EUROPA´ 93 Coproducir o desaparecer ROSA ROMERO revisiblemente el mercado único supondrá rentes, según el número de países que intervenun cambio en nuestra industria audiovi- gan. Si a todo esto añadimos que cada uno de sual que afectará sobre todo a las pequeñas ellos se ha de presentar en una divisa diferente, empresas productoras, que no podrán resistir la el resultado es un trabajo burocrático inmenso. competencia de las «majors» europeas. Una pon realidad, mi experiencia personal en el sible solución para posicionarse en el nuevo cine es muy corta. Sólo he participado en la mercado serán las coproducciones o asociacioproducción de dos películas, «Boom nes con otras empresas europeas de similares Boom» y «Chatarra», con las que hemos características. Esto permitirá montar productenido la suerte de captar el interés de varios ciones, contando con el apoyo y el festivales y compradores extranjeros. No existe conocimiento del mercado que cada una de ningún secreto ni fórmula para «colocar» las las pru-ductoras tiene en su respectivo país, y películas en el mercado internacional, sino al mismo tiempo la inversión se amortiza únicamente el simple hecho de contar historias entre varios países. Pero las coproducciones de atractivo universal, también plantean nuevos .comprensibles en cualquier problemas. Y uno de los más « Una posible solución para país, y dotar a las películas de graves, que es una constante posicionarse en el nuevo una factura industrial digna. Lo en cualquier coproducción, es la falta de una normalización. mercado será la coproducción, cierto es que a partir del éxito de «Mujeres...» el cine de Por ejemplo, si hablamos de que permitirá montar Almodóvar se ha convertido en presupuestos, cada país tiene su producciones contando con el un fenómeno en el mundo modelo oficial y las partidas varían de un país a otro, con lo apoyo y el conocimiento del occidental. Creo que ha sido cual, en el caso de las positivo, pues gracias a él mercado que cada una de las muy coproducciones o si se quiere el cine español ha cambiado de optar a una ayuda europea, se productoras tiene en su propio imagen, ofreciendo un aspecto ha de «traducir» un mismo país, y la inversión se amortiza más joven y fresco. De todas presupuesto a dos, tres o cuatro formas, existe el peligro de entre varios países.» formularios dife- P E El cine europeo, salvo algunos casos de grandes superproducciones como «Cyrano», tiene que conformarse con una exhibición restringida a salas especiales y de V. O. que se identifique toda la filmografía de un país con un solo director, como, por ejemplo, sucedió en Suecia con Bergman. Es importante que este éxito anime a los cineastas españoles a proyectarse en el extranjero. E l mayor problema del cine europeo es la competencia de la industria norteamericana. De momento, el cine europeo, salvo algunos casos de grandes superproducciones como «El nombre de la rosa» o recientemente «Cyrano», tiene que conformarse con una exhibición restringida a salas especiales y de V. O. Esto es debido a que las «majors» americanas tienen prácticamente copados todos los circuitos comerciales para sus productos y además invierten mucho dinero en publicitarios, por lo que resulta muy difícil competir. Los distribuidores y exhibidores independientes deben conformarse con realizar explotaciones en salas pequeñas en las grandes ciudades. Esta situación es similar tanto para las películas españolas como para las suecas, las italianas o las de cualquier otro país europeo, ya que no existe aún un mercado unificado y la explotación se ha de realizar país a país. P or ello, y aunque últimamente han sido muy criticadas por ciertos sectores, creo en la necesidad de que existan las cuotas de pantalla, y no sólo que existan, sino que se cumplan. En este sentido los productores europeos han de estar preparados para ofrecer series y programas de calidad que puedan competir con los americanos y que cuenten con el favor de la audiencia. Tampoco estoy de acuerdo con quienes critican la política de subvenciones desarrollada por el Ministerio de Cultura. Si tenemos en cuenta que sin subvenciones es prácticamente imposible producir una película actualmente en nuestro país, es beneficioso, pues en los últimos años gracias a las subvenciones la industria del cine ha seguido funcionando y son muchos los títulos interesantes que se han producido.