Evolución de la Filosofía

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Filosofía
La constitución de la Filosofía.
Los orígenes de la filosofía se remontan al siglo VI a. C. Los primeros filósofos vivían en la costa Jónica, en
la antigua Grecia. El contacto con otras culturas, la expansión por el Mediterráneo y los intercambios
culturales favorecieron a la constitución de la filosofía. Hasta entonces, las inquietudes de los hombres se
contestaban con MITOLOGÍA (narraciones creadas por el hombre cuyo objetivo es contestar inquietudes
humanas como el origen del mundo, la constitución del cosmos, etcétera). Se abandonan los modelos míticos
y religiosos ya que los filósofos dan respuestas naturales basadas en la razón. Se consolida con Sócrates,
Platón y Aristóteles.
Tema 2.
Ciencia: actividad humana que da lugar a un cuerpo sistemático y organizado de conocimientos que hace uso
de leyes o principios generales.
El origen del método científico (principales científicos):
Fueron Francis Bacon, Galileo Galilei e Isaac Newton los primeros que centraron sus esfuerzos en diseñar un
método de investigación.
Francis Bacon: la experiencia y la práctica.
Galileo Galileo: la consagración del método científico (hipotético−deductivo).
Isaac Newton: la ciencia clásica.
Tipos de ciencias:
Ciencias formales: comprende dos ciencias formales: la lógica y la matemática. Se basa en los axiomas; sus
proposiciones se admiten sin demostración. Las C. formales no tratan sobre hechos observables. Un resultado
siempre será verídico por la ausencia de contradicción.
Ciencias naturales y humanas: la característica principal de las ciencias empíricas es que tratan sobre
hechos del mundo y por lo tanto observables. Su meta es establecer leyes y teorías que permitan predecir lo
que ocurrirá en circunstancias determinadas. En las C. empíricas distinguimos dos variantes: las que estudian
los fenómenos naturales y las que estudian las acciones humanas. Ambas se rigen por métodos muy
diferentes, ya que en la naturaleza impera la causalidad y en los hechos en que interviene el hombre impera la
intencionalidad.
Explicación de los métodos científicos:
La explicación Axiomática: principio evidente en el mismo que no necesita demostración (las matemáticas
se basan en los Axiomas).
La explicación Inductiva: a partir de casos o fenómenos determinados enunciar resultados generales, y por lo
tanto, descubrir las reglas que los rigen.
La explicación hipotético−deductiva: La metodología más usada hoy en día. Consiste en establecer unas
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hipótesis y expresarlas matemáticamente. A continuación deducir consecuencias demostrables y
comprobarlas, o bien con nuevas observaciones, o bien mediante un experimento (reproducción artificial de
un fenómeno natural). Si el resultado es positivo, la hipótesis se convierte en ley.
El método hermenéutico: implica al observador. Metodología propia de las ciencias humanas. Consiste en
estudiar las acciones del hombre y por tanto estudiar al hombre en sí. El resultado del método hermenéutico
no es nunca objetivo. No se demuestra una realidad, se interpreta desde una perspectiva determinada.
Los límites de la ciencia
La ciencia tiene límites, que procura establecer mediante:
Criterio de verificación: un enunciado es científico si es verificable.
Criterio de falsación: en ningún caso se debe verificar una hipótesis de forma completa y definitiva.
Tema 4: El problema de la verdad y los criterios de la verdad. Lenguaje y conocimiento filosófico.
Verdad ontológica: la manifestación de aquello permanente de las cosas. Una verdad que hay bajo las
apariencias, que los griegos denominan Aletheia.
Verdad epistemológica: la verdad no existe en los objetos, sino en aquello que se afirma que son los objetos.
Verdad empírica: depende de la correspondencia entre lo que se ha afirmado y la comprobación que lo
confirme.
Verdad formal: depende de la coherencia o no−contradicción de la proposición.
La verdad como evidencia: es verdad aquello que esta exento de dudas.
La verdad como utilidad: es verdad aquello que en la práctica da resultados positivos.
