Panel Tendencias Demográficas y Cambio Climático Comentarios de los participantes y respuesta de los panelistas Simón Yampara (Teórico de la descolonización, Bolivia) Buenos días. Soy aymara. Actualmente estoy trabajando en la Universidad Pública del Alto. Quiero reflexionar algo profundamente. Hay problemas de enfoque y de tipo conceptual y hasta epistemológico en mi criterio. Yo pienso que el discurso de Carlos es un poco pasado en mi concepto. Con las disculpas de todos me gustaría decirles que la representación de los pueblos es minoría, está invisibilizada y creo que de la misma manera en el tratamiento de la investigación está así invisibilizada. Yo prefiero trabajar con horizontes civilizatorios. El horizonte civilizatorio ancestral milenario con semillero en Tiawanaku; por algo se ha hecho ahí la primera revolución agropecuaria. Este es un horizonte. El otro es el horizonte civilizatorio occidental centenario que tiene que ver con todas la políticas estatales de hoy día y que creo en mi concepto ese discurso esta aquí representado por un lado desde el Estado y por el otro desde el mundo de las ONG´s. Esto creo que está en discurso. Por eso se maneja conceptos como individuo, agricultura familiar y una serie de cosas. Creo que eso obedece a otra conceptualización. Adolecemos de unos cuatro niveles de reducciones: La reducción toledana que tiene que ver con los Estados, el problema poblacional y el manejo territorial. Tenemos también el problema de la reducción cartesiana. Nos movemos cognitivamente, cultivamos esta reducción cartesiana afectada por la reducción toledana. Sin embargo, algo sicológico es la reducción de simulación de estos pueblos ancestrales y ahí utilizamos conceptos como campesino, indígena, originario, indistintamente palabras que sobran y mal constitucionalizadas en la Constitución Política de Bolivia. Necesitamos retrabajar en el orden epistemológico, conceptual para adecuar pero forjar esta palabra de ser respetuoso. Hay que respetar el horizonte civilizatorio ancestral milenario con sus valores, sus conocimientos, sus saberes, pero al mismo tiempo la otra parte centenaria también. El problema es que no nos reconocemos, invisibilizamos y al invisibilizar no lo tratamos, encubrimos. Hay muchos espacios donde ya se está discutiendo esto. El otro problema es el saber o conocimiento local, ¿qué es lo local? Este es otro problema que hay que discutir. No es suficiente con este prejuicio del patriarcado, del universalismo o cosas con estas categorías para querer juzgar aquel conocimiento de los comunitarios como saber local. Prejuiciosamente estamos usando conceptos sin querer. Hay estos elementos que me gustaría debatir en la mesa. No me satisface la ponencia de Carlos, pero tampoco de la Mesa. Seguimos inyectando este horizonte centenario. Por eso se festeja los centenarios, pero no lo milenarios. Eso no sirve y es cosa del pasado que hay que pisar. Los pueblos aquí en Bolivia son los que están orientando eso. Habría que ver en los dos países de Ecuador y Bolivia este paradigma de vida como el Sumak kamaña reducido a vivir bien que están en las constituciones, pero en el fondo no lo tratamos así. Seguimos sobre el rollo del desarrollo y progreso. Aquí hay que equiparar la dimensión de la materialidad y de la espiritualidad y como utilizamos de forma privada y comunitaria, no aislada, privada por su lado y comunitario por su lado, sino interactiva haciendo una tetraléptica a este nivel. Javier González (HELVETAS INTERCOOPERATION, Bolivia) Estoy trabajando el tema de cambio climático mucho tiempo y me gustaría perfilar esa perspectiva. Noto que cuando se habla de cambio climático, de los glaciares que se están derritiendo y de las comunidades andinas de montaña que son extremadamente vulnerables, de alguna manera se resalta la vulnerabilidad de las comunidades de montaña. Es importante también ver la agenda de cambio climático como una agenda de gestión de riesgo. La agenda global de cambio climático en realidad es una agenda de gestión de riesgos, ya sea de la gestión de riesgo de las emisiones exacerbadas por la industrialización o la gestión de riesgo a nivel territorial y ahí las comunidades andinas cumplen un rol muy importante en mitigar el riesgo. Carlos Pérez había mencionado que pasa si la gente se va, del deterioro de medios de vida en ámbitos de montaña, de quién va a producir alimentos. Este es un riesgo de la sociedad en general y hay que pensar cómo lo manejamos. El otro es un riesgo de si existe un deterioro continuo de los ecosistemas, de los ecosistemas que sostienen la vida en zona de montaña con deterioro de contaminación de agua, minería o por el abandono de la