Evaluación del desarrollo psicomotriz

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TEMA: EVALUACIÓN DEL DESARROLLO PSICOMOTRIZ
1. Derivaciones de la psicomotricidad
1.1. Investigaciones
Las conclusiones más importantes que permite extraer este área pueden resumirse del modo siguiente:
Un mejor conocimiento o una resignificación del conocimiento previo del funcionamiento del S.N. desde el
que se ha seguido profundizando en la organización neural y conductual de los movimientos.
•
Un conocimiento sistematizado del desarrollo psicomotor, entendido como una unidad indisoluble.
•
La necesidad de detección temprana o diagnóstico precoz de deficiencias o minusvalías, ya que la
estimulación aferente adecuada puede permitir que sean suplidas funciones inexistentes o se desarrollen
normalizadamente funciones que presenten anomalías.
•
Los contenidos esenciales de la evaluación e intervención psicomotriz en términos de Funciones Básicas del
Desarrollo y que fundamentalmente son: La sensorialidad; la Motricidad gruesa, en la que están
comprometidos los movimientos amplios que involucran a la mayor parte del cuerpo, como son las pautas
evolutivas postulares; la Motricidad fina, que implica movimientos de coordinación visomotriz como la
prensión en pinza entre el índice y el pulgar y la Coordinación y Configuración del Esquema Corporal.
1.2. La corriente psicopedagógica
Existe un acuerdo general en señalar a Picq y Vayer como los autores que dieron carácter definitivo a esta
orientación a partir de la publicación de su libro Education Psychomotrice et Arriération Mentale en 1960.
Para estos autores los contenidos fundamentales se agrupan en tres categorías:
• Las conductas motrices tales como el equilibrio, la coordinación corporal y la coordinación oculo−manual.
• Los movimientos relacionados con la relajación y contracción muscular, con especial incidencia en la
Paratonía (problemas relacionados con la reacción muscular) y en las Sincinesias (relacionadas con la
contracción muscular) así como los movimientos relacionados con la Lateralidad (dominancia motora).
• Los comportamientos perceptivo−motrices relacionados con la organización espacio−temporal.
Fundamentalmente la aportación de estos autores consiste en ejercicios dirigidos a mejorar estos objetivos o a
actuar contra ellos en el caso de la segunda categoría. Las técnicas empleadas en el examen psicomotor están
basadas en la observación, preferentemente en situación de examen o test; estas técnicas existían con
anterioridad, como es el caso de los Tests de Oseretzky, antigua sistematización que Guilmain había revisado
y adaptado en 1936, e igualmente la sistematización derivada de los estudios de Stamback o la técnica de
Galifret−Granjon
La propuesta de Lapierre y Aucouturier (1973) enfatiza la organización perceptiva y la necesidad de atender el
aprendizaje de las nociones básicas. Desde estas posiciones se extiende una mayor preocupación por el
rendimiento escolar y, por tanto, por los contenidos cognoscitivos que progresivamente irá abriendo el camino
de los programas de evaluación e intervención curriculares que se van apartando de la referencia normativa
según pautas de desarrollo, estadios y fases, para centrarse en la referencia intrasujeto y la utilización de
1
perfiles en lugar de cocientes, edades de desarrollo y edades madurativas.
2. Procedimientos tradicionales para la evaluación del desarrollo
Con carácter orientativo podemos enunciar los indicadores evolutivos generales:
• Andar automático al nacer (desaparece alrededor de los 2 meses)
• Reptación entre los 2 y 3 meses.
• Control de la cabeza recta alrededor de los 3 meses.
• Posición sedente con ayuda y gateo a partir de los 6 meses.
• Posición erecta del cuerpo con ayuda para sostenerse a los 8 meses.
• Se sostiene por sí mismo y camina sujeto alrededor de los 9 meses
• Caminar sin ayuda a partir de los 10 meses.
• Carrera y subida y bajada de escaleras alrededor de los 24 meses
• Técnicas de Oseretzky
• Los aspectos que pretende evaluar son los siguientes:
• Impresión general; evolución postural de la cabeza, tronco y extremidades; "Pose"; Características
expresivas (generales, de la cara, mímica, risa, llanto); Marcha; Gesticulación; Habla; Apretón de
manos; Escritura; Movimientos automáticos y de defensa y Movimientos anormales.
