TV infantil: cambios en la narración y en escritura de guiones1 Think Tank del Audiovisual FCOM - PUC 20 – Noviembre - 2013 Valerio Fuenzalida Tabla 1: Síntesis de influencias en cambios de TV infantil Tabla 2: Síntesis de cambios en programas de TV Una imagen diferente del niño Cambios en programas Segmentación TV para párvulos Interacción con el niño-audiencia Del formato de revista a la narración de historias Historia y niño protagonista Representación de capacidades y motivaciones infantiles “Dora la exploradora”: protagonista y conductora La representación dentro del texto audiovisual Representación lúdica de la diversidad singular El juego y la ficción como espacio lúdico Memoria emocional ¿Cómo representar al adulto? Desde el rendimiento escolar hacia desarrollo de otras competencias Pendientes Tabla 3: criterios de calidad en contenidos 1 Este texto es una transcripción de una conferencia a productores y realizadores de TV infantil en el marco del Think Tank del Audiovisual chileno. El PP de esa presentación está disponible en accionaudiovisual.uc.cl TV infantil: cambios en la narración y en escritura de guiones La exposición se va a restringir a cambios que han ocurrido en el aspecto de la creación literaria y escritura de guiones en TV infantil; es el punto de focalización; por lo tanto quedan fuera referencias a aspectos de tecnología, gestión, distribución y recuperación de costos. Hace varios años que en la Facultad de Comunicaciones de la UC imparto un curso de TV Infantil que tiene más o menos 45 horas semestrales2; he intentado resumir el temario de ese curso para esta presentación por lo cual la exposición puede resultar muy apretada, y también con gran cantidad de omisiones en referencias a programas. Tampoco va ser posible algo que considero clave: proyectar episodios de los programas infantiles en comento. Pienso que esa carencia es un déficit muy grande. Cuando no se mira los programas audiovisuales es sumamente difícil entender el guion o los cambios con los cuales está construido; así que ustedes (audiencia y lectores) van a tener que imaginar con su memoria audiovisual. Tabla 1: Síntesis de influencias en cambios de TV infantil Television Act – USA – 1991 Neurobiología cerebral del bebé y del niño (Damasio, Lavados) La inteligencia socio-emocional (Gardner, Goleman, Milicic) Teoría epigenética de Erikson del desarrollo infantil Motivaciones internas Actividad constructivista Psicología cognitiva del niño Teoría lúdica acerca del juego y de la ficción (Winnicott, Bettelheim) Semiótica de la representación infantil en TV Estudios de recepción de TV infantil De este conjunto de influencias brota un discurso complejo, en donde las ciencias han aportado a una imagen del niño diferente a la imagen conductista, imperante en la primera mitad del siglo XX y que influyó en la creación de la TV infantil de esa época. La nueva imagen del niño lleva a una diferente forma de 2 Curso AUDIOVISUAL, TV y NIÑOS 0-6 años. COM 3505-1. El presente texto es una síntesis con el propósito de compartir información académica. Por ello no lleva el habitual aparato de citas y autores. Sólo al final hay un par de referencias en donde se presenta bibliografía. concebir la relación niño-TV y a una nueva forma de representación del niñoaudiencia dentro de los programas de TV. Esto es, en la realización audiovisual se produce finalmente un cruce de la nueva imagen del niño con la semiótica de la representación en el lenguaje televisivo. Desde un punto de vista teóricometodológico, la representación audiovisual tiene un nivel de expresión en las imágenes visuales y en el audio, y un nivel de significado, en donde se trabajará con la teoría de Greimas, según la cual el significado semántico aparece en la diversa función de los personajes en la estructura actancial. Tabla 2: Síntesis de cambios en programas de TV - segmentación de canales y programas infantiles - otras pantallas: hipótesis de usos diferentes: TV (narración, identificación, interacción personajes); Smartphone: audio de música, canciones (video sería un pretexto para el audio); pantalla PC: manipulación con juegos - del niño vacío al niño internamente competente: motivaciones internas del niño - del niño receptor pasivo al niño activo y constructivista - del programa espectáculo a la interactividad (triple interactividad: desde la pantalla de TV, otras pantallas, mediación) - del formato magazine-revista al género de ficción-historia - del niño aprendiz del adulto al niño protagonista - narración con esquema dramático con valores en objeto de búsqueda valorado (Greimas) - del adulto protagonista al adulto motivador y facilitador del niño - de los conocimientos escolares a la inteligencia emocional - integración de fruición lúdica (entretenimiento) y conocimiento cognitivo - representación lúdica de la diversidad - necesidad de mediación adulta * * * A continuación se hará una rápida revisión de algunas de estas influencias y de los cambios introducidos en la creación literaria de los programas. Hay influencias de naturaleza muy distinta que han intervenido en los cambios y por ello a menudo se entremezclan, sin ser posible aislarlas unas de otras. Tal vez se debería comenzar por la Televisión Act del año 1991 en los Estados Unidos; esta ley exigió que los canales que postularan por una concesión de señal en televisión abierta debieran emitir tres horas semanales de programas infantiles realizados recientemente con asesoría de personas o instituciones relacionadas con el desarrollo infantil. Eso generó en los Estados Unidos una producción bastante importante en cantidad (lo cual contribuyó a la creación de los canales parvularios en el cable a mitad