Reseña de la Historia CVX Perú “Si el grano de Trigo no muere,….” "Les aseguro que si el grano de trigo al caer en tierra, no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha. El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna. Si alguno quiere servirme, que me siga; y donde yo esté, allí estará también el que me sirva" La historia de salvación en la que participamos desde nuestra identidad laical ha significado para los laicos CVX de Perú el privilegio de vivir la experiencia de las primeras Comunidades Marianas en 1967 y experimentar el tránsito de Comunidades Marianas a Comunidades de Vida Cristiana. También la experiencia de Vaticano II, de ser Pueblo de Dios en el mundo y de la responsabilidad del laicado por reformar el mundo y las estructuras injustas. No estuvimos exentos de la preocupación por vivir las reformas sociales tan profundas en el agro, la nacionalización de empresas privadas, la creación de empresas cooperativas y empresas públicas, el surgimiento de las poblaciones urbanas de migrantes, conocidos como Pueblos Jóvenes y el surgimiento del hambre estructural. Dios no hace distingos sociales. A pesar de que éramos pocos, jóvenes, de clase media y popular la experiencia prendió en la primera CVX de Dávalos Lisson y las comunidades de Desamparados, lo que permitió que los laicos estuviéramos siempre presentes en las Asambleas Mundiales desde Roma 671. Siempre estuvimos globalizados como una Comunidad Mundial al servicio del mundo. En todo momento se trabajó la universidad, la política y la parroquia como campo de misión. A tal punto que Brígida Granados, una de nuestras primeras presidentes y representante a Manila 76, llegó a ser profesora universitaria y, hasta el final de sus días, tuvo marcada preocupación por la pastoral universitaria. El Perú posee una riqueza de procesos sociales que dieron lugar a una Pastoral Social, compromiso con los pobres y que generó la Teología de la Liberación como una corriente de Iglesia. Los primeros cevecos vivieron con tanta pasión su compromiso sociopolítico que pusieron a prueba sus estructuras y la comprensión de sus asesores: no pudieron mantener su integración Fe-Vida y las primeras comunidades organizadas como Federación de Comunidades CVX se disolvieron en 1978. Sin embargo, su testimonio no termina allí. Su presencia social fue fecunda y su testimonio sirvió para alentar a sus hermanos y a otros jóvenes de las universidades a buscar a la CVX en la siguiente década, permaneciendo hasta hoy como parte de ella. Hacia el final de la década de los 70, el asesor mundial era un asesor de Perú. El Padre Justo Gonzáles Tarrío. Paralelamente, desde 1970 se estaban formando las vocaciones en otros grupos de laicos de las parroquias Jesuitas. Las Comunidades de Nuestra Señora de Fátima han sido siempre un testimonio fecundo de lo que significa el Carisma CVX, vivido desde mujeres y familias adultas profesionales, y amas de casa en un entorno socioeconómico alto, en el cual siempre pudieron discernir y percibir la presencia de los más pobres, los más necesitados. A raíz de los desastres por el terremoto de Huaraz se reúnen para ayudar a los damnificados y continúan con el apoyo al Comedor Parroquial para proporcionar alimentos a los más pobres. Siempre participaron en la formación y fueron las primeras en hacer ejercicios espirituales en la vida diaria, en recibir la visita de Juan Pablo II en 1985 y en su participación en el Congreso Eucarístico de Chimbote. Como Pre CVX y como CVX San Ignacio de Loyola han perseverado y dado lugar a tres CVX más que permanecen hasta hoy. Aún sin la Federación Nacional las comunidades continuaron y participamos en Roma 79 y Loyola 1986. En el intermedio, y gracias la fecunda labor de Roberto Dolan sj y Javier Uriarte sj, junto con los asesores jesuitas de CVX con quienes se reunían, se alentó y apoyó la formación de un Movimiento CVX Metropolitano y Nacional, donde fue tomando forma el sueño de una Comunidad CVX Nacional, viviendo, así, el paso de una Federación Mundial a una Comunidad Mundial. En paralelo, los jóvenes cevecos universitarios enfrentan, desde su fe, dos tareas: la presencia política de movimientos políticos subversivos en sus universidades y la necesidad de formar y articular una Pastoral universitaria en confluencia con todos los movimientos católicos presentes. Lograron institucionalizar 1 Sólo en Providence 1982, participaron Roberto Dolan, sj; el asesor nacional, Pedro Barreto sj., hoy Obispo de Huancayo y el Padre Castañeda .sj. comunidades universitarias, Pastorales de Confirmación, y formación sólida en la fe y la justicia. Esta semilla aún dura como una sólida corriente de compromiso en los DD.HH, la Pastoral Social y la acción social. No se puede olvidar a las comunidades universitarias de Huancayo donde asesinaron a uno de sus miembros y amenazaron en más de una oportunidad a los asesores jesuitas. Menos a los amigos que mató la violencia terrorista y la de las fuerzas armadas. En ese caminar, algunos miembros de CVX llegaron a asumir cargos y funciones de gobierno, docencia y responsabilidad pastoral. Se continuó participando en las Asambleas Mundiales y en espacios de formación Latinoamericanos. En la década del 90, culmina la época de hiperinflación con un gran ajuste y la extrema pobreza como experiencia nacional se masifica. Desde años anteriores, las CVX estuvieron ligadas a los comedores populares y los sectores populares. Sin embargo, no bastaba ser amigo de los pobres. Las CVX se forman en las parroquias pobres de El Agustino, Ventanilla (Callao), Ilo, etc. También se inicia un proceso de protagonismo de los espacios regionales. En ellos surgen CVX desde experiencias de colegios (Piura, Sullana, Arequipa), o de universidades (Puno, Cusco) Es una nueva generación la que empieza un proceso de crecimiento en la fe y de respuesta a la realidad que empieza a surgir. La CVX de Ayacucho emerge en una zona de conflicto y violencia política, integrando también la experiencia del Colegio Fe y Alegría local. Se dieron procesos de recambio. Algunos procesos comunitarios se agotaron y entraron en receso; algunas comunidades que tuvieron liderazgo como universitarios asumieron su paso en la vida personal al estado de casados con familia y como profesionales. Se dan casos de resurgimiento de comunidades que recibe a ex miembros de otras comunidades CVX disueltas, a parejas o personas solas, que se reúnen en las casas de sus integrantes, que celebra junta y que se preocupa de hacer presente a la comunidad aún en los espacios de crisis familiar, económica y en acompañar la muerte de los familiares. A varias comunidades les tocó el turno de un mayor servicio: ya fuera como asesores de comunidades, asumiendo cargos directivos en algunas instituciones, o interviniendo en ámbitos como el universitario. En la década del 2000 se va logrando una CVX descentralizada y globalizada. Nada de lo que le pasa a nuestros hermanos nos es ajeno. Comunidades CVX asesoradas por otros miembros CVX, formados con nivel y capacidad. Comunidades donde se tiene la visión y la experiencia de los EE.EE. de los compromisos temporales y permanentes que, de un tiempo a esta parte, se realizan cada año. En la actualidad hay miembros y comunidades en tareas de frontera como la atención a niños con SIDA, atención a desplazados por la violencia, pastoral social, trabajo con comunidades nativas y acompañamiento espiritual a otros, además de la necesaria acción política y social en defensa de la fe y la justicia. Como fruto de promover procesos apostólicos desde lo que hemos llamado el PAN (Proyectos Apostólicos de Núcleo CVX), se han desarrollado algunas experiencias interesantes, como es el caso de la Biblioteca promovida en el distrito pobre de Carabaillo (Lima), en una población de desplazados por la violencia política.