WORLD RAINFOREST MOVEMENT

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WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES
Secretariado Internacional
Ricardo Carrere (Coordinador)
Maldonado 1858; CP 11200
Montevideo - Uruguay
Tel: +598 2 413 2989
Fax: +598 2 418 0762
E-mail: wrm@wrm.org.uy
Sitio web: http://www.wrm.org.uy
Boletín 64 del WRM
Noviembre 2002
(edición en castellano)
En este número:
* NUESTRA OPINION
- El FSC debe dejar de certificar monocultivos de árboles a gran escala
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* LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Argentina: poblaciones y bosques amenazados por empresa minera canadiense
- Brasil: investigación cuestiona certificación de dos plantaciones por el FSC
- Chile: policía al servicio de empresa forestal asesina a joven mapuche
- Uruguay: ¿qué es lo que está certificando el FSC?
AMERICA CENTRAL
- Honduras: manifestación por el manglar y contra las camaroneras
- Panamá: la experiencia de Apaquiset en el manejo conjunto de recursos
AFRICA
- Liberia: peligran bosques únicos por explotación maderera
- Tanzania: mejorando el manejo de los bosques a través del manejo conjunto con las comunidades
- Uganda: nuevo disfraz para el proyecto de represa de Bujagali
- Sudáfrica: casi un millón de hectáreas de plantaciones certificadas por el FSC
ASIA
- Camboya: la parodia del Banco Mundial y el gobierno en la consulta sobre bosques
- India: la necesidad del control comunitario de los recursos naturales
- Nepal: una experiencia de manejo comunitario de bosques
- Tailandia: el FSC debe revocar el certificado de la Organización de la Industria Forestal
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OCEANIA
- Australia: establecimientos agrícolas de Tasmania que alimentaban a la gente ahora alimentan
fábricas de astillas
- Papua Nueva Guinea: devolución de tierras tradicionales impide destrucción de bosques por
madereo y plantaciones de palma aceitera
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* GENERAL
- El Banco Mundial apoya el madereo en bosques tropicales primarios
- El FSC está engañando a los consumidores
- Langostino Tropical versus Manglares
- ONG danesa censurada por proteger los bosques tropicales
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BOLETIN 64 del WRM
Noviembre 2002
NUESTRA OPINION
- El FSC debe dejar de certificar monocultivos de árboles a gran escala
El Consejo de Manejo Forestal (FSC por su sigla en inglés) realizará su asamblea general este mes en Oaxaca,
México, y deseamos compartir nuestra preocupación en torno a la certificación de plantaciones con los miembros
del FSC, especialmente con las organizaciones sociales y ambientales.
Durante muchos años el WRM ha realizado campañas contra la expansión de las plantaciones de monocultivo
de árboles y ha documentado tanto los intereses ocultos detrás de su promoción como los impactos sociales y
ambientales profundos que acarrean.
Dentro de ese contexto, la certificación del FSC de plantaciones, aumentó el problema al proporcionar a esas
mismas plantaciones perjudiciales --y a las empresas propietarias-- una etiqueta “verde” que fortalece a sus
promotores y debilita a las comunidades locales y a las ONGs que resisten dichas plantaciones.
Si bien el FSC separa formalmente plantaciones de bosques estableciendo un principio específico (número 10)
que trata sobre las plantaciones, en realidad contribuye a borrar las diferencias, en primer lugar porque incluye
las plantaciones dentro del mandato del FOREST (Bosque) Stewardship Council (FSC), lo que implica que son
bosques. En segundo lugar, asume (en el principio 10) que las plantaciones juegan un papel similar al de los
bosques, cuando resulta claro que no es así. Tercero, al afirmar que las plantaciones deben cumplir con los
principios 1 al 9 -- que están destinados a la certificación de bosques verdaderos--, el FSC vuelve a desdibujar la
diferencia entre bosques y plantaciones. Por último, incluye plantaciones en la sección “lista de bosques
certificados” de su propia página web. Al entrar a la sección “Certificación” de la página Web en español, se
puede ver una tabla titulada “Lista de bosques certificados” y una columna con el encabezado en inglés “Type of
forest” (“Tipo de bosque”) que incluye tanto bosques como plantaciones. Todo esto demuestra que el FSC, a
pesar de lo que muchos de sus miembros creen, sigue considerando que las plantaciones son (un tipo de)
bosques.
El WRM ha difundido gran cantidad de información y análisis sobre el impacto de las plantaciones y las ha
vinculado al tema de la certificación, con el fin de aumentar la conciencia dentro del propio FSC sobre esta
contradicción. El WRM produjo un boletín enteramente dedicado a la certificación de plantaciones del FSC (*),
que incluye un análisis crítico detallado del Principio 10 (**). También hemos difundido una publicación que
contiene material pertinente sobre este tema (***). Más recientemente hemos llevado a cabo dos estudios de
caso sobre plantaciones certificadas, uno en Tailandia y otro en Brasil (consultar artículos pertinentes en este
boletín) y hemos resaltado sistemáticamente los impactos de las plantaciones sobre los ecosistemas de
praderas, como en los casos de Sudáfrica y Uruguay (ver artículos pertinentes en este boletín).
A pesar de toda la evidencia que existe en su contra, se siguen certificando plantaciones. Hasta la fecha, según
la información publicada en la página web del FSC, más de 12 millones de hectáreas de plantaciones han
recibido la etiqueta de certificación del FSC (20% de todos los “bosques” certificados), frente a 22 millones de
hectáreas de bosques “naturales” certificados (38% del total). Sin embargo, la cifra de plantaciones certificadas
es todavía más alta porque existe una tercera categoría indefinida (“Plantaciones seminaturales y mixtas y
bosques naturales”) que incluye casi 25 millones de hectáreas sin que figure indicación alguna de las respectivas
zonas de bosque y plantación.
Sabemos que se están llevando a cabo conversaciones dentro del FSC sobre algunos de estos problemas, y que
por lo menos una empresa de certificación ha planteado la necesidad de establecer pautas claras y
estandarizadas que aseguren la aplicación coherente de los principios y criterios del FSC con relación a las
plantaciones. Aunque éste es un paso positivo, resulta claramente insuficiente para abordar un problema tan
importante como éste, que está erosionando con rapidez el principal capital del FSC: su credibilidad.
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Es por estas razones que exhortamos a los miembros del FSC a abrir la discusión sobre la certificación de
plantaciones en general y sobre el principio 10 en particular. El FSC fue creado con el objetivo de proteger los
bosques y no para promover los monocultivos de árboles a gran escala. El tema en sí mismo es muy sencillo: las
plantaciones no son bosques y no deben ser certificadas como tales. Si bien la solución no es tan simple como el
problema, sinceramente esperamos que el FSC sea capaz de cambiar el rumbo en este tema y que esta
asamblea general sea el punto de partida de ese proceso.
(*) http://www.wrm.org.uy/boletin/FSC.html
(**) http://www.wrm.org.uy/actores/FSC/principio10.html
(***) http://www.wrm.org.uy/actores/FSC/libro.html
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LUCHAS LOCALES Y NOTICIAS
AMERICA DEL SUR
- Argentina: poblaciones y bosques amenazados por empresa minera canadiense
La ciudad de Esquel, se encuentra enclavada sobre las márgenes del Arroyo Esquel entre cerros cuyas faldas
forman un imponente anfiteatro, realzado por bosques marginales de la región de los bosques subantárticos y en
particular de la llamada selva Valdiviana, en la Provincia de Chubut, al Oeste de la Patagonia Argentina. Sus
31.000 habitantes viven y disfrutan de un entorno que ellos describen como una ciudad cuya naturaleza
sorprende al viajero todas las estaciones del año por paisajes de inusitada belleza, árboles milenarios, ríos y
cientos de espejos de agua protegidos por enigmáticos bosques. Muchos de sus habitantes se sienten orgullosos
de anunciar que cultivan el respeto y el cuidado por la naturaleza. Pertenecen a una comarca donde quienes
“habitamos aspiramos a que nuestros hijos y nietos puedan disfrutarla”.
Este sentimiento parece no ser de mucha importancia para quienes promueven la instalación de una planta de
tratamiento minero con cianuro para la explotación de oro a sólo 5 kilómetros aguas arriba de esta hermosa
ciudad. Lamentablemente, éste sería sólo el primero de muchos otros proyectos de extracción minera, que
afectarán a toda la región andino patagónica y en general a toda la cordillera de Los Andes de Argentina y Chile,
debido a los privilegios otorgados a las multinacionales a través del Tratado de Integración Minera, firmado en
diciembre de 1997.
La extracción del oro es una de las actividades más destructivas y contaminantes. La de Esquel en particular
sería extremadamente depredadora, ya que se realizaría dinamitando 42.000 toneladas de roca por día, de las
cuales se molerían 3000 toneladas hasta reducirlas a polvo, que serían luego tratadas con cianuro de sodio
disuelto en agua. Como consecuencia, en forma inmediata aumentaría el consumo de agua, sin que se haya
estudiado el potencial agotamiento de arroyos, lagunas y vertientes usadas en los campos y la ciudad. Habría
además problemas sonoros por las explosiones y generación de polvos, especialmente durante el verano y
riesgos de accidentes de todo tipo durante el transporte y uso de estas enormes cantidades de cianuro,
considerado uno de los venenos más potentes que se conocen., además de ácido sulfúrico y otros compuestos
letales. La calidad de vida de los habitantes, se vería enormemente afectada, tal como lo afirma un reciente
informe elaborado por la Red Nacional de Acción Ecologista, RENACE, cuyo texto completo puede leerse en:
http://www.wrm.org.uy/paises/Argentina/esquel.html . Se comprometería además irreversiblemente el potencial
turístico de la región conocida internacionalmente por su aún naturaleza prístina.
Haciendo uso de las facilidades y privilegios otorgados por el gobierno --tales como la exoneración total del pago
de impuestos-- la Meridian Gold, multinacional de capitales canadienses, dueña del 90 % del paquete accionario
de la empresa argentina El Desquite SA, obtendría ganancias que superarían los 1.000 millones de dólares “a
cambio de unas docenas de puestos de trabajo y regalías prácticamente inexistentes”, como también afirma el
informe de RENACE.
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La empresa no ha escatimado medidas para convencer a la población local de que no habrá contaminación ni
fugas tóxicas, haciendo alarde del mito de la responsabilidad ambiental de las empresas canadienses. Sin
embargo, es sabido que esto es solamente un mito, ya que “las peores repercusiones sociales y ecológicas de
los últimos 15 años se pueden atribuir a algunas de las mayores empresas de Canadá, respaldadas por sus más
respetadas instituciones privadas, financieras y gubernamentales”, tal como lo afirma el informe del WRM sobre
empresas mineras canadienses, que se encuentra disponible en:
http://www.wrm.org.uy/publicaciones/mineria.html
En ambos informes se pueden encontrar ejemplos de la irresponsabilidad con la que han actuado las empresas y
los desastres ambientales producto de ella. Sin embargo, las empresas utilizan todo tipo de métodos para que la
población no reaccione mientras ellas “vacían las montañas”: los llevan de visita a otros países, dan charlas para
la comunidad y amenazan a quien se oponga. Algunos han mordido ingenuamente el anzuelo de las promesas
de trabajo, que ya están desmintiendo las autoridades mineras y del supuesto desarrollo, que como ya ha
ocurrido, es para pocos a expensas de los bienes públicos.
En Esquel se ha repetido el mismo esquema. Invitados por la empresa, un grupo de vecinos viajó recientemente
a Antofagasta, al Norte de Chile a visitar un emprendimiento minero que se realiza en medio del desierto más
árido del mundo, imposible de ser comparado con esta región, vecina al Parque Nacional Los Alerces, donde
existen bosques (de Fitzroya cupressoides) de más de 2000 años, un verdadero sagrario natural.
Por otro lado, el Auditorio Municipal de Esquel fue el escenario de una vergonzosa conferencia --por el cúmulo
de errores e inexactitudes-- dictada por un representante de Dupont, una de las empresas que posiblemente
venda el cianuro, mientras representantes locales de la Dirección de Minas repartían folletos de Dupont y el
propio Director ayudaba con la proyección de las imágenes.
Para completar el panorama, la Dra. Silvia González, docente e investigadora de la Universidad Nacional de la
Patagonia, recibió amenazas telefónicas luego de haber presentado en escuelas de la ciudad un trabajo
científico sobre los efectos del cianuro.
Pese a todo, esta comunidad, al igual que la de Tambogrande en Perú, de Los Encuentros en Ecuador, del
Planalto en Colombia, de San Carlos en Costa Rica, está dispuesta a defender sus tierras, sus bosques y su
calidad de vida y a exigir a las autoridades nacionales que no permitan el saqueo.
