SEGUIDORES DE JESÚS 3 de Marzo Santos EMETERIO y CELEDONIO DETALLES DE ESTE DÍA / FIESTA La Iglesia de Euskal Herria ha tenido a San Emeterio y Celedonio como patronos hasta el siglo XIX, cuando Araba, Gipuzkoa y Bizkaia formaban parte de la misma Diócesis. Acerca de su nacimiento y de su vida poco se puede afirmar, ya que el emperador Diocleciano mandó quemar todas las actas de los mártires, para que quedara ningún rastro de los mismos, y así no se extendiera la admiración por ellos, y la devoción y el seguimiento que ello conllevaba. De hecho, según la tradición, Calahorra está unida a estos mártires, tanto por el martirio, como posiblemente por su nacimiento (si bien, algunos el nacimiento lo ubican en León). Pudiera ser en el siglo III. Muy posiblemente, hijos de un capitán de la legión romana, y que siguiendo sus pasos, se dedicaron a la carrera de las armas, portándose en esa situación como verdaderos cristianos. Las noticias de su martirio, las recoge el historiador Prudencio, quien afirma: “Cristo quiso para sí a estos dos soldados, ya curtidos en la dura vida. Las habilidades utilizadas para la guerra, ahora las pondrán al servicio de Cristo. Antes eran las banderas del César; ahora, su estandarte es la Cruz de Cristo”. De hecho la catedral de Calahorra, en la pila bautismal está escrito: “He aquí los dos hombres, que sufrieron el martirio en nombre de Cristo y para su gloria”. Y es que las normas del emperador eran claras y contundentes: “Ofrecer sacrificios ante los altares de los dioses o renegar de Cristo”. Aquí, en esta tesitura, se encontraron estos dos jóvenes soldados. Celedonio y Emeterio no necesitaron mucho tiempo para realizar su opción por Cristo. Ahí comenzaron las complicaciones y citaciones en los tribunales. Por un lado, el ofrecimiento de beneficios y cargos gustosos y apetecibles; por otro, las amenazas y torturas. “Es hermoso ser quemados, o desangrados en nombre de Cristo!” (según narra el historiador Prudencio). El lema de estos jóvenes mártires fue así de simple y radical: “Es hora de dar a Dios lo que es de Dios”. Así realizaron el “sueño” martirial, entregándolo todo por el ÚNICO Señor de sus vidas. Posiblemente su martirio se produjo hacia el año 298. Muy pronto se extendió la veneración por los hermanos, especialmente en la zona de Calahorra, extendiéndose también a la Iglesia de Euskal Herria. A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS EVANGELIO: Juan 15, 26 – 16, 4a En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «Cuando venga el Paráclito, que os enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre, él dará testimonio de mí; y también vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. Os he hablado de esto, para que no se tambalee vuestra fe. Os excomulgarán de la Sinagoga; más aun, llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte, pensará que da culto a Dios. Y esto lo harán porque no han conocido ni al Padre ni a mí. Os he hablado de esto para que cuando llegue la hora, os acordéis de que yo os lo había dicho». HOY, NUESTRA HORA Con testigos así ante nuestros ojos, ¿a quién no se la va a “calentar” el corazón? Estos jóvenes, habilidosos en las luchas y batallas, ahora han perdido el miedo a la misma muerte que se cierne sobre ellos. Ellos han comprendido que hay una CAUSA muy superior por la que merece la pena apostar e, incluso, dar la vida: su bandera y estandarte es Cristo Jesús y su causa. De ahí que dedican su vida a vivir desde el amor, y entregando su vida por aquellos que dicen quitarles esa vida. Estos mártires saben de su condición y de su fragilidad; no son superhombres, nI nada parecido. De ahí que afrontan su situación con humildad