La incidencia de la crisis económica en el colectivo inmigrante en Navarra Grupo de trabajo: Cambio y continuidad en la sociedad navarra Autor: Antidio Martínez de Lizarrondo Artola (Responsable del Observatorio Permanente de la Inmigración del Gobierno de Navarra) Teléfono: 948.365.308 E-mail: amartart@navarra.es Resumen: En este artículo se presentan los resultados más relevantes del estudio que CIES y el Observatorio Permanente de la Inmigración han realizado en 2010 sobre la incidencia de la crisis en la población extranjera en Navarra. Esta investigación continúa la serie de encuestas (2000, 2003 y 2008) que el Gobierno de Navarra lleva a cabo para analizar la realidad de este colectivo, si bien ésta última se centra específicamente en determinados ámbitos. La anterior Encuesta se realizó en el primer semestre de 2008, cuando aún no se apreciaban plenamente las consecuencias sociales de la crisis económica. Por ello, el objetivo de este estudio es reflejar la situación actual de la población de origen inmigrante en la Comunidad Foral y observar cómo sus condiciones de vida han podido ser afectadas en el periodo 2008-2010. Para ello se comparan los resultados obtenidos ahora con los datos de 2008 y se añaden varias preguntas que recogen la valoración subjetiva sobre las consecuencias personales de la crisis. La principal novedad metodológica es que en 2010 se ha realizado telefónicamente a un total de 440 personas, mientras que en 2008 fueron 2.400 entrevistas personales. De entre quienes mostraron su disponibilidad a ser entrevistadas en el futuro se escogieron 400 personas, que han repetido en 2010. Las conclusiones de este estudio permiten corroborar que el impacto de la crisis ha sido muy importante en casi todos los ámbitos que afectan a la vida de las personas de origen inmigrante. Entre estas cuestiones podemos destacar el notable empeoramiento de sus condiciones de trabajo y de inserción laboral, los cambios en las estrategias familiares ante la crisis, la pérdida y el cambio de vivienda por dificultades económicas o el empeoramiento de las condiciones subjetivas de salud. 1 1 Introducción En 2010 se cumplen 10 años de la elaboración de la primera Encuesta a la población inmigrante extracomunitaria que residía en ese momento en la Comunidad Foral. De este modo se cumple una década desde que el Gobierno de Navarra planteara la necesidad de llevar a cabo estudios para analizar la realidad social que acompaña a la instalación de estos nuevos residentes. Las conclusiones de este primer estudio del año 2000 sirvieron de base para la elaboración del Plan para la Integración Social de la Población Inmigrante 20022006. Este plan apostaba por unas políticas holísticas de integración social, esto es, que se plantean mediante la transversalidad en sus diferentes ámbitos y en las que se hacía hincapié en la cohesión de la sociedad. La planificación de las políticas públicas en materia migratoria requiere que se conozca bien la dimensión del fenómeno y que se analice en profundidad su impacto sobre las sociedades de acogida. El análisis de la realidad social es fundamental para luego poder aplicar políticas que se adecuen a dicha realidad. Desde su creación en 2006 la Oficina de Atención a la Inmigración, y en concreto el Observatorio Permanente de la Inmigración en Navarra (OPINA), es consciente de la importancia de este objetivo y viene apostando decididamente por el conocimiento y la investigación sobre las circunstancias y condiciones que acompañan la realización de los proyectos migratorios de las personas que han decidido instalarse en Navarra. Obviamente, como no podía ser de otro modo, este análisis se efectúa desde una perspectiva multidimensional, pues son muchos los elementos que la conforman y que deben de ser tratados de manera integral. Tras la Encuesta del año 2000 se realizó una segunda Encuesta en 2003 con el objetivo de conocer cuál era la situación y evolución de este colectivo y la Encuesta 2008 sobre inmigración en Navarra continuó esta secuencia. Desde el punto de vista metodológico, estos análisis han supuesto la puesta en marcha de una recogida de datos con un alto nivel de fiabilidad y pioneros en el conocimiento del fenómeno de las migraciones en nuestro país, ya que permite observar la evolución de múltiples cuestiones y se logra la comparación diacrónica en los tres momentos (2000, 2003 y 2008). Cabe recordar que el trabajo de campo de esta III Encuesta se realizó a finales del primer semestre de 2008. En aquel momento nos encontrábamos en los albores de la crisis económica que ha afectado a todos los sectores de la sociedad, pero especialmente a los más vulnerables, como es el caso de muchas personas inmigrantes. Los resultados de ese estudio supusieron la visibilización del punto de 2 inflexión que ha supuesto la crisis y, por tanto, reflejaron la fase final de una época de crecimiento económico que ha favorecido unos espectaculares flujos migratorios, tanto hacia Navarra como hacia el conjunto de España. El Observatorio Permanente de la Inmigración en Navarra estimó que era necesario mostrar la situación actual de la población de origen inmigrante en la Comunidad Foral y observar cómo sus condiciones de vida han podido ser afectadas por la crisis económica y social. Por ello se encargó a CIES la realización de un estudio sobre esta cuestión, cuyos resultados han sido completados por el OPINA. Los datos obtenidos se han comparado con los resultados de 2008 y, asimismo, se han analizado las respuestas que la población de origen inmigrante ha ofrecido a la valoración subjetiva sobre las consecuencias personales de la crisis. 2 Metodología La Encuesta 2008 amplió los universos de las encuestas anteriores, que se limitaban a la población extracomunitaria. En esa ocasión incluyó al conjunto de personas de origen inmigrante residentes en Navarra. El universo se obtuvo a partir de los datos del Padrón referidos a la población de origen no español residente en Navarra. La explotación de esta fuente se efectuó tomando como base las variables de nacionalidad, zona básica de residencia, sexo y edad. En esta ocasión se ha seguido este mismo esquema ya que esto permite tener en cuenta a aquellas personas que han obtenido la nacionalidad española y que a pesar de que a efectos administrativos son españolas de pleno derecho, pueden seguir viviendo experiencias derivadas de su condición de inmigrante. Asimismo, la ampliación del universo permite analizar a otros colectivos con gran peso en Navarra que actualmente forman parte de la Unión Europea. La principal novedad metodológica con respecto al año 2008 es que hace dos años se realizaron 2.400 entrevistas personales, mientras que en 2010 se ha entrevistado telefónicamente a un total de 440 personas utilizando el programa CATI (Computer Assistant Telephone Interview). En 2008 alrededor de 1.000 personas mostraron su disponibilidad a ser entrevistadas en el futuro y facilitaron su número de teléfono. Una vez que CIES se puso en contacto con ellas en 2010, alrededor de 400 accedieron a realizar la presente investigación (no hubo muchas negativas, pero sí algún cambio de titular en el número de teléfono). La muestra final ascendió a 440 personas, ya que las 40 entrevistas restantes son personas que, aun poseyendo el mismo número de teléfono, su perfil no correspondía a quien fue entrevistada en 2008. Un hecho 3 significativo es que 18 personas (el 4% de las entrevistadas) ya no residían en Navarra en 2010 y se había trasladado a otra Comunidad Autónoma. Este hecho representa en sí mismo un indicador de la movilidad geográfica de esta población. Para poder comparar ambas muestras se partió de tres variables independientes como son edad, sexo y origen y dadas las diferencias, sobre todo de origen, se optó por ponderar la muestra de la Encuesta 2010. Con todo ello, es preciso dejar claro que los resultados de la actual Encuesta de 2010 son representativos para el conjunto de la población extranjera y comparables con los de 2008 en este sentido, pero no lo son por zona de origen, sexo y zona de Navarra (sólo lo son para las personas entrevistadas en 2010). A la hora de observar y comparar los resultados hay que precisar que el nivel de confianza de la encuesta de 2008 fue del 95,5% (2 sigma) para la hipótesis más desfavorable y en 2010 es del 95% de fiabilidad. El margen de error fue del ±2,0% en 2008 y en 2010 es el ±4,66%. Asimismo, el cuestionario empleado en la encuesta del año 2010 mantiene en gran medida la estructura temática de las encuestas anteriores, pero se redujo considerablemente para su adaptación a una entrevista telefónica. En el actual cuestionario se han respetado aquellos ítems que se estiman fundamentales para el análisis evolutivo de la situación de las personas de origen inmigrante. El cuestionario fue validado en una primera fase, previa a su diseño definitivo. A continuación se señalan los principales aspectos que se han tratado en las entrevistas a través del cuestionario propuesto: 1. La situación laboral (forma en la que ha afectado la crisis, condiciones de trabajo, formación, inserción y regularidad laboral, etc.). 2. El proyecto migratorio (perspectivas de futuro, posibilidad de retorno al país de origen, adquisición de la nacionalidad española, etc.). 3. Las estrategias familiares empleadas ante la crisis (procesos de reconfiguración de hogares, modificación de las pautas de reagrupación familiar, retorno de familiares ya reagrupados, etc.). 4. La vivienda (riesgo de pérdida por dificultades económicas, cambios en el régimen de propiedad o alquiler, etc.). 5. Las condiciones de salud de la población inmigrante (valoración subjetiva de su estado, utilización de los recursos sanitarios, etc.). 4 6. Utilización de los servicios públicos y privados y recursos existentes en Navarra (ayudas y prestaciones percibidas, etc.). 3 3.1 La situación de la población inmigrante en 2010 La incidencia general de la crisis económica En la Encuesta 2010 había una batería de preguntas sobre las consecuencias personales de la crisis en determinados ámbitos (“debido a la crisis económica, ¿usted se encuentra o ha encontrado en alguna de las siguientes situaciones?”). Las respuestas que ha ofrecido la población de origen inmigrante evidencian que estas personas están sufriendo muy duramente las consecuencias de esta situación. Si observamos por orden de mayor a menor las respuestas afirmativas superiores al 20% se comprueba que la realización de un menor número de actividades sociales (72%) es el ámbito que más ha afectado a la población de origen inmigrante. A continuación se halla el empeoramiento de las condiciones laborales (54%), el incremento de deudas en el hogar (47%), la realización de cursos de formación para sortear el impacto de la crisis (46%), la pérdida directa del trabajo (37%), el cambio de vivienda (33%), la imposibilidad de reagrupar a familiares que quería traer (32%), la imposibilidad del retorno por no poseer recursos económicos (29%), el regreso al país de origen de familiares en primer grado (23%), la afección personal por un Expediente de Regulación de Empleo (23%) o que la familia aquí instalada dependa económicamente de la persona encuestada tras haber perdido el empleo la pareja de esta persona (23%). La pérdida de trabajo, sin duda el mayor efecto negativo de la crisis, ha afectado al 5 37% de los entrevistados, especialmente los hombres (43%) y los mayores de 45 años. A un 23% le han afectado los ERES o cierre de empresas, porcentaje que también asciende al 28% en los hombres. Por origen, son los norteafricanos (51%) los que más han sufrido la pérdida de trabajo y en el lado opuesto, los de la Unión Europea (22%). Cabe señalar que para todos los grandes grupos por zona de origen las condiciones laborales han empeorado y, por ejemplo, un 30% de los entrevistados de la UE27 tienen a su familia dependiendo de sus ingresos. Sin embargo, destacan las mayores dificultades que encuentran las personas de origen norteafricano: son quienes más han sufrido en el ámbito de la vivienda, ya que el 12% ha perdido una vivienda en propiedad (por el 5% del total) y un 46% ha debido cambiar de vivienda (por el 33% del total). Este grupo es también a quienes más le ayuda económicamente su familia de su país de origen (20%), frente al 12% del total de personas encuestadas. Dentro del 29% de quienes desean volver pero no tienen medios económicos para ello, las personas latinoamericanas con el 47% son el grupo que más señala este deseo de regreso a su país de origen. Respecto a otras preguntas que se planteaban, el 12% de la población de origen inmigrante señala que ha tenido que recibir apoyo de asociaciones de inmigrantes. El mayor apoyo de estas asociaciones lo tienen los norteafricanos (22%) y esto tiene cierta lógica puesto que en 2008 era el colectivo con un mayor índice de asociacionismo étnico. En 2008 sólo el 1,4% de las personas inmigrantes eran socias activas de asociaciones étnicas, de lo que se desprende que se ha extendido la labor de ayuda y sostén de este tipo de asociaciones. Dos de las cuestiones en las que se observa con mayor claridad los efectos causados por la crisis han sido el descenso de actividades sociales (72%) y el aumento de deudas en el hogar. En 2008 el porcentaje de inmigrantes que realizaba a menudo actividades de ocio ya descendió con respecto a 2000 y 2003 y se situó en el 25%. Las salidas con amigos y las visitas a casas de amigos y/o familiares eran entonces las actividades más habituales en la vida cotidiana de los inmigrantes. Este retraimiento en las prácticas relacionales se explica en parte a través del origen: como en 2008, son las personas de origen norteafricano quienes realizan menos actividades sociales. Por su parte, en 2008 sólo un 4% de la población encuestada reconocía tener deudas de alquiler, hipotecas o gastos del hogar (luz, gas, etc.). En cambio, ahora en 2010 este índice aumenta al 47%, lo que nos indica el fuerte impacto de 6 la crisis en esta población. Cabe señalar que este aumento de deudas del hogar se da más entre las personas nacionalizadas, donde llega al 59% de las entrevistadas. 3.2 El empleo Las características económicas de la crisis han incidido para que éste sea el ámbito clave de la propia crisis. Como se ha visto en el epígrafe anterior un notable porcentaje de la población de origen inmigrante se ha visto afectada en esta cuestión a través de la pérdida del empleo, que es el principal y primer nexo para la integración en la sociedad de acogida. Estos hechos ponen de manifiesto la magnitud de la situación de precariedad y riesgo de exclusión (muchas personas ni siquiera han generado derechos para prestaciones) que amenaza a una importante parte de esta población. Especialmente, la comparación de los datos de 2008 con los resultados de 2010 nos muestra un importante cambio en el mundo del trabajo en los dos últimos años. En el momento en el que se realizó la última encuesta (febrero de 2010) el 60% de los entrevistados estaba trabajando y un 31% buscaba trabajo, porcentaje que llegaba al 39% en los mayores de 45 años. Como dato positivo cabe indicar que para las personas que estaban trabajando, el grado de satisfacción con su trabajo puede considerarse medio (7,4%), teniendo en cuenta las escalas de satisfacción comúnmente aceptadas donde 7 es el nivel mínimo de satisfacción. Con respecto a 2008 hay un leve incremento del 0,3% en la satisfacción. En comparación con 2008 se observa que el 31% de los entrevistados está sin trabajo, 9 puntos más que hace dos años, cuando ya se empezaban a notar los efectos de la crisis. La tasa de empleo pasa del 66% al 60%. 7 Asimismo, la media de tiempo en paro es de algo más de un año. La menor tasa de paro la tienen los residentes de la Unión Europea y la mayor los del norte de África. Respecto a la situación de los parados que había en 2008, el tiempo de espera para encontrar trabajo ha aumentado de 5,5 meses a 12,8 en 2010. En cuanto a la búsqueda de empleo y registro oficial del desempleo en las oficinas públicas hay que subrayar que en 2008 Navarra era junto con Cataluña o Baleares una de las comunidades con la tasa más alta de inmigrantes demandantes de empleo. Sin embargo, este dato no había que ligarlo con un mayor desempleo, cuyas tasas en Navarra eran comparativamente más bajas; sino con el hecho de que es donde más se recurría a los servicios públicos de empleo, tanto para la búsqueda de trabajo como para la mejora del mismo. Ese mayor conocimiento y utilización queda demostrado también a través de los datos provenientes de las encuestas. De este modo, en 2008 el porcentaje de desempleados extracomunitarios inscritos en las oficinas públicas de empleo representaban el 49% del total de parados extracomunitarios. Esta cifra llegaba al 55% entre toda la población encuestada, que era de origen inmigrante. En la actualidad, si tenemos en cuenta que más del 90% de la muestra es población activa resulta sin duda alto el índice de inscripción en el INEM (82%). Se produce un aumento de 27 puntos porcentuales en el número de inscritos en la Oficina de Empleo del Servicio Navarro de Empleo. Por sectores, la construcción ha sido el sector más castigado, descendiendo en dos años 11 puntos (de 28% a 17%), mientras que las personas inmigrantes que trabajan en los servicios han aumentado un siete por ciento. En la distribución por sexo los servicios (54% de mujeres) y la construcción (34% de hombres) son los de mayor porcentaje, si bien todos los sectores están representados. En 2010 sigue existiendo, como en 2008, una alta correlación entre el sector de actividad y el origen de los inmigrantes. De manera significativa la población de 8 origen norteafricano se dedica a la agricultura y a la industria. A su vez, el servicio doméstico y los servicios (con la importancia hostelería) tienen altos porcentajes entre los de UE27 y América Latina, así como entre los nacionalizados, con el 69%. La