AFRICA La integración de África en el mercado financiero internacional en los últimos 10 años ha producido un crecimiento relativamente fuerte, pero también ha hecho que el continente sea más vulnerable a la desaceleración de la economía mundial. En 2009 se prevé una disminución del comercio mundial del 9% tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo, que reducirá el crecimiento y los ingresos públicos y de los hogares. Los efectos ya se sienten en África. La demanda de productos básicos (diamantes, café, caucho, etc.) está bajando, el desempleo está aumentando y los ingresos por remesas están disminuyendo. En la provincia de Katanga (República Democrática del Congo), ha cerrado el 60% de las empresas y se ha despedido a unas 300.000 personas. En Sudáfrica, país en el que también trabajan en las minas migrantes de Lesotho y Swazilandia, en febrero de 2009 únicamente más de 5.000 trabajadores perdieron el empleo. El volumen de exportaciones de caucho de Liberia disminuyó de 135.000 toneladas en 2007 a 88.000 toneladas en 2008, en tanto que en Kenya las remesas se redujeron en un 13,3% en el cuarto trimestre de 2008, en comparación con el mismo período de 2007. Al mismo tiempo, algunos países que dependen de la asistencia exterior para el desarrollo, como Benin, las Comoras, Etiopía, Liberia, el Níger y otros prevén una reducción de estas corrientes. Las inversiones internas también están disminuyendo debido a tasas de interés más altas, la depreciación de las monedas nacionales y los correspondientes aumentos de los gastos en insumos. La Bolsa de valores de Nigeria, por ejemplo, perdió el 66% de su valor durante al año que va hasta febrero de 2009. La caída del comercio, de las inversiones extranjeras directas y de la asistencia exterior para el desarrollo equivale a una reducción de los ingresos de los países para programas de gastos sociales, por ejemplo para educación y salud, lo cual pone en riesgo los avances hechos en relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Esto también llevará a un aumento del número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza.