INTERPONE RECURSO EXTRAORDINARIO DE INAPLICABILIDAD DE LEY.Excelentísima Suprema Corte de Justicia: MAIO LUIS CORIOLANO, Defensor Casación Penal de la Pcia. de Bs. As., en la causa Nro. 5.247 "RUIZ, Orlando Elias s/Recurso de Casación" en trámite ante la Sala III del Tribunal de Casación Penal, a VV.EE. digo: I.OBJETO. Que vengo por el presente a interponer Recurso Extraordinario de Inaplicabilidad de Ley contra la sentencia dictada por el Tribunal de Casación de la Provincia de Bs. As., de fecha 11 de septiembre de 2001, obrante a fs. 48/51 del citado expediente (arts. 479 y siguientes del C.P.P., art. 161 inciso 3ro., letra A.- de la Constitución de la Pcia. de Bs. As.). II.ADMISIBILIDAD. El presente recurso es admisible toda vez que se interpone en legal tiempo y forma contra la sentencia definitiva que emanó del Tribunal de Casación Penal (art. 482 del C.P.P.). En cuanto al plazo y forma, destaco además que he manifestado ante el órgano del cual emana la resolución que impugno, mi intención de deducir recurso ante este Excmo. Tribunal. La fundamentación del mismo se desarrolla en el capítulo siguiente (arts. 483 y 484 del C.P.P.). IV.- ANTECEDENTES. El Tribunal Oral en lo criminal Nº 2 del departamento judicial de Morón condenó A Elías Orlando Ruiz con fecha 29 de septiembre de 2000 a la pena de veintidós años de prisión, accesorias legales y costas, por resultar autor penalmente responsable del delito de abuso deshonesto agravado por el vinculo -cuatro hechos-, violación agravada por el vinculo -reiterada en dos oportunidades-y abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, todos en concurso real entre sí y enlazados idealmente con el delito de promoción de la corrupción de menor de edad agravada por el vinculo.Contra dicha sentencia, la Sra. Defensora Oficial, Dra. María Sandra Rolón, interpone a fs. 27/31 Recurso de Casación a favor del imputado, en los términos de los arts. 448 y siguientes del C.P.P. agraviándose por la valoración de la prueba en lo concerniente a los hechos y en subsidio, la errónea aplicación de la normativa referente a la determinación de la pena por omisión de computo de atenuantes (arts. 40 y 41 del C.P.).A fs. 48/51 el Tribunal de Casación dicta sentencia, rechazando el recurso y confirmando el fallo del "a quo". En contra de esta decisión interpongo este Recurso Extraordinario de Inaplicabilidad de Ley.V.PROCEDENCIA. Inobservancia de los arts. 40 y 41 del Código Penal.El Tribunal Criminal nº2 del Departamento judicial de Morón al momento de individualizar la pena a imponer a Ruiz, en orden a las circunstancias agravantes sostuvo que "...Descarto, por ende, las pautas diminuentes sugeridas por la Defensa ya que, a mi modo de ver, la historia de vida del enjuiciado, caracterizada por una enfermiza y prolongada relación incestuosa con su hija, neutraliza el valor que puede tener la ausencia de antecedentes y el buen concepto que como vecino ha llegado a merecer, para quienes, evidentemente, ignoran los reiterados sucesos delictivos ocurridos en el seno del hogar" (ver fs. 17).En oportunidad de tratar el recurso de casación interpuesto por la señora Defensora Oficial, la Sala III del dicho Tribunal dijo que: "...el planteo que en subsidio realiza la defensa respecto de la ponderación de circunstancias atenuantes en el caso sub-examine, más tiene de simple expresión de disconformidad con el monto de la pena impuesta, que de critica razonada, fundada y objetiva, dirigida a poner en crisis, en este aspecto, el decisorio recurrido, sin que haya demostrado el impugnante vicio en la logicidad del razonamiento del "a quo"(...)tengo dicho que son los jueces de grado quienes de acuerdo a los arts. 40 y 41 del Código Penal aplican las reglas consagradas en aquellas normas, y solo puede estar sujeta al control casatorio en tanto se invoque y se demuestre la falta o contradictoria fundamentación reveladora de arbitrariedad manifiesta, violatoria de la defensa en juicio..." (ver fs. 50).En este sentido, el Tribunal Criminal y el Tribunal de Casación han aplicado erróneamente los arts. 40 y 41 del Código Penal.La dogmática sobre la determinación de la pena se ocupa –al igual que la dogmática sobre el hecho punible– de establecer condiciones de verificabilidad, esto es, el desarrollo dogmático de los criterios ejemplificativamente enunciados en el art. 41 del Código Penal y su incidencia en el injusto y en la culpabilidad. Dichas pautas o criterios deben ser debatidos y probados en el juicio oral; a tal fin, se dispone la cesura del debate. Sobre dicho debate específico se deberá pronunciar fundadamente el órgano de mérito. Una consecuencia de lo hasta aquí afirmado conduce a concluir que el capítulo de la sentencia dedicado a la individualización de la pena es susceptible de revisión por un órgano superior. En tal caso, el agravio de quien pretenda