Poder y política en la era absolutista medieval del renacimiento

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Poder y política en la era absolutista medieval del renacimiento | Ciencias Sociales | Pág 36-48
Poder y política en la era absolutista medieval del renacimiento
Beverly Estela Castillo Herrera1
1 Beverly Castillo Herrera, estudiante del doctorado en Ciencias Sociales con mención en Gerencia de la
Universidad del Zulia, Venezuela. Docente de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNANManagua), Facultad Regional Multidisciplinaria de Estelí (FAREM-Estelí). E-mail: beverly.castillo@yahoo.com
RESUMEN.
La era absolutista medieval abarca los siglos XVI al XVIII, este período define el inicio de la era moderna
porque aquí se sientan las bases filosóficas y teóricas que niegan el feudalismo medieval para dar
paso al estado absolutista, donde el rey ejerce el poder absoluto. En esta época se desarrolla el
renacimiento que representa un amplio movimiento cultural donde se producen cambios significativos
en las artes, las ciencias, la política, la filosofía y la religión. El enfoque central del renacimiento está
en el ser humano como centro del pensamiento occidental, se desarrolla el humanismo medieval,
donde se combina el racionalismo y el naturalismo. En este artículo se anotan los principales aportes
de: Nicolás Maquiavelo, Jean Bodin, Thomas Hobbes, John Locke, Erasmo de Róterdam, Tomás Moro
y los iluministas franceses del Siglo XVIII Montesquieu, Voltaire y Rousseau. La base metodológica de
este artículo es la investigación documental bibliográfica y en línea.
Palabras Clave: Poder, política, estado absolutista, renacimiento.
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Revista Científica de FAREM-Estelí. Medio ambiente, tecnología y desarrollo humano. Nº 10 | Año 3 | Abril-Junio 2014.
Power and Politics in the Medieval Absolutism of the Renaissance
Beverly Estela Castillo Herrera1
1 Beverly Castillo Herrera, PhD student in Social Sciences with a major in Management from the University
of Zulia, Venezuela. Teaching from Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), Facultad Regional
Multidisciplinaria de Estelí (FAREM-Estelí). E-mail: beverly.castillo@yahoo.com
ABSTRACT.
Absolutism (XVI - XVIII centuries) marks the start of the modern era because it lays the philosophical
and theoretical bases that refuse the medieval feudalism and gave way to the absolutist state, where
the king had absolute power. Renaissance arises in this period; it represents a broad cultural movement
where significant changes in the arts, sciences, politics, philosophy and religion take place. The central
focus during the Renaissance is the human being as the center of Western thinking and medieval
humanism is developed, which combines rationalism and naturalism. This article highlights the main
contributions of: Niccolo Machiavelli, Jean Bodin, Thomas Hobbes, John Locke, Desiderius Erasmus,
Thomas More and three important scholars of the French Enlightenment (XVIII) Montesquieu, Voltaire
and Rousseau. The methodological basis of this article is bibliographic and documentary research
online.
Keywords: Power, politics, absolutism, state, renaissance.
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Poder y política en la era absolutista medieval del renacimiento | Ciencias Sociales | Pág 36-48
INTRODUCCIÓN
absolutista el poder está concentrado en el rey con su
corona. El absolutismo es una doctrina política que
afirma que el rey es el único que crea leyes y ejerce el
poder sin restricciones porque le viene de Dios. Esta
es la doctrina política que predominó en este siglo
en tres grandes países absolutistas: La dinastía de
Los Tudor en Inglaterra, Enrique XIV en Francia y en
España con Carlos I y su hijo Felipe II. Un aspecto
en común de estas monarquías fue la tradición como
sustento de autoridad.
La era absolutista medieval del renacimiento abarca
los Siglos XV al XVIII, se le conoce como el inicio de
la edad moderna porque en esta época se presentan
eventos históricos que provocan grandes cambios, se
desarrolla el estado absolutista, y se da el renacimiento
de la humanidad en las artes, la ciencia y la filosofía.
Ávila y Guillezeau (2009) afirman que la complejidad
y multidimensionalidad de la filosofía política del
renacimiento sucede porque sus teorías políticas
provienen de la formación de monarquías nacionales
y absolutas, así como de las ideas provenientes de la
reforma.
Según Anderson (1989): “En el transcurso del siglo
XVI apareció en Occidente el Estado absolutista.
Las monarquías centralizadas de Francia, Inglaterra
y España representaron una ruptura decisiva con la
soberanía piramidal y fragmentada de las formaciones
sociales medievales, con sus sistemas de feudos y
estamentos” (p.9). “…la llegada del absolutismo
nunca fue, para la propia clase dominante, un suave
proceso de evolución, sino que estuvo marcada por
rupturas y conflictos extremadamente duros en el seno
de la aristocracia feudal, a cuyos intereses colectivos
en último término servía”. (p. 137)
La base metodológica de este artículo es la
investigación documental bibliográfica y en línea.
Este artículo se organiza en tres partes. La primera
parte pretende contestar la pregunta: ¿Cuál es la
premisa teórica y política sobre la que se sustenta el
estado absolutista?, se abordan los aportes sobre el
Derecho Divino de los Reyes que desarrollan Bodino,
Hobbes, Bossuets y Jacobo I. La segunda parte
trata sobre el mercantilismo, que se concibe como
la base del poder económico del estado absolutista,
aunque son básicamente medidas económicas que
están enfocadas en la acumulación del oro y la plata,
y el incremento de las exportaciones. Finalmente,
se aborda el humanismo renacentista, que está
comprometido con la renovación del individuo, valorar
el mundo humano, su origen y libertad para decidir y
opinar.
Uno de los principales defensores del estado
absolutista fue Nicolás Maquiavelo (1469-1527).
En 1513 escribe El Príncipe y en 1531 publica los
Discursos sobre los diez primeros libros de Tito Livio,
estas son las dos obras fundamentales que definen
su pensamiento político. En la obra El Príncipe se
realiza un análisis de los diferentes tipos de gobierno
de su época, traza los rasgos del gobernante y los
métodos que debe seguir para mantener el poder.
DESARROLLO
Para Maquiavelo el poder es la capacidad de obligar
a otros a la obediencia. En el ejercicio del poder
rechaza cualquier norma ética o moral en favor de la
razón de Estado y la eficacia. Todo es válido en la
práctica del poder porque la anarquía es el peor de
los males, y un príncipe es preferible a la anarquía.
Por ello, considera que un país es afortunado cuando
tiene leyes que lo sostienen y a las que todos están
sometidos, es el Estado de Derecho.
El derecho divino de los reyes, premisa del estado
absolutista
El absolutismo se establece en Europa en el siglo
XVI cuando se produce una rápida expansión de las
actividades, recursos económicos y poder interno de
los reyes de los estados absolutos. En todo estado
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Sin embargo, el príncipe está por encima de la ley
y la moral del pueblo, debe ser ante todo un gran
organizador, un individuo que prevé todas las posibles
consecuencias de los que se propone y debe saber
actuar con astucia. El príncipe es un hombre que sabe
actuar en el terreno práctico, solo de esta manera
puede lograr el Bien del pueblo, el Bien Común, que
lo mantendrá en el Poder.
En la teoría absoluta de Bodin, la soberanía tiene
algunas restricciones, “…los príncipes de la tierra
están sujetos a las leyes de Dios y de la naturaleza
y a ciertas leyes comunes a todos los pueblos…
tampoco podrá tomar los bienes ajenos sin causa
justa y razonable, es decir, por compra, trueque o
confiscación legítima, o bien para hacer la paz con
el enemigo, cuando ésta solo puede lograse de este
modo”1
Avila y Guillezeau (2009) consideran que Maquiavelo
es el iniciador del pensamiento político laico al elaborar
el realismo donde se plantea como única base que la
verdad es refutable y puede ser desmentida al surgir
nuevos hechos, alejándose de las utopías estériles.
Estos autores afirman que por ello “Se concibe a
Maquiavelo como el autor de la teoría de la “virtud”
republicana, entendiendo por tal la capacidad política
para comprender la realidad de una manera objetiva
y la conduce hacia lo que se pretende hacer” (p.156)
El rey Jacobo I Estuardo defiende la doctrina del
Derecho Divino en su obra “La Verdadera Ley de las
Monarquías Libres” (1598) donde considera al rey
como el terrateniente de Dios.
Tomas Hobbes (1588-1679) es el teórico que elabora
una justificación racional del Estado Absoluto, es
considerado el primer pensador moderno que explica el
ius naturalismo moderno desde parámetros racionales.
Hobes en su obra Leviatán (1651) plantea que las
naciones prosperan bajo una Monarquía porque tienen
un príncipe al que le obedecen. Afirma que todos los
hombres son iguales y tienen los mismos fines, pero
que al buscarlos simultáneamente se convierten en
enemigos implacables. En consecuencia para poder
llevar una vida en sociedad debían ceder parte de sus
derechos al Estado, para ello es necesario tener un
poder fuerte concentrado en la figura real, quien así
acumulaba todos los derechos a los que el hombre
había renunciado.
Otros teóricos del estado absolutista que sientan la
base del Derecho Divino de los Reyes fueron: Jean
Bodino (1530-1596), el filósofo Thomas Hobbes
(1588-1679), Jacques Bossuets (1627-1704) y el rey
Jacobo I Estuardo.
Jean Bodin (1530 - 1596) considerado el gran intelectual
del Siglo XVI, publica en 1576 su obra más importante
Les six livres de la République. Según Fazzio (2006)
Bodin intenta dar un fundamento sólido al poder real
a través de una doctrina sobre la soberanía. Señala
que existe un Estado ahí donde los ciudadanos están
sujetos a la ley de un soberano común. La soberanía
es un poder perpetuo, no limitado en el tiempo, no
delegado, inalienable, no sujeto a prescripción, ni
limitado por las leyes, ya que el soberano es él mismo
la fuente de la ley. Para Bodin las prerrogativas de
la soberanía son el poder dictar leyes sin necesidad
de ningún consentimiento ajeno; declarar la guerra y
la paz; instituir los principales funcionarios del estado;
juzgar en calidad de corte inapelable; conceder
gracias; acuñar moneda e imponer impuestos (p. 5758)
Hobbes (1651) en el Leviatán expresa: “El único
camino para erigir semejante poder común, capaz
de defenderlos contra la invasión de los extranjeros y
contra las injurias ajenas, asegurándoles de tal suerte
que por su propia actividad y por los frutos de la
tierra puedan nutrirse a sí mismos y vivir satisfechos,
es conferir todo su poder y fortaleza a un hombre o
a una asamblea de hombres, todos los cuales, por
pluralidad de votos, puedan reducir sus voluntades a
1 Bodin, Jean (sf). Los seis libros de la república. Selección,
estudio preliminar y traducción de Pedro Bravo Gala. Editorial
TECNOS. Tercera edición. Pag.53 y 64.