gente de las tierras agrícolas que cumplen funciones ecosistémicas muy importantes, actividad de suelo, etc. En la agenda de cambio climático boliviana tenemos como nodo al Río Grande. Río que nace en zonas de montaña y luego termina en el Mamoré. Todos los sedimentos que bajan de la zona de montaña terminan en el Mamoré y terminan generando inundaciones. La gente que está viviendo en la zona de montaña se van hacia las zonas bajas, es decir a zonas que se inundan. Esa perspectiva de la gestión de riesgo es importante enfatizarla un poco más, esa noción del riesgo. No es sólo una agenda de vulnerabilidad de las comunidades andinas. Miguel Saravia (CONDESAN, Perú) El tema de mirar el cambio climático desde la perspectiva de gestión de riesgo nos saca de uno de los problemas que nos lleva a la inacción. Tiene que ver con la incertidumbre. Lo único que sabemos del cambio climático es que la temperatura sube y hay evidencias respecto de cómo está subiendo la temperatura. Tenemos más incertidumbre de que está pasando con el agua y con la precipitación. Los modelos climáticos no nos sirven para nada en términos de precisar que va a pasar. Ponerlo en términos de riesgo creo que nos lleva a actuar sobre cosas que ya sabemos que están pasando. Eso debe ser sumado a otro elemento que Carlos no menciona que es la voluntad política para actuar en la situación que se ha descrito. La necesidad de este contexto de descentralización que él mencionaba nos ofrece oportunidades para que voluntades políticas más locales puedan actuar frente a esos escenarios de riesgo y eso es muy importante. Conectando esto con la discusión respecto a los centenarios podemos decir que los cambios están ocurriendo hoy en día a mucha velocidad y eso está impactando la capacidad de adaptación de la gente. No se trata solamente que están cambiando las cosas sino que la manera como nos hemos venido adaptando a estos cambios tiene que cambiar también, justamente por la velocidad por la que el cambio climático está ocurriendo. Hoy día eso está ocurriendo por la acción del hombre. Entonces pensar en cómo nos adaptábamos hace un tiempo tiene que ser discutido también respecto de cómo esos cambios están ocurriendo con mayor población, con mayor presión sobre los ecosistemas, con una actividad extractiva mucho más intensiva sobre los recursos y creo que eso debe ser pensando en ese contexto también. Valorando lo que se hizo antes pero también poniendo en perspectiva de lo que la velocidad de los cambios están implicando y afectando la capacidad de adaptación. Heber Araujo (CENDA, Bolivia) Quiero hacer un comentario respecto a las capacidades de resiliencia que existen en las comunidades y cómo las políticas públicas van a fortalecer o debilitar estas capacidades frente a la variabilidad climática y también frente a todo el contexto social; se habla de la variabilidad socio-ecológica desde muchos estudios. Desde un estudio que hemos realizado en CENDA, las principales variables que hacen que exista una mayor resiliencia en comunidades locales andinas tienen que ver con aspectos que están controlados por la comunidad campesina. El manejo adecuado de la rotación de suelos y el cultivo de una amplia variabilidad de germoplasma son las principales variables que hacen resilientes a las comunidades frente a este contexto ecológico cambiante pero también frente al contexto social, pero muchas de las políticas y acciones desarrolladas por muchas ONGs más bien van a fortalecer el lado individual, el lado sólo familiar del manejo de cultivos, del manejo del desarrollo, descuidando un poco aquellas variables que vayan a fortalecer la cuestión comunal de manejo. Creo que las políticas deberían desarrollarse a fortalecer la cuestión comunal del manejo de los recursos sobretodo en comunidades de montaña. Seguramente podemos hablar con mayores detalles respecto a lo que CENDA va impulsando en este sentido, pero hay tendencias muy fuertes que también van a afectar al desarrollo de las comunidades. En relación a la última pregunta que lanzaba Carlos, ¿Quién nos va a alimentar en el futuro?, en los últimos 20 años prácticamente ha habido un cambio fuerte. Hasta los años ochenta, el 80% de la producción de los alimentos producidos en Bolivia provenían de unidades familiares campesinas, provenían del campo. Ahora, otros estudios dicen el 66%, el 86%. No hay un estudio que identifique todavía con una buena profundidad, pero estos alimentos ya vienen de la agroindustria y las importaciones. ¿Las políticas hacia dónde van apuntando? ¿Por ejemplo, la planta de urea Bulobulo, a qué tipo de modelo de desarrollo va a fortalecer? ¿Qué significan las carreteras que se están realizando? ¿El