ETNICIDAD VIRTUALIZADA. LAS TIC EN LA (RE)PRODUCCIÓN DE IDENTIDAD. NOMBRE: César Oré Rocca CENTRO: UPV/EHU ABSTRACT/RESUMEN El incremento del uso de nuevas tecnologías de la comunicación y la información en el seno de la vida cotidiana se extiende hoy a la vida del campo y a los entornos rurales. Una expansión que viene alentada por un amplio abanico iniciativas cuya lectura sobre ellas se centra en su potencial como fuente de información y canal de comunicación. No obstante, desde de las ciencias sociales se viene realizando una lectura que atiende a los posibles efectos que este entramado tecnológico (ciberespacio) comporta en la configuración de lo social y se proponen estudios acerca del uso de la tecnología como de su relevancia en los procesos de construcción de representaciones colectivas. Desde esta perspectiva planteamos el análisis de páginas web de algunos colectivos indígenas que deciden representarse como tales en el ciberespacio, con el objetivo de observar posibles transformaciones en los soportes de las identidades colectivas al trasladarse a entornos virtuales de Internet. Con arreglo a lo anterior, presentamos la estrategia de estudio en la red a partir del establecimiento de los presupuestos teórico que avalan las interrogantes sobre las características que adquiere la referencia étnica que fluye en el ciberespacio y el despliegue instrumental aplicado al análisis y recojo de información. I. INTRODUCCIÓN La extensión de las TIC en la vida social. La propagación actual de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es un hecho relevante que, si bien antes ocurría exclusivamente en reducidos ámbitos de la vida cotidiana y, siempre, en torno a las ciudades, acomete hoy en múltiples espacios de la vida cotidiana e incluso alcanza la vida del campo y a los entornos rurales. En relación a lo último, venimos siendo testigos del progresivo desdibujamiento del límite urbano como único espacio de acometida de las TIC. Pues de la mano de una serie de iniciativas, las TIC ocupan la vida del campo como terreno fértil para su desarrollo e instrumentalización. 1 Ésta trayectoria, llama la atención de las 1 Una serie de textos reflejan esta cuestión. Para el caso concreto del Perú y la cuestión étnica Véase: ciencias sociales alentando interrogantes sobre los posibles trasfondos de su potencial informacional y comunicacional en relación a los plurales procesos de interacción social, de organización, indentificación, inclusión y exclusión. A este respecto, desde las ciencias sociales se realizan estudios y trabajos abocados a distinguir los factores que propician el éxito social de las TIC en términos de adaptación y posibilidad de apropiación de éstas. El estudio de las TIC viene promoviendo el interés de disciplinas tales como la filosofía y la sociología, además de la antropología. Las TIC se han convertido en objeto de estudio, abordadas por plurales perspectivas que, como fuel el caso de Marshall McLuhan (2005, 2009), las consideran parte de la complejidad social 2. De ello, se entiende que su extensión obedece a procesos complejos de construcción social. En este sentido, el sociólogo Stanley Aronowitz (1998) destaca, por ejemplo, que “las tecnologías son desplegadas utilizando e involucrando a seres humanos y a la naturaleza, de manera que aparece una continuidad entre los tres que impide cualquier aislamiento de esencialidad (Menser y Aronowitz 1998: 40); observación que nos sugiere la necesidad de insistir en observar, analítica y críticamente dichos procesos. Una propuesta de estudio: la etnicidad en la red En relación a ello y con arreglo al interés sociológico de estos fenómenos, realizo el trabajo de abordar una de las posibles áreas de conjunción entre los procesos de construcción de identidades colectivas y el empleo de tecnologías de la información y la comunicación para conseguirlo y/o extender su vigencia. En este sentido, sin ser otro que el extenso terreno de los procesos de identificación el planteado como dimensión de análisis, delimitamos el espacio de estudio al fenómeno actual del (re)surgir étnico a modo de proceso de (re)construcción identitaria de la región de los andes-Perú y sobre la dimensión tecnológica que aflora paralela al desarrollo de los pronunciamientos étnicos de aquella región, concretamente el acceso a Internet. Ello, con el objetivo de registrar posibles resignificaciones, mutuas constituciones entre una lectura tradicional de la identidad y otra tecnológica derivada del flujo de información. De este modo, siendo el ciberespacio, el lugar donde se desarrolla nuestra investigación, un relativo “nuevo” espacio de estudio sociológico, quisiera en esta ocasión exponer lo que Pratt (1996); De la Cadena (2008). 