de los ’90); además, obligó a los productores a recabar información y a consultorías con expertos en diversas ciencias; son conocimientos generados en la segunda mitad del siglo veinte, es decir son conocimientos recientes. Así, se dispuso de nuevas perspectivas para la realización de programas, con cambios que se va a ir revisando. Enseguida se mencionará varias veces la influencia de la neurobiología cerebral del bebé y del niño. Luego aparece el desarrollo del concepto de la inteligencia socio-emocional y de otros tipos de inteligencia. En cuanto al aspecto del desarrollo evolutivo infantil se mencionará la teoría epigenética de Erickson, que abarca el ciclo de vida del ser humano y relaciona las capacidades y desafíos genéticos de desarrollo en cada etapa con la interacción con el ambiente sociocultural. También la sicología cognitiva (del niño), que abarca la percepción de lo audiovisual. Se va a mencionar dos teorías acerca del juego infantil. Winnicott quien valorizó la relación lúdica entre madre e hijo; y Bruno Bettelheim quien estudió la relación de los niños con la ficción de los cuentos infantiles tradicionales; y en sus últimas publicaciones aplica sus conclusiones al visionado infantil de la ficción televisiva. También están los estudios de recepción que se han hecho, especialmente en Estados Unidos e Inglaterra, y que se refieren a formas de realización televisiva y recepción infantil. Una imagen diferente del niño Se puede resumir el cambio diciendo que se ha generado una imagen distinta del bebé y del niño, un concepto distinto acerca de cómo es el niño que está en el hogar mirando televisión. Además de la televisión, en la vida de los niños aparecen otras pantallas: la pantalla ubicua del Smartphone y del PC, en forma de tablet especialmente. Ya que el niño evoluciona en su desarrollo, la concepción evolutiva ha generado la segmentación de programas concebidos para distintas edades, y luego la creación de canales infantiles segmentados. La sicología conductista concebía al niño como vacío internamente, pero la neurobiología cerebral influyó en el cambio hacia un concepto de niño con competencias internas, que tiene capacidades y motivaciones desde su propio interior; para el adecuado desarrollo infantil es necesario que el entorno familiar-cultural se relacione con esas competencias. Del niño considerado como pasivo frente a la pantalla se ha evolucionado hacia un niño que se le considera internamente activo. Desde un programa televisivo que es concebido meramente como un espectáculo a ser mirado por el niño aparece un cambio hacia la búsqueda de interactividad con un niño que tiene capacidades de actividad. Del niño concebido como un aprendiz del adulto hacia un niño que el mismo debiera ser protagonista en los programas. Durante muchos años se pensó que una televisión de calidad para los niños debía desarrollar contenidos escolares, pero hoy el gran aporte que se espera de la TV a los niños es conectarse con su inteligencia emocional y con otras capacidades; entonces hay una cierta autonomía respecto de los conocimientos escolares e interés en el desarrollo de otras capacidades de los niños. Se revaloriza la entretención, es decir, se aprecia la fruición lúdica del agrado y del placer que siente el niño frente a un programa de televisión, y tal fruición emocional, compartida con su familia y profesores, es la base de cualquier formación cognitiva que se le pretenda entregar adicionalmente. Y finalmente la televisión no tiene una influencia lineal y mecánica, aislada del entorno familiar y escolar. Por lo tanto hay una reivindicación de la mediación adulta y de la recepción en un entorno cultural interactuando con el niño. * * * La nueva imagen infantil significa que el niño no es sólo conceptualizado desde las competencias más tradicionales, según las cuales el niño puede aprender la lengua materna, lecto-escritura, y las matemáticas - que son la base de la escuela y de la posterior capacidad laboral/profesional. La nueva imagen plantea que el niño tiene capacidades socio-emocionales importantísimas para su desarrollo, con las cuales debe conectarse la televisión. Tiene capacidades lúdicas imaginativas valiosísimas, en vez de desconfiar de ellas. Pero además, es un niño corporalmente muy activo y que le gusta moverse y manipular. Por lo tanto, una televisión de calidad tiene que conectarse con esta nueva imagen del niño, con estas nuevas capacidades internas que se conocen y que se valoran. Y este desafío le ha ido planteando experimentar a los creativos de los programas de televisión. ¿Cómo relacionarse con esta nueva imagen del niño-audiencia de TV y de otras pantallas? ¿Cómo realizar programas que se contacten con este niño activo y competente? ¿Cómo crear contenidos de modo que este nuevo niñoaudiencia esté representado en los programas de televisión? Cambios en programas Estos cambios conceptuales comenzaron a ser debatidos entre los creativos y van a influir en algunos nuevos programas. Voy a mencionar algunos ejemplos que me parecen interesantes e ilustrativos de estos cambios; son programas conocidos y son exitosos en audiencia infantil. Voy hablar especialmente de algunos programas para niños párvulos de 0-6 años. Este es uno de los resultados hacia la segmentación. Antes se hacía televisión para niños, hoy día la televisión está muy segmentada. Voy a dejar afuera niños de 7 a 10 años porque es otra situación de desarrollo con otros problemas y otras motivaciones, y por tanto con necesidad de otro tipo de programas. Segmentación Aparecen recientemente (desde mediados de los ´90) canales y programas segmentados; ahí aparece la influencia de los estudios de recepción y