194 aniversario de la fundación del instituto

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30 DE SEPTIEMBRE 1821-2011
194 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DEL INSTITUTO
“Era el 30 de septiembre de 1821 cuando el buen Padre
Coindre nos constituyó en Congregación…”
(De las memorias del Hermano Javier)
Queridos Hermanos:
Os presentamos unos materiales para la celebración del 30 de
septiembre, 194 Aniversario de la Fundación del Instituto.
Hay unos textos para laudes, eucaristía y vísperas (Algunos de
ellos están inspirados en las oraciones que preparó el Hermano
Conrad Pelletier para este día y que ya fueron publicadas en un
folleto titulado: 30 de septiembre. FIESTA DEL INSTITUTO).
Los podéis adaptar, hacer de nuevo….
Os deseamos una feliz fiesta de aniversario.
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CELEBRACIONES COMUNITARIAS PARA EL 30 DE
SEPTIEMBRE
ORACIÓN DE LA MAÑANA
1. OFRECIMIENTO DE OBRAS DEL PADRE ANDRÉS COINDRE
Divino Salvador, nos presentamos ante Ti en nombre de todos nuestros
Hermanos, en nombre de toda la cristiandad, de la que nos sentimos como
sus delegados.
Te rogamos, amable Salvador, por todas las necesidades de los seres
humanos: los pueblos, el Papa, los obispos, nuestros superiores, nuestros
alumnos, nuestro Instituto y por todas las intenciones encomendadas.
Venimos a rogarte por los justos y por los pecadores. Te rogamos también
por nuestras familias, por nuestros amigos, y por los difuntos.
Te rogamos que este día y todas nuestras acciones sirvan para tu gloria, el
bien de los niños y jóvenes y nuestra propia santificación. Amén.
2. HIMNO
O Cœur de mon Jésus, environné de flammes,
source de toutes grâces, o Roi de tous les cœurs.
Salut du genre humain, doux Sauveur de mon âme,
je cède, je me rends à vos attraits vainqueurs.
Mon Cœur, o doux Jésus, c’est ma plus chère envie,
mon Cœur, o doux Jésus, vous bénira toujours.
Du printemps de ma vie, à la fin de mes jours,
oui mon âme ravie, vous bénira toujours, toujours, toujours.
3. SALMODIA (texto inspirado en el sermón sobre el Amor de Dios del
Padre André Coindre)
Ant. Dios se ha enamorado verdaderamente de mí, con un corazón
ardiente con una intensa y luminosa llama.
Al crearte, Dios te amó como un padre,
mucho más que un padre terrestre,
cuyo amor comienza con el nacimiento del hijo.
El amor de Dios para contigo viene de mucho más lejos.
Dios te ama desde toda la eternidad.
Tú ya estabas presente en su corazón
siglos y siglos antes de tu nacimiento.
Tú estabas en lo más profundo del Corazón de Dios
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antes del comienzo de los tiempos.
El sueño de Dios siempre fue que camines en su presencia,
que vivas de su amor.
Dios te ama como un padre, o mucho más todavía,
porque el amor de un padre de la tierra
está mezclado con el egoísmo y la obligación.
El amor de Dios es gratuito, único, sin condiciones.
Te quería y te quiere personalmente; te quiso entre millones de otros;
te deseó antes que a otros que habrían sabido,
quién sabe, ser más amable que tú.
Y tu corazón, tan sencillo, pequeño y frágil,
Dios lo ha preferido a todos aquellos que Él podría haber creado.
¡Nunca dudes del amor del Corazón de Dios para contigo!
No olvides nunca que Dios es padre, que está enamorado de ti,
Como un padre que quiere abrazarte eternamente.
Gloria al Padre…
Ant. Dios se ha enamorado verdaderamente de mí, con un corazón
ardiente con una intensa y luminosa llama.
