29 de mayo – La pobreza, el problema real de nuestro tiempo Documental: “Un mundo desigual” Participan: Manuel Tovar (miembro de la Coordinadora de ONG de Murcia) y Alejandro M. Lax (coordinador del ciclo) Este episodio aborda la situación de la pobreza en relación al consumo en el mundo, las áreas de miseria en los países desarrollados, las pandemias, el comportamiento de las grandes multinacionales farmacéuticas en los países en los que un tercio de la humanidad vive con menos de un dólar al día. Hasta hace poco, según se recoge en esta entrega, el presupuesto de Naciones Unidas era de 1,2 billones de dólares, seis veces menos que lo que los norteamericanos se gastan en cosméticos. Bibliografía Pierre Bourdieu, La miseria del mundo, Akal, 1999; Frantz Fanon, Los condenados de la tierra, FCE, 1988; Jeffrey Sachs, El fin de la pobreza: cómo conseguirlo en nuestro tiempo, Debate, 2005; Enrique Dussel, El encubrimiento del otro: hacia el origen del mito de la modernidad, Abya-Yala, 1994; Informe sobre desarrollo humano 2006, Mundi-Prensa, 2006; Muhammad Yunus, El banquero de los pobres: los microcréditos y la batalla contra la pobreza en el mundo, Paidós, 2005; Samir Amin, La acumulación a escala mundial: crítica de la teoría del subdesarrollo, Siglo XXI, 1979; Franz Hinkelammert, Ideologías del desarrollo y dialéctica de la historia, Ediciones Nueva Universidad, 1970; Ryszard Kapuscinsky, Ébano, Anagrama, 2000; El Atlas, Le Monde Diplomatique, 2006. En la Red de redes… www.pobrezacero.org - www.congde.org - www.oxfam.org - www.wfp.org www.fao.org/es/ - http://ucatlas.ucsc.edu – www.worldbank.org/poverty www.undp.org/poverty – www.jubileeresearch.org – www.oid-ido.org www.cadtm.org – www.un.org/spanish/millenniumgoals www.undp.org/french/mdg/mdgcampaign-f.htm - www.gpgnet.net Asociaciones que trabajan en Murcia ACSUR-Las Segovias, Asociación Amigos del Pueblo Saharaui, Cruz Roja Española, Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL), UNSUR, Murcia Acoge, Fundación Entreculturas, Fundación Entrepueblos, etc. Para el debate: “¿estamos erradicando la pobreza?” Dicen por ahí que el mundo avanza, crece y progresa sin parar, al mismo ritmo que marca el paso del tiempo: nuestras ciudades están hoy más limpias que ayer, también comemos más que ayer, viajamos con frecuencia y gastamos sin reparo cuando llega el fin de semana ¿qué más se puede pedir a esta vida tan afortunada? Así pensamos habitualmente, y lo cierto es que así piensan también con demasiada frecuencia los economistas de la Escuela de Chicago. Entonces, ¿de qué quejarnos? No se trata tanto de quejarnos más o menos, sino de ser conscientes de hasta qué punto es legítimo pensar de este modo, tal vez creyendo que el progreso, antes o después, llegará a todos los rincones del mundo, tal y como llegó un buen día a nuestro barrio. Sin entrar en el debate en torno al dudoso incremento de felicidad que pueda haber experimentado la sociedad occidental avanzada de hoy, podemos explorar interrogantes mucho más inquietantes: ¿cómo es posible que las 225 personas más ricas del mundo acumulen el mismo valor que toda África Subsahariana (excepto Sudáfrica)? ¿Cómo es posible que el 20% de los habitantes de este planeta, usted y yo, consumamos el 80% de los recursos mundiales? En los últimos 10 años ha descendido el Índice de Desarrollo Humano de 21 países. En Europa hay 100 millones de pobres, pero lo más crudo es la cifra de 2000 millones de personas en el mundo que viven con menos de dos dólares al día, o lo que es lo mismo, en situación de pobreza extrema. Ni siquiera el crecimiento de China, la fábrica del mundo, ha conseguido frenar unas cifras que han empeorado en los últimos 20 años. El mismo Banco Mundial reconoce explícitamente que las desigualdades entre ricos y pobres se están incrementando más y más. Vivimos en un mundo de ganadores y perdedores, donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, donde sólo una minoría vive en el carro de un modelo de progreso insostenible. Los occidentales (EEUU, Europa y Japón) consumimos más y más combustibles fósiles, incrementamos la deuda externa, construimos alambradas y muros de contención en nuestras fronteras, imponemos unas reglas comerciales injustas, gastamos más de 600 mil millones de dólares en industria militar (mientras damos 200 mil para la cooperación y el desarrollo), controlamos las principales empresas multinacionales, emitimos a la atmósfera más del 50% del CO2 mundial. Un buen resumen de todo este drama está en el fracaso de los Objetivos del Milenio marcados por la ONU en 2000 donde, por ejemplo, se marcó el año 2015 como fecha límite para reducir a la mitad la pobreza mundial. Toda una quimera. Sin ánimo de menospreciar muchas de las virtudes de nuestra cultura, sin ánimo de provocar polémicas innecesarias, creo que lo más honesto que podemos hacer es plantearnos seriamente cuáles son los problemas de nuestro tiempo ¿el terrorismo o la pobreza? ¿La inmigración o la desigualdad creciente? Es más, no se trata simplemente de una cuestión de crítica y reflexión, sino, sobre todo, de acción, mucha acción.