el concepto de la evolución en el desarrollo infantil. Según Erickson, el niño tiene varias etapas de desarrollo con diferentes problemas por resolver en cada una de ellas, diferentes competencias internas por desarrollar; aparece el desafío de cómo conectarse con esas diversas motivaciones y surge la idea de segmentar edades y contenidos. Eso lleva en la década de los ‘90 a la creación de canales de párvulos (0-6 años, más o menos), y aparecen canales, por mencionar algunos, como el Discovery Kids, Cbeebies de la BBC, Nick Junior, Disney Juniors. A comienzos del siglo XXI aparece la “Baby TV”, otra segmentación de canales para bebés de 0 a 2 años. La “Baby TV” tiene formas especiales de realización; por ejemplo, segmentos breves de 5 minutos; pero también hay contenidos segmentados. ¿Cuáles son los problemas que tiene que resolver el niño en esta etapa?; aquí interviene la neurobiología cerebral: el niño nace con una fuerte inmadurez en el desarrollo visual, por tanto, la televisión en esta etapa puede aportar a la maduración de la percepción visual, esto significa crear programas con presencia de colores, de formas y de movimiento, contenidos visuales que posteriormente dejan de interesar al niño. Pero en esta etapa los contenidos atraen a la pupila infantil de modo que va madurando el sistema perceptual visual. El niño tiene que adquirir también la lengua materna; hay una capacidad interna para ello, pero es la familia y el entorno cultural que lo lleva adquirir una legua, y también una segunda lengua. La neurobiología ha descubierto que el momento adecuado para adquirir una segunda lengua es la infancia. La escuela pensaba que a partir de los 10-12 años se debía adquirir otra lengua, momento en que la neurobiología constata que se ha perdido gran parte de la plasticidad cerebral; la neurobiología induce, pues, a experimentar con programas infantiles para edad más temprana con palabras en otro idioma, especialmente en países con inmigrantes. Por lo tanto la “Baby TV” puede en esta edad contribuir a hacer madurar la percepción visual, pero también puede ayudar a la capacidad de adquirir la lengua materna y una segunda lengua ya en etapa parvularia.3 Pero hay aspectos donde la televisión no puede aportar y eso está claro actualmente: la relación táctil-gestual entre la madre y el niño. Erickson dice que en esta etapa, a través de la relación táctil materno-infantil, el niño va adquirir algunos desarrollos que van a quedar en su memoria emocional (que no se formula con palabras). A través del buen contacto físico-efectivo con la madre, el niño va adquirir una confianza básica en la continuidad de la vida. Es un aspecto emocional muy importante y que si no se logra (porque hay un deficiente interacción gestual-afectiva) en la memoria emocional puede quedar una huella de inseguridad básica y un sentimiento inconsciente de abandono (frente al cual se tiene la capacidad de resiliencia). La televisión no tiene capacidad para el contacto kinésico-corporal; sin embargo, el código oral de la televisión infantil puede expresar afectividad, y yo pienso que si uno mira el canal de “Baby TV” que tenemos en Chile, aparece un déficit enorme en el código verbal: es un código verbal muy profesional, pero no es un código marcadamente afectivo, que debería reproducir oralmente el afecto familiar. Por contraste, en el programa “Pocoyó” aparece un código verbal (en off) muy bien logrado que construye una relación amistosa y afectiva con el niñoaudiencia y con el personaje del programa; hay varios programas recientes que están trabajando con esta innovación introducida por “Pocoyó” en el código verbal. Y un tercer elemento que puede aportar la “Baby TV” al bebé es enriquecer con visualidad acerca del entorno familiar y agrandar inmensamente el entorno cultural; es decir, sacar al bebé de la casa, de la ciudad, del país y mostrar que el mundo es mucho más grande y por lo tanto tener una visión cultural más amplia. Aquí hay aportes muy específicos que puede hacer la “Baby TV” desde el punto de vista de contenidos, pero también limitaciones de lo que no puede hacer esta televisión segmentada. TV para párvulos Cuando pasamos a la televisión para párvulos (2/3 a 6 años), aparece un cambio importante hacia un niño que presenta otras capacidades internas y otros desafíos de desarrollo. Hay dos programas que son emblemáticos del cambio que ha ocurrido: “Plaza Sésamo”, (un gran programa ciertamente), sin embargo un programa realizado con ciertas ideas acerca del niño y ciertos conceptos de Pocoyó, segmentado hacia niños de 2/3 años, ha creado “Let´s go Pocoyó” para aprender una segunda lengua. 3 producción que eran de su época. Fue un programa hecho con las ideas conductistas que al niño hay que atraerlo a la pantalla a través de estímulos visuales, movimientos, colores, sonidos, pero es un niño concebido sin motivaciones internas, a quien hay que mantener atento con estimulación audiovisual desde la pantalla. No está presente la idea que el niño puede tener motivaciones e intereses internos para conectarse con la pantalla. Un programa que nace a la mitad de los noventa, “Las Pistas de Blue”, se realiza con las nuevas ideas. Aparece un conductor joven que habla a los niños-audiencia que están en el hogar y les dice “¿niños por qué no jugamos a imaginar?”