Leonardo Moledo, Gustavo Gomez, Argentina ()

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9ª Reunión de la Red de Popularización de la Ciencia y la
Tecnología en América Latina y el Caribe
FORMATO PARA PRESENTAR TRABAJOS
9ª Reunión de la Red Pop
8 al 10 de Abril, 2005 – Río de Janeiro, RJ - Brasil
Título completo de la presentación
Periodismo científico y verdad: la comunicación de la ciencia frente a las tesis
de Thomas Kuhn
 Modalidad de presentación:
 Trabajo oral X  Cartel
 Línea temática:
 1. Educación no formal
 2. Museos y centros interactivos de ciencia
 3. Producción de materiales  4. Periodismo científico X
 5. Profesionalización de la divulgación de la ciencia
 Datos personales del(los) autor(es):
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Domicilio
Ciudad / Estado1
C.P. / País
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Lic. Leonardo Moledo
Lic. Gustavo Javier Gómez
Planetario Galileo Galilei - Ciudad Autónoma de Buenos
Aires
Av. Sarmiento y Belisario Roldán s/n Buenos Aires
Buenos Aires
Argentina
Código: 5411
Número: 47719393
Código: 5411
Número: 47719393
lmoledo@yahoo.com, leonardomoledo@pagina12.com.ar
Nombre de otros
autores
 Datos institucionales:
Nombre de institución Planetario Galileo Galilei Ciudad Autónoma de Buenos
Aires
Programa o centro
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Tecnología en América Latina y el Caribe
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Número: 47719393
Página Web
www.planetario.gov.ar
Miembro de Red Pop
 Titular X
 Asociado
SI SE PROPONE PONENCIA PARA MESA DE TRABAJO:
 Honorario
 Equipo de apoyo requerido para la presentación (en caso de mesas de trabajo):
 Proyector de acetatos (retroproyector)  Proyector de diapositivas (slides)
 Proyector de cañón (para PC)
 Computadora (PC) con Office
 TV + Video PAL
 Otro __________________________
 Resumen de la propuesta de presentación:
Los países latinoamericanos, a lo largo de la década de los noventa, se caracterizaron
por una creciente exclusión social, incluso a nivel educativo. Revertir este problema
no es sencillo, pero más que un desafío, intentarlo se vuelve hoy un compromiso
ineludible para quienes desde distintos espacios han emprendido la ardua tarea de
modificar las variables económicas, políticas y educativas que hicieron posible aquella
debacle. Precisamente, en la esfera de la educación encontramos que la extensión de
la cultura científica es una de las herramientas más importantes de este cambio ya
que no solamente puede incidir en la resolución de las problemáticas locales y en la
mejora de las condiciones de vida puntuales, sino que crea el estado de comprensión
necesario para que la ciencia como “empresa nacional”, impulsada por los distintos
gobiernos, crezca; lo cual es una condición indispensable para el desarrollo
económico y social. En este marco, el periodismo científico aparece como uno de los
ejes centrales que articulan la educación no formal en ciencias al tiempo que
cooperan en la difusión y promoción de la cultura científica. En este sentido,
presentamos este trabajo con el deseo de que las consideraciones que allí se destacan
sirvan a la comprensión de alguno de los aspectos, quizá más polémicos y menos
abordados, que hacen a la profesión del periodista o del divulgador de la ciencia. El
concepto de “verdad científica” es trabajado aquí con el velado, aunque no por ello
menos importante propósito de que nuestras sociedades puedan en la medida de lo
posible hacer suyos los contenidos científicos y poner sus productos al servicio de
modelos de desarrollo más justos, equitativos y democráticos.
