UNIDAD 7: La arquitectura y la dispersión de posiciones arquitectónicas. EL FIN DE LA ARQUITECTURA DEL MOVIMIENTO MODERNO. HISTORICISMO Y REVIVALS. MARIO BOTTA. – M. GRAVES. – RICHARD MEIER. REGIONALISMO CRÍTICO. ÁLVARO SIZA. – ROBERTO BOFILL. EL FIN DE LA ARQUITECTURA DEL MOVIMIENTO MODERNO. Se dijo antes que durante los años ’50 y, especialmente los ’60, se extiende la idea de crisis del Movimiento Moderno, que mas tarde derivará –en los años ’70– en la extinción definitiva de dicho movimiento. También se dijo que mucho tienen que ver en ello, arquitectos pensadores como Aldo Rossi, Robert Venturi y Charles Moore entre otros, quienes, a través de sus planteamientos, abren nuevos caminos, originando revolucionarias propuestas de carácter metodológico que comportan nuevos sistemas de entender y proyectar arquitectura. Pero más allá de esto, se suceden una serie de hechos concretos, que empujan aún más, hacia una conclusión definitiva del movimiento moderno. Tenemos por un lado (entre los años 1965-69) la muerte de los grandes maestros del Movimiento Moderno: Le Corbusier en 1965, Mies y Gropius en 1969. Y por otro lado: el descrédito del mito de lo nuevo, la idea de arte como factor de cambio y novedad, principal motor en la evolución de la arquitectura funcionalista, pierde en estos años la contundencia con la que se había dado durante los años ’20 y ’30, cediendo ante factores como la tradición histórica y el sentido común. Otros hecho más concretos emblematizan el fin de la ortodoxia racionalista: la escuela de diseño Ulm, continuadora de la Bauhaus, después de repetidas crisis, cierra definitivamente en 1968. En 1972 se derriba el complejo residencial Pruit-Igoe (St. Louis 1952-55) que había sido proyectado por Yamasaki siguiendo los criterios del urbanismo racionalista; mientras que en 1976 se enciende estrepitosamente el pabellón de EE.UU. proyectado por Füller para la expo Montreal de1967. Se trataba de un edificio que en teoría estaba hecho de materiales ignífugos. 1977, con la publicación del libro de Charles Jenks De la dicotomía entre continuidad y crisis de la arquitectura del Movimiento “El lenguaje de la arquitectura posmoderna”, se Moderno (que planteaba un camino arquitectónico único y homogéneo, es decir, convierte en otra fecha importante en la sin alternativas) que prevaleció durante los años ’50, se pasa en los años ’60, consolidación del posmodernismo. A esta altura ya hacia una situación de gran diversidad de posiciones, que incluso llegan a se tiene plena conciencia de la presencia de una contraponerse. Así vamos a tener por un lado una corriente fundamentalista, deseosa de recuperar los valores históricos y en contra de todo experimentalismo nueva época, de que se esta viviendo un nuevo tecnológico, y por otro lado una corriente hipertecnológica (high Tech) período arquitectónico, en el cual las actitudes dispuestas a llevar hasta las últimas consecuencias las sugerencias de las posmodernas ya han sido asumidas como propias. vanguardias. Todos estos hechos contribuyen a concretizar a los De manera definitiva se han perdido las esperanzas de un estilo arquitectónico único y homogeneizado, tal como lo proponían las vanguardias arquitectónicas arquitectos, de que a mediados de los ’70, se cerró de entreguerras, para entrar en el universo del pluralismo y la discontinuidad. el capítulo del movimiento moderno, para entrar en el período posmoderno. HISTORICISMO Y REVIVALS: A lo largo de los años ’70 se entró de lleno en una etapa arquitectónica fuertemente enraizada en la historia, en la tradición, mediante lo cual se pretendía reestablecer la comunicación con el usuario, rescatando la capacidad de significación de la arquitectura, lo cual se había perdido con el racionalismo del Movimiento Moderno. Este propósito parte de la idea de que la arquitectura es esencialmente mensaje y lenguaje. Sin lugar a dudas, el estilo arquitectónico más recurrente a la hora del revival historicista es el clasicismo. Esto quizás, por que se trata de un sistema compositivo completo (basado en los órdenes y en los criterios de axialidad, simetría, proporción, repetición, jerarquía y orden), totalmente normalizado y prestigioso, lo que libera al arquitecto del compromiso de experimentar