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una sola voluntad (…) la multitud así unida en una
persona se denomina ESTADO, en latín, civitas. Esta
es la generación de aquel gran LEVIATAN, o más bien
(hablando con más reverencia), de aquel dios mortal,
al cual debemos, bajo el Dios inmortal, nuestra paz
y nuestra defensa (…) El titular de esta persona se
denomina SOBERANO, y se dice que tiene poder
soberano; cada uno de los que le rodean es SÚBDITO
suyo”. (p.11)
Para ejercer el poder, el monarca estaba auxiliado
por instituciones que lo asesoraban y ejecutaban
sus mandatos. El principal órgano de gobierno era el
Consejo de Estado, designados por el rey, existían
subdivisiones especializadas como: Consejos de
Finanzas, de Justicia, de Guerra, entre otros. También
se designaron a Secretarios de Estado, comparables
a los actuales ministros.
El modo de integración de la nobleza feudal en el
Estado Absolutista que prevaleció en Occidente
adoptó la forma de adquisición de “cargos”. También
el estado siempre carente de suficientes recursos y
muchas necesidades, pone en venta los empleos,
los burgueses y los particulares que compraban
privadamente una posición la amortizaba mediante la
corrupción y prebendas que implica un cargo público,
incluso exigen el derecho de revender o ceder el
cargo a hijos y familiares. De esta manera se forma
una clase de empleados.
Jacques Bossuet (1627-1704), en su obra “Política
sacada de las Sagradas Escrituras” basa su reflexión
en la Biblia y el Derecho Romano, afirma que el rey
representa a la Majestad divina: “El trono regio no
es el trono de un hombre, sino el del mismo Dios”.
Bossuet consideraba que la monarquía era la forma
de gobierno más natural, sobre todo si es hereditaria.
Era “sagrada” y absoluta.
Los planteamientos anteriores sobre el poder
absoluto del monarca como reflejo del poder divino
se concreta en la forma de administrar justicia, crear
leyes, imponer penas, nombrar magistrados, dirigir la
política exterior, y ser comandante de los ejércitos, no
se sometía a ningún control, ni compartía la soberanía
con nadie. El poder del rey era vitalicio, al morir el
poder pasaba a su hijo. Un ejemplo sobre el poder
absoluto de los reyes lo refleja el Rey de Francia Luis
XIV en su conocida frase: “El estado soy yo”.
Romano y Tenenti (1986) explican: “… el funcionario
que entra en el mecanismo del estado se adueña del
poder, y comienza a constituir una clase en sí mismo,
la cual descubre que está, demasiado a menudo, mal
retribuida en relación con el poder y con las funciones
que ejerce: de ahí la corrupción burocrática”. (p. 271)
En el estado absolutista existió una sociedad
estamental dividida en tres estamentos: nobleza,
clero y tercer estado. Cada uno de ellos presenta
desigualdades jurídicas y fiscales. Mientras la nobleza
y el clero se consideraban estamentos privilegiados,
el tercer estado era el estamento no privilegiado,
donde se ubicaba la mayoría de la población. Esto
demuestra una sociedad muy desigual.
Anderson (1987) afirma que las monarquías absolutas
de Occidente se asentaron en un cualificado estrato de
legistas que proveían de personal a sus maquinarias
administrativas: los letrados en España, los maitres
des requetés en Francia, los doctores en Alemania.
Imbuidos en las doctrinas romanas de la autoridad del
príncipe para decretar y en las concepciones romanas
de las normas legales unitarias, estos burocráticasjuristas fueron los celosos defensores del centralismo
real en el crítico primer siglo de la construcción del
Estado absolutista (p.141)
La nobleza se trataba de un grupo cerrado, al que
teóricamente se tenía acceso por nacimiento, aunque
en el siglo XVIII muchos burgueses enriquecidos
compraban títulos nobiliarios. Pero, también existían
diferencias entre alta y baja nobleza, según sus
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títulos, privilegios, extensión de propiedades y cargos
en la corte. El clero en el estado absolutista tenía una
gran influencia cultural y política, tenía propiedades
y privilegios fiscales. También existía un alto clero,
procedente de las familias nobles y un bajo clero:
sacerdotes y frailes.
y abusos (1609), sostenía que el rey recibía el poder
de Dios a través del pueblo, donde el rey solo era
el administrador de ese poder, pero si lo ejercía sin
respetar la ley de Dios podía ser ajusticiado. Esta
obra se hizo famosa sobre todo por la defensa del
tiranicidio.