4. LECTURA: RELATO DE LA FUNDACIÓN
Al término del retiro, nos condujo a Nuestra Señora de Fourvière donde
celebró la santa misa por nosotros con el fin de ponernos bajo la protección
de tan buena madre. Nos dio después un nombre de religión para darnos a
entender que abandonando el nombre que nosotros teníamos en el mundo,
no debíamos vivir sino para Dios. Así, dio el nombre de Hermano Javier a
Guillaume Arnaud, el nombre de Hermano Borja a Victor Guillet, el
nombre de Hermano Ignacio a Antoine Dufour, el nombre de Hermano
Agustín a François Rimoux, el nombre de Hermano Francisco a Claude
Mélinond, el nombre de Hermano Pablo a François Porchet. Una vez
finalizado todo, distribuyó el trabajo que cada uno debía desempeñar.
Nombró director de la casa de Lyon al Hermano Borja y al Hermano
Ignacio, director de la casa de Valbenoîte. Éste partió enseguida con sus
cuatro compañeros. El Hermano Borja, el Hermano Javier, el Hermano
Agustín, el Hermano Francisco y el Hermano Pablo permanecieron en
Lyon.
Era el 30 de septiembre de 1821 cuando el buen padre Andrés Coindre nos
constituyó en congregación bajo la regla de San Agustín y las
constituciones de San Ignacio (Memorias del Hermano Javier).
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5. BENEDICTUS PARA ESTE DÍA
Ant/ Este es el día en que actúo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro
gozo.
Bendito seas, Señor, Dios de de nuestros padres,
porque un 30 de septiembre de 1821, visitaste y redimiste a tu pueblo,
suscitando, en la persona de Andrés Coindre
y de nuestros primeros Hermanos,
un camino de esperanza para los niños y jóvenes
que llenaban las cárceles y los hospitales de Lyon.
Ellos fueron, para esos niños y jóvenes,
mensaje de salvación para librarles de sus enemigos
y de la mano de todos los que no los tenían en cuenta;
y, de este modo, tu corazón compasivo se hizo presente entre ellos.
Para concederles que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
te sirvieran con santidad y justicia,
en su presencia, todos los días de una vida,
que apenas estaba comenzando.
Y tú, Andrés, eres recordado por nosotros como un profeta,
porque fuiste delante del Señor a preparar sus caminos,
anunciando a los niños y jóvenes la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por tu entrañable misericordia, Señor,
nos sigues visitando como sol que nace de lo alto,
para seguir iluminando en nuestros días,
a los niños y jóvenes que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar sus pasos por el camino de la paz.
Gloria al Padre…
6. PRECES
Señor, la imagen de la peregrinación, a la que estamos convocados, nos
remite a la del camino. En el evangelio y en la Regla de vida Tú te
presentas como camino para responder a llamada del Padre que te envía
entre los hombres para que sean salvados. Estamos invitados a dirigir la
mirada hacia ti con tu costado traspasado, camino y signo del amor divino.
R/ Emprendamos, junto con el Fundador, una peregrinación de esperanza.
 Señor, es verdad que nuestra vida conoce ya la tentación de la
mediocridad en la vida espiritual, de la mentalidad consumista y del
activismo, que pueden ofuscar la originalidad evangélica y de debilitar
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las motivaciones espirituales. Pero estas dificultades e interrogantes
pueden traer un nuevo tiempo de gracia porque en ellos se oculta una
auténtica llamada de tu Espíritu a volver a descubrir las riquezas y las
potencialidades de nuestra vocación. R/
 Siguiendo tus pasos, el Padre Andrés Coindre sintió la llamada de
instruir a la juventud abandonada; siguiendo al Fundador, el Hermano
Policarpo, el Hermano Javier y demás antepasados nuestros caminaron
por las sendas de la mansedumbre y la humildad, se santificaron
haciendo realidad nuestra divisa y común esperanza, AMETUR COR
JESU, hicieron de la caridad el todo de su vida y la inspiración de su
actividad apostólica y misionera. Cada uno de nosotros somos los
herederos de ese carisma. R/
 Cada uno de nosotros está llamado, revestido de los sentimientos de tu
Corazón, a seguirte en tu existencia al servicio del Reino y, por este
camino, tender a la caridad perfecta de la que Tú eres modelo. Esta
búsqueda del progreso de la caridad nos hace signos en la Iglesia y
recuerda a todos la exigencia de la conversión de corazón, de la
amistad cristiana, de la fraternidad universal. R/
 Queremos construir una comunión más sólida con nuestros
colaboradores en el carisma educativo de Andrés Coindre y
convencernos de que son como nosotros signos de esperanza para los
niños y jóvenes. R/
 Intenciones comunitarias y personales… R/
Padre nuestro...
