El Protocolo de Kyoto se pone en marcha hoy a paso de tortuga http://www.portafolio.com.co/port_secc_online/porta_cron_online/febrero/ARTICUL O-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-1979066.html Con la ausencia de Estados Unidos, 141 países se comprometieron a reducir la emisión de 600.000 toneladas de CO2 anuales. En el año 2.100 la temperatura del planeta oscilará entre 1,4 y 5,8 grados, los glaciares se derretirán y el nivel de las aguas del mar subirá entre 9 y 88 centímetros. Estas nuevas condiciones traerán consigo la inundación de islas y zonas costeras, la desaparición de zonas agrícolas fértiles y de especies de fauna y flora. Adicionalmente, nuevas enfermedades harán más difícil la supervivencia humana y hacia el 2050, un total de 150 millones de personas serán desplazadas por la naturaleza y tendrán la condición de 'refugiados del clima'. Pero cuál es la causa de esta visión casi 'apocalíptica' de un grupo de expertos en cambio climático de Naciones Unidas? Son las 600.000 toneladas de CO2 que anualmente se producen en el mundo por el consumo que hacen los 7.000 millones de habitantes del planeta de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas. Prácticamente cualquier actividad humana es contaminante: desde la luz eléctrica que se utiliza en los hogares, pasando por el uso del automóvil, el aire acondicionado, la calefacción, hasta las industrias siderúrgicas, refinerías petroleras o cementeras. Sólo el uso del petróleo y otras energías fósiles es responsable del 80 por ciento de las emisiones de gas carbónico, que actúa como una pantalla reflectante para el calor que emite la tierra enviándolo de vuelta a ésta y provocando lo que se conoce como efecto invernadero. La fórmula para evitar los cataclismos anunciados, en boca de los científicos es simple: "hay que reducir las emisiones en un 50 por ciento a escala mundial para el 2050". Sin embargo, la solución para prevenir y resolver el problema avanza a paso de tortuga tal como lo ha reconocido Klaus Toepfer, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Prueba de ello es que más que dificultades científicas o tecnológicas, el gran obstáculo que ha tenido que superar el Protocolo de Kyoto para llegar a entrar hoy en vigencia, es la falta de voluntad política de países que como Estados Unidos se han negado a comprometerse con la reducción de las emisiones contaminantes. El objetivo del Protocolo es reducir 5,2 por ciento las emisiones de CO2 para el 2012 y 141 países, entre ellos 30 industrializados están dispuestos a hacer ese esfuerzo y en diferentes forman han reclamado un compromiso similar por parte de Estados Unidos, país que emite el 21 por ciento del CO2 y sustancias que aumentan la temperatura del planeta. Como todos los grandes contaminadores, Washington disponía de una voz preponderante en las reglas de ratificación del acuerdo de Kyoto, que fue dado por muerto cuando el presidente George W. Bush dijo en marzo del 2001 que no participaría en él. Estados Unidos rechaza el Protocolo de Kyoto alegando el costo enorme para su economía en expansión y argumentando que grandes países como China, India o Brasil también deberían comprometerse como las naciones industrializadas. Desde entonces las más variadas e insólitas reacciones en contra de esa falta de voluntad política no se han hecho esperar. Tal es el caso, por ejemplo, de un grupo de ecologistas que se desnudaron para exigir al gobierno de Taiwan que respete el tratado de Kyoto. "Salven nuestro medio ambiente", "protejan la tierra", fueron algunas de las frases que gritaron los seis miembros de la Alianza Taiwanesa de Defensa del Medio Ambiente que decidieron desnudarse ante las oficinas del gobierno en Taipei, para dar mayor fuerza a su acto, en el que estuvieron rodeados de otros 12 manifestantes. Taiwán no ha ratificado el protocolo de Kyoto, que entra en vigencia hoy, aunque ha prometido que lo respetará. Solo hasta el pasado 18 de noviembre, el Gobierno ruso ratificó el Protocolo (suscrito en 1997) durante la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU celebrada en Nairobi. Ese