2 Como destaca Lewis H. Lapham, en la introducción del texto de McLuhan Comprender los medios de comunicación, la perspectiva que desarrolla es a partir de premisas como las siguientes “nos convertimos en lo que contemplamos” o “modelamos nuestras herramientas, luego éstas nos modelan a nosotros” (2009: 8) podríamos denominar “estrategia de análisis” de la etnicidad en Internet; esto es, por un lado, el despliegue conceptual con el que adoptamos la lente de análisis de la figura étnica en el entramado tecnológico (ciberespacio) y, por otro, la articulación de las herramientas de análisis que desarrollamos para el seguimiento y recojo de información. II. PRESUPUESTOS TEÓRICOS Y LAS REFERENCIAS MACROSCÓPICAS. A pesar de la facilidad de constatar la propagación de las TIC observando la proliferación de hardware y de su presencia en los discursos cuya percepción data de lecturas distintas sobre ella (las efectuadas por los usuarios, el de las instancias que propagan las TIC en estos entornos rurales, etc.), el delimitar un campo en el que el análisis y observación pudieran dar claras descripciones de su implicación de la tecnología de última generación en mundo social no es tarea sencilla. Los diversos escenarios por los que se extienden y se inmiscuyen las TIC, por ejemplo en los Andes peruanos, es un fenómeno de gran envergadura que supone múltiples interrogantes. En orden detallado, implica preguntarse por las posibles variaciones en las maneras de comportarse y organizarse a partir de su uso o si es que promueven nuevas formas de relacionarse o de gestionar los procesos de identificación cultural o los procesos de inclusión y exclusión; en orden genérico, cuestionar el tipo de continuidad que pudieran suponer estas tecnologías en relación al orden moderno o de las posibles resistencias o innovaciones relacionadas a los distintos contextos espaciales y culturales.3 La dificultad que supone demarcar un campo en el que observar el papel de las TIC en el entretejido social fue señalada por Christina Hine en su texto Etnografía virtual publicado en el año 2000. Allí sugiere Hine la modesta aproximación a particulares situaciones específicas del empleo de las TIC y realizar entonces el esfuerzo por comprender el modo en que funciona la vinculación de éstas tecnologías con el entretejido social. En esta línea han destacado estudios centrados en el caso del Internet como un espacio en el que se generan lógicas culturales distintas a las que tienen lugar en la vida presencial y física4. 3 Esta serie de interrogantes venían siendo realizadas desde los primeros estudios de la Internet. Véase: Escobar, A. (2005). 4 En esta dirección, hay distintas propuestas de comprensión de la red, entendida como un mundo aparte o una continuidad de la vida social (Grillo, 2007), como un artefacto cultural o cibercultura (Hine, 2000), En el intento de atajar o sortear esta dificultad, he procurado demarcar un campo de cruce de dos fenómenos: el proceso de construcción de identidades y el empleo de tecnologías de la información y la comunicación como medio de construcción y/o representación. Con arreglo a la recomendación hecha por Hine, de delimitar un espacio concreto de trabajo, acoto el campo de observación sobre los fenómenos actuales de pronunciamiento étnico a modo de proceso de (re)construcción identitaria de la región de los andes del Perú, en particular sobre los casos en los que la dimensión tecnológica, desarrollada por programas de implementación de nuevas tecnologías en áreas rurales, tienen un papel participativo en los procesos de construcción identitaria y su presentación. Nuestro análisis se desarrolla entonces a través de la observación y seguimiento de las páginas web de colectivos étnicos que se (re)presentan como tales en sus respectivos entornos virtuales; como es el caso de la comunidad de Palca-Perú, por citar uno de los ejemplos observados, que experimenta la acometida de las tecnologías a través de un proyecto del gobierno peruano de desarrollo de TIC, que habilitan un centro de acceso al ciberespacio y provee una página web como portal de representación de