Escuela y cultura

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ESCUELA Y CULTURA
Joan Soler i Amigó
Conferencia presentada en la inauguración del primer Congreso de la Renovación Pedagógica, de Cataluña. En la Seu
d’Urgell, 11 de noviembre de 1993, tomada de la “Revista Dels Moviments de Renovació Pedagògica”, núm 14-15, marzo
1994
(Traducción del catalán al castellano: Jairo Adolfo Castrillón)
LA INSTITUCIÓN ESCUELA
- Alumno, ¿dónde has ido desde que eras pequeño?
- He ido a la escuela.
- ¿Y qué haz hecho en la escuela?
- He recitado mi tablita, he desayunado, he preparado otra tablita, la he llenado de escritura,
la he acabado; después me han mandado a recitar y, a la tarde, me han puesto otro ejercicio
de escritura. Acabada la clase me he ido a casa, he entrado y estaba mi padre sentado. Le
he contado mi ejercicio de escritura, después le he recitado mi tablita y se ha quedado muy
satisfecho… esta mañana al alba, bien temprano, cuando me he despertado, he ido donde
mamá y le he dicho: “dame el desayuno que me he de ir a la escuela”. La mamá me ha dado
dos panecitos y me he ido a la escuela. En la escuela, el vigilante de turno me ha dicho:
¿por qué has llegado tarde?. Espantado y con el corazón palpitando, he ido a encontrar al
maestro y le he hecho una respetuosa reverencia.
(y sigue describiendo los castigos que corresponden a los insuficientes, una entrevista de papás con
el maestro, etc.).
Éste es un texto sumerio (anterior a Hammurabi, hace cuatro mil años) escrito en tablitas de barro;
en él se describe lo que hacía un niño que iba a la escuela para ser escriba, un alto rango social. Ya
había escuelas, aunque sólo para los altos cargos. Todos los otros aprendizajes se hacían por
transmisión de los viejos a las nuevas generaciones.
Igualmente, es un testimonio sorprendente: no hay otra institución que haya cambiado tan poco en
tantos milenios.
Otro aspecto que observamos es que la escuela, desde entonces, está centrada sobre todo en la
escritura, en la cultura escrita, reservada como un privilegio a las castas superiores, que en Egipto
mantuvieron la escritura jeroglífica por su dificultad de lectura: quien tenía la información (sacerdotes
y escribas, funcionarios) tenía el poder. Fueron los fenicios y los griegos, comerciantes, los que
extendieron el alfabeto, del cual deriva el nuestro de hoy.
Las experiencias, las técnicas y destrezas, las artes y los oficios no pasaban de profesores a alumnos,
sino de maestros de oficios a aprendices.
Desde entonces, en Cataluña tenemos todavía el
recuerdo de los gremios de la Baja Edad Media, que han durado hasta hace poco. En un gremio se
entraba de aprendiz, el maestro le instruía en la técnica, los secretos y la práctica del oficio: se
alojaba en el taller y era vestido y mantenido, pero no cobraba sueldo. Cuando ya sabía lo suficiente,
pasaba a “fadrí” y después a oficial: recibía un sueldo pero no podía abrir taller propio; debía pasar
un examen ante los maestros del gremio y presentar una pieza obrada (un vestido, una joya, una
silla, una daga, una bota, según el oficio) es decir, se le examinaba mirando aquello que sabía, y no
como ahora, buscando pillarlo en aquello que no sabe. Si era considerada obra maestra, el oficial
se convertía en maestro, con derecho a poner taller propio y tener oficiales y aprendices.
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Porque hay aprendizajes que no los pueden dar los libros ni la escuela. Por ejemplo: hacer una “volta
de escala” catalana. Con la crisis de los 70-80 se perdió la transmisión de los viejos albañiles a la
siguiente generación, y se perdió este aprendizaje, que ya hoy no se sabe hacer.
CULTURA ORAL, CULTURA ESCRITA, CULTURA DE MASS-MEDIA
Actualmente, la mayor parte de los aprendizajes, en cantidad y en diversidad, se dan fuera de la
escuela. Tanto en los pequeños como en los viejos: prensa, radio, TV, cine, vídeos... además de
conferencias... La escuela, los libros, ya no tienen el monopolio de la cultura ni de los conocimientos
científicos.
