30 DE SEPTIEMBRE 1821-2011 194 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO “Era el 30 de septiembre de 1821 cuando el buen Padre Coindre nos constituyó en Congregación…” (De las memorias del Hermano Javier) Queridos Hermanos: Os presentamos unos materiales para la celebración del 30 de septiembre, 194 Aniversario de la Fundación del Instituto. Hay unos textos para laudes, eucaristía y vísperas (Algunos de ellos están inspirados en las oraciones que preparó el Hermano Conrad Pelletier para este día y que ya fueron publicadas en un folleto titulado: 30 de septiembre. FIESTA DEL INSTITUTO). Los podéis adaptar, hacer de nuevo…. Os deseamos una feliz fiesta de aniversario. 1 CELEBRACIONES COMUNITARIAS PARA EL 30 DE SEPTIEMBRE ORACIÓN DE LA MAÑANA 1. OFRECIMIENTO DE OBRAS DEL PADRE ANDRÉS COINDRE Divino Salvador, nos presentamos ante Ti en nombre de todos nuestros Hermanos, en nombre de toda la cristiandad, de la que nos sentimos como sus delegados. Te rogamos, amable Salvador, por todas las necesidades de los seres humanos: los pueblos, el Papa, los obispos, nuestros superiores, nuestros alumnos, nuestro Instituto y por todas las intenciones encomendadas. Venimos a rogarte por los justos y por los pecadores. Te rogamos también por nuestras familias, por nuestros amigos, y por los difuntos. Te rogamos que este día y todas nuestras acciones sirvan para tu gloria, el bien de los niños y jóvenes y nuestra propia santificación. Amén. 2. HIMNO O Cœur de mon Jésus, environné de flammes, source de toutes grâces, o Roi de tous les cœurs. Salut du genre humain, doux Sauveur de mon âme, je cède, je me rends à vos attraits vainqueurs. Mon Cœur, o doux Jésus, c’est ma plus chère envie, mon Cœur, o doux Jésus, vous bénira toujours. Du printemps de ma vie, à la fin de mes jours, oui mon âme ravie, vous bénira toujours, toujours, toujours. 3. SALMODIA (texto inspirado en el sermón sobre el Amor de Dios del Padre André Coindre) Ant. Dios se ha enamorado verdaderamente de mí, con un corazón ardiente con una intensa y luminosa llama. Al crearte, Dios te amó como un padre, mucho más que un padre terrestre, cuyo amor comienza con el nacimiento del hijo. El amor de Dios para contigo viene de mucho más lejos. Dios te ama desde toda la eternidad. Tú ya estabas presente en su corazón siglos y siglos antes de tu nacimiento. Tú estabas en lo más profundo del Corazón de Dios 2 antes del comienzo de los tiempos. El sueño de Dios siempre fue que camines en su presencia, que vivas de su amor. Dios te ama como un padre, o mucho más todavía, porque el amor de un padre de la tierra está mezclado con el egoísmo y la obligación. El amor de Dios es gratuito, único, sin condiciones. Te quería y te quiere personalmente; te quiso entre millones de otros; te deseó antes que a otros que habrían sabido, quién sabe, ser más amable que tú. Y tu corazón, tan sencillo, pequeño y frágil, Dios lo ha preferido a todos aquellos que Él podría haber creado. ¡Nunca dudes del amor del Corazón de Dios para contigo! No olvides nunca que Dios es padre, que está enamorado de ti, Como un padre que quiere abrazarte eternamente. Gloria al Padre… Ant. Dios se ha enamorado verdaderamente de mí, con un corazón ardiente con una intensa y luminosa llama. 4. LECTURA: RELATO DE LA FUNDACIÓN Al término del retiro, nos condujo a Nuestra Señora de Fourvière donde celebró la santa misa por nosotros con el fin de ponernos bajo la protección de tan buena madre. Nos dio después un nombre de religión para darnos a entender que abandonando el nombre que nosotros teníamos en el mundo, no debíamos vivir sino para Dios. Así, dio el nombre de Hermano Javier a Guillaume Arnaud, el nombre de Hermano Borja a Victor Guillet, el nombre de Hermano Ignacio a Antoine Dufour, el nombre de Hermano Agustín a François Rimoux, el nombre de Hermano Francisco