El tercer estado, integrado por quienes no formaban
parte ni de la nobleza, ni del clero. Estaba integrado
por burgueses, campesinos, artesanos y trabajadores
urbanos. La gran mayoría no poseían tierra, recursos
escasos y aún dependían de los señores, aunque
esto fue cambiando en el siglo XVIII.
John Loke (1632 – 1704), en su doctrina del estado de
naturaleza coincide con Hobbes, en cuando al punto
de partida y a la realización del contrato; después,
sus criterios se oponen en las conclusiones (Fabal,
1973). Locke consideraba que el gobierno debía de
estar limitado por reglas que le prohibieran afectar los
derechos a la propiedad y a la libertad individual. Por
ello, defendió un sistema de control y la división de
poderes.
Anderson (1989) afirma que no solamente el comercio
y la guerra fueron las únicas actividades externas del
estado, otro gran esfuerzo se dirigió a la diplomacia,
que se constituye en uno de los grandes inventos
institucionales de la época, marcando el nacimiento
del Estado Renacentista. La diplomacia se inauguró
en Italia en el Siglo XV y adoptada en España, Francia,
Inglaterra, Alemania y toda Europa en el Siglo XVI.
Así mismo, en su obra: Dos tratados sobre el gobierno
civil (1690), afirmó que la soberanía no reside en el
Estado sino en el pueblo, por tanto existía el derecho
a deponer al monarca cuando no cumpla el mandato
de servicio a la colectividad que se le ha conferido e
incluso tiene facultad de modificar el sistema político,
adoptando cualquier otra forma de gobierno. También
era partidario de la libertad religiosa y de la separación
de la Iglesia y el Estado.
Con la diplomacia se establecieron embajadas
en el extranjero y se nombraron cancilleres
permanentes encargados de las relaciones
exteriores, comunicaciones e informes diplomáticos
secretos, protegidos por el nuevo concepto de
“extraterritorialidad”. Este concepto está relacionado
con la propiedad de edificios o tierras que aunque
estén ubicados en otro país se consideran que
pertenecen al otro, como ocurre con embajadas y
bases militares. Igualmente se aplica a la posibilidad
de aplicar una ley fuera de los límites del territorio
donde fue promulgada.
El mercantilismo, la política económica de los
estados absolutistas
El poder del estado absolutista o nacionales también se
refleja a nivel económico, el mercantilismo representa
su política económica, comienza a implementarse a
mediados de Siglo XV contra la anarquía económica
del deteriorado medioevo y declina a mediados
del siglo XVIII con la escuela liberal inglesa y a las
doctrinas fisiocráticas en Francia.
En el Siglo XVI los principales críticos del absolutismo
fueron: el Jesuita Juan de Mariana (1536-1624) y Jhon
Loke (1632-1704). Juan De Mariana (1536 – 1624),
aunque era defensor del absolutismo, en su obra
Tratado y discurso sobre la moneda de vellón que al
presente se labra en Castilla y de algunos desórdenes
El mercantilismo es la negación de las formas
económicas medievales, permite sentar las bases
para el desarrollo mercantil y manufacturero, es la
doctrina económica de la nueva clase social que se
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ha venido formando en las ciudades. Sin embargo,
quienes desarrollan este enfoque son personas que
expresaron sus puntos de vista sobre el manejo
de la economía de sus países, la mayoría no eran
universitarios, ni cultos, pero ejercían actividades
económicas como: banqueros, funcionarios y
comerciantes que enfocaron su principal preocupación
en “enriquecer a la nación”.
Las principales medidas económicas que se
impulsaron en los estados absolutistas en el marco
del mercantilismo abarcan (Fabal, 1973):
•
•
Fabal (1973) considera: “Esta doctrina sirvió como
programa económico para sentar las bases de
su desarrollo mercantil y manufacturero (…) El
mercantilismo es más un repertorio de medidas
prácticas, de regulaciones y de propósitos, que un
cuerpo de doctrinas; incluso apenas exhibe teóricos de
relieve como John Child y Tomás Mun en Inglaterra”.
(p.104)
•
•
El término Mercantilismo fue acuñado en 1763
por Víctor de Riqueti, marqués de Mirabeau. En
1776, Adam Smith en su libro “La riqueza de las
naciones”, reúne la mayoría de las contribuciones del
mercantilismo y denomina a este grupo de personajes
“mercantilistas” y son conocidos como grupo a raíz de
sus fuertes críticas.
En lo aduanal, el proteccionismo arancelario.
En lo comercial, la balanza de pagos favorable
para promover más exportaciones (fomento
industrial para exportación y subvención de la
agricultura para abastecer el mercado interno)
y reducir las importaciones (restricciones al
comercio importador y regulaciones marítimas
restrictivas).
En lo colonial, la colonización y población de
nuevos territorios y la expansión colonial que
garantiza áreas inclusivas de exportación a la
metrópoli.
La explotación de minas por el estado.
