TÍTULO: MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS: EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS EN MATERIA DE PREVENCIÓN CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL MUNICIPIO DE ZARAGOZA AUTORA: Paz Olaciregui Rodríguez Doctoranda. Facultad de Derecho- Universidad de Zaragoza mpazor@unizar.es / mpolaciregui@hotmail.com Tel: 670803558 RESUMEN: Como parte de la lucha de las administraciones públicas y la sociedad civil contra la violencia de género, se desarrollan una serie de políticas, planes y programas de intervención que ponen el foco en la prevención de esta lacra. En este trabajo nos centraremos en la ciudad de Zaragoza. Tomando como referencia el modelo CIPP de Stufflebeam abordamos una evaluación de las políticas en materia de prevención de la violencia de género en el municipio de Zaragoza. ¿Quién(es) y cómo diseña(n) los programas de prevención? ¿Cómo se están implementando en la ciudad? ¿Cuáles son los resultados obtenidos hasta el momento? Son algunos de los interrogantes. PALABRAS CLAVES: Violencia de género, política, prevención, Zaragoza, feminicidio XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Introducción La violencia contra las mujeres es una lacra mundial instaurada en nuestra sociedad (ONU Mujeres, 2014). Se trata de un asunto trágico y extremadamente complejo que se manifiesta en distintas dimensiones. La más visible e irremediable es la que termina con la muerte de la víctima. Estos asesinatos no son una nueva forma de violencia relacionada con el género, sino, la manifestación extrema de todas las formas existentes de violencia contra las mujeres (Manjoo, 2012). Desde que se formaliza el recuento, según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad casi 800 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas o ex parejas y más de 600.000 mujeres padecen la violencia cada año, aunque menos de la cuarta parte se decidan a contarlo. A pesar de que el reconocimiento de los crímenes y la violencia machista contra las mujeres, ya es de por sí positivo (ha permitido desarrollar nuevas fórmulas jurídicas, sociales y tecnológicas para dotar a las víctimas de mayores derechos) los incesantes casos de violencia de género manifiestan que el camino recorrido hasta ahora no es lo suficientemente efectivo como para disminuir el número de víctimas, por lo que surge la urgencia de identificar nuevas aproximaciones, propuestas alternativas e incidir con mayor compromiso en el campo de la prevención. A pesar de que no siempre se lleva a cabo de la manera más eficaz, existe consenso en considerar la prevención como una herramienta imprescindible. Promover la igualdad de género desde etapas tempranas en la educación, hacer hincapié en el empoderamiento de las mujeres, procurar o favorecer su autonomía económica y su seguridad, aumentar la participación de las ellas y su poder de decisión tanto en el hogar y las relaciones personales, como en la vida pública y la política, son solo algunas de las vías para evitar la violencia contra las mujeres. Estas tareas pueden ser llevadas a cabo por el Estado a través de las diferentes Administraciones Públicas que lo conforman y por la propia sociedad civil, mediante Leyes, políticas y Programas más o menos consolidados. 2 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Dada la relevancia del asunto consideramos esencial conocer el estado de la cuestión en materia de prevención de la violencia contra las mujeres en la ciudad de Zaragoza. El objetivo general de este trabajo es elaborar una propuesta de evaluación, que siguiendo el modelo CIPP de Stufflebeam, pueda arrojar luz sobre cómo se están llevando a cabo las políticas de prevención de la violencia de género en la ciudad de Zaragoza. Los objetivos específicos están vinculados con cada una de las dimensiones que el modelo CIPP pretende evaluar: contexto, entrada, proceso y producto. Podrían resumirse del siguiente modo: 1. Conocer y definir las características del contexto (situación socioeconómica, población objetivo, opinión pública,) en el que el Plan fue gestado, así como las características del mismo. 2. Analizar la relación entre necesidades/objetivos planteados y el diseño y recursos empleados y detectar posibles fallos en el diseño 3. Analizar cómo se ha llevado a cabo la implantación del Programa 4. Valorar los resultados obtenidos hasta ahora con la aplicación de las estrategias de prevención, así como el impacto y mérito del Programa. 