ocupación está dominada por trabajadores tanto cualificados (45% de los hombres) como no cualificados. En las mujeres predomina el servicio doméstico (32%), porcentaje mayor que en el sector puesto que con la crisis aproximadamente un 16% de las mujeres que ahora trabajan en servicio doméstico vienen de otros sectores. En lo que respecta a la ocupación, un 55% de los procedentes del norte de África es trabajador no cualificado. Un 26% de UE27 y 25% de latinoamericanos se dedican al servicio doméstico. Respecto a 2008 se observa que se ha producido un descenso de siete puntos en los trabajadores cualificados, pasando del 37% al 30%. Un factor que discrimina las variables de sexo y edad es el tipo de contrato. Un 43% de los más jóvenes tienen contrato temporal (32% de la muestra total) y un 15% de las mujeres no tienen contrato (frente al 11% total). Es importante precisar que del 15% de mujeres que no tiene contrato, el 55% se encuentra trabajando en el servicio doméstico. Asimismo, es interesante que la zona de origen en la que más personas trabajan de manera irregular, sin contrato de trabajo, sea la UE27 (18%). Con respecto a 2008 vemos que el descenso de trabajo se ha centrado sobre todo en los trabajadores con contratos temporales, descendiendo del 44% en 2008 al 32% este año. 9 Para quienes estaban trabajando otro factor en el que se comprueba la incidencia de la crisis es el importante descenso con respecto a 2008 de los días semanales de trabajo. Desde 2008 hay descenso de 18 puntos porcentuales en los trabajos de cinco días semanales, mientras que aumentan los de cuatro días o menos. Estas cifras indican unos tipos de trabajo más irregulares o sustitutivos. De hecho, como se observa en la tabla posterior, el trabajo secundario (segundo, tercer o cuarto trabajo) aumenta del 3% al 12%. Asimismo, también el servicio doméstico (y la hostelería) conlleva mayor número de días/semana trabajados. Mientras que los hombres trabajan el 74% menos de 6 días, las mujeres lo hacen en un 57%. El 16% de las mujeres tienen uno o varios trabajos secundarios. Respecto a los días de trabajo, el 40% de los latinoamericanos trabajan más de 5 días/semana, lo que indica que muchos tienen más de un trabajo (así lo dice el 24%). En cuanto a los ingresos económicos, casi la mitad de los hogares entrevistados (47%) tienen ingresos por debajo de los mil euros (la media aproximada ronda los 1.300 euros). 10 Con respecto a 2008 se observa que los ingresos mensuales aumentan, debido a que quienes conservan el trabajo son los que tenían los sueldos más altos (los sueldos más altos corresponden a quienes provienen de la UE y el menor a los del norte de África), pero por otro lado también se comprueba que desciende el envío de dinero al país de origen. En 2010 el envío de dinero al año no llega a los 1.500 euros, mientras que en 2008 la población encuestada enviaba unos 1.700 € anualmente. Respecto a las características de las remesas según sexo, las mujeres envían dinero en mayor proporción que los hombres. Esto posiblemente tenga que ver con la situación del mercado de trabajo, pues la recesión económica ha estado centrada en los sectores de producción más masculinizados como son la construcción o la agricultura. En este punto tampoco hay que obviar que el porcentaje de personas de origen inmigrante que envía dinero a sus países de origen se ha reducido en los últimos años, como se observaba en 2008. Entre estas razones podemos encontrar la reagrupación de familiares que dependían o a quienes se apoyaba en el pasado, el no tener familiares dependientes, la insuficiencia del salario para hacer frente a los gastos en la sociedad de acogida y, obviamente, la crisis económica. 3.3 La salud Respecto al análisis de los aspectos relacionados con la salud que afectan a la población inmigrante, estos se han planteado desde una perspectiva comparativa. Por un lado, se ha preguntado a la población de origen inmigrante por su estado de salud, estableciendo un punto de referencia para el análisis comparativo con los datos de las Encuestas anteriores, y por otro, se ha realizado una aproximación a la utilización de los servicios sanitarios por parte de la población inmigrante, comparando los datos con los obtenidos en el año 2008. 