impugnar la pena puede basarse en la errónea aplicación o inobservancia del art. 41 del Código Penal (vicio de juicio), o errónea aplicación de los arts. 210 y 373 del Código Procesal Penal por absurda valoración de los elementos de prueba referentes a los atenuantes y agravantes (vicio de actividad). El señor Juez de la Casación votante pareciera confundir las condiciones de verificabilidad con las condiciones de verificación. Al igual que respecto de la dogmática del hecho punible, la dogmática de la determinación de la pena establece condiciones de verificabilidad. En la primera –la dogmática del hecho punible– esas condiciones son la existencia de una acción, típica, antijurídica y culpable (y responsable, para algunos); en la segunda, las condiciones son la relación entre la especie y la cantidad de pena por un lado, y la magnitud del injusto y el grado de reprochabilidad por otro. La inobservancia de estas condiciones será siempre un error de juicio, un error en la aplicación de la ley sustantiva del art. 41 del Código Penal. Cosa distinta es la cuestión relativa a la verificación de esas condiciones; esto es, a los elementos de prueba que permiten al órgano de mérito tener por acreditada determinada circunstancia que incidirá en la graduación del injusto o el reproche y, correlativamente, en la fijación de la pena. En este supuesto es donde entra a jugar la posibilidad de control por arbitrariedad, aquí sí estaríamos ante un vicio de actividad. En el caso en cuestión, el Tribunal de Casación erra al pretender que la determinación de la pena es siempre una pura cuestión de hecho y prueba, reservada a los jueces de mérito, y revisable solo en caso de absurdo. Aquí el planteo no se vincula con la prueba de determinadas circunstancias atenuantes sino con su correcta subsunción en la norma sustantiva, por lo cual no corresponde exigir -como lo hace la casación- la demostración del vicio o la arbitrariedad manifiesta. En oportunidad de los alegatos en la audiencia de debate, la Defensa solicitó se consideren como circunstancias atenuantes "la falta de antecedentes" y "el buen concepto de que gozaba el imputado". El Tribunal tuvo por acreditadas dichas circunstancias, pero llegado el momento no las computó como atenuantes, es decir, no las subsumió en los arts. 40 y 41 del C.P. Como dije antes, el error está en las condiciones de verificabilidad y no en las de verificación, es decir, el vicio está en la aplicación de la norma sustantiva a la circunstancia acreditada. Lo puramente fáctico no se cuestiona, eso está firme, pues el mismo órgano de juicio en la cuestión cuarta del veredicto lo dio por acreditado. El tribunal de mérito sostuvo que la modalidad del hecho neutraliza el valor que pueda tener la ausencia de antecedentes y el buen concepto como atenuantes y que por eso no computaba tales circunstancias. El error no reside en que el tribunal le haya asignado más valor a la circunstancia agravante de la modalidad del hecho que a las dos circunstancias diminuentes, pues de haber obrado así hubiese computado expresamente a estas últimas, sino en computar como agravante la modalidad del hecho y descartar las atenuantes acreditadas debido al mayor peso de la primera. Si existen y están probadas circunstancias atenuantes y agravantes todas deben ser computadas, con total independencia de la mayor o menor incidencia que cada una de ellas tenga posteriormente en la individualización de la pena. Es decir, pude suceder que las atenuantes y agravantes se neutralicen entre sí, pero una vez que han sido computadas y valoradas, no previamente. Ambas circunstancias se inciden mutuamente, así se puede afirmar que las atenuantes disminuyen el valor de las agravantes, y que las agravantes disminuyen el valor de las atenuantes. Entonces, si existían dos circunstancias atenuantes (falta de antecedentes y buen concepto) y una circunstancia agravante (modalidad del hecho), es evidente que ambas se han incidido entre sí. Es decir, por poco que sea, las atenuantes han debido disminuir el valor de la agravante, pero ocurre que al haber sido descartadas, dicho diminuente no se reflejó en la pena, pues solo se computó el agravante. En consecuencia, el "a quo" aplicó erróneamente los art. 40 y 41 del C.P. al no computar como atenuante la ausencia de antecedentes y el buen concepto, por lo cual corresponde casar la sentencia y disminuir la sanción penal.V.- PETITORIO.Por los fundamentos expuestos solicito: 1)Se declare admisible el recurso de inaplicabilidad de ley. 2)Se case el pronunciamiento del Tribunal de Casación Penal de la provincia y, de conformidad con el art. 496 del CPP se declare mal aplicados los agravantes cuestionados y se reduzca la pena al mínimo previsto en la escala penal correspondiente al concurso de los delitos por los que se me condenara.Proveer de conformidad, que SERÁ JUSTICIA