a Claude Mélinond, el nombre de Hermano Pablo a François Porchet. Una vez finalizado todo, distribuyó el trabajo que cada uno debía desempeñar. Nombró director de la casa de Lyon al Hermano Borja y al Hermano Ignacio, director de la casa de Valbenoîte. Éste partió enseguida con sus cuatro compañeros. El Hermano Borja, el Hermano Javier, el Hermano Agustín, el Hermano Francisco y el Hermano Pablo permanecieron en Lyon. Era el 30 de septiembre de 1821 cuando el buen padre Andrés Coindre nos constituyó en congregación bajo la regla de San Agustín y las constituciones de San Ignacio (Memorias del Hermano Javier). 3 5. BENEDICTUS PARA ESTE DÍA Ant/ Este es el día en que actúo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Bendito seas, Señor, Dios de de nuestros padres, porque un 30 de septiembre de 1821, visitaste y redimiste a tu pueblo, suscitando, en la persona de Andrés Coindre y de nuestros primeros Hermanos, un camino de esperanza para los niños y jóvenes que llenaban las cárceles y los hospitales de Lyon. Ellos fueron, para esos niños y jóvenes, mensaje de salvación para librarles de sus enemigos y de la mano de todos los que no los tenían en cuenta; y, de este modo, tu corazón compasivo se hizo presente entre ellos. Para concederles que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, te sirvieran con santidad y justicia, en su presencia, todos los días de una vida, que apenas estaba comenzando. Y tú, Andrés, eres recordado por nosotros como un profeta, porque fuiste delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a los niños y jóvenes la salvación, el perdón de sus pecados. Por tu entrañable misericordia, Señor, nos sigues visitando como sol que nace de lo alto, para seguir iluminando en nuestros días, a los niños y jóvenes que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar sus pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre… 6. PRECES Señor, la imagen de la peregrinación, a la que estamos convocados, nos remite a la del camino. En el evangelio y en la Regla de vida Tú te presentas como camino para responder a llamada del Padre que te envía entre los hombres para que sean salvados. Estamos invitados a dirigir la mirada hacia ti con tu costado traspasado, camino y signo del amor divino. R/ Emprendamos, junto con el Fundador, una peregrinación de esperanza. Señor, es verdad que nuestra vida conoce ya la tentación de la mediocridad en la vida espiritual, de la mentalidad consumista y del activismo, que pueden ofuscar la originalidad evangélica y de debilitar 4 las motivaciones espirituales. Pero estas dificultades e interrogantes pueden traer un nuevo tiempo de gracia porque en ellos se oculta una auténtica llamada de tu Espíritu a volver a descubrir las riquezas y las potencialidades de nuestra vocación. R/ Siguiendo tus pasos, el Padre Andrés Coindre sintió la llamada de instruir a la juventud abandonada; siguiendo al Fundador, el Hermano Policarpo, el Hermano Javier y demás antepasados nuestros caminaron por las sendas de la mansedumbre y la humildad, se santificaron haciendo realidad nuestra divisa y común esperanza, AMETUR COR JESU, hicieron de la caridad el todo de su vida y la inspiración de su actividad apostólica y misionera. Cada uno de nosotros somos los herederos de ese carisma. R/ Cada uno de nosotros está llamado, revestido de los sentimientos de tu Corazón, a seguirte en tu existencia al servicio del Reino y, por este camino, tender a la caridad perfecta de la que Tú eres modelo. Esta búsqueda del progreso de la caridad nos hace signos en la Iglesia y recuerda a todos la exigencia de la conversión de corazón, de la amistad cristiana, de la fraternidad universal. R/ Queremos construir una comunión más sólida con nuestros colaboradores en el carisma educativo de Andrés Coindre y convencernos de que son como nosotros signos