arquitectónicamente, pero que a su vez implica la no innovación, la negación hacia nuevas síntesis arquitectónicas. Podemos decir entonces que, en general, la arquitectura posmoderna se expresa en un revivalismo historicista (sobre todo clasicista), que a lo largo de los años ’80 -más allá del aluvión de críticas recibidas- ha ganado gran cantidad de adeptos. Especialmente en países en los que el peso de la tradición es fuerte o en que la nostalgia o necesidad de precedentes históricos es predominante. Uno de los países en cuestión es EE.UU., en donde existe una fuerte tradición clasicista Beaux-arts, de la mano de arquitectos como Richard Graves, entre otros, que afirman que es un criterio compositivo válido, que se mantiene a través de los vaivenes de la historia. En Europa, mas precisamente en Cataluña, tenemos a Ricardo Bofill. Pero el historicismo no es utilizado de la misma manera por todo el ambiente arquitectónico. Dentro del clasicismo reciente se dan diversas corrientes, con aparentes similitudes, pero que en realidad presentan radicales diferencias: tenemos por un lado una primera corriente que reproduce de manera literal y cerrada los lenguajes del pasado. Así, frontones triangulares, pilastras clásicas y otros elementos del lenguaje clásico, vuelven a aparecer sin ninguna voluntad de experimentación formal, reelaboración o abstracción. Se trata de un estilismo clasicista o historicista. En el extremo opuesto tenemos a los eclecticistas (Rossi, Moneo, Stirling, etc.), quienes practican una arquitectura híbrida, basada en las mezclas y cruces de códigos lingüísticos, no exentas de ironía y con la voluntad de establecer nuevas figuraciones. Aquí la historia esta presente como método de análisis antes del proyecto y como referencia formal, pero no aflora físicamente de manera literal. Mario Botta: (1943) Suiza. (El nuevo toscanismo) Uno de los arquitectos mas relevantes de la llamada “Escuela del Ticino”. Tuvo un contacto directo con grandes maestros de la arquitectura como Le Corbusier y Louis Kahn, y como profesor al gran arquitecto italiano Carlo Scarpa. Es considerado como el continuador ideal del mensaje de los últimos grandes maestros del Movimiento Moderno; una figura que ha tenido la capacidad de construir un puente entre las utopías del Movimiento Moderno y las incertidumbres propias del último cuarto del siglo XX. Botta otorga a la arquitectura un papel decisivo, afirmando que es la única interprete verdadera de la historia. Ante todo, la arquitectura debe ser construida para cumplir con su verdadero papel. Donde la cosa construida se enriquece en su relación con la realidad y el paisaje que la rodea. Se relaciona con los cambios y transformaciones del lugar en el que se encuentra construida, y sobre todo, en la capacidad de asumir antiguas y nuevas expectativas del hombre que la habita. Botta dice: “una cosa construida es mucho más rica que las ideas, los diseños y los proyectos de los propios arquitectos. La cosa construida se enriquece con su relación hacia el entorno real; se enriquece con el esfuerzo del trabajo, con los compromisos que hacen que esa idea sea posible en el futuro, la convierten en patrimonio, testimonio de las contradicciones, pero también de las aspiraciones de nuestra actual sociedad”: Mario Botta escoge, de entre las tecnologías hoy disponibles, las que estén más capacitadas para proporcionar duración y solidez a sus obras, al tiempo que parte de las formas geométricas básicas (cuadrado, triángulo y círculo) a las que va combinando para realizar nuevas formas, desde arquetipos antiguos, hasta modernos, rescatando además, materiales sencillos como ladrillos de fábrica, bloques de hormigón y los bloques variados de distintas piedras. Así sus edificaciones se presentan sólidos, con muros compactos, serenos y concluyendo en ángulos de un gesto limpio y decidido. Su arquitectura rememora la arquitectura románica de la zona de Lombardía y alude al lenguaje Kahniano al descomponer sus obras en espacios “servidos” y “sirvientes”, y mediante sus particulares vanos geométricos de los muros exteriores, donde la luz realiza un juego de vibraciones luminosas. Sus viviendas son el resultado de una profunda investigación en las raíces de la arquitectura de su zona, reinterpretando