Estas medidas beneficiaron tanto al último estado
feudal como a la primera burguesía, en el primer
caso se incrementaron sus ingresos fiscales y al
segundo le proporcionó oportunidades de negocio
que trascendieron de Europa hacia América.
El papel asignado a las colonias era de fuentes de
ingreso y proveedoras de la materia prima necesaria
para desarrollar la industria de la metrópoli. En
América la corona Española controlaba los pueblos
nativos para extraer el oro y la plata. Las principales
actividades económicas que se desarrollaron en las
colonias eran: la agricultura, comercio y minería.
En el libro cuarto (de los sistemas de economía
política), capítulo primero (del principio del
sistema mercantil), resumió lo central de las ideas
mercantilistas (Citado por Borgucci, 2011, p. 364): “En
el supuesto, pues, de que se establezcan como ciertos
los dos principios: que la riqueza consiste en el oro y
la plata, y que estos metales pueden introducirse en
los países desprovistos de minas por el único medio
de la balanza de comercio, o extrayendo mayor valor
del que se introduce, el gran objetivo de la economía
política habrá de ser disminuir todo lo posible la
importación de géneros extranjeros para el consumo
doméstico y aumentar, en lo posible, la exportación
del producto de la industria nacional. Los dos grandes
arbitrios para enriquecer un país no podían ser otros
que las restricciones a la importación y el fomento de
las exportaciones” (1982 [1776]:397).
El humanismo renacentista
Durante el período del estado absolutista también se
desarrolla en la sociedad un gran movimiento creativo
que cambia la forma de vida en las artes, la filosofía y la
ciencia. En el marco de este movimiento, al Siglo XVI
se le conoce como El Renacimiento, el Siglo XVII se le
denomina El Barroco porque se utilizaba para subrayar
el exceso de énfasis y abundancia de ornamentación
en las artes y el Siglo XVIII de La Ilustración, que fue
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un período que resaltó la racionalidad clara y sobria,
el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto
hacia la humanidad.
su posición social tradicional, a pesar y en contra
de las mejoras que habían conquistado por medio
de la amplia conmutación de las cargas. Dicho de
otra forma, el Estado absolutista nunca fue un árbitro
entre la aristocracia y la burguesía ni, mucho menos,
un instrumento de la naciente burguesía contra la
aristocracia: fue el nuevo caparazón político de una
nobleza amenazada”. (Anderson, 1989, p.136)
El renacimiento representa la negación de la tradición
filosófica medieval simbolizada en la escolástica. El
renacimiento es un amplio movimiento cultural que
se produjo en Europa Occidental. Sus principales
exponentes se hallan en el campo de las artes
plásticas, la literatura, la arquitectura, la escultura,
en la política, en las ciencias, en la filosofía y en la
religión. El núcleo de origen del renacimiento se da en
Florencia (Italia), pero se extiende a la mayoría de los
países de Europa occidental. El eje fundamental del
renacimiento es el Humanismo, donde el hombre se
concibe como centro de las artes y del pensamiento
occidental, en oposición al conocimiento medieval
que se movía en el ámbito de fe y el ocultismo.
En el Siglo XV se realizan tres descubrimientos que
fueron determinantes para los cambios en Europa: el
uso de la pólvora en las armas, la brújula y la imprenta
(1445). Estos descubrimientos provocaron cambios
en el modo de hacer la guerra, en la comprensión
y exploración del mundo y en la divulgación del
conocimiento.
En el S. XVI Europa recibe el impacto de varios hechos
que provocaron una serie de crisis de la conciencia
europea: el descubrimiento de américa, la corrección
de la imagen del mundo, la ruptura de la unidad del
cristianismo, las reformas protestantes, el saqueo
de Roma por las fuerzas imperiales de Carlos XV, y
la teoría heliocéntrica del universo desarrollada por
Copérnico.
Para la historia occidental, el siglo XV es el último siglo
de la Edad Media y el primero de la Edad Moderna, es
un siglo de transición, y se tiene como referencia de
división entre ambos siglos el año 1492 (Descubrimiento
de América) o el 1453 (toma de Constantinopla por los
turcos). Lo perteneciente o relativo a este siglo suele
denominarse como Quatrocento, porque es momento
de la experimentación y de la reflexión teórica, y
alcanza su plenitud durante los primeros años del
siglo XVI que se denomina Cinquecento.
En esta era moderna las tres características que definen
al hombre moderno son: ser individualista, laico (sin
dejar de ser religioso) y racionalista. Ávila y Guillezeau
(2009) señalan: “…una de las características más
notables de la filosofía del Renacimiento2 es el
antropocentrismo, lo que supone una valoración no
sólo de la personalidad del ser humano, sino también
de su individualidad. El Renacimiento supone pues el
renacer del espíritu de libertad de un ser humano que
se quiere inserto en la naturaleza y en la historia”. (p.
124)
En el siglo XV es la decadencia de la edad media,
de los burgos medievales surgen las ciudades
típicas de la edad moderna, en estas ciudades viven
los burgueses y a definirse el hombre burgués que
se dedica al comercio, a la manufactura y a las
finanzas. Este siglo XV marca el surgimiento de la
edad moderna, pero no es un rompimiento de la edad
media, es una transformación, es una continuidad.
