– Como te decía, llevo en las rutas más de quince años y no estoy de acuerdo con la huelga, creo que Moyano lo hace solo por política, con un paro perdemos los que trabajamos todo el día arriba de un camino. – No te entendí nada. – No importa, vos seguí chupándola, que yo me entiendo, sabes que yo siempre dije que hay dos formas en las cuales preferiría un día morir, o de viejo o con una pendeja como vos haciéndome un pete, que se baje un minuto antes de que me muera, asi no cargo con su muerte y a la vez no matar a nadie por culpa de mi fallecimiento, ningún accidente que otra familia tenga que sufrir, yo ya tengo mi vida acomodada y mis hijos no quedaran desamparados. Hace quince años que recorro las rutas argentinas y de los países limítrofes, he perdido a todos mis seres amados por culpa de mi amor al camión y los viajes, no pude asistir a nacimientos, bautismos, cumpleaños ni a los velorios de mis hijos ni de mis padres, mi mujer me dejo por otro y yo sigo mi camino. Sabes que con un paro de camioneros de dos días perdemos más de 5.000 pesos en negro, asi lamamos al dinero extra que pagan fuera del sueldo, en efectivo, que ahora esta entre los 10.000 y 12.000 pesos al mes y con unos 2.000 de descuentos, ganamos en negro unos dos mil quinientos por día haciendo un viaje de mil a mil doscientos kilómetros, que de ahí salen los gastos en general. Hay viajes en los que tardas un mes en regresar, vas de Malos Aires a Sao Pablo, de ahí a algún lugar de Bolivia, cruzas hasta Arequipa o Santiago de Chile y recién después de eso podes regresar a tu casa y a veces tardas unos cuarenta días y después de tres o cuatro días de descanso te vuelven a llamar para que salgas hacia el sur. Si vas directo de Buenos Aires a Santiago son unos seis días de viaje entre ida y vuelta y tres o cuatro días que te tenés que quedar allá ya son otros diez días lejos de tu familia, no hay mujer que aguante, hasta Mendoza nomás hay entre diez y doce horas de ida y 1 si es verano por el calor que hace no podes viajar entre las once y las dieciocho horas porque quemas caucho a lo loco, desgastas mucho las ruedas y corres el riesgo de un accidente y en invierno, lo contrario, por neblinas o lluvias recién entre las seis a las veinte horas podes viajar. A una velocidad de ochenta kilómetros por hora se necesita de 100 a 120 metros para frenar, los días lluviosos o de neblinas a nadie le conviene pegarse a un camión porque es algo suicida, los que no entienden los códigos de las rutas son los que tienen accidentes y después les culpan al camionero. Tenemos códigos propios, como ser respetar a los otros camioneros en la fila para cargar gasoil, en las rutas, hacerles señas cuando hay una caminera o algún peligro cerca y en una playa de estacionamiento en la que ya hay o llega otro camionero, juntarnos y hacer una olla popular, la llamamos “morocha” ahí se comparte y se acompaña. No se puede levantar y llevar a nadie, por cosa del seguro esta terminantemente prohibido desde lo que paso en el 2003 0 2004; entre las rutas 4 y 14 en Concordia, Entre Ríos, hubo un camionero en problemas con una prostituta, cobro lo que tenía pedido pero vio la billetera llena y quería más plata, al no darle, le denuncio y el caso se hizo mediático, el pobre casi pierde a su familia y su trabajo por la rutera, hasta que se comprobó que era una ramera. Por lo que desde entonces sacaron a todas las ruteras con la cana. Para mantenernos despiertos manejando entre 24 a 48 horas sin parar, tomamos coca con fernet y masticamos hojas de coca, muchos mates y cigarrillos, escuchamos música clásica o melódica, solo oímos música que nos relaje, nada de ruidosa o molestas, después de 12 horas de navegar se empieza a tomar heroína o cocaína para mantenernos despiertos y quitar el cansancio, hay que dejar de coquear unos 15 o 20 minutos antes de parar para poder comer y dormir, durante esos minutos te dá el bajón y sale el cansancio y el hambre a flote, por lo que se puede comer bien y descansar tranquilo entre 8 y 12 horas de sueño, según el organismo de cada uno, sufrimos de los riñones y de hemorroides por estar todo el día y muchas noches sentados manejando, la heroína y los riñones hacen mear oscuro, a veces nos confundimos y no se sabe por cual problema es, todo camionero debe tener su botiquín y saber de primeros auxilios, como algo de mecánica automotor. Sobre las prostitutas, muchas ruteras lo hacen por jovi, algunas por necesidad 2 y otras por falta de opción, las profesionales apenas suben al estribo te dicen “cobro tanto” de entrada nomás, las que son por necesidad te dicen “lo que usted quiera darme” y las de jovi o por estar aburridas en su casa te dicen “no estoy trabajando, pero estaba aburrida y quise ver si hago unos mangos” Hay muchos travestís en las rutas y la diferencia entre una ramera y un trava es mucha y a favor del travestí. Son más comprensivos, sensibles, cariñosos te saben escuchar, son más dulces en sus tratos y hasta hacen precio, saben hablar y hasta se puede compartir un viaje pasando 5 a 8 horas arriba del camión y no te aburrís, y podes llevarle a alguna provincia en tu viaje. Los travestís comparten su tiempo y tienen entendimiento de muchos temas, se comparte muchas más cosas y a las rameras nada les interesa. Con una ramera a la media hora de que subió ya le querés tirar del camión, sólo le interesa la plata y no perder tiempo, no tienen temas de conversación ni entienden nada, su único objetivo es el dinero y no perder tiempo en pavadas. En las rutas se conoce toda clase de personas, asi, asi, no saques la boca, dale, sssiiiiiiii, aaaaaahhhhhh. – ¿Te gusto? Perfecto, ahora que yo te acompañe un rato y cumplí tu último deseo, quiero que me acompañes. – ¿De qué esta hablando? quedáte quieta que hay una camioneta estacionada en medio de la ruta. – No te preocupes por ellos, ya están muertos, ahora mírame y ven conmigo. – ¿Qué te pasa, porque te esta cambiando la cara? – ¿No te das cuenta? Soy la única que cumplió tu deseo de morir después de una buena mamada, soy la muerte que acompaña a los que van a morir. Listo, ahora vamos. Chocó el camión contra la camioneta estacionada en medio de la ruta, antes de las tres últimas palabras. Cuento común 59 3 4 5 6 7 8 9