• La Escala Métrica se centra en las características de los movimientos y considera los siguientes
aspectos:
• Coordinación estática, Coordinación dinámica de las manos, Coordinación dinámica general, Rapidez
en los movimientos, Simultaneidad de los movimientos y Sincinesias.
• Esta escala requiere la utilización de un material estandarizado y recoge observaciones de respuestas
que se elicitan mediante instrucciones verbales, concediéndole al sujeto uno o más ensayos para
comprobar la ejecución. De los resultados directos se deriva una Edad Motora y un Cociente Motor.
• Escala de Brunet−Lezine
• Dispone de una entrevista inicial para conocer las características del ambiente o entorno del sujeto,
con el objetivo de detectar posibles indicadores de retraso y condiciones deficitarias en cuanto a la
atención que el desarrollo de los primeros meses requiere.
• Las áreas del desarrollo que se evalúan son la sensorio−motriz, los movimientos postural, la
coordinación y el lenguaje.
• Evalúa los niños de 0 a 5 años. Cada una de las edades queda evaluada con 10 ítems. Cada bloque de
10 ítems consta de 6 ítems que son tests situacionales que permiten observar el comportamiento de
modo directo y 4 son contenidos sobre los que se entrevista a un allegado.
• Esta prueba permite determinar un cociente de Desarrollo, comparando la Edad de Desarrollo con la
Edad Cronológica.
• Técnicas para el diagnóstico del desarrollo de Gesell
• Esta técnica sigue una serie de Esquemas Evolutivos en distintas edades consideradas clave: 4
semanas, 1 semanas, 28 s., 40s., 12 meses. 18m., 2 años y 3 años.
• Cuenta con una entrevista semiestructurada inicial (realizada a una persona allegada al sujeto,
generalmente la madre) que permite situar al sujeto en períodos próximos a una edad clave
determinada.
• Las áreas evaluadas son la motricidad, la conducta adaptativa, el lenguaje y el desarrollo
personal−social.
• A partir de los resultados de la entrevista inicial se realiza una evaluación. Los resultados nos
llevarían a la determinación de un Cociente de Desarrollo.
• A parte de las pruebas específicas mencionadas existen otros instrumentos. La evaluación de la
Psicomotricidad forma parte de otros instrumentos estandarizados, generalmente compuestos de
varias escalas. Ej.: Escalas Bayley y Mc Carthy.
• Escalas Bayley Destinada a niños de 0 a 30 meses.
• Están formadas por una escala mental y una escala de Psicomotricidad; el procedimiento utilizado
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para la exploración en ambos casos es la observación directa de comportamientos mediante
procedimientos específicos que se realizan en situación de examen. Los objetivos de evaluación que
se propone la Escala de Psicomotricidad son: el control postural, la coordinación general y las
habilidades manipulativas.
• Escalas McCarthy
• Consta de 6 escalas y entre ellas están la Escala Perceptivo− Manipulativa y la Escala de Motricidad.
(ya hemos visto esta prueba en un tema anterior)
• Existen múltiples procedimientos más o menos sistematizados que atienden aspectos específicos tanto
básicos como extremadamente complejos de forma independiente. A continuación, mostramos los
aspectos de la motricidad gruesa y fina susceptibles de evaluación:
• Motricidad gruesa:
♦ Tono muscular
♦ Desarrollo postural y locomoción
♦ Coordinación
♦ Esquema corporal
♦ Nociones perceptivas básicas
♦ Alto rendimiento
♦ Motricidad fina:
◊ Prensión
◊ Manipulación
◊ Coordinación visomotriz
2.1. La motricidad gruesa
1. El tono muscular
En la movilidad y locomoción hay un compromiso sustantivo del funcionamiento muscular, y
en este funcionamiento aún se puede distinguir un nivel más básico: el tono muscular
responsable de mantener la postura y el gesto.
Puede decirse que las fibras musculares están en constante actividad (tensión−relajación) y
que son anatómicamente las últimas responsables de los comportamientos posturales y de la
expresión o contención de cargas emocionales, en función de la tensión muscular susceptible
de cambios, procedentes de condiciones del organismo y del ambiente.
Por otro lado, desde distintas posiciones se ha enfatizado el importante papel que juega el
tono muscular en lo que se ha dado en llamar "Diálogo corporal" o expresión corporal de
afectos, emociones y experiencias o procesos cognitivos de naturaleza compleja y difícil
determinación en elementos aislados, si bien se ha realizado algunos esfuerzos en orden a una
sistematización de lo expresivo.
