Ahora, en el 2006: La Revolución Bolivariana pasando el Rubicón

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17. Ahora, en el 2006: La Revolución Bolivariana pasando el Rubicón
Un ‘nuevo hombre’ requiere una nueva ciencia y una nueva filosofía. ¿Qué significa esto para la Revolución
Bolivariana en Venezuela, América Latina y el mundo?
Resaltemos sólo algunas tareas pertinentes para la emancipación revolucionaria dentro de las próximas décadas.
Existe el peligro de que si nos descuidamos, podríamos perder la recién nacida Revolución Bolivariana y esto
sería una tragedia para la humanidad entera.
No obstante, ahora en el 2006, la Revolución Bolivariana ya está pasando el Rubicón.
Lógico-formal e incluso dialécticamente, un mundo, a saber un sistema cerrado, donde un ‘A’ (junto a su
derivado inferior ‘No-A’) como único postulado oficialmente aceptado existe solamente como un eterno hen kai
pan, como un unomnia infinito, como un ‘uno y todo’ y como un universo único y singular, no permite ningún
éxodo, ninguna exvolución y ninguna transvolución. En una ideología tan limitada de un sistema cerrado, no
hay campo ni para las verdaderas relaciones externas y exógenas ni para las contradicciones transhistóricas. A
nivel cósmico, por la amenaza de la conflagración del ‘chocar e intimidar’ globofascista y a nivel religioso, por
el terror del fuego del infierno, otros postulados filosóficos
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que ‘A’, como ‘B’ o ‘Z’, no son aceptables. Esto quiere decir que en este sistema cerrado donde vivimos no se
permite ningún éxodo en el sentido de una emancipación humana extra-sistémica alguna.
Lógico-formalmente es únicamente el ‘A’, la evolución sistémica, la democracia, y dialécticamente, el ‘A y
No-A’, la revolución intra-sistémica que pavimentan el camino histórico de la producción, del trabajo y así de la
explotación, la dominación, la discriminación, la militarización y de la alienación. Este sistema cerrado
monolítico y totalitario, eufemísticamente llamado ‘cultura occidental’, ‘civilización cristiana’ y ‘democracia
verdadera’ que ya desde hace siglos conquistó y esclavizó al ‘Tercer Mundo’, no deja ninguna posibilidad para
la liberación pacífica de las masas, no permite ningún éxodo de este holocausto físico y mental, es decir,
ninguna trascendencia emancipatoria pacífica para los millones de trabajadores esclavos alrededor del globo.
Este es el contexto transhistórico en el cual hay que discutir, criticar y superar las victorias y los fracasos de
todos los movimientos revolucionarios y emancipatorios evolutivos, reformistas y democráticos tanto pasados
como contemporáneos.
De esta manera y en el caso de América Latina podríamos identificar e interrelacionar todos nuestros ‘grandes’
personajes y líderes políticos, inter alía, Bolívar, Martí, Zapata, Che, Uribe, Fox, Toledo, Lula, Kirchner, Fidel,
Chávez y Evo.
Con una militancia revolucionaria y armados con una nueva ciencia práxica y una verdadera filosofía teórica,
podríamos entonces entender las diferentes apariencias y formaciones de los numerosos ‘modelos’ o ‘proyectos’
sociales y económicos a nivel global y latinoamericano, las ‘nuevas clases políticas’, el keynesianismo,
‘neoliberalismo’, ‘desarrollismo’, el ‘Nuevo Socialismo del Siglo XXI’, el socialismo cristiano venezolano, la
mezcla entre capitalismo y socialismo en Bolivia, y la alianza entre trabajo y capital brasileña.
Además, sólo así podríamos comprender y aprehender la existencia y relevancia histórica de todos los
‘estalinistas’, ‘marxistas’, ‘peronistas’, ‘chavistas’, ‘trotskistas’, ‘reformistas’, ‘revisionistas’, ‘terroristas’ y
‘socialistas’, no en términos arrogantes y despectivos,
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no atacándolos como `lacayos’, `traidores’, `vende patria’ o `agentes de la CIA’, sino agarrándolos
precisamente por su radix, es decir por sus raíces sociales, captando sus actos y pensamientos, su ideología y
práctica, su práxis y teoría, como productos sociales y lógicos de sus respectivas épocas.
Esto significa verlos todos como víctimas de un orden social universal, como realidades vivientes dentro de un
sistema global corporativo imperialista capitalista cerrado y limitado, dentro de un orden mundial en crisis,
expresada a través de la rebelión popular, la resistencia, la capitulación o la traición humana, siendo todo esto
reflexiones de una cultura moribunda, de una civilización hecha pedazos que ahora demuestra su verdadera
mueca fascista y de una historia dominante a nivel global en estado de descomposición total.