la comunidad. En definitiva, el punto de partida y las herramientas conceptuales que acreditan nuestras interrogantes provienen del terreno de los estudios sobre las identidades colectivas y de las teorías sobre la etnicidad. Por ello, la aproximación que realizamos al entorno virtual y su implicación en los procesos sociales de construcción de identidades, sería poco comprensible sin, al menos, hacer una breve descripción sobre tales cuestiones y sin realizar algunas aclaraciones. Hacia una noción operativa La postura que desarrollan las ciencias sociales desde los años 1960-1970 y que alienta nuestra inquietud acerca de la no neutralidad de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en los procesos de construcción de identidad, es la de señalar que la identidad es contraria a una carrera semántica preestablecida (Hall, 1996). Diversas tendencias de la sociología contemporánea 5 distinguen en ellas la naturaleza flexible, el carácter construido y la forma (re)negociada en su seno, a la luz de los procesos de adaptación y supervivencia. etc. Para una ilustración de lo mismo véase: Ardèvol (2008) y Díaz de Rada (2008). 5 Véase autores diversos como Maffesoli, 1997; Martuccelli, 2007; Gellner, 2003; Bhabha, 2002; Hall, 1996 y un largo etcétera. Los trabajos realizador en los estudios sobre la identidad giran en torno a la vigente potencia estructural del término en la organización de los sentimientos y en la organización social, en la determinación de la inclusión y la exclusión e, incluso, en la distribución del poder. En el esfuerzo por entender éste potencial se arguye que en definitiva ellas no pueden ser entendidas como una unidad o singularidad, sino más bien como construcciones variadas a través del discurso, prácticas y posiciones diferentes, a menudo cruzados y antagónicos (Hall, 1996: 17). Esta afirmación o conclusión, nos indica, asumido su carácter construido, que en todo análisis de los procesos de identificación debe prestarse especial atención al discurso y a las practicas, en tanto fuentes que la propician. La lectura de la identidad desde las ciencias sociales sugieren que sea ésta comprendida, más aún al quererla analizar, como producto de prácticas discursivas específicas inscritas en juegos de poder. A ello, han aportado sobremanera los estudios sobre la problemática étnica. Éstos, en su oposición al substancialismo, dejaron de ver a los grupos étnicos como conjuntos preexistentes, con pertenencias invariables y con atributos naturales. Contrariamente, volcaron los análisis sobre la producción y mantenimiento de los significados, y sus esfuerzos analíticos se tornaron sobre el producción de los rasgos culturales que, finalmente, constituyen a los grupos. Ésta disposición analítica creció a la luz de conceptos distintos para pensar la problemática de la identidad a través de atribuciones étnicas: los “grupos étnicos” y la “etnicidad”. A modo de herramientas conceptuales, los “grupos étnicos” y la “etnicidad” otorgaron relevancia a dimensiones tales como las nociones de pertenencia o la conciencia sobre la misma, a la significación construida de ciertos atributos (religión, lengua, etc.), etcétera. De este modo, los estudios sobre la etnicidad desplazaron sus enfoques del “análisis del contenido cultural de los grupos étnicos en un momento determinado, al análisis de la emergencia y mantenimiento de las categorías (o fronteras) étnicas que se construyen inter-subjetivamente en y a través de las relaciones inter-grupales. […], del estudio de las características de los grupos, al estudio de su proceso de construcción social; de la sustancia a la forma; de los aspectos estáticos a los aspectos dinámicos y relaciones; de la estructura a los procesos” (Giménez, 2006: 132 y ss.). Así, a partir de Fredrick Barth (1976), uno de los pensadores protagónicos de este giro teórico6, la expresión de la identidad mediante lo étnico, las identidades étnicas en 6 Un resumen sugerente de esta caracterización de la etnicidad hecha por Fridrick Barth, lo provee Gilberto Giménez (2006: 135) en las siguientes palabras: a) Los grupos étnicos deben considerarse como una forma de organización, como la organización social de las diferencias culturales. Esto quiere decir concreto, son atendidas por distintas perspectivas de trabajo –estudios que afirman que las identidades son agencias (en tanto recurso) que emanan de una perspectiva política pero también cultural, y que se despliega sobre el consenso endógeno y exógeno de su existencia (Hoffmann, 2007); estudios de perspectiva constructivista que señalan reivindicaciones de autonomía regional y territorial donde la construcción de identidades cuestionan el orden establecido y proponen otras alternativas como la de autogobierno y autonomía buscando ser reconocidas; o, incluso, por un amplio abanico de estudios que subrayan su capacidad de congregación y organización social, el ser producto de espacio de conflicto, su naturaleza discursiva e ideología, su naturaleza imaginada, etc.