 Trabajo en extenso:
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Periodismo científico y verdad: la comunicación de la ciencia frente a las tesis de
Thomas Kuhn i
Leonardo Moledo y Gustavo Gómez
Introducción
El periodismo científico se ha constituido, o por lo menos debería hacerlo, en uno de
los vehículos más importantes (probablemente el más importante después del sistema
escolar) de difusión de la ciencia fuera del ámbito académico, y como es de suponer,
se ha generado alrededor de él una preceptiva, uno de cuyos primeros mandatos
consiste, como era de esperar, en la transmisión de la verdad científica, punto
importante en todos los modelos de comunicación de la ciencia. Sin embargo, la idea
misma de “verdad científica” ha sido cuestionada (y lo sigue siendo aún) por las
epistemologías de tipo sociologista, que bien pueden reconocer un punto de partida en
la obra del físico y filósofo Thomas Kuhn, “La estructura de las revoluciones científicas”
(1962), que desató una discusión cuyos ecos todavía se hacen sentir.ii Si bien la
discusión filosófica ha sido intensa, poco se ha dicho sobre la repercusión directa de la
posición kuhneana en el campo de la Comunicación Pública de la Ciencia (CPC) iii, y
esto es así en gran medida porque Kuhn propone una teoría de la verdad diferente de
la que la preceptiva indica para la CPC.
La Estructura de las Revoluciones Científicas
A principios de la década del sesenta del siglo pasado, “La estructura de la
Revoluciones Científicas” atacó prácticamente todos los presupuestos de lo que Hilary
Putnam llamó Concepción Heredada, cuestionando la construcción global del
empirismo lógico y sus derivados mediante un enfoque de “la cuestión científica”
completamente diferente. La popularidad alcanzada por su trabajo fue notable, tanto
que conceptos como “paradigma”, “anomalía” o “inconmensurabilidad” se convirtieron
desde ese momento en términos comunes para los estudios sobre ciencia.
Su programa apuntaba a historizar y sociologizar tanto la filosofía como los aspectos
cognitivos de la actividad científica, incluyendo el concepto de “verdad”. Para Kuhn, el
movimiento de la ciencia no es continuo ni acumulativo sino que procede a saltos,
mediante crisis y fracturas: en el desarrollo científico abunda el cambio. Una vez que
un paradigma científico se ha instaurado y borrado las huellas de todo lo anterior,
continúa la conocida secuencia: ciencia normal, aparición de anomalías, ruptura y
decadencia del paradigma, revolución científica y reconversión.iv Además, un
paradigma genera hábitos y prácticas mentales y experimentales que determinan las
variantes teóricas y los enunciados observacionales. Los científicos adscritos a un

Planetario Galileo Galilei de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
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mismo paradigma están ligados por creencias y prácticas v comunes, comparten
términos teóricos y sistemas de difusión en idénticas revistas, colegios invisibles (o
visibles) y coinciden, básicamente, en el no cuestionamiento de su filiación
paradigmática. Según Kuhn, “este compromiso y el consentimiento aparente que
provoca son requisitos previos para la ciencia normal, es decir, para la génesis y la
continuación de una tradición particular de la investigación científica”. vi Todos estos
elementos le brindan legitimidad a la “teoría de la verdad” que sustenta la comunidad
científica en cuestión. La verdad es verdad solamente dentro del marco paradigmático,
esto es, queda en entredicho la teoría de la correspondencia, que es la noción intuitiva
y que, de hecho, practica la mayoría de los científicos.
La Comunicación de la ciencia en el mundo de los paradigmas kuhneanos
Ahora bien: ¿qué consecuencias tiene la teoría kuhneana de la verdad (o cualquiera de
sus derivados sociologistas) sobre el periodismo científico y la CPC en general? Como se
ha señalado en un trabajo anterior,vii creemos que tanto el periodismo científico como la
CPC en general no son desprendimientos pedagógicos del corpus científico, sino que
forman parte del conjunto de prácticas del emprendimiento científico en general que
hemos llamado el conglomerado científico. Por ello se puede afirmar que así como la
disolución de la Concepción Heredada, a partir de la propuesta de Kuhn, tuvo impacto en
todos los ámbitos de la ciencia, también ocurrió lo propio en el contexto de difusión.