Las actitudes filosóficas respecto al conocimiento:
Escepticismo: la experiencia de un cambio constante en las cosas materiales hizo pensar a los filósofos
griegos que debajo de las apariencias cambiantes no se escondiera un componente último, imposible de captar
con los sentidos. La imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el principal elemento de las cosas hace que
estos filósofos duden de nuestra capacidad para conocer. Con los sofistas entra el escepticismo en la filosofía.
Escepticismo radical: negación de todo conocimiento ya que el hombre no puede conocer. La única actitud
honrada es la llamada Epojé (suspensión del juicio), cuyo objetivo es obtener la tranquilidad de nuestra alma
perdida por el afán de conocer. GÓRGIAS (s. V a. C.), el primer filósofo escéptico del cual se tiene
constancia, dice: "Nada existe. Si alguna cosa existiera no la podríamos conocer. Y aún llegándola a conocer
no la podríamos comunicar."
El escepticismo radical se auto contradice ya que afirma que es imposible llegar a la verdad y esta afirmando
que esta tesis es verídica.
Escepticismo moderado: esta versión más detallada del escepticismo surge en el Renacimiento gracias a
autores como Montaigne, Charron y F. Sanchez y se desarrolla a lo largo de la edad moderna hasta que
culmina con Hume (s. XVIII). Estos filósofos subrayan la importancia de la duda (que es la expresión de
sabiduría). Si la razón cree que percibe cosas inmutables o eternas se engaña. Ellos creen que no existe
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ninguna ciencia verdadera ya que el mundo físico, como las costumbres humanas, es una realidad
cambiante y no hay ninguna cuestión que no pueda ser objeto de disputa. En la filosofía moderna destaca
el escepticismo de Hume (s. XVIII). Este filósofo se centra en la relación de causa−efecto o causalidad. La
costumbre de haber visto aparecer las mismas cosas en el pasado nos hace afirmar que seguirá ocurriendo en
el futuro, aunque desconozcamos el motivo por el cual las cosas ocurren. Hume es consciente de que el
escepticismo radical no es útil para la vida pero remarca la necesidad de juzgar y de dudar.
El Dogmatismo: cree en la capacidad del hombre para conocer pero admite la equivocación. Reconoce que
no todos los hombres son capaces de alcanzar la verdad y por eso es necesario enseñarnos.
El dogmatismo radical: confianza ilimitada en la capacidad para conocer de los hombres. No admite el error
(las cosas son tal y como las percibimos). El dogmatismo radical tiene efectos nocivos, ya que impide que el
conocimiento avance y hace más difícil la convivencia, ya que quien lo defienda se considera poseedor de la
verdad absoluta y rechaza cualquier indicio de crítica.
El dogmatismo moderado: confianza razonada en la capacidad del hombre para conocer. No es contrario a la
actitud crítica ya que se fundamenta en ella. Su figura principal es Descartes (s. XVII), que afirma que es
necesario dudar de todo para alcanzar el conocimiento. Lo único evidente en si mismo e indudable es la mente
(pienso, luego existo).
La actitud crítica: precaución al aceptar como cierto cualquier conocimiento. Se aleja de la llamada actitud
natural (actitud humana en la que se acepta espontáneamente como verdadero aquello que se capta con los
sentidos o es compatible con los conocimientos adquiridos) para examinar y preguntarse si los conocimientos
adquiridos son ciertos o falsos. La actitud crítica tiene tres fines: purificar, fundamentar y delimitar.
Purificar: no aceptar ningún conocimiento que antes no haya sido analizado críticamente, rechazando todo lo
sospechoso de duda.
Fundamentar: consiste en buscar un fundamento o punto de partida que asegure que los conocimientos
adquiridos sean válidos y estén exentos de error.
Delimitar: establecer los límites de nuestro conocimiento, poniendo al descubierto cualquier intento de ir más
allá de los límites establecidos.
Condicionantes del conocimiento.
Determinantes sociales: son los prejuicios o ideas preconcebidas. Su función fundamental es controlar a los
individuos e impedir a la razón desarrollar su tarea −analizar, conocer y aplicar las ideas−. Hay 2 tipos: los
religiosos y los civiles.
