UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS EN EL VALLE DE SULA. CARRERA DE PEDAGOGIA Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN Asignatura: DISEÑO Y ADMINISTRACIÓN DEL CURRICULUM RESUMEN CAPITULO II: SELECCIÓN CULTURAL DEL CURRICULUM Catedrática: LICENCIADA JUANA LÓPEZ Estudiante: SANDY RODRIGUEZ ERAZO 20082005489 Sección: 17:01 Periodo: II PERIODO 2012 SAN PEDRO SULA, HONDURAS, JULIO DE 2012. LA SELECCIÓN CULTURAL DE CURRICULUM El tratamiento del curriculum en los niveles primarios de escolaridad debe tener un carácter totalizador, pues es un proyecto educativo complejo. Actualmente el curriculum tiende a recoger de forma explicita la función socializadora total que tiene la educación, yendo mas allá de los contenidos académicos tradicionales. El curriculum refleja el carácter de institución total que cada vez de manera más evidente está asumiendo la escuela, en un contexto social en el que muchas de las funciones de socialización que han desempeñado otros agentes sociales ahora las realiza ella con el consenso de la familia y de otras instituciones. De allí la importancia que la educación básica de un ciudadano incluya componentes culturales cada vez más amplios, como facetas de una educación integral, lo que implica que el curriculum comprenda un proyecto socializador y cultural también amplio El curriculum viene a ser desde esta perspectiva un mapa representativo de la cultura. Introducirse a la cultura y en la sociedad desde la enseñanza escolar significa atender a una gama muy variada de componentes. La ampliación de lo que está pasando a considerarse cultura propia del currículum provoca conflictos, contradicciones y debates, puesto que no existe campo o aspecto cultural que no esté sometido a valoraciones sociales diversas. Por tanto no es fácil por tanto pensar en la posibilidad de un núcleo de contenidos curriculares obligatorios para todos, ante los que los individuos tengan iguales oportunidades de éxito escolar. En el curriculum tradicional de la educación obligatoria ha primado tradicionalmente más la cultura de la clase media y alta, basada fundamentalmente en el saber de leer, escribir y en las formalizaciones abstractas, y por ello el fracaso de los alumnos de las clases culturalmente menos favorecidas ha sido mas frecuente, dado que se trata de una cultura que tiene poco que ver con sus entorno inmediato La cultura dominante académica tradicional no es la dominante en las clases populares. La importancia del debate sobre la composición del curriculum de los niveles obligatorios, reside básicamente en que ahí está decidiendo la base de formación cultural común para todos los ciudadanos, sea cual sea su origen social, independientemente de sus probabilidades de permanencia en el sistema educativo en niveles de educación obligatorios. Por ello tiene que ser una selección de aspectos que abarquen las diversas facetas de la cultura, una alternativa a los contenidos del academicismo, considerando las distintas dotaciones de los alumnos para superar el curriculum establecido. La educación tiene la función de proporcionar una base cultural sólida para todos los ciudadanos, sea cual sea su destino social. La ampliación del curriculum conlleva la necesidad de revisar el sentido de los saberes clásicos que forman parte de la cultura considerada como el legado valioso en el que iniciar de alguna manera a todos los ciudadanos. Lo que significa que es necesaria una revisión de lo que se entiende por saber valioso en las aulas cuando se acomete una reforma curricular y mas cuando de amplia la obligatoriedad de la enseñanza. Cultura escolaridad y curriculum exterior a la escuela: La institución escolar asimila lentamente las finalidades que refleja el nuevo curriculum ampliado, como consecuencia de los cambios sociales y económicos, y que lo hace desde sus propias condiciones como institución. Una característica lamentable de los aprendizajes escolares sigue siendo el que se mantienen muy disociados del aprendizaje experiencial extraescolar de los alumnos. Este alejamiento se debe a la misma selección de contenidos dentro del curriculum y a la ritualización de los procedimientos escolares, esclerotizados en la actualidad. Por otro lado las innovaciones tecnológicas de impresión de medios escritos, el abaratamiento de su producción y el aumento de su mercado, y sobre la popularización de los medios audiovisuales, han dado lugar a un incremento espectacular del tráfico de información en nuestra sociedad. Y todos esos medios pueden competir con una gran ventaja con la institución escolar, porque son mucho más atractivos que los libros de texto o los métodos de los profesores y el pobre material de que disponen la mayoría de las escuelas. Por lo tanto el curriculum como vehiculo de cultura general ha de ser relativizado ante la competencia exterior, más en la medida en que se mantengan las condiciones actuales para su desarrollo y no se tome el curriculum como instrumento de política cultural, o se piense y se instrumente de forma coordinada la política cultural para la escuela y para la sociedad en general. Estas apreciaciones nos llevan a matizar la importancia del curriculum escolar y a contemplar nuevas perspectivas en su concepción y en su reforma. El cambio de los currícula debería aprovechar todos los medios de que hoy dispone. El curriculum escolar ante toda competencia exterior quizá esta perdiendo monopolio de la transmisión de ciertos valores culturales explícitos, pero refuerza por lo mismo otras funciones del curriculum oculto de la institución escolar. Hoy apreciamos el valor del curriculum oculto como delator de una educación encubierta. A partir de todo lo anterior es importante podemos concluir que los retos básicos de la escuela están en ofrecer otro sentido diferente de la cultura, distinto del que imparte a través de sus usos académicos y romper el caparazón por el que se ha encerrado en sí misma, más compleja, más diversificada y más atractiva. La escuela, en una sociedad de cambio rápido y ante una cultura inabarcable, tiene que centrarse cada vez más en los aprendizajes sustanciales y básicos con métodos atractivos para favorecer las bases de una educación permanente, pero sin renunciar a ser un instrumento cultural.