En las diferentes fases del desarrollo humano y planetario hacen falta acciones y palabras específicas. Una
especie humana recién nacida tiene tareas y necesidades específicas, llegada a su cenit es cuando muestra su
plena esencia, su madurez y su excelencia, pero ya en su nadir, hoy por hoy, la batalla por la supervivencia
requiere todas las facultades creativas para una victoriosa salida hacia la emancipación trascendental. Así que,
aunque relacionados entre sí, es decir, estando en contradicción, sosteniéndose y fomentándose mutuamente, la
evolución humana, la revolución social y la transvolución histórica son diferentes estados y realidades.
¿Qué significa lo anterior frente a la actual realidad global referente a la bomba de tiempo América Latina?
Primero, lo que estaba (y está) pasando actualmente en América Latina (aunque con un perfil ligeramente
diferente y con otros nombres y lugares), ya pasó en otras partes del mundo, sigue ocurriendo por ejemplo en
África o Asia, o pronto ocurrirá también en la Oceanía o el Caribe. Esto es lo que se entiende bajo el concepto
del desarrollo igual, desigual y combinado de la historia mundial o de la revolución global.
Por ejemplo, las aspiraciones del Presidente venezolano Hugo Chávez hoy, a saber la integración e
independencia total de América Latina, ya las tenía hace 40 años atrás el presidente Kwame
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Nkrumah de Ghana para África. En ambos casos la reacción del imperialismo global fue la misma; hasta el día
de hoy los medios masivos, los libros y las libretas de la CIA pintan a Nkrumah como un tirano autoritario y
corrupto del pasado. Sabemos que fue tumbado por un golpe militar orquestado por la misma CIA y el servicio
secreto británico. En la actualidad el Presidente Chávez recibe el mismo tratamiento. La Organización para la
Unidad Africana (OAU) fue convertida en una versión africana de la ‘Organización de Estados Americanos’ y
en vez de una `Comunidad Económica Africana’, que fue planeada originalmente como una futura versión de
nuestro ALBA o MERCOSUR, lo que tenemos hoy allá es el homólogo africano de un ALCA, el NEPAD, que
es controlado por intereses imperialistas.
Segundo, una conciencia de clase histórica, una memoria práxico-teórica, es decir reconocer la cara negra de la
Revolución Bolivariana, podría evitar que cometamos los mismos errores del pasado y nos permitiría aprender
de nuestra propia historia, de nuestros esfuerzos y experiencias revolucionarios y emancipatorios
internacionales.
La Revolución africana, desenvolviéndose desde el nacionalismo africano anti-imperialista, girando hacia un
panafricanismo anticapitalista y luego envolviéndose en un `socialismo africano’, décadas más tarde había
perdido cualquier seña de éste último, del marxismo revolucionario.
Tercero, ¿porqué pasó todo esto? ¿Pasará lo mismo con nuestro `nuevo socialismo’? Por ahora, ¿por qué
ninguna de las revoluciones sociales del siglo XX alcanzó sus objetivos emancipatorios? ¿Pasará lo mismo con
la Revolución Bolivariana?
Para evitar que pase algo realmente trágico, tenemos que tomar urgentemente serias medidas al respecto,
tenemos que diagnosticar los síntomas de los fracasos revolucionarios en otras partes.
Cuarto, deberíamos estudiar las enfermedades infecciosas que acompañaron a todas las revoluciones sociales
como lo son las plagas capitalistas a nivel global, las epidemias crónicas y las pandemias permanentes que
hicieron y siguen haciendo estragos con el socialismo mundial.
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Esto implica también, que una `profundización de la revolución’ tiene que eliminar todo tipo de ideología
miope, confusión religiosa e ilusión metafísica que generalmente están mezcladas con las prácticas
reaccionarias, el reformismo tecnocrático, los diálogos vacíos, los consensos estériles, la reconciliación frígida,
las alianzas de clase criminales, los ‘acuerdos entre caballeros’ secretos, los pactos diabólicos fascistas, la
corrupción, el robo, el clientelismo, el mesianismo, las mentiras, el burocratismo, la traición, el sabotaje, el
militarismo, la alta traición, el asesinato, el sicariato, el magnicidio y el genocidio.
Quinto, estudiando y viviendo lo anteriormente dicho, descubriremos que una revolución social, una revolución
socialista, no es unilateral, sino que tiene múltiples dimensiones y esferas. Algunas de éstas las describió el
marxismo; otras las tenemos que descubrir, enriquecer y superar nosotros mismos.
Otra vez, ¿por qué fracasaron todas las revoluciones socialistas del siglo XX en alcanzar sus objetivos?
Ciertamente no fracasaron porque las guerrillas, los marxistas o los comunistas son caníbales o satánicos, sino
simplemente por el hecho de que, en un sistema mundial altamente opresivo no es posible, que de la noche a la
mañana, desde la nada y como hongos brotando de la tierra, de repente llegasen a poblar por millones la madre
Tierra verdaderos revolucionarios y emancipadores que además ya tengan una conciencia de clase.
Esto siempre fue y será un problema central de todos los movimientos de liberación. Igualmente es un gran
problema de, por y para la Revolución Bolivariana.