Tipos de interés
Según Habermas (autor del siglo XX), hay tres necesidades o intereses que aparecen en el ser humano:
Interés técnico: se manifiesta en las ciencias naturales o empíricas y en la tecnología. Nace de la necesidad
de dominar la naturaleza con el fin de sobrevivir y mejorar las condiciones materiales de vida.
Interés comunicativo: llamado ciencia del espíritu (lingüística, literatura, arte, etc.). Surge de la necesidad
humana de desenvolverse en sociedad en un ámbito en que sea necesaria la comunicación y la expresión. En
este caso no es posible aplicar leyes empíricas ya que su método es la hermenéutica, el diálogo y la
interpretación.
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Interés emancipador: llamada ciencia crítica (filosofía, psicoanálisis, etc.). Se basa en la necesidad humana
de liberarse de las opresiones de cualquier tipo (materiales, morales, psicológicas, etc.) con el fin de lograr
una mejor calidad de vida ya que el conocimiento aumenta la libertad.
Origen y límite del conocimiento.
Una vez asumido que el conocimiento existe, se plantean dos cuestiones prioritarias: de donde procede
nuestro conocimiento de las cosas y hasta donde podemos conocer. El racionalismo y el empirismo son dos
maneras totalmente opuestas de afrontar estas cuestiones.
El racionalismo: firme creencia en la razón humana para alcanzar la verdad. Sometida a un riguroso método,
la razón humana permite afirmar la validez de los conocimientos sobre el mundo, el cual esta regido por leyes
racionales.
Origen y límite del conocimiento: Descartes (siglo XVIII) considera que el instrumento más adecuado para
conocer es la razón dirigida por un método fiable. Este método descarta todo lo que proporciona la
experiencia por el hecho de ser dudoso. Descartes cree que nos debemos basar exclusivamente en la razón,
que es capaz de conocer las ideas innatas y deducir el resto del conocimiento.
Ideas innatas: según el racionalismo, hay ideas en
nuestra mente que no previenen de la experiencia
sino de la facultad de pensar. Los ejemplos clásicos
son las ideas de "Dios", "Sustancia", etc., que se
imponen en nuestro pensamiento como principios
universales e indudables.
Respecto al límite del conocimiento, los racionalistas afirman que el conocimiento humano es ilimitado. Si
empleamos bien la razón podemos llegar a conocer cualquier cosa. El error no es fruto de nuestras
limitaciones o imperfecciones, sino de una utilización incorrecta de nuestras facultades para conocer.
El empirismo: el empirismo sitúa la experiencia como origen, posibilidad y límite de nuestro conocimiento.
Todo conocimiento comienza y acaba en la experiencia.
Los empiristas afirman que la razón, por si misma, es incapaz de producir cualquier tipo de conocimiento y
solo puede reflexionar sobre los datos que le proporciona la experiencia. Para ellos no existen las ideas
innatas.
Los orígenes del conocimiento. Locke
John Locke (siglo XVIII) establece los principios del empirismo moderno. Locke cree que no existen las ideas
innatas, que el entendimiento antes de la experiencia es un papel en blanco y que todo conocimiento comienza
con los sentidos. Para él existen dos fuentes de conocimiento:
Experiencia externa: dolores, sensaciones físicas (se percibe con los sentidos).
Experiencia interna: sentimientos, razonamientos (es algo no−material que no se percibe con los sentidos
pero se nota).
Locke cree que cuando pensamos estamos combinando ideas que tienen origen en la experiencia. Siguiendo a
Locke, el escocés David Hume (siglo XVIII) afirmara que el conocimiento nace de una serie de impresiones
que recibimos con la experiencia y que se organizan es nuestro cerebro, constituyendo todo tipo de ideas
complejas y hasta imaginarias.
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Los límites del conocimiento
Hume asegura que la experiencia es el límite de todos nuestros conocimientos y que los conocimientos se
reducen a impresiones e ideas. Las ideas son, simplemente, imágenes de las impresiones que se producen en
nosotros cuando reflexionamos sobre ellas. Para él, toda idea en la que no encontremos la impresión de la que
deriva puede ser rechazada (por lo tanto, rechaza los conceptos de Dios, alma, ideas innatas, etc. Ya que en
estas no se encuentra ninguna impresión). Hume afirma que solo nos queda aceptar como cierto aquello que
proviene de la experiencia (costumbres, hábitos, etc.).