corredor bioceánico? ¿A qué tipo de agricultura se está fortaleciendo? ¿Dónde queda la pequeña producción campesina? Rolando Oros (PROINPA, Bolivia) ¿Qué van a hacer los jóvenes que dejan el campo? ¿Qué van a hacer esos jóvenes que están dejando su sociedad con retos nuevos? ¿Cuán preparados están para responder a un nuevo contexto, con ese impulso que nos da el cambio social? No es un cambio social superficial, es un cambio muy profundo. Es decir yo como joven sí puedo, puedo proyectarme porque ahora tengo un presidente que representa mis valores y mi naturaleza de la cual formo parte como joven del sector rural, pero me voy a enfrentar a algo desconocido en la ciudad. Para mí son dos preguntas: ¿quién nos va a alimentar?, pero también la problemática que se nos presenta para que estos jóvenes no sean decepcionados en esta generación y ni se pierda este impulso que tienen. La revolución en la comunicación hay que aprovecharla, hay que realmente utilizar las nuevas herramientas que están disponibles como los celulares. Ahora tenemos un satélite que nos permite llegar con internet a muchos lugares. Eso tiene que ser parte de la nueva educación de los jóvenes que se quedan y de los que se trasladan. Hay un segundo punto: los alimentos también han subido. Antes con 100 bolivianos te comprabas muchas cosas. Ahora es muy limitado y los alimentos han subido. Esto representa una oportunidad para el sector rural. Hay emprendedores que están surgiendo, pero es cierto que se quedan cada vez con menos mano de obra. Ninguno de nuestros panelistas ha mencionado el rol de la tecnología, de la innovación tecnológica, pero una innovación que no viene de arriba hacia abajo sino que es generada en las condiciones en las que se mueve la nueva situación del sector rural. Esperamos que las comunidades tengan servicios acorde a su contexto social y económico, en el lugar y en el tiempo donde lo necesiten, pero también tengan acceso a variedades más precoces para hacer frente a los efectos del cambio climático. Necesitamos de la tecnología tanto así como el análisis de dónde venimos, de la la reflexión de nuestra cultura, de nuestra filosofía, pero debemos ser muy activos y muy prácticos ante lo que se nos viene. Utilizando las comunicaciones, esta gran revolución de las comunicaciones, e impulsando este cambio de mentalidad de la sociedad boliviana y de la sociedad rural boliviana. Virginia Vargas (Universidad Mayor de San Simón, Bolivia) Considero que es momento de que en nuestro país le demos la importancia debida a todo lo que es ciencia y tecnología. Creo que las ONG´s han hecho mucha investigación sobre los cambios que se están produciendo en las comunidades rurales desde el punto de vista social. Creo que tenemos mucha información al respecto. Lo que no se ha hecho es implementar algunos cambios y utilizar las otras áreas del conocimiento para saber qué tenemos que hacer respecto a la realidad agrícola de Bolivia y de todos los Andes. Bolivia en el último período es verdad que crea el INIAF que va a apoyar a la investigación en esta área y en otras áreas, pero eso requiere de recursos. Es muy bonito escribir planes, pero hasta ahora no se están invirtiendo los recursos necesarios primero para capacitar todos los recursos humanos en áreas totalmente especificas. Nosotros manejamos programas de formación en mi departamento y tenemos que revisar la demanda para saber hacia dónde vamos a ir. Y es verdad que fuera del Plan Nacional para construir toda esas demandas trabajamos con lo último que se ha generado en el país y hay mucho cambio. Pero no hay un organismo de ciencia y tecnología a la que los investigadores y toda la comunidad científica pueda acudir para poder construir algo o aportar con su conocimiento. Está muy disperso, está tan distribuido y tan atomizado que todos los recursos los podemos acceder por diversos canales y esa información no llega correctamente. Estoy hablando de los planes que hay en este país. Generamos “N+1” planes, hemos sido muy buenos para escribir todos los planes, pero no sirve un plan si no se ejecuta. Somos muy buenos consultores para seguir haciendo más planes o para discutir si la sostenibilidad o la sustentabilidad o la prospectiva. Seguimos generando discursos y espacios, pero no estamos aterrizando y eso a mí me preocupa. Tenemos una comunidad científica que cada vez quiere aportar, pero las políticas no nos llevan a poder construir y aportar bien. El efecto del cambio climático tiene una velocidad terrible y la respuesta es ciencia, tecnología e investigación. Si no generamos conocimiento, no va a haber agua, no va a haber seguridad alimentaria y seguiremos quedándonos en espacios