de esperanza para los niños y jóvenes. R/ Intenciones comunitarias y personales… R/ Padre nuestro... Señor y Padre nuestro, que por mediación del Padre Andrés Coindre has dado a la Iglesia la gracia de nuestro Instituto para instruir a la juventud abandonada e iniciarla en tu conocimiento y amor, te pedimos que fieles al carisma de fundación, continuemos propagando en la tierra el fuego del amor redentor, cuya fuente es el Corazón de Cristo. Te lo pedimos por el mismo Cristo, nuestro Señor. AMÉN. 7. BENDICIÓN (inspirada en palabras de Andrés Coindre) Que nadie se desanime ni se atormente. Que mi lema, “animo y confianza”, sea también el lema de los Hermanos. Tarde o temprano tendremos algún consuelo por nuestros sacrificios, y también, algún descanso. El Señor les bendice y les quiere. AMÉN. 5 EUCARISTÍA Monición de entrada Para librar a los jóvenes de la ignorancia, prepararlos para la vida y procurarles el conocimiento y el amor de la religión, el Padre Andrés Coindre funda en 1821 el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón. La fundación del Instituto se inscribe en el contexto misionero de la época como una respuesta a las necesidades de los tiempos y lugares a favor de una juventud abandonada y descristianizada. El Padre Andrés Coindre quiere que los miembros del Instituto sean hermanos que vivan los valores específicos de la vida religiosa y se comprometan de manera estable a servir a la Iglesia y a la sociedad (Preámbulo de la Regla de vida). Hoy, 190 años después, damos gracias por este acontecimiento y pedimos ser fieles al carisma de fundación. Los Hermanos de hoy somos custodios del carisma de Andrés Coindre, transmitido por nuestros antepasados. Herederos de una educación de la compasión y de la confianza, estamos llamados a vivir dicho carisma en una entrega sin límites a la misión educativa a favor de los niños y jóvenes pobres y sin esperanza, dándoles razones para creer y motivos para esperar. Oración colecta Padre, estamos contentos de reunirnos para celebrar el aniversario de la Fundación de la Congregación. Que este 190 aniversario nos ayude a tomar conciencia de que cuentas con cada uno de nosotros para ocuparnos de la educación cristiana de los niños y los jóvenes. Haznos disponibles a tu voluntad sobre nosotros para que tu Reino se realice a través de nosotros. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que reina contigo y en el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN. Primera lectura Como la Iglesia, el Instituto es una comunidad de personas unidas por el amor. Pero esta unión, que hace brotar un clima de paz y alegría, debemos reavivarla incesantemente compartiendo y perdonando. Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3,12-17 Dios os ama y os ha elegido para que seáis miembros de su pueblo. Por tanto, sed compasivos, bondadosos, humildes, pacientes y comprensivos. Soportaos unos a otros y perdonaos si alguno tiene queja contra otro. Del mismo modo que el Señor os perdonó, así también vosotros debéis 6 perdonaros. Pero, por encima de todo, tened amor, que es el lazo de la perfección. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en la que fuisteis llamados para formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos. Que la palabra de Cristo viva entre vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y aconsejaos unos a otros con talento. Con profundo agradecimiento cantad a Dios salmos, himnos y canciones religiosas. Y todo lo que hagáis o digáis, hacedlo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Salmo responsorial (117) R/ Éste es el día que el Señor ha hecho; sea nuestra alegría y nuestro gozo. Te doy gracias porque me has escuchado, a ti te debo la victoria. La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en piedra angular; esto ha sido obra del Señor, una maravilla