La situación de quien actúa en el contexto CPC desde la concepción kuhneana es
radicalmente distinto del contexto de difusión CPC derivado de la Concepción
Heredada o de un mundo popperiano. La principal preocupación de un periodista
científico en el marco de la Concepción Heredada se dirige al valor de verdad por
correspondencia de sus enunciados. Y que, además, aceptando la hipótesis de que
esos enunciados son parte de la ciencia, deben respetar las reglas de formación de los
enunciados científicos,viii enfatizar la verificación de tal o cual enunciado (si su variante
es Hempel), agregar un cauto, “por el momento” popperiano; o registrar, en general, el
carácter acumulativo del conocimiento.
El paisaje kuhneano es completamente distinto: se trata de un escenario de
enfrentamiento, de lucha, en el que la pacífica rutina del progreso es sustituida por el
conflicto, con términos teóricos de referenciabilidad variable, añadiendo que su misma
acción tiene consecuencias directas en el rumbo de la ciencia.ix El modelo kuhneano
introduce una política cognitivax en la que el difusor es actor, con una legitimidad de la
que carecía en el mundo de la Concepción Heredada. Las comunidades en lucha
pueden ver en él un aliado o un enemigo (como, por ejemplo, es común entre los
periodistas pro y antinucleares); ya que: a) su práctica es parte del conjunto de
determinaciones que ayudan a la conversión de una comunidad; y b) su rol es
funcional al proceso de conversión que lleva al triunfo de tal o cual paradigma, puesto
que el conjunto de sus enunciados o de sus prácticas pueden incidir de manera directa
en las razones políticas o de contexto social que permiten que un paradigma domine el
centro de la escena.xi
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Tecnología en América Latina y el Caribe
Señalaremos ahora de qué manera algunos conceptos del modelo kuhneano inconmensurabilidad de los paradigmas, períodos de ciencia revolucionaria y períodos
de ciencia normal- operan con énfasis sobre el periodismo científico.
La tesis de inconmensurabilidad
La idea de que los paradigmas son inconmensurables es el punto más controvertido de
la teoría de Kuhn; según este, hay expresiones y enunciados en el lenguaje de cada
paradigma que desafían la traducción. En su forma extrema, la tesis de
inconmensurabilidad sostiene que los enunciados de un paradigma resultan
ininteligibles en otro, como a un médico moderno puede resultarle ininteligible un
escrito de Paracelso.xii Pero si el desarrollo de la ciencia se produce por medio de
revoluciones y paradigmas que se desplazan unos a otros, y si dichos paradigmas son
inconmensurables y no existe un lenguaje común, ¿de qué manera puede haber un
lenguaje que de cuenta de todos ellos? La ciencia deja de ser una unidad y desde el
punto de vista del contexto de difusión, surge una pregunta de manera inmediata: el
periodista científico ¿debe o no situarse en el interior de un paradigma y describir la
ciencia desde allí?xiii En un escenario kuhneano, el divulgador está obligado a saber
que los enunciados científicos son significativos solamente dentro de un paradigma
determinado, y que no hay enunciados que tengan validez universal; así como también
está obligado a distinguir entre paradigmas rivales. Pero, además debe tenerse en
cuenta que “los proponentes de paradigmas en competencia llevan adelante su
actividad en mundos diferentes... Al practicar en mundos diferentes, los dos grupos de
científicos ven cosas diferentes cuando miran desde el mismo punto y en la misma
dirección”xiv ¿El periodista científico debe, también, vivir en mundos diferentes? No
parece fácil hacerlo puesto que, en principio, debería tener un panorama total. ¿Y
cómo puede tenerlo si los mundos son incompatibles, inconmensurables o
intraducibles, sin recurrir a la “solución débil”?xv
Por otra parte, las decisiones que adoptan los científicos respecto a tal o cual