3 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Metodología En el presente trabajo se han desarrollado mayoritariamente técnicas cualitativas, aunque sin perder de vista los datos y estadísticas recopilados y actualizados por los diferentes organismos estatales, autonómicos y locales. A través de los datos ofrecidos por el Instituto Aragonés de la Mujer, se puede dimensionar el fenómeno de la violencia contra las mujeres; conocer número de denuncias, asesinatos, medidas llevadas a cabo, y ciertas características de las víctimas y los maltratadores. Para la recolección y producción de esta información utilizamos las dos técnicas conversacionales que consideramos más pertinentes según el tipo de estudio y nuestros objetivos: entrevista y grupo de discusión. Se han llevado a cabo 10 entrevistas semi estructuradas con los responsables de los colectivos o entidades que actualmente son parte activa en materia de Prevención de violencia de género. Las entrevistas permitieron indagar en la labor que lleva adelante, el Estado (Instituto, Observatorio, fuerzas y cuerpos de seguridad) y la sociedad civil (organizada y no organizada) El grupo de discusión tuvo lugar con miembros de algunas de las asociaciones u organizaciones de mujeres activas en la ciudad de Zaragoza. Se llevó a cabo un encuentro, mediado por la propia autora del proyecto de investigación, con ocho personas a quienes se contactó a través de la Casa de la Mujer1. La composición de la muestra dentro de esta investigación es fruto de la aplicación del método de muestreo no probabilístico (asumiendo que se trata de un procedimiento de selección informal y un tanto arbitrario) a través del muestreo por conveniencia intencional y premeditada. 1 Entidad municipal que desde hace más de 30 años trabaja para las mujeres mediante acciones de promoción, atención y formación 4 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Hemos escogido las unidades a entrevistar siguiendo nuestros criterios de conveniencia, que resumimos en: riqueza de información en el caso, posición que ocupa en relación a la cuestión de género, veracidad de la información e implicación, contactar con aquellas personas interesadas en la temática que nos ocupa, será la vía para la obtención de una buena cantidad y calidad de la información. Se estableció un primer contacto con los responsables del Programa de Prevención de la violencia de género de la Casa de la Mujer en la ciudad de Zaragoza. Posteriormente se contactó con los demás organismos vinculados a la cuestión de género; entre ellos, el Instituto Aragonés de la mujer (IAM), la Unidad contra la violencia sobre la mujer de la Subdelegación del Gobierno en Zaragoza, la Unidad de la Familia y Mujer de la Policía Nacional, Cruz Roja, Coordinadora de organizaciones feministas, Comisión de la Mujer de la Federación de barrios, Asociaciones de Mujeres, Universidad de Zaragoza, partidos políticos. En la siguiente fase de investigación se aplicó el modelo CIPP de evaluación mediante el cual se perfilan las necesidades de información para poder evaluar el programa y contribuir en la toma de decisiones. 5 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Conceptos, teorías y prácticas Violencia de género y prevención: dos conceptos unidos Los conceptos violencia de género, violencia contra las mujeres o violencia machista hoy por hoy no resultan nuevos. Se ha ahondado mucho en el tema, desde la academia, desde el Estado y desde la política, pero este esfuerzo de producción teórica y práctica ha ido acompañado por un número incesante de nuevos casos de violencia y en ocasiones nuevos asesinatos, por lo que la cuestión que abordamos aquí, no solo no ha perdido presencia, sino que, se presenta como un reto global, urgente e imprescindible de ser abordado. A pesar de la dificultad que suscita conceptualizar algunos fenómenos sociales tomaremos la definición de Mullender para comenzar a hablar de violencia de género, aunque solo abordaremos en este trabajo una mínima parte de lo que este hecho implica. “Utilizar contra la mujer violencia física, violencia psicológica, aterrorizarla, abusar sexualmente de ella de todas las formas posibles incluyendo la violación y tenerla virtual o realmente prisionera. El dominio económico y el abuso de los privilegios masculinos también tienen mucho que ver con el tema, al igual que predisponer a los hijos contra su madre, abusar de ellos o maltratar a los animales domésticos para amedrentar o amenazar a la mujer” (Mullender, 2000: 27). Según UNwomen, las causas de la violencia contra las mujeres, se encuentran en la discriminación de género, las normas sociales y los estereotipos de género que la perpetúan y la forma más común de violencia experimentada por mujeres a nivel mundial, es la violencia física infringida por una pareja íntima. Uno de los estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2013), determinó que el porcentaje de mujeres que han sido sujetas a violencia sexual por una pareja íntima varía del 6% en Japón hasta el 59% en Etiopía y no son pocas las encuestas 6 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 mundiales que manifiestan que la mitad de todas las mujeres que mueren de homicidio son asesinadas por su esposo/ pareja actual o anterior. Según este estudio de la OMS el 35% de las mujeres de todo el mundo han sido víctimas de violencia física y/o sexual por parte de sus parejas. En España, los datos indican