. Está concibiendo un niño-audiencia que tiene capacidad de imaginar y que es capaz de interesarse en jugar. Ahí hay otra idea del niño; en cambio, la concepción teórica conductista que había tras “Plaza Sésamo” era que había que estimular al niño para que se mantuviera atento a la pantalla; si logramos, se decía, que el niño atienda a la pantalla, el niño puede aprender. Acá se dice: el niño tiene que atender, pero para que atienda tenemos que conectarnos con sus intereses, con sus capacidades, con sus motivaciones para interactuar con la pantalla. Por lo tanto, por ejemplo, intentar interactuar corporalmente con ese niño, no sólo con la visualidad, sino que con el cuerpo de ese niño que está mirando televisión y por lo tanto se comienza a introducir contenidos que invitan a bailar, a sentir corporalmente el ritmo de la música, a cantar canciones; y las canciones pasan hacer textos muy breves, que se conectan con las capacidades del niño, para que él memorice esa pequeña canción, la cante y la baile4. En estos nuevos programas el niño a través de respuestas orales y corporales es invitado a que ponga en acción sus capacidades y motivaciones internas. Agrado en jugar, agrado en imaginar, en resolver un desafío, en contestar preguntas, como cuando el conductor dice a los niñosaudiencia: “ayúdenme a encontrar tal objeto porque no lo veo, mírenlo en la pantalla y avísenme”. Interacción con el niño-audiencia El niño es concebido, entonces, como un niño capaz de pensar, de asociar, de relacionar, de inferir. Por lo tanto empieza a plantearse el desafío de cómo crear interacción con esta audiencia infantil que es activa. Y hay 3 ó 4 formas de interacción que se empiezan a experimentar. Desde el interior del programa se le invita a moverse, a bailar, a contestar preguntas que se le formulan, a imaginar, a descubrir objetos en la pantalla e informar al conductor. Además la tecnología ofrece la interactividad multimedial con nuevas pantallas como el celular, e 4 No se trata de enseñar al niño canciones extra televisivas (por su valor tradicional o folklórico) sino de crear una música y una letra breve integrada a los propósitos del programa. Ver más adelante el caso de la serie “Bob el constructor”. internet con la posibilidad de juegos de manipulación óculo-manual, y que le permite a un niño imprimir hojas y pintar. Hoy en día aparece la hipótesis que ante el celular, el niño va construyendo en los primeros años una relación más auditiva y musical, antes que de atender al relato visual. La tercera forma de interactividad es la mediación familiar y adulta, que hoy día se valoriza (inspirada en el valor de la relación lúdica materno-infantil) y que concibe la televisión no como un estímulo que basta por sí solo (según pensaba el modelo conductista), sino que la recepción infantil debe estar inscrita en un entorno de fruición y conversación familiar y escolar. Y un cuarto elemento de interacción (que me parece se escapa bastante de la pantalla) son las otras formas que buscan los programas de interactuar con los niños: películas para salas y DVD, shows en vivo, y toda clase de artículos de consumo, como ropa, mochilas, juguetes y muñecos, etc.; otra forma de interactuar que la televisión va descubriendo y que va a ayudar a la fidelización y a al financiamiento. Del formato de revista a la narración de historias Otro elemento interesante es observar cómo cambia el formato. “Plaza Sésamo” es un programa realizado como una revista, un magazine con breves módulos independientes. Es un formato de show, de revista, con sketchs autónomos, que incluso se pueden recombinar en distintos programas. La sicología cognitiva fue descubriendo que los niños pueden construir historias desde más pequeños de lo que se suponía, y van lentamente construyendo “scripts”; la sicología cognitiva se apropia de esta palabra del lenguaje audiovisual para decir que el niño construye historias desde pequeño y por ello tiene la capacidad interna de comprender las historias y eso lleva a introducir el formato de historia; “Plaza Sésamo” fue realizada bajo la concepción que el niño no tiene capacidad de construir historias, sino que sólo percibe módulos breves, como escenas fotográficas y spots de publicidad televisiva. Pero además el niño, según la sicología cognitiva, imagina y adorna la historia, introduce desde su mundo interno de fantasía un aporte de elementos; y por lo tanto el niño puede “ver” dentro del programa de televisión más cosas de lo que vemos los adultos. El niño adorna las historias y aquí aparece un elemento que en la interacción familiar se puede aprovechar para conversar y valorar la propia imaginación infantil. Historia y niño protagonista Si se introduce la narración de historias ficcionales, el niño puede a ocupar otro rol actancial en el formato narrativo (según la terminología de Greimas). El niño comienza a ser representado en la historia como el sujeto/protagonista activo que dentro de la historia tiene metas por lograr y problemas por resolver en el tiempo diegético. Aquí aparece un cambio de gran contraste en relación al modelo de la escuela donde el niño es alumno que aprende de un adulto. Ese es el modelo de la antigua televisión infantil. La nueva televisión comienza abandonar el modelo de Míster Roger (es un adulto que habla con los niños); el modelo escolar se hizo presente en Chile en programas donde aparecían adultos como el tío Memo, la tía Patricia, Marcelo, el Profesor Rossa, y muchos otros; las palabras “tío”, “tía”, “profesor” se tomaron del vocabulario escolar; lo cual apunta a que la TV infantil se concebía como imitadora de la relación escolar. En cambio, cuando se adopta el formato de la historia, se puede introducir el esquema dramático: el niño puede ser el actante-protagonista en la historia y que quiere alcanzar una meta, un objeto valorado; el niño es representado como un sujeto activo y con intereses. Pero en el esquema dramático aparecen obstáculos que no permiten lograr tan fácilmente un objeto o una meta: entonces desde el interior de la historia surgen obstáculos