formas y elementos propios de la típica construcción rural de los valles alpinos, junto a los símbolos de una cultura muy arquitectónica muy particular. De este modo, la vivienda unifamiliar se convierte en la ocasión para reconsiderar los valores del habitar, de su origen antiguo y de su empobrecimiento por obra de nuestra civilización. Una casa que se consolida como residencia estable, como refugio en el que la arquitectura “defiende, tranquiliza, dura”. Una arquitectura anclada en su tierra y, sin embargo, una arquitectura que parece traspasar sus fronteras para convertirse en el símbolo de una nueva condición del habitar. Principales obras: Vivienda Unifamiliar en Stabio (1965-67) Vivienda Unifamiliar en Riva San Vitale (1971-73) Escuela en Morbio Inferiore (1972-77) Biblioteca del Convento de los Capuchinos de Lugano (1976-79) Centro Artesanal en Balerna (1977-79) Edificio Ransila 1 (Lugano 1981-85) Casa de la Cultura en Chambáry (Francia 1982-87) Banca del Gottardo en Lugano (1982-88) Mediateca en Villeurbanne (Francia 1984-88) Departamentos en Berlín (1985-90) Departamentos y oficinas en la Via Ciari (Lugano 1987-90) Catedral de Evry (Francia 1988-95) Sede de la Banca Nacionale del Lavoro en Bs. As. (1990-91) Museo de Arte Contemporáneo en San Francisco (1989-93) Michael Graves: (1934) EE.UU. A pesar de haberse iniciado dentro de una línea netamente neovanguardista basada en el desarrollo de los paradigmas puristas de Le Corbusier (lo que le valió su clasificación dentro de los “Five Architects” de Nueva York), Michael Graves va a tender paulatinamente a un fuerte posmodernismo clasicista y de gran énfasis decorativo, al que, a lo largo de la década del ’70, va a nutrir de elementos tradicionalistas y de la arquitectura popular. De ahí que su arquitectura pasa de una posición inicial en el que la planta libre de Le Corbusier y su purismo formal son protagonistas, hacia una arquitectura posterior que se caracteriza por ser historicista y popular; por buscar una relación pictórica con la naturaleza y el entorno; por configurar su plástica a partir de la superposición y combinación de fragmentos arquitectónicos, introduciendo así todo tipo de elementos historicistas en base a la lógica corbuseriana de la adición de elementos, a los que combina y articula de infinitas maneras (pero siempre conformando un organismo claro y unitario), como si se tratase de un juego de piezas para armar. Además, la gran capacidad que tiene Graves para la pintura, se ve reflejada en sus edificios, que presentan un fuerte valor cromático, utilizando el color para identificar, articular y vitalizar los distintos elementos y partes del conjunto edilicio. Al igual que la mayoría de la arquitectura posmoderna-clasicista, la de Graves se compone de columnatas rechonchas, frontones, templetes, atrios, chimeneas, pérgolas, molduras, cornisas, impostas, tambores cilíndricos, axialidad en su composición, etc. Mientras la mayoría de los demás arquitectos que se mueven dentro del clasicismo, solo se dedican a la repetición estéril de los patrones formales clásicos, sin realizar aportes que enriquezcan el lenguaje arquitectónico, Michael Graves es el único que ha sabido crear un lenguaje propio y nuevo, mediante la hedonista y artística combinación de fragmentos o elemtnos clásicos, que se recortan unos sobre otros, conformando un colage de colores y formas, con resonancias tanto antiguas (neoclásicas) como modernas (los mecanismos de experimentación vanguardista de principios de siglo XX) al mismo tiempo. Su experimentación formal puede definirse como manierismo clasicista. Principales obras: Casa Hanselmann (Fort Wayne 1967) Casa Claghorn (Princeton 1974) Casa Crooks (Fort Wayne 1976) Casa Schulman (Princeton 1976) Casa Plocek (New Jersey 1977) Torre de Ayuntamiento de Pórtland (Oregon 1979-82) Biblioteca en San Juan Capistrano (California 1980-84) The Humana Toser (Kentucky 1982-85) Bodegas de Pegase (California 1984-89) Richard Meier: (1934) EE.UU. Al mismo tiempo que Rossi y Venturi largaban sus propuestas hacia una retrospección histórica allá por los finales de 1970 (cuando además se produce una crisis edificatoria en los EE.UU., que empuja al experimentalismo arquitectónico), surge una nueva concepción