Estas en: Home » Expedición 2011 » Sigue a la Ruta » Diario de Ruta ¡EN NAVARRA! por Íñigo de la Quadra-Salcedo Miércoles 6 Julio ¡Por fin la expedición ha comenzado la Ruta por España! Hasta el día de hoy, nuestra estancia en Madrid era expedición pero no ruta. Lejos de menospreciar los innegables atractivos culturales de la capital (de los que particularmente no podría prescindir jamás) para los expedicionarios la ruta es movimiento, desplazamiento y bus. Y eso sólo lo obtienen al salir de Madrid. Nuestro primer destino en Navarra ha comenzado con una calurosa bienvenida en la ciudad de Fitero, villa en la que nació en el año 1600, el protagonista de la jornada, Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla de los Ángeles en México. Calurosa por el solazo de justicia que ha caído, pero sobre todo por el recibimiento que nos ha brindado su pueblo, sus gentes y su alcalde, Francisco Javier Yaguas, Pachi, para los amigos. Nada más llegar, Jesús Luna ha dispuesto a los chicos y chicas para la foto de grupo, momento que he aprovechado convenientemente para grabar un “¡Viva Fitero!”. Acto seguido, nuestros embajadores han entrado en la iglesia del monasterio de Santa María La Real. Si no me confundo es la primera iglesia que visitamos en España para asistir a una conferencia y francamente no ha podido ser más acertada, tanto por su continente – no olvidemos el magnífico pasado cisterciense de su arquitectura – como por su contenido. Tras las palabras del alcalde Yanguas, el Presidente del Parlamento Foral, Alberto Catalán; y el subdirector de la expedición, Andrés Ciudad, hemos escuchado las palabras de Ricardo Fernández Gracia, encargado de exponer de forma preclara la historia del obispo Palafox y su aventura entre ambos mundos. No quiero entretenerles con la figura de Juan de Palafox, basta con buscar en internet para encontrar todo y más sobre su vida, pero sí decirles que este Obispo, Visitador y Virrey ha estado muy unido a las expediciones de Ruta Quetzal BBVA desde hace mucho tiempo y por muchas razones. La que nos ha traído hasta aquí es su beatificación el pasado 5 de junio. Antes de comenzar la charla me cruzo con Manuel, mi salvadoreño protagonista. Me trae noticias de Valeria, compatriota y rutera de 2010. Me alegra enormemente saber que ella y su familia se encuentran bien tras el incidente que sufrieron hace un año. El interés que suscita la conferencia entre los ruteros es directamente proporcional al número de expedicionarios que, tras la misma, se congregan junto al profesor para formular sus preguntas. Y otra vez nos encontramos con esa característica tan nuestra de estar en el lugar donde se escribió la historia. A la entrada en la Sacristía me cruzo con Christian, Federico, Tiago y Miguel Ángel. Los cuatro llevan en el cuello el pañuelo rojo propio de una de las fiestas más famosas y emblemáticas de España que comienzan mañana y que reúnen en la capital navarra a millones de personas: las fiestas de San Fermín. El municipio fiterano ha entregado a cada miembro de la expedición – incluidos adultos – un pañuelo que llevarán durante su estancia en la Comunidad Foral. Vincent, el alemán, prefiere usar el pañuelo más a lo “Rambo” y se lo coloca en la cabeza. Cuando le pregunto qué le ha parecido la conferencia me contesta pausadamente que a él la “parte religiosa” – supongo que se refiere a la labor pastoral de Palafox – no le interesa demasiado pero que le llama la atención los viajes y cargos que ocupó durante su vida. Es curioso descubrir las diferentes maneras de interpretar y asimilar la historia que tienen los ruteros. Cada cual procesa aspectos diferentes y se queda con lo que le llama más la atención. Así, Manuel el salvadoreño, que se expresa con la propiedad clásica de los mejores estudiantes sudamericanos me señala su asombro ante la figura del obispo y es precisamente su labor como obispo la que más le interesa. Para contrastar pensamientos busco una cara española y me topo con Lucía, la madrileña. Algo me dice que la felicidad en su rostro no es producto de pensamientos derivados de la charla sino de aspectos que responden más al corazón y a los sentimientos. Es sencillamente feliz. Llega la hora de comer. Las mujeres y los hombres de Fitero han preparado lo que aquí llaman “rancho” que en otras partes de España llaman caldereta o guiso de patata. Me acerco al enorme caldero que han colocado en medio del parque en donde, además, han dispuesto unas larguísimas mesas para toda la expedición. La fiterana Angelines revuelve con un cazo los más de 150 litros de caldo que llevan cocinando desde las once y media de la mañana. Patatas, conejo, cebolla, sal, agua y aceite son la esencia en la lista de ingredientes de esta típica comida fiterana que preparan en ocasiones especiales como la de hoy. Lo que sí es seguro es que hoy nadie se quedará con hambre. Además del rancho que están comiendo a los ruteros les esperan los espaguetis y el pescado del catering que nos acompañará durante nuestros días navarros. Huelga decir cuál de las comidas está más rica… Tras el abundante almuerzo algunos ruteros se relajan. Otros cantan o compran helados, y los más avispados huyen a los cuartos de baño más cercanos ya que, en la Ruta, nunca se sabe cuándo y dónde… Las costarricenses Marionne y Emilia se me acercan para grabar un saludo, quieren tranquilizar a sus familias haciéndoles saber que están bien y que ya están perfumadas. María, la danesa, también quiere grabar un saludo. Habla perfectamente español y cuando le pregunto la razón me cuenta la historia de cómo se conocieron sus padres. Es una historia preciosa que tentaría a más de un guionista para convertirla en película. Nacho el segoviano me enseña la sien pelada con la forma del “9” producto de una apuesta o prueba que ha perdido. Al parecer sus compañeros de grupo y las chicas del 7 han tenido que pasar por algunas delicadas pruebas – quizá sería mejor decir atrevidas – como parte de los pasatiempos propios del bus camino a Fitero. Salimos de la villa del obispo para llegar a Genevilla en donde nos espera otra bienvenida a cargo del municipio. Son las 20:25 h. y en este punto les dejo, he comprobado que la conexión a internet desde el lugar en el que duermo, Santa Cruz de Campezo, no me da demasiadas opciones para que les lleguen los contenidos de hoy, así que empieza mi aventura en pos de una conexión a internet decente. No está mal, además del ejercicio que hago en las marchas, tengo estos pequeños momentos de angustia que hacen que para mí la Ruta se convierta en mi plan de dieta particular. Por cierto, padres de Koro del grupo 2, escríbanles un e-mail a su hija el próximo lunes… ¡pero que tenga más de dos líneas que ese error ya se subsanó! Hasta mañana.