De este tipo de asunciones se ha derivado el entendimiento de que existe para cada sujeto
humano un modo específico de habitar el cuerpo y de sentirse en el mundo y de que llega a
constituirse un "hábito tónico" que guarda relación con talantes y sentimientos, con la idea
que se posee de uno mismo y de los demás.
Un ejemplo de sistematización de la evaluación es el de Bucher.
♦ Sistematización de Bucher para la evaluación de la tonicidad.
La comunicación tiene una base importante en el tono muscular, y éste reviste una capacidad
difícil de descomponer en elementos aislables. Su propuesta se basa en tres aspectos
fundamentales: pasividad, relajación y extensibilidad.
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Unidad de exploración
Procedimiento
Observaciones
No resistencia
No contracción
Movilización activa de
miembros inferiores y
superiores
Balanceo
Pasividad
Comprobación en decúbito
supino
Ansiedad, malestar.
Relajación
Rigidez, reticencia
Presión para flexionar brazo,
Satisfacción
antebrazo y muñeca.
Extensibilidad
Tensión Correcta
Flexión de pierna sobre muslo Hiperplaxia
y muslo sobre tronco en
Variaciones bruscas del tono
decúbito dorsal.
Anclaje en la contracción
Recuperación correcta
2. El desarrollo postural y la locomoción.
Las pautas generales de desarrollo han sido expuestas en el apartado dedicado a las escalas
tradicionales para la evaluación del desarrollo y en cuanto a los procedimientos de evaluación
generales volvemos a remitirnos a las escalas que se recogen en el mismo apartado.
3. La coordinación
La coordinación supone la consolidación del control postural en los comportamientos
relacionados con la movilidad de todo el cuerpo, incluyendo la marcha, la carrera y el salto.
De la coordinación depende que estos comportamientos se vayan haciendo progresivamente
más automáticos y más armónicos de tal modo que puedan llegarse a producir movimientos
más complejos.
La evaluación de la coordinación suele abarcar los aspectos siguientes:
◊ Caminar en línea recta
◊ Caminar en círculo
◊ Caminar cambiando la longitud del paso a órdenes
◊ Caminar entre dos líneas paralelas.
◊ Sortear obstáculos caminando
◊ Sortear obstáculos corriendo
◊ Saltar en direcciones prefijadas
◊ Caminar combinando movimientos de brazos y piernas
◊ Desplazamientos del cuerpo combinados con movimientos de brazos a órdenes
◊ Saltar la comba
◊ 4. El esquema corporal
◊ Pieron (1957) define el esquema corporal como la representación que cada uno se
hace de su cuerpo y que le sirve de referencia en el espacio. El cuerpo funciona, pues,
4
como esquema de representación y además constituye el término medio entre el
tiempo y el espacio dando lugar al simbolismo. De estas definiciones se desprende la
importancia que el concepto de esquema corporal tiene.
◊ Este concepto tiene un carácter evolutivo, siendo el cuerpo el primer objeto que el
niño percibe a través de distintos tipos de sensaciones. La formación del esquema
corporal está en función de la maduración del sistema nervioso y de su propia acción,
así como del medio humano.
◊ En la etapa preescolar, el esquema corporal empieza a tomar forma. Una adquisición
deficiente de este concepto puede reflejarse tanto en el plano perceptivo como en el
psicomotor e incluso en el comportamiento interrelacional.
◊ En la adquisición del esquema se pueden distinguir los siguientes períodos:
◊
⋅ De recién nacido a los tres meses. En este período se produce una disociación
de los diferentes dominios funcionales en el siguiente orden de aparición:
⋅ Dominio interoceptivo (sensibilidad visceral)
⋅ Dominio propioceptivo (sensibilidad relacionada con el movimiento, actitud
y equilibrio)
⋅ Dominio estereoceptivo (sensibilidad a las excitaciones exteriores)
⋅ De los cuatro a los doce meses. En esta etapa se establece una coordinación
de la visión y el juego de las manos, lo cual favorece y afirma la relación
entre las sensaciones visuales y propioceptivas.
⋅ Entre el año y los dos años. Al final de este período se suele aceptar que
existe ya la noción del todo corporal puesto que el niño realiza las primeras
imitaciones diferidas, lo que en opinión de muchos supone imágenes
mentales.
A continuación se presentan una serie de técnicas tanto de evaluación de gestos
imitados como de lateralidad, y pautas para evaluar el esquema corporal.