que introducen suspenso, tensión, y entretención. La entretención, entonces no está en ponerse una peluca y un traje extravagante como fue durante años concebida la manera de entretener al niño, con un estímulo externo. En el formato de historia el niño-audiencia puede identificarse emocionalmente con el protagonista e interesarse por lograr una meta superando los obstáculos, y por lo tanto la entretención está dentro del esquema narrativo dramático. El final de logro en la historia y las expectativas de un final logrado producen agrado en el niño. Hoy la neurobiología cerebral, afirma que neurotransmisores como la dopamina - que produce el agrado - son generados por el cerebro frente a un final logrado. Representación de capacidades y motivaciones infantiles En “Bob el constructor”, Bob es el niño protagonista en la historia, pero el niñoaudiencia se relaciona con Bob porque el programa hace presente una motivación infantil interna: el “yo puedo”. Es una de las palabras claves, según Erickson, que alude a una importante motivación en el desarrollo infantil: “yo puedo hacer esto”; eso es lo que dice esa breve canción al inicio de “Bob el constructor”. Un adulto pregunta a Bob “¿pueden reparar este camino?”, un adulto pregunta al niño si pueden hacer tal trabajo. Bob pregunta a sus máquinas “¿podemos hacerlo?”, “¡sí podemos!” contestan, y ese “podemos” se retoma al final de cada episodio: “¡lo logramos!”. La motivación interna infantil al “yo puedo” está representada en este animado. Es la inversión lúdica del esquema cotidiano donde el adulto hace tareas que el niño habitualmente no puede, y del esquema escolar donde el maestro enseña al niño aprendiz. Cuando la mediación del ambiente familiar ayuda al niño-audiencia a comprender al Bob activo y capaz de hacer tareas (que en la vida cotidiana realiza el adulto), el programa puede ayudar al niño a adquirir autoconfianza en sí mismo; “yo también puedo” porque me puedo identificar con este Bob que realiza actividades (y “Handy Manny”, y muchos otros protagonistas). Pero si no es estimulado al “yo puedo” por la familia, ni por la escuela, ni por la mediación ante la televisión, esas carencias pueden dejar huellas con dudas acerca de las propias capacidades; y si es una carencia profunda un sentimiento de incapacidad, y de temor a actuar. Puede permanecer en esa memoria emocional que permanece en nosotros no formulada verbalmente. Con el esquema dramático presente en una historia, los valores empiezan a estar representados en las acciones para lograr las metas que quiere alcanzar el sujeto protagonista dentro de la historia; y en los atributos que son representados por esos niños: son protagonistas activos, son creativos, son curiosos, son inteligentes. Esos valores representados junta a la mediación pueden ayudan a robustecer la autoestima del niño-audiencia. Hay otros animados donde la capacidad del “yo puedo” está representada en un trabajo grupal de personajes infantiles, como aparece en “Backyardigans” y en “Octonautas”. Incluso aludiendo a aspiraciones vocacionales en el desarrollo futuro, ya que el niño siente psico-somáticamente que crecerá y se le plantean modelos y aspiraciones vocacionales, como aparece en “Sid el niño científico”, en “La Doctora Juguetes”, en “Octonautas”, y en otros programas. El niño es representado en sus motivaciones internas y no como alumno aprendiz del maestro escolar, sino como protagonista activo de una historia. “Yo puedo y yo quiero” en la formulación de Erickson. Son etapas de desarrollo que el niño tiene que ir viviendo para lograr autonomía, lograr independencia, pero también interdependencia con los demás; cuando no se estimula puede no adquirirse la suficiente autonomía, y eso puede generar huellas de vergüenza y duda de sí mismo, e insuficiente autocontrol para lograr independencia e interdependencia social. “Dora la exploradora”: protagonista y conductora Menciono este programa porque Dora representa una doble función. Ella es la protagonista de una aventura ficcional en cada episodio; es activa, capaz, inteligente, planifica para llegar a determinado punto, dispone de ayudas que puede consultar para enfrentar los obstáculos y al pequeño villano que se opone a sus metas. Dora es la protagonista de esta historia y por lo tanto con la audiencia se entabla una primera relación: la audiencia mira la ficción narrativa como un espectáculo, mira la evolución de la protagonista de esa historia. Pero también Dora conduce el programa y aquí aparece una gran innovación. En “Las Pistas de Blue”, Steve y Joe eran quienes conducían el programa e interactuaban con la audiencia infantil; acá Dora, además de protagonista, es la conductora que está interactuando con los niños en el hogar; abandona lúdicamente el espectáculo de la historia ficcional e interactúa con la audiencia solicitando respuestas y opiniones. Ahí se ha creado un complejo juego lúdico de desdoblamiento que los niños pueden imaginar y disfrutar como entretenido. Cuando Dora está interactuando con la audiencia, ya no es sólo el sujetoprotagonista del espectáculo de la narración ficcional, sino también la conductora del programa, como cuando a dice a la audiencia “por favor avísenme cuando vean en la pantalla que viene el zorrito villano a hacer una acción malvada”; a menudo Dora agradece que le avisaron, y por ayudarle a descubrir tal cosa. Dora al final pregunta a los niños cuál es la parte que más les gustó. Ese doble rol es un aporte creativo extraordinariamente interesante. Es un recurso que la ficción infantil ha descubierto. En TV la conducción interactuando con la audiencia se usa en los programas en vivo, pero en la ficción televisiva este recurso