedimiento28. En pacientes en quienes esto ocurre tiende a ser de corta duración, pero todos los pacientes deben ser advertidos de esta posibilidad. El cateterismo vesical intermitente limpio tiende a ser menos problemático en pacientes con vejiga hiperactiva de origen neurogénico, debido a que muchos de estos pacientes ya realizan este procedimiento. Por el contrario, muchos de los pacientes que requieren cateterismo vesical intermitente para controlar su patología de fondo pueden ganar continencia y ser capaces de descontinuar el CIL. Schulte-Baukloh y colb.26 han evaluado recientemente la posibilidad de administrar concurrentemente inyecciones de toxina botulínica a nivel de esfínter externo e n pacientes con riesgo alto de retención tras la aplicación de toxina botulínica intravesical. 44 pacientes con VHA idiopática fueron evaluados y si tenían un residuo de >15 ml recibían también Botox a nivel del esfínter (sin exceder 300U de dosis total). La comparación de los resultados en los dos grupos de estudio que el residuo postmiccinal fue marcadamente mayor en el gurpo que solo recibió aplicaciones a nivel del detrusor (p < 0.05), pero se mantuvo sin cambios en el grupo de que recibió aplicaciones a nivel del detrusor y esfínter, sugiriendo que la aplicación concurrente proveería protección contra el desarrollo de un residuo post miccional alto y el requerimiento de cateterismo intermitente limpio luego de la administración de Botox en pacientes con vejiga hiperactiva idiopática refractaria al tratamiento médico convencional. Sin embargo; existe una incidencia ligeramente mayor de incontinencia de estrés con esta estrategia, pero esta complicación no se presentó durante este estudio. REINYECCIÓN: Aunque se mantiene por algunos meses, la acción de la toxina botulínica es naturalmente reversible por regeneración neural y consecuentemente aplicaciones repetidas son necesarias. Grosse et al.29 Mostraron que inyecciones repetidas fueron tan efectivas como la primera aplicación en pacientes tratados con 300 U de botox o 750U de Dysport, con pacientes que recibieron hasta 7 aplicaciones. Los intervalos entre tratamientos permanecen sin cambios ya se realicen estos de manera precoz o tardía. No existe diferencia entre los intervalos cuando se comparan Botox con Dysport. Tampoco se encontró resistencia a la droga. Karsenty y colb.30 Evaluaron las reinyecciones en 17 pacientes neurogénicos que tuvieron entre 3 y 9 aplicaciones cada uno (promedio de 5.4) En este estudio se encontró que las inyecciones repetidas fueron tan eficaces como la primera en términos de capacidad cistométrica máxima, presión máxima del detrusor y volumen reflejo. Las aplicaciones repetidas no provocaron efectos negativos en la compliance y no se presentaron efectos colaterales. TAQUIFILAXIA: Debido a la antigenicidad de la toxina botulínica, después de aplicaciones repetidas un pequeño número de pacientes desarrollan una respuesta inmune con la formación de anticuerpos neutralizantes. Para minimizar este pequeño riesgo de resistencia a toxina botulínica, la mayor parte de investigadores recomienda esperar al menos 3 meses entre tratamientos, evitando el uso de inyecciones repetidas y usando la menor dosis posible para lograr el efecto clínico deseado [29]. Las nuevas formulaciones de Botox después de 1998 ha reducido drásticamente la ocurrencia de resistencia. Se han reportado un par de casos de desarrollo de resistencia a toxina botulínica tipo A con permanecia de la eficacia después de su cambio a toxina botulínica tipo B. Las diferentes proteínas blanco para estas toxinas puede explicar la continuidad de la eficacia después del desarrollo de resistencia a uno de los serotipos. Sin embargo, la presencia de algunos anticuerpos con reactividad cruzada puede limitar su uso. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Es la aplicación de toxina botulínica serotipo A, una opción terapéutica en pacientes con diagnóstico de vejiga hiperactiva refractaria al tratamiento médico convencional. Cuales son las tasas de respuesta y los cambios en sus patrones urodinámicos? JUSTIFICACIÓN Objetivo: Determinar la tasa de respuesta al tratamiento con Botox intravesical en pacientes con diagnóstico de vejiga hiperactiva refractaria al tratamiento médico. Evaluar las posibles complicaciones asociadas al procedimiento. Evaluar los cambios en los patrones urodinámicos pre y post tratamiento. Diseño Observacional, retrospectivo, descriptivo y abierto. MATERIALES Y METODOS Universo de estudio Se estudiaron 10 pacientes con diagnóstico de vejiga hiperactiva no