arquitectónica, cuyo rasgo definido es la intención de reinterpretar la sintaxis racionalista de algunas figuras del Movimiento Moderno. Este movimiento, que Tafuri denomina los “Five Architects” (Eisenman, Hejduk, Meier, Graves y Gwathmey & Siegel, todos de New York) surge como reacción contra el incipiente posmodernismo estilístico y como defensa hacia los experimentos vanguardistas del Movimiento Moderno, por lo que recrearan sus planteamientos formales. En el caso de Richard Meier -al igual que Michael Graves- su referente racionalista será Le Corbusier, es por ello que su arquitectura se caracteriza por ser pulcra, de fachada lisa, blanca, volumétricamente depurada y de un gran purismo geométrico. Caracteriza además a este arquitecto, su pragmatismo y su perfección profesional. Se destaca sobre todo en la arquitectura residencial. En la obra de Richard Meier se destaca siempre esa pulcritud nada arriesgada, la repetición de un lenguaje “moderno” asimilado, produciendo una sensación agradable, pero a la vez con la frustración de lo “ya visto”; su arquitectura no causa ninguna sorpresa. Principales obras: Twin Parks Northeast (Nueva York 1969-73) Casa Douglas (Michigan 1971-74) Museo de Arte (Atlanta 1980-83) Museo de Artes Decorativos de Frankfurt (1979-85) Casa Douglas (Michigan 1971-74) Esta obra expresa cierta idea de ligereza formal, mediante la máxima presencia de luz natural y el predominio de la transparencia. Museo de Artes Decorativos de Frankfurt (1979-85) La obra se resuelve a través de una confusa mezcla de tipologías diversas (perversión tipológica), basándose en la repetición de tipos residenciales unifamiliares que crean un laberinto arbitrario de espacios fragmentarios. REGIONALISMO CRÍTICO: Kenneth Frampton, quién desde su libro “Historia crítica de la arquitectura moderna” (1980) lanzó por primera vez tal concepto, opinaba lo siguiente: “…el fenómeno de la universalización, aunque es un avance de la humanidad, al mismo tiempo constituye una especie de sutil destrucción, no sólo de las culturas tradicionales, sino del núcleo creativo de las grandes culturas, el núcleo sobre el cual interpretamos la vida, lo que denominará el núcleo ético y mítico de la humanidad…”. Pareciera como si la humanidad, al acercarse en masa a una cultura consumista básica, se hubiera detenido en masa en un nivel subcultural. Gran problema para afrontar por parte de las naciones que están apenas saliendo del subdesarrollo (como nuestro país). Para poder llegar al camino hacia la modernización ¿es necesario descartar el pasado cultural, que ha sido la razón de ser de una nación? La paradoja es como formar parte del mundo globalizado y de tipo universal, manteniendo firmemente la bandera de lo propio, lo nacional y sobre todo, seguir siendo “moderno”. Frampton propone cinco puntos para una estrategia de resistencia, o tamiz, que tienda a dejar pasar de ese mundo global, solo lo que nos interesa y nos pueda servir para la elaboración y crecimiento de una con identidad nacional y/o regional. Estos puntos son: 1. Espacio/Lugar: Donde el espacio es aquello que, el moderno desarrollo urbano ha favorecido en su proliferación, como universalmente privatizados y sin sentido de lugar (la sede una de las grandes cadenas de negocios multinacionales). Lugar sería lo opuesto, algo que tiene un sentido para quienes lo ocupan, que lo sienten suyo, que es característico de ese entorno (una plaza de barrio, una esquina de barrio, etc.) 2. Tipología/Topografía: Donde tipología tiene un valor universal que se utilizó durante toda la historia de la arquitectura, como por ejemplo una tipología de iglesia occidental, de un convento, o la tipología racionalista de Durand en el siglo XIX. Se puede ver como la modificación en el tiempo de un tipo heredado y que ha sido un procedimiento básico en la evolución de cualquier edificio. Por otro lado, la topografía es algo específico de un lugar. Es la configuración de un contexto dado, combinando lo natural y lo hecho por ese hombre local. Esa adaptación a particulares aspectos ecológicos, climáticos y simbólicos da como resultante un lugar forma. 