Intercambio 2014 la Seyne sur mer 1 día: Llegamos a la Seyne después de 15 horas de viaje y tras visitar Aix en Provence, la ciudad de las mil fuentes. El momento de reunirse con nuestros “correspondants” se acercaba, y los nervios eran tales que no queríamos bajar del autobús, pero finalmente llegamos al instituto y ,allí, estaban esperándonos. El resto de la tarde nos instalamos en nuestras respectivas casas. 2 día: Visitamos Toulon, donde está el puerto militar más importante de Europa. Además, subimos en funicular a la cima del monte, lo que nos sirvió para conocernos mejor tras un juego revolucionario de Toñi, que al principio pensamos que era una tontería monumental, pero con el que pasamos toda la tarde entretenidos. 3 día: Fuimos a la playa, donde unos cuantos se bañaron a pesar del fresquete de la brisa marina de ese día, y, más tarde, comimos. Después, visitamos la ciudad de Hyères, sus salinas, la península de Giens y la villa de Noailles. Esta última era una casa de unos mecenas innovadores que revolucionaron su época a través de modernos diseños arquitectónicos. Por la noche, tocaba cena con los profesores en un restaurante al lado del mar, lo que permitió que muchos de los franceses se bañasen, y , nosotros, cuales graciosillos, les escondimos la ropa, pero pronto nos apiadamos de ellos y se la devolvimos. 4 día: Llegó el cuarto día, y tocaba visitar Marseille. Vimos el museo de la arquitectura, nos hicimos la típica foto en el espejo de “Ombrière”. Allí conocimos a unos coreanos y taiwaneses, con los que nos hicimos una foto. También íbamos a coger un barco para visitar el castillo de If, lugar donde encarcelaron al Conde de Montecristo, pero, por culpa de la marejada, no se podía navegar y nos quedamos con las ganas de ir. Más tarde, visitamos la Basílica de Notre Dame de la Garde, en la cual dejamos nuestra huella al firmar en un libro que había allí para los visitantes. Todos volvimos cargados de este viaje con un regimiento de jabones típicos de esta ciudad. 5 día: Ya llegó el viernes, nuestro quinto día en Francia. Poco a poco, nos íbamos acostumbrando al horario de allí. Esa mañana nos levantamos sobre las seis para ir al instituto. Estuvimos cuatro horas dando clase, unos tenían E. Física, donde jugamos al volley, otros inglés, lengua… Comimos a la una del mediodía en la cantina con nuestros “ correspondants”, y nos quedamos bastante hinchados, sobre todo Alicia M. a la cual todos los compañeros le “sirvieron” la comida que no querían. Al terminar, descansamos en el patio del instituto hasta que llegara la hora para la siguiente salida a Castellet, un pueblo con un gran encanto en el que fuimos de compras. Luego por la noche, cada uno, hizo una actividad diferente con sus “correspondants”, unos a la bolera, a la cual, los franceses de primero de bachiller llevaron a sus compañeros, y otros fueron a una fiesta organizada por la “correspondant” de Andrea, Coralie, a la que asistieron los de cuarto. 6 dia: El penúltimo día fue en familia. Cada español tenía que pasar el sábado con su correspondiente familia. Muchos se juntaron y fueron al parque de atracciones y, otros, a los Karts o a la playa. ¡Nos lo pasamos genial! 7 día: Último día en la Seyne muy triste, con la despedida de los alumnos con sus “correspondants”. Tan pocas eran las ganas de volver que ninguno quería subir al autobús, derramando incluso alguna que otra lágrima. Finalmente, fuimos subiendo, y Herminio, nuestro chófer del Francisco-Antonio, ya estaba un poco desesperado por la espera. Conforme íbamos alejándonos de la Seyne, la nostalgia se apoderaba de nosotros y, aún, seguimos con ella. En general todos quedamos satisfechos de esta gran experiencia. Las familas nos trataron como si estuviéramos en nuestra propia casas y algunos incluso estamos invitados a volver. Además, tenemos anécdotas para aburrir, como por ejemplo: -Diego se sintió rico por un día al ir a mirar yates con un valor de 78.000 euros. -Jorge encontró el baño de su casa al tercer día de estar allí y por casualidad, ya que el primer día no le dijeron donde estaba y luego le daba vergüenza preguntarlo. - A Laura le compraron un futbolín. Se quedó allí. -Muchos nos quedamos encerrados en el baño… Por otra parte, no pensábamos que íbamos a aprender tanto en este intercambio, sobre todo expresiones coloquiales, vocabulario del día a día, etc. Además como ambos, tanto españoles como franceses, nos preguntábamos cosas, aprendimos mucho unos de otros y algún que otro insulto, pero hay que ser precavidos, asi que… En conclusión, nos ha encantado la Seyne Sur Mer y compartir con vosotros esta experiencia. Gros Bisous.