Artículo basado en información obtenida de Silvana Buján, correo electrónico: ecosil@speedy.com.ar , Informe
preparado por RENACE, Red Nacional de Acción Ecologista, http://www.esquelonline.com/esquel.htm ,
http://www.rebelion.org/ecologia/esquel071102.htm
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- Brasil: investigación cuestiona certificación de dos plantaciones por el FSC
Un grupo de siete investigadores evaluó las certificaciones de la empresa V&M Florestal Ltda. (Vallourec &
Mannesman), que en 1999 obtuvo la certificación del FSC para toda su área de 235.886 hectáreas, a través de la
certificadora SGS, como asimismo las de Plantar Reflorestamentos S.A., que recibió la certificación de SCS por
un área de 13.287 hectáreas. Con dicha certificación, V&M Florestal se convirtió en la empresa con más área
certificada en el Brasil. Del total del área, 128.326 hectáreas están plantadas con eucaliptos, mientras que el
resto, 107.560 hectáreas, son áreas de cultivos abandonados y áreas de "cerrado", la vegetación boscosa típica
de la región (el cerrado es una sabana tropical en la cual la vegetación herbácea coexiste con más de 420
especies de árboles y arbustos dispersos). Plantar tiene cerca de 280.000 hectáreas, lo que significa que sólo
certificó el 4.8% de sus tierras. Se trata entonces de dos megaempresas del sector de plantación de eucaliptos
en Brasil, cuya producción se destina a la fabricación de carbón vegetal.
Casi todo el eucalipto que planta V&M Florestal se utiliza para fabricar tubos de acero en la fábrica V&M de
Brasil. Ambas empresas tienen un solo propietario y casi todo el capital es francoalemán. A su vez, Plantar S.A.,
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una empresa de capital brasileño, utiliza su eucalipto para la fundición de hierro, salvo el área certificada por el
FSC, cuya madera se utiliza para producir carbón para asado. Plantar también pretende participar en el
“mercado del carbono” vendiendo bonos de las plantaciones. En resumen, las actividades principales de las
empresas evaluadas son el plantío y extracción de eucalipto para la producción de carbón.
Comprobamos que las empresas certificadoras SGS y SCS cometieron una serie de irregularidades durante el
proceso de certificación:
- No realizaron un estudio profundo del contexto que rodea a las empresas que plantan eucalipto y
menospreciaron una serie de aspectos sociales, económicos y ambientales importantes;
- Escucharon a pocos “actores involucrados” y sólo a los menos críticos. Y, es más, no escucharon a los “actores
involucrados” más importantes y, por consiguiente, no obtuvieron informaciones fundamentales sobre una serie
de problemas serios que involucran a las empresas;
- No quedó claro si las condiciones y recomendaciones de hecho revirtieron el evidente incumplimiento de
determinados principios y/o criterios del FSC y si se está haciendo el seguimiento adecuado al cumplimiento de
esas condiciones y recomendaciones;
- No difundieron el resumen público de la certificación para que lo conociera la sociedad civil local y regional,
incluso los organismos públicos; SGS ni siquiera puso a disposición en la internet una versión del resumen
público en portugués, el idioma oficial de Brasil.
Los siguientes son algunos de los principales incumplimientos por parte de las empresas de los Principios y
Criterios del FSC que se comprobaron durante la investigación:
- tanto en la empresa V&M Florestal como en Plantar, se comprobó que no se realizó el Estudio e Informe de
Impactos Ambientales (EIA/RIMA), una exigencia legal para llevar adelante cualquier emprendimiento que cause
potenciales impactos ambientales en Brasil. Como se comprobó, se está en un punto muerto entre, por una
parte, los técnicos del organismo estatal responsable, el Instituto Estatal de Bosques, que exigen el estudio y, por
otra parte, V&M Florestal, que no quiere que se realice dicho estudio.
- Hay fuertes indicios de que gran parte de las tierras de las empresas eran lo que en Brasil se denominan tierras
"devolutas", o sea, tierras de uso comunal y, por consiguiente, pertenecientes al Estado. Por lo tanto, las
empresas no podrían haberlas comprado. Aun así, en busca de tierras, las empresas consiguieron arrendar
dichos terrenos al gobierno dictatorial de los años 1970, mediante contratos con la agencia estatal Ruralminas
por un plazo de 20 años. En estos últimos años, dichos contratos empezaron a expirar, lo que amenaza la
continuidad de la tenencia.
- Hay conflictos por la tierra con propietarios locales que tienen plantaciones de eucalipto de la empresa en sus
fincas.
- Desde setiembre de 2002, una Comisión Investigadora Parlamentaria, instalada en el Parlamento del Estado de
Minas Gerais, está con la mira puesta en las empresas V&M Florestal y Plantar S.A., para investigar las
condiciones de trabajo de los trabajadores de la industria extractiva de Minas Gerais. En marzo de 2002, la
Comisaría Regional de Trabajo sometió a proceso a ambas compañías por no respetar las leyes laborales
brasileñas. Actualmente, el Ministerio Público de Trabajo las está enjuiciando mediante una Acción Civil Pública
por los cargos de prácticas ilegales de tercerización, de trabajo degradante y precario.
- La mayoría de los trabajadores que trabajan en las áreas certificadas son tercerizados, con muchos menos
derechos y beneficios que los empleados fijos de las empresas; destacamos que las tareas que ellos realizan
son extremadamente pesadas y peligrosas. De acuerdo con el Ministerio Público de Trabajo, hay una “lista
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negra” en las dos empresas evaluadas, lo que indica que las empresas persiguen a los trabajadores y a sus
dirigentes, por lo que violan los acuerdos 87 y 98 de la OIT.
- Las plantaciones de eucaliptos no generan beneficios sociales, ambientales ni económicos para las
comunidades vecinas. Las zonas de "cerrado", que siempre han sido utilizadas por las comunidades debido a su
extraordinaria biodiversidad, fueron cercadas por la empresa, lo que impide que dichas tierras sean usadas
colectivamente por las comunidades locales. El "cerrado" siempre ha tenido todas las condiciones para un uso y
manejo sustentables, generando trabajo e ingresos.
- La deforestación del "cerrado" y la plantación de eucaliptos por parte de las empresas provocó la desecación de
ríos y nacientes de agua, la disminución de la flora y la fauna de la región, estimuló la erosión y envenenó a
trabajadores, a la fauna y a los recursos hídricos existentes con agrotóxicos. La empresa V&M Florestal continúa
utilizando el herbicida oxyfluorofen, definido como tóxico y persistente por el propio FSC en el año 2000, de
acuerdo con el informe de seguimiento de SGS de 2001.
- Cerca del 25% de las plantaciones de eucalipto de V&M Florestal están instaladas en una región con
precipitaciones anuales de unos 1000 mm, cantidad desaconsejable para este tipo de plantío a gran escala, tal
como lo testifican los ríos, cañadas y humedales secos en la región.
- Las empresas tienen un plan de manejo solo instrumentado para las áreas de eucalipto y no para las demás
áreas. En el caso de V&M Florestal, el 46% del área certificada no tiene un plan de manejo implementado. Luego
de haber recibido la certificación, esta empresa comenzó a presentar relevamientos de flora y fauna y planes de
seguimiento para esas áreas, objetivando un plan de manejo, que hasta el día de hoy no está implementando.
- La empresa V&M de Brasil, que compra todo su carbón a V&M Florestal, continúa comprando carbón de
madera de "cerrado" para abastecer a sus altos hornos y sin tener información sobre la cadena de custodia, es
decir, que no hay garantías de que el carbón certificado provenga realmente de las Unidades de Manejo Forestal
certificadas.
El informe concluye que es necesario que el FSC divida su sello en dos nuevos: uno para el manejo de bosques
nativos y otro para el manejo de plantaciones. De estos estudios de caso queda claro que los Principios 1 a 9
fueron elaborados para el manejo de bosques nativos y que en su gran mayoría son absolutamente inadecuados
para plantaciones de monocultivos de árboles, cuyas características específicas son totalmente diferentes a las
de un bosque nativo, diversificado y heterogéneo. Además de eso, se acrecentaría mucho la transparencia y la
credibilidad del FSC frente a los consumidores, si éstos pudieran diferenciar de donde proviene el producto que
compran: de una plantación "industrial" realizada por una megaempresa con árboles exóticos, instalados en
medio del "cerrado"; o de una cooperativa de comunidades locales que maneja de manera sustentable el
"cerrado" y sus especies nativas y propias.
Para "construir" un nuevo sello para la certificación de plantaciones, que sea creíble, es necesario que se
discutan principios y criterios específicos, a partir de un debate profundo, que involucre necesariamente a las
comunidades locales, para garantizar que las futuras plantaciones certificadas ofrezcan beneficios sociales,
culturales, ambientales y económicos. Ello implicará introducir un mínimo de biodiversidad de especies en cada
plantío, garantizando el uso múltiple y el aprovechamiento de los productos forestales por las comunidades
locales, la estabilidad ecológica en el sitio y una mejor adaptación de la plantación a su ambiente.
Por consiguiente, el FSC tiene dos caminos: continuar certificando millones de hectáreas de plantaciones,
perdiendo cada vez más su credibilidad y perjudicando a las comunidades locales, o rever la certificación de
grandes plantaciones, entrando en un nuevo rumbo, respetando y queriendo beneficiar a las comunidades
locales y su ambiente, además de aumentar su credibilidad y, por lo tanto, su confianza ante el consumidor.
Por: Marco Antônio Soares dos Santos André, Rosa Roldan, Fábio Martins Villas, Maria Diana de Oliveira, José
Augusto de Castro Tosato, Winfried Overbeek, Marcelo Calazans, correo electrónico: fasees@terra.com.br
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El WRM ha producido un informe sobre este estudio de caso, que pronto estará disponible (en portugués e
ingles) en http://www.wrm.org.uy/inicio
inicio
- Chile: policía al servicio de empresa forestal asesina a joven mapuche
El Pueblo Mapuche en Chile lleva años de lucha contra las empresas forestales nacionales y transnacionales y
contra el Estado por recuperar sus tierras. El avance de la invasión forestal de monocultivos de árboles en la VIII,
IX y X Regiones, donde la población mapuche supera los 337.000 habitantes trae consigo el etnocidio territorial
Mapuche. La falta de tierras, la destrucción cultural y ambiental en el ecosistema de las comunidades colindantes
con las plantaciones, hace que muchos se levanten en su autodefensa. Sin embargo, el poder económico de las
empresas, bajo el fomento y protección del Estado chileno, reprime toda movilización mapuche por medio de los
tribunales, la policía y acciones de terceros.
Muchos han caído en la lucha mapuche por la recuperación de sus territorios y una nueva víctima acaba de
fallecer a manos de la policía puesta al servicio de las empresas forestales. El 7 de noviembre, en el interior del
Fundo Santa Elisa, actualmente en manos de la Empresa Forestal Mininco S. A (perteneciente a uno de los
grupos más poderosos de Chile), en una de las más brutales y despiadadas incursiones de la policía chilena, el
joven Edmundo Alex Lemún, de 17 años de edad, resultó gravemente herido tras recibir en su cabeza una bala
disparada por el cuerpo de Carabineros de Chile. El día 12 de noviembre el joven fallece en el hospital.
Su "crimen" fue el de participar en un intento de recuperación de tierras llevado a cabo por su comunidad. La
muerte de Lemún, víctima de la represión en medio de la lucha por los derechos territoriales, enluta a todo el
Pueblo Mapuche y genera una extrema tensión en la zona. Queremos hacer llegar nuestra solidaridad al Pueblo
Mapuche y a la familia de Edmundo Alex en momentos tan difíciles y apoyarlos en su dura lucha por sus
derechos.
Artículo elaborado en base a información obtenida de: MAPUEXPRESS, http://www.mapuexpress.net ; correo
electrónico: mapuche@mapuexpress.net ; Centro de Documentación Mapuche, Ñuke Mapu,
http://www.soc.uu.se/mapuche , correo electrónico: jorge.calbucura@soc.uu.se
inicio
- Uruguay: ¿qué es lo que está certificando el FSC?
En Uruguay, todos los bosques están protegidos por ley y su explotación está prohibida, salvo que medie
autorización expresa de los organismos encargados de velar por su conservación. Por lo tanto, la certificación es
en este país una herramienta totalmente innecesaria para asegurar la conservación de los bosques. Sin
embargo, basta entrar a la "lista de bosques certificados " de la página web del FSC para descubrir que existen
75.000 hectáreas de "bosques" certificados en el país. Claro que al ver los detalles uno se entera de que en
todos los casos se trata de plantaciones y no de bosques.
Más allá de nuestra discrepancia total con la pretensión de que las plantaciones sean consideradas "bosques",
interesa mostrar algunas de las contradicciones entre la certificación de estas plantaciones y los propios
lineamientos del FSC. Esa contradicción surge de la lectura de las dos primeras líneas de la introducción a los
principios y criterios del FSC, donde se dice que "Es ampliamente aceptado que los recursos forestales, y las
tierras relacionadas con ellos deberían ser manejados para atender a las necesidades sociales, económicas,
ecológicas, culturales y espirituales de las generaciones presentes y futuras".
Dado que el FSC equipara a las plantaciones con bosques y que en el principio 10 (plantaciones) establece
claramente que "Las plantaciones deberán ser planeadas y manejadas de acuerdo con los Principios y Criterios
del 1 al 9 y con los Criterios del Principio 10", resulta obvio que lo que se dice en la introducción es aplicable a
las plantaciones.