11 3.3.1. Estado de salud El estado de salud de la población de origen inmigrante es mayoritariamente “bueno” o “muy bueno” (67%). Sin embargo, comparando estos datos con los de las Encuestas anteriores, se observa cómo en estos dos últimos años se ha producido un importante descenso en el estado de salud percibida por la población inmigrante. El porcentaje de personas que definen su estado de salud como “bueno” o “muy bueno” ha descendido en un 21% respecto a 2008. Por el contrario, aquellas personas que definen su estado de salud como “aceptable” han aumentado un 16% y se ha incrementado hasta el 8% las personas que consideran su estado de salud como “malo” o “muy malo”. El sexo y la edad condicionan la salud de las personas. Las mujeres perciben un peor estado de salud. El 62% lo considera “bueno” o “muy bueno” frente al 72% de los hombres. Respecto a las personas menores de 30 años, estas valoran su estado de salud como “bueno” o “muy bueno” en mayor medida que las personas mayores de 45 años (74% frente al 55%). 3.3.2. Utilización de los servicios Como se observa en la siguiente tabla, en todos los casos ha aumentado la utilización de los servicios sanitarios por parte de la población de origen inmigrante respecto a 2008. Es de resaltar el de la atención especializada, cuyo uso ha pasado del 13% al 23%. Estos datos no hacen sino corroborar lo señalado anteriormente respecto al empeoramiento del estado de salud percibida por la población inmigrante. El centro de salud se mantiene como principal servicio sanitario utilizado por la población de origen inmigrante. 12 El uso del centro de salud se ha incrementado en 3 puntos respecto a 2008 (77%, con una media de 4,8 veces/años), siendo especialmente alto en aquellas personas que peor valoraban su estado de salud: las mujeres (84%) y los mayores de 45 años (83%). También ha aumentado en 3 puntos la utilización del servicio de urgencias (36% de los encuestados) con una media de 2,7 veces/año. Respecto a la zona de origen, hay un mejor estado de salud en los entrevistados del grupo “resto” (Asia, Rusia y centro y sur de África), alcanzado el 80% (13 puntos más que la media). No se observan diferencias significativas en la utilización del centro de salud por zonas de origen, pero sí en el servicio de urgencias, siendo las personas norteafricanas quienes más lo utilizan (48%) y las latinoamericanas las que menos (28%). 3.4 La vivienda En relación a la vivienda, por un lado se han obtenido datos sobre régimen de tenencia y personas con las que conviven las personas de origen inmigrante y por otro lado se ha pretendido una aproximación general a los efectos que la crisis ha podido tener en este ámbito (posible pérdida de vivienda en propiedad o cambio de vivienda). El 36% de las personas encuestadas tiene vivienda en propiedad o con derecho a compra y el 49% están alquiladas. Un 12% del total de personas de origen inmigrante tiene alquilada una habitación. 13 El mayor porcentaje de vivienda en propiedad se da entre los mayores de 45 años (50%) y entre las personas que se han nacionalizado españolas (62%), lo que corrobora un mayor deseo -y éxito- en la integración en la sociedad de acogida. El mayor índice de alquiler corresponde a personas de la Unión Europea (67%). Respecto a las personas con las que conviven, la media de personas por vivienda no alcanza las cuatro personas (3,85 personas/vivienda). De éstas, 3,21 son familiares. Como dato añadido debemos señalar que la población navarra, en general, tiene una media de 2,9 personas por vivienda. Diferenciando por zonas de origen, se observa que el mayor número de personas/vivienda se da en la categoría “resto” de países (4 personas/vivienda). Entre los nacionalizados se da la mayor relación entre familiares con los que convive (3,71 personas familiares/vivienda). Las diferencias respecto a los datos de 2008 no son significativas, aunque sí que se aprecian los efectos positivos de las reagrupaciones: en 2008 había 2,6 familiares en cada vivienda y en 2010 se ha pasado a 3,2 familiares/vivienda. 3.5 Acogida y apoyo social En este apartado se realiza una aproximación a aspectos relacionados con los servicios de acogida establecidos en Navarra para la población de origen inmigrante. Entre otras cuestiones, se analiza el conocimiento y el uso que tiene esta población de los recursos sociales ofertados por entidades públicas -que se concretan en este caso en los Servicios Sociales de Base y los Centros de Salud- y las ONG y sindicatos. 