neurogénica, sometidos a tratamiento con toxina botulínica serotipo A, en quienes el tratamiento con antimuscuarínicos fracaso por un mínimo de 6 meses, durante enero 2006 a en diciembre del 2008. Tamaño de la muestra 10 pacientes. Criterios de selección Criterios de inclusión · Pacientes con diagnostico de vejiga hiperactiva idiopática · Pacientes que han sido sometidos a tratamiento médico para vejiga hiperactiva sin respuesta. · Pacientes a los cuales se les ha realizado 1 o más aplicaciones de toxina botulínica serotipo A. En dosis mayores a 200 U de Botox. · Pacientes que tienen estudio urodinámico pre y post tratamiento con toxina botulínica. · Pacientes sin mejoría al tratamiento antimuscarínico o con poca tolerancia. · Evidencia urodinámica de hiperactividad del detrusor fásica o terminal a tasa de llenado de 50 ml/min. con salino normal. Criterios de exclusión · Pacientes con patología neurológica de base. · Pacientes con tratamiento quirúrgico previo. · Pacientes sin estudio urodinámico previo al tratamiento. · Pacientes que recibieron dosis menores a 200U de Botox. · Tratamiento antimuscarínico por menos de 6 meses. · Pacientes gestantes. · Pacientes varones con evidencia clínica, tasa de flujo, cistometría miccional y residuo vesical post miccional de obstrucción al flujo de salida. Definición de las variables Independientes Variable Escala Toxina Botulínica 200 Intervalo U Dependientes Variable Escala Capacidad Intervalo cistométrica máxima Volumen miccional Intervalo Frecuencia Intervalo Incontinencia urinaria Intervalo de urgencia Residuo post Intervalo miccional Autocateterismo Nominal frecuencia Intervalo urgencia Intervalo Incontinencia de Intervalo urgencia Mejoría subjetiva Ordinal Descripción de procedimientos. Todos los pacientes seleccionados para el estudio, son aquellos que cumplen los criterios de inclusión y que recibieron tratamiento antimuscarínico para vejiga hiperactiva idiopática sin obtener mejoría, por al menos 6 meses. En todos los casos de descarto infección urinaria a través de toma de urocultivo, y se descarto en los gestación. El estudio urodinámico se llevo a cabo siguiendo las recomendaciones de la sociedad internacional para la continencia. Se administro profilácticamente ciprofloxacino 500 mg en todos los casos, se evitó el uso de aminoglucisidos por su posibilidad de interferir con la transmisión neuromuscular. Los pacientes que recibían medicación antiplaquetaria (ASA 100mg) suspendieron su trtamiento 7 días antes del procedimiento. Los pacientes fueron sometidos a recibir inyecciones intravesicales de toxina botulínica serotipo A (botox) a una dosis de 200U, en cada uno de los pacientes, se realizó un estudio urodinámico previo y otro a las 4 y 12 semansas post-tratamiento. Para la aplicación de la toxina botulínica se uso anestesia regional en todos los casos y la administración se realizó a través de un cistoscopio rígido de calibre 21 Fr. A través de una aguja de inyección endoscópica rígida. Se realizaron en promedio al menos 20 aplicaciones, cada una de 10U/ml aprox, respetando el trígono vesical debido a la posibilidad de comprometer los meatos ureteral y originar reflujo vesicoureteral, una complicación poco frecuente pero ya descrita. El estudio urodinámico se realizó en el mismo equipo de urodinámia de 6 canales para todos los casos. Los datos urodinámicos fueron recolectados en una ficha prediseñada y los valores obtenidos se expresaron en porcentajes. Hoja de captura de datos. Nombre: Edad: Sexo: Tratamiento antimuscarínico Tiempo de tratamiento > 6 meses < 6 meses Uso actual de anticolinérgicos Si No Tipo de anticolinérgico usado tolterodina trospium oxibutinina Promedio de síntomas de VHA/día 4 semanas 12 semanas Frecuencia Urgencia Incontinencia de urgencia Volores urodinámicos 4 semanas 12 semanas 4 semanas 12 semanas Capacidad cistométrica máxima Presión máxima del detrusor Volumen residual postmiccional Volumen reflejo del detrusor Mejoria subjetiva Bueno regular Malo Calendario La crecolección de datos, el análisis y discusión de los mismos se realizo los meses de diciembre y enero del 2008. Resultados Uso actual de anticolinérgicos 7 Si 3 No Tipo de anticolinergico usado 2 tolterodina 0 trospium 8 oxibutinina Promedio de síntomas de VHA/día basal 12 semanas 4 semanas Frecuencia 15.44 7.93 9.25 Urgencia 11.69 2.48 6.02 4.98 1.9 1.48 Incontinencia de urgencia Volores urodinámicos basal 12 semanas 4 semanas Capacidad cistométrica máxima 181.1 313.25 263.88 Presión máxima del detrusor 85.06 34.69 43.81 Volumen residual postmiccional 44.06 96.13 51.19 124.25 