4.1. Escala de Nadine−Galifret−Grajon
Esta prueba es parte de la batería de lateralidad de Zazzo (1976) (teniendo en cuenta
seis de sus pruebas). Dos pruebas pertenecen al área psicomotriz de la mano, dos a la
visión y dos al área motriz del pie.
Pruebas para las manos:
◊ Poner las cartas de una baraja encima de la mesa de una en una, lo más rápidamente
posible. Se le da a elegir la mano con la que quiere empezar (probablemente la
dominante), luego se realiza con la otra. Se observa la precisión y rapidez con la que
lo hace. Se anota el tiempo que tarda y se anota si trabaja el pulgar de la otra mano.
◊ b)Diadococinesia (Títeres)
◊ El examinador hace de ejemplo. Pone el codo en horizontal y el antebrazo en vertical
y mueve rápidamente la mano. Pide al niño que haga lo mismo. Puede empezar a
hacerlo con la mano que quiera y se registra con cual empieza, después se hace con la
otra. Hay que observar las sincinesias. Si no es capaz de hacer estos ejercicios puede
ser que sufra de un trastorno mayor neurológico y requiera observación y exploración
clínica.
◊
Pruebas visuales
⋅ Mirada
⋅ El niño ha de mirar por una cartulina perforada. Ha de mirar un objeto del
suelo a través del agujero. Los brazos los ha de tener extendidos sujetando la
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cartulina, poco a poco se la va acercando a la cara.
⋅
• Puntería visual
Se le pide que mire con un solo ojo dentro de un frasco para ver lo que hay
dentro. Se anota el ojo dominante.
Pruebas para el pie
• Rayuela
• El niño hace como si jugara a la rayuela, saltando con un pie hacia el
final de la sala y dando puntapiés a un trozo de madera. Se anota el
pie con que empieza, luego lo realiza con el otro.
•
♦ Puntapié
El niño da un puntapié a un taco de madera como si fuera una pelota.
Pautas de evaluación del esquema corporal (ver transparencia)
2.2. Coordinación visomotriz
"Test Gestáltico Visomotor" de Bender: Este test se compone de
nueve patrones originales que Wertheimer presentó (Ver
transparencia).
Los supuestos que teóricamente siguen la producción son los
siguientes:
Existe una tendencia a experimentar las gestalten no sólo como
totalidades mayores que sus partes, sino como figuras en estado de
transformación, por lo que la configuración se integra no sólo en el
espacio sino también en el tiempo.
•
La gestalt resultante se compone del patrón espacial original (patrón
visual), del factor temporal de transformación y el factor personal
sensomotor.
•
Este patrón actúa en diversos niveles de maduración o crecimiento y
es condicionado por los estados patológicos orgánicos o funcionales
subyacentes.
Se dispone de una serie de baremos para comparar las ejecuciones de
los sujetos con su edad. Si existen problemas a la hora de realizar la
gestalt puede ser debido a problemas de tipo neurológico o de
personalidad, etc.
Escala Observacional del Desarrollo de Secadas
Se utiliza con niños recién nacidos hasta adolescentes.
La EOD se propone una triple finalidad:
Por una parte, intenta dotar a padres y educadores, así como a los
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estudiosos de la Psicología Evolutiva, de un instrumento diagnóstico
del estado de desarrollo en que se encuentran los niños en el
momento de la exploración.
En la vertiente práctica, se diseña un procedimiento de intervención
educativa destinado a recuperar aquellas formas de conducta en que
los sujetos explorados acusen retraso notable.
En una tercera parte, se describe los procesos y secuencias
temporales de las principales áreas del desarrollo, aspecto que
suponemos de particular interés para el psicólogo y el pedagogo. En
conjunto constituyen un auténtico tratado de Psicología Evolutiva
basado en la observación de la conducta.
La EOD no ambiciona ser un instrumento preciso de medida, por
razones comprensibles cuando se hayan expuesto sus fundamentos y
el proceso seguido en su elaboración. Pero esperamos que aporte un
estimable servicio a la finalidad principal de conocer y educar al
niño.
La diferencia principal de esta escala con otras similares ya
existentes en el mercado estriba en que las unidades de medida de la
EOD se expresan en intervalos de tiempo y no en puntuaciones de un
test o reactivo.