a nuestros ojos. R/ Danos la victoria, dánosla, Señor; danos el triunfo, dánoslo, Señor. Bendito el que viene en nombre del Señor. Os bendecimos desde la casa del Señor. R/ Tú eres mi Dios, yo te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. R/ Proclamación del Evangelio Yugo y carga evocan la ley, pero el yugo que Jesús nos pide llevar no consiste en una cadena de costumbres, obligaciones o conveniencias, sino sobre todo en un compartir la vida, en el aprendizaje del amor. Aleluya. V/ Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11,28-30 Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera». * (Para la homilía puede utilizarse el mensaje que el Beato Juan Pablo II dirigió a los hermanos con ocasión del 175 aniversario de la fundación del Instituto. Un resumen en diez puntos puede encontrarse al final de los textos de la eucaristía). 7 Oración de los fieles Continuemos nuestra oración pidiendo por nosotros, por nuestros Hermanos y por toda la Iglesia, para que permanezcamos fieles a la amistad que Dios nos ofrece sin cesar. R/ Guárdanos, Señor, en tu amor. Para que nuestra consagración en el Instituto sea una respuesta de amor a la benevolencia de Dios, en una vida totalmente orientada hacia Cristo manso y humilde, roguemos al Señor. R/ Para que irradiemos por todas partes el amor, tanto por la caridad que nos une como por la entrega a la educación cristiana, roguemos al Señor. R/ Para que Cristo, en su misterio de amor, ocupe un lugar primordial en nuestra vida de Hermanos del Sagrado Corazón y esté en el principio de nuestro don total y de nuestra acción apostólica, roguemos al Señor. R/ Para que todos los miembros del Instituto tengan la voluntad de caminar sobre las huellas de nuestros primeros hermanos que, en la mansedumbre y la humildad, se santificaron haciendo realidad el “Ametur Cor Jesu” nuestra divisa y común esperanza, roguemos al Señor. R/ Para que nuestras comunidades fraternas sean signo de la presencia de Dios; para que nuestras vidas constituyan para los jóvenes la mejor invitación a abrazar el estado religioso, roguemos al Señor. R/ Por nuestro Superior general y todos los que ejercen el servicio de la autoridad: que sean los instrumentos del Señor para reafirmar en nosotros la vocación de bautizados y de Hermanos del Sagrado Corazón en el corazón de la Iglesia, roguemos al Señor. R/ En tu amor, Señor, concédenos beber siempre de la fuente de tu Corazón traspasado y de ser los testigos de tu amor misericordioso para todos los seres humanos. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN. Oración sobre las ofrendas Señor, junto con este pan y este vino depositados en el altar y que van a convertirse en tu Cuerpo y tu Sangre, te ofrecemos todo cuanto somos y todo el bien que se realiza en el mundo a través de los que llamas a tu servicio, y te pedimos que su trabajo sea también transformado en frutos de eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor. 8 Oración después de la comunión Señor Jesús, te damos gracias por los dones de tu Cuerpo y de tu sangre, que sostuvieron a nuestros antepasados y les permitieron continuar la obra del Padre Andrés Coindre, del Hermano Javier y del Venerable Hermano Policarpo. Que tu Eucaristía siga siendo nuestra fuerza para que podamos darte gracias siempre con nuestras palabras y acciones, y podamos experimentar qué bueno y agradable es vivir juntos como hermanos. Te lo pedimos a Ti, que reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN. Mensaje de Juan Pablo II a los Hermanos del Sagrado Corazón en la fiesta de su Fundación 1. Con ocasión del aniversario de la fundación de su Instituto me uno gustoso a la alegría y a la acción de gracias de los Hermanos extendidos por todos los continentes y a todos los que se han beneficiado de su apostolado. En 1821, el Padre Andrés Coindre, de la archidiócesis de Lyon y después, Vicario general de la diócesis de Blois, fundó el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón, con la preocupación de educar cristianamente a la infancia y juventud pobre de aquel tiempo. 