rara vez se usa (a veces una voz en off reflexiona acerca de una historia, y explica situaciones a la audiencia; pero no hay respuestas esperadas de la audiencia). Tampoco el cine ficcional ha usado esta relación de interacción y conducción con la audiencia. Ahí aparece un esfuerzo creativo muy interesante en TV, y entre otras cosas muestra que la televisión tiene recursos propios, que nos los tiene el cine. La representación dentro del texto audiovisual Un tema más complicado son los estudios semióticos y experiencias acerca de la forma de representación de la audiencia dentro de lenguaje audiovisual. En la representación para el audiovisual, especialmente para la televisión, lo que finalmente interesa es cómo representar al receptor/destinatario, esto es, al niñoaudiencia ubicado en el hogar o en otro lugar. Para que el niño-audiencia receptor se contacte/relacione con un programa de televisión, el niño debe estar representado dentro del programa y no estar fuera del programa. La audiencia tiene que estar representada dentro del programa. Entre los distintos signos para representar (gestos, signos auditivos, símbolos abstractos, letras) el sujeto receptor humano tiene una capacidad enorme para percibir y “leer” el rostro representado en el audiovisual. El análisis neurobiológico de las formas de representación muestra que el cerebro humano tiene una capacidad especial para percibir significados en los rostros y en los gestos corporales; los gestos del rostro y de la mano son muy elocuentes para nosotros, en primer lugar para la comunicación interpersonal cotidiana. También en la representación mediada en el lenguaje audiovisual el rostro es clave (Verón lo llama “el cuerpo significante”); eso explica que el audiovisual en cine y en televisión se interese tanto por los primeros planos de rostros y cuerpos. Con la representación del niño dentro del texto audiovisual se crea el espacio audiovisual de comunicación con el niño-audiencia. En el rostro amable de Dora se significa gestualmente que ella quiere comunicarse con la audiencia; el signo del rostro es la representación de la comunicación dentro del programa, desde donde ella está acogiendo el niño-audiencia. Rostros y ojos expresivos son formas de representar dentro del audiovisual infantil que ayudan a que los niños perciban mejor. Así dentro del texto está acogida la audiencia infantil. Pero además, para facilitar la percepción infantil audiovisual se ha ido experimentando y descubriendo el recurso de amplificar los rostros. El rostro representado de Dora a menudo es amplificado hasta presentar el mismo tamaño del tronco. Pero nosotros no lo vemos así; nosotros internamente lo vemos de otra manera, pues psicológicamente reconstruimos la percepción cotidiana de modo que el rostro lo veamos proporcional a su tamaño en la experiencia cotidiana; mantenemos psicológicamente la “constancia de la forma”, según la expresión de la Gestaltpsychologie. Pero la representación efectiva de Dora en el texto audiovisual no es proporcional según la geometría euclidiana, ni siquiera según la proporción estética de Leonardo da Vinci quien en esa famosa imagen del Hombre de Vitrubio decía que la cabeza humana debía tener la proporción de una octava parte del cuerpo. En la animación infantil el rostro puede representar un tercio del cuerpo o más, porque se está adecuando a la percepción infantil. La valoración comunicacional del rostro y de la gestualidad genera esa representación amplificada y desproporcionada. Representación lúdica de la diversidad singular La representación audiovisual no puede ser sino con signos de cuerpos significantes concretos y singulares: ¿cuáles cuerpos significantes? La representación animada ha recurrido a signos análogos a los niños, con diferente realización tecnológico-estética (2D – 3D – Stop Motion – CGI): como los personajes de Bob, Dora, Sid, la doctora Juguetes, Handy Manny, Pinky, por mencionar ejemplos ya citados. Hay otra forma lúdica de representación que recurre a animalitos (Backyardigans, Octonautas) y a menudo reúne animalitos con signos análogos de niños (Peztronauta, la doctora Juguetes). La representación con animalitos es muy antigua ya que aparece en las fábulas de Esopo y Fedro. En la actual época industrial la representación lúdica recurre a máquinas, herramientas (Bob y sus amigos, Cars, las herramientas de Handy Manny), trenes (Thomas y sus amigos, Chugginton), robots (Mecanimales). La analogía con el niño-audiencia es expresada especialmente por los ojos, y a veces por boca y manos. La muy diversa representación de los niños en los programas animados infantiles pretender representar lúdicamente el aprecio hacia la diversidad de lo singular. Esta diversidad incluye la diversidad étnico-cultural como en “Milly y Molly”, y a veces la discapacidad. También se mezcla la representación en animación ficcional con grabaciones de niños en vivo, quienes aluden a las actividades de los personajes e historias narradas en el programa. La representación con incorporación de niños reales en vivo pretende concretizar la historia ficcional y mostrar su replicabilidad en el mundo real infantil extra televisivo. El juego y la ficción como espacio lúdico El siquiatra británico Winnicott analizó que la fruición del juego en la relación de la mamá con el bebé y el niño es la base de cualquier relación adveniente entre la mamá y el niño. La fruición de haber jugado con la madre (y con otros adultos significativos) genera en el niño seguridad existencial y le permitirá el desarrollo cognitivo y de otras capacidades. Seguridad en la vida que permanecerá como una huella inscrita en su memoria emocional y que tal vez nunca va a enunciar