Las escalas evolutivas no suelen utilizar unidades de tiempo sino que
las suponen, creyendo con ello eludir la objeción de que el desarrollo
no es expresable en unidades estrictamente cronológicas, puesto que
un mismo fenómeno ocurre a distinta edad en diferentes medios
culturales, y que sólo el orden secuencial de las operaciones y
esquemas mentales pueden ser objeto de conocimiento científico. La
marcha evolutiva, según esto, no sería mensurable en términos de
edad.
Pero a la postre, toda referencia evolutiva acaba siendo expresada en
períodos de tiempo. El que estos intervalos sean años o meses o que
se amplíen a estadios o períodos no altera la naturaleza cronológica
de la medida, y parece depender de la finura y abundancia de la
información empírica que se posea.
Las escalas métricas proceden, por lo común, de este modo:
Primero, los autores experimentan por sí mismos o por otros la
eficacia de un tipo de reactivo (cubitos, vasos de agua, dibujos,
palabras,...) para distinguir los rendimientos de sujetos de una edad
respecto a los de otras. Así ocurre en Binet, Terman, Gesell, Bailey...
En segundo lugar, averiguan estadísticamente cuántas soluciones a
esos estímulos dan los sujetos medios de cada edad, y normalizan los
resultados según alguna escala de medida: percentiles, puntuaciones
típicas, cociente intelectual o equivalentes.
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Finalmente, sitúan los resultados del sujeto explorado en el punto de
la escala que le corresponde, y le asignan un percentil o un cociente
mental o una puntuación estándar, en relación con las puntuaciones
normalizadas de su edad.
Como contraste, el procedimiento seguido para el diagnóstico podría
definirse como observación retrospectiva guiada por cuestionario. A
los estímulos de tests y escalas se les ha dado la forma de conductas
observables. No se estimula al niño ni se le somete a prueba alguna
estandarizada o de laboratorio sino que, simplemente, se pregunta a
los padres y conocidos, o a él mismo cuando es capaz, si ejecuta
determinadas conductas. Supuesto que estas conductas sean
representativas de la edad en que el niño se encuentra, éste cumplirá
por cada afirmativa una condición de normalidad en su etapa. La
normalidad cronológica se cifraría en el número y calidad de las
conductas que el niño realice de su edad.
Los cuestionarios propuestos describen cada fase del desarrollo. Al
tener cada conducta una edad asignada, es posible hallar la media y
desviación típica de las dimensiones y ordenarlas cronológicamente,
determinando las etapas que las separan, cuando las diferencias entre
ellas sean significativas (aspecto evolutivo).
Las observaciones de presencia o ausencia de las conductas se
depositan en un perfil, sobre el cual queda plasmado el desarrollo
alcanzado por el sujeto. La idea consiste en expresar gráficamente,
sobre unas ordenadas o columnas, el estado evolutivo del niño en
cada rasgo. Para ello, cada ítem del cuestionario tiene asignada una
columna, según la dimensión o rasgo a que pertenece. Sombreando
hasta el nivel alcanzado en todos los rasgos, aparecerá el perfil
evolutivo del niño en el momento actual.
Por tanto en la EOD:
Primero se seleccionan las conductas que describen cada una de las
edades del desarrollo en distintos aspectos o rasgos. A cada conducta
se le asigna la edad promedio en que es observada, en un medio
cultural dado.
Con estas conductas se construye, como segundo paso, un
cuestionario evolutivo, que será ordinal, según el tiempo atribuido a
cada conducta, y diferencial, por los rasgos o dimensiones a que
pertenecen las conductas.
Para apreciar el estado evolutivo del sujeto, bastará pasar el
cuestionario a los padres para que señalen las conductas que se hijo
realiza y aquellas que no han sido observadas, y trazar el perfil.
El perfil es la expresión del estado de desarrollo observable, y se
obtiene directamente de las respuestas dadas por los informadores. El
procedimiento de contestación está dispuesto de modo que las
conductas rodeadas como positivas definan automáticamente el perfil
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evolutivo del niño. Se recomienda explorar, para cada sujeto, además
de las conductas de su edad, las de una edad contigua por encima y
otra por debajo, con lo que el perfil aumentará en precisión.
Cuestiones
Hay una gran desconfianza acerca del valor de la observación. Sin
embargo, la EOD se apoya en el sedimento de muchas observaciones
concurrentes.