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La pregunta es entonces: ¿es que las plantaciones en Uruguay (y en particular las certificadas) atienden "las
necesidades sociales, económicas, ecológicas, culturales y espirituales de las generaciones presentes y futuras".
Si bien en este artículo nos vamos a centrar en el tema de las necesidades sociales y económicas, cabe señalar
que los monocultivos forestales a gran escala implantados en Uruguay atentan claramente contra su ecología.
En efecto, en este país las plantaciones se instalan principalmente en ecosistemas de pradera, resultando en la
destrucción de los mismos y de su fauna asociada. Por ende, es absurdo pensar que puedan "atender las
necesidades ecológicas" del país, sino que se trata de un proceso equiparable al que todos denunciamos en los
trópicos (la sustitución de bosques por pastizales), pero de signo inverso: la sustitución de praderas nativas por
"bosques".
Establecido lo anterior, nos enfocaremos ahora sobre las necesidades sociales y económicas. El plan de
promoción de la forestación lanzado en 1988 por el gobierno prometió la generación de empleos y el ingreso de
divisas por un aumento de las exportaciones de productos forestales. Para lograr esos objetivos, el estado
uruguayo realizó una fuerte inversión, incluyendo subsidios directos, exoneraciones impositivas, créditos blandos
e inversiones en infraestructura. Al año 2000, el estado había destinado al sector US$ 69 millones bajo la forma
de subsidios directos. El total de exoneraciones impositivas (al área plantada y a los bienes importados),
ascendía a US$ 56 millones, en tanto que los préstamos blandos se estimaban en US$ 55 millones. Finalmente,
la inversión en infraestructura totalizaba US$ 234 millones. En resumen, la sociedad uruguaya en su conjunto
aportó 414 millones al desarrollo forestal. ¿Qué beneficio recibió esa sociedad?
En materia de generación de empleo, el resultado es desastroso. De todas las actividades agropecuarias, la
ganadería extensiva de vacunos y de ovinos ha sido siempre considerada en Uruguay como la peor en cuanto a
cantidad de empleos generados por hectárea. Ya no más: la forestación ha demostrado ser aún más negativa.
De acuerdo con los datos del censo agropecuario del 2000, el número de trabajadores permanentes por cada mil
hectáreas forestadas es de 4,49. La ganadería de vacunos de carne genera 5,84 empleos permanentes en la
misma extensión de tierra, en tanto que la ganadería de ovinos provee 9,18 empleos. Y éstas, junto a la
producción mecanizada de arroz (7,75) son las peores cifras. En el extremo opuesto se encuentran la producción
para autoconsumo (262 empleos/mil hás), de aves (211), la viticultura (165), la horticultura (133) y la producción
de cerdos (128), en tanto que en el medio se ubican la producción de vacunos de leche (22), los servicios de
maquinaria (20) y los cultivos cerealeros e industriales (10).
En resumen, en un total de 660.000 hectáreas, la forestación ha generado apenas 2962 empleos permanentes.
Si tomamos en cuenta que las plantaciones forestales han desplazado a otras actividades agropecuarias y que
todas las demás actividades generan más empleos permanentes que la forestación, se llega a la conclusión de
que esta actividad ha significado una pérdida neta de empleos permanentes en el sector agropecuario. En
efecto, suponiendo que la superficie forestada hubiera continuado ocupada por la explotación vacuna u ovina, en
el primer caso los empleos hubieran ascendido a 3854, en tanto que en el segundo habrían sido 6058. Queda
claro entonces que el remedio ha sido peor que la enfermedad y que la forestación ha contribuido a expulsar
trabajadores del medio rural. Si a esto le agregamos las malas condiciones de trabajo (bajos salarios, escasa
seguridad, mala alimentación y alojamiento, dificultades de sindicalización), la informalidad (que implica la
inexistencia de beneficios sociales) y la zafralidad, resulta claro que la forestación no atiende en absoluto las
necesidades sociales de la población rural.
En materia económica, la situación no es mucho mejor. En efecto, la forestación prometió incrementar el ingreso
de divisas, pero el 80% de las exportaciones vinculadas al sector forestal consiste en madera rolliza (o sea,
troncos), en tanto que el 20% restante está compuesto por madera aserrada. Es decir, que el 80% de lo
exportado no genera ningún puesto de trabajo industrial, en tanto que el otro 20% consiste en una
transformación mínima de la materia prima que por ende tampoco resulta un generador de empleos de
importancia.
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A su vez, los ingresos provenientes de estas exportaciones tampoco significan ingresos de divisas importantes si
se los compara con la superficie de tierra ocupada por el sector. En efecto, el sector forestal está exportando
anualmente por valores que rondan entre los 35 y los 45 millones de dólares, cifras que lo ubican en los lugares
más bajos de la canasta de exportaciones (que totaliza anualmente entre 2.000 y 2.500 millones de dólares). Si
se lo compara con el arroz (sector que también genera pocos empleos por hectárea), vemos que éste, con una
superficie sembrada promedio de unas 150.000 hectáreas (es decir, más de 4 veces menos que la ocupada por
el sector forestal), llega a generar anualmente unos 200 millones de dólares por exportaciones (o sea, unas 5
veces más que lo obtenido por el sector forestal). Es decir, que la forestación tampoco cumple con el objetivo
señalado en la introducción de los principios del FSC de "atender a las necesidades económicas" del país.
Las preguntas que se hace el movimiento ambientalista uruguayo son: ¿cómo es posible que el FSC esté
certificando estas plantaciones, que no cumplen con ninguno de los requisitos planteados por el propio FSC?
¿Cómo es posible que las ONGs ambientales y sociales que participan en el FSC permitan que esto ocurra?
¿Cómo es posible que no se den cuenta que cada plantación certificada debilita las campañas que hacemos
para evitar que se siga destruyendo nuestro ambiente?
Es evidente que algo está funcionando mal y esperamos que los miembros del FSC se aboquen a buscarle
soluciones, tanto para bien de la gente y el ambiente de países como Uruguay, como para asegurar la propia
credibilidad de un sistema de certificación que fue creado para asegurar la protección de los bosques y no para
darle un barniz "verde" a monocultivos forestales social y ambientalmente insustentables.
Por: Ricardo Carrere
inicio
AMERICA CENTRAL
- Honduras: manifestación por el manglar y contra las camaroneras
En la madrugada del 7 de noviembre, bajo el liderazgo de la ONG CODDEFFAGOLF y de la REDMANGLAR,
más de 2000 pescadores y campesinos abandonaron sus humildes viviendas en los humedales costeros del
Golfo de Fonseca, conocidos internacionalmente como "Sitio Ramsar 1000", para iniciar una movilización de
protesta por la destrucción de los bosques de mangle, lagunas, esteros y otros humedales que al abrigar una
amplia biodiversidad, constituyen sus fuentes de alimento e ingresos. También se movilizaron para protestar por
la pérdida de acceso a sus sitios tradicionales de pesca, el hostigamiento continuo de los vigilantes de las fincas
camaroneras, la impunidad con que han sido asesinados 12 pescadores, la falta de interés del gobierno en
ordenar la situación y entre otras razones, por los intentos de acomodar la Ley de Acuicultura a los intereses de
las grandes empresas camaroneras.
Al llegar a la capital, Tegucigalpa, se le sumaron otros grupos sociales en apoyo al
CODDEFFAGOLF/REDMANGLAR, y en protesta por las políticas de privatización, el ALCA, el Plan Puebla
Panamá y por la participación de la mujer.
La marcha solidaria se extendió por medio kilómetro y llamó la atención de todos los medios de prensa escritos,
orales y televisados, lo cual constituye un éxito.
Contrario a las movilizaciones anteriores que el CODDEFFAGOLF ha realizado, el objetivo de la marcha era
llamar la atención de los países y pueblos que son grandes consumidores de camarón como EE.UU, España y
Japón, así como la del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros organismos internacionales
que financian la acuicultura del camarón, ignorando los impactos negativos que causan al ambiente mundial y a
las sociedades del Sur.
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BOLETIN 64 del WRM
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Tal resolución se tomó, al considerar que tanto el Presidente de la República, que también es camaronero, como
su correligionario el Presidente del Congreso Nacional, están al tanto de la situación y no procuran la solución del
problema. Por lo tanto, se decidió ignorarlos para dirigirse a la raíz del mal.
La Asociación de Camaroneros (ANDAH), como es su costumbre, desde antes de la manifestación, durante y
actualmente, se ha dedicado a desprestigiar al CODDEFFAGOLF y principalmente a su Director Ejecutivo, Jorge
Varela, con mayor intensidad en los medios de prensa locales de la costa.
La movilización en esta oportunidad, se desarrolló pacíficamente, ya que el CODDEFFAGOLF / REDMANGLAR
convencieron a las autoridades civiles y policiales de que la movilización era pacífica y no debían provocar a los
manifestantes, como lo hicieron en una manifestación anterior donde hubo varios golpeados y heridos.
La lucha del CODDEFFAGOLF por salvar los humedales del Sitio Ramsar 1000 continúa.
Artículo enviado por CODDEFFAGOLF, 11/11/2002, correo electrónico: cgolf@sdnhon.org.hn
inicio
- Panamá: la experiencia de Apaquiset en el manejo conjunto de recursos
Fronteriza con la República de Colombia, la provincia del Darién se encuentra al extremo oriente de la República
de Panamá y es una de las áreas de mayor diversidad biológica del Istmo centroamericano, pero que en la
actualidad presenta un ritmo acelerado de destrucción de los recursos.
La región está habitada por poblaciones de cuatro grupos étnicos: afro-colombianos, indígenas emberá-wounan,
campesinos darienitas y colonos de otras regiones del país, campesinos sin tierra en busca de mejorar sus
condiciones de vida.
La Reserva Forestal Chepigana, creada en 1960, se ubica al sur-oeste de la Provincia de Darién, dentro de los
distritos de Chepigana y Cémaco (Comarca Emberá-Wounan). Tiene una superficie aproximada de 316,840
hectáreas, con una superficie boscosa de unas 75.000 hectáreas y está considerada como una gran fuente de
recursos forestales, plantas medicinales, recursos hídricos, fauna y flora. Además, juega un importante papel en
la protección de las especies de fauna y flora en peligro de extinción.
En 1994 se promulgó una ley facultando al gobierno para que realizara una nueva demarcación, reconociendo
que la Reserva había sido creada desde un escritorio, sin un verdadero trabajo de campo que hubiera
encontrado habitantes en la época de su creación,. La nueva demarcación debía excluir los predios dedicados a
explotaciones agropecuarias. Para 1996 fue creada Apaquiset, Asociación de Productores Agroforestales de
Quintín y Setegantí, por pequeños productores agrícolas de estas comunidades. Uno de sus principales objetivos
fue entonces de lograr una nueva demarcación de la Reserva Forestal y excluir las tierras de explotación
agropecuaria en las cuales habitan sus miembros, así como desarrollar actividades orientadas a conciliar la
necesidad de producir con la de manejar y conservar, buscando nuevas alternativas de producción en sus
terrenos.
Apaquiset promocionó prácticas de producción sostenibles entre sus miembros, tratando de que la agricultura y
ganadería tradicionales se realzaran de tal forma que ocasionaran un mínimo deterioro en los recursos naturales
de la Reserva.
La Asociación desarrolló un ciclo de información y de consultas en las comunidades afectadas, con el propósito
de que todas las personas involucradas tuvieran un claro entendimiento del significado de la acción que se
pretendía ejecutar, impulsando la creación de una Comisión Mixta que incluyera los representantes
institucionales involucrados, autoridades políticas y representantes de los grupos organizados, que incluye a dos
miembros de Apaquiset. Todo para lograr una participación activa en la nueva demarcación de la Reserva
Forestal en la cual habitaban.
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BOLETIN 64 del WRM
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Después de transitar un largo camino, se logró el acuerdo con instituciones, autoridades y la comunidad para
definir los límites de la remarcación y la exclusión de las áreas agrícolas. De todas maneras, el grupo consideró
que el proceso no terminaba con este logro, sino que su lucha apenas se estaba iniciando, por lo que elaboró
una estrategia de gestión política para continuar con el proceso y lograr un manejo más adecuado de las áreas
agrícolas y forestales. Se realizó una nueva ronda de consultas y negociaciones con los líderes locales e
institucionales para transmitir la información sobre los avances del proceso de remarcación y plantear ideas
apuntando a construir una propuesta conjunta con los grupos indígenas, colonos y negros; de manera que se
logre un manejo sostenible conjunto del área que quede realmente como Reserva Forestal, una vez excluidos los
terrenos agrícolas.
Como resultado del proceso local, actualmente se está transitando hacia la conformación de una organización
que aglutine a Apaquiset y a miembros de todos los grupos y comunidades existentes alrededor de la Reserva
Forestal de Chepigana, con el fin de contar con una estructura organizativa amplia y representativa de todas las
comunidades, para tener acceso a los recursos comunitarios afectados por la creación de la Reserva y para
fortalecer su posición de negociación en pos de mecanismos reales de co-manejo de los recursos naturales
incluidos en la misma.