–. En resumen, un universo de iniciativas que, aún trabajando sobre plurales realidades y distintos nudos sociales –de reinvención de pertenencias y (re)construcción de sentidos-, inciden todas en señalar la naturaleza flexible y cambiante de los elementos constituyentes de la etnicidad y la variabilidad habida en los procesos de subjetivación de los mismos, esto es, en la producción de las identidades. En el desarrollo teórico derivado del estudio de las identidades étnicas son recurrentes ciertos elementos en la configuración de la etnicidad que, en un esfuerzo por resumirlos, puede que ayuden a esclarecer las dimensión de la etnicidad. Entre ellas podemos destacar a) la presencia de actores, en tanto sujetos asociados a procesos históricos; b) la naturaleza construida de las identidades, sean éstas étnicas, nacionales o de cualquier otra condición; c) su origen en espacios de interrelación de al menos dos culturas distintas que compiten y negocian significados, poderes, conocimientos, etc.; d) articulada en las prácticas discursivas conjugadas entre aquellas del pasado y las nuevas posibilidades producidas por el discurso. Ello indica que al analizar los procesos de identificación étnica estamos entrando a un espacio en el que se ligan discursos, estrategias, prácticas y modos de subjetivación. De modo que al plantear el análisis de modalidades de la identidad producidos en un escenario virtual, cabe llevar a examen la vinculación de las configuraciones materiales que, tanto hacia dentro como hacia fuera del grupo, las relaciones sociales se organizan a partir de las diferencias culturales. b) Pero no se trata aquí de diferencias culturales supuestamente objetivas, sino de diferencias subjetivamente definidas y seleccionadas como significativas por los actores sociales para clasificarse a sí mismos y a la vez ser clasificados por otros con fines de interacción. En efecto, “los rasgos que son tomados en cuenta –nos dice Barth no son la suma de diferencias ‘objetivas’, sino solamente aquellos que los actores mismos consideran significativos” (Barth, 1976: 15). De aquí la importancia de la autoadescripción categorial en la teoría de Barth. c) La identidad étnica se construye o se transforma en la interacción de los grupos sociales mediante procesos de inclusión-exclusión que establecen fronteras entre dichos grupos, definiendo quiénes pertenecen o no a los mismos. d) La identidad de los grupos étnicos se definen por la continuidad de sus fronteras, a través de procesos de interacción inter-étnicas, y no por las diferencias culturales que, en un momento determinado, marcan o definen dichas fronteras. y simbólicas en relación a la noción de etnicidad en estos espacios. Sin necesidad de exponer exhaustivamente el marco teórico que nos guarda, considero suficiente para el propósito de esta exposición quedarnos con las pinceladas hechas sobre los términos de identidad, etnicidad e identidad étnica. En tanto que distingamos el perfil de la naturaleza articulada y creada de la identidad, la caracterización del despliegue de elementos que asisten y constituyen la etnicidad y la noción de proceso de construcción constante y en relación perenne a los proceso de subjetivación de elementos abiertos y móviles para la noción de identidad étnica, entonces, contamos con gran parte de las nociones que nos hacen permiten articular la Hipótesis general de trabajo de que las tecnologías de la información y la comunicación ocupan un lugar crucial en la articulación de las prácticas sociales y los discursos, entre la significación de los rasgos culturales y la modificación de las formas materiales. De la misma manera, en éste es el contexto por el que sostengo que la “etnicidad virtual” es “una forma emergente históricamente que, como todas las figuras culturales, mantiene una relación de fuerza con lo que le