La precisión esperada con esta escala no es la misma que en un test o
en un experimento de laboratorio. Pero sí importa que las
observaciones muestren cierta densidad controlable., (que las
conductas observadas sean regulares y frecuentes en el sujeto).
Otra consideración descarta la interpretación estrictamente estadística
de la EOD, y es que los intervalos cronológicos no tienen el mismo
valor en cada edad. Lo que iguala los períodos psicológicamente, es
más bien, el número de observaciones posibles en cada uno. En el
segundo mes de vida se observan quizá más datos relevantes para el
desarrollo que en todo el sexto año. Y conforme los procesos
mentales se hacen complejos, en la misma medida se dilatan en el
tiempo y las unidades psicológicas se alargan. Los años tardíos
pasan, entonces, a tener un valor aproximado de los meses
tempraneros. La comparación estadística no sería válida más que
dentro de períodos próximos, en que los intervalos puedan
considerarse equivalentes. Es lo que se hace en la EOD; y por esta
razón, la Escala se ha dividido en tres grandes períodos de unidades
internamente comparables pero no siempre uniformes con las de
períodos adyacentes:
Primer años: mes a mes.
Segundo años (un año cumplido), subdividido en dos semestres (3º y
4º)
De 2 años en adelante, año a año.
La EOD puede considerarse, pues, verdadera escala por establecer
tramos evolutivos, pero no por la pretensión de exactitud. Las
operaciones estadísticas se toman más como medida de prudencia y
objetividad que de precisión. Los elementos no son despojados de su
connotación cronológica, al plasmarlos en un perfil gráfico de
ausencias y presencias. Cada conducta lleva aneja la edad media en
que es observable. Cada conducta es cronológica.
Al optar por uno u otro tipo de control (experimental u
observacional), merece especial atención otro aspecto dual, de orden
cualitativo y cuantitativo.
Cualitativamente, el experimento se ve limitado a reactivos
mensurables pero, a menudo, carentes de significación en la vida del
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niño; por ejemplo, elegir cubitos de madera para determinar si el niño
hace torres de 2,3,4, ó más elementos a determinadas edades, dejando
al margen hábitos como el de "llevar el osito de peluche a la cama" o
el de "saber manejar los cubiertos en la mesa" o "vestirse y asearse
sin ayuda de la mamá"
El argumento cuantitativo es el que más ha influido en la gestación
de la presente Escala. Con el margen de error inherente a la
observación individual, el número de observadores se multiplica
potencialmente al infinito mientras que el de experimentadores ha
sido siempre muy limitado. Y el de beneficiarios también con lo que
adquiere rango y trascendencia social. De esta manera será más fácil
hacer una detección masiva de los posibles niños con dificultades que
requieran tratamiento. Actualmente esta colaboración ampliada se
solicita con verdadera urgencia por quienes aspiran a la detección de
los casos problemáticos o de riesgo y al mejoramiento de las capas
sociales desasistidas.
SINCINESIA: Capacidad de evocar un movimiento en u grupo
muscular distante mediante la actividad propositiva o involuntaria de
otro grupo de músculos. Son conocidas las sincinesias de *imitación,
que consisten en la reproducción en un miembro contralateral de la
actividad propositiva que se efectúa con el otro miembro.
En un *sistema nervioso inmaduro son frecuentes las sincinesias sin
que sean patológicas. Ej.: el niño que saca la lengua mientras intenta
trabajosamente escribir. En los enfermos neurológicos se aprecian
frecuentes sincinesias. Ej.: elevación del brazo paralizado de un
hemipléjico cuando bosteza.
La *maduración motriz posibilita el que los músculos y grupos de
músculos trabajen de forma aislada y puedan, a su vez, combinarse
en patrones complejos
DIADOCOCINESIA: Capacidad para realizar de forma rápida y
sincronizada movimientos antagónicos y sucesivos (p. ej.,
*pronación y *supinación alternante de las manos). El término fue
creado por Babinski en 1902. La asusencia o pérdida de esta
capacidad se denomina adiacinesia. La posibilidad de realizar
bilateralmente estos movimientos alternantes implica la desaparición
o debilitamiento de las *sincinesias asociadas y la maduración de
patrones sinergéticos. Por esta razón, los *tests dde desarrollo
psicomotor utilizados generalmente en los exámenes psicomotores
suelen incluir pruebas de diadococinesias como representativos del
nivel de *maduración motriz alcanzada.
Diccionario enciclopédico de educación especial. Madrid: Aula
Santillana, 1988.
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