Al comenzar con este proceso, se plantearon varios desafíos: enfrentar la poca capacitación en temas técnicos y
políticos sobre el co-manejo y la falta de claridad de las entidades competentes del gobierno en cuanto a una
visión de futuro para el área protegida que se pretende en co-manejo; identificar experiencias de manejo forestal
y desarrollo de actividades productivas en manos de grupos campesinos para el intercambio con la gente de
Apaquiset; invertir tiempo, energía y dinero para generar condiciones básicas que permitan visualizar los
beneficios de un sistema de manejo forestal en las áreas boscosas fuera de sus fincas, dedicadas a explotación
agrícola; invertir en un proceso de sensibilización, información y capacitación, a fin de que el grupo esté en
capacidad de llevar adelante y proponer otras posibilidades de trabajo y gestión; identificar y llevar a cabo la
aplicación de mecanismos concretos, de común acuerdo con los otros grupos locales involucrados, así como con
las autoridades gubernamentales competentes; conservar las fuentes de agua y trabajar en reforestación,
manejo de pastos y mejores prácticas agrícolas, haciendo uso adecuado de los recursos sin acabar con ellos.
Los miembros de Apaquiset opinan que es mucho lo que se puede aprender de su propia experiencia y
especialmente "haciendo”, como lo han hecho. Además, hay que buscar siempre “la fuente” donde se toman las
decisiones y acercarse a ella para convencerla de que tome las decisiones que el grupo considera adecuadas y
que le favorezcan. Se requiere de paciencia y constancia para compartir la información con todos los afectados,
creando relaciones de confianza que permitan, mediante acuerdos básicos entre los distintos habitantes y
usuarios de sus recursos, acceder a las autoridades nacionales competentes para intentar influenciarlas en la
toma de decisiones.
Compartir estas lecciones vividas por la gente de Apaquiset intenta servir de apoyo a quienes están por lanzarse
a la experiencia del manejo conjunto, proceso que debe ser visto como de largo alcance, pero donde las metas
conjuntas deben mantener unidos a los integrantes de la comunidad, apoyándose unos a otros a lo largo de ese
proceso.
Por: Silvia Chaves, Cedarena, correo electrónico: peysil@racsa.co.cr . El informe completo puede ser leído en:
http://www.wrm.org.uy/paises/Panama.html
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AFRICA
- Liberia: peligran bosques únicos por explotación maderera
En Liberia se sitúan los dos últimos bloques continuos importantes de bosque pluvial tropical que subsisten en el
bosque de Alta Guinea en Africa occidental. El bosque de Alta Guinea, reconocido como uno de los veinticinco
puntos neurálgicos ("hot spots") de la biodiversidad mundial, está constituido por un cinturón de bosques
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fragmentados situados a lo largo de la costa africana occidental. Ocupa total o parcialmente alrededor de diez
países; comenzando al oeste de Guinea y terminando al suroeste de Camerún. De los veinticinco "hot spots"
mundiales, éste es el que alberga la mayor diversidad de mamíferos. El bosque de Alta Guinea contiene 551
especies diferentes de mamíferos y la mitad de las especies conocidas de mamíferos del continente africano.
Además, figura entre las regiones con grado más alto de prioridad en materia de conservación de primates,
formando parte así de las zonas prioritarias en cuanto a la conservación de la biodiversidad mundial.
Se estima que el bosque de Alta Guinea disminuyó un 12,7% con relación a su extensión inicial, es decir 727.900
kilómetros cuadrados. Alrededor del 45% de este bosque se encuentra en Liberia. El bosque liberiano sirve de
hábitat a una importante fauna y flora endémicas y representa un nicho ecológico único para algunas de las
especies más raras del mundo. …La zona presenta una fauna y una flora que le son propias y la conservación
de su diversidad biológica ha sido reconocida como una prioridad mundial, ya que si bien Liberia posee una
profusión de riquezas biológicas, esas riquezas son poco comunes.
Desgraciadamente, el bosque pluvial de Liberia se ve seriamente amenazado, sobre todo por la explotación
forestal. De 1997 a 2001, la producción de madera rolliza aumentó en forma espectacular (más del 1300%).
Como era de esperar, esto tuvo un enorme impacto sobre las comunidades rurales indígenas y las poblaciones
locales cuyos medios de subsistencia provienen de la tierra y del bosque. Sus prácticas culturales y espirituales
dependen tan estrechamente del bosque que con la rápida desaparición de éste, la supervivencia y el
crecimiento de dichas comunidades se ven seriamente amenazadas. El nivel actual de pobreza en estas
comunidades permite entrever lo que sucederá si no se hace nada para controlar la tendencia actual de la
explotación forestal.
En el año 2000, la Fundación por la Salvaguarda del Futuro (SAMFU – Save My Future Foundation) inició una
investigación sobre las actividades de la industria forestal. Las primeras investigaciones revelaron que una
abrumadora mayoría de liberianos, en particular los habitantes del medio rural, estaban desconformes con la
forma en que las empresas madereras operan. Los liberianos expresaron además su gran decepción frente a
cómo el gobierno de Liberia gasta los ingresos provenientes del comercio de la madera, descuidando la
necesaria inversión de una parte de estos ingresos para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades.
El equipo investigador informó asimismo sobre la existencia de prácticas de desarrollo no sustentables
extremadamente peligrosas y los habitantes de algunas regiones declararon que las milicias de algunas
empresas madereras los acosaban y pretendían presionarlos.
Esos resultados mostraban además la necesidad de realizar investigaciones más profundas sobre la industria
maderera. Por eso se lanzó la Campaña por la Salvaguarda del Bosque Liberiano y el Respeto de los Derechos
Humanos de Liberia con el fin de realizar una investigación más detallada sobre las actividades de las empresas
madereras en Liberia. El objetivo de la campaña actual es proteger el bosque pluvial y promover el respeto de los
derechos individuales y colectivos de las poblaciones indígenas, trabajando en relación estrecha con ellas con
este fin. El proyecto apunta además a controlar las actividades de explotación forestal; su objetivo es ilustrar y
revelar las infracciones forestales cometidas, así como facilitar los debates públicos sobre estos temas.
Información extraída de la introducción de "Pillage: La destruction silencieuse de la forêt pluviale du Liberia"
(Saqueo: La destrucción silenciosa del bosque pluvial de Liberia), Fundación SAMFU, setiembre 2002,
http://www.forestsmonitor.org/reports/plunder/pillage.pdf
inicio
- Tanzania: mejorando el manejo de los bosques a través del manejo conjunto con las comunidades
Varios estados independientes han demostrado escaso interés por revitalizar los sistemas de autoridad locales,
destruidos intencionalmente por los regímenes coloniales. Los nuevos estados independientes, al igual que los
regímenes coloniales del pasado, tampoco ven con beneplácito la idea de que las fuerzas políticas locales
cuestionen su legitimidad. Por este motivo, muchos bosques se han transformado en propiedad del estado, como
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en el caso de Tanzania. El estado de Tanzania asumió esta responsabilidad a pesar de la presión de otros
problemas urgentes como las políticas de buena gestión, el desarrollo económico, la confianza en las propias
fuerzas y la estabilidad política. Los magros recursos existentes se dedicaron mayoritariamente a esos temas; el
manejo de bosques no fue considerado prioritario y se los dejó deteriorar.
Buena parte de la atención que se dedica a la reforma del manejo de recursos naturales como los bosques, se
ha centrado en aumentar los poderes y las competencias del gobierno o en la privatización. Rara vez se ha
centrado la atención en el manejo de recursos por parte de las comunidades, o en su manejo como propiedad
comunitaria. Las comunidades pueden lograr esta meta con la ayuda -más que con el control- del gobierno. Ésa
es la idea propuesta en la nueva política de bosques: siempre que sea posible, se dejará en manos de las
comunidades la responsabilidad del manejo de los recursos de los bosques en calidad de propiedad comunitaria.
La participación amplia de la población en el manejo de los bosques, siendo éstos de propiedad comunitaria, es
la idea predominante por donde avanza actualmente el manejo de bosques. Por propiedad comunitaria se
entiende un tipo particular de derecho de propiedad, por el cual un grupo de usuarios de recursos comparte los
derechos y obligaciones sobre esos recursos. Por lo tanto el término se refiere a instituciones sociales, y no a
una cualidad natural o física inherente al recurso.
En este marco, un grupo particular de individuos comparte los derechos sobre un recurso, por ejemplo un
bosque. Los derechos de uso son comunes a un grupo específico de individuos, no a todos. De esta forma, la
propiedad comunitaria no implica el acceso abierto a todos, sino el acceso limitado a un grupo específico de
usuarios que son titulares de un derecho común. Cuando el grupo de individuos y los derechos de propiedad que
comparten están bien definidos, la propiedad comunitaria se debe clasificar como una forma de propiedad
privada compartida. Los derechos de propiedad de un régimen de propiedad comunitaria se pueden especificar
en forma clara, son por definición exclusivos de los copropietarios (miembros del grupo de usuarios), se trata de
derechos garantizados en la medida que reciban el apoyo legal apropiado del gobierno.
Se puede apreciar que el gobierno de Tanzania y las agencias internacionales han sobreestimado su propia
capacidad para manejar los bosques, a la vez que han subestimado el valor de las buenas políticas locales de
manejo de esos recursos. Las comunidades locales que dependen de los bosques para obtener numerosos
bienes y servicios básicos, no solamente madera, son más conscientes de sus funciones de protección y de la
gran variedad de bienes que ofrecen los bosques cuando éstos son manejados de manera sustentable. Pero
cuando los gobiernos anulan los derechos tradicionales de uso, las comunidades locales y las familias no pueden
impedir la invasión destructiva o la sobreexplotación de los bosques y están menos dispuestos a hacerlo. En
realidad, estos bosques que son jurídicamente propiedad del estado se vuelven de facto de acceso abierto. La
degradación ambiental ocurre cuando existe una creciente asincronía entre la comunidad y su medio ambiente
natural, y la solución implícita es restaurar la armonía de las relaciones entre la sociedad y el medio ambiente.
La devolución o el otorgamiento de dichos derechos a los grupos locales los alentaría a abordar las posibilidades
de producción a largo plazo de los bosques. La sustentabilidad de los bosques depende de las normas locales,
los modelos de uso y los incentivos creados por las instituciones internacionales, regionales, nacionales y
locales. En realidad, si las condiciones ecológicas son las mismas, las diferencias estructurales y biológicas
importantes entre las distintas zonas de bosque pueden ser consecuencia casi totalmente de las normas y
modelos de uso humano.
Las declaraciones de intención sobre los problemas ambientales establecidas en la Cumbre de la Tierra, entre
ellas la Agenda 21 y la Convención de Combate a la Desertificación, proponen decididamente como solución a
estos problemas la combinación de varios elementos: la descentralización del gobierno, la devolución de la
responsabilidad de los recursos naturales en carácter de bienes comunales a las comunidades locales, y la
participación de la comunidad.
De acuerdo a la nueva política de bosques, para abolir el libre acceso a las tierras públicas de Tanzania, que
abarcan más de 19 millones de hectáreas, es necesario definir claramente la propiedad de todos los bosques y
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BOLETIN 64 del WRM
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árboles de esas tierras. Se promoverá la asignación de bosques y la responsabilidad de su manejo a los
poblados, a personas individuales o al gobierno. Los gobiernos centrales, locales y de los poblados podrán
demarcar y establecer nuevas reservas de bosques.
Las comunidades están mejor preparadas para administrar y regular el uso de los recursos por cuatro razones
principales, a saber:
1. El empoderamiento de una comunidad para que administre y regule el uso de un recurso reduce la presión
sobre ese recurso ya que el simple hecho de que sea propiedad de cierta comunidad implica que ya no será de
acceso abierto. Potencialmente, existen varios usuarios de un recurso, por ejemplo, un bosque, y si un grupo
retiene su uso exclusivo, existe una alta probabilidad de que se instrumenten prácticas más sustentables.
2. Una comunidad que vive cerca de un recurso, que depende de él para su sustento y que sabe que disfrutará
de los beneficios del recurso por un plazo largo, está más propensa a reformular un marco de uso inadecuado.
Las personas enraizadas en una localidad a la que denominan hogar usarán un recurso con mayor cuidado
porque si lo agotan no tendrán otro lugar donde ir. Su perspectiva es distinta a la de una corporación en
movimiento constante, y para la cual el agotamiento de un recurso en un lugar significa simplemente trasladarse
a otro lugar y continuar con la misma tendencia.
3. Los recursos limitados de los gobiernos, en términos de mano de obra y disponibilidad financiera para vigilar
los recursos, indican que esta tarea estará en mejores manos si la realizan los pueblos locales, que lo harán para
su propio beneficio, sin que el gobierno tenga que pagar por ello.
4. Es más probable que los usuarios tradicionales de un recurso biótico hayan desarrollado técnicas que les
permitan utilizar dicho recurso en forma sustentable. Por el contrario, otros grupos o empresas con menor
conocimiento del recurso, probablemente exploten el recurso hasta agotarlo, apuntando a obtener ganancias a
corto plazo.