ha precedido” (Poster, 2003: 202) pero que además, lo virtual, es una oportunidad de su despliegue, con el objetivo de extender su difusión y mantener su vigencia en las identidades de la actualidad. Referencias macroscópicas del estudio: la etnicidad y los entornos virtuales a) La etnicidad En el empeño por establecer ciertas referencias analíticas de la vinculación de las tecnologías en el entretegido social, he considerado pertinente estabilizar la etnicidad como categoría de referencia para la observación de los fenómenos étnicos virtualizados. Ella da cuanta de la construcción de diferencias y semejanzas grupales étnicas en estos entornos y, como señala Ramírez Goicoechea (1991), es una categoría que remite a contextos sociohistóricos y políticos determinados. La etnicidad resulta persistente en los entornos analizados, por lo que instrumentarla y centrarse en ella nos conduce a la distinción de fenómenos de reivindicación cultural, englobando una serie de operaciones que bien reseña Eugenia Ramírez Goicoechea (1991: 12-13) 1. Ordenar la experiencia social, organizando y clasificando la diversidad en un conjunto inteligible de unidades significativas discretas. Construir un mapa cognitivo, un sistema clasificatorio de la realidad social y sus actores, como parte de las representaciones colectivas, del imaginario –l’imaginaire- social. 2. Disponer de un referente comunitario simbólico –el grupo étnico-, sin perjuicio de ser incardinado por actores concretos, con las prestaciones de toda referencia grupal: orientación contextual normativa de la conducta, adscripción y sentimiento de pertenencia, ubicación subjetiva y objetiva, obtención de reconocimiento. 3. Organizar la interacción social con objetivos y sentidos diversos: movilización de recursos, establecimiento de estrategias de actuación, articulación de intereses y expresión de ideologías, legitimación/impugnación/reivindicación de situaciones de dominio o poder, etcétera. Todas estas operaciones la convierten en un referencia macroscópica crucial en el análisis de los diversos elementos e ítems que aparecen dispersos en los entornos virtuales de presentación colectiva, las páginas web de las comunidades étnicas en concreto. En este sentido, la etnicidad tiene la particularidad, volviendo a Ramírez Goicoechea, de “realizarse gracias a la selección arbitraria de una serie de atributos/prácticas culturales, históricos, sociodemográficos, políticos, económicos, religiosos, etc., lo suficientemente polisémico, como para permitir el uso estratégico y contextual de uno y otro significado, que se combinan entre ellos de forma variable según los casos” (Ramírez Goicoechea, 1991: 9). Ella refiere a una selección arbitraria o un despliegue de elementos que pueden, cualquiera de ellos, referirse al conjunto de elementos tanto por asociación como por contigüidad en un momento dado. Todo ello, persigue el legitimar la diferencia colectiva que se quiera alcanzar, a través del establecimiento de sistema categorial étnico (Ramírez Goicoechea, 1991)7. En relación a esto último, nos ocupa aquí distinguir el sistema categorial étnico en su versión virtualizada. Un ejercicio que nos obliga distinguir los principios y centros que transfieren el sentido específico de los símbolos en cuestión. En resumen, la etnicidad se posiciona como referencias macroscópicas de nuestro estudio en tanto que explica la construcción social de las identificaciones y diferenciaciones colectivas que aparece bajo concretas circunstancias sociohistóricas, como una construcción que se realiza por medio de la objetivación y selección arbitraria 7 Otra característica de la etnicidad señalada por Eugenia Ramírez Goicoechea es que contempla los procesos de objetivación de la diferencia colectiva. A través de lo que ella denomina DISCURSO ÉTNICO, “se revela la existencia del sistema prescriptivo y un relato sobre los orígenes y devenir de la colectividad a la que pretende distinguir, así como también la existencia de un sistema categorial étnico” (Ramírez Goicoechea, 1991: 10). de una serie de atributos y prácticas. Referencia que no opaca, sin por el contrario, da cabida a la sospecha de una no neutralidad de las tecnologías en los procesos de construcción y representaciones sociales de identificación y diferencia. b) Los entornos virtuales A partir del apartado anterior, asumo como segunda referencia macroscópica el entorno virtual, en su acepción