y confiados en la fuerza del Espíritu de Jesús. Su recurso: animarse mutuamente a afrontar la vida y el martirio, y acudir a la oración confiada a su Dios. En la oración y en Él encuentran la fuerza que necesitan para actuar, vivir y mirar desde la opción por Jesús. Por lo tanto, ellos nos se “achican” ante la dificultad y las amenazas; tampoco viven en esos “sueños” idealistas que se desentienden de su entorno. Su convicción es que si Cristo está con nosotros, ¿a quién podemos tener miedo? Siguiendo su ejemplo son capaces de doblegar al odio con el amor y la entrega. Así, la muerte es vista como la puerta de la NUEVA vida, en la que creen profundamente. No sé si el testimonio de estos testigos, los de antes y los más recientes e, incluso, de nuestros días, podrán libarnos de nuestras medianías, de nuestros planteamientos superficiales que, en el fondo y en la forma, son una cobardía y un miedo ante el entorno y el testimonio que necesitan y requieren. Nos encontramos en esta encrucijada ante la situación de nuestro mundo y de nuestra cultura. Convicciones profundas, testimonios vivos y claros son los que necesita nuestro mundo y, también, nuestras Comunidades Cristianas. “Despertarse” es una necesidad, y no precisamente para “machacar” a nadie, sino para ser LUZ y SAL de nuestro mundo. Esto es, gente que ilumina el camino de los que buscan en medio de la oscuridad; y gente que “da gusto” a cuantos se encuentran en los caminos de la vida. ¿Dónde me posiciono? ¿Cómo me siento ante la propuesta? Ellos, los mártires testigos, acuden al encuentro con el Señor en busca de fuerzas para seguir. Y… ¿nosotros? ORACIÓN Dios Padre bueno y lleno de amor: Tu Hijo amado, Jesús, fue fiel a tu proyecto hasta entregarlo todo por tu causa; por el ejemplo y la intercesión de tus mártires San Emeterio y San Celedonio, concédenos renunciar a los valores y estilos que no merecen la pena, y ser testigos hasta el final, como lo fueron ellos, y que hoy alumbran nuestro caminar. ORACIÓN PARA DAR MÁS Jesús, tú lo diste TODO. Yo deseo dar MÁS, pero me cuesta, porque temo que voy a salir perdiendo. He luchado (muchos años) por bienes poco sólidos: el dinero, la comodidad, el bienestar, la posición social, la fama el poder, el éxito… Ahora tengo miedo: quizá tú me pidas algunos sacrificios. Sácame fuera el miedo y méteme ÁNIMO. Muéstrame que das mucho más de lo que pides. Das la curación de las fiebres internas. Das la extracción de los tumores más profundos. Das… una mirada transparente, un pensamiento sin doblez. Das… una mano abierta, un corazón generoso. Das… amigos sinceros, que somos hermanos, una nueva familia. Das… deseos de justicia, coraje para luchar por la nueva sociedad. Das… un horizonte sin límites, una nueva ilusión para vivir. Pones a punto el sistema circulatorio para que seamos tíos de mucha marcha y mucho ritmo. Muéstrame que das mucho más de lo que pides, y méteme VALOR, valor para dar más. Dar de mis cosas, dar de mi tiempo, dar de mi persona. Infúndeme tu fuerza para que así sea. CANTO SI VIENES CONMIGO Y ALIENTAS MI FE, SI ESTÁS A MI LADO, ¿A QUIÉN TEMERÉ? (bis). A nada tengo miedo a nadie he de temer, Señor, si me protegen tu amor y tu poder. Me llevas de la mano, me ofreces todo bien, Señor, Tú me levantas si vuelvo a caer. Qué largo es mi camino, qué hondo mi dolor, ni un árbol me da sombra, ni escucho una canción. Será que a nadie puedo mirar ni sonreír, Señor, Tú sólo quedas, Tú solo junto a mí. En cosas que se mueren yo puse el corazón: fue tierra mi tesoro, fue vana mi ilusión. En cosas que se mueren me voy muriendo yo, Tú sólo vives siempre. Tú sólo, mi Señor. (Cesáreo Gabaraín - Disco: “Dios con nosotros – Ed. Paulinas”)