Sucedía igualmente en la época anterior a la escritura: la transmisión de conocimientos, los
aprendizajes, no los daba la escuela ni los libros, y aun así había sabiduría y conocimientos. Muchos
de los cuales todavía vivimos, en nuestra vida cotidiana y en el conocimiento profundo de la condición
humana.
La sabiduría se daba en la comunidad, consistía en la transmisión o tradición oral, a través de la
palabra (a menudo en dichos, refranes, cancioncitas): los abuelos y las abuelas tenían el almacén de
la memoria colectiva, la experiencia y la cordura del grupo, ellos tenían la primacía dentro la
comunidad.
Entonces la memoria -en dichos, refranes, canciones, fórmulas diversas- era una virtud, una de las
“tres potencias del alma”, junto al entendimiento y la voluntad. La palabra era el sexto sentido, sólo
humano, el “affar”, según Ramon Llull. Era propio de las personas: la palabra, tener palabra, saber
guardar la palabra, ser hombre o mujer de palabra. “Persona” quiere decir el que desde dentro suyo
pronuncia, hace “sonar” palabras.
Y vino el descubrimiento de la escritura, que se interpone, que se “pone entre” quien transmite la
información y quien la recibe: normalmente los lectores no conocen el escritor o la escritora ni tienen
ningún contacto. (Cuando se conoce un autor de un libro leído se satisface un deseo, pero a veces se
recibe una fuerte decepción). La transmisión no es directa, ni la recepción se basa ya en la memoria,
en el hecho de recordar aquello comunicado.
“ESTE DESCUBRIMIENTO PROVOCARÁ EL OLVIDO EN LAS ALMAS DE LOS QUE APRENDAN,
PORQUE NO USARÁN LA MEMORIA Y SE FIARAN DE LOS CARACTERES ESCRITOS
EXTERNOS Y NO RECORDARÁN POR SI MISMOS.
Platón (Fedro) s. IV a. c.
Los antiguos, aun así, eran iletrados, pero no analfabetos, sino pre-alfabetos:
QUIENES AHORA ESTAMOS AQUÍ, SOMOS ANCIANOS, ENCARGADOS DE DIRIGIR LOS
ASUNTOS DE NUESTRAS NACIONES Y, COMO QUE SOMOS VIEJOS, SE PUEDE PENSAR QUE
LA MEMORIA DE ESTAS COSAS SE PUEDE PERDER CON NOSOTROS, QUE NO TENEMOS,
COMO VOSOTROS, EL ARTE DE PRESERVARLAS MEDIANTE LA ESCRITURA. PERO
NOSOTROS TAMBIÉN TENEMOS MANERA DE TRANSMITIR DE PADRE A HIJO UN RELATO DE
TODAS ESTAS COSAS, POR EL CUAL PRESERVARÁN EL RECUERDO FIELMENTE, Y
NUESTRAS GENERACIONES SUCESIVAS SABRÁN QUÉ HA PASADO, DE FORMA QUE NO LO
OLVIDARÁN NUNCA JAMÁS MIENTRAS EL MUNDO SEA MUNDO.
Kanickhungo, Gran Jefe de las Seis Naciones Iroqueses (1736)
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Eran personas de palabra. Aprendían en un ambiente comunitario, por tradición (es decir, de padres
a hijos), recordaban los acontecimientos conmemorándolos, narrando los mitos, las historias,
leyendas y fábulas de la comunidad, a través de refranes, canciones, ritos y fiestas. El aprendizaje
tenía relación con la vida, con un sentido de la vida. El foro, la plaza que centraba el poblado, la
ciudad, la comunidad, era el lugar de los intercambios, de los mercados, de los aprendizajes, de los
encuentros. Era un centro del mundo.
Ya con la escritura pero antes de la imprenta, los libros eran escasos. Eran leídos en común, y no
existía la lectura silenciosa, todavía: la cultura se transmitía en un contexto de grupo, dónde el
anciano, el sabio, presidía y comentaba el texto, lo interpretaba y lo aplicaba a la realidad: todavía se
hace así en la misa.
LOS ESCRITORIOS
Los grandes centros de la cultura escrita, los grandes almacenes de cultura, eran los escritorios. En
Cataluña se destacaron los de Ripoll, l’Urgell, Cuixà, Vic, Girona, Sant Cugat del Vallès, Barcelona,
durante los siglos IX-XII. Allí se hacían los libros, los volúmenes, en pergamino. Una gran nave con
pupitres dónde copistas e “iluminadores” trabajaban. Un monje dictaba en voz alta y cada copia
sería un libro. Y una lengua internacional, lengua más que idioma: el Latín. En el años 774,
Carlomagno dio al monasterio de Saint Dénis un bosque entero con todas las salvajinas para obtener
pieles para hacer los pergaminos para el escritorio.