amplia; es decir, como un conjunto de prácticas de comunicación y estructuración social, y una diversidad de formas de experiencia sociocultural (Ardèvol, 1991). Elissenda Ardèvol señala que los espacios virtuales, para éste caso las páginas web, “son un objeto que media en la interacción social entre individuos (1991: 12), sentido por el cual sitúo a éstos, los entornos virtuales, como una referencia macroscópica de análisis con el objeto de distinguir los contingentes procesos sociales que en su seno pudieran ocurrir. Dicho de otro modo, con los entornos virtuales como referencia, pretendo observar aquellas cualidades de la tecnología que, como señala Christine Hine, se construyen y adquieren su forma a través de procesos tales como la negociación acerca de la naturaleza de los usuarios” (2000: 17), a la vez que potencializan nuevos procesos de subjetividad: dispersa y descentrada. Con arreglo a dichas observaciones, la referencia macroscópica atiende a la doble caracterización de los mismos: a) Características del entorno (Mayans, 2002): -inmaterialidad, cuya existencia está sujeta a los usuarios y al sentido otorgado a los atributos allí representados. - no presencia física. - espacio no geográfico sino practicado, donde la variabilidad de sus contenidos es alta y la de los lazos que allí se generan también b) La de su existencia sujeta a las prácticas sociales (Díaz de Rada, 2008): - los ejercicios y sentidos otorgados por los sujetos al ser ellos quienes disponen los elementos de representación en función de la apropiación de las posibilidades que ofrecen las tecnologías. III. INTERNET ¿ESPACIO DE NUEVAS SUBJETIVIDADES? La etnicidad virtual En el enfoque del trabajo resulta indispensable remarcar que el proceso de virtualización de la etnicidad refiere al proceso de transferir la representación étnica a un entorno (ciberespacio) cuya característica principal es, probablemente, su inmaterialidad física. Como se indicaba anteriormente, en él no es necesario el ocupar un espacio físico para habitarlo, ni siquiera requiere una relación cara a cara para el ejercicio de comunicación. La etnicidad referida es la que se despliega en un espacio no geográfico sino practicado, cuya existencia está sujeta al ejercicio de los usuarios y el vertido semántico de atributos por medio de esas respectivas prácticas, donde la maleabilidad de los contenidos sociales es constante y la flexibilidad de sus vínculos muy alta (Mayans, 2002). Respecto a esto último, hemos de hacer hincapié en que partimos de la idea de que no son únicamente las características propias de Internet las que infieren en la construcción de las identidades, sino que es necesario contar con las prácticas de los sujetos al disponer ellos los elementos de representación en función de la apropian de las posibilidades que ofrece la tecnología (Grillo, 2007). En este sentido, nos alineamos a aquella perspectiva que estrena la antropología de concebir el mundo online y offline como un continuo y no como mundos separados 8. A este respecto, la antropología viene demostrando que el entorno virtual no es más que un espacio social producido por sujetos y que no es la tecnología por sí misma propiciatoria del cambio social, en cambio sí lo son las prácticas que con ella y hacia ella se activan, así como las significaciones que le son atribuidas por la gente (Grillo, 2007: 35). A partir de ello, cabe entonces llevar a examen la vinculación de las configuraciones materiales y simbólicas en relación a la noción de la etnicidad virtual y su articulación de atributos a través de las prácticas de representación; distinguir su emergencia, no a través de las redes, sino en las redes y, también, observar sus variables formaciones textuales, gráficas y auditivas a la que están sujetos los individuos (Poster, 2003: 215). Esto es, las nociones de las que partimos, caracterizadas, podría decirse, por su amplitud, falta de rigidez e ilusoria monovalencia, la identidad y la etnicidad, pasan al orden simbólicomaterial de los entornos virtuales a través de las voluntades de representación; por lo que cabe plantear posibles transformaciones en las prácticas y la inauguración de procesos de reflexividad en su (re)producción. 