que su prevalencia puede alcanzar el 10%. En el VII Informe Anual del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer (2015) se recoge que durante el año 2013 el número de víctimas mortales fue de 54 y el total de víctimas mortales desde 2003 a 2013 se sitúa en 712. El 56,2% de las mujeres asesinadas en España en este periodo lo son a manos de su pareja o expareja. Siguen resultando un enigma los motivos por los que un porcentaje tan bajo de los casos se había producido denuncia previa, por qué algunas mujeres retiraron la denuncia, y por qué en algunos casos no existió continuidad en el proceso o bien por qué habiendo denunciado y habiendo solicitado medidas de protección, éstas no se encontraban en vigor en el momento del suceso ; igualmente, es necesario saber cómo se podrían haber evitado los asesinatos en los casos en las que las víctimas contaban con medidas de protección. En esta labor de conocer motivos, conocer hechos y pensar respuestas es que la prevención, tanto de la violencia en su etapa inicial como la prevención del homicidio tiene especial relevancia. Dados los efectos devastadores que la violencia tiene en las mujeres, las estrategias se han diseñado y desarrollado principalmente en forma de respuestas y servicios para las sobrevivientes. Sin embargo, la mejor manera (aunque el esfuerzo deba ser mayor y los resultados se reflejen a largo plazo) de contrarrestar la violencia de género es prevenirla, atendiendo a sus orígenes, sus causas estructurales e involucrando al conjunto de la sociedad. Es consensuada la idea de que la prevención debe comenzar en las primeras etapas de la vida, mediante la educación de los niños y niñas en igualdad, promoviendo las relaciones de respeto, sanas y equitativas y lidiando con los mitos aprendidos y los tópicos arraigados. 7 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Pero hablar de prevención no es una tarea sencilla. El concepto no es sencillo. Se puede pensar en prevenir desde muchas ópticas, en diferentes etapas y con diferentes objetivos. Para la Real Academia Española prevenir significa “Prever, ver, conocer de antemano o con anticipación un daño o perjuicio”. Para UNwomen, la prevención implica respaldar la implementación de las conclusiones convenidas en el 57º periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que entienden la prevención como la promoción de la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y su disfrute de los derechos humanos. Prevenir significa conseguir que el hogar y los espacios públicos sean más seguros para las mujeres y niñas, fomentar la autonomía económica y la seguridad de las mujeres, y promover su participación y su poder de decisión tanto en la vida privada como en la pública. Presente en todos los títulos de Planes y programas sociales en materia de género, tanto la prevención como la sensibilización ilustran los objetivos. Pero la prevención va más allá de la sensibilización en los objetivos que persigue. Actúa sobre las causas y no sólo sobre los efectos. Prevenir significa evitar que ocurra. En el proceso para conseguir el cambio necesario a través de la prevención, la información y la sensibilización son pasos imprescindibles, pero también insuficientes. Si asumimos que la violencia de género es una cuestión histórica y estructural, producto de la condición de desigualdad de la mujer respecto del hombre, visibilizar el fenómeno no basta para combatirlo. Aunque, las líneas que separan un tipo de prevención de otro no son estáticas, definitivas ni excluyentes, en el Plan Nacional de Sensibilización y Prevención de la Violencia de Género se distinguen tres niveles: Se entiende como prevención primaria a las estrategias que se diseñan e implementan cuando el conflicto no ha surgido aún, intervenciones dirigidas a evitar que se produzca la violencia. Se trata del enfoque más estratégico para eliminar la violencia contra las mujeres y niñas. 8 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Fundamentalmente hablamos de educación. Dirigida, en general a grupos y colectivos (con especial incidencia en los niños y jóvenes) no se trata de una actuación individual. Esta educación en igualdad fomenta pautas de comportamiento, creencias y actitudes positivas imprescindibles en las relaciones entre hombres y mujeres y contribuye en el proceso de empoderamiento e independencia personal de ellas. Este tipo de prevención supone trabajar en los diferentes niveles de la sociedad para lograr cambios en las instituciones y la sociedad e implementar con relativo éxito intervenciones dirigidas a grupos específicos, y enfoques más generalizados para la población a gran escala. Desde cada uno de los sectores; educación, salud, justicia, mercado, medios de comunicación; puede incidirse de forma más o menos directa sobre los otros y sobre el conjunto. La prevención secundaria aparece con la presencia de conflicto y refiere a todas aquellas medidas centradas en las primeras