3. Arquitectónico/Escenográfico: El término arquitectónico, alude a su origen griego “construcción”, así como arquitecto deriva del griego archi-tekton, que significa 4. nn 5. Visual/Táctil: A diferencia de otras artes, la arquitectura posee una capacidad única para ser percibida por todos los sentidos. El movimiento del aire, la acústica, el uso de los colores y los olores, son todos factores que afectan nuestra percepción de los espacios. De la misma manera los materiales con sus distintas texturas y colores, más allá de la carga simbólica-jerárquica que le podamos otorgar, permitirá realizar espacios verdaderamente vivibles y placenteros. Y al hablar de materiales, se refiere a aquellos que son característicos del lugar o región, no solo lo adaptado o high-tech, o la combinación correcta de ambos tipos de materiales. Álvaro Siza: (1933) Portugal. La de Siza es una arquitectura esencialista, presenta una gran capacidad para adaptarse al lugar con el mínimo de elementos materiales y constructivos. De hecho, la inspiración en los elementos del lugar -como punto de partida del proyecto-, es una de sus principales características: para sus proyectos, Siza necesita establecer un diálogo intenso con el lugar y los usuarios, necesita conectarse con el contexto (con lo cual se asegura un alto grado de adaptación al mismo), a partir de lo cual (utilizando una arquitectura racionalista y organicista a la vez) elabora su arquitectura, una arquitectura respetuosa de las preexistencias ambientales, urbanas, sociales, topográficas y paisajísticas, y tendiente a resolver las necesidades reales de los habitantes (arquitectura empírica). Al igual que la de Fernando Távora, otro gran arquitecto portugués nacido en 1923, la arquitectura de Álvaro Siza se basa en gran medida en la reinterpretación de las formas y detalles de la arquitectura tradicional, pero respetando siempre, la evolución de la arquitectura moderna. Parte del Movimiento Moderno para realizar formas simples, modestas e introvertidas, que mantienen las cualidades del lugar. En su proceder arquitectónico, Siza presenta las siguientes constantes: relación con el lenguaje racionalista (especialmente con el racionalismo holandés); utilización de los criterios compositivos y formales de Alvar Aalto; recursos geométricos y conceptuales similares a los aplicados por los “five architects”; especial sensibilidad empírica hacia el contexto; simplicidad material y formal, a la vez que complejidad espacial. Estas cualidades arquitectónicas se mantuvieron constantes en Siza, desde sus inicios hasta la actualidad. El cambio político ocurrido en Portugal en 1974, influyó sobre manera en la trayectoria de Siza, que pasó de la marginalidad al protagonismo, interviniendo en distintos proyectos de viviendas populares impulsados por el gobierno, a través de un programa denominado SAAL, que debía dar respuesta a problemas habitacionales de 45.000 personas que moraban precariamente en los barrios marginales de las principales ciudades portuguesas. Siza se vio beneficiado no solo arquitectónicamente, enriqueciendo su arquitectura mediante la experimentación, sino además profesionalmente, ganando concursos y recibiendo encargos importantes en toda Europa. En resumen, la arquitectura de Álvaro Siza se destaca por ser racionalista y organicista a la vez, por su simplicidad (de formas y elementos), su adaptabilidad al contexto y su originalidad en la resolución de los detalles de cada proyecto Principales obras: Restaurante Boa Nova (Leça da Palmeira 1958-64) Piscina de leça da Palmeira (1961-66) Agencia Bancaria en Oliveira de Azemas (1971-74) Viviendas en Barrio Kreuzberg (Berlín 1980-84) Casa Beires (Póvoa de Varzim (1973-76) Casa Ovar (1980-84) Banca Borges & Irmáo III (Vila do Conde 1969-86) Viviendas Obreras en el Barrio Sur de La Haya (1988) Facultad de Arquitectura de Oporto (1987) Banca Borges & Irmáo III (Vila do Conde 1969-86) El proyecto es de 1969, pero su construcción se dio entre 1978-86. Una mirada rápida al edificio, parecería negar la capacidad de integración al entorno de Siza. Se trata de un pequeño edificio de formas puras, lisas y blancas, que contrasta con el entorno, pero que en realidad surge en función de él: su volumen es reducido en función de las pequeñas casas unifamiliares que lo rodean; los grandes acristalamientos alternados con predominantes partes lisas y macizas, responden