La síntesis kantiana
Imanuel Kant (siglo XVIII) se planteará las ideas de origen y límite del racionalismo y el empirismo desde el
punto de vista de como el individuo construye el conocimiento.
Para Kant el conocimiento no es más que una síntesis entre aquello que nos es dado (un conjunto de
impresiones sensibles que captamos) y aquello que nuestra mente aporta por si misma (un conjunto de
estructuras formales que ordenan las impresiones).
Noümen: cosa−en−sí; la realidad en si
misma, de la cual podemos deducir su
existencia pero no llegar a conocerla ni
percibirla del todo.
Fenómeno: cosa conocida; resultado
de la elaboración de datos de los
sentidos.
Por otra parte Kant establece límites al conocimiento humano. Estos límites los marca la experiencia, por un
lado, y nuestra subjetividad, por otro. De la realidad sólo conocemos los fenómenos (aquello que percibimos
y como lo percibimos). Para Kant lo que la realidad es en si misma es para nosotros un absoluto misterio. No
podemos abandonar nuestra subjetividad para captar los noümen. Nos debemos conformar con un
conocimiento limitado.
Tema 5
El mundo físico y la ciencia.
Los presocráticos (s. VI a. C):
Este grupo de filósofos se empezaron a preguntar por la constitución del cosmos y su origen y formularon las
primeras cosmologías. A los pensadores presocráticos les sorprende la diferencia entre lo que se observa y se
capta por los sentidos y lo que decimos que son las cosas cuando utilizamos el pensamiento. Los sentidos
captan un mundo sometido a modificaciones (el movimiento) mientras que la razón considera la existencia de
principios inmutables y permanentes.
Aristóteles y el aristotelismo.
Con Aristóteles se produce un cambio en la mentalidad griega. Él cree, en contra de las tesis mantenidas por
Platón, que el único mundo real es el empírico.
Para Aristóteles, el cosmos estaba formado por un conjunto de 56 esferas concéntricas (estas esferas dan
soporte a los planetas y a las estrellas). El límite exterior es la esfera de las estrellas fijas y el centro esta
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ocupado por la tierra, que es inmóvil y esférica. Los astros están fijos y sus esferas dotadas de movimiento. El
movimiento deriva del primer motor (Divinidad), que comunica el movimiento sin moverse.
También cree que hay dos regiones separadas por la luna: sublunar y supralunar. La región sublunar esta
compuesta por los cuatro elementos (tierra, aire, fuego y agua) y existe la corrupción y los cambios
substanciales. La región supralunar es perfecta (éter) y en ella no existe el cambio. Fuera de estas dos regiones
no hay nada.
El modelo medieval:
Las ideas de Aristóteles fueron tomadas como referentes en la edad media (y aceptadas por la iglesia). Sin
embargo, hasta el siglo XII, el estudio de la naturaleza solamente tenia interés en la medida en que servia para
conocer a Dios.
A partir del siglo XII cambia la consideración de la naturaleza y la ciencia y se produce una crisis de las ideas
aristotélicas. La recuperación de los conocimientos del mundo griego y la necesidad de obtener recursos
influyen en gran parte. Se comienzan a buscar leyes que expliquen el funcionamiento de la naturaleza y
explicaciones causales que excluyan milagros.
Dos factores influyen en este cambio de dirección. Por una parte, el estudio autónomo de diversas disciplinas,
sobretodo en París. Por otra parte, la consideración matemática de la naturaleza, impulsada a partir del siglo
XIII desde la universidad de Oxford por filósofos como Robert Grosseteste (1170−1253) y Roger Bacon
(1210−1294), que dio lugar al uso de la experiencia como punto de partida para la inducción y la deducción,
instrumentos para deducir leyes generales. La experiencia proporciona los materiales, con la inducción se
establecen las leyes, pero la generalización sólo es posible con la dedución matemática.