paradigma se toman con datos insuficientes: “la transferencia de la aceptación de un
paradigma a otro es una experiencia de conversión que no se puede forzar.” xvi Es casi
un acto de fe.xvii Lo cual implica, necesariamente, que el científico que habla a su
interlocutor o al público, lo hará también con datos insuficientes, y el “tercer hombre”xviii,
el divulgador, deberá a su vez hacer un acto de fe y transmitir con datos
observacionales insuficientes (si quiere permanecer en equilibrio epistemológico). xix
El periodista científico en la disputa epistemológica
El periodista científico kuhneano enfrenta otro problema: si adopta una posición
neutral, está obligado a presentar la ciencia como lucha de comunidades rivales que no
se convencen por argumentos racionales sino mediante actos de fe o de política
cognitiva. Si elige el camino de la noneutralidad
y
toma
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partido, lo hace (como los científicos en la concepción kuhneana) mediante un “acto de
fe.” Si las fuentes a las que consulta sostienen posturas en conflicto, ¿debe consultar a
todos los bandos o tiene que aceptar el paradigma constituido, y en ese caso por qué y
cómo? ¿El paradigma constituido es el académico, o el mayoritario? Y en este
contexto, ¿cómo debe actuar un periodista científico ante un cable o artículo? ¿Se
aferra a lo que dice y, asumiéndolo, lo publica sin más? ¿Le agrega enunciados? ¿Lo
pone en potencial? ¿Consulta y por lo tanto apela a la autoridad? ¿Y, en ese caso, a
cuál? ¿se arregla dándola simplemente como información?.xx Cualquier postura que
tome afecta no sólo a la información aislada, sino al conjunto de piezas que publica
sobre el tema, y esa totalidad construye una epistemología. Es decir, en la práctica, el
periodista científico construye una imagen de la ciencia y esa imagen encierra una
teoría de la verdad.
La resolución de “enigmas” para la ciencia normal
Se ha dicho que la ciencia normal busca, entre otras cosas, resolver “enigmas” dentro
de los paradigmas; pero de esta manera “un paradigma puede incluso aislar a la
comunidad científica de problemas relevantes desde el punto de vista social, pero que
no pueden reducirse a la forma de enigma.”xxi O sea, que esa comunidad puede no
responder a problemas que son importantes desde el punto de vista del contexto de
difusión. O bien, lo que es un “enigma” para el investigador, puede no serlo para el
público. Por esto mismo, la ciencia normal kuhneana puede a veces producir
resultados interesantes sólo para grupos muy reducidos y practicantes de una ciencia
madura. Esto implica una dificultad adicional para el periodista científico kuhneano:
para mostrar el atractivo de un resultado “normal”, debe explicitar la totalidad del
paradigma, que estará así presente en cada una de sus producciones periodísticas.
La ciencia normal es una actividad acumulativa; se construyen instrumentos más
potentes; se efectúan mediciones más exactas; se amplía la teoría a otros terrenos y el
científico “normal” no busca la novedad (entendida como grieta del paradigma). En
cierto sentido, el modelo kuhneano plantea al contexto de difusión, considerado como
parte del conglomerado científico, una problemática diferente de aquella que surge de
los modelos anteriores. De hecho, si bien la ciencia normal es acumulativa y hace
penoso encontrar la novedad, el periodista científico tiene que estar al acecho de la
anomalía, y debe tener pautas para reconocerla, aunque no se trate de una anomalía
“macro”.xxii La anomalía cumple en el contexto de difusión una función narrativa que
aún no está clara, pero, por cierto, distinta de la que cumple en el modelo kuhneano
(cuando todavía está lejos de una crisis) Y, si se acepta la postura de Laudan, hay
anomalías permanentes que el periodista científico debe distinguir de las simples
novedades.