2. El Padre Andrés Coindre, que personalmente se gastó hasta agotarse en el servicio de la Iglesia con “valor y confianza” según su lema, es para los miembros del Instituto un ejemplo. Deseo pues animar a sus Hermanos a cumplir con fidelidad sus compromisos religiosos. 3. Viviendo hoy la espiritualidad del Corazón de Jesús, seguiréis una escuela admirable para vuestra vida personal así como para vuestra misión; os dejaréis guiar por el Espíritu, a fin de servir en la Iglesia según el Corazón de Dios, entregándoos totalmente, por amor. 4. Por la oración comunitaria, por la escucha y la meditación de la Palabra de la que el Padre Andrés Coindre “hacía su constante y más querido estudio”, por la participación en la Eucaristía, estáis unidos unos con otros en torno a Cristo y contribuís a edificar vuestra comunidad y la Iglesia entera. 5. La intimidad con Jesús ensancha el corazón del hombre a las dimensiones del mundo, pues la oración nos acerca a Dios y a los hombres. Os exhorto pues, a beber en la vida de intimidad con Cristo las gracias para responder a vuestra vocación cristiana y apostólica específica. 9 6. Nuestros contemporáneos tienen necesidad de testigos para descubrir el amor que viene de Cristo, a fin de conocer a Dios y conocerse a sí mismos, “un amor que nos empuja a amarnos los unos a los otros”, para participar en la construcción de la civilización del amor. 7. Por vuestra vida fraterna, como Hermanos del Sagrado Corazón, mostráis a los hombres de nuestro tiempo que Cristo es el fermento de vuestra unidad y que, gracias a Él, se crea una mayor solidaridad. 8. Estáis llamados a realizar el ideal de vuestra Regla de Vida: “Creer en el amor de Dios, vivir de él y difundirlo” (n. 13). En vuestra vida comunitaria, atentos a cada uno y respetuosos los unos de los otros, podéis dar lo mejor de vosotros mismos y formar una auténtica familia, aplicándoos con delicadeza a la corrección fraterna y al perdón mutuo. 9. En muchos países, los jóvenes carecen de entorno familiar, de afecto y de estructuras donde llevar a cabo su instrucción y su maduración interior. Es necesario proporcionarles los medios para construir su personalidad, mediante una formación humana y, una educación espiritual y moral apropiadas, para que sepan encontrar su puesto en medio de sus hermanos, asumir responsabilidades en la sociedad y ser fieles discípulos de Cristo. 10.La Iglesia anima y sostiene fuertemente todos los movimientos e instituciones que se dedican a la educación de la juventud. En efecto, la educación de la juventud es una obra de evangelización por excelencia, pues, valorando los talentos propios de cada uno, el educador permite el desarrollo de la persona, que tiene un precio infinito a los ojos de Dios, le manifiesta el amor misericordioso del Señor y le invita a ponerse al servicio de sus hermanos. Como lo recordaba San Ambrosio de Milán, “antes de subir al cielo, Jesús nos ha dejado como vicarios de su amor”. 10 ORACIÓN DE LA TARDE 1. APERTURA (alternando un solista con la asamblea) - ¡Dios mío, ven en mi auxilio! ¡Señor, date prisa en socorrerme! - Venimos ante Ti al finalizar esta jornada. La ponemos entre tus manos. - Lo que hemos hecho bien, se lo debemos a tu bondad. - Lo que hemos hecho mal, que tu gracia lo repare. - Con nuestro fundador, el Padre Andrés Coindre, y todos nuestros antepasados imploramos tu ayuda: «Míranos, Señor, en tu gran misericordia; como tus apóstoles, nosotros esperamos al Espíritu Santo. Haz que descienda sobre nosotros y nuestro Instituto con toda la plenitud de sus dones. Que Él nos ilumine, nos abrase y nos consuma, para que, al contemplarte sin cesar, seamos devorados por el deseo de imitarte». - Honor y gloria a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. 