Extraído de: “Forest policy changes in Tanzania: towards community participation in forest management”, Vincent
B.M.S. Kihiyo, Sokoine University of Agriculture, correo electrónico: isinika@sua.ac.tz ,
http://srdis.ciesin.org/cases/tanzania-009.html
inicio
- Uganda: nuevo disfraz para el proyecto de represa de Bujagali
Como ya informáramos en boletines anteriores (ver Boletines 36 y 42 del WRM), el proyecto de la represa
hidroeléctrica de Bujagali sobre el Nilo Victoria, cuyo costo es de US$ 550 millones, que ha sido propuesto por la
corporación AES con sede en EE.UU --contando con los préstamos aportados por la Corporación Financiera
Internacional (IFC, por su sigla en ingles)-- ha despertado la fuerte oposición de grupos locales apoyados por la
acción internacional. El impacto negativo del proyecto fue reconocido por el Panel de Inspección, el organismo
investigador independiente del Banco Mundial (ver Boletín 59 del WRM).
La construcción de la represa de 200 megavatios debía comenzar a principios de este año. Sin embargo, el
Banco Mundial pospuso la decisión de aprobar una garantía de US$ 215 millones de dólares para cubrir el déficit
financiero que dejara el retiro de las escépticas agencias de crédito a las exportaciones suecas, noruegas y
finlandesas, aparentemente preocupadas de que el gobierno ugandés no fuera capaz de cumplir con el repago
de los costos del proyecto.
Ahora, ha surgido un nuevo impulso para construir la represa como proyecto del Mecanismo de Desarrollo
Limpio (MDL), que sería examinado por Price Waterhouse Coopers para su validación. El Mecanismo de
Desarrollo Limpio es uno de los llamados mecanismos flexibles establecidos por el Protocolo de Kyoto de la
Convención de Cambio Climático, y permite a los países industrializados “compensar” sus emisiones de gases
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BOLETIN 64 del WRM
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de efecto invernadero (GEI) mediante la instrumentación de proyectos de reducción de emisiones en otros
países.
CDM Watch, una ONG con sede en Indonesia que realiza el seguimiento de los proyectos del MDL y brinda
información sobre proyectos y temas y acciones relacionadas con el MDL, ha argumentado que el proyecto de
Bujagali no cumple con requisitos de validación clave en relación a las líneas de base, la adicionalidad y la
consulta a las partes interesadas, con los siguientes fundamentos:
* Bujagali no es un proyecto adicional
El proyecto es adicional solo si las reducciones de emisiones que se logran con el mismo no se produjeran si el
proyecto no estuviera registrado como proyecto del MDL. En este caso, por ejemplo, si Bugajali no se registrara
como proyecto del MDL, ¿se construiría igual la represa y se producirían las reducciones? La represa fue
propuesta por primera vez en 1991, y en 1994 se firmó un Protocolo de Intención entre la AES y el Gobierno de
Uganda, tres años antes de que se acordara el Protocolo de Kyoto. Posteriormente, ambas partes firmaron un
Acuerdo de Implementación y un Contrato de Compra de Energía, donde se comprometían a desarrollar el
proyecto. Además, varios organismos de crédito a la exportación acordaron financiar a Bujagali, al mismo tiempo
que se está considerando obtener una garantía del MIGA (Agencia que integra el Banco Mundial). Existe
entonces evidencia contundente de que los proponentes tienen la firme intención de ejecutar el proyecto, esté
registrado como proyecto del MDL o no.
* La consulta a las partes interesadas no es adecuada
El proyecto de Bujagali no cumple uno de los requisitos fundamentales del MDL, ya que se ha destacado por su
falta de transparencia y la existencia de persistentes acusaciones de corrupción durante su desarrollo. Hace
varios años que representantes de la sociedad civil en Uganda y a nivel internacional han intentado sin éxito
lograr acceso a los documentos esenciales del proyecto. A esa imposibilidad se suman las críticas realizadas por
el Panel de Inspección del propio Banco Mundial, que destacó que al rehusarse a hacer público el Análisis
Económico del proyecto de Bujagali, el Banco Mundial estaba violando su propia Política de Divulgación de
Información Operacional.
* Las líneas de base de Bujagali carecen de credibilidad
Bujagali se basa en un estudio realizado por Acres International que analiza las distintas opciones de expansión
del sector de energía de Uganda. Las conclusiones del estudio, basadas en los datos de costos que presenta,
son que en ausencia de Bujagali, las tecnologías de reemplazo más probables son las de fuente geotérmica y/o
unidades hidroeléctricas adicionales. En su escenario de línea de base, sin embargo, AES afirma que si Bujagali
no se realiza será reemplazada por plantas de generación térmica. No existe ningún elemento en el estudio de
Acres que avale esta afirmación, y no se proporciona información adicional al respecto. Es difícil no llegar a la
conclusión de que se eligió este escenario por la simple razón de que era el que proporcionaba más créditos de
carbono.
El WRM ha denunciado que el MDL no es más que un truco de los países contaminantes del norte para eludir
sus obligaciones de reducir las emisiones en la fuente, facilitándoles y abaratándoles el cumplimiento de sus
metas de reducción de emisiones de GEI mediante la instrumentación de proyectos de este tipo en los países del
sur. Nuevamente, los agentes internacionales --desde las compañías consultoras hasta las empresas
constructoras y los emisores de CO2-- se benefician de las necesidades urgentes de los países empobrecidos,
cuyos gobiernos son presa fácil de sus objetivos comerciales.
Artículo basado en información obtenida de: “CDM Watch submission on the proposed validation of the Bujagali
Dam project”, Ben Pearson, CDM Watch, setiembre de 2002, http://www.cdmwatch.org/bujagali.html ; “Uganda
dam decision delayed”, Probe International,
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http://www.probeinternational.org/pi/wb/index.cfm?DSP=content&ContentID=47
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- Sudáfrica: casi un millón de hectáreas de plantaciones certificadas por el FSC
Los militantes sudafricanos llevan años haciendo campañas contra la expansión de las plantaciones de árboles
exóticos. Wally Menne de Timberwatch Coalition dice que “la certificación de las plantaciones de monocultivos de
madera como ‘bosques de manejo sustentable’ por parte del Consejo de Manejo Forestal (FSC por su sigla en
inglés) representa una verdadera burla al concepto de medio ambiente sustentable y de manejo de ecosistemas.”
Esta declaración se convierte en un dramático llamado a tomar medidas si tenemos en cuenta que 900.000
hectáreas de plantaciones de monocultivos de árboles (mayoritariamente de especies exóticas de eucaliptos y
pinos) ya han recibido el sello de aprobación del FSC y muchas más serán certificadas a menos que se haga
algo para impedirlo. ¿Cómo es posible que suceda esto?
En primer lugar, es necesario destacar que la vegetación natural en las zonas donde se establecieron estas
plantaciones era bosque o pradera con alto grado de biodiversidad. Después de su conversión a plantaciones,
estas áreas tienen muy pocas posibilidades, si es que tienen alguna, de volver a recomponer el tipo de
vegetación clímax original.
Pero ése es apenas el punto de partida. A consecuencia de esta actividad, tanto la población como el medio
ambiente se ven sometidos a una terrible variedad de impactos negativos, entre los que se encuentran:
* En una primera etapa, la vegetación natural es arrasada con maquinaria o eliminada con herbicidas para
impedir que compita con los árboles plantados en las necesidades de agua, luz y nutrientes.
* Los árboles jóvenes son fertilizados en forma artificial para aumentar su ritmo de crecimiento y se agregan al
suelo otros productos químicos que absorben la humedad para impedir que las plantas jóvenes se sequen.
* En los ecosistemas vecinos se establecen plantas invasivas exóticas, incluso especies de las plantaciones
como eucalipto, pinos y acacias.
* Las aves y animales cuya vida es alterada por las actividades de establecimiento de las plantaciones,
abandonan el área o son cazados y atrapados como alimento para los trabajadores contratados en las
plantaciones.
* Las aguas superficiales en los alrededores de las nuevas plantaciones se agotan rápidamente y los pobladores
se ven forzados a recurrir a pozos y excavaciones que a menudo proporcionan aguas salinas o contaminadas.
* El establecimiento de plantaciones de monocultivos de árboles destinados a la producción de madera
distorsiona el equilibrio natural de las especies. Estas plantaciones crean barreras que obstaculizan la migración
y los patrones de crecimiento normales de aves, animales e insectos.
* La población local que hubiera tenido acceso a la zona si no se hubieran establecido plantaciones, podría haber
utilizado el área para pastorear su ganado ovino y vacuno, cosechar juncos para techar sus hogares, o recolectar
alimentos y plantas medicinales para su propio uso limitado. Ahora carecen de esos recursos y se ven forzados a
mudarse a zonas previamente intocadas en busca de lo que les falta. Esto a menudo provoca conflictos con el
manejo de áreas naturales protegidas.
* Los trabajadores contratados están mal pagados y no tienen muchas opciones aparte de construir sus hogares
provisorios en zonas de bosque natural cerca de las plantaciones donde trabajan, ocasionando de esta forma
daños ecológicos importantes durante el proceso.
* La seguridad alimentaria de la comunidad es uno de los primeros elementos que se resiente. Las áreas que
tradicionalmente se dedicaban al cultivo de árboles frutales y vegetales, se secan en el proceso o se ven
privadas de luz al establecerse las plantaciones demasiado cerca de las zonas fértiles a las orillas de ríos y
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arroyos. Los residentes que no emigran quedan en una situación en la que se ven forzados a utilizar sus
limitados recursos económicos para comprar comida procesada en los comercios.
* Los sistemas de transporte, en particular los caminos, son sometidos a altos niveles de uso que no
corresponden a aquellos para los que fueron diseñados. El costo de mejorar o mantener la caminería rural a
menudo es asumido por el estado, lo que significa que la industria maderera se beneficia de esta forma de un
subsidio indirecto.
Las plantaciones madereras a gran escala destruyen economías rurales y ecosistemas enteros. Por alguna
extraña razón, esta calamidad es prácticamente ignorada por los gobiernos y los institutos de investigación. Una
organización como el FSC debe preocuparse de insistir en que se lleve adelante una investigación exhaustiva e
imparcial antes de considerar la certificación.
No hay duda de que un artículo básico de consumo como el papel o el cartón, es de gran valor en la sociedad
moderna. Lo que no es aceptable es que el ritmo de consumo de productos de papel aumente, y que al mismo
tiempo el nivel de vida de las comunidades pobres donde se produce la madera no mejore. El crecimiento de la
cultura de lo descartable de los denominados países desarrollados está directamente relacionado con la erosión
del medio ambiente natural y del nivel de vida de los países colonizados por las plantaciones de monocultivos de
árboles de las empresas multinacionales involucradas. En el caso de Sudáfrica, el FSC debe asumir una gran
cuota de responsabilidad por esta injusticia ambiental y social.
Artículo basado en información obtenida de: South Africa: Quo vadis FSC? por Wally Menne, miembro de
TIMBERWATCH Coalition, correo electrónico: plantnet@iafrica.com
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ASIA
- Camboya: la parodia del Banco Mundial y el gobierno en la consulta sobre bosques
A fines de julio, varias ONGs solicitaron por escrito al Ministerio de Agricultura que se expusieran a la opinión
pública los Planes de Manejo de Concesiones Forestales y las Evaluaciones de Impacto Social presentados por
los concesionarios al Departamento Forestal y de Fauna. Tres meses y medio después el Banco procede a
publicar una versión editada de estos documentos para ser analizados por la opinión pública durante un período
de sólo dos semanas. Según el Banco Mundial, ese tiempo es suficiente para justificar el otorgamiento del tramo
final de su Crédito de Ajuste Estructural.
Las ONGs condenan al Departamento Forestal por actuar de mala fe al establecer un período de consulta sobre
los Planes de Manejo de Concesión de Bosques tan irracionalmente corto. También condenan al Banco Mundial
por otorgar el Crédito de Ajuste Estructural después de haber afirmado previamente que un período de consulta
de dos semanas es “obviamente inadecuado”. Como escribiera el Sr. William Magrath del Banco Mundial en
junio del 2002: “Opino que un período de dos meses para la consideración y el comentario público sería lo
deseable. Un mes sería tolerable. Dos semanas es obviamente inadecuado.”
Además, a comienzos de setiembre de 2002 los propios asesores internacionales del Departamento Forestal y
de Fauna de Camboya (pertenecientes a FAO, GTZ, Danida y JICA) solicitaron un mínimo de seis meses para la
consulta a la comunidad y la consideración pública. Escribieron: “Considerando la vasta expansión de las
concesiones y las numerosas comunidades involucradas, es necesario que se otorgue un periodo mayor para la
consulta a la comunidad y la consideración pública. Recomendamos que a largo plazo, el mismo no debe ser
inferior a 6 meses ...”