Sexto, un elemento quinta-esencial de la emancipación revolucionaria y de la revolución emancipatoria, es la
creación de una vanguardia política de las masas organizadas y un partido político proletario.
Dentro de la Revolución Bolivariana, ¿necesitamos realmente una revolución cultural? Es importante notar que
en la Revolución china, Mao tse-Tung enfatizó la necesidad de la revolución cultural dentro de la revolución
mundial socialista. En este caso también hay
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que preguntar, ¿por qué la Revolución cultural china fracasó y por qué China está en camino de convertirse en
el poder corporativo imperialista capitalista más grande que el mundo jamás haya visto? De hecho, China es el
competidor numero uno de los EE.UU., que puede aniquilar a los mismos EE.UU. y apoderarse de la
hegemonía mundial.
Peor aún, ¿qué pasó con la gloriosa y valiente Revolución de Vietnam, del Vietminh y del Vietcong, liderada
por Ho Chi Minh y el General Vo Nguyen Giap? ¿Para qué murieron millones de vietnamitas durante casi
medio siglo? ¿Cómo murieron? ¿No fueron los EE.UU. que emplearon contra ellos armas de destrucción
masiva, bombas NAPALM, ‘agent orange’ y HAARP?
¿Es suficiente construir el socialismo en una isla, en un solo país, en una región integrada de América Latina o
será necesario construirlo a escala mundial? ¿Por qué razón se desintegró la gigantesca Unión Soviética? ¿Esto
también puede pasar con nosotros? ¿Cómo evitar todo esto?
Séptimo, ¿qué significa la revolución cultural dentro de la revolución socialista?
Básicamente tiene que preocuparse de crear nada más ni nada menos que una nueva especie humana no
degenerada, no explotada y no alienada, el nuevo hombre (la nueva mujer) fértil y creativo(a), la madre Tierra,
Gaia, La Pacha Mama.
Esto es el ‘hombre nuevo’, el homo novum, del cual hablaron los revolucionarios marxistas Lenin, Trotsky,
Mao tse-Tung, Ernst Bloch y Che Guevara y sin el cual no se puede realizar una Revolución Bolivariana
victoriosa, sin el cual es imposible un ‘nuevo socialismo’.
Octavo, lo nuevo, lo original y lo auténtico no es la repetición de lo viejo, de lo que fue, sino es utópico en el
sentido filosófico de Ernst Bloch. Es el ‘todavía no’, el ‘todavía no ahora’ y el ‘todavía no allá’. En la medida
que nos aproximamos al socialismo, somos nosotros mismos quienes vamos creando el camino; de hecho,
construimos lo nuevo, construimos al socialismo mismo. Al igual que la práxis y la teoría que son sus
herramientas revolucionarias, los actos y los pensamientos del ‘hombre nuevo’, consisten en hacer cosas nunca
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antes hechas y pensar cosas nunca antes pensadas. Esto es el sine qua non para una revolución cultural en
Venezuela.
Noveno, por cierto, hay una necesidad urgente de alimentar, darles ropa y vivienda a millones de personas
empobrecidas y esto cuesta dinero. La única manera de obtener dinero es trabajar, trabajar como esclavo
asalariado capitalista, ser explotado. Además, otras clases, especialmente las clases medias, también reclaman
su parte del ‘cambur’ socialista. Esto es nuestro dilema, tener nuestro cambur y comerlo al mismo tiempo,
construir el socialismo y destruirlo al mismo tiempo, ¡un eterno trabajo de Sísifo!
Décimo y finalmente, no obstante, sin cambios culturales radicales en nuestra superestructura, en nuestras ideas,
nuestros pensamientos, creencias, ideología, religión, jurisprudencia, tradiciones, patrones de conducta,
cosmovisión, lógica, moral y estética, ningún ‘nuevo hombre’ ni ninguna revolución socialista es posible en
América Latina. Sin la correspondiente base económica, sin una nueva ciencia, sin el trabajo sustituido por la
creatividad y la creación, la propiedad privada sustituida por la propiedad humana, sin la eliminación de la
sociedad de clases y del Estado, sin la eliminación de la militarización, de la economía del mercado, del
mercado mundial, del capital, del dinero, de las ganancias, etc., no es posible incluso ni el sueño diurno utópico
de una emancipación. Una cosa es una sociedad capitalista represiva de clases, compuesta por clases altas,
bajas, medias (positivas, negativas y neutras), otra cosa distinta es una sociedad socialista revolucionaria,
construida por seres humanos emancipados libres.
El tiempo y el espacio para la supervivencia humana se acaban, es ahora o nunca, así que más vale agarrar las
verdaderas tareas de la emancipación humana en vez de detenernos con ‘revoluciones’ chimbas con adornos
socialistas. Ante un gran dilema es mejor que agarremos al toro globofascista imperialista por sus cuernos.
Sólo de esta manera y como especie humana emancipada todavía podríamos volvernos invisibles, invulnerables
e invencibles.
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