217.32 147.33 Volumen reflejo del detrusor Mejoria subjetiva 4 semanas 12 semanas Bueno 9 8 regular 0 1 Malo 1 1 Complicaciones. Solo se presento un residuo post miccional significativo, mayor de 250 cc. En un paciente, que requirió cateterismo vesical intermitente limpio por 4 semanas, sin requerirlo posteriormente. Discusión Según nuestro conocimiento este es el primer reporte de tratamiento de vejiga hiperactiva refractaria al tratamiento médico con inyecciones intravesicales con toxina botulínica, en nuestro medio. Con respecto a los objetivo del estudios, el determinar la tasa de respuesta al tratamiento con toxina botulínica, reflejado a través de los valores urodinámicos, encontramos que; La capacidad cistométrica se incremento significativamente tanto a las 4 como 12 semanas, tal y como se han reportado en otros estudios como el de Sahai y colb.31 Otros valores urodinámicos como la presión máxima del detrusor y el volumen reflejo del detrusor mostraron también marcada mejoría a las 4 y 12 semanas; sin embargo, debido al efecto de la toxina botulínica en el músculo detrusor se encontró un incremento sustancial en el residuo vesical post miccional, que si bien disminuyó para las 12 semanas, requirió cateterismo vesical intermitente limpio por 4 semanas en un paciente. En nuestro estudio la frecuencia urinaria se normalizó en el 57% de los pacientes a las 4 semanas y 44% a las 12 semanas de seguimiento, de acuerdo a los reportes de otros estudios como el de Sahai y colb.31 esta mejoría sería mucho más prolongado al menos hasta la semana 24. Aunque a través de otros reportes se sabe que el efecto la toxina botulínica se mantiene por algunos meses, la acción de esta es naturalmente reversible por regeneración neural y consecuentemente aplicaciones repetidas son necesarias. Grosse et al.29 Mostraron que inyecciones repetidas fueron tan efectivas como la primera aplicación en pacientes tratados con 300 U de botox o 750U de Dysport, con pacientes que recibieron hasta 7 aplicaciones. Los intervalos entre tratamientos permanecen sin cambios ya se realicen estos de manera precoz o tardía. No existe diferencia entre los intervalos cuando se comparan Botox con Dysport. Tampoco se encontró resistencia a la droga. Sin embargo, el corto periodo de seguimiento y el reducido número de casos no permite corroborar estos datos. Karsenty y colb.22 Evaluaron las reinyecciones en 17 pacientes neurogénicos que tuvieron entre 3 y 9 aplicaciones cada uno (promedio de 5.4) En este estudio se encontró que las inyecciones repetidas fueron tan eficaces como la primera en términos de capacidad cistométrica máxima, presión máxima del detrusor y volumen reflejo. Las aplicaciones repetidas no provocaron efectos negativos en la compliance y no se presentaron efectos colaterales. En nuestro estudio encontramos una reducción marcada en la frecuencia, urgencia y la incontinencia urinaria de urgencia, esto ase observa tanto a las 4 como 12 semana; resultados encontrados en otros estudios y de los cuales se concluye que este efecto es más prolongado, al menos hasta la semana 24, según Sahai y colb.31. Con respecto al incremento del residuo post miccional marcado a las 4 semanas, este presenta una disminución progresiva como se observa a las 12 semanas; una complicación esperada debido al efecto de la toxina botulínica sobre el detrusor, en nuestro estudio solo un paciente requirió cateterismo intermitente limpio por un tiempo de 4 semanas, complicación que también se ha descrito en otros estudios como en el de Kuo y colb. En pacientes en quienes esto ocurre tiende a ser de corta duración, pero todos los pacientes deben ser advertidos de esta posibilidad. El cateterismo vesical intermitente limpio tiende a ser menos problemático en pacientes con vejiga hiperactiva de origen neurogénico, debido a que muchos de estos pacientes ya realizan este procedimiento. Por el contrario, muchos de los pacientes que requieren cateterismo vesical intermitente para controlar su patología de fondo pueden ganar continencia y ser capaces de descontinuar el CIL. Schulte-Baukloh y colb.15 han evaluado recientemente la posibilidad de administrar concurrentemente inyecciones de toxina botulínica a nivel de esfínter externo e n pacientes con riesgo alto de retención tras la aplicación de toxina botulínica intravesical. 