2 Las corrientes filosóficas en el renacimiento son múltiples y
coexisten: (i) Platonismo; (ii) Aristotelismo averroista (un solo
entendimiento) y Aristotelismo alejandrino (muchos entendimientos); (iii) Estoicismo; (iv) epicureísmo; (v) escepticismo;
(vi) Naturalismo (Bruno, Telesio, Campanella); (vii). (Ávila y
Guillezeau, 2009)
“El absolutismo fue esencialmente eso: un aparato
reorganizado y potenciado de dominación feudal,
destinado a mantener a las masas campesinas en
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Los humanistas consideraban al ser humano como
centro y medida de todas las cosas (criterio de
Protagoras), el orgullo por las realizaciones humanas,
un ser libre y superior a otras criaturas. Esto se
constituye como una diferencia con el pensamiento
medieval que consideraba importante la vida
ultraterrena.
y se pronuncia a favor de un cristianismo renovado
por la acción del Espíritu presente en el corazón de
cada persona. El erasmismo como movimiento de
carácter religioso, tuvo gran influencia en España en
la segunda mitad del siglo XVI e incluso hasta bien
entrado el siglo XVII, tuvo como fin la renovación de
una espiritualidad que había caído muy bajo en los
últimos siglos de la Edad media (Romero, 1994)
El humanismo renacentista está comprometido, no
solo con una renovación del individuo, sino con una
revisión y reorganización de la vida social y política.
Regresar a los orígenes significa valorar el mundo
humano, su origen y condición humana, con libertad
para decidir y opinar. Por ello, la gran importancia que
se le imprime al pensamiento precristiano, al retorno a
una comunidad histórica determinada, ya sea pueblo
o nación y a su concepción de la antigua Grecia y la
antigua Roma.
Las reflexiones de Erasmo sobre el Estado y la
sociedad son opuestas al enfoque de Maquiavelo,
dado que son los imperativos morales y religiosos los
que definen las reglas de acción en la política. Por
ejemplo, en su obra el elogio de la locura (1511) se
burla de la falsa religiosidad y de la vida cortesana,
del despotismo, de la guerra, de todo lo que deshonra
la rectitud, la sinceridad, la tolerancia, el verdadero
amor a Dios y a las personas.
He aquí un pequeño párrafo de la obra de El elogio
de la locura: “Decía que la Fortuna prefiere a los
insensatos, atrevidos, temerarios, aquellos que dicen
como César al pasar el Rubicón: La suerte está
echada. La prudencia hace a los hombres tímidos.
Así vemos ordinariamente a tanto sabio sumido en
la pobreza, el hambre y el dolor, vivir oscuramente,
despreciado y detestado por el mundo. Los locos
por el contrario, nadan en la opulencia, gobiernan
imperios, en una palabra, gozan de una suerte más
feliz y floreciente. En efecto, si cifráis la felicidad en
complacer a vuestros soberanos y ser admitidos
entre el brillante grupo de sus cortesanos, ¿de qué
os sirve la sabiduría? Todos estos dioses de la tierra
la detestan y no la admiten entre ellos” (Erasmo de
Róterdam, p. 56)
Echandi (2007) considera: “Los humanistas quisieron
dar respuesta a los interrogantes del momento y para
ello recurrieron tanto al cristianismo como a la filosofía
grecolatina, creando así un sistema intelectual
caracterizado por la supremacía del hombre sobre la
naturaleza y el rechazo de las estructuras mentales
impuestas por la religión medieval. La intención del
humanismo era desarrollar en el hombre el espíritu
crítico y la plena confianza en sus propias posibilidades,
rasgos que le habían sido vetados durante la época
medieval” (p.3)
En el renacimiento los humanistas cristianos tienen
una gran influencia en el pensamiento político,
principalmente: Erasmo de Róterdam y Tomás Moro.
Erasmo de Róterdam (1466-1536), a través de su obra3
denuncia la corrupción de las jerarquías eclesiásticas
3 Entre las principales obras de Erasmo de Róterdam están: Adagios (primera edición en 1500; edición corregida y aumentada
por el autor en 1508, 1518,1520,1523,1526,1528,1533 y 1536),
Manual del caballero cristiano (1503), Sobre el método de estudio (1511), Elogio de la locura (1511), Educación del príncipe
cristiano (1516) dedicada a Carlos V y Colloquia (1517), con
sucesivas ediciones corregidas y aumentadas por el autor en
1519, 1522, 1526, 1530.
Además, Erasmo considera que es preferible la
elección del soberano a designarlo por herencia y es
partidario de un tipo mixto de gobierno, combinando
los tres regímenes políticos: democracia, aristocracia
y monarquía. Sin embargo, su principal preocupación
no fue el tipo de gobierno sino el espíritu y el corazón
de los gobernantes.
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Revista Científica de FAREM-Estelí. Medio ambiente, tecnología y desarrollo humano. Nº 10 | Año 3 | Abril-Junio 2014.
La influencia de Erasmo se basa en sus ideas
pacifistas y la crítica constante a la guerra. Erasmo
es considerado como el primer teorizador literario del
pacifismo (Zweig, 1944), destacando el humanismo,
el respeto a la diversidad, la libertad de pensamiento y
la justicia como supremo ideal común a la humanidad.