Señor y Padre nuestro, que por mediación del Padre Andrés Coindre has
dado a la Iglesia la gracia de nuestro Instituto para instruir a la juventud
abandonada e iniciarla en tu conocimiento y amor, te pedimos que fieles al
carisma de fundación, continuemos propagando en la tierra el fuego del
amor redentor, cuya fuente es el Corazón de Cristo. Te lo pedimos por el
mismo Cristo, nuestro Señor. AMÉN.
7. BENDICIÓN (inspirada en palabras de Andrés Coindre)
Que nadie se desanime ni se atormente.
Que mi lema, “animo y confianza”, sea también el lema de los Hermanos.
Tarde o temprano tendremos algún consuelo
por nuestros sacrificios, y también, algún descanso.
El Señor les bendice y les quiere. AMÉN.
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EUCARISTÍA
Monición de entrada
Para librar a los jóvenes de la ignorancia, prepararlos para la vida y
procurarles el conocimiento y el amor de la religión, el Padre Andrés
Coindre funda en 1821 el Instituto de los Hermanos del Sagrado Corazón.
La fundación del Instituto se inscribe en el contexto misionero de la época
como una respuesta a las necesidades de los tiempos y lugares a favor de
una juventud abandonada y descristianizada. El Padre Andrés Coindre
quiere que los miembros del Instituto sean hermanos que vivan los valores
específicos de la vida religiosa y se comprometan de manera estable a
servir a la Iglesia y a la sociedad (Preámbulo de la Regla de vida).
Hoy, 190 años después, damos gracias por este acontecimiento y pedimos
ser fieles al carisma de fundación. Los Hermanos de hoy somos custodios
del carisma de Andrés Coindre, transmitido por nuestros antepasados.
Herederos de una educación de la compasión y de la confianza, estamos
llamados a vivir dicho carisma en una entrega sin límites a la misión
educativa a favor de los niños y jóvenes pobres y sin esperanza, dándoles
razones para creer y motivos para esperar.
Oración colecta
Padre, estamos contentos de reunirnos para celebrar el aniversario de la
Fundación de la Congregación. Que este 190 aniversario nos ayude a tomar
conciencia de que cuentas con cada uno de nosotros para ocuparnos de la
educación cristiana de los niños y los jóvenes. Haznos disponibles a tu
voluntad sobre nosotros para que tu Reino se realice a través de nosotros.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, que reina contigo y en el
Espíritu Santo por los siglos de los siglos. AMÉN.
Primera lectura
Como la Iglesia, el Instituto es una comunidad de personas unidas por el
amor. Pero esta unión, que hace brotar un clima de paz y alegría, debemos
reavivarla incesantemente compartiendo y perdonando.
Carta del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3,12-17
Dios os ama y os ha elegido para que seáis miembros de su pueblo. Por
tanto, sed compasivos, bondadosos, humildes, pacientes y comprensivos.
Soportaos unos a otros y perdonaos si alguno tiene queja contra otro. Del
mismo modo que el Señor os perdonó, así también vosotros debéis
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perdonaros. Pero, por encima de todo, tened amor, que es el lazo de la
perfección. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en la que
fuisteis llamados para formar un solo cuerpo. Y sed agradecidos. Que la
palabra de Cristo viva entre vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y
aconsejaos unos a otros con talento. Con profundo agradecimiento cantad
a Dios salmos, himnos y canciones religiosas. Y todo lo que hagáis o
digáis, hacedlo en nombre de Jesús, el Señor, dando gracias a Dios Padre
por medio de él.
Salmo responsorial (117)
R/ Éste es el día que el Señor ha hecho; sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Te doy gracias porque me has escuchado, a ti te debo la victoria.