8 Aquí empleamos la taxonomía de Óscar Grillo, quien distingue dos tipos de perspectivas de comprensión de Internet. Por un lado, aquella que ve que Internet ha sido construido como un mundo aparte, argumentando que la tecnología en sí misma es capaza de generar nuevas formas de relación, de identidades, etc. Mientras que, por otro, se halla la perspectiva que entiende Internet como parte del mundo, donde los usos y las prácticas son los que construyen o no los cambios sociales. Abordando la complejidad: estrategia de observación El análisis de las páginas web en las que figura una representación de identidad étnica, demandan una estrategia de aproximación que solventamos con el desarrollo de criterios9 que, para éste caso, se entienden aclaratorios de la etnicidad virtualizada, así como de los posibles y diferentes procesos de subjetivación que pudieran darse a través de las nuevas tecnologías. a) El tipo de reflexividad que se instala en la transformación de la representación étnico hacia su virtualización o representación en Internet. b) Los elementos y objetos tecnológicos que pautan el tipo de acceso y uso de las tecnologías de la información y comunicación. c) El soporte social y tecnológico que posibilita la virtualización de la representación étnica. d) Las características de articulación de la etnicidad considerando sus representaciones en la Web. e) La producción de una tecnología que verifica la existencia física del colectivo representado. a) El tipo de reflexividad. El primer criterio de observación y análisis nos indica los procesos de reflexividad cultural habida en los procesos de virtualización: representación social y distinción de los atributos étnicos en la red. Alumbran el despliegue de la etnicidad como recurso, tanto por parte de voces constructoras del espacio virtual como por quienes, en la continua representación, alimentan y mantienen el contenido de la Web y atiende los posibles procesos de reflexividad que la representación propicia, es decir, mayores esfuerzos de escenificación y convocación de los soportes más tradicionales de la identidad: costumbres, biografías, modos de subsistencia, territorios, etc. Dicho de otro modo, a través de este criterio podemos observar si los portales Web admiten o no el cruce de esfuerzos en el procesos de virtualizar la etnicidad: por un lado, de representación institucional y/o clásica y, por otra, de representación reflexiva de los representado o identificados en la web. Bajo el mismo criterio de observación podemos notar que si la presencia de las tecnologías de la información y de la comunicación ligada al desarrollo de una cultura en torno al uso y aprovechamiento de las tecnologías, abre otras posibilidades de lo social, donde la reflexividad reconoce no sólo un tipo creativo de representaciones de la comunidad en la red, sino también una activación de nuevas figuras sociales en la comunidad territorial, como pudiera ser el cambio de roles 9 El desarrollo y aplicación de estos criterios se haya recogido en otro texto: Oré y Seguel, 2010. sociales. b) Los elementos y objetos tecnológicos El segundo, parte de la premisa de que las formas tecnológicas nunca son variables independientes sino que siempre están inscritas en procesos sociales y culturales y, a su vez, abren posibilidades y contienen restricciones (Poster, 2003: 197). Por lo que es de nuestro interés observar los elementos y objetos tecnológicos que pautan el tipo de acceso y uso comunitario de las tecnologías de la información y comunicación. Ello nos permiten detectar procesos de apropiación de herramientas técnicas, tanto respecto al soporte del portal o página Web en la medida que posibilita un espacio multimedia y de interactividad que no siempre está asociado a la destreza técnica; como respecto al soporte técnico, en tanto recurso comunicacional a través del implemento de Chats, foros, blogs, etc. El objetivo en esta guía es el de visualizar el posible desarrollo o no de acceso a las tecnologías al ser empleada y la posibles creaciones técnicas para su representación. c) El soporte social y tecnológico que posibilita la virtualización de la comunidad. El tercer criterio, se dirige el análisis de los soportes sociales y tecnológicos de esta representación, para indicarnos el proceso de construcción social de la etnicidad y de su despliegue posiblemente estratégico sobre una base, unas redes y unos vínculos sociales. d) Las características de articulación de la etnicidad. El cuarto criterio nos permite distinguir a expertos técnicos, simpatizantes y algunos miembros de los grupos que van resaltando la presencia étnica y sus modos