1 Título : DE DOCTRINAS Y TRATADOS Autor: Santiago Mario Tettamanzi Filiación Institucional: Revista “CUADERNOS ”. Dirección Correo Electronico: Telefonos: redaccionlahuella@hotmail.com lahuellaargentina@sinectis.com.ar 15-74442017 4981-8215 4342-3886 Trabajo para IV Encuentro sobre Defensa. Este trabajo se presenta para los Temas 2 y 4 2 Santiago Mario Tettamanzi (*) DE DOCTRINAS Y TRATADOS Este trabajo toma simplemente como base dos hechos indiscutibles: a) La intervención armada europea afrontada por la República de Venezuela. b) La Guerra Nacional de Malvinas afrontada por la República Argentina. PUNTO A): La República Argentina brindó a la conciencia americana un principio jurídico que echó raíces en el campo del debido respeto a las Naciones en trance de dificultades, preservándolas de una intervención armada extranjera. Una escuadra conformada por naves militares de los imperios de Alemania e Inglaterra, bombardeó en Diciembre de 1902 la localidad venezolana de Puerto Cabello, sobre el Mar Caribe, en una acción de fuerza precedida de amenazas y bloqueo, para el cobro de una deuda pública del Estado de Venezuela para con consorcios capitalistas y prestamistas de esas dos potencias, a las que se sumó Italia. El cañoneo fue acompañado de apresamiento de buques y desembarco de fuerzas armadas. La pasividad de los Estados Unidos ante esta acción de fuerza puso en descubierto la ficción del carácter integral de la llamada Doctrina Monroe, instrumento que a ese momento se consideraba “de cobertura”, proveniente de una Nación de América. Estados Unidos usó ya en aquél entonces el que luego fuera su remanido pretexto del “castigo a las dictaduras”, tal como lo confiesa el Presidente Theodore Roosevelt en su carta al historiador William Roscoe Thayler, con referencia al entonces Presidente venezolano General Joaquín Castro: “...No había objeción alguna a que Castro fuese castigado, con tal que el castigo no tomara la forma de apoderamiento del territorio y su ocupación más o menos permanente por alguna potencia del Viejo Mundo. En este punto particular, ese apoderamiento de territorio habría constituído una amenaza directa para los Estados Unidos, porque habría puesto en peligro o dominado parcialmente el acceso al proyectado canal a través del Itsmo...”.( 1 ) Es decir, mientras no afectare los intereses norteamericanos, la acción germanobritánica tenía una mirada de distracción en la llamada Doctrina Monroe de 1823, y solo merecía un pedido de acogimiento a un compulsivo arbitraje estadounidense con su Presidente como árbitro: (“...Vi al embajador [Von Hollemben] y le expliqué que en vista de la presencia de la escuadra alemana en la costa venezolana no podía permitir una demora mayor a mi pedido de arbitraje...”) ( 2 ). Es aquí que un funcionario argentino, el Ministro de Relaciones Exteriores Dr. Luis María Drago, en una amplia comprensión sobre el significado de la situación, gestionó ante Brasil y Chile una mediación conjunta de los tres países, sin resultado. Entonces, previa consulta con Bartolomé Mitre, envía al Embajador argentino en 3 Washington un extenso fundamento dirigido al Gobierno de los EE.UU. conteniendo un principio de política internacional de exclusiva aplicación a los países americanos. El cual, con gran repercusión en toda América y Europa, adquirió el rango de Doctrina de Derecho Internacional, que tomó su nombre. Así, la nota que en su punto medular decía que: “... el principio que quisiera ver reconocido es el de que la deuda pública no puede dar lugar a la intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones americanas por una potencia extranjera...”, era la defensa de los países débiles y económicamente pobres, no para justificar el incumplimiento de sus obligaciones, sino para prohibir el procedimiento de la violencia contra ellos, como medio de lograr satisfacción de dichas deudas (tal como así lo comenta el Dr. Cesar Diaz Cisnero en su Tratado de Derecho Internacional). Esta Doctrina Drago, a la luz de los acontecimientos acaecidos en el Siglo XX, tiene hoy plena vigencia, atento a su vez a las preocupantes