La piedra que desecharon los constructores
se ha convertido en piedra angular;
esto ha sido obra del Señor, una maravilla a nuestros ojos. R/
Danos la victoria, dánosla, Señor; danos el triunfo, dánoslo, Señor.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Os bendecimos desde la casa
del Señor. R/
Tú eres mi Dios, yo te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. R/
Proclamación del Evangelio
Yugo y carga evocan la ley, pero el yugo que Jesús nos pide llevar no
consiste en una cadena de costumbres, obligaciones o conveniencias, sino
sobre todo en un compartir la vida, en el aprendizaje del amor.
Aleluya.
V/ Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11,28-30
Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos, y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es
suave y mi carga ligera».
* (Para la homilía puede utilizarse el mensaje que el Beato Juan
Pablo II dirigió a los hermanos con ocasión del 175 aniversario de
la fundación del Instituto. Un resumen en diez puntos puede
encontrarse al final de los textos de la eucaristía).
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Oración de los fieles
Continuemos nuestra oración pidiendo por nosotros, por nuestros
Hermanos y por toda la Iglesia, para que permanezcamos fieles a la
amistad que Dios nos ofrece sin cesar.
R/ Guárdanos, Señor, en tu amor.
 Para que nuestra consagración en el Instituto sea una respuesta de
amor a la benevolencia de Dios, en una vida totalmente orientada
hacia Cristo manso y humilde, roguemos al Señor. R/
 Para que irradiemos por todas partes el amor, tanto por la caridad
que nos une como por la entrega a la educación cristiana, roguemos
al Señor. R/
 Para que Cristo, en su misterio de amor, ocupe un lugar primordial
en nuestra vida de Hermanos del Sagrado Corazón y esté en el
principio de nuestro don total y de nuestra acción apostólica,
roguemos al Señor. R/
 Para que todos los miembros del Instituto tengan la voluntad de
caminar sobre las huellas de nuestros primeros hermanos que, en la
mansedumbre y la humildad, se santificaron haciendo realidad el
“Ametur Cor Jesu” nuestra divisa y común esperanza, roguemos al
Señor. R/
 Para que nuestras comunidades fraternas sean signo de la presencia
de Dios; para que nuestras vidas constituyan para los jóvenes la
mejor invitación a abrazar el estado religioso, roguemos al Señor. R/
 Por nuestro Superior general y todos los que ejercen el servicio de la
autoridad: que sean los instrumentos del Señor para reafirmar en
nosotros la vocación de bautizados y de Hermanos del Sagrado
Corazón en el corazón de la Iglesia, roguemos al Señor. R/
En tu amor, Señor, concédenos beber siempre de la fuente de tu Corazón
traspasado y de ser los testigos de tu amor misericordioso para todos los
seres humanos. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por
los siglos de los siglos. AMÉN.
Oración sobre las ofrendas
Señor, junto con este pan y este vino depositados en el altar y que van a
convertirse en tu Cuerpo y tu Sangre, te ofrecemos todo cuanto somos y
todo el bien que se realiza en el mundo a través de los que llamas a tu
servicio, y te pedimos que su trabajo sea también transformado en frutos de
eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
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Oración después de la comunión
Señor Jesús, te damos gracias por los dones de tu Cuerpo y de tu sangre,
que sostuvieron a nuestros antepasados y les permitieron continuar la obra
del Padre Andrés Coindre, del Hermano Javier y del Venerable Hermano
Policarpo. Que tu Eucaristía siga siendo nuestra fuerza para que podamos
darte gracias siempre con nuestras palabras y acciones, y podamos
experimentar qué bueno y agradable es vivir juntos como hermanos. Te lo
pedimos a Ti, que reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de
los siglos. AMÉN.
Mensaje de Juan Pablo II a los Hermanos del Sagrado Corazón en la
fiesta de su Fundación
1. Con ocasión del aniversario de la fundación de su Instituto me uno
gustoso a la alegría y a la acción de gracias de los Hermanos extendidos
por todos los continentes y a todos los que se han beneficiado de su
apostolado. En 1821, el Padre Andrés Coindre, de la archidiócesis de
Lyon y después, Vicario general de la diócesis de Blois, fundó el Instituto
de los Hermanos del Sagrado Corazón, con la preocupación de educar
cristianamente a la infancia y juventud pobre de aquel tiempo.