La ciencia moderna: Los nuevos planteamientos sobre la investigación científica se iniciaron a lo largo del
siglo XIV tuvo como consecuencia la independencia de muchos intelectuales. 4 hombres destacarían en lo que
se refiere a la creación de métodos científicos:
Francis Bacon y su método (s. XVI): estableció una nueva metodología que sustituyera el aristotelismo.
Consistía en liberar la mente de ideas preconcebidas, ídolos, etc. Después, usar la observación de fenómenos
como punto de partida para establecer leyes generales, ya que la experiencia no puede leer la naturaleza tal
como es. Bacon abandona un conocimiento teórico de la naturaleza. Con él nace el contacto directo con la
naturaleza. Al rechazar las matemáticas y dar privilegio a la inducción su método queda pronto obsoleto
aunque influye de manera decisiva en la labor de científicos posteriores, como Newton.
Galileo Galilei y su método (s. XVI): desarrolla un método científico llamado hipotético−deductivo que se
basa en dos vías: la teórica y la experimental. Defiende la importancia de las matemáticas como instrumento
para la investigación de la naturaleza y la deducción para establecer hipótesis que pudieran ser contrastadas
con nuevas observaciones. El planteamiento de Galileo exige la ruptura definitiva con el mundo físico para
substituirla por el mundo físico−mecánico (en este mundo no caben conceptos aristotélicos como primer
motor, intelecto agente, etcétera). Sin embargo, este nuevo método no tenía el fundamento filosófico necesario
para su implantación definitiva.
René Descartes (siglo XVII). La sustancia material extensa:
Sustancia:
elemento
evidente en el
mismo
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En la filosofía de Descartes, dejando de lado a Dios, hay dos únicas realidades: sustancia espiritual (se
refiere a la conciencia, alma, mente, etc. Y sustancia extensa (se refiere a la materia exterior). La sustancia
material es la que tiene más importancia para Descartes. Él concibe el mundo como un conjunto de entidades
materiales relacionadas entre sí (el mundo físico es un gran mecanismo). Con esta nueva forma de entender la
naturaleza sólo es posible interpretar el mundo físico desde la física y la geometría. Así como su contribución
en la física fue escasa, no ocurrió lo mismo con la geometría. Descartes estableció los ejes cartesianos y usó
reglas algebraicas que simplificaron los problemas relacionados con la geometría. Descartes afirmó que no es
necesaria la autoridad de la iglesia ni las Sagradas Escrituras para conocer la verdad.
Isaac Newton y su método (s. XVIII): culminó la obra empezada por Bacon, Descartes y Galileo. Unifica
definitivamente el estudio de la física terrestre y celeste y aplica las matemáticas al estudio del universo, la
materia y el movimiento. El modelo de Newton no pretende descubrir la naturaleza o las propiedades ocultas
de las fuerzas sino las relaciones matemáticas que rigen los fenómenos. Newton rechaza las hipótesis de
Galileo. Diseña un método para conocer el mundo físico que consiste en: acercarse a la naturaleza,
interrogarnos a nosotros mismos y observar los fenómenos; a partir de estos pasos establecer una
fórmula matemática que exprese el funcionamiento y las consecuencias del fenómeno, no la esencia o
causa que lo origina.
La ciencia actual: La ciencia se separa definitivamente de la filosofía. La especialidad debe existir en la
ciencia (por ejemplo: oculista).
Terminología:
Noümen: cosa−en−sí; la realidad en si misma, de la cual podemos deducir su existencia pero no llegar a
conocerla ni percibirla del todo.
Fenómeno: cosa conocida; resultado de la elaboración de datos de los sentidos.
Hipótesis: respuesta provisional (de lo que se cree que es posible).
Teoría: hipótesis generales o modelos explicativos.
Conceptos: términos de su vocabulario.
Ley: hipótesis demostrada.
Ciencia: actividad humana que da lugar a un cuerpo sistemático y organizado de conocimientos que hace uso
de leyes o principios generales.
Criterio de verificación: un enunciado es científico si es verificable.
Criterio de falsación: en ningún caso se debe verificar una hipótesis de forma completa y definitiva.
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