Los estudios se organizaban en un trivium (gramática, retórica y dialéctica) y un quadrívium
(aritmética, geometría, astronomía -y cosmografía- y música). Quien se convertía en experto era “un
siete-ciencias”...
LA IMPRENTA, UNA REVOLUCIÓN CULTURAL
Con la imprenta estalló una revolución cultural. La imprenta permitió extensas ediciones: el libro
pasó a ser de uso individual. El distanciamiento es un hecho: empieza el aprendizaje “a distancia”.
Empieza la lectura individual, aisladamente del grupo humano, del maestro. Se forma la actitud
crítica del individuo, la interpretación particular. Aparece el individuo, una nueva manera de vivir y de
convivir en la sociedad.
Ya no es una cultura oral, transmitida por tradición, sino una cultura escrita, se afianza el peso de la
escuela por enseñar a “leer y escribir”, “las cuatro reglas” y la “cultura general”, a través de libros:
serán los libros de texto, las primeras “enciclopedias”.
Decae el valor de la palabra dada. El valor testimonial pasa de la persona: “me lo ha dicho tal...” al
texto impreso: “lo he leído” (como después vendrá el testigo de: “lo he visto en la televisión”,
relegando la creencia en aquello que dicen los diarios).
Se dogmatiza la cultura escrita como la única cultura. Aparecen, entonces, los primeros analfabetos,
marginados de la cultura escrita. Ya no hay pre-alfabetos, al menos en las ciudades, las cuales tienen
la exclusiva de la civilización.
En el mundo rural restan los pre-alfabetos, en los labradores, en la montaña, en los pueblos: se
mantiene la cultura y las formas de vida tradicionales, se conserva la antigua sabiduría, los refranes,
las canciones, las leyendas, las fiestas y ritos, el vestuario... que continúa transmitiéndose a través de
los abuelos, sin escuela ni maestros, al margen de la escuela; la cultura popular tradicional se
convierte en una cultura marginal y menospreciada, a pesar de ser un patrimonio cultural
importantísimo. El etnólogo Ramón Violant i Simorra, por ejemplo, recogió muchas tradiciones y
costumbres de l’Alt Urgell, de los pocos lugares donde todavía se conservaban.
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Hoy, sin embargo, en muchos lugares, en muchas personas, se ha dado un cambio muy fuerte: el
paso repentino de una sociedad tradicional a una sociedad de masas, regida ya ni por la escuela ni
por la cultura escrita, sino por los mass-media, por la TV. Para mucha gente, pues, se ha dado un
salto enorme, secular, de sociedad rural, no a mundo moderno, sino postmoderno.
Ha habido la irrupción del sonido y la imagen en los mass-media, y en cada casa, sin necesidad de ir
a la escuela... ni a la plaza del pueblo como antes, para saber las cosas, para habla y encontrarse
con la gente, para vivir, participar, celebrar los acontecimientos.
“El mundo es una aldea global”, decía Marshall McLuhan.
Desaparece, incluso el pueblo, la
comunidad concreta, con la apariencia que somos ciudadanos del mundo, que vemos
inmediatamente aquello que pasa en otro lugar del planeta, pero desconocemos aquello que pasa a
nuestro rededor, al vecindario, a la comarca, aquello que nos afecta, que nos haría personas
participativas, solidarias... Nos desvinculamos de la comunidad, de nuestras responsabilidades
ciudadanas.
Y con los "mass-media" no hace falta saber leer y escribir, no hace falta haber ido a la escuela, tan
sólo apretar un botón o un control remoto; nos parece que ya todo el mundo tiene acceso a todo del
mismo modo... el engaño de la igualdad de oportunidades!
Pero el supercivilizado televisor no solamente crea y mantiene analfabetos sino que hasta
desalfabetiza la juventud escolarizada, que olvida el uso de la lectura y la escritura: los nuevos
analfabetos ya no están entre los viejos sino entre la juventud, y no de pueblo sino de ciudad y de
país desarrollado!