2. El Padre Andrés Coindre, que personalmente se gastó hasta agotarse en el
servicio de la Iglesia con “valor y confianza” según su lema, es para los
miembros del Instituto un ejemplo. Deseo pues animar a sus Hermanos a
cumplir con fidelidad sus compromisos religiosos.
3. Viviendo hoy la espiritualidad del Corazón de Jesús, seguiréis una escuela
admirable para vuestra vida personal así como para vuestra misión; os
dejaréis guiar por el Espíritu, a fin de servir en la Iglesia según el Corazón
de Dios, entregándoos totalmente, por amor.
4. Por la oración comunitaria, por la escucha y la meditación de la Palabra de
la que el Padre Andrés Coindre “hacía su constante y más querido
estudio”, por la participación en la Eucaristía, estáis unidos unos con otros
en torno a Cristo y contribuís a edificar vuestra comunidad y la Iglesia
entera.
5. La intimidad con Jesús ensancha el corazón del hombre a las dimensiones
del mundo, pues la oración nos acerca a Dios y a los hombres. Os exhorto
pues, a beber en la vida de intimidad con Cristo las gracias para responder
a vuestra vocación cristiana y apostólica específica.
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6. Nuestros contemporáneos tienen necesidad de testigos para descubrir el
amor que viene de Cristo, a fin de conocer a Dios y conocerse a sí
mismos, “un amor que nos empuja a amarnos los unos a los otros”, para
participar en la construcción de la civilización del amor.
7. Por vuestra vida fraterna, como Hermanos del Sagrado Corazón, mostráis
a los hombres de nuestro tiempo que Cristo es el fermento de vuestra
unidad y que, gracias a Él, se crea una mayor solidaridad.
8. Estáis llamados a realizar el ideal de vuestra Regla de Vida: “Creer en el
amor de Dios, vivir de él y difundirlo” (n. 13). En vuestra vida
comunitaria, atentos a cada uno y respetuosos los unos de los otros, podéis
dar lo mejor de vosotros mismos y formar una auténtica familia,
aplicándoos con delicadeza a la corrección fraterna y al perdón mutuo.
9. En muchos países, los jóvenes carecen de entorno familiar, de afecto y de
estructuras donde llevar a cabo su instrucción y su maduración interior. Es
necesario proporcionarles los medios para construir su personalidad,
mediante una formación humana y, una educación espiritual y moral
apropiadas, para que sepan encontrar su puesto en medio de sus hermanos,
asumir responsabilidades en la sociedad y ser fieles discípulos de Cristo.
10.La Iglesia anima y sostiene fuertemente todos los movimientos e
instituciones que se dedican a la educación de la juventud. En efecto, la
educación de la juventud es una obra de evangelización por excelencia,
pues, valorando los talentos propios de cada uno, el educador permite el
desarrollo de la persona, que tiene un precio infinito a los ojos de Dios, le
manifiesta el amor misericordioso del Señor y le invita a ponerse al
servicio de sus hermanos. Como lo recordaba San Ambrosio de Milán,
“antes de subir al cielo, Jesús nos ha dejado como vicarios de su amor”.
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ORACIÓN DE LA TARDE
1. APERTURA (alternando un solista con la asamblea)
- ¡Dios mío, ven en mi auxilio! ¡Señor, date prisa en socorrerme!
- Venimos ante Ti al finalizar esta jornada. La ponemos entre tus manos.
- Lo que hemos hecho bien, se lo debemos a tu bondad.
- Lo que hemos hecho mal, que tu gracia lo repare.
- Con nuestro fundador, el Padre Andrés Coindre, y todos nuestros
antepasados imploramos tu ayuda: «Míranos, Señor, en tu gran
misericordia; como tus apóstoles, nosotros esperamos al Espíritu
Santo. Haz que descienda sobre nosotros y nuestro Instituto con toda
la plenitud de sus dones. Que Él nos ilumine, nos abrase y nos
consuma, para que, al contemplarte sin cesar, seamos devorados por
el deseo de imitarte».
- Honor y gloria a Ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahora y siempre y
por los siglos de los siglos. Amén.
2. HIMNO
O Cœur de mon Jésus, environné de flammes,
source de toutes grâces, o Roi de tous les cœurs.