Por otro lado, la lucha propia del periodismo científico por ganar legitimidad (puesto
que el contexto de difusión mantiene una articulación compleja con el exterior del
conglomerado científico) exige tensión revolucionaria (más evidente en el periodismo
gráfico diario), ya que esa tensión, o la
falta de ella, puede
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determinar su éxito o su fracaso. El periodista científico desea que el espectador se
sorprenda porque su objetivo no es (o no es sólo) la pedagogía sino la estimulación del
asombro. Pero, podría parecer que, en principio, el divulgador actúa como si todo fuera
ciencia normal (adopta un marco de ciencia normal para transmitir lo que ve: el
científico en su laboratorio o en su oficina resolviendo un problema con metodologías
conocidas, y basándose en un corpus paradigmático del que no duda). Y, al mismo
tiempo, trata de presentar su objeto de comunicación como revolucionario o innovador,
como sintético y no como analítico, porque, narrativamente, el descubrimiento del que
se da cuenta debe desafiar el corpus conocido; debe, en cierto sentido ser increíble o
“sorprendente” para ser interesante; debe contener algún grado de
inconmensurabilidad con el imaginario del lector, suspender o golpear su credibilidad
para que se transforme en un hecho interesante o espectacular.xxiii El periodista trata
(conscientemente o no) de que la ciencia normal (aún la más plácida y analítica)
parezca revolucionaria. La clonación de Dolly: ¿es ciencia normal o es un cambio de
paradigma? La NASA y el meteorito marciano, ¿es ciencia normal o revolucionaria? La
ciencia normal parece no poder ser el sujeto de un relato demasiado interesante.xxiv
Así, el periodista (más que el divulgador) tiende a ver un cambio revolucionario en los
resultados que registra de la ciencia, más o menos como los publicitarios presentan
cada nuevo artefacto como una revolución tecnológica. En verdad, esa necesidad
narrativa del periodista científico que lo impulsa a buscar lo novedoso y el cambio (la
noticia) lo lleva a la observación de un mundo signado por la discontinuidad, so riesgo
de transformar su práctica en pura pedagogía. El periodista científico debería distinguir
entre novedad y anomalía. Pero, como señalábamos antes, la distinción entre
novedad, anomalía y revolución es bastante sutil.
Interrogantes de un problema abierto
Las tesis propuestas por Thomas Kuhn enriquecieron el desarrollo teórico de la historia
de la ciencia, aportando un punto de vista original y profundo. Dio lugar a desarrollos
teóricos plenos de interrogantes y posibilidades, tanto que aún hoy se los discute en
los círculos académicos. Hemos intentado una lectura desde el punto de vista del
contexto de difusión de la ciencia, y sus implicaciones para la práctica de la
comunicación científica. En este contexto, el periodista científico kuhneano actúa más
como un explorador de teorías y posturas no siempre en consonancia; que como un
transmisor de conclusiones o descubrimientos; es un corresponsal desde una zona en
conflicto, que no sólo no puede garantizar la razón de alguno de los bandos, sino que
debe admitir que el problema se resolverá de manera insuficiente.xxv
A pesar de que la postura filosófica que se adopte acerca de la ciencia determina la
teoría y la praxis del contexto de difusión, hasta el momento el amplio campo de la
comunicación pública de la ciencia y el periodismo científico no lo ha analizado
suficientemente. Por lo tanto, no es de extrañar que no exista un modelo kuhneano del
contexto de comunicación. En la medida en que el contexto de difusión se incorpore
conceptualmente y de pleno derecho al
conglomerado científico,
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la discusión filosófica podrá –y creemos importante que lo haga- analizarlo con las
mismas categorías con que enfoca el conjunto de enunciados prácticos que
constituyen el corpus de la ciencia.
Propuesta para 2005 -2007
Ha quedado expuesto que los problemas que plantea la práctica del periodismo
científico (“el concepto de verdad en las ciencias”, “el rol del periodismo científico frente
a la disputa epistemológica”, o “la construcción o deconstrucción de nuevos
paradigmas”, para mencionar sólo algunos ejemplos) deben todavía ser objetos de
debate y reflexión intensas. Es deseable que la línea (o área) referida al periodismo
científico de la Red Pop auspicie la constitución de un grupo de trabajo virtual capaz de
generar material sobre estas temas en el período 2005 – 2007.