Utopía (1516) donde escribe sobre la organización
de una sociedad utópica ubicada en una isla y los
problemas sociales de la humanidad.
Ávila y Guillezeau (2009) señalan: “La Utopía de
Tomás Moro, aun conteniendo aspectos ilustrados y
prácticos, es ante todo idealización de las sociedades
comunitarias del pasado y, en algunos aspectos, se
opone al avance de las fuerzas y tendencias que
darán paso posteriormente a la modernidad, como la
expansión del comercio y la separación de poderes,
entre otras (…) propone un Estado Igualitario en
donde no existe propiedad privada y los magistrados
son elegidos por el pueblo. Este género utópico no es
nuevo, ya Platón en La República había propuesto un
modelo ideal de Estado” (p.155)
Una de las obras más influyentes en el Eramismo
fue la Educación del Príncipe Cristiano (1516) donde
afirma que los gobernantes cristianos no sólo tienen
que dominar los asuntos públicos, sino también deben
ser honrados de acuerdo con los valores de una vida
humana y cristiana (Ando, 1997, p.62).
Erasmo más que un filósofo fue un filólogo. “Erasmo
intentó renovar la conciencia cristiana del pueblo
dentro de la iglesia romana, retornando no sólo a los
autores grecorromanos, sino mucho más al Nuevo
Testamento y a los Santos Padres. Esta idea coincidía
con el ideal de los humanistas, como los hermanos
Vergara (Francisco y Juan) y el editor Miguel de Eguía,
de la Universidad de Alcalá, establecida por Cisneros
con dos objetivos primordiales: la instalación de un
organismo completo de enseñanza eclesiástica; y la
creación de la academia de estudios lingüísticos, como
el griego, el hebreo, el árabe y el siríaco. El resultado
más fructuoso del movimiento humanista alcalaíno
fue la Biblia Poliglota Complutense, auténtico fruto del
humanismo cristiano, cuyo lema era cum elegantia
litterarum pietatis christiana copulare (Unir la piedad
cristiana con la elegancia de las letras). (Ando, 1997,
p. 61-62)
Sin embargo, el modelo ideal de Estado en Thomas
Moro es diferente a Platón en su planteamiento básico
(Watson, 1994, p. 199-200):
1. Los dos creían que el Estado debía desempeñar
un papel predominante en la educación, pero
mientras que Platón apenas se refiere al
comunismo, para Moro es la base de la sociedad.
2. A Platón le interesaba principalmente la educación
de las clases dirigentes, mientras que para Moro
había que tener muy en cuenta a los productores,
y especialmente a agricultores.
3. Mientras que Platón alentaba la guerra y admiraba
las virtudes militares, Moro trató de defender los
valores pacifistas.
4. Platón ignora en gran parte la vida familiar,
mientras que para Moro la familia es la base de
la sociedad
El Eramismo en España en el Siglo XVI fue un
movimiento de carácter religioso, su significación
abarcó la política, sociedad y cultura, porque influyó
en las costumbres y ambiente moral de la época. El
elemento central en la política en el humanismo es el
principio de justicia y libertad.
Esta obra tuvo influencia posteriormente en el
denominado Socialismo Utópico o primer Socialismo,
de ahí el nombre, y surgen como teorías contrarias
al individualismo. Las ideas de Moro sobre el control
del Estado y sobre la educación fueron reconocidas
por los socialistas, y también por los liberales cuando
propone un programa de estudios amplio y equilibrado.
Otra gran influencia en el humanismo cristiano fue
Thomas Moro (1478-1535), se destaca con su obra
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Poder y política en la era absolutista medieval del renacimiento | Ciencias Sociales | Pág 36-48
El Siglo XVIII4 o siglo de “La Ilustración” se desarrolla
un idealismo que no se basaba en la religión, sino
en la naturaleza del ser humano, y sobrepuso
como instrumento “la razón” para la libertad de las
supersticiones. Estos iluministas niegan el “Derecho
Divino”, atacaron las prácticas religiosas e influyen en
la secularización de las costumbres. En este período
se combinan el racionalismo y el naturalismo, se cree
en la bondad de la naturaleza del ser humano y en el
poder de las ciencias físicas y matemáticas.
François Marie Arouet, conocido como Voltaire (16941778), en su obra cartas filosóficas y diccionario
filosófico, desarrolla el concepto de la tolerancia
religiosa y libertad ideológica, acusa al cristianismo
de ser culpable de la intolerancia, la injusticia y el
fanatismo dogmático. Voltaire en su obra Diccionario
Filosófico afirma: “Es obvio que de todas las religiones,
la cristiana debía ser la más tolerante; lo malo es
que, hasta hoy, quienes han profesado esa religión
superaron en intolerancia a los demás hombres”.
(p.811)
En este siglo la concepción de la política estuvo
influenciada por los ilustrados franceses como:
Montisquieu, Voltaire y Rousseau. Estos escritores
tuvieron una gran influencia en la Revolución Francesa
porque se opusieron a la monarquía absoluta y a la
monarquía de origen divino.