14 Los Servicios Sociales de Base son conocidos por la mitad de las personas entrevistadas y han sido utilizados en el último año por el 24%, mientras que los/as trabajadores/as sociales de los centros de salud han sido utilizados por el 88%. Por su parte, las entidades sociales son conocidas por el 82% y utilizadas por el 38%. Respecto a 2008, se observa un notable incremento producido en la utilización del recurso Centros de salud (37 puntos más que en 2008), lo cual concuerda con lo dicho anteriormente sobre el empeoramiento generalizado de la percepción de la salud por parte de la población de origen inmigrante. Por otra parte, también ha descendido considerablemente (22 puntos) la asistencia de las personas inmigrantes a las Entidades Sociales y/o ONGs. Respecto al tipo de atención que ofrecen los recursos públicos y las ONGs y sindicatos, cabe decir que la relativa a la orientación, asesoramiento y trámites en cuestiones de documentación es la atención más demandada, pero se ha producido un descenso de 25 puntos respecto a los datos de 2008. También ha descendido la información sobre el ámbito sanitario y se ha incrementado la información relativa a cursos (quizá como consecuencia del aumento del desempleo y la necesidad de reorientar y/o completar la trayectoria laboral). 3.6 El proyecto migratorio El proceso migratorio es un factor clave en la conformación, asentamiento y gestión de la vida de las personas inmigrantes. Estos procesos inciden directamente tanto en el mantenimiento como en la estructuración, reformulación y convivencia de cada núcleo o unidad familiar. Estos cambios, ya sean marcados por el propio proceso migratorio o por otros factores (demográfico, político, económico…), no 15 hacen sino mostrar la diversidad en la tipología, temporalidad y estructuración de las familias, al mismo tiempo que dan cuenta de la complejidad de estos procesos. Un 58% de los entrevistados manifiesta la intención de quedarse a vivir en España. Este porcentaje es del 64% entre los hombres y llega al 61% entre las personas mayores de más de 45 años. Un 16% piensa que no se quedará, que prácticamente es el mismo porcentaje que había en el año 2008. A pesar de la crisis económica hay con respecto a 2008 una mayor decisión de quedarse, si bien desciende la preferencia de quedarse en Navarra y aumenta la de en cualquier otra provincia española. Un 9% piensa que volverá a su país en cinco años, pero el 73% cree que continuará en Navarra. Asimismo, en este punto sobre dónde desearían residir en cinco años se observan importantes diferencias por zona de origen. Las personas latinoamericanas son quienes menos tienen decidido quedarse (45%), mientras que las provenientes del Norte de África son las que más (75%). En lo que se refiere al proyecto de futuro de reagrupación familiar la comparación con 2008 puede dar lugar a inexactitudes, ya que en 2010 se incluyen dos nuevas respuestas. Aun así parece claro que aumenta la intención de no traer a los familiares, que pasa del 40% en 2008 al 45% en 2010. A un 33% le gustaría traer a algún familiar a Navarra y este porcentaje se incrementa cuatro puntos sobre los resultados de 2008. Asimismo, otra pregunta añadida en 2010 indica que al 69% de las personas extranjeras le interesa adquirir la nacionalidad española. 16 Cabe matizar en este apartado, en cuanto a los deseos de permanencia en España, que antes de que la pérdida de empleos fuese tan evidente cinco de cada diez extranjeros afirmaban que tenían decidido quedarse indefinidamente en España independientemente de su situación laboral. Resulta destacable que en 2003, cuando la situación era sin duda más favorable, la indecisión de la población extranjera respecto a quedarse o no suponía el 47% del total mientras que esa incertidumbre representaba a mediados del año 2008 el 29%. Por ello, entendemos que la diferencia entre ambas posturas indecisas se encuentra en el trasvase de los vacilantes a posturas de claro propósito de asentamiento en España, que se confirman en la actual encuesta del año 2010. 