respuestas una vez se ha producido la violencia, como por ejemplo, atención integral a la víctima (puede darse en atención primaria o en urgencias) con el objetivo de disminuir su impacto sobre la salud, medidas de protección y seguimiento, acogida en centros especializados. Estas actuaciones podrán variar en función de si se presenta o no denuncia, si la victima convive o no con el agresor, si la pareja tiene hijos o no. Hablamos de otro tipo de intervención, que se lleva adelante con el objetivo concreto de salvaguardar la integridad de un ser humano (o más en caso de tener hijos). Se trata de prevenir que los malos tratos continúen y que en ningún caso tenga lugar el peor desenlace, la muerte. En este momento entran en juego agentes sociales muy concretos, policía, sistema de justicia, servicios sociales, ONGs, actores, que cada vez más, siguen protocolos establecidos (en los que se tienen en cuenta factores de riesgo y factores de protección 2) y que varían según los países, comunidades o entidades locales. Según Heise (1998) en este tipo de prevención se vuelven imprescindible que las estrategias y programas se diseñen e implementen según el modelo ecológico. Esto 2 FR: Una variedad de factores a nivel individual, de relaciones, de comunidad y de la sociedad (incluyendo los niveles institucionales/estatales) se intersecan para aumentar el riesgo de que mujeres y niñas sufran violencia. FP: que pueden reducir el riesgo de que mujeres y niñas sufran violencia y que van desde autonomía económica de las mujeres y acceso a entrenamiento de sus capacidades, crédito y empleo hasta disponibilidad de espacios seguros o refugios y acceso a grupos de ayuda. (ONU Mujeres, 2013) 9 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 quiere decir, mostrar factores de riesgo a nivel individual en combinación con factores de riesgo existentes al interior de las relaciones o de la familia, la comunidad y a un nivel social/institucional más extenso, con el fin de para evaluar la probabilidad que las mujeres experimenten violencia en una situación particular. El enfoque ecológico pretende asegurar que las intervenciones tengan en cuenta y traten las condiciones existentes a lo largo de todos los diferentes niveles (por ejemplo, individual, familiar, comunitario y de la sociedad), y que afectan los riesgos de las mujeres y niñas de experimentar violencia. Como se muestra en el modelo, existen en cada nivel factores biológicos, sociales, culturales y económicos así como normas, que pueden aumentar el riesgo que los hombres cometan actos de violencia y el riesgo que las mujeres lo experimenten. La prevención secundaria es un campo en el que, a pesar de los muchos esfuerzos y avances experimentados, aún queda mucho por hacer, sobre todo en lo que a valoración y administración del riesgo respecta. Ligada a esta, la denominada prevención terciaria, hace referencia a intervenciones centradas en la atención a largo plazo con posterioridad a los actos violentos, como las casas de acogida, la atención psicosocial a mujeres afectadas o la rehabilitación de los maltratadores, con el objetivo de prevenir las repeticiones y las secuelas. Los agentes establecen mecanismos que arbitran procesos de protección a la víctima declarada como tal a todos los efectos. Las características de estos mecanismos dependerán de la disponibilidad de recursos e instrumentos de socialización que contribuirán a la restauración de un plan de vida de las mujeres que fueron víctima y que gracias a estas estrategias podrían volver a recuperar su identidad como personas. De este modo se sigue incidiendo en la prevención con el objetivo de evitar que se reproduzcan conductas de subordinación en otras relaciones y que se transmitan estas conductas de madres/padres a hijos/hijas. Según el Observatorio de Salud de la Mujer, en todos los casos y de forma especial para la Prevención Secundaria y Terciaria, destaca el Modelo Ecológico de intervención el cual, además de ayudar a esclarecer las causas de la violencia y sus complejas 10 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 interacciones, también pone de manifiesto que, para prevenirla, es necesario actuar en varios niveles a la vez. El Observatorio aporta otra clasificación de la prevención de la violencia de género, la que se plantea en función de la población a la que se dirigen las intervenciones Denomina intervenciones generales a aquellas estrategias dirigidas al conjunto de la población. Intervenciones seleccionadas, las dirigidas a las mujeres por tratarse del grupo de población que está en mayor riesgo de ser víctima de este tipo de violencia. Intervenciones indicadas, dirigidas a personas con antecedentes de violencia. Por tanto, hablamos de prevención de la violencia de género desde dos ópticas. Pueden realizarse con estrategias que tienen lugar en distintos momentos de la evolución del problema, y dirigirse a diferentes grupos de población. 