día comenzaron a contarse los 90 reglamentarios para que comenzara a actuar el mecanismo, al haber sido ratificado por países que emitan más del 55 por ciento de los gases contaminantes, según los índices establecidos en 1990. La industria rusa, responsable del 17,4 por ciento de las emisiones de gases tóxicos del planeta, permitió de forma automática la acción del Protocolo, en un esfuerzo mundial por detener paulatina las emisiones de los gases contaminantes que destruyen la capa de ozono y provocan el efecto invernadero. No obstante entrar hoy en vigencia y haberse salvado de la muerte, Toepfer, director Ejecutivo del Pnuma, dice que "Kyoto es sólo un primer paso y serán necesarias reducciones en la emisión de gases aún mayores para estabilizar la atmósfera y el sistema climático mundial". Compromisos para cumplir Treinta y cinco países industrializados y la Comunidad Europea se comprometen ante el mundo a reducir a niveles inferiores a 1990 sus emisiones combinadas de seis gases principales causantes del efecto de invernadero durante el quinquenio 2008-2012. Esfuerzo internacional para reducir la emisión de gases en un 5,2 por ciento respecto a los niveles de 1990 en el período de 2008 a 2012. El mercado internacional de emisiones de carbón se verá impulsado. El régimen de "intercambio de emisiones" que establece el Protocolo permite a los países industrializados comprar y vender entre sí. Este enfoque basado en el mercado mejorará la eficiencia y rentabilidad de las reducciones de emisiones. El Mecanismo de Desarrollo Limpio recibirá un fuerte impulso y estimulará inversiones en proyectos en países en desarrollo que promueven el desarrollo sostenible a la vez que limitan las emisiones de gases de efecto de invernadero. El Fondo para la Adaptación, del Protocolo, establecido en el año 2001, puede hacerse operacional para asistir a los países en desarrollo a enfrentar los efectos negativos del cambio climático. La adaptación al cambio climático Colombia consolidará en el corto plazo recursos por 12,8 millones de dólares destinados a la adaptación al cambio climático y realizará hoy en Maloka un acto simbólico. En este sentido, la ministra del Ambiente, Sandra Suárez, señaló que se dio inicio a la formulación del Proyecto Piloto de Adaptación Nacional Integrado - Inap, el cual se encuentra ejecutando una donación inicial del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF/Banco Mundial) por 270.000 dólares, los cuales serán utilizados para el desarrollo de estudios científicos requeridos para su formulación. Posteriormente el proyecto ejecutará una donación del GEF por 4 millones de dólares y se encuentra en proceso la consecución de 8,2 millones de dólares adicionales que se requieren como contrapartida. A principios del 2006, se dará inicio al proyecto, una vez culminada la fase de diseño. En las próximas semanas el país también recibirá una donación del gobierno japonés por 400.000 dólares que serán destinados al fortalecimiento de la capacidad técnica y humana del Ideam en la modelación del clima y de los impactos del cambio climático, y en el monitoreo del clima en ecosistemas de alta montaña. Adicionalmente, con el apoyo del Banco Mundial, el Ideam concretó la colaboración del Meteorológica Research Institute (MRI) y el acceso a los resultados del modelo de simulación del cambio climático desarrollado por este centro de investigación. Este modelo, que trabaja con una resolución de 20 kilómetros por 20 kilómetros y que es procesado por el computador más potente del mundo, con una velocidad de cálculo de 40 Tflops (40 millones de operaciones por segundo), permitirá predecir el clima del futuro en algunas de las regiones más vulnerables de Colombia, convirtiendo al país en el primero en tener acceso a este tipo de tecnología. En Colombia, el Protocolo de Kyoto fue aprobado por el Congreso de la República por la Ley 629 de diciembre de 2001. Los gases controlados por el Protocolo son el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4), los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC) y el hexafluoruro de azufre (SF6).