CRÍTICA DE LIBROS GARCÍA CANEIRO, José. La racionalidad de la guerra. Borrador para una crítica de la razón bélica. Ed. Biblioteca Nueva. Madrid, 2000, 166 páginas. El autor, militar de carrera. Doctor en Filosofía y Profesor en el Instituto Universitario «General Gutiérrez Mellado», nos ofrece aquí la quintaesencia de sus reflexiones principales de lo que fue el proyecto de su tesis doctoral. Que este libro enjundioso sea presentado en una colección de ensayos no empece a la densidad de su contenido. Con empleo de las nuevas categorías de la deconstrucción en la interpretación de textos, y, en especial, con arrimo a las teorías de Derrida, se articula una interpretación de las ideas claves del libro clásico Vom Kriege de Clausewitz^. Vaya por delante mi agradecimiento al autor porque, al actuar aquí de breve glosador de su obra, me ha obligado a una relectura de la conocida obra del General alemán que hice en mis años mozos. Anticipemos la tesis central del ensayo de G. Caneiro: A través de una lectura «diferente» se ha intentado desmontar la tesis central de Clausewitz sobre que «la guerra sea la continuación de la política por otros medios... porque la propia relación de subordinación jerárquica de la guerra a la política, no la justifica, no la legitima, no constituye un proceso de racionalización» (pág. 148). Bien, esta tesis no lleva al autor a un análisis pormenorizado y exhaustivo de la obra de Clausewitz, sino, acertadamente, a la selección singular de las posiciones nucleares de éste, de las que, en nuestro tumo y en razón de la brevedad, escogeremos básicamente dos: el tema de la naturaleza de la Guerra y el de la diada Guerra-Política. Muy en conformidad con el pensamiento dialéctico de Clausewitz, que Caneiro apoyándose en R. Aron hace bien en resaltar, es claro que la noción clausewiziana de la guerra es la síntesis de dos conceptos antitéticos, el de la guerra global o absoluta, der globale Krieg (a no confundir con la guerra total) y el de la guerra real, der wirklicher Krieg. Lo es también que la primera noción funciona en Clausewitz como criterio ideal —tesis en el sentido hegeliano— que comporta, en sí misma, violencia extrema y al que está referida la primera de las definiciones de guerra: «Acto de fuerza para obligar al enemigo al cumplimiento de nuestra voluntad». Pero es el propio Clausewitz quien mediante la introducción de la noción de la guerra real (antítesis) termina operando con el concepto sintético de la guerra con la que se ha operado a lo largo de la Historia. Ésta es, pues, una guerra recortada y limitada en su violencia, como toda realidad humana, en sus actos y en sus efectos. Y es aquí en donde al comentarista le asalta la duda: ¿contra qué • Las breves referencias que en esta glosa haré a ella van referidas al ejemplar de la 9.^ edición de la Vom Kriege, Berlín-Leipzig, 1915. 472 CRÍTICA DE LIBROS noción de guerra G. Caneiro dirige su acertada crítica?^ Pasemos ahora al par GuerraPolítica. Si por alguna de sus doctrinas Clausewitz es conocido, lo es precisamente por la mencionada idea de que la «guerra es la continuación de la política aunque por otros medios». En realidad su pensamiento exactamente era éste: «La guerra no es otra cosa que la prolongación del comercio (relación) político con introducción de otros medios». Introducción de otros medios —aclara— porque ese comercio político no cesa, sino que continúa existiendo, cualesquiera que sean los medios de los que ahora éste se sirva. Y por eso la guerra puede ser un instrumento de la Política y estar subordinada a ella. Si la guerra fuera en su totalidad guerra (wenn der Kñeg ganz Kríeg ware) se nos transformaría en un absoluto y se saldría del ámbito de la Política. Fuera de estos dos grandes temas, G. Caneiro sobrevuela otro en el que no entra a fondo, pero esperemos que algún día lo haga, en las inmejorables condiciones en las que él está para enfrentarlo. ¿Hizo Von Clausewitz una verdadera filo- sofía de la guerra? Problablemente tal pregunta habría que contestarla con un «jain», «sí y no», todo junto y a la vez. Sí, respecto de la guerra de los siglos XVIII-XIX, que es la que que Clausewitz conocía; no, en relación con las que después vinieron. Pocos ejemplos podrían ilustrar mejor esta realidad que la referencia crítica al prólogo del General en Jefe, Graf Schlieffen, a la 5.^ edición de la Vom Kriege de 1905, quien atribuía las victorias de 1866 y las de 1870 nada menos que a la semilla que, primero en el ejército prusiano y después en el alemán, había sembrado la obra de Clausewitz. Pues bien, aceptando en lo que valga tal atribución respecto de las guerras anteriores, evidente es que su doctrina ya no sirvió para el manejo de de la Primera Guerra Mundial —en cuyo momento la referida edición se estaba haciendo— y mucho menos para las que vinieron después o puedan todavía venir. Los parámetros en los que Clausewitz formuló sus reflexiones sobre el fenómeno bélico se han modificado radicalmente. J. PUENTE EGIDO Catedrático de Derecho Internacional 2 Lo que no es obstáculo a que ocasionalmente vuelva Clausewitz, incongruentemente, a la noción de «guerra absoluta», según G. Caneiro nos hace observar perspicazmente: «Gehórt der Krieg der Politik an, so wird er ihren Charakter annehmen. Sobal sie [es decir, la Política] grossartiger und máchtiger wird, so wird es auch der Krieg, und das kann bis zu der Hóhe steigen, auf welcher der Krieg zu seiner absoluten Gestalt gelangt» {pp. cit., pág. 642). 473