44 pacientes con VHA idiopática fueron evaluados y si tenían un residuo de >15 ml recibían también Botox a nivel del esfínter (sin exceder 300U de dosis total). La comparación de los resultados en los dos grupos de estudio que el residuo postmiccinal fue marcadamente mayor en el gurpo que solo recibió aplicaciones a nivel del detrusor ( p < 0.05), pero se mantuvo sin cambios en el grupo de que recibió aplicaciones a nivel del detrusor y esfínter, sugiriendo que la aplicación concurrente proveería protección contra el desarrollo de un residuo post miccional alto y el requerimiento de cateterismo intermitente limpio luego de la administración de Botox en pacientes con vejiga hiperactiva idiopática refractaria al tratamiento médico convencional. Sin embargo; existe una incidencia ligeramente mayor de incontinencia de estrés con esta estrategia. Si bien esta técnica no se ha realizado en este estudio, con mayor experiencia en el procedimiento y con mayor número de pacientes puede investigarse su aplicabilidad en pacientes con riesgo alto de desarrollar un marcado residuo vesical post miccional o retención urinaria, no presentada en este estudio. Con respecto a la sensación subjetiva de mejoría, esta es significativa en nuestro grupo de estudio, hecho corroborado por estudios anteriores; sin embargo nuestro estudio adolece de la falta de uso de cuestionarios estandarizados para evaluar la mejoría en la calidad de vida de los pacientes sometidos a este tipo de tratamientos como el UDI6/IIQ-77. Con mayor número de pacientes podría obtenerse conclusiones estadísticamente significativas. Con respecto a las complicaciones, que según otros reportes son poco frecuentes y menores, no se presentaron en el grupo de estudio, excepto en un paciente con un residuo post miccional marcado que requirió cateterismo intermitente limpio por 4 semanas, sin requerirlo posteriormente. En otros trabajos como el de Kuo y colb. Que reportaron 20 pacientes tratados con Botox 200 U, quienes tenían VHA idiopática, se encontró retención urinaria transitoria en 6 pacientes y 10 presentaron un residuo post miccional de más de 250 ml a las 2 semanas. De manera global el 75% presentaron vaciamiento incompleto y 6 pacientes requirieron cateterismo intermitente limpio, la mayor tendencia a presentar este tipo de complicación en el estudio de Kuo y colb, probablemente se deba a que no se excluyeron a los pacientes que tenían obstrucción al flujo de salida o un residuo post miccional elevado. Como ya se menciono anteriormente sean realizado estudios en los cuales se demuestra que la administración concomitante de toxina botulínica a nivel del esfínter externo disminuye esta complicación; sin embargo este es un procedimiento que no se evaluó en el presente estudio, en parte porque se descartaron aquellos paciente con riesgo alto de retención urinaria y residuo post miccional alto previo al procedimiento. Conclusiones La aplicación de toxina botulínica para el tratamiento de la vejiga hiperactiva es un medio de manejo que ha demostrado su eficacia, sin embargo, la mayor parte de los estudios se han llevado a cabo en pacientes que tienen patología neurológica de base, como traumatismo medular y esclerosis múltiple. Para el caso de la vejiga hiperactiva idiopática, el número de estudios y pacientes es menor, pero aparentemente los resultados serían equiparables, nosotros presentamos nuestra experiencia inicial con este medio de tratamiento. Si bien se tratas de un estudio descriptivo, no controlado, puede inferirse que en pacientes con diagnóstico de vejiga hiperactiva refractaria al tratamiento médico, las inyecciones intravesicales con toxina botulínica, serotipo A parecen mejorar los parámetros urodinámicos, y síntomas asociados como frecuencia, urgencia e incontienencia de urgencia. Se requiere estudios posteriores con un mayor número de pacientes, aleatorizados, placebo controlados para obtener resultados estadísticamente significativos. Bibliografía 1. Dykstra SS, Sidi AA. Treatment of detrusor sphincter dyssynergia with botulinum A toxin: a double blind study. Arch Phys Med Rehabil 1990;71:24–6. 2. Stohrer M, Schurch B, Kramer G, Schmid D, Gaul D, Hauri D. Botulinum A toxin in the treatment of detrusor hyperreflexia in spinal cord injury. A new alternative to medical and surgical procedures? Neurourol Urodyn 1999;18:401–2. 3. Smith CP, Somogyi GT, Boone TB. Botulinum toxin in urology: evaluation using an evidence-based approach. Nat Clin Pract Urol 2004;1:31–7. 4. Apostolidis A, Dasgupta P, Fowler CJ. Proposed mechanism for the efficacy of injected botulinum toxin in the treatment of human detrusor overactivity. Eur Urol 2006; 49:644– 50. 5. Chapple C, Patel A. Botulinum toxin—new mechanisms, new therapeutic directions? Eur Urol 2006;49:606–8. 6. 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