Y continúa la escuela como institución, la escuela obligatoria, como mecanismo social de instrucción
de las jóvenes generaciones. Las generaciones viejas delegan en unos o unas profesionales,
maestros, y abdican de su corresponsabilidad educativa. La enseñanzas se limita a la instrucción y
la educación queda relegada en las leyes educativas. Las evaluaciones se vuelven un mecanismo
de selección social: el fracaso escolar se convierte en fracaso personal ante la vida; elimina y margina.
Paralelamente, los "mass-media", la TV, va invadiendo el terreno de la educación, la información y la
formación o la deformación. Pero la persona que transmite, el transmisor es lejos, distante,
desconocida, sin contacto con los receptores y el mensaje no es espontáneo sino elaboradísimo,
seleccionado, manipulado. No pide esfuerzo ni participación activa. Riesgo de manipulación, de
alienación, de desmovilización. Apariencia de universalidad, de presencia universal al lugar de los
hechos, pero insolidaria, sin comunicación de respuesta por parte nuestra: una proximidad distante,
inútil.
Mientras tanto la cultura popular se convierte en cultura marginal, exótica, folclórica, pre-alfabética,
inútil para la clasificación social y económica. Aun así, tiene un contenido de sabiduría, de valores
humanos, de ética y de estética, de comunidad, de identidad. Es, ahora más que nunca, una cultura
alternativa, no escolar, no oficial, no “culta”, del pueblo, del común.
Se lleva a término una labor de normalización lingüística 1 pero falta la normalización cultural: la
lengua es un vehículo de cultura y de comunicación, pero ¿qué ha de comunicar, qué ha de transmitir,
qué identidad vacía ha de transmitir? Es una forma sin contenido, un vehículo que no viene de
ninguna parte ni va hacia ninguna parte.
Nuestra cultura, nuestra identidad cultural, nuestro
patrimonio cultural, la cultura popular queda marginada.
El autor se refiere con “normalización lingüística” a las políticas gubernamentales de la Generalitat de Cataluña,
orientadas a la defensa de la lengua catalana. (Nota del traductor).
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Ahora, en Cataluña, la escuela se plantea su renovación desde el punto de vista pedagógico. Hay
muchos aspectos a trabajar: el Congreso por la Renovación Pedagógica que hoy se inaugura tiene
diferentes ámbitos de trabajo:
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Sociedad y educación.
Proyectos educativos.
Participación.
Alumnado.
Innovación educativa.
Currículum.
Normalización lingüística.
Educación de valores.
Profesionalidad docente.
Administración.
Nosotros hemos decidido, sin embargo, abrir el Congreso en La Seu d’ Urgell con este tema: “la
escuela y la cultura”. Porque, en el fondo, queremos recordar aquel refrán latino: NON SCHOLAE
SED VITAE DISCIMUS, no aprendemos, no educamos, para la escuela sino para la vida. Enseñar a
vivir empieza por saber quién soy (identidad), de dónde vengo (tradición, historia, patrimonio cultural),
cuál es mi comunidad (pueblo, nación), y continúa develando el pensamiento, la reflexión, la
creatividad, la comunicación, la voluntad, la participación, la responsabilidad, el civismo.
Porque la Cultura es una realidad mucho más global y amplia que aquello que habitualmente
consideramos: paramos en la cultura libresca, en los conocimientos que no sirven para nada sino
para dar prestigio de clase social. El anarquista Bakunin decía que la discriminación por motivos de
cultura era la más grave y la que hacía más mal: yo soy guapo y tú feo... yo soy rico y tú pobre...
Bien, se puede admitir sin una frustración demasiado fuerte. Pero: yo soy culto y tú inculto... Éste es
el concepto burgués, capitalista occidental de cultura, la cultura dominante es la cultura de la clase
dominante, es la identificación de esta “cultura” con “la cultura”. Las otras no son culturas, o son
culturas exóticas: y ¡cuidado!, que el exotismo es casi hermano de la xenofobia.
Cultura es todo aquello que no es natura, que es resultado de la actividad humana. Cuando decimos
que la escuela ha de impulsar la cultura, ha de encomendar cultura, y que esto es más importante y
más humanizador que la instrucción (y también más útil! útil para ser! para ser persona!) queremos
decir educar la creatividad, el descubrimiento, la innovación, en el arte (literatura -novela, poesía-,
canción, dibujo y pintura, música, canción, danza, expresión corporal, teatro, cine, fotografía).