11 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Aplicación del modelo CIPP Evaluación de contexto El análisis de esta dimensión pretende servir de referente a las etapas posteriores a partir de la explicitación de las condiciones en que se desarrolla las intervenciones, así como las actitudes y expectativas de la población respecto a la misma. Ofrece información acerca de todo aquello que rodea las intervenciones para contribuir en la toma de decisiones de la planificación. El criterio de valor asociado a esta dimensión es Oportunidad, para referirnos a lo conveniente en un contexto y a la confluencia de un espacio y un periodo temporal apropiado para obtener un provecho o cumplir un objetivo. En este sentido es pertinente destacar que dadas las características del fenómeno social que estamos abordando, cualquier estrategia de intervención es oportuna, ya que estamos hablando de una problemática arraigada en las estructuras y en las dinámicas sociales pero no siempre a las estrategias para hacerle frente las rige el criterio de oportunidad. Es imprescindible atender al momento exacto en que se implementará el programa. El tipo de prevención que se pretende llevar adelante (primaria, secundaria o terciaria) y el contexto (casos recientes, números de casos, confluencia del programa con otras propuestas ya implementadas) determinarán la conveniencia de sacar adelante una estrategia. En las estrategias de prevención no se observa, a priori, distinción entre estrategias generales o seleccionadas. A pesar de que en su mayoría están dirigidas a mujeres, precisamente por ser el colectivo que padece este tipo de violencia, (con excepción de algunas puntuales) las actividades suelen involucrar, de manera más o menos directa a mujeres y hombres. La mayoría de las acciones de intervención activas en la ciudad de Zaragoza están destinadas a la población joven. Es el caso del Programa de prevención en IES de la 12 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Casa de la Mujer, el de la Cruz Roja o los talleres de Feminismo Unizar en IES y Universidad. Es oportuno y conveniente iniciar la prevención de la violencia de género en las etapas iniciales desde la educación en igualdad y las relaciones de respeto en niños/as y adolescentes y jóvenes. Por otra parte si estamos frente a un caso de violencia denunciado, donde se activan, por medio de determinados agentes, los protocolos de prevención secundaria, la inmediata aplicación es lo conveniente, y en este sentido, a pesar de la descoordinación que puede darse entre agentes (servicios sociales y policía, por ejemplo) en casos puntuales, tanto la aplicación como el funcionamiento resultan oportunos. La evaluación de contexto exige juzgar si los objetivos propuestos en los diferentes programas o estrategias de intervención en materia de prevención de la violencia de género son suficientemente coherentes respecto a las necesidades valoradas y las características del contexto. Como hemos detallado, hablar de género, violencia de género o feminicidios es hablar de un asunto global, abordado por agentes supraestatales y que, además, requiere la coordinación y el trabajo en contextos que trasciendan lo meramente local. El contexto actual, por los incesantes casos de feminicidios, por la constante reproducción de la desigualdad de género y por la necesidad impetuosa de dar respuesta a esta lacra social, exige que tanto las agencias institucionales como la sociedad civil continúen con la lucha e intensifiquen los esfuerzos en materia de prevención. Las políticas públicas a nivel europeo en materia de género, así como las Leyes y Planes a nivel estatal, han guiado los diseños de la mayoría de intervenciones de la ciudad de Zaragoza. No se han encontrado agentes que desarrollen sus proyectos al margen. Pero trabajar en global parece que en ocasiones aleja el diseño de políticas de la realidad que se observa, es decir de las características particulares del contexto. La ciudad de Zaragoza3 cuenta con un porcentaje de 15.38% de inmigrantes y el índice de feminidad entre la población inmigrante es de 90.82, estos datos ponen de manifiesto que el 3 Datos de la población de Zaragoza según el padrón de 2012. Disponible en http://goo.gl/LBRLJZ 13 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 colectivo de mujeres inmigrantes es un colectivo numeroso, que necesariamente ha de ser tenido en cuenta a la hora de abordar las estrategias. Entre los programas estudiados solo dos tienen actividades destinadas en exclusiva al colectivo de mujeres inmigrantes y no se observa en los proyectos que se contemplen las particularidades de los diversos colectivos. Las actividades están pensadas y diseñadas sobre todo en relación a una mujer tipo que dista bastante de la realidad de la ciudad. En relación a la congruencia entre necesidades y objetivos, es importante mencionar el hecho de que muchas de las estrategias de intervención son llevadas a cabo por asociaciones de mujeres