condiciones que el inicio del Siglo XXI plantea a una Latinoamérica cada vez más amenazada tanto desde afuera como desde adentro del continente americano, y de las cuales la llamada “globalización”, los modelos económicos, las tentadoras alianzas, y otras políticas, son hoy día condicionantes de su desarrollo, y trampas “caza bobos” que se pisan y se pisan continuamente, reemplazando a su vez con más cinismo y sofisticación a aquellas naves del principio del 900 que se acercaron a las costas venezolanas. Se dice que los países adelantados y con siglos de existencia, tienen ya formada una conciencia propia que es la matriz perenne de sus actos futuros, y que su devenir es predecible en base a estos procederes, que con diversos tonos exteriores se repiten en su esencia. En esa inteligencia cerramos entonces este PUNTO A), recordando al efecto algunas otras particularidades: Ya en 1866 el Secretario de Estado Seward había sostenido que el empleo de la fuerza por parte de naciones europeas contra cualquier país americano era enteramente lícito con tal que ello no implicare ambiciones territoriales o fines antirrepublicanos.(3 ). El Secretario de Estado John Hay, decía: “El Gobierno de EE.UU. se esforzó por observar una actitud de neutralidad amistosa durante todos los penosos incidentes del bloqueo”.( 4 ) El Departamento de Estado dio el visto bueno a las naciones interventoras, y solo en el curso de la intervención misma los dirigentes de la política de los EE.UU. descubrieron que debían tener en cuenta un sentimiento público mucho más hostil que en cualquier ocasión anterior al empleo de la fuerza por las potencias europeas. ( 5 ) ¡Vaya qué importantes principios para la seguridad de América Latina sustentaba el Presidente Roosevelt en su carta al Profesor Münsterberg el 23 de Enero de 1903 !. : “Alemania, Inglaterra y los EE.UU. son las 3 grandes naciones del futuro. Los eslavos necesitan un centenar de años y las razas latinas están agotadas, y la cooperación de estos tres pueblos no debe tener un límite; la Doctrina Monroe no es un artículo de fe rígido”( 6 ) 4 Resulta interesante apuntar las palabras de Sir Charles Dilke ante el Parlamento Británico cuando manifiesta que los enormes intereses económicos de Gran Bretaña en la América Latina de ningún modo podían ser servidos mejor que con una política como la que habían formulado los EE.UU. ( 7 ) PUNTO B) La historia del Siglo XX en la República Argentina registra acontecimientos que sacudieron de diversas manera a la Nación. De todos ellos sobresale uno con numerosas concomitancias, tal es el de la Recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y su posterior defensa ante la reiteración de la usurpación. Con el involucramiento activo o pasivo de países de dentro y fuera del Continente Americano, la lucha armada, el bloqueo, la punición económica, la falsedad, la traición, la nobleza, la solidaridad, se mezclaron en una realidad nunca antes vivida, tanto por nuestro País, como por toda Latinoamerica, ya que comprendió el movimiento bélico más importante después de la 2da.Guerra Mundial realizado por las dos potencias imperiales en consuno, la europea y la americana. Ni el conflicto del estratégico paso del Canal de Suez en Egipto en la década del 50’ puede compararse con las operaciones llevadas a cabo por los 118 buques que conformaron la Task Force que navegó miles de millas del Atlántico con su poder de fuego de naves, aeronaves, tropas, material terrestre, y logística, que llevó al otorgamiento de 29.700 medallas, las South Atlantic Medals, para reconocer al personal que participó desde la Isla de Ascension al sur, seguida luego con el asentamiento de una poderosa base militar en las Islas usurpadas. Y es en ese marco que se inserta un instrumento creado por uno de estos dos imperios a finales precisamente de aquella 2da. Guerra Mundial. Conocido como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), y nacido a la luz de una situación mundial con la constitución de dos bloques bien definidos y contrapuestos, que requería un acuerdo de defensa atípico en uno de ellos: el de