LA EUCARISTÍA FUENTE DE VIDA DE LA VIRGEN CONSAGRADA II Encuentro Nacional "Ordo Virginum", Xalapa, Ver. Debemos hablar de un BINOMIO: CONSAGRADA-EUCARISTÍA VIRGINIDAD El objetivo de la virginidad CONSAGRADA es SEGUIR A CRISTO VIRGEN Y CASTO BAJO LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO, PARA DEDICARSE TOTALMENTE A DIOS COMO A SU AMOR SUPREMO … (PC 1-2). Ante todo han de cultivar la vida espiritual (PC, 5 y 6) Busquen y amen a Dios, que nos amó a nosotros primero, y procuren con afán fomentar en todas las ocasiones la vida escondida con Cristo en Dios, de donde brota y cobra vigor el amor al prójimo en orden a la salvación del mundo y a la edificación de la Iglesia. … fieles a la mente de la Iglesia, vivan únicamente para Dios, celebren el sacrosanto Misterio de la Eucaristía no sólo con los labios, sino también con el corazón, y sacien su vida espiritual en esta fuente inagotable. Alimentados así en la mesa de la ley divina y del sagrado Altar, amen fraternalmente a los miembros de Cristo, reverencien y amen con espíritu filial a sus pastores, vivan y sientan más y más con la Iglesia y conságrense a su misión. … fieles a la mente de la Iglesia, vivan únicamente para Dios, celebren el sacrosanto Misterio de la Eucaristía no sólo con los labios, sino también con el corazón, y sacien su vida espiritual en esta fuente inagotable. Alimentados así en la mesa de la ley divina y del sagrado Altar, amen fraternalmente a los miembros de Cristo, reverencien y amen con espíritu filial a sus pastores, vivan y sientan más y más con la Iglesia y conságrense a su misión. En la Sagrada Eucaristía Jesucristo quiso darnos a los seres humanos todas las riquezas de amor que tenía reservadas (Concilio de Trento). Santo Tomás llama a la Eucaristía: Sacramento del gran amor de Jesús, garantía de su inmensa caridad hacia nosotros, porque fue el amor de caridad lo que impulsó a Jesús a quedarse para nosotros en el sacramento del altar. No le bastó a nuestro Redentor encarnarse y hacerse hombre … sino que quiso quedarse como nuestro alimento: Mi carne es verdadera comida y mi Sangre verdadera bebida (Jn 6,55). Se redujo a alimento para estar totalmente cerca y unido a sus fieles (San Francisco de Sales). Por eso, oyendo una misa se puede merecer más que dando la propia hacienda a los pobres (San Bernardo). En la Eucaristía has dispuesto todo de tal manera que tu corazón y el nuestro lleguen a ser un solo corazón, inseparablemente unidos (San Lorenzo Justiniano). San Dionisio afirmaba que la Eucaristía tiene más fuerza para santificar el alma que todos los demás medios espirituales. Entre todos los ejercicios y prácticas de piedad, ninguno hay cuya eficacia santificadora pueda compararse a la digna recepción del sacramento de la eucaristía. En ella recibimos no solamente la gracia, sino el Manantial y la Fuente misma de donde brota. Por tanto, la vida DE LA VIRGEN CONSAGRADA debe girar en torno a la eucaristía. Una sola misa glorifica más a Dios que la gloria que le ofrecen en el cielo por toda la eternidad los ángeles, santos y bienaventurados, incluyendo a la misma Santísima Virgen María, Madre de Dios; porque la gloria que Dios recibe a través del sacrificio de la misa es absoluta y rigurosamente infinita. (Royo Marín). La Eucaristía, Misterio de luz (MND, cap. II): La Eucaristía es luz, porque en cada misa la liturgia de la Palabra de Dios precede a la liturgia eucarística, en la unidad de las dos “mesas”. A través de los signos en la eucaristía, el misterio se abre de alguna manera a los ojos del creyente. La eucaristía es un don demasiado grande para admitir reducciones y ambigüedades. La eucaristía es Misterio de Luz porque es el misterio de la presencia real: junto con toda la tradición de la Iglesia creemos que bajo las especies eucarísticas está realmente presente Jesús. Una presencia que se llama “real” no por exclusión, como si las otras formas de presencia no fueran reales, sino por antonomasia como explicó muy claramente el Papa Pablo VI. ¡Gran misterio la Eucaristía! Misterio que ante todo debe ser CELEBRADO BIEN (Instrucción RS), ADORADO Y CONTEMPLADO (CULTO EUCARÍSTICO). La adoración eucarística fuera de la Misa debe ser durante este año un objetivo especial para las comunidades religiosas, órdenes de vírgenes y parroquias. La Eucaristía fuente y epifanía de comunión (MND, cap. III): Con la Eucaristía entramos en profunda comunión con el Señor y nos permite anticipar en cierto modo el cielo en la tierra. Un solo pan, un solo cuerpo. Un solo corazón y una sola alma. La eucaristía es fuente de unidad eclesial y a la vez su máxima manifestación La consecuencia de todo esto es que la eucaristía es principio y proyecto de “misión” (MND, cap. IV). La Instrucción “caminar desde Cristo: un renovado compromiso de la vida consagrada en el tercer milenio” (Junio 2002) en el No. 26 marca: “La eucaristía lugar privilegiado para el encuentro