Bibliografía
BARNES, Barry, Bloor, David y Henry (1996) Scientific Knowledge, London, Chicago.
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GREGORY, Jane, MILLER, Steve (1998) Science in Public. Communication, culture
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9ª Reunión de la Red de Popularización de la Ciencia y la
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LARRY, Laudan (1993) La ciencia y el relativismo, Alianza, Madrid.
MOLEDO, Leonardo y POLINO, Carmelo (2.000) “El conglomerado científico y el
contexto de difusión: aproximación a una herramienta analítica”, mimeo.
MOLEDO, Leonardo; POLINO, Carmelo (1997) Ciencia y representaciones sociales:
¿es posible la divulgación científica?, serie Documento de trabajo Nº2, Instituto de
Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (IEC), Universidad Nacional de
Quilmes - Grupo REDES.
SCHIELE, Bernard y JACOBI, Daniel (1988) “La vulgarisation scientifique”, en
Vulgariser la science. Le procès de L´ignorance, Seysell, Champ Vallon.
TOULMIN, G. (1953) The philosophy of science.
TRACHTMAN, León, “The public understanding of science effort: a critique”, Vol.6,
núm.36, Science, Technology & Human Values, Sage, verano.
i
El presente ensayo se basa en la revisión y extensión de MOLEDO, Leonardo; POLINO, Carmelo (2000)
“Epistemología de la Comunicación Pública de la Ciencia (CPC): apuntes sobre la cuestión kuhneana”, mimeo
realizado en el Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes.
Sospechamos, tal vez exagerando, que la haya llevado a un punto sin salida. Para un análisis interesante de este
problema, ver Kitcher (1993).
iii
O lo que en otra parte hemos llamado “contexto de comunicación”. La expresión “contexto de comunicación” nos
parece más apropiada porque incluye la comunicación, divulgación, y aun el intercambio horizontal de información
entre los actores dentro de las prácticas usuales de la ciencia. La formulación Comunicación Pública de la Ciencia
(CPC) arrastra cierto contenido preceptivo pedagógico, pero dado su uso generalizado emplearemos las tres
expresiones de manera alternativa e indistinta: contexto CPC, contexto de difusión y contexto de comunicación.
iv
Es interesante notar que el proceso de reemplazo de un paradigma por otro puede interpretarse como un proceso
de difusión física (tema que retomaremos más adelante).
v
La ciencia deja de ser un conjunto de enunciados pasibles de análisis lógico y formal, para ser, o por lo menos ser
en parte, un conjunto de prácticas determinantes de contenidos cognitivos. La noción de conglomerado amplía aún
más esta formulación. La noción de “conglomerado” es un artefacto analítico, si se quiere, que permite absorber
(aunque sea momentáneamente) la idea de artefacto concentrada en el núcleo cognitivo y distribuirla, y así
suspender (también momentáneamente) la discusión sobre el relativismo.
vi
Thomas Kuhn (1980).
vii
Leonardo Moledo, y Carmelo Polino (2.000)
viii
Ver Leonardo Moledo y Carmelo Polino (2.000).
ix
Para que los enunciados cpc formen parte del corpus científico –y siguiendo las reglas que deben cumplir los
enunciados teóricos respecto de los observacionales- deben derivarse de un número finito de pasos de los
enunciados científicos, lo cual excluye, en principio, todos los procedimientos lingüísticos de tipo metafórico o, más
generalmente, no formalizables. Aún más, es dudosa la posibilidad misma de existencia de un procedimiento finito
ii
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de "traducción" ciencia-cpc (lo cual deja planteada la pregunta de cómo puede haber un procedimiento pedagógico
finito). Corolario: una postura CPC desde el Círculo de Viena no está en equilibrio epistemológico. O, por ponerlo
dentro del formalismo lógico, o bien no hay equilibrio epistemológico o bien la cpc no es parte de la ciencia.
