PATADAS Y DOBLE DISCURSO Era un 14 de julio, el año: 2004; circunstancia: movilización de la CGTP contra la política económica del entonces presidente Alejandro Toledo y, naturalmente, contra la firma del TLC; objetivo político: para las izquierdas, reconstituirse, ganar un terreno que perdió hacen varios lustros, para el APRA, también ganar un espacio, para García Pérez algo que parecía sólo para ilusos: recuperar la credibilidad de un pueblo que había sufrido su gobierno, pero, sobre todo, aprovechar a los dubitativos y, sobre todo, a los jóvenes que deberían votar en los próximos comicios y que desconocían o no habían sufrido su desastroso gobierno. De pronto, un sufrido personaje, anónimo como decenas de miles que participaban en la multitudinaria marcha, se puso delante de García Pérez y éste, al verse en el riesgo de perder las cámaras, le profirió cuatro frases (¡¡sal de ahí, mierda!!) en las cuatro letras del aludido anónimo, quien más tarde se hizo famoso por las cámaras y los vendedores de marketing. Han pasado casi cuatro años, y hacen casi dos sucedió en el país algo impensable: García Pérez retornó al gobierno y asume poses que confunden a los dubitativos, convencen a los ingenuos y preocupan a muchos, predica -a pesar de que se le conoce en ello- un doble discurso. El ejemplo más patético lo ha dado esta semana que pasó. Ante el escándalo –para variar, funcionarios que trabajan para el Estado y ganan su sueldo desde el bolsillo del pueblo- de altos funcionarios del BANMAT, los calificó de “imbéciles” pidió que “saquen a patadas a todos estos, y si son apristas, dos patadas”. Bravucón, para las tribunas. Hace poco no ordenó que saquen a patadas a los congresistas que intentaron blindar a Tula Benítes, tampoco pidió patadas para quienes intentaron lucrar con la compra de ambulancias o de patrulleros muy sobrevaluados, aun cuando sí –tímidamente-, y por la presión de un sector de prensa, la rescatable, valiente, hizo una grita para la tribuna. Hoy, evidentemente las patadas ofrecidas también son para las tribunas porque, viene la contracara de dicho discurso, es decir “el otro discurso”. Es en el caso Alex Kouri. El Congreso lo encontró responsable de nueve delitos durante su gestión como alcalde del Callao, pero García Pérez argumentó que “sólo al Ministerio Público y al Poder Judicial les corresponde determinar, profesionalmente, técnicamente, si existe o no delito” (¡¡Sic !!), para luego agregar que “El Parlamento, que también fue investigado por sus temas internos, se defiende investigando a otros y, mientras tanto, destruyen todos la credibilidad del país, la democracia, y a veces podría acusarse a alguien sin mayor fundamento.” ¿Qué pasó?, nada menos que Kouri –el hermano de Beto, el que se vendió a Montesinos por un puñado de dólares- es su aliado y aun cuando el Parlamento, incluido apristas, han identificado la comisión de nueve delitos, del mismo modo como se identificó presuntos delitos en altos funcionarios del BANMAT, pero para Alex Kouri NO HAY EL CALIFICATIVO DE “IMBÉCIL”, a él no hay que introducirlo a la cárcel a patadas. Ya no es bravucón. Hay que recordar que García Pérez es abogado, y que este señor representa a todos los peruanos y por tanto debe ser el primero en conocer, respetar y hacer respetar la CPP; y hay que tomar en cuenta que la Constitución Peruana, en su artículo 97º expresa que “El Congreso puede iniciar investigaciones sobre cualquier asunto de interés público (…) bajo los mismos apremios que se observan en el procedimiento judicial” .Además, la carta Magna, considera que es una de las atribuciones del Congreso la de “Velar por el respeto de la Constitución y de las leyes, y disponer lo conveniente para hacer efectiva la responsabilidad de los infractores.” (Art. 102º, numeral 2). García Pérez pretende pasar por alto estos magnos mandatos. José Cedeño León