4 Conclusiones El impacto de la crisis ha sido muy importante en casi todos los ámbitos que afectan a la vida de las personas de origen inmigrante. Entre estas cuestiones podemos destacar el notable empeoramiento de sus condiciones de trabajo y de inserción laboral, los cambios en las estrategias familiares ante la crisis, la pérdida y el cambio de vivienda por dificultades económicas o el empeoramiento de las condiciones subjetivas de salud. El factor en el que más ha repercutido la crisis económica ha sido el trabajo. La tasa de ocupación ha descendido en dos años un 6% y quienes buscan trabajo han aumentado en un 9%, pasando de un 22% a un 31%. El sector con mayor impacto negativo ha sido la construcción con 11 puntos menos de ocupación y en la ocupación los trabajadores cualificados con 7 puntos menos. Aumenta también notablemente el porcentaje de entrevistados que trabajan menos de cinco días, lo que indica más de un trabajo o trabajos part-time, etc. De hecho, aumenta del 3% al 12% quienes tienen más de un empleo. Aunque algunos ratios parecen más positivos, se debe a que el grupo de inmigrantes que tienen trabajo o bien lo tienen más estable y mejor pagado o bien han buscado –sobre todo en el caso de las 17 mujeres- segundos o terceros empleos que les han permitido mantener un nivel aceptable de sueldo. El desempleo es mayor entre los hombres (36%) y los mayores de 45 años (39%), norteafricanos (39%) y con origen “resto del mundo” –Rusia, Asia y África que no sea el Magreb- (38%). Asimismo, el colectivo en paro no sólo es mayor sino que, además, lleva más tiempo (5,5 meses en 2008 y 11,8 meses en 2010). El impacto de la crisis se ve claramente en la parte del estudio dedicada específicamente. Para un 54% ha habido un empeoramiento de las condiciones laborales, el 37% ha perdido el trabajo que tenía, además de verse afectados por ERES o cierres de empresas (23%). Todo ello ha incidido en un mayor endeudamiento del hogar (47%) y en la realización de menos actividades sociales (72%). Además, indirectamente ha generado problemas de vivienda (el 5% ha perdido la propiedad de la misma y el 33% ha debido cambiar de vivienda), siendo especialmente afectado en esta área el colectivo norteafricano. Otro dato alarmante en el análisis comparativo con el año 2008 es el descenso significativo de los que consideran tener buena salud, cuyo porcentaje pasa del 88% al 67%. En general, aumentan todos los usuarios de los servicios de salud tanto públicos como privados. Sólo un 18% no ha recibido ningún tipo de asistencia sanitaria en el último año. Finalmente, la intención de quedarse de forma definitiva en España aumenta al 58%, particularmente entre los hombres y norteafricanos, que son precisamente los más afectados por la crisis. Sólo el 9% piensa que volverá a su país en los próximos cinco años y son los latinoamericanos quienes explicitan un mayor deseo de retorno. Aumenta a un 33% los entrevistados que desean traer a familiares, pero también aumentan los que no tienen intención de traerlos (45%). Por todo ello, nos encontramos ante una coyuntura de recesión que sin duda está influyendo en el fenómeno migratorio. Ha quedado patente que los vínculos de la inmigración y del mercado de trabajo cambian según las coyunturas económicas y según las transiciones en las estructuras productivas, en los mercados de trabajo, en la estructura económica de los países. La mayor incidencia del desempleo en determinadas actividades masculinizadas está influyendo en una diferente distribución de los efectos de la crisis. A través del conjunto de respuestas del estudio se puede extraer la conclusión de que las mujeres han padecido con una menor crudeza la crisis. Por ejemplo, el servicio doméstico, donde se ocupan principalmente las mujeres inmigrantes y donde hay que tener también en cuenta la irregularidad en la contratación, no parece estar sufriendo el mismo reajuste ocupacional que están padeciendo otras actividades como el resto de servicios o la 18 construcción. La necesidad del servicio doméstico, sería conveniente discernir entre servicio doméstico y cuidado de personas, parece prevalecer por el momento sobre la actual coyuntura económica. Por último, se debe advertir de nuevo que la familia es un recurso fundamental del que echan mano muchas personas autóctonas para superar de forma temporal ciclos como el actual. Sin embargo, una circunstancia que agrava la problemática de una situación ya de por sí difícil es el hecho de que sin el apoyo familiar las personas inmigrantes se enfrentan casi en solitario a una situación desconocida en un país al que llegaron en una época de intenso crecimiento. 5 Referencias bibliográficas Laparra, Miguel, Aguilar, Manuel y García, Cristina (eds.), (2004), Evolución y situación actual de los inmigrantes extracomunitarios en Navarra, Departamento de Bienestar Social, Deporte y Juventud, Pamplona. Laparra, M., Martínez de Lizarrondo, A. y García de Eulate, T. (coords.), (2009), Encuesta 2008 Inmigración en Navarra. Pamplona: Observatorio Permanente de la Inmigración en Navarra, Oficina de Atención a la Inmigración del Gobierno de Navarra (edición en CD). 19