los miembros más débiles para con el más fuerte y comprometido internacionalmente; ya que eso en definitiva era su escondida finalidad, pues cabe preguntar ?Por su poderío, enfrentamiento y accionar, qué estado americano estaba más expuesto a un ataque extracontinente?. Originado en el Acta de Chapultepec, de la Conferencia Interamericana para los Problemas de la Guerra y la Paz de 1945 (donde la Argentina fue hostigada por EE.UU. por su neutralidad en el conflicto mundial que acababa de finalizar), su nacimiento jurídico se produjo en la Conferencia de Cancilleres de Río de Janeiro de Septiembre de 1947. Su artículo 3ro es explícito en la realidad de aquella recondita finalidad citada en párrafos anteriores: “Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado por parte de cualquier Estado contra un Estado americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados americanos, y en consecuencia, cada una de dichas Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del 5 derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el art. 51 de la Carta de las Naciones Unidas”. Pero en 1982, en el Atlántico Sur, tuvo lugar un suceso totalmente impensado por los mentores de esta herramienta de la política exterior de los EE.UU. en la llamada “Guerra Fría”. Desde la “Crisis de los Misiles” ocurrida veinte años antes en una de las zonas abarcada por el TIAR, como lo es el Mar Caribe, el Continente no sufría una convulsión que involucrara con tal magnitud a una potencia no americana; y fue, precisamente, la de más estrecho parentesco con EE.UU. la que desata un enfrentamiento armado con un país latinoamericano. Su inicio, el 21 de marzo de 1982, cuando a las 08.30 hs, usando de base el territorio que usurpa en las Islas Malvinas, Gran Bretaña envía una nave, el “Endurance”, con un contingente de ”marines” armados, a desalojar a operarios civiles argentinos que con el pleno conocimiento británico previamente acordado, habían iniciado contractualmente el desguace de una vieja planta ballenera en las Islas Georgias del Sur. Suceso que es seguido por la recuperación argentina del ejercicio pleno de la Soberanía sobre el archipiélago malvinense, acaecida el 2 de Abril ante la cerrada negativa británica a dar fin por vía diplomática al diferendo de soberanía, por otra parte reiteradamente exhortado por las Naciones Unidas. Se produce así el inicio de la más espectacular invasión británica, como ya dijimos, no vista desde la 2da. Guerra Mundial, por su cantidad y calidad de componentes puestos en movimiento, que desde el continente europeo tiene su ejecución en un sector del continente americano abarcado por la línea delimitatoria de contención del TIAR. Esta situación llevó a decir a un matutino porteño en su editorial: “Habrá llegado la hora de averiguar lo que vale el TIAR...El Reino Unido ha abierto una caja de pandora”.( 8 ) Los EE.UU., principal interesado en evitar que el Tratado fuere llevado a la mesa de la disputa, reaccionaba por varias vías: el presidente Reagan en un pedido directo, el “mediador” Haig pidiendo a Venezuela su interseción ante Argentina mientras durare la “mediación”, el mismo General Haig ante el Gobierno Argentino. Al respecto, uno de sus integrantes de esa época, el Almirante Isaac Anaya, declara por intermedio de su defensor en su expediente de alegato: “Pero hay algo en que el General Haig nunca olvidaba. En cada comunicación que tenía con nuestro Canciller o con el Presidente, recomendaba muy especialmente NO CONVOCAR AL TIAR. No se puede discernir qué le interesaba más: si la paz amenazada por un conflicto de imprevisibles derivaciones o la posibilidad de un revés en la reunión de Cancilleres Americanos”. ( 9 ) 6 Y el 20-4-82 se cumplía un hecho trascendente en la historia de este polémico instrumento, cuando el Embajador argentino presentaba el petitorio de convocatoria urgente del Consejo de la Organización de Estados Americanos (OEA): la primera vez que se convocaba al TIAR por una amenaza directa de un país extracontinental sobre territorio americano, tal como lo son nuestras Islas Australes. Obtenido en la OEA la