en los que no estamos visibilizando correctamente los desafíos. Respuestas de los Panelistas: - Jorge Recharte Si pudiera encontrar un punto común en las discusiones que hemos tenido es la importancia de la información. Esto me hizo pensar en cómo mira el Estado la realidad. El Estado la mira con base en números, en estadísticas, en promedios. Es esa visión basada en información cuantificada. La Carta al Rey escrita por Guaman Poma de Ayala en el siglo XVI tiene un capítulo muy interesante que describe cómo funcionaba el sistema de los Kipukamayok, en la que desde los niños podían llevar las cuentas de cuántas aves habían malogrado el maíz, por ejemplo. Y así subiendo en las escalas del Estado hasta las zonas más altas. En toda sociedad que organiza un territorio la información es fundamental. Hoy día estamos en eso: modelos económicos, modelos climáticos, modelos globales. Es un esfuerzo tremendo de organizar lo que está ocurriendo. La información es poder, la información moviliza, convence, innova, cambia ideas. La pregunta que me surge de la discusión es ¿cómo los pequeños agricultores de comunidades pueden organizar sus números, sus modelos, su forma de plantear las rutas?. Ayer hubo una pequeña discusión muy interesante con relación al desarrollo de grandes redes de información para la agricultura. Es una idea que tiene mucha potencia. Los retos de cómo ayudar al pequeño agricultor a que accedan de una manera estructurada, organizada, con sus perspectivas grandes sobre lo que realmente hay que hacer y cuáles son sus intereses. - Ross Mary Borja En relación a lo que habló la doctora Virginia Vargas sobre el rol de las universidades y cómo podemos vincular más de cerca el trabajo que estamos realizando como ONGs, son las preguntas que siempre nos planteamos: ¿cómo podemos implementar en la práctica todas la investigaciones, toda esa ciencia que está siendo generada? Es un gran reto que hemos discutido fuertemente en el Ecuador. Ayer hablamos de la necesidad de crear un nuevo tipo de modo de innovación dónde las organizaciones de la sociedad civil puedan aliarse a través de diferentes instancias y la universidad tiene un rol muy importante que jugar al conectar éso con las necesidades y demandas que vemos nosotros más de cerca desde nuestro rol como ONG. La idea sería facilitar estos espacios entre organizaciones comunitarias, ONGs y universidades. El objetivo mayor es que la universidad no genere ciencia o vaya respondiendo ciertas preguntas que son más funcionales al trabajo que están realizando sino que pueda ser conectado a un trabajo comunitario más amplio en coordinación con las organizaciones comunitarias y las ONGs. En ese sentido la idea es ser más creativos en el momento de tratar de armar alianzas estratégicas que vayan respondiendo a diferentes cuestionamientos y a diferentes actores de la sociedad civil, donde el rol del Estado es importante, pero no es quien está direccionando estos espacios de innovación. - Enrique Castañón Simón Yampara es un reconocido teórico de la descolonización. Voy a hacer un breve aporte ya que es una temática muy compleja la que nos ha tocado. Toda la discusión en Latinoamérica sobre la descolonización es un debate necesario, hay que hacerlo. Evidentemente tenemos que ver a la modernidad con una visión crítica que ha invisibilizado algunos discursos, los milenarios, los de nuestros pueblos. Ha impuesto otro tipo de discursos occidentales, europeos principalmente, y esto ha llevado a un desorden en la sociedad. Hemos asumido algunas situaciones que no están en línea con lo que somos esencialmente y eso nos lleva a contradicciones. Sin embargo, creo también que hay que reconocer los sincretismos culturales y que estamos en un momento en la historia donde ha habido este desarrollo de lo que ha sido el pensamiento occidental y que por tanto no es muy útil desconocerlo. Voy a poner un ejemplo. En un evento hablaba con una dirigente mapuche y comentaba de un conflicto que tenían con papeleras: destrozaban el bosque para poner pino, hacer papel y exportar papel. Al sembrar estas grandes extensiones de pino invadían territorios campesinos y mapuches, estaban despojando a muchos campesinos de sus tierras. Al momento de analizar el conflicto básicamente era lo mismo lo que enfrentaban los mapuches y los campesinos, pero desde mi punto de vista una visión un poco miope de la dirigencia de los mapuches es que ellos resaltaban tanto la ancestralidad y la etnicidad que querían luchar ellos solos porque los campesinos al fin y al cabo han dejado de ser originarios. Se usan este tipo de argumentos y en el fondo la lucha de ambos se debilita porque si estaban juntos los campesinos y los mapuches tenían más fuerza para ir en contra de las papeleras. A veces el tema de etnicidad nos lleva un poco a marearnos cuando hay cuestiones de poder que son más de clase. Para Javier González, que es experto en cambio climático. Estoy de acuerdo que la gestión de riesgos es importante y no la estamos viendo en su real dimensión. La temática de cambio climático es evidentemente relevante porque uno lo ve en el campo, ve los cambios, pero es una lucha que sigue siendo complementaria. Hay luchas más urgentes como de justicia social, de equidad, que son luchas de ahora. Lo que ha tergiversado el desarrollo sostenible como paradigma es que si bien son importantes las generaciones futuras no nos olvidemos de las generaciones de ahora que requieren de una lucha un poco más mediata. La gestión de riesgo hay que tomarla más estratégicamente sobre todo en Bolivia y con todo el tema de las inundaciones en las tierras bajas dónde todos los años nos pasa lo mismo. El tema de cambio climático si bien lo abordamos, desde mi punto de vista no es todavía lo estructural. Hay otros temas sociales que son importantísimos. Para el compañero de CENDA que es una ONG bastante progresista acá en Bolivia, en relación a la gestión comunal del riesgo, tenemos que siempre valorar estos conocimientos que tenemos en Bolivia sobre el manejo colectivo de recursos naturales y que en ciertos modos llevan a buenos resultados. Pero como crítica, a veces hemos tendido a romantizar ciertas cosas. Por ejemplo, hay algunas prácticas como las takanas. La extensión y la magnitud que se requieren para construir ese tipo de obras es tan fuerte que demanda una cantidad en obra impresionante. Y eso era posible en tiempos milenarios en donde habían sociedades fuertes donde estaba concentrado el poder y había mucha mano de obra disponible. Hay que tomar en cuenta que en algunas cosas ha cambiado el contexto, sin querer decir que el conocimiento ancestral es irrelevante. Creo que es relevante y que está subvalorado, pero a veces le hemos dado un tono romántico y eso está haciendo que se diluya. Sobre el tema de la agroindustria es evidente que Evo Morales y Correa están inmersos en contradicciones pero hay que valorar el contexto global y más estructural. Yo estudio la soya. La soya no es culpa de Evo Morales, es en parte culpa de los gobiernos neoliberales que abrieron el mercado para que entre la soya. Pero es una causa estructural: está en toda Sudamérica, es parte de una estructura alimentaria global que responde a intereses transnacionales y que nos llevan al sur a producir las materias primas. Les cuento una experiencia en Londres en una Conferencia sobre deforestación en la Amazonía y en el refrigerio habían bananas que eran precisamente la causa de la deforestación en el Ecuador. Hacer estos links globales es muy útil. Los académicos lo llaman la ecología política, pero nos dimos cuenta que estábamos contribuyendo a esta causa a pesar de estar hablando de la deforestación en Ecuador. No son sólo los gobiernos los causantes, hay presiones globales de la estructura del sistema que son más fuertes. Para cerrar en relación a qué van a hacer los jóvenes. Voy a decir que el modelo de agronegocio está claro que no es sostenible, no sólo por los fertilizantes, la contaminación, los transgénicos, sino principalmente por el tema del petróleo. La agroindustria requiere de máquinas y de petróleo barato, y este se va a acabar pronto. El rato que se acaba el petróleo se acaba la agricultura de agronegocio, realmente es insostenible. Por ese lado hay que optar por la agricultura familiar campesina. La ventaja que tiene la agricultura familiar campesina es que demanda bastante mano de obra, entonces provee fuentes de empleo. ¿Qué hacer con los jóvenes?: apoyar en la agricultura familiar campesina es darles fuentes importantes de empleo y hay que apoyarles en eso. En países como el nuestro es necesario un grado de industrialización. Tenemos que empezar a darle valor agregado a nuestras mercancías para que podamos entrar al mercado en términos más justos. Sabemos que las relaciones de poder entre el norte y el sur es que nosotros hacemos las materias primas agrícolas y que los términos de intercambio comercial nunca nos favorecen ya que es mucho más caro los bienes con valor agregado que hacen en el norte. En ese sentido la apuesta de Correa y Evo de industrializar al país, si bien con contradicciones, creo que hay que manejarlo. Obviamente no queremos llegar al nivel de industrialización de países como los del norte que ya es absurdo, ya es sólo por generar riqueza, sin fines sociales, pero creo que el empleo también demanda algo de industrialización.