x
Pues el proceso de aceptación de un paradigma es una “conversión”. Es necesario convertir y - o - convencer y
desarrollar una política para conseguirlo. Es muy interesante a ese respecto el análisis que hace Kitcher sobre la
política que siguió Darwin. Ver Kitcher (1993).
xi
Aquí vale el ejemplo del movimiento de “ciencia cristiana” y su vinculación con la derecha del Partido
Republicano en los Estados Unidos.
xii
Ver Larry Laudan (1993).
xiii
Es interesante notar que el Diálogo sobre los dos máximos Sistemas del Mundo de Galileo parece una proto
respuesta, o una proto refutación de La Revolución Copernicana, o de las tesis de inconmensurabilidad de los
paradigmas de La Estructura…Al fin y al cabo, Galileo confronta precisamente aquellos paradigmas que parecen
ser el prototipo de la inconmensurabilidad.
xiv
Thomas Kuhn (1980).
xv
Llamamos “solución débil” a la acción del periodista científico de recurrir al uso de las comillas. De esta manera,
lo que dice la ciencia es lo que dice el científico consultado. Es decir, operaciones de comillado y desencomillado,
muy al uso de la Concepción Heredada. Ver Leonardo Moledo y Carmelo Polino (2.000)
xvi
Thomas Kuhn (1980), pp. 235.
xvii
Ver Thomas Kuhn (1980).
xviii
Tal como está expresado en el artículo de Bernard Schiele y Daniel Jacobi (1988).
xix
Llamamos equilibrio epistemológico al hecho de que el periodista científico adopte, para el contexto de
comunicación, los mismos criterios de verificabilidad, corroboración, refutación, falsación, etc., que el científico
para su propio contexto. Lo cual tiene dos aspectos: el primero, es el de una estrategia unificada que abarque todos
los contextos y someta tanto a los enunciados teóricos como a los enunciados observacionales o comunicacionales a
un análisis idéntico (o sí se quiere, compatible). El segundo, es que el contexto de comunicación (cuya base
empírica son los otros contextos) trate a éstos mediante metodologías similares a los que los otros actores en los
otros contextos tratan a sus respectivas bases empíricas particulares. Al fin y al cabo, para el periodista científico la
teoría del electrón es lo que el electrón es al científico: un término teórico, y sus respectivas ontologías deberían
coincidir.
xx
Ver Leonardo Moledo y Carmelo Polino (2.000).
xxi
Thomas Kuhn (1980), pp.71.
xxii
El periodista científico debería ver donde el científico no ve.
xxiii
No hay que descartar que éste sea también el deseo de todo científico que busca un resultado cualquiera; la
resolución de la ecuación de tercer grado ¿es ciencia normal, o es ciencia revolucionaria? La demostración de que la
ecuación de quinto grado no es resoluble ¿es ciencia normal o es ciencia revolucionaria? Nadie lo dudaría en el caso
de Galois. Pero, si la demostración de Galois es ciencia revolucionaria, ¿por qué no lo sería la de Abel, ya que
clausura un problema y produce un desplazamiento definitivo de los intereses del álgebra? Y sin embargo, la
actividad matemática de Abel tiene todo el aspecto de la ciencia normal.
xxiv
La demostración de Wiles del Teorema de Fermat, por ejemplo, es un digno caso de análisis. No hay duda de
que sí es una historia atractiva, y de que es una novedad inesperada. Pero, ¿es una revolución? ¿O es ciencia
normal? Nos inclinamos por este segundo aspecto.
xxv
Cuando el problema se resuelve de manera suficiente, el modelo kuhneano lo incorpora automáticamente a la
ciencia normal. Pero éste, creemos, es un procedimiento circular.
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