2. HIMNO O Cœur de mon Jésus, environné de flammes, source de toutes grâces, o Roi de tous les cœurs. Salut du genre humain, doux Sauveur de mon âme, je cède, je me rends à vos attraits vainqueurs. Mon Cœur, o doux Jésus, c’est ma plus chère envie, mon Cœur, o doux Jésus, vous bénira toujours. Du printemps de ma vie, à la fin de mes jours, oui mon âme ravie, vous bénira toujours, toujours, toujours. 3. SALMODIA: Salmo 26 «La protección de Jesús hace esperar que esta Congregación crecerá sin cesar, sostenida y vivificada siempre por la entrega y el sacrificio de sus miembros». Antífona: «La mirada de Jesús planea con amor sobre esta Congregación». El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen. 11 Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda el día del peligro; yo cantaré y tocaré para el Señor. Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente; espera en el Señor. Gloria al Padre… 4. TIEMPO DE LA PALABRA «Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» San Mateo 11, 28-30. «Mi queridísimo Hermano y entrañable amigo: El buen Dios ama a los sencillos, a los humildes, a los sacrificados» Andrés Coindre. «Que este espíritu de mansedumbre, de sencillez religiosa y de cordialidad llegue a ser el carácter distintivo de nuestra pequeña Congregación y pueda perpetuarse en ella de generación en generación» Hermano Policarpo. «Un espíritu de caridad caracteriza a nuestro Instituto. Este espíritu se manifiesta por la sencillez, la acogida, la fraternidad» Rdv 15. Oración en silencio 5. CÁNTICO DE MARÍA Antífona: «Dios ha bendecido visiblemente nuestros débiles esfuerzos: ¡sea por siempre alabado!» 6. ALABANZA E INTERCESIÓN Con nuestros antepasados que están junto al Padre, con todos nuestros Hermanos que trabajan en el mundo, con los que el Señor en su bondad nos enviará, alabemos al Señor y supliquémosle. 12 - Porque Tú, oh Dios, te has dignado bendecir nuestros esfuerzos y has derramado tu misericordia sobre nuestro Instituto. Alabado seas, Señor. - Por las faltas de estima de nuestra vocación y por nuestras negligencias. Perdónanos, Señor. - Por la protección de Jesús, cuya mirada planea con amor sobre nuestra Congregación. Te damos gracias, Señor. - Para que cada casa sea una escuela de fe, de regularidad, de fervor y de celo. Te rogamos, Señor. - Por el carisma de fundador del Padre Andrés Coindre y por la acción salvadora del Venerable Hermano Policarpo, del Hermano Javier y de nuestros primeros Hermanos. Te bendecimos, Señor. - Para que el espíritu de mansedumbre, de sencillez religiosa y de caridad sea el carácter distintivo de nuestro Instituto. Te rogamos, Señor. (otras intenciones...) Uniéndonos a todos nuestros Hermanos, a nuestros colaboradores y a todos nuestros alumnos, recemos con ellos y por ellos; digamos: Padre Nuestro... 7. ORACIÓN (inspirada en un texto del V. H. Policarpo) «Nuestra Congregación, Señor, ha estado sometida a tan grandes pruebas que ya habría dejado de existir varias veces si no hubiese estado sostenida por los especiales designios de tu Providencia». Por esta misma Providencia, haz que sobreviva en el momento de la prueba y que se extienda por todo el mundo, tan necesitado de la buena noticia de la solicitud de Jesucristo, tu Hijo y hermano nuestro. Amén. Animés de l´amour dont on s´aime entre frères, qu´il est bon, qu´il est doux d ´habiter un seul lieu! Qu´il est bon, qu´il est doux au sein de nos misères, de n´avoir qu´un seul cœur pour bénir un seul Dieu! Être unis par l´amour; quel sort plus désirable! Que l´âme goûte en paix ce plein contentement! Le monde n´en a point qui lui soit comparable. Restons unis toujours comme en ce doux moment! (bis). 13