de representación. A este respecto pueden distinguirse dos: a) a través de una figura densa, en la que la etnicidad se articula por categorías de mayor reconocimiento social: interacción social, el territorio o también un orden político, económico, social, etc.; y, b) un tipo de figura compuesta, que en su conjunto dan sentido y significado a la etnicidad, es decir, por un conjunto de elementos que la describen y la refuerzan. e) La producción de una tecnología que verifica el hecho comunitario. Por último, el quinto criterio, que señala los procesos que se conjugan en la construcción social de lo étnico en la Web mediante tecnología como medio de verificación del hecho étnico. A este respecto pueden distinguirse el empleo de dos vías de verificación de lo comunitario en la Web: por un lado, recursos tecnológicos que dan cuenta de la existencia del territorio o distintivos de existencia cultural; y, por otro, recursos discursivo-técnicos que permiten el efecto de actividad, acción y “presencia” (una manera de decir “aquí estamos”). En ésta segunda vía de “presencialismo”, referida a los recursos discursivo-técnico, se presentan publicaciones informativas a modo de noticias que pueden ser no elaboradas por las personas de la comunidad, sino por los administradores, expertos… En otro plano, aparecen series de relatos, caracterizados por una narrativa descriptiva-costumbrista en la que se retrata idealizadamente el entorno comunitario. IV. NOTAS DE CIERRE PARA UN ANÁLISIS DE LA ETNICIDAD EN LA RED A modo de síntesis podemos decir que, aplicada ésta estrategia de análisis, el recojo de información y su resultado no debe desestimar la valía de los detalles y de las pequeñas cuestiones: posicionales, relacionales, jerarquizaciones, etc. Todo es de sumo interés a pesar de la excesiva extensión material que podría reunirse. En cada uno de los detalles de la Web, se podrá hallar elementos que, siendo por su significación o por su ubicación, adquieren un carácter fundamental en la modelación del imaginario étnico. Los discursos, las historias, las herramientas, los nombres, los símbolos, los mapas, las fronteras retratadas, las canciones, las tradiciones representadas, las prácticas, las instituciones, la disposición de los link, la red y webs vinculadas etc., permiten distinguir la multiplicidad de elementos que finalmente participan en la configuración de la etnicidad. Si bien se observa que la representación de la etnicidad en los portales web, tras pasar por un claro proceso de virtualización, mantiene aún la relación de sus límites previos; la etnicidad virtualizada queda a expensas de la interpretación y representación sujeta a la construcción social y la creación cultural (Oré y Suegel, 2010). El grado de elementos heterogéneos desplegados en los portales, son sobre los que se realiza y se estructura las posibles lecturas de la etnicidad. En el proceso de virtualización se activa procesos reflexivos sobre la figura étnica haciendo visibles en su representación ciertas partes y dejando otras en penumbra (Ardèvol, 2008). Por lo que el propio ensamblaje de la web y su contenido pueden ser capaces de definir la etnicidad, por la distribución espacial de sus elementos y/o por las funciones que éstos desempeñan. Aún cuando cada uno de los elementos, por separado, no sean significantes de etnicidad, son éstos sus elementos constituyentes. En resumen, podemos decir que la etnicidad virtual se define en la relación del conjunto de elementos, aún cunado éstos son heterogéneos y carentes de significados en sí mismos. Del mismo modo, podemos decir, a modo de conclusión, que en ello recae su capacidad de activar los procesos de subjetivación, en tanto que describe las condiciones a través de las cuales los individuos construyen su identidad, identidad étnica para este caso. BIBLIOGRAFÍA Aronowitz, S., Martinsons, B., y Menser, M. (1998) Tecnociencia y cibercultura. La interrelación entre cultura, tecnología y ciencia, Barcelona, Paidós. Ardèvol, E., A. Estalella y D. Domínguez (2008) “Introducción: la mediación tecnológica en la práctica etnográfica”, en La mediación tecnológica en la práctica etnográfica, San Sebastián, FAAE. Barth, Fredrik (1976) Los grupos étnicos y sus fronteras. México D.F., Fondo de Cultura Económica. Bhabha, Homi (2002) El lugar de la cultura, Buenos Aires, Manantial. De la Cadena, Marisol (ed.) 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