activistas, incluso de una misma generación. Esto supone que muchos de los proyectos, a pesar de estar diseñados para jóvenes, están concebidos desde una lógica que no es compartida. Teorías y presupuestos que han caracterizado al movimiento feminista tradicional, los jóvenes que asisten a los talleres de prevención, los ven como algo lejano. Por lo tanto queda por comprobar que los objetivos que persiguen algunos agentes sociales responden a las necesidades de los beneficiarios de los programas. Desde la óptica institucional la situación es similar. A pesar de que los objetivos declarados en cada política o Plan llevado adelante están cargados de buenas intenciones, no siempre están pensados atendiendo a quienes padecen la necesidad. En ocasiones resultan demasiado generales y abstractos por lo que la puesta en marcha se vuelve muy dificultosa, la dependencia de fondos para cada una de las actividades condiciona la implementación y el buen funcionamiento. Los protocolos de actuación, muchas veces no contemplan particularidades, dificultan la labor de los agentes que se encuentran sobre el terreno y de las mujeres implicadas, finalmente todo esto puede hacer que la consumación de aquello objetivos iniciales no tenga lugar. 14 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Evaluación de entrada Para conocer y valorar cómo se aborda la prevención en las estrategias establecidas y quiénes y cómo se ejecutan las estrategias de acción se lleva adelante la evaluación de entrada atendiendo, principalmente al criterio de Pertinencia, que refiere a la medida en que los objetivos de una intervención son congruentes con los requisitos, las necesidades, las prioridades globales y las políticas. Esta información que será de utilidad en aquellas decisiones estructurales de organización pone de manifiesto uno de los puntos débiles en la lucha por prevenir la violencia de género en la ciudad de Zaragoza. En primer lugar hay que atender a los recursos necesarios y los recursos disponibles para llevar adelante las propuestas. Evidentemente las trasformaciones de las condiciones económicas y sociales a raíz de la crisis han hecho mella. Un buen número de asociaciones, organizaciones e instituciones que dependía de financiamiento externo, han quedado en el camino y con ellos sus proyectos. Propuestas que no se han materializado, otras que se han suspendido y otras que parecen estar en pausa, a la espera del milagro. Si no se tiene los recursos suficientes las propuestas difícilmente pueden ser algo más que campañas y concentraciones los días señalados. Frente a esto, algunos colectivos han desarrollado estrategias alternativas que han aportado mayor potencialidad a los programas. El buen uso de las redes sociales por parte de algunos agentes contribuye a que la publicidad de los proyectos, la comunicación y hasta el debate puedan tener lugar. En cualquier caso, en la mayoría de los proyectos (sobre todo aquellos que emergen desde la sociedad civil) el recurso fundamental es el factor humano. La voluntad y el voluntariado han sido las estrategias clave para que los proyectos salgan adelante. 15 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Se observa que tanto las estrategias como las actividades están alineadas con los objetivos del Programa, aunque si atendemos a lo generales que pueden resultar los objetivos de cada intervención, es difícil que eso no sucediese. La otra línea objetivos-necesidades de los supuestos beneficiarios, es la que aparece un tanto difusa. A pesar del consenso respecto de que la prevención debe comenzar en edades tempranas y que los talleres en los IES han resultado una propuesta exitosa, no hay información acerca de cuáles son las necesidades de esos jóvenes, de hecho en ocasiones esas necesidades se van manifestando una vez que los talleres han comenzado, lo que obliga a redefinir sobre la marcha el plan, siempre y cuando este sea lo suficientemente flexible. En esta línea es destacable el trabajo de Cruz Roja, que este año incorporo en sus talleres una evaluación final. Los usuarios volverán a serlo al siguiente año, y la cumplimentación del formulario diseñado ofrece información acerca de las necesidades reales de esos participantes, y de las posibilidades de mejorar los Programas para alinear necesidad-objetivos-estrategias. El IAM presenta el III Plan regional como elemento vertebrador de las medidas en materia de prevención y erradicación de la violencia de género, pero a la hora de materializar esos objetivos o estrategias, la línea de prevención en ocasiones se ve relegada y el rol del Instituto deja de ser activo para convertirse en sponsor, acompañante, editor o recopilador de informes. La dificultad para materializar los objetivos y las estrategias diseñadas se extiende también a la Diputación Provincial de Zaragoza. La propuesta “Ni víctimas ni verdugos” de la DPZ nace en el año 2011 y hasta la fecha no ha concluido “oficialmente” (la página web sigue disponible, hay un libro editado, se puede acceder a los videos y a las guías sobre prevención para el profesorado) pero las actividades son esporádicas o se dilatan en el tiempo (el concurso de dibujo convocado en 2013 falló el resultado un año más tarde). La definición de los objetivos es algo que la mayoría de los agentes activos en la materia comparte, las estrategias, a priori, también, pero se observan diferencias a la hora de poner en marcha lo que dice sobre el papel. 