Salut du genre humain, doux Sauveur de mon âme,
je cède, je me rends à vos attraits vainqueurs.
Mon Cœur, o doux Jésus, c’est ma plus chère envie,
mon Cœur, o doux Jésus, vous bénira toujours.
Du printemps de ma vie, à la fin de mes jours,
oui mon âme ravie, vous bénira toujours, toujours, toujours.
3. SALMODIA: Salmo 26
«La protección de Jesús hace esperar que esta Congregación crecerá sin
cesar, sostenida y vivificada siempre por la entrega y el sacrificio de sus
miembros».
Antífona: «La mirada de Jesús planea con amor sobre esta Congregación».
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida; ¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios, tropiezan y caen.
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Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra, me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda el día del peligro;
yo cantaré y tocaré para el Señor.
Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme.
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.
Señor, enséñame tu camino, guíame por la senda llana.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente; espera en el Señor.
Gloria al Padre…
4. TIEMPO DE LA PALABRA
 «Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os
aliviaré. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy
manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es suave y mi carga ligera» San Mateo 11, 28-30.
 «Mi queridísimo Hermano y entrañable amigo: El buen Dios ama a los
sencillos, a los humildes, a los sacrificados» Andrés Coindre.
 «Que este espíritu de mansedumbre, de sencillez religiosa y de
cordialidad llegue a ser el carácter distintivo de nuestra pequeña
Congregación y pueda perpetuarse en ella de generación en
generación» Hermano Policarpo.
 «Un espíritu de caridad caracteriza a nuestro Instituto. Este espíritu se
manifiesta por la sencillez, la acogida, la fraternidad» Rdv 15.
Oración en silencio
5. CÁNTICO DE MARÍA
Antífona: «Dios ha bendecido visiblemente nuestros débiles esfuerzos:
¡sea por siempre alabado!»
6. ALABANZA E INTERCESIÓN
Con nuestros antepasados que están junto al Padre, con todos nuestros
Hermanos que trabajan en el mundo, con los que el Señor en su bondad
nos enviará, alabemos al Señor y supliquémosle.
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-
Porque Tú, oh Dios, te has dignado bendecir nuestros esfuerzos y has
derramado tu misericordia sobre nuestro Instituto. Alabado seas,
Señor.
- Por las faltas de estima de nuestra vocación y por nuestras
negligencias. Perdónanos, Señor.
- Por la protección de Jesús, cuya mirada planea con amor sobre nuestra
Congregación. Te damos gracias, Señor.
- Para que cada casa sea una escuela de fe, de regularidad, de fervor y de
celo. Te rogamos, Señor.
- Por el carisma de fundador del Padre Andrés Coindre y por la acción
salvadora del Venerable Hermano Policarpo, del Hermano Javier y de
nuestros primeros Hermanos. Te bendecimos, Señor.
- Para que el espíritu de mansedumbre, de sencillez religiosa y de
caridad sea el carácter distintivo de nuestro Instituto. Te rogamos,
Señor.
(otras intenciones...)
Uniéndonos a todos nuestros Hermanos, a nuestros colaboradores y a todos
nuestros alumnos, recemos con ellos y por ellos; digamos: Padre Nuestro...
7. ORACIÓN (inspirada en un texto del V. H. Policarpo)
«Nuestra Congregación, Señor, ha estado sometida a tan grandes pruebas
que ya habría dejado de existir varias veces si no hubiese estado sostenida
por los especiales designios de tu Providencia». Por esta misma
Providencia, haz que sobreviva en el momento de la prueba y que se
extienda por todo el mundo, tan necesitado de la buena noticia de la
solicitud de Jesucristo, tu Hijo y hermano nuestro. Amén.
Animés de l´amour dont on s´aime entre frères,
qu´il est bon, qu´il est doux d ´habiter un seul lieu!
Qu´il est bon, qu´il est doux au sein de nos misères,
de n´avoir qu´un seul cœur pour bénir un seul Dieu!
Être unis par l´amour; quel sort plus désirable!
Que l´âme goûte en paix ce plein contentement!
Le monde n´en a point qui lui soit comparable.
Restons unis toujours comme en ce doux moment! (bis).
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