aprobación del pedido, por 18 votos a favor, ninguna oposición y 3 abstenciones (EE.EE., Trinidad, y Colombia), y citándose al Organo de Consulta para el día 26-4, las reacciones surgieron de inmediato, tildando al pedido de inoportuno e innecesario. El Presidente Reagan pontificaba desde Washington: “Sería ventajoso que los Cancilleres de la OEA demorasen toda acción respecto a la propuesta argentina”. Los mecanismo de inteligencia actuaban de prisa: En París se opinaba que el TIAR podría internacionalizar el conflicto. Henry Kissinger manifestaba que Haig debía evitarle a EE.UU. tener que tomar partido. “La solidaridad con Gran Bretaña es espontánea, y tiene que ver con nuestra historia”, se irradiaba desde el país del Norte. En la Reunión Extraordinaria de Cancilleres del 26-4, aduciendo que Argentina era quien primero hizo uso de la fuerza, EE.UU. junto con Trinidad, Chile, y Colombia, se abstiene de una resolución presentada por el Perú y Brasil, que mereció 17 votos favorables y ninguno en contra; que en su punto 1ro. urgía a Gran Bretaña a cesar hostilidades en zona del TIAR. Reacción inmediata de Henry Kissinger: “Europa es la clave de la política exterior de Estados Unidos, y dentro de Europa los británicos son sus más estrechos aliados”. La medida no se hace esperar: apoyo a Gran Bretaña y sanción a la Argentina, según la comunicación oficial del Gobierno de los EE.UU. El ataque británico del 1ro.de Mayo sobre las Islas Malvinas origina una protesta de la OEA contra EE.UU. por su apoyo, indicándose el resquebrajamiento del sistema interamericano y la violación de la Declaración del 26-4. Costa Rica pide el cambio de la sede de la OEA. Venezuela considera adoptar una nueva sigla: OELA (Organización de Estados Latino Americanos). Perú pide inmediata revisión del Tratado sin la participación de los EE.UU. (“Estados Unidos defiende sus intereses y los de la OTAN, no los de América Latina”).; y producido el desembarco británico en San Carlos reclama la aplicación total del TIAR “con o sin la anuencia de los EE.UU.” Un preciso comentario de quien tiempo después sería Presidente de la República Argentina; decía el Dr. Fernando de la Rúa : “La crisis de las Malvinas descorrió el telón sobre muchas ficciones del mundo actual. Estados Unidos abdicó del TIAR y traicionó a América. La ceguera de sus dirigentes ha dejado en crisis a Occidente”. (10) 7 Insistiendo en un llamado de reunión del Organo de Consulta para el día 27, el Canciller Argentino manifiesta que el éxito dependerá mucho de las medidas que se propongan. A esta altura, el reclamo de la aplicación del art. 8vo, del TIAR forzaría a una muerte formalmente asumida del Sistema Interamericano, y EE.UU. quedaría en evidencia, ya que obligatoriamente para los Estados signatarios y ratificantes del Tratado dicho artículo consistía para con el agresor, en este caso Gran Bretaña, y en forma alternativa o conjunta, de : “el retiro de los Jefes de Misión, la ruptura de las relaciones diplomáticas, la ruptura de las relaciones consulares, la interrupción parcial o total de las relaciones económicas, de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, telefónicas, radiotelefónicas o radiotelegráficas, y el empleo de la fuerza armada”. En una increíble obtusa visión de la realidad, el General Haig manifestaba en la Reunión del Organo de Consulta del 27-5-82: “No pedirle al TIAR resolver un conflicto para el que no fue concebido”. ”El primer uso de la fuerza no provino de fuera del continente”.”Este no es un caso de agresión extracontinental contra el que estamos obligado a unirnos”. Si, ésta era la verdadera cara de aquél presunto “mediador neutral” que había ido y venido de Londres a Buenos Aires en los días claves del mes de abril de 1982. Precedida de un proyecto argentino que se consideró “excesivamente duro”, el 28 de mayo con la abstención de EE.UU., Trinidad, Chile y Colombia, y por 17 afirmativos y ninguno en contra, se emite una Resolución que no aplica el mecanismo de medidas concretas del art. 8vo. anteriormente comentado: 1 Condenar el desproporcionado ataque del Reino Unido que afecta la seguridad de todo el continente americano. 