“La publicación de Planes de Manejo y Evaluaciones de Impacto Social “editados” para su consideración en un
período de apenas dos semanas muestra que el Departamento Forestal y de Fauna mira con desprecio a los
camboyanos que viven en las zonas de bosques. Que el Banco Mundial crea que ese tiempo es suficiente para
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justificar el otorgamiento del tramo final de su Crédito de Ajuste Estructural demuestra que tiene tan poco respeto
por las comunidades locales y los demás miembros de la comunidad de donantes como el Departamento
Forestal”, declaró Eva Galabru de Global Witness.
“Un período corto para la consideración pública ofrece muy pocas oportunidades para el comentario de los
Planes e indica que el Departamento Forestal quiere dar vía libre a las compañías madereras para que
comiencen la tala lo antes posible”, afirmó Andrew Cook del Foro de ONGs.
“Las experiencias en todo el mundo demuestran que una compañía maderera que actúa sin respetar a las
comunidades locales es una compañía maderera que no está interesada en la sustentabilidad. El Departamento
Forestal a nivel nacional ha demostrado ser incapaz de manejar los bosques de Camboya atendiendo al bien
público, pero ¿cuándo aceptará el Banco Mundial que su apoyo al madereo de bosques habitados empobrece
cada vez más a las comunidades? ¿Es ése el mandato del Banco Mundial?” declaró Mike Bird de Oxfam GB.
Las compañías madereras están ahora más cerca que nunca de reiniciar el madereo en zonas de gran
trascendencia para el sustento de muchos pobladores rurales camboyanos. Sin embargo, muchos de los
poblados más remotos situados en las concesiones o en sus cercanías probablemente ni siquiera lleguen a ver
los planes de manejo dentro del plazo estipulado para las consultas.
Artículo basado en información obtenida de: “Grossly inadequate consultation period shows contempt for
Cambodia’s poor”, press release from The NGO Forum on Cambodia, Andrew Cock, correo electrónico:
andrewcock@bigpond.com , enviado por Global Witness Phnom Penh, http://www.globalwitness.org
inicio
- India: la necesidad del control comunitario de los recursos naturales
“No es posible manejar a la Naturaleza en forma correcta a menos que las personas que están más cerca de
ella participen en su manejo y se establezca una relación saludable entre naturaleza, sociedad y cultura. Los
recursos naturales comunes antes se regulaban a través de distintos sistemas de control comunitario
descentralizados. Pero la política estatal de convertir recursos de propiedad comunitaria en recursos de
propiedad del gobierno ha colocado esos recursos bajo el control de burocracias centralizadas, que a su vez los
han puesto al servicio de los más poderosos”.
"Es necesario revertir el proceso de control estatal sobre los recursos naturales que se inició durante el período
colonial. Teniendo en cuenta que las circunstancias socioeconómicas han cambiado y que la presión sobre los
recursos económicos es mayor, se deben establecer nuevos sistemas de control comunitario con un grado
mayor de integración, con herramientas científicas sofisticadas, equitativos y sustentables. Ése es el desafío
principal”.
Cuando más de 50 de nosotros de todo el país (científicos, militantes relacionados con los movimientos
populares por la protección ambiental) firmamos la declaración anterior, donde se expresa una preocupación
compartida en el Segundo Informe Ciudadano (Second Citizen’s Report, 1984-85), estábamos describiendo la
génesis del problema de la degradación ambiental y la alienación de los pueblos locales de los recursos
naturales y también el desafío de establecer el control comunitario sobre los recursos naturales. El proceso de
alienación comenzó aproximadamente en 1860, durante la época colonial, cuando los británicos comenzaron a
“reservar” bosques como fuente de ingresos para el estado y para sus necesidades comerciales e industriales en
la metrópoli, y en 1894 crearon el Departamento Forestal.
Esta política afectó en forma negativa la relación cercana y viva entre los recursos naturales, las poblaciones
tribales y rurales pobres, que dependen en forma crítica de estos recursos para su supervivencia. Si bien el
llamado “manejo científico” puede haber servido a las necesidades estratégicas de los colonizadores, llevó a la
destrucción de la riqueza del bosque perteneciente a los pueblos, por una parte, afectando negativamente un
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estilo de vida y una cultura saludables, y por otro, golpeando su propia base de supervivencia y a una gran
civilización que había generado una relación sana entre naturaleza, cultura y sociedad.
Este documento (cuya versión completa –en inglés- está disponible en la dirección web que figura al final del
artículo) trata los grandes temas mencionados de las tierras comunales (todos las tierras menos las privadas),
desde nuestra experiencia de base de más de dos décadas, hasta la difícil lucha contra la mafia forestal y los
cambios en las políticas y en el terreno legal en favor de un manejo de los recursos naturales centrado en la
gente local.
También analiza el desafío más grande de restablecer, en el contexto actual, por una parte el control y el manejo
comunitario de recursos naturales como el agua, los bosques, la tierra y los minerales por un lado, y por otro el
autogobierno. Esto se puede lograr mediante la adopción de un enfoque holístico y multidisciplinario para
abordar los temas de manejo de bosques y tierras comunales que nos lleva al centro de nuestras nociones de
“progreso” y “civilización”. Lo que necesitamos es un segundo movimiento de liberación, que coloque los temas
del control del pueblo sobre los recursos de supervivencia y el “autogobierno” en el orden del día nacional, una
tarea que nuestro movimiento de liberación dejó sin terminar.
Introducción a "Community control", por S.R. Hiremath, publicado en la revista "Seminar", edición N° 499, marzo
de 2001 ; http://www.india-seminar.com/2001/499/499%20s.r.%20hiremath.htm
inicio
- Nepal: una experiencia de manejo comunitario de bosques
Hasta fines de los años 1970, el enfoque del manejo comunitario de bosques en Nepal implicaba relaciones entre
la comunidad y los recursos similares al sistema indígena de manejo de bosques predominante en las montañas
de Nepal.
Durante la década de los 80 y principios de los 90, el manejo comunitario de bosques se convirtió en un
programa gubernamental prioritario y el nuevo marco de políticas establecido implicó una interfaz entre las
comunidades, los recursos naturales y la burocracia gubernamental.
Más adelante, el manejo comunitario de bosques fue comprendido y conceptualizado en términos de relaciones
entre los interesados. Han surgido y crecido, en un número cada vez mayor, grupos de usuarios de los bosques
comunitarios, organismos prestadores de servicios y organizaciones con diversos intereses, que ejercen entre sí
una influencia mutua.
El marco legal actual ha legitimado el concepto de Grupo de Usuarios de Bosques Comunitarios como una
institución independiente, autónoma y que se autogobierna, responsable de proteger, manejar y utilizar toda
parcela de bosque nacional con una definición clara de los límites del bosque y de los miembros del grupo de
usuarios.
Los Grupo de Usuarios de Bosques Comunitarios deben conformarse de forma democrática y registrarse ante la
Oficina Forestal del Distrito con un Estatuto de Constitución de Grupo de Usuarios de Bosques Comunitarios,
que define los derechos de los usuarios con relación a un bosque en particular. El bosque se entrega a la
comunidad una vez que los miembros respectivos, a través de una serie de consultas y procesos, preparan el
Plan Operativo --un plan de manejo del bosque-- y lo presentan al Funcionario Forestal del Distrito para su
aprobación.
Actualmente existen en Nepal cerca de 12.000 Grupos de Usuarios de Bosques que se han formado a lo largo
de un período de 14 años, con casi 1,2 millón de hogares miembros, aproximadamente el 20% de la población
del país, que han asumido la responsabilidad de manejar cerca de 850.000 hectáreas de bosques, casi el 16%
del total de las zonas de bosques del país.
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El proceso de manejo comunitario de bosques ha contribuido a mejorar las condiciones de los bosques y también
a reducir el tiempo invertido en recolectar productos del bosque, mejorando así el sustento de la comunidad.
También ha favorecido la cohesión social, integrando a quienes habían sido excluidos de los procesos sociales y
políticos predominantes, y ha aumentado el conocimiento y las capacidades técnicas relacionadas con el manejo
del bosque y la organización de dicho manejo, así como el desarrollo del liderazgo y de la comunidad a través de
diversas actividades de capacitación, talleres y salidas de aprendizaje a nivel comunitario, gubernamental y no
gubernamental. Los Grupos de Usuarios de Bosques han podido generar capital financiero a partir de la venta de
productos del bosque, gravámenes y subvenciones externas. A su vez, muchos de esos Grupos de Usuarios de
Bosques han establecido programas de crédito con bajo interés así como concesiones para los miembros de los
hogares con menores recursos.
Pero todavía quedan problemas por solucionar que reflejan en muchos casos un débil nivel de gestión de los
Grupos de Usuarios de Bosques. Son ejemplo de esto las medidas que limitan el acceso a los productos del
bosque y han forzado a que los recursos de las familias fueran destinados al manejo de bosques comunales sin
tener seguridad en cuanto a la obtención de los beneficios, o también la marginación de algunos grupos --a
menudo excluidos y subvalorizados-- en esquemas de actores múltiples, con la percepción de que tienen menos
capacidad para tomar decisiones y actuar en virtud de ellas. Es necesario seguir innovando, reflexionando y
modificando los procesos de manejo comunitario de bosques según los contextos locales para abordar temas
sociales como género y equidad.
A pesar de estas carencias, la experiencia nepalesa es una fuente de inspiración para todos los que bregamos
por el manejo sustentable de los bosques y los derechos de los usuarios, ya que ha demostrado que las
comunidades están capacitadas para proteger, manejar y utilizar los recursos de los bosques de forma
sustentable.
Artículo basado en información obtenida de: “Contribution of Community Forestry to People's Livelihoods and
Forest Sustainability: Experience from Nepal”, Dr Bharat K. Pokharel, correo electrónico: bkp@mail.com.np ,
enviado por el autor. El documento completo (en inglés) puede ser consultado en:
http://www.wrm.org.uy/countries/Asia/Nepal.html
inicio
- Tailandia: el FSC debe revocar el certificado de la Organización de la Industria Forestal
En junio de 2001, dos plantaciones de teca manejadas por la Organización de la Industria Forestal (Forest
Industry Organisation - FIO) de Tailandia obtuvieron un certificado de “buen manejo” en el marco del sistema del
Consejo de Manejo Forestal (FSC por su sigla en inglés). Las plantaciones, ubicadas en Thong Pha Phum y
Khao Krayang, fueron evaluadas por SmartWood, una organización sin fines de lucro dirigida por Rainforest
Alliance, una ONG con sede en los Estados Unidos.
A pesar de que la zona certificada cubre menos de un 3,5 % del total del área de plantaciones de la FIO, el
certificado habilita a esta organización a sostener que realiza un “manejo sustentable de bosques”. Antes de que
se realizara la evaluación, Chittiwat Silapat, miembro de la FIO, declaró al Bangkok Post: “Es un paso muy
importante hacia el fin de la deforestación y el comienzo del desarrollo sustentable”.
La FIO es una empresa forestal de propiedad estatal creada en 1947 con el fin de manejar las concesiones
madereras en Tailandia. En los hechos, ha sido responsable de organizar la destrucción de los bosques de
Tailandia hasta que en 1989 se implantó la prohibición de madereo. También ha establecido plantaciones en
140.000 hectáreas de territorio tailandés, a menudo sin el consentimiento de las comunidades locales que hacían
uso de esas tierras. La certificación otorgada por el FSC permite a la FIO encubrir su historia y sus problemas
financieros, que se han agravado desde que la prohibición de madereo privó a la organización de su principal
fuente de ingresos.
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SmartWood no incluyó la historia de la FIO al realizar su evaluación. Jeffrey Hayward, que encabeza el equipo de
SmartWood en Tailandia, explicó que “la certificación es un camino para que cualquier actividad forestal pueda
demostrar que ha cambiado y que está cambiando para mejor. Nuestro objetivo es encontrar soluciones. El
pasado es una parte vital de la historia y del desarrollo, pero ¿qué impacto tiene sobre el presente y el futuro?”
Esto ignora que SmartWood en parte está determinando el “derecho a existir” de la FIO al ignorar la realidad de
la oposición social a su existencia misma. Al describir a SmartWood como una organización que procura
“encontrar soluciones” en este contexto, Hayward está trabajando para encontrar soluciones para la FIO. Y al
parecer SmartWood está dispuesta a llegar lejos para encontrar esas soluciones.
En Tailandia no existen normas nacionales del FSC ni ninguna iniciativa para desarrollarlas. En estos casos, los
organismos de certificación del FSC deben desarrollar una norma provisoria que debe hacerse circular entre los
“interesados” un mes antes de la decisión de certificación. SmartWood no lo hizo; tan solo utilizó sus propias
“Pautas Genéricas de Evaluación de Manejo de Bosques”.
Al enfrentarse a la crítica de que el grado de consulta nacional con las ONGs y la sociedad civil de Tailandia fue
deficiente, Richard Donovan, de RainForest Alliance, y Jeffrey Hayward, de SmartWood, respondieron:
“Consideramos que necesitábamos realizar un proceso agresivo de consulta con los interesados, y así lo
hicimos, no solamente durante la evaluación sino en las visitas posteriores previas a la certificación que realizara
el personal de SmartWood a Tailandia”.