Creatividad y expresión, que es comunicación, apertura, diálogo, enriquecimiento.
Cultura es, a la vez, gozo y placer, cultivo del espíritu, liberación, humanización. Juego, ocio, fiesta,
gratuidad. El "homo ludens", y no sólo el "homo faber", ni el "homo sapiens".
Cultura es, también participación, comunidad: el rito, la celebración, la fiesta, la actividad,
manifestación y realización colectiva.
Y cultura es, entonces, dentro la comunidad o enfrente de la comunidad, solidaridad, compromiso,
opción por unos valores, y crítica, denuncia, y anuncio.
Los conocimientos son individualizados, mientras que la cultura es comunitaria: viene de la
comunidad y hace comunidad, viene de la humanidad y hace humanidad, no es competitiva sino
participativa, es compartir: es el fundamento social de la democracia. Cultura o barbarie. La cultura
hace ir la escuela más allá de ella misma: es su oportunidad civilizadora, humanizadora, liberadora,
su manera de ser de un lugar, de una gente, de un pueblo, de un país. Por esto decía que no basta
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con la normalización lingüística (con multas o sin), sino que hace falta la “normalización” cultural,
quiero decir la identidad y la proyección cultural.
Y esto quiere decir que la escuela se sienta de la comunidad y que la comunidad participe en la tarea
de la escuela, que recupere su responsabilidad delegada y abdicada en una institución, en unos
profesionales, en unos funcionarios. Y que los profesionales se sientan del pueblo, de la comunidad,
miembros con una función, con una tarea a hacer.
Aquí enseñanza, educación, cultura y civismo se reencuentran, van juntos. No hay un tiempo, un
lugar, una institución, unas asignaturas, unos títulos, y después -por la tarde, los fines de semana, las
vacaciones- se cierra y se acaba todo, y entran en juego otros valores o contravalores, otros
contenidos, otros intereses. Continúa la comunidad educadora, la ciudad educadora y convivencial, la
formación entre iguales, no jerárquica, no institucionales, transversal, directa, el educar para la vida.
A la gran ciudad no estamos de vuelta sino que seguramente querríamos volver y no sabemos, o casi
ya no podemos. No continuéis los errores, no imitéis los vicios, elaborad vuestro modelo educativo
comunitario, desde vuestra personalidad diferenciada. Abiertos a todo, desde vuestra identidad. Los
árboles puede tener una alzada grandiosa, si tiene unas raíces profundas. No renunciéis a nada
vuestro, construid desde los vuestras fundamentos, innovad desde vuestra tradición.
Abríos,
dialogad con las grandes corrientes del pensamiento, del arte, de la cultura, con todas las culturas,
aportad vuestros valores, sed interculturales. Incorporad las nuevas tecnologías, la informática, pero
sin renunciar a vuestra tradición, a vuestras costumbres, a vuestros ritos, a vuestra sabiduría.
Una escuela integrada a la comunidad, abierta al futuro, motor de cambio y de progreso. Dicen con
miedo, con angustia, que la crisis económica comportará una crisis del Estado del Bienestar, un
cambio de modelo de sociedad, de vida, y, pues, de escuela. La cultura son las raíces y la soca, las
ramas, las flores y los frutos, el árbol y el bosque. Las raíces a la tierra y la alzada recibiendo el
embate de todos los vientos. La cultura es tradición e innovación, es identificadora y transformadora.
Europa se nos abre desde esta vieja Marca Hispánica del imperio de Carlomagno, que fue uno de los
orígenes d’Europa: lo nuevo y lo viejo, la identidad y la proyección. (“Me exalta lo nuevo me enamora
lo viejo”, como decía el poeta Josep Vicenç Foix, de quien este año celebramos el centenario del
nacimiento). Y si Europa llega a ser una realidad, si llega a surgir una conciencia europea, una
nueva manera de ser ciudadanos y ciudadanas, esto no vendrá de la Europa de los mercaderes, ni
de la Europa de los políticos y los Estados, sino de la Europa rica, plural y abierta de las culturas y de
los pueblos.
Que la escuela, pues, esté abierta a la creación, al futuro, a la esperanza. Desde esta civilización
agotada, exhausta y vieja, cambiamos el discurso conformista y sociológico que dice que la escuela
es un reflejo, una consecuencia de la sociedad, por un discurso algo profético, que contempla la
posibilidad de la utopía y que la quiere ardientemente. Volvemos a decir, a imaginar y a creer que la
escuela puede ser la levadura que infla la masa, el fermento de una nueva sociedad. Porque si no,
decidme, ¿qué querría decir “renovación”?