2 Reiterar a Gran Bretaña el cese de acciones bélicas. 3 Deplorar que el Reino Unido frustrara las negociaciones de la UN. 4 Expresar la convicción del inevitable auspicio de UN para la solución pacífica y honorable. 5 Instar a EE.UU. a levantar las medidas coercitivas hacia la Argentina, y abstenerse de dar asistencia material al Reino Unido, observando el principio de solidaridad continental del TIAR. 6 Instar a la Comunidad Europea a levantar las medidas coercitivas para con la Argentina. 7 Solicitar a los Estados del TIAR a prestar apoyo apropiado para asistir a la Argentina. 8 Reafirmar principios de la Carta de OEA y TIAR, particularizando la solución pacífica de las controversias. 9 Renovar disposiciones del Organo de Consulta para asistir a las partes con acciones pacificadoras. 10 Mantener las Reuniones de Consulta para cumplir la Resolución y tomar medidas adecuadas preservantes de la solidaridad y cooperación interamericana Las acciones que se sucedieron demostraron que los EE.UU. no se dio por enterado del punto 5, ignorando que 17 países hemisféricos votaron un cambio de actitud, y continuó apoyando a Gran Bretaña. 8 Tal vez su sanción moral ha quedado asentada en una baguala de esa inolvidable ”Flor de la Canela”, la peruana Sra. Chabuca Granda, que en su ”Argentina Agredida” canta : “Solo pido a mi memoria, que no me ayude a olvidar, traición de la Norteamérica, a la Argentina y al TIAR”. Un diálogo entre dos norteamericanos ocurrido días después de la Resolución trasunta sus propias discrepancias en el entendimiento del complejo marco latinoamericano: Señora Kirkpatrick: - “Son unos amateurs... ingleses en trajes norteamericanos ...totalmente indiferentes hacia las sensibilidades latinas”. Señor Haig (refiriendose a la Sra. Kirkpatrick): - “es mental y emocionalmente incapaz de pensar con claridad debido a su atracción por el mundo latino”. El triunfo que significó para los EE.UU. haber podido evitar la aprobación de las medidas que prescribe el art. 8vo. del Tratado, llevó al Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Sr. Peoli, a decir en su discurso ante la Asamblea General de las N.U. : “A la hora de la verdad las instituciones construídas sobre las bases del fariseísmo se hundieron en el Atlántico sin la dignidad de los tripulantes del General Belgrano”.( 11 ). Basado en este pequeño pantallazo dado sobre la aplicación práctica de un instrumento de asistencia como lo es el TIAR, en oportunidad del acontecimiento más emblemático del quebrantamiento territorial del continente americano, ese pasado reciente y el futuro pueden sintetizarse en las palabras de un autor prusiano, de consulta en las estrategias militares: “ Es una verdad establecida que los Estados se aseguran asistencia recíproca mediante alianzas ofensivas o defensivas, pero estos acuerdos tienen un alcance muy limitado porque es poco común que el aliado se sienta totalmente identificado con los intereses del otro Estado “ ( 12 ). Claro, sin embargo depende de los actores más subordinados a los designios de los poderosos. A 19 años después de 1982, aquél a quien nos referíamos en párrafos anteriores que fuera luego Presidente de los Argentinos en los años recientes, y en oportunidad que dos aviones comerciales de pasajeros de bandera estadounidense, se estrellaron contra dos edificios estadounidenses, en territorio estadounidense, impulsaría sin límites y sin hesitar, la aplicación de ese mismo TIAR, sin una letra más, ni una letra menos. Es también de suma importancia referirnos a una situación que ha puesto a la República Argentina frente a una serie de condicionamientos y limitaciones, a la cual ha accedido por propia voluntad al firmar con Gran Bretaña los llamados acuerdos de Madrid del 19 de Octubre 1989 y 14 y 15 de Febrero 1990, bajo la denominación de Declaraciones Conjuntas, que en definitiva por sus alcances resultan ser un verdadero Tratado, tema este analizado en profundidad por un destacado estudioso, el Dr. Julio C. González (13). 