COMUNICADO DE PRENSA La dimensión económica es el próximo

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COMUNICADO DE PRENSA
La dimensión económica es el próximo
desafío para alcanzar la equidad de género
a nivel mundial
NUEVA YORK (Febrero 28) – Más de la mitad de las mujeres del mundo vive
en países que no han hecho ningún progreso hacia la equidad de género en los
últimos años. Ésta es una de las conclusiones del Índice de Equidad de Género
(IEG) 2008 que Social Watch presentó aquí como una contribución a la 52ª
sesión de la Comisión sobre el Estatus de la Mujer de Naciones Unidas que
cerrará el próximo 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres.
El IEG, desarrollado y computado por Social Watch, clasifica 157 países en una
escala en la que 100 implicaría igualdad absoluta entre mujeres y hombres en
educación, en participación económica, y en órganos de toma de decisiones
(empoderamiento).
De todos modos, el país que mejor califica en el mundo (Suecia) tiene un índice
de 89 y el promedio mundial es de 61. Finlandia (85) y Noruega (84) siguen a
Suecia en la tabla, y luego vienen Alemania y Rwanda, ambos con 80. Mientras
los primeros cuatro países se encuentran entre los más ricos, Rwanda es uno
de los más pobres. Las mujeres alemanas, por supuesto, están mejor
educadas y viven más que las rwandesas; lo que el índice presenta es que la
brecha que separa su condición de la de los hombres es similar.
“El IEG 2008 muestra a las claras que el ingreso, por sí solo, no es garantía de
equidad de género”, enfatiza Roberto Bissio, coordinador de Social Watch.
Países que tienen un ingreso per capita muy alto, como Luxemburgo o Suiza,
tienen el mismo nivel de equidad que Mozambique, un país con un nivel de
ingreso notablemente más bajo.
Este año, por primera vez, el IEG está en condiciones de mostrar la evolución
reciente (los últimos cinco años) en 133 países. Si bien todavía no hay
suficiente evidencia para mostrar la evolución de países tan populosos como
India y China, los indicadores sí muestran que el progreso hacia la equidad de
género es arduo y vulnerable a retrocesos. La educación es la dimensión más
cercana a la equidad total, con un promedio mundial de 90. Pero en esta
dimensión son más los países que retroceden que los que están progresando.
Empoderamiento, por su parte, es la dimensión en la que más países muestran
avances, pero es también aquella en la que es más bajo el promedio mundial,
alcanzando sólo 35 puntos en 100. En lo relativo a la economía, son tantos los
países en los que las mujeres progresan como aquellos en los que retroceden.
La dimensión económica del índice de equidad de género mide las brechas en
la participación de las mujeres en el mercado laboral y de sus salarios en
comparación con los hombres. Entre los 15 primeros lugares en participación
económica, los países nórdicos – Suecia, Noruega, Dinamarca, Islandia,
Dinamarca y Finlandia – comparten el honor con diez de los más pobres del
mundo: Mozambique, Burundi, Rwanda, Camboya, Ghana, Vietnam, Uganda,
Madagascar, Kenia y Guinea.
El índice señala que en la raíz de la mayoría de los retrocesos nacionales en el
puntaje total del IEG está la participación de las mujeres en la economía. Tal es
el caso de Europa Oriental, la región que presenta los más grandes reveses en
esta área. Letonia, Belarús, Eslovaquia o Macedonia, todos estos países que
supieron disfrutar altos niveles de participación de las mujeres en la economía
se encuentran hoy en el grupo de los que retroceden.
Según Genoveva Tisheva, directora administrativa de la Fundación Búlgara de
Investigaciones de Género y miembro del Comité Coordinaror de Social Watch,
“en Europa Oriental las mujeres se encuentran más a menudo desempleadas
luego de alcanzar un grado académico más alto. Tisheva argumenta que “se
deberían poner en práctica medidas legales y reguladoras que garanticen el
acceso al mercado laboral de mujeres jóvenes y de otros grupos de mujeres
con menor capacidad de negociación, así como de grupos vulnerables”.
Tisheva advierte que las tendencias globales de liberalización del comercio
“han convertido a las mujeres en uno de los participantes más flexibles del
mercado laboral, sujetas a desregulación, a la informalización y al descenso de
los estándares sociales y laborales”.
Detrás de los más exitosos casos de países que avanzan en el Índice de
Equidad de Género hay medidas afirmativas como cuotas de género para la
participación política en cuerpos electorales y regulaciones pro-equidad en el
mercado laboral.
Más información sobre el Índice de Equidad de Género y las tablas estadísticas
completas, en: www.socialwatch.org
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