con el Señor”. En la vida de la virgen consagrada dar un puesto prioritario a la espiritualidad quiere decir partir de la recuperada centralidad de la celebración eucarística, lugar privilegiado para el encuentro con el Señor. Jesús se hace presente en medio de sus discípulos, explica las Escrituras, hace arder el corazón e ilumina la mente, abre los ojos y se hace reconocer (Lc 24,1335). La invitación de JP II a los consagrados es particularmente vibrante: “ENCONTRADLO Y CONTEMPLADLO DE MODO ESPECIAL EN LA EUCARISTÍA, CELEBRADA Y ADORADA CADA DÍA, COMO FUENTE Y CULMEN DE LA EXISTENCIA Y DE LA ACCIÓN APOSTÓLICA”. La Exhortación Apostólica Vita Consecrata (marzo de 1996) exhorta a participar diariamente en el Sacramento de la Eucaristía y a su asidua y prolongada adoración. Con la eucaristía se puede llevar a cabo en plenitud la intimidad con Cristo, la identificación con Él, la total transformación a Él, a la cual los consagrados están llamados por vocación. En la eucaristía, el Señor Jesús nos asocia así en la propia oferta pascual al Padre: ofrecemos y somos ofrecidos. La misma consagración VIRGINAL asume una estructura eucarística: es total oblación de sí estrechamente asociada al sacrificio eucarístico. En la eucaristía se concentran todas las formas de oración, viene proclamada y acogida la Palabra de Dios, somos interpelados sobre la relación con Dios, con los hermanos, con todos los hombres: Es el sacramento de la filiación, de la fraternidad y de la misión. Sacramento de unidad en Cristo, la eucaristía es contemporáneamente sacramento de la unidad eclesial. “Consagradas por el obispo diocesano, asumen un vínculo especial con la Iglesia, a cuyo servicio se dedican permaneciendo en el mundo”. (Exh. Ap. Vida Consagrada, 7). Pero para que produzca con plenitud los esperados frutos de comunión y de renovación no pueden faltar las condiciones esenciales: el perdón y el compromiso de amor mutuo, que son fruto y signo de la eucaristía bien celebrada. Antes de presentar la ofrenda sobre el altar es necesaria la plena reconciliación fraterna (Mt 5,23).En la comunión con Jesús eucaristía es donde alcanzamos la capacidad de amar y de perdonar. En estas condiciones, la comunidad de los consagrados que vive el misterio pascual, renovado cada día en la Eucaristía, se convierte en testimonio de comunión y signo profético de fraternidad para la sociedad divida y herida. De la Eucaristía, nace, efectivamente, la espiritualidad de comunión, tan necesaria para establecer el diálogo de la caridad que el mundo de hoy tanto necesita. “La eucaristía nos impulsa a mirar hacia delante y hacia lo alto” (N° 46). JP II enriqueció con la indulgencia plenaria algunos actos de devoción al Santísimo Sacramento, que tendrán vigencia durante todo el Año de la Eucaristía. También se concede, la indulgencia plenaria al clero, a los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica y a los otros fieles obligados por ley al rezo de la Liturgia de las Horas, además de los que están acostumbrados a rezar el Oficio Divino por pura devoción, siempre, al final de la jornada, recen ante el Señor presente en el sagrario, o en común, o de forma privada, Vísperas y Completas. La vivencia del domingo, prioridad para la Iglesia en Latinoamérica es la propuesta del Cardenal Giovanni Battista Re, Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina. Tarea que Cristo ha dejado a los Obispos, sacerdotes y consagrados … Este encuentro de VÍRGENES CONSAGRADAS debe conducir solas o asociadas en virtud de que constituyen una especial imagen escatológica de la Esposa celeste y de la vida futura a: 1) Amar, celebrar y VIVIR cada día más la santísima Eucaristía. 2) A unirse íntimamente con Jesús, sumo y eterno sacerdote y esposo. 3) A pregustar el cielo en cada banquete eucarístico. 4) A configurar cada día más la vida en el mundo con Jesús – virgen-. 5) A cobrar mayor conciencia que la virginidad consagrada es un don precioso y necesario para el presente y el futuro de la Iglesia porque pertenece íntimamente a su vida, a su santidad y a su misión. Señor Jesús, que me conozca a mi y que te conozca a Ti, Que no desee otra cosa sino a Ti. Que me odie a mí y te ame a Ti. Y que todo lo haga siempre por Ti. Que me humille y que te exalte a Ti. Que no piense nada más que en Ti. Que me mortifique, para vivir en Ti. Y que acepte todo como venido de Ti. Que renuncie a lo mío y te siga sólo a Ti. Que siempre escoja seguirte a Ti. Que huya de mí y me refugie en Ti. Y que merezca ser protegido por Ti. Que me tema a mí y tema ofenderte a Ti. Que sea contado entre los elegidos por Ti. Que desconfíe de mí y ponga toda mi confianza en Ti. Y que obedezca a otros por amor a Ti. Que a nada dé importancia sino tan sólo a Ti. Que quiera ser pobre por amor a Ti. Mírame, para que sólo te ame a Ti. Llámame, para que sólo te busque a Ti. Y concédeme la gracia de gozar para siempre de Ti. Amén.