Otro destacado iluminista es Jean Jacques Rousseau
(1712-1778) gran influyente en las ideas políticas del
Siglo XVIII y se considera el principal filósofo de la
Revolución Francesa. Uno de sus principales escritos
es el contrato social (1762), Ávila y Guillezeau (2009)
consideran que los principales aportes de esta obra
son: “En el plano político refiere la soberanía de la
voluntad del pueblo; con relación al Poder, ubica a
los soberanos como mandatarios del pueblo; y, en
el contexto de sistema, afirma a la República como
forma perfecta de gobierno. Así como la naturaleza
da a cada hombre un poder absoluto sobre todos sus
miembros, el pacto social da al cuerpo político un
poder absoluto sobre todos los suyos” (p.172)
En el caso de Charles Louis Montesquieu (1689-1755)
escribe muchas obras, pero la más conocida es el
Espíritu de las leyes5, donde menciona la teoría sobre
la división de poderes. En este escrito destaca el valor
de la libertad y la forma de asegurarla, declara que el
Estado es libre cuando el poder detiene al poder, y
propone la división de poderes: legislativo, ejecutivo y
judicial. También se refiere a los poderes intermedios
entre el individuo y el estado, como son: la nobleza,
los municipios, la iglesia, etc. Estos poderes son
autónomos. Montesquieu afirma: El poder intermedio
subordinado más natural es el de la nobleza. Esta
forma parte, en cierto modo, de la esencia misma
de la monarquía, cuya máxima fundamental es:
«sin monarca no hay nobleza; sin nobleza no hay
monarca»; pero puede haber un déspota” (1909, p.31)
Las causas fundamentales del término del estado
absolutista fue la crisis económica causada por los
lujos de los monarcas, el crecimiento del estado, el
mantenimiento de un gran ejército para enfrentar las
guerras territoriales y la furia del pueblo. Para superar
la crisis se recurre al aumento de los impuestos, exigir
que la nobleza pague diezmo y se incrementa la
explotación de los campesinos obligándolos a dar
mayores contribuciones. En Francia, la revolución
francesa en 1879 marca el final del absolutismo y el
surgimiento de un nuevo régimen donde la burguesía
se convirtió en la fuerza política dominante.
4 El siglo XVIII se le llamó el “Siglo de las luces”, o de la
“Ilustración”, se ubica entre el período de la revolución inglesa
(1688) y la revolución francesa (1789.
5 Monstisquieu en la obra de El Espíritu de las Leyes tiene como
referencia el sistema político de Inglaterra donde había monarquía (el rey al frente del poder ejecutivo), aristocracia (Cámara
de Lores) y representación popular (Cámara de los Comunes).
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Revista Científica de FAREM-Estelí. Medio ambiente, tecnología y desarrollo humano. Nº 10 | Año 3 | Abril-Junio 2014.
CONCLUSION
Este cambio de paradigma encarnó una nueva forma
de pensar y de vivir, se trasciende del pesimismo y
milenarismo medievales al optimismo del humanismo
renacentista, lo que permitió un mayor crecimiento
que se refleja en importantes descubrimientos, y el
desarrollo de las artes, filosofía, arquitectura, y ciencia.
De esta manera, el nuevo paradigma permitió
redefinir y proponer nuevos enfoques políticos, tales
como: la soberanía sustentada en el pueblo, el control
y la división de poderes en el estado, la separación
de la iglesia con el estado, el pacifismo, el respeto
a la libertad, la libertad de pensamiento y el estado
igualitario.
BIBLIOGRAFÍA
La construcción del estado moderno significó para los
países de Europa la transformación de una sociedad
que había estado conformada por feudos dispersos
en los territorios, hacia una autoridad monárquica
apoyada por los burgueses para concentrar el
poder y establecerse como un estado absolutista.
Los pensadores y filósofos de la época sustentan y
justifican el autoritarismo en las premisas teóricas del
Derecho Divino de los Reyes que lo plantea como el
poder que proviene de Dios hacia el monarca, por ser
la persona más capacitada para dirigir el futuro de sus
súbditos.
Aunque este tipo de estado ha sido fuertemente
criticado, no se puede obviar el drástico cambio que
significó en su época, no solamente desde el punto
de vista de la estructura del poder o los estamentos
sociales, sino también por los cambios en la política
económica del estado enfocada en la acumulación de
oro y plata, la apertura comercial, el crecimiento de las
ciudades, el impulso de la navegación, las ventajas
aduaneras, entre otros.
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Así mismo, se destacan las contribuciones de grandes
pensadores que sientan las bases de conceptos
importantes para el desarrollo de la política en la edad
moderna, tales como: virtud republicana, soberanía,
estructura del estado, diplomacia y extraterritorialidad.
Se destaca en este período el cambio de paradigma
que se da en Europa, de la negación de la escolástica
de la edad media, que significó la subordinación de
la razón a la fe, y el oscurantismo y temor a Dios
promovido por el clero, por una etapa donde la razón
humana adquiere valor supremo, se promueve al
ser humano por su inteligencia y valor superior. El
antropocentrismo restaura la fe en el ser humano
contemporáneo.
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