9 El contenido de la Declaración de Madrid del 15-2-90 ha sido puesto en conocimiento de la Secretaría General de las N.U. como documento oficial para ser distribuído entre los países miembros, quedando notificada así la comunidad internacional; también en el Consejo de Seguridad para notificación de sus miembros a los fines militares, además notificación a la OEA, y a la Unión Europea, todo ello a tenor del art. 17. En el análisis el Dr. González, al mencionar las implicancias negativas de todo el articulado del documento por las características propias atinentes a cada uno, fija 3 artículos decisivos que conforma la afectación de la estructura de defensa, de economía y de soberanía argentina, a saber: Art. 5: Delimitación de las zonas geográficas, marítimas, aéreas y de las tres fuerzas armadas de la República en sus atribuciones. Art. 12: Las inversiones privadas en la Argentina y un Tratado de garantía para las inversiones privadas británicas. Esto dio origen al Tratado de Londres del 11 Diciembre 1990, que se ratificó por Ley 24.184. Art. 16: Las relaciones de la Argentina con América del Sur con motivo de la política de integración, y con la Unión Europea. En artículo 5 se refiere a las actividades militares en el Atlántico Sur, fijando límites de acción según espacios con coordenadas (tomando como base de los mismos Comodoro Rivadavia, Puerto Santa Cruz y Bahía San Sebastián de Tierra del Fuego), tiempo de aviso en el movimiento de naves y aeronaves, siendo la República Argentina la contraparte más afectada. En este mismo artículo, el Ejército Argentino no es autoridad de aplicación, no obstante que los británicos tienen el derecho de libre entrada en todo el territorio nacional. Dice el Dr. Julio C. González, en una parte de sus conclusiones: “Estamos pues, en un exceso de lo que fue la Guerra de Malvinas, y en un cercenamiento de las facultades de la República Argentina para poder determinar su propio control.”... “La bilateralidad de la política exterior, de la política militar, de la política económica, que impone este Tratado, determina el reemplazo de la República Argentina independiente por una virtual confederación anglo-argentina. El Océano Atlántico pasa a ser un límite territorial con Gran Bretaña, un Estado ribereño”. ( 14 ) Un enfoque complementario dentro de este cuerpo de verdaderos Tratados, como ya se los ha catalogado más arriba, es su comparación con uno de los más paradigmáticos tratados devenidos de un enfrentamiento armado, donde precisamente una de las contrapartes fue Gran Bretaña. Nos referimos al Tratado de Versalles impuesto a Alemania en 1919, luego de la Primera Guerra Mundial. No obstante la similitud de efectos, dicho Tratado se firmó inmediatamente después del armisticio de 1918, sobre un Estado Alemán destrozado, en tanto los instrumentos de Madrid y Londres de 1989 y 1990 lo fueron a siete y ocho años del cese del fuego del 14 de Junio de 1982. 10 (*) El autor es Veterano de Guerra Presidente del Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”. Notas: ( 1 ): Thayler, W.R. “Theodore Roosevelt, an intimate biography”, Boston 1919, pág.411 y subs., ( 2 ): Ibidem. ( 3 ): Dexter Perkins, “Historia de la Doctrina Monroe”, EUDEBA, Bs.As. 1964, pág. 189. ( 4 ): Dennett Tyler: John Hay, from Poetry to Politics, N.Y., 1933, pág.392/3. ( 5 ): Dexter Perkins, obra citada, pág. 189. ( 6 ): Widener Library, Münsterberg Papers, 23-1-1903. ( 7 ): Dexter Perkins, obra citada, pág. 188. ( 8 ): Clarín, Bs.As., 11-4-1982 ( 9 ): Boletín Centro Naval, Suplemento 751-D-5, Vol.105, Año 106, Bs.As, 1987, pág.50/51. ( 10 ): Entrevista de Gerardo Heidel, Revista “Gente”, 20-5-82. ( 11 ): Naciones Unidas, Documento A/37/PV.23. ( 12 ): Mariscal Karl Von Clausewitz. ( 13 ): Dr. Julio C. González “Los Tratados de Paz por la Guerra de las Malvinas”, Ed. del Autor, Bs.As., 1998. ( 14 ): Dr. Julio C. González “Los Tratados de Paz por la Guerra de Malvinas y el Tratado de Versalles de 1919”. Seminario “Política Exterior y Malvinas”. Segunda Jornada, Bs.As., 18-7-2001, Federac. Veteranos de Guerra de la Rep. Argentina. Desgrabación del Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”.