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Bibliografía:
- Història de Catalunya / il. Josep Vinyals.- Seix & Barral, 1978
- Festes tradicionals de Catalunya / il. Pilarín Bayés.- Martín Casanovas, 1978
- Barres i onades / il. Toni Benages.- Museu de Badalona, 1982
7
- Els noms de les escoles de L'Hospitalet.- Departament de Dinàmica Educativa de L'Hospitalet de
Llobregat, 1984
- Maig Major / il. Mercè Arànega.- Ajuntament de Badalona, 1985
- Camí ral / en colab. con Joaquim Vilà y Pere Pons.- Edelvives, 1986
- Fiestas de los pueblos de España / il. Pilarín Bayés.- Edibook, 1988
- Cuentos populares de España / en colab. con Elena Vicioso; il. Pilarín Bayés.- Edibook, 1989
- A Catalunya és festa!.- Generalitat de Catalunya, 1989
- Mitologia catalana / il. J.M. Martín Saurí.- Barcanova, 1990
- Història de Catalunya (6 v.) / en colab. con Anna Duran.- Junior, 1990-1991
- Geografia Comarcal de Catalunya (6 v.) / en colab. con J.M. Panareda y Anna Duran.- Junior, 19901991
- Bandoler, bandoler, bandoler! / il. Fina Rifà.- Cruïlla, 1991
- L'Orfeó Català, un cant i una senyera (centenario de l'Oefeó Català) / il. Pilarín Bayés.- Edibook,
1991
- Trobament de dos móns / il. Pilarín Bayés.- Fontarnau, 1992
- El Mas Ram. Vall de Montalegre i Serra de Marina / il. Andrés Moya.- Fundació Pere Vergés, 1993
- Els enllocs: els temps i els horitzons de la utopia.- Alta Fulla/Serveis de Cultura Popular, 1995
- Nadal català.- Pirene/Proa, 1995
- Petita història dels serrallers i ferrers / il. Pilarín Bayés.- Edit. Mediterránea, 1996
- Petita història d'Antoni Puigvert / il. Pilarín Vallés.- Edit. Mediterránea, 1996
- Petita història de la Caixa de Terrassa / il. Pilarín Bayés.- Edit. Mediterránea, 1996
- Rondalles Marineres / il. Francesc Oller.- Noray, 1996
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JOAN SOLER I AMIGÓ
Nacido en Badalona (Cataluña), 10 de junio de 1941
Pedagogo y estudioso de temas de cultura popular.
Filosofía y Letras, sección Pedagogía,
Licenciado por la Universidad de Barcelona en 1975, en
Joan Soler i Amigó coordina la Unidad de Proyectos y Recursos Educativos del Área de Educación y Cultura del
Ayuntamiento de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
En 1964 obtuvo el premio de poesía de La Selva del Camp (Tarragona) con Companys de viatge de Jacques
Brel. En 1984, el "Ribas i Carreras" de Blanes (Girona) con Miralls de l'Alba. Desde los años sesenta se dedica
a la creación, adaptación y versión de letras de canciones al catalán (excursionismo, movimiento folk, negrospirituals y de canto coral), publicadas en varios cancioneros y discos (Als 4 vents, Edigsa, etc.).
En prosa, obtuvo, en el año 1979, el Premio Crítica de la revista Serra d'Or, por la obra Festes tradicionals de
Catalunya. En 1982, el premio "Baldiri Reixach" para maestros con Barres i onades: relats d'història de
Badalona para niños y niñas. En 1985, el premio de ensayo "Josep Ametller" de Blanes (Girona) por la obra
Maig major: història de les festes de Maig a Badalona.
Ha participado, como historiador, en la serie televisiva de dibujos animados Història de Catalunya (TV-3), de 39
episodios, emitida en 1988-89.
Ha publicado diversos libros relacionados con el mundo de la cultura popular y con temas de historia. Fue
coordinador de una serie de libros sobre conocimiento de otras culturas presentes en Cataluña y en la
actualidad trabaja en la dirección de Tradicionari, Una enciclopedia de cultura popular catalana, en 10
volúmenes. También ha participado en el desarrollo de diversas fiestas en Hospitalet y Badalona, desde
cargos municipales.
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