Sin embargo, los pobladores que viven cerca de las dos plantaciones nunca oyeron hablar del FSC ni de
SmartWood. Somsak Ratanawaraha, jefe del poblado de Ban Nam Tok Poi, cercano a la plantación de Khao
Krayang, figura en el Resumen Público de la evaluación de SmartWood como una las personas consultadas.
Cuando se le preguntó por el proceso de consulta de agosto de 2002, declaró: “No hablamos de nada, solamente
me hicieron preguntas. Ellos no hablaron del FSC. No dijeron una sola palabra sobre la certificación. Hablaron
sobre la plantación y sobre lo beneficiosa que iba a ser”.
Virawat Dheeraprasert, presidente de la ONG tailandesa Foundation for Ecological Recovery (FER), comentó:
“Los pobladores locales hasta el momento no conocen en absoluto el proceso de SmartWood ni de la
certificación. No ha habido ningún tipo de participación local. Y esto significa en realidad que el FSC está
apoyando un proceso que viola los principios básicos de la Constitución de Tailandia”
De conformidad con las normas del FSC, SmartWood ha presentado un resumen público de su evaluación de las
plantaciones de la FIO. Según una moción aprobada en la Asamblea General del FSC en 1999, los resúmenes
públicos deben proporcionar información suficiente “para aclarar la correlación entre los resultados específicos
de la evaluación de certificación y los Principios y Criterios del FSC”.
El resumen público de SmartWood no lo hace. Por ejemplo, establece 26 condiciones que debe cumplir la FIO
para mantener la validez del certificado, pero el resumen público no explica a qué principios y criterios del FSC
se refieren esas condiciones.
Quince de estas condiciones debían ser cumplidas en forma inmediata o en el plazo de un año a partir de la
emisión del certificado. En agosto de 2001, Donovan y Hayward escribieron: “Deben cumplir nuestras
condiciones o se les revocará el certificado”.
Para verificar si la FIO había cumplido efectivamente las condiciones, SmartWood volvió a Tailandia en mayo de
2002 y realizó una auditoría del primer año. Encontraron que la FIO no había cumplido cinco de las condiciones y
había cumplido sólo parcialmente otras siete. Sin embargo, en vez de revocar el certificado como habían
prometido, emitieron una serie de “requisitos de medidas correctivas” con nuevos plazos.
La FIO esperaba que la auditoría del primer año de SmartWood también incluyera la evaluación de cinco
plantaciones más para su posible inclusión en el certificado del FSC. Sin embargo, SmartWood recomendó que
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una de esas plantaciones, Ta Pla, debía “no ser considerada como posible candidata al grupo certificado” con el
argumento de que “existen problemas de tenencia de la tierra” que “presentan un alto riesgo de incumplimiento
del Principio 2[del FSC]”. La FIO retiró entonces esta plantación de la evaluación y SmartWood evaluó las cuatro
plantaciones restantes. Después de una gira ultrarrápida de seis días en territorio tailandés, que incluyó visitas a
cinco plantaciones, SmartWood concluyó que: “Lamentablemente, durante las visitas de auditoría en sitio, se
constataron que hay zonas importantes en las que se debe mejorar para que las mismas cumplan con los
Principios 2, 3 y 5 del FSC”. Pero sólo hay más información al respecto en la “sección confidencial” del informe
de auditoría de SmartWood.
Dos de las plantaciones de la FIO siguen estando certificadas. Según Virawat Dheeraprasert: “El fracaso en la
puesta en práctica de las condiciones durante este primer año nos lleva a exigir al FSC que revoque la
certificación”. Y agregó: “No es necesario hablar de ampliar las áreas certificadas, en este momento alcanza con
que el FSC revoque las dos áreas que hoy están certificadas.”
Por: Chris Lang; correo electrónico: chrislang@t-online.de
El WRM realizó un informe sobre la certificación de la FIO, al que pronto se podrá acceder en nuestro sitio web
http://www.wrm.org.uy . El informe incluye una crítica al resumen público de SmartWood y una comparación de la
realidad de las plantaciones de la FIO con los principios y criterios del FSC.
inicio
OCEANIA
- Australia: establecimientos agrícolas de Tasmania que alimentaban a la gente ahora alimentan fábricas
de astillas
Preolenna, en el noroeste de Tasmania, ha cambiado radicalmente con relación a lo que solía ser hace apenas
cinco años (ver Boletín N° 36 del WRM). Según el plan del Gobierno Federal denominado Plantations 2020
Vision ( http://www.plantations2020.com.au ), esta comunidad que supo ser agrícola ha visto cómo sus predios
rurales que solían proveer alimento a la gente han sido convertidos para proveer madera a las fábricas de
astillas. El modelo de plantaciones a gran escala de monocultivo de árboles ha arrasado más de 35 pueblos
agrícolas en el noroeste interior, desde Circular Head a Wilmot.
Dos antiguas residentes (Colleen Dibley y Evelyn De Vito) han denunciado ante una comisión nacional de
revisión que desde 1997 a 2001, trece casas y once granjas lecheras fueron arrasadas con excavadoras para
dar paso al cultivo de árboles, después de la venta de las granjas y la mudanza de las familias. La Sra. Dibley
declaró ante la comisión que en los últimos cinco años se perdieron 187 puestos de trabajo en el noroeste desde
que las granjas fueron convertidas en plantaciones de monocultivos destinados a la producción de astillas.
En 1995, la industria láctea empleaba en forma directa 26 personas en 16 importantes establecimientos de
cultivo y producción láctea en Preolenna y Meunna. Este año no hay ningún empleado en esas granjas. También
había cinco trabajadores rurales empleados, hoy ya no existen esos puestos de trabajo. Durante el mismo
período, el número de personas empleadas en la industria de las plantaciones, que se ha expandido en forma
importante, se ha estancado. En Preolenna, lo que antes era una comunidad rural productiva activa se ha
convertido en un paisaje silencioso, infestado de malezas, propiedad de dos compañías madereras y “ahora es
una comunidad dormitorio, donde los pobladores trabajan fuera del distrito o dependen de la asistencia social”.
En consonancia con los cambios en las condiciones económicas, Telstra eliminó su torre de telefonía móvil y se
retiró la red de electricidad. La Sra. Dibley afirmó que las compañías madereras no eligieron tierras no aptas para
la agricultura, sino tierras agrícolas clase tres y cuatro o de primera categoría. La Sra. Dibley declaró ante la
comisión que si bien las compañías madereras Gunns y Forest Enterprises habían afirmado en forma reiterada
que no utilizarían suelos de primera categoría, la publicidad de su esquema de inversión mostró una imagen
diferente. "Gunns realiza un proceso riguroso de selección y evaluación de sitios. Nuestros sitios están ubicados
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en suelos de gran fertilidad con lluvias abundantes y confiables”. Afirmó que salvo por dos casas, Meunna ya no
existe, y que en su lugar se levanta una enorme plantación de monocultivo industrial de Eucalyptus nitens que
solamente brinda empleo ocasional a cuadrillas de trabajadores forestales.
En 1999, las zonas de Waratah-Wynyard y Burnie tenían más plantaciones que cualquier otra área
gubernamental local de Tasmania, y la plantación se intensificó a partir de principios del año 2000. Pero el
desempleo en estas zonas está entre los más altos del estado, y la población sigue disminuyendo. La Sra. Dibley
afirmó ante la comisión que, sólo por la destrucción de las granjas lecheras, el Consejo de Waratah-Wynyard
había perdido cerca de 4 millones de dólares australianos por año.
Pero los cambios no se produjeron en silencio. A pesar de la división creada entre los vecinos, en 1999 y 2000,
Preolenna fue tema de numerosos artículos periodísticos, cuando el grupo cada vez más escaso de residentes,
incluidos los granjeros que vendieron sus tierras contra su voluntad, vieron las consecuencias de la destrucción
de la base económica de la comunidad.
A su vez, la Comisión de Referencia de Asuntos Rurales y Regionales y del Transporte, del senado australiano,
está examinando los impedimentos para la industria de las plantaciones. El plazo para las presentaciones finalizó
a fines de agosto y la comisión está examinando, entre otras cosas, qué impedimentos existen para alcanzar los
objetivos del plan Visión 2020 y si se debe modificar la estrategia. “Si Preolenna es un ejemplo de lo que sucede
cuando existen ciertos impedimentos para la instalación de la industria maderera, no quiero ni imaginar lo que
ocurriría si se eliminaran esos impedimentos”, dijo la Sra. Dibley.
Artículo basado en información obtenida de: “Fighting wave of change at Preolenna”, Helen Kempton, The
Advocate, Saturday Extra, 19 de octubre de 2002, enviado por Brenda Rosser, correo electrónico:
shelter@tassie.net.au
inicio
- Papua Nueva Guinea: devolución de tierras tradicionales impide destrucción de bosques por madereo y
plantaciones de palma aceitera
Los propietarios de las tierras tradicionales de Maisin y Wanigela, en el área de Collingwood Bay en la Provincia
Oro, tienen mucho para celebrar.
En mayo de 2002, el Tribunal Nacional de Waigani devolvió las tierras tradicionales que habían sido arrendadas
al estado a comienzos de 1999, según un contrato de arriendo-retroarriendo con la Keoro Development
Corporation, una compañía terrateniente local. El plan era despejar el área para dar lugar a plantaciones de
palma aceitera. Las tierras en cuestión abarcaban 38.000 hectáreas de rico suelo volcánico con una extensa
zona de bosque.
Los pobladores de Collingwood Bay consideraron ilegal el “arriendo” de sus tierras, por lo que decidieron hacer la
prueba de iniciar un juicio para determinar si el imperio de la ley y la justicia puede ser ignorado por las empresas
mineras, sus agentes e individuos corruptos a nivel de gobierno.
Según la mayoría de los propietarios de tierras, solamente unos pocos habían firmado el arriendo, sin consultar
en forma adecuada a varios propietarios tradicionales de Collingwood Bay. La victoria judicial eliminó la amenaza
del madereo y la conversión a monocultivos de árboles en tierras cuyos propietarios pueden desarrollar
empresas comunitarias autogestionadas en pequeña escala sin destruir los bosques.
Este logro también representa un motivo de aliento para otros propietarios de tierras que enfrentan problemas
similares para reclamar tierras que les fueron expropiadas sin su consentimiento, y para afirmar su derecho a
participar en las discusiones sobre el uso de sus tierras. Por ejemplo, los propietarios de tierras de
Kuinga-Aimbak en la provincia Occidental también están luchando para detener las operaciones madereras en
su zona.
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Hubo cuatro días de celebración, a la que concurrieron amigos de dentro y fuera de PNG que colaboraron con
los propietarios de tierras en su larga batalla, como Greenpeace, Environmental Law Center y Conservation
Melanesia. Los invitados recibieron una lluvia de obsequios de todos los poblados y fueron agasajados con una
ceremonia tradicional con grasa de cerdo, como muestra de respeto y agradecimiento por su apoyo. “A diferencia
de nuestros antecesores y ancestros que pelearon batallas con lanzas y palos, nosotros dimos esta batalla con
papeles y lapiceras, porque nuestra tierra nos fue robada con papeles y lapiceras”, afirmó un propietario de
Collingwood Bay.
Aunque el resultado les fue favorable, esta prueba ha sido muy dura para los pobladores y ha significado
cambios permanentes en sus vidas. Tuvieron que hacerse cargo de los onerosos costos del juicio y se vieron
obligados a tomar decisiones que afectaron la seguridad y el bienestar de sus familias y que en mayor medida
implicaron un riesgo para sus propias vidas.
Artículo basado en información obtenida de: “Landowners celebrate reclaimed land”, Raymond Palangat,
Conservation Melanesia, correo electrónico: momis@global.net.pg
inicio
GENERAL
- El Banco Mundial apoya el madereo en bosques tropicales primarios
El 30 de octubre el Directorio Ejecutivo del Banco Mundial aprobó una nueva Política sobre Bosques. Después
de uno de los procesos de consulta más largos y controvertidos de la historia del Banco, la política revisada fue
aceptada tras dos días de fuertes debates sin precedentes hasta el momento, a pesar de las objeciones de
algunos gobiernos. Si bien todavía falta la publicación oficial del texto final de la política, los elementos
principales ya están claros. Revirtiendo la política de 1991 que prohibía al Banco Mundial la financiación del
madereo en bosques tropicales húmedos primarios, esta nueva política está dirigida, por el contrario, a evitar que
las actividades del Banco causen daños “significativos” a “bosques críticos”, al mismo tiempo que establece que
los proyectos de manejo de bosques deberán estar sujetos a certificación.
La mayoría de las ONGs exigieron mantener la prohibición de realizar actividades de madereo en bosques
primarios, y que la misma se extienda a los bosques boreales, templados y tropicales secos. Estas
organizaciones están muy preocupadas porque temen que la falta de claridad respecto a cuánto daño
considerado “significativo” y a la definición de bosques “críticos” permitirá que se continúen instrumentando
numerosos proyectos destructivos. Otro tema prioritario para las ONGs es la falta de medidas de salvaguardia
efectivas que protejan los derechos de los vulnerables pueblos de los bosques. Los mecanismos de protección
ofrecidos a los habitantes de los bosques en los proyectos de manejo de bosques no se han extendido para
incluir a los habitantes de los bosques afectados por los préstamos no relacionados con el manejo de bosques.
La nueva política también se basa en los procedimientos de la política de hábitats naturales existente, que, en
opinión de algunos críticos, permite en realidad la destrucción de los hábitats críticos, los que quedan librados al
criterio de los Vicepresidentes Regionales del Banco.
Uno de los temas más debatidos en el Directorio fue si esta política se debe aplicar a los préstamos de Ajuste
Estructural y programáticos, que actualmente constituyen más de un tercio del total de préstamos del Banco
Mundial. La nueva política no se aplica a esos préstamos, pero se llegó a un acuerdo de compromiso en el
Directorio por el cual se exige que los Vicepresidentes Regionales soliciten opiniones técnicas para determinar si
esos préstamos podrían causar daños “significativos” a los bosques. Este requisito, sin embargo, no estará
escrito en la Política. En vista de la naturaleza controvertida de la nueva política, el Directorio solicitó además un
análisis independiente de la instrumentación de la nueva política en un plazo de tres años.
Por: Marcus Colchester, Forest Peoples Programme, correo electrónico: marcus@fppwrm.gn.apc.org
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- El FSC está engañando a los consumidores
Un comunicado de prensa emitido reciente por el FSC del Reino Unido afirmó que la etiqueta del FSC en la
madera y los productos de madera brinda al público una “garantía de que la madera utilizada proviene de
bosques manejados según las normas ambientales, sociales y económicas más exigentes” y que “toda persona
que compre productos certificados por el FSC está ayudando a garantizar un futuro más seguro para los bosques
de la tierra y para los pueblos y fauna que dependen de ellos”.
Sin embargo, un nuevo informe que publicará Rainforest Foundation antes de la Asamblea General del FSC en
noviembre, demuestra que esas afirmaciones no resisten un análisis en profundidad y que el FSC está
engañando a la opinión pública sobre la confiabilidad de sus procedimientos de certificación. El informe se basa
en 18 meses de investigación e incluye estudios de caso detallados de certificaciones del FSC y “procesos del
FSC” nacionales “problemáticos” en Brasil, Canadá, Indonesia, Irlanda, Malasia y Tailandia (ver artículo de Chris
Lang en este boletín).
Los Principios y Criterios del FSC para la evaluación y certificación de actividades de madereo han sido
ampliamente apoyados por diversas ONGs a nivel internacional (si bien existen grandes reparos con relación al
Principio 10 sobre plantaciones, como se discute en otro artículo de este boletín). Sin embargo existe abundante
evidencia de que muchos certificados del FSC fueron concedidos a compañías madereras que incumplen
seriamente los Principios y Criterios del FSC.
Rainforest Foundation cree que una de las razones subyacentes para esto es que los certificadores acreditados
del FSC tienen fuertes intereses creados a nivel empresarial en asegurar resultados “exitosos” de las
“evaluaciones” de certificación (sin tener en cuenta si la compañía maderera cumple realmente con los Principios
y Criterios del FSC). Los organismos de certificación compiten en un mercado feroz para vender sus “servicios”
de certificación a clientes (o sea, compañías madereras) que desean las “oportunidades de mercado” que
representa el logotipo del FSC. Esto ha llevado a rebajar las normas y el rigor con que se evalúa realmente a las
compañías madereras. El informe de Rainforest Foundation documenta ejemplos en los que compañías
certificadas han cometido abusos graves de los derechos humanos, están talando bosques tropicales primitivos
que contienen algunas de las especies de fauna más amenazadas del mundo, y han afirmado mentirosamente
que cumplen con los requisitos de certificación del FSC.
El Secretariado del FSC, responsable de controlar y disciplinar a los certificadores y de asegurar que se cumplan
los Principios y Criterios, no ha podido o no ha querido poner en práctica medidas que detengan ese abuso. Las
comunidades locales, los pueblos indígenas y las ONGs a menudo son mal informadas o consultadas sobre las
certificaciones, y se han visto enfrentadas a la tarea imposible de cuestionar las decisiones de certificación
después de haberse otorgado los certificados.
En algunos países el “proceso del FSC” ha ayudado a unir a distintos grupos de “interesados”, y ha llevado a
crear normas nacionales de certificación que concilian todos los intereses. En otros, sin embargo, los grupos
ambientales y sociales --a menudo representados por ONGs-- han resultado muy marginados y dominados por
los intereses de la industria maderera. En algunos casos, las normas nacionales de certificación del FSC
resultantes del proceso son menos exigentes incluso que las propias leyes nacionales.
Durante los últimos años, el FSC ha buscado expandir el área certificada, y hacer llegar productos con etiqueta
del FSC a los estantes de los comercios con la mayor rapidez posible. En parte esto es así para poder “competir”
con otros programas de certificación que no se basan en el desempeño, como el Programa de Certificación de
Bosques Paneuropeo (PEFC por sus siglas en inglés). Y por otra parte, también ha sido para satisfacer la
demanda de un número cada vez mayor de grandes procesadores de madera y comerciantes del norte, que han
sido alentados a “solicitar productos certificados por el FSC”. Sin embargo, el “rápido crecimiento” del enfoque
del FSC parece haber alentado una actitud “laxa” a la hora de garantizar que los certificadores se ajusten
realmente a los Principios y Criterios.
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Además, varias “políticas” del FSC actualmente vigentes, como la política de etiquetado “en base al porcentaje”
--que permite colocar la etiqueta del FSC a productos que contengan hasta 70% de material que no proceda
realmente de bosques certificados por el FSC o fuentes recicladas-- fue elaborada específicamente para
favorecer a los grandes intereses industriales, pero es casi imposible de controlar en la práctica. Al mismo
tiempo, para los bosques comunitarios y para quienes los manejan en pequeña escala, resulta extremadamente
difícil y costoso obtener o conservar la certificación del FSC.
Rainforest Foundation considera necesario una urgente reforma estructural, política y práctica para que el FSC
sobreviva como mecanismo creíble de certificación del manejo de bosques ambientalmente adecuado,
socialmente beneficioso y económicamente viable. El nuevo informe de Rainforest Foundation detalla varias
propuestas de reforma. Y lo que es más importante, el FSC debe tomar medidas inmediatas para evitar que se
otorguen nuevos certificados a compañías madereras que no cumplen realmente con los Principios y Criterios. El
FSC debe apuntar a competir con otros programas de certificación en calidad y no en cantidad.
El informe de Rainforest Foundation, “Trading in Credibility: the myth and reality of the Forest Stewardship
Council” estará disponible a partir del 20 de noviembre en el sitio web http://www.rainforestfoundationuk.com , o
por correo electrónico rainforestuk@rainforestuk.org .
Por: Simon Counsell (Director RFUK), correo electrónico: simonc@rainforestuk.com , y Kim Terje Loraas (Policy
Officer RFUK), correo electrónico: kim-lor@online.no .
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- Langostino Tropical versus Manglares
La Convención sobre Humedales Ramsar se firmó en la ciudad de Ramsar, Irán, en 1971, y entró en vigor en
1975. Ramsar es el único convenio medioambiental que se ocupa de un ecosistema específico: los humedales.
Los humedales, como reconoce la Convención Ramsar, cumplen funciones ecológicas fundamentales, como
reguladores de los regímenes hidrológicos y como hábitat de una muy rica biodiversidad, y constituyen un
recurso de gran importancia económica, cultural, científica y recreativa que debe ser preservado.
Los manglares, bosques costeros situados en las áreas tropicales y ecuatoriales del mundo, son parte de estos
humedales. Y actualmente están gravemente amenazados. Según la FAO, más del 50% de los manglares ha
desaparecido ya. Hoy, la principal causa de desaparición de los manglares es la expansión de la industria
camaronera, que cultiva camarón o langostino tropical en las áreas costeras de los países pobres para exportarlo
a países ricos como España, EE.UU. o Japón. De hecho, gran parte de los langostinos que encontramos hoy en
los mercados proceden de la destrucción de los ecosistemas costeros en países del Sur y del desplazamiento
obligado de las poblaciones locales.
La Resolución VII.21, tomada en la Séptima Conferencia de las Partes de la Convención Ramsar sobre
Humedales (Costa Rica, 1999), reconoce el valor económico, social y ambiental de humedales como los
manglares para la pesca, la biodiversidad, la protección de las costas, las actividades recreativas, la educación, y
la calidad del agua. Reconocía que el sustento de un número considerable de poblaciones depende de la
productividad y el valor de los humedales situados en zonas de intermareales, y también mostraba la
preocupación por el avanzado proceso de degradación en que se encontraban una gran proporción de
humedales costeros, principalmente a causa de la acuicultura no sostenible y la contaminación.
Por todo lo anterior, la Convención instaba a las Partes Contratantes --es decir, a los estados-- a suspender la
promoción y creación de nuevas infraestructuras para actividades de acuicultura insostenibles y dañinas para los
humedales costeros, incluyendo la expansión de las ya existentes, hasta tanto no se identifiquen, mediante
evaluaciones del impacto ambiental y social de tales actividades, junto con los estudios apropiados, las medidas
tendientes a establecer un sistema sostenible de acuicultura que esté en armonía con el medio ambiente y con
las comunidades locales.
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BOLETIN 64 del WRM
Noviembre 2002
Esta resolución, por desgracia, no se está cumpliendo. Por ello, Greenpeace y Red Manglar (una red que reúne
ONGs de Ecuador, Honduras, El Salvador, Guatemala, México, Brasil y Colombia que trabajan en la defensa de
los manglares) llevarán a la Octava Conferencia de las Partes de la Convención de Ramsar, que se celebra en
Noviembre en Valencia, una demanda muy concreta con respecto a los manglares: una moratoria en la
expansión de la industria camaronera.
Sin esta paralización, no podremos salvaguardar estos ecosistemas, e impediremos que las poblaciones locales
que dependen de ellos tengan una oportunidad distinta a la pobreza o la emigración. La Octava Conferencia de
las Partes de la Convención de Ramsar es quizá, una de las últimas oportunidades de frenar la destrucción de
los únicos bosques que pueden vivir con sus raíces sumergidas en la mar.
Por : Eva Hernández, artículo enviado por CODDEFFAGOLF, correo electrónico: cgolf@sdnhon.org.hn
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- ONG danesa censurada por proteger los bosques tropicales
De acuerdo a la Agencia Danesa de Protección de la Información, la ONG ambientalista Nepenthes no puede
asesorar a los consumidores daneses para que no compren en tiendas donde corran el riesgo de adquirir
muebles de jardín cuya producción haya contribuido a la destrucción de bosques tropicales.
La Agencia Danesa de Protección de la Información (Datatilsynet) ordenó a Nepenthes que elimine su "Lista
negra" de comercios minoristas de la página web: http://www.tropetrae.dk . La orden fue emitida después de que
la Federación Danesa de Comercio de Madera se quejara ante la Agencia a nombre de la compañía de muebles
de madera, Kircodan Furniture, una de las compañías que figuran en la Lista negra. "Resulta muy lamentable
que Kircodan Furniture y la Federación Danesa de Comercio de Madera intenten reprimirnos en vez de cambiar
su perfil comercial. Sería mejor que gastaran su energía en ofrecer a sus clientes productos de madera con la
etiqueta de producción sustentable del FSC”, afirmó Jacob Andersen, Presidente de Nepenthes.
La Agencia Danesa de Protección de la Información caracteriza el caso como una “nueva delimitación” de la
legislación, y por lo tanto resulta sorprendente y lamentable que la Agencia esté de acuerdo con la opinión de la
Federación Danesa de Comercio de Madera sobre el caso. Con la nueva delimitación de la ley, la Agencia de
Protección de la Información restringe en un grado importante la capacidad de las ONGs de asesorar a los
consumidores contra la compra en ciertas firmas. “Mediante esta acción, se amputa la función fundamental de
las ONGs y organizaciones de consumidores de mantener una vigilancia crítica y promover el debate en la
sociedad. Eso por supuesto es totalmente inaceptable”, dijo Jacob Andersen. El comercio ilegal de madera se
considera una de las causas más importantes de la destrucción masiva de los bosques tropicales que tiene lugar
en muchos países, y los gobiernos de los países pobres que poseen bosques tropicales pierden miles de
millones de dólares por año debido al contrabando de madera destinado a los mercados occidentales.
“La decisión de la Agencia Danesa de Protección de la Información no sólo permite que continúe el comercio
ilegal de madera, sino que le brinda condiciones mejores que antes, ya que considera ilegal el intento de disuadir
a los consumidores de comprar en compañías que no hacen lo suficiente para evitar la comercialización de
madera producida en forma ilegal y destructiva”, finalizó Andersen.
Comunicado de prensa de Nepenthes del 31 de octubre de 2002. Para obtener información adicional, ponerse en
contacto con: Jacob Andersen, Presidente de Nepenthes, teléfono: + 45 26 24 12 75 / + 45 66 17 96 27, correo
electrónico: ja@nepenthes.dk ; sitios web: http://www.nepenthes.dk y http://www.tropetrae.dk
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