16 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Evaluación del proceso Esta puesta en marcha o implementación, es lo que juzga la evaluación del proceso. Sirve, principalmente para saber si los planes y programas funcionan, si se están realizando según lo previsto y para conocer en qué medida los recursos/insumos (fondos, tiempo, etc.) se han convertido en resultados, lo que se denomina eficiencia. Contar con políticas, planes, programas o intervenciones diseñadas y definidas para prevenir la violencia de género es el primer paso, el siguiente, y más relevante aun, es como esas estrategias se llevan a la práctica. Según las observaciones se podrían distinguir tres grupos, con diferentes resultados en la evaluación del proceso. a) aquellos programas que tienen estabilidad en el tiempo (sostenibles), que tienen una estructura (sistemáticos) y menos susceptibles a los cambios políticos y económicos se desarrollan prácticamente en su totalidad según lo previsto. La consecución de una estrategia bien definida, flexible en función de los usuarios y reconocida hace que esos Proyectos se presenten como punteros en la lucha por la prevención. Las fases de la intervención, desde la difusión hasta la evaluación están presentes y son realizadas de manera eficiente y eficaz. b) Entre los casos estudiados también se han observado intervenciones que se realizan de manera esporádica, que no cuentan con una fase de divulgación que permita a los usuarios conocerlos o participar en ellos. Se trata de agentes que mantienen una línea de acción más o menos activa, dependiente de algún partido político, de alguna organización o bien que se han constituido en un momento concreto con alguna subvención, pero que actualmente no se encuentran en activo. Los canales de comunicación con estos agentes son pocos y funcionan relativamente mal. Las actividades, al no tener continuidad, a veces no pueden salir adelante por falta de usuarios y parece claro que la dependencia económica condiciona el buen funcionamiento. 17 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 c) Hay un tercer grupo de entidades entre los que se encuentran aquellas entidades que se constituyen con buenas intenciones e ideas, pero que posteriormente no pasan a la práctica. Observatorios, comisiones, institutos, que aglutinan entidades, elaboran propuestas e informes esporádicos pero que no tienen una continuidad y no se hacen visibles salvo en fechas u ocasiones puntuales. Una valoración similar merecen aquellos planes o programas que para ponerse en marcha requieren principalmente de la voluntad política. Los resultados, e incluso el análisis de eficiencia dependen en gran medida de las decisiones políticas que condicionan los proyectos. Las diferencias ideológicas, a pesar de tratarse de un problema social compartido, se manifiestan en la forma de llevar a la práctica las diferentes estrategias. Esas mismas diferencias, que nacen en la forma de concebir la cuestión de género, la prevención y hasta la violencia, condicionan también el funcionamiento del resto de agentes sociales involucrados. Las redes que deberían tejerse en torno a las entidades institucionales encargadas de abordar la materia no se tejen o no perduran en el tiempo y la comunicación y coordinación es prácticamente nula. Esta falta de coordinación es una de las principales fallas en lo que a política de prevención refiere. Un buen número de actores tienen actividad en la misma línea, en ocasiones hasta se superponen las estrategias de acción, y hasta hoy ha resultado muy dificultosa la comunicación. Evaluación del producto Para conocer la medida en que se lograron o se esperan lograr los objetivos de la intervención, es decir mara conocer su eficacia se evalúa el producto. En esta tarea se observa, especialmente el Impacto del Programa, es decir efectos de largo plazo positivo y negativo, primario y secundario, producidos directa o indirectamente por una intervención. 