t JUBILEO DE LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS II ENCUENTRO NACIONAL DE DOCENTES UNIVERSITARIOS CATÓLICOS Profesora: Dra.Gómez Prieto, Marina Beatriz Comisión 108: “La dimensión ontológica en el quehacer psicológico. SER ALGUIEN: SER PERSONA JUBILEO PARA LOS JÓVENES INTRODUCCIÓN A 2000 años de la Encarnación del Verbo descubrimos en nuestra realidad nuevos rostros que claman por un Jubileo, por una celebración alegre y confiada de la presencia de Jesús en sus vidas: son nuestros jóvenes, quienes con sus actitudes nos interpelan reclamándonos un orden social distinto. Estamos convencidos de que debemos dar respuesta y asumir una nueva actitud ante el advenimiento del Tercer Milenio. CARACTERÍSTICAS DE LOS JÓVENES HOY Nuestros jóvenes hoy son partícipes de una sociedad post-moderna que incide en ellos. Adoptan actitudes, modalidades y valores que no siempre son interpretados por nuestros códigos de adultos. Depositamos sobre ellos en más de una oportunidad nuestras propias frustraciones y conflictos. Intentamos hacerlos responsables de lo que hoy vivimos sin ver que ellos en cierta manera son consecuencia de lo que los adultos sembramos y dejamos como herencia. Vamos a intentar caracterizarlos a la luz de sus fortalezas y debilidades, tanto en el plano personal como en el social y espiritual. Se realizó una investigación exploratoria de alrededor de 100 casos de jóvenes de 16 a 25 años, pertenecientes a 4 diócesis del Gran Buenos Aires (2ª mitad de 1999, albores del Nuevo Milenio). FORTALEZAS Les gusta compartir los deportes, la diversión y la recreación. Son entusiastas, espontáneos, abiertos. Aunque a veces se manifiestan individualistas, están dispuestos a colaborar y participar en tareas grupales. Si encuentran confianza, cuentan fácilmente sus intimidades. A veces adoptan una actitud conformista, pero si se los escucha se percibe en ellos un deseo de superación. Buscan grupos de amigos donde compartir y sentirse contenidos. Son críticos. No aceptan la incoherencia. Perciben y se quejan del doble discurso. Deseo de sinceridad. Valoración de la comunicación DEBILIDADES Padecen hambre de afecto, carencias afectivas profundas. Provienen de familias no contenedoras, con madres que no comprendieron sus necesidades de afecto. Desconocen los límites más elementales, porque no recibieron sanción por las transgresiones Egocéntricos: no pueden percibir las necesidades de los demás. Predominio del gusto sobre el deber. Vivencia de experiencias personales más precoces (sexualidad), sin la cuota de responsabilidad. Fragilidad e inseguridad. No poseen tolerancia ante la frustración Les cuesta los compromisos “para toda la vida” Desfasaje entre las metas exageradas propuestas por los medios de comunicación masiva y sus posibilidades reales. Suelen quedarse en lo sensible. Experiencias de placer sin compromiso. Muchas veces es difícil comprenderlos. No están preparados para las renuncias. Esperan la motivación, el estímulo y el reconocimiento por lo que hacen y son. Les cuesta aceptar la crítica. Hay jóvenes heridos, defraudados por sus familias y el mundo de los adultos. Altibajos anímicos incomprensibles aún para ellos. Padecieron muchas renuncias involuntarias para proponerse otras voluntariamente. Les falta el testimonio de los adultos. Ausencia de valores morales. Superficialidad en los afectos Desinterés por la vida, depresión vacía, aburrimiento. . Características de la religiosidad en esta etapa de la adolescencia y Juventud Mayor acercamiento a Jesús como amigo y compañero de camino. Capacidad de orar comunitariamente, en forma compartida, en estrecha relación con el estado de ánimo por el que pasan. Liturgia más vivencial, creativa y participativa. Deseo de ser acompañada en su proceso de fe. Búsqueda de experiencias que produzcan un impacto emocional, pero que generalmente se quedan en impacto. Buscan formas auténticas de oración (retiros, experiencias en lugares de oración). Muestran rechazo a las devociones pías (Rosario, oraciones largas, etc.). Les cuesta el Sacramento de la Reconciliación. Necesitan sentirse parte de la comunidad y encontrar su lugar. Las conductas morales y en especial la moral sexual no son aceptadas por los jóvenes. Para la mayoría muchas de estas conductas no constituyen pecado. Como se puede apreciar la caracterización no difiere de las similares descriptas por algunos autores que trataron el tema aunque con ciertas modalidades propias de nuestra cultura. El desafío consiste en el abordaje de estos jóvenes desde una perspectiva universitaria (lleguen o no a las aulas de una Facultad). Adherimos en este sentido a la exhortación de Juan Pablo II cuando nos dice que “los cristianos deben ponerse humildemente ante el Señor para interrogarse sobre las responsabilidades que ellos tienen también con relación a los males de nuestro tiempo” (TMA.36). La postmodernidad apareció ante el hombre como la etapa que solucionaría todas sus crisis y conflictos. No fue así. Nos encontramos hoy con: El debilitamiento del yo como intencionalidad creadora y sujeto autónomo. La declinación y quiebre de la unidad Verdad-Justicia-Ley. Al surgir racionalidades parciales, no homogéneas, se produce la convicción de que nada puede conocerse con certeza. Es la cultura de la pluralidad, de las narraciones relativas, todas sujetas al devenir de la realidad. Esta cultura sin verdades genera personas asépticas y desgarradas entre múltiples posibilidades, sin criterio ni modelo para construir el centro de su existencia. Personas que tienen la vivencia de que las palabras que las describen están destinadas a cambiar, con la conciencia en todo momento de la contingencia y fragilidad de su vocabulario y de ellas mismas. Sintetizando podríamos afirmar que en el final del Siglo XX el hombre aparece como desarraigado. Perdió la posibilidad de relación con un discurso sólido sobre el mundo en función de una Verdad única y absoluta, quedando a merced de múltiples verdades. Lo que perdió fue el criterio de Verdad. Se aferra al presente, perdiendo la intuición del valor del Tiempo en su existencia. El gran mal del Siglo XX, que nos afecta a todos es la que Thomas Moore llama “la pérdida del alma”. Las Universidades también sienten la dificultad de la hora actual: “Se trata de desarrollar un nuevo humanismo, abierto a la Trascendencia y a sus valores, que representan su fundamento más seguro... La recomposición del saber, la exaltación del hombre que es imagen de Dios, los hábitos fraternos, la comunión entre los pueblos, son todos objetivos que corresponden plenamente al diseño del Creador, del que todo proviene y a quien todo debe volver mediante Jesucristo y la obra del hombre iluminado y redimido por Él”. Juan Pablo II, Discurso a la Universidad de Bolonia,1982 Será necesario orientar las ciencias hacia un diálogo respetuoso con la Fe, saliendo al encuentro de las posturas cientificistas y relativistas que dicotomizan el saber fundado en la Verdad. De la centralidad de Jesucristo se extrae una orientación global para la antropología que da cuenta de una interpretación determinada de hombre, Antropología que debe constituir el substrato necesario de toda ciencia que aborde la realidad humana. Ante la realidad de los jóvenes de hoy a nuestra Universidad le cabe desarrollar un proceso de humanización centrado en la idea de la persona como sujeto libre y responsable. Este proceso implica “escucha recíproca, respeto, abstención de juicios apresurados, paciencia... cualidades propias del diálogo que deben darse en el quehacer del docente universitario (Juan Pablo I Reconciliatio y Poenitentia, 25). Todo esfuerzo debe ser realizado para profundizar el diálogo con ánimo abierto y firme, para abrir senderos que conduzcan a los jóvenes a la Verdad. Ghislain Lafont nos señala el papel decisivo que desempeña la restitución de la Escucha cuando expresa “Si se quiere hablar de Verdad hay que reaprender a escuchar, a fin de saber como responder”. Se hace necesaria una conversión del corazón a la escucha, un aceptar, por tenue que sea, a reabrir una historia con los hombres. Es una actitud que encarna en el hombre una pasión verdadera por la Heteronomía. La psique del hombre, sede de emociones profundas se beneficia mucho de los dones de una vida espiritual rica y sufre cuando es privada de ella. Necesita una visión coherente del mundo, un esquema de valores y un sentimiento de estar relacionado con el Todo. El proceso de maduración se consolida no tanto por gratificarse en sus realizaciones personales como en preocuparse primordialmente por algo o alguien del mundo externo a él. El hombre tiene el poder espiritual de desafiar su destino. JUBILEO DE LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS II ENCUENTRO NACIONAL DE DOCENTES UNIVERSITARIOS CATÓLICOS Comisión No. 108. LOS APORTES ONTOLÓGICOS AL QUEHACER PSICOLÓGICO. PROMOCIÓN. PREVENCIÓN. RESUMEN. Título: SER ALGUIEN. SER PERSONA. JUBILEO PARA LOS JÓVENES Autora: Dra. Marina B. Gómez Prieto A 2000 años de la Encarnación del Verbo descubrimos en nuestra realidad nuevos rostros que claman por una vivencia profunda del Jubileo: son nuestros jóvenes quienes nos interpelan con sus planteos y cuestionamientos. A través de sus fortalezas y debilidades percibimos seres expectantes de un nuevo orden social, personal, familiar y espiritual. El desafío consiste en el abordaje de estos jóvenes desde una perspectiva universitaria tendiente a desarrollar un nuevo humanismo abierto a la trascendencia y a sus valores. Humanismo basado en el concepto de hombre como ser libre y responsable Este proceso implica...”escucha recíproca, respeto, paciencia...” como afirma Juan Pablo II. El hombre tiene el poder espiritual de desafiar su destino. Datos personales Nombre: Gómez Prieto, Marina Beatriz Título académico: Profesora titular ordinaria de la PUCA Lugar de trabajo: Facultad de Filosofía y Letras. Dpto. de Psicología y Psicopedagogía. Título profesional: Lic. En Psicología. Médica psiquiatra. E.mail: ma-go@arnet.com.ar