con palabras. En segundo lugar, según Winnicott, a través del juego el niño reconoce cognitivamente la realidad y la diferencia de su fantasía; la cuchara es el avioncito lúdico que, le dice la mamá, lleva la comida a la boca, pero además, en ese juego el niño va construyendo la realidad de la cuchara y del alimento diferenciándolos de la fantasía. Bruno Bettelheim analizó los cuentos de hadas tradicionales y su atractivo para los niños; él valoraba los cuentos porque el niño vive simbólicamente en la ficción narrativa sus temores inconscientes a ser abandonado, y a sucumbir ante las adversidades de la vida. Para Bettelheim, todos los seres humanos experimentamos temores profundos e inconscientes, que están inscritos psicocorporalmente, porque la vida es muy frágil y la posibilidad de morir/sucumbir es muy alta; los cuentos tradicionales infantiles relatan que los niños son dejados en situaciones muy adversas, como ser abandonados por sus padres en un bosque, ya que ellos no tienen medios para criarlos; en el bosque pueden morir de hambre o ser devorados por los animales. Son ficciones de mucha violencia donde una bruja pretende engordar a los niños para cocinarlos y alimentar a un ogro; brujas y ogros son símbolos culturales de fuerzas enormes frente a un niño débil y desamparado. Pero al final de los cuentos, los niños salen triunfantes gracias a su astucia e inteligencia. Triunfa el niño débil pero astuto ante fuerzas muy poderosas; ese final feliz donde triunfa el pequeño débil permitiría al niño reelaborar sus temores, adquirir autoconfianza en sus capacidades y fortalecer el yo. Bettelheim fue escéptico ante la acusación de su época que la ficción infantil en TV generaba violencia en los niños; más bien sostenía que la violencia de los cuentos de hadas hoy día está en los cuentos televisivos. Bettelheim consideraba la ficción como una fantasía confirmatoria de capacidades de sobreponerse al temor interno a la adversidad, y que puede aludir anticipatoriamente a adversidades potenciales de la vida. Las teorías lúdicas acerca del valor antropogenético del juego infantil (disfrutado con adultos significativos), y de la ficción comprendida como espacio narrativo lúdico (pero alusivo a temores infantiles ante adversidades presentidas o/y advenientes) revalorizan el aprendizaje lúdico de competencias y habilidades que no son cognitivo-escolares; son habilidades y competencias socio-emocionales necesarias para la autoconfianza infantil en la capacidad de enfrentar los problemas que plantea la vida. Memoria emocional También hay claridad según los nuevos conocimientos que nosotros recordamos más y aprendemos aquello que emocionalmente nos afecta (para bien y para mal); por tanto, adquieren gran importancia las emociones positivas que van a permanecer en una memoria emocional, distinta a otros tipos de memorias que nosotros manejamos permanentemente, como la memoria consciente declarativa con palabras; pero debajo de la verbalización lingüística, en la profundidad está nuestra memoria emocional. Menciono una frase de un gran investigador de neurobiología cerebral Antonio Damasio quien dice: “la consciencia comienza como sentimiento”. Esa es una concepción opuesta a las ideas que han predominado por siglos en Occidente según las cuales la consciencia se adquiere con la capacidad lingüística. Damasio afirma que la consciencia tiene un nivel emocional primario; en todos nosotros lo primero que construimos frente a otra persona y ante cualquier realidad es la relación emocional. Por lo tanto en los textos audiovisuales las emociones positivas son claves para la audiencia, y ellas son comunicadas por los significantes primarios: rostros y cuerpos significantes. ¿Cómo representar al adulto? Si el niño ha evolucionado hacia su representación actual de constituirse en personaje protagonista en la historia ¿cómo representar al adulto? La pregunta no se refiere a la representación en gráfica animada (análoga, lúdica, en vivo) sino a cómo representar la relación actancial del adulto con este nuevo niño, representado como personaje central. Se ha mencionado que se tiende a hacer desparecer la presencia de un adulto como el personaje protagonista, o conductor del programa, o como maestro ante un niño-aprendiz. En “Dora la exploradora” no aparecen adultos: ella es la protagonista y conductora. En “Bob el constructor” los adultos confían en las capacidades de los niños y solicitan que ellos hagan los trabajos requeridos por los adultos. En “Sid el niño científico” aparecen a lo menos cuatro adultos: padre y madre, abuela, y la maestra del parvulario. Sid es el personaje central que nos cuenta sus preguntas y su curiosidad, pero también quien conduce el programa y habla con la audiencia. Todos los adultos de la historia estimulan a Sid en buscar respuestas a su curiosidad. Aparecen los adultos como impulsores y estimuladores de las inquietudes de Sid. La misma maestra parvularia orienta a los niños en la búsqueda de respuestas a sus preguntas, los confirma y los refuerza. En otros programas aparecen jóvenes que conducen el programa pero en diálogo permanente con los niños representados lúdicamente (“Las Pistas de Blue”), o jóvenes como compañeros y amigos de niños presentes en vivo en el espectáculo (“Hi5”). Acá aparecen los jóvenes como conductores y posiblemente como modelos aspiracionales. En “Pocoyó” aparece un adulto joven representado por su voz en off (no aparece visualmente), el cual es amistoso y un cómplice cariñoso de Pocoyó y de sus amigos; es un adulto que comenta e interpreta para la audiencia la exploración de Pocoyó, pero que también dialoga con Pocoyó y con sus amigos; felicita a Pocoyó por sus