a la idea de expresar su carácter público; la forma curva del edificio en sus esquinas, surgen a partir del planteamiento de una futura calle que el mismo edificio definiría; se comprueba así, que el edificio responde globalmente, a una voluntad comunicativa y de integración con el entorno. Exteriormente hace referencia a la arquitectura racionalista (al racionalismo holandés de Oud y Rietveld). En cambio, interiormente muestra una síntesis entre el organicismo de Alvar Aalto y las arquitecturas contemporáneas, basadas en el predominio de trazados geométricos. El único rasgo lingüístico de la arquitectura de alta tecnología, lo encontramos en la fachada posterior, en donde se deja a la vista al ascensor. Ricardo Bofill: (España) 1939. Este arquitecto catalán ha intentado desarrollar una síntesis entre dos mundos opuestos: el clasicismo y la alta tecnología. La lógica de la producción en serie, la repetición, la simplificación, la transparencia y la ligereza que aportan las nuevas tecnologías, se agarra de los pelos con la proporción, solidez, y ornamentación que requiere la tradición clásica. A pesar de ello, Bofill une ambas cosas mediante sistemas de prefabricación con molduras de elementos clásicos, que resultan en edificios que hacen un uso libre y redefinido de la tradición clásica. Esta experiencia surge de la idea de recuperar los valores históricos y simbólicos de la arquitectura con el fin de reconvertirla en un fenómeno popular. De hecho el éxito de su arquitectura pasa por esta recuperación de un lenguaje basado en el prestigio del pasado (concretado con la alta tecnología), que coincide con el gusto de políticos, promotores y usuarios. Para entender esta tendencia hacia la alta tecnología desarrollada por Bofill, es necesario remontarnos a sus primeros años de trabajo, allá por los años ’60, cuando las utopías tecnológicas del grupo Archigram (especialmente la “Ciudad en el Espacio”) empiezan a prender con fuerza en su mentalidad arquitectónica. Esto lo hace incursionar en una arquitectura de agregación, que lo llevan al estudio de células de viviendas y sus posibles combinaciones, siempre a través de la nueva tecnología. A lo largo de los años ’70, en función del sofocante historicismo que impregnaba la atmósfera arquitectónica de la época, fue acercándose hacia la recuperación del clasicismo, al cual iría introduciendo lentamente con su arquitectura tecnologista. Esta manera de concebir el clasicismo, no agradó mucho a los críticos, quienes manifestaban que detrás de la máscara clasicista, que celebraba en forma decadente un lenguaje ya fuera de época, se ocultan serios problemas. Sin embargo a finales de los ’80, Bofill experimenta una evolución, reduciendo la presencia de muros macizos y elementos clásicos e intensificando el uso de alta tecnología, con el uso de muros cortina y estructuras de acero. No obstante siguen predominando los criterios de monumentalidad y del uso de un lenguaje mitad clasicista y mitad de alta tecnología. Principales obras: Complejo de Walden 7 (San Just Dsvern 1970-75) Ville Nouvelle de Cergy-Pontoise (1971) Ville Nouvelle de Quentin-en-Yvelines (1973) Intervención en Marne-la-Vallée (Francia 1978-82) Conjunto Antífona (Montpellier 1979-85) Nueva Sede de Swift en La Hulpe (Bélgica 1990) Ampliación del Aeropuerto de Barcelona (1987-92) Complejo de Walden 7 (San Just Dsvern 1970-75) Construcción basada en un sistema de agregación de células de viviendas individuales, organizadas en base a ascensores, corredores, patios y terrazas, alejadas de toda apariencia tradicional, que paradójicamente, se realizó con tecnología tradicional de hormigón y ladrillo. Conjunto Antífona (Montpellier 1979-85) En este conjunto edilicio recurre a los criterios compositivos de la ciudad barroca, con avenidas y plazas definidas por la forma arquitectónica. Dentro de este contexto, cada edificio recrea distintas tipologías históricas: el palacio, el arco de triunfo, la plaza barroca, etc. En cada edificio se produce un contraste radical entre las gigantes molduras clásicas realizadas con prefabricados y los grandes acristalamientos. De igual modo, en cada edificio conviven los órdenes gigantes con las pequeñas ventanas y frontones reales de cada célula mínima de habitación.