Elecciones en Cataluña JOAQUÍN! FERRER esde la ya lejana transición a la democra-| cía, que culminó con la aprobación de la actual Constitución (1978), cada cuatro años han venido celebrándose puntualmente elecciones generales en Cataluña para formar el Parlamento y, en definitiva, para decidir quién debe dirigir el Gobierno dé la Generalitat. Como se ha señalado en numerosas ocasiones, esta normalidad institucional es un dato muy positivo después de una trayectoria histórica especialmente agitada. Ni que sea a fines del siglo XX parece que en Cataluña y en el conjunto del Estado español por fin se enraizó con firmeza la democracia y, a pesar de los episodios que turban a menudo la actualidad, ésta sigue funcionando con regularidad y con una tendencia clara a la consolidación en las convicciones del ciudadano. Esta vez las elecciones que se convocan en Cataluña se celebrarán el próximo 15 de marzo y constituyen la cuarta ocasión en la que los catalanes elegimos nuestros representantes para el Parlamento y, de entre ellos, a la presidencia del Gobierno de la Generalidad. Ante esta convocatoria, que, como es lógico, es la noticia más importante del panorama político catalán, creo que es oportuno señalar algunas de las características de su circunstancia: Primero: Cataluña consiguió un Estatuto de Autonomía en 1979 y al año siguiente convocó las primeras elecciones generales. En estos años, doce, el país se ha transformado positivamente en todos los órdenes. Creo que la primera característica que conviene subrayar es justamente ésta, Cataluña ha realizado «un crecimiento ar- mónico», es decir, en la divulgación cultural y la normalización lingüística, una diversificación industrial, una renovación en sus estructuras empresariales y una creciente conexión con el entorno europeo; se ha desarrollado un modelo de sociedad abierta en la que, sobre todo, cuenta lo que cada cual es y desea ser y, finalmente, en el campo más estrictamente político se ha producido lo que bien podemos calificar como una primera etapa de autogobierno fundamentado en la esperanza y en los deseos largamente contenidos por la población, poder desarrollar todas las potencialidades que el país siempre tuvo, pero que las difíciles circunstancias a menudo reprimieron. Segundo. En la historia de los pueblos tan negativo puede resultar imprimir a una sociedad un ritmo excesivamente acelerado o demasiado lento. Encontrar la posición justa es la cualidad más apreciada en la función política de ordenar el desarrollo a la velocidad requerida por la población. A lo largo de estos doce años, en Cataluña hay que reconocer que ha existido la dedicación, el entusiasmo y la habilidad para que se hayan superado obstáculos y, sobre todo, orientado a la ciudadanía hacía los horizontes que combinan la defensa y la estima por la propia identidad catalana con la mayor creatividad y proyección en el marco europeo e internacional. Esta es una característica que podemos calificar como la de fijar la velocidad a que es capaz de desarrollarse una sociedad. Tercero. A pesar del gran avance realizado en todos los campos en la Cataluña de estos doce últimos años, es conveniente reconocer que es- tamos sólo «a medio camino» «La inminente campaña el CDS casi en estado gaseoso, y con referencia a los objetivos Ángel Colom con su electoral tendrá como un está que nos proponemos, y que en discurso de independentismo, la dimensión cultural, en la objetivo importante el conseguir que no parece conectar con el política, en la económica y en un aumento considerable de la ritmo, el método y los objetila social hemos de subrayar vos que mayoritariamente como está haciendo actual- participación en beneficio de prefiere el electorado. mente el presidente Pujol- la todas las opciones y con la nte este panorama, parenecesidad de aumentar la caintención de reforzar la ce previsible una renolidad en las actuaciones. Dicho identificación del ciudadano vación de la mayoría de sea de paso, parece evidente CiU y una nueva hacia el régimen de que ya no es el momento en victoria de Jordi Pujol, que Cataluña necesitaba autogobierno y libertades.» pero para que sea completa hay renovar totalmente sus esque frenar el aumento de la abstención y contructuras; ahora lo que necesitamos es una seguir que retroceda. No sólo porque actuación constante de mejora exigente de las actitudes, de los comportamientos; en una distorsiona los resultados, sino porque la palabra, el centro del discurso político es «la participación es una característica básica de calidad de las personas y de las cosas». Cuarto. la democracia, y ni la excesiva confianza en el El panorama político catalán en estas vísperas triunfo de la candidatura preferida, ni de una campaña electoral es bastante claro. circunstanciales frustraciones, justifican el Previsiblemente, la coalición mayoritaria de alejarse del proceso electoral. Previsiblemente, Convergencia i Unió renovará la mayoría esta campaña tendrá como un objetivo imporabsoluta porque la sociedad catalana reconoce tante el conseguir un aumento considerable de en ella el instrumento que ha hecho posible la la participación en beneficio de todas las opciorecuperación global del país y a través de la cual nes y con la intención de reforzar la identificale invita a dar «un nuevo impulso a Cataluña», ción del ciudadano hacia el régimen de autogoy todo ello con la dirección de un líder indiscuti- bierno y de libertades. do, como es Jordi Pujol. Ante esta realidad hay Estos son los cuatro aspectos que enmarcan las que anotar la existencia de un candidato del próximas elecciones de Cataluña, en un moPSC-PSOE, que nuevamente es Raimon Obiols, mento importante de su historia, cuando tras con una alarmante falta de garra para comuni- una fructífera primera etapa de autogobierno carse con la opinión pública; hay que anotar ahora nos disponemos a iniciar la segunda, que también la existencia del Partido Popular, con tiene como objetivo «un nuevo impulso en faAleix Vidal-Cuadras; está también Rafael Ribo vor de la calidad personal y colectiva». con su Iniciativa per Catalunya en pleno reciclaje de sus antiguas profesiones comunistas; está Joaquím Ferrer es historiador y A senador por CiU