logros y descubrimientos. Más que un profesor es un adulto compañero de juego del personaje Pocoyó quien está explorando y descubriendo su entorno. Se ha mencionado el interesante tono afectivo del lenguaje verbal de este adulto en off; pero también aquí al interior de este programa aparece un adulto representado en rol de mediador, interactuando con los personajes infantiles representados en la pantalla y dialogando con el niño-audiencia en el hogar. Lo novedoso es que el rol de mediación adulta aparece dentro del programa ficcional y no como una tarea adulta para ser ejercida por los padres en el hogar. Si se remite al esquema actancial de Greimas, el niño narrativamente ha cambiado hacia ser representado como sujeto/protagonista y el adulto es representado más bien como ayudante del niño. Es una inversión lúdica de la situación escolar de rendimiento del niño ante las enseñanzas curriculares. El cambio literario en la construcción del protagonismo narrativo del niño, y las diversas experiencias de programas apuntan a destacar las habilidades activas de los niños representados, con las cuales podrían identificarse los niños-audiencia. La formación pretendida ocurre desde el interior de un formato lúdico-ficcional, donde al niño-audiencia se le propone identificarse emocionalmente con los personajes y no tanto memorizar y demostrar contenidos cognitivo-curriculares. Desde el rendimiento escolar hacia desarrollo de otras competencias La nueva imagen del niño lo concibe con más capacidades y competencias internas por desarrollar, que se engloban bajo el nombre de competencias socioemocionales; éstas, como lo señala Neva Milicic, han sido descuidadas y subestimadas por la enseñanza tradicional en la escuela. Los nuevos programas basados en las nuevas conceptualizaciones revalorizan la imaginación lúdica interna del niño y también aprecian el relato lúdico como formato apropiado para el desarrollo de las competencias socio-emocionales. En el ambiente lúdico los procesos son de identificación emocional (o no identificación) más que de análisis lógico-racional; procesos apropiados para conectarse con las competencias afectivo-actitudinales necesarias para el desarrollo personal, humanista y ciudadano. Ya no es posible considerar la TV infantil solo como evasión regeneradora de energías; programas como “La doctora Juguetes” a través de la ficción, en el juego de la lectura de gestos-síntomas en los amigos juguetes ofrece a la audiencia un ejercicio de construcción de “la teoría de la mente”; es decir, descifrar a través de los gestos corporales sentimientos, pensamientos e intenciones de las personas con quienes convivimos. Pendientes Quiero terminar enumerando una serie de tareas pendientes en nuestro país. Existen adversidades y necesidades que afectan a los niños, las cuales la TV infantil con un formato de historia lúdica puede abordar para fortalecer el robustecimiento de la capacidad de superación y resiliencia; existe el bullying, la pedofilia, la violencia intrafamiliar, discriminación e intolerancia, discapacidad, frustraciones, errores conductuales y necesidad de autoanálisis, la articulación del yo con la interdependencia social, y muchas otras. Hay pues mucho campo para producir una TV lúdica, imaginativa, y formativa en los campos socioemocionales. Se requiere investigación de la recepción por parte de los niños para conocer mejor su propia interpretación de las propuestas programáticas y para aprender mejores formas de realización. Lo aprendido en los últimos años acerca del niño ha sido muy orientador para una mejor TV infantil y ese conocimiento debe proseguir. Se requiere buscar formas de capacitación para que los padres de familia efectivamente conozcan los valores de los nuevos programas para disfrutarlos conjuntamente y realizar actividades de mediación con sus hijos. El disfrute compartido de los programas es la base del desarrollo de otras competencias sugeridas en los programas. También en Chile se necesita un canal infantil en digital TV abierta, para entregar 24 horas los 7 días de la semana programas valiosos para nuestros niños. Los niños chilenos ven TV infantil en el cable, en donde constituyen a los canales infantiles en los más sintonizados. Pero los hogares con cable solo alcanzan alrededor de un 50%; sectores vulnerables quedan excluidos de una programación que podría ser muy valiosa. Se requiere integrar y articular un canal infantil emisor de esta nueva programación con la enseñanza parvularia formal. Ello significa formación de los maestros educadores, experimentación controlada, y evaluación. La nueva TV infantil - revisada aquí muy rápidamente – ofrece criterios de calidad para evaluar los contenidos en proyectos de producción de programas infantiles. Tabla 3: criterios de calidad en contenidos - segmentación en los destinatarios infantiles - articulación con otras pantallas - niño activo y constructivista - presencia de competencias y motivaciones internas del niño - la inteligencia socio-emocional - presencia de interactividad - género de ficción-historia - niño protagonista - fruición lúdica y conocimiento cognitivo - adulto motivador y facilitador del niño - integración de mediación adulta * * * Valerio Fuenzalida. Políticas públicas en ambiente televisivo digital. La oportunidad cultural-industrial de la TV infantil. Estudios Sociales N° 120/2012. CPU. Santiago de Chile, pgs. 125-154. Número especial “La educación de la primera infancia en Chile: el desafío de una política de Estado”. ISBN 0716-0321 Valerio Fuenzalida. The Cultural Opportunity of Children’s TV. Public Policies in Digital Television. Communication Research Trends. Vol. 31 (2012) N°3 – ISNN 0144-4646