18 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Al tratarse de un conjunto de intervenciones que se encuentran en este momento activo en la ciudad de Zaragoza, la valoración de los resultados es parcial. Sumado a esto, por la materia que nos concierne, definir como exitoso o no un conjunto de actuaciones que no siempre tendrán resultados visibles y a corto plazo resulta un tanto arriesgado. Debemos tener en cuenta que todas aquellas medidas encaminadas a prevenir la violencia de género que se están dirigiendo a los jóvenes , por ejemplo, son parte de un todo formativo, constituido por la educación en el hogar, el sistema educativo y los medios de comunicación, entre otros. Por lo tanto disminuir el número de casos de violencia machista o conseguir que la mujer y el hombre estén en un plano de igualdad (laboral, social, económica, cultural), requiere (lamentablemente) algo más que una intervención, un plan o una política pública. Asumiendo esto como punto de partida, se puede decir que en líneas generales existe una congruencia entre los objetivos y los resultados obtenidos, sobre todo en aquellos programas implementados por los actores del grupo A (mencionado en el apartado evaluación del proceso). Si las estrategias se llevan adelante de una manera sistemática y sostenida en el tiempo, los resultados resultan positivos y por ende la política se considera eficaz. La aceptación por parte de los participantes, el aumento en el número de IES que quieren acoger las propuestas , la participación del sector privado en esta lucha por la prevención (ofreciendo charlas y talleres sobre igualdad a sus trabajadores), son todos indicadores de que los resultados de los programas pueden considerarse óptimos. El funcionamiento más o menos regular de todos los Programas emergentes desde la sociedad civil ofrece resultados que pueden considerarse óptimos. Hay algunas de las propuestas que en este momento son aún muy nuevas pero que se aprecien con potencial. Nuevas herramientas, nuevas formas de comunicación, nuevas teorías o argumentos que facilitan la comunicación intergeneracional y que permiten hablar un idioma común a la hora de abordar la prevención. Los resultados del Plan Aragonés, por las características del mismo requieren un tratamiento especial, probablemente (o al menos así debería ser) ese Plan contará con una evaluación intermedia o ex post, por lo que se podrán valorar los resultados con mayor profundidad. 19 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Pero lo que sí se puede aportar con en relación a la labor que el IAM lleva a cabo desde 1993, y en función de las apreciaciones recogidas en el trabajo de campo es que a pesar la presencia del IAM, de elaborar propuestas y aportar recursos, la imagen, entre los agentes que hoy por hoy trabajan en la cuestión parece estar en entredicho. El Instituto observa, analiza, elabora informes (Incluso el Observatorio para la violencia de género se reúne con cierta frecuencia) pero no parece mantener una comunicación estable y fructífera con los organismos y entidades que trabajan en el campo de la violencia contra las mujeres, se le exige, desde “abajo” una labor más práctica, más cercana, más activa. Todo aquella información, tanto la que pueda medirse como la que no (percepción respecto a la violencia, por ejemplo) aportará información clara sobre cómo ha funcionado el programa, pero para ello es necesaria, la evaluación por parte de cada agente y la puesta en común de esos resultados. Sobre todo en problemáticas sociales que exigen intervenciones continuadas en el tiempo la información de cómo ha funcionado cada intervención resulta de gran utilidad, ya que orientará sobre qué se debe hacer con el programa después de su aplicación, a lo que se denomina decisiones de reciclaje. 20 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Conclusiones Una vez aplicado el modelo de evaluación hemos podido extraer las siguientes conclusiones. - En la ciudad de Zaragoza no existe una única política en prevención de violencia de género. Por el contrario nos encontramos con numerosos agentes sociales atomizados, actuando en ocasiones de forma individual, en otras (las menos) de manera colectiva; organismos institucionales, como el IAM, la Diputación provincial, la Casa de la Mujer o la Policía, diversas asociaciones de mujeres, Fundaciones, Federación de barrios, Universidad, Cruz Roja, etc. Dados los resultados de la implementación de estrategias parece necesario que las entidades que trabajan a diario los temas de violencia desde la prevención hasta la denuncia tuviesen un “paraguas” que aglutine las estrategias, contribuya en las propuestas y conozca los resultados, favoreciendo la comunicación fluida, los puntos de encuentro y la participación. - Hasta la fecha los planes regionales no han servido como vertebradores de las estrategias de prevención y están lejos de ser los que marquen el rumbo y los puntos de encuentro quizás porque la participación de la sociedad civil organizada en la elaboración de esos Planes de prevención y erradicación de la violencia ha sido simbólica. La comunicación con los organismos oficiales (IAM, DPZ, Servicio contra la Violencia sobre la Mujer de la Delegación del Gobierno de Aragón) es hasta ahora, esporádica. A pesar de tratarse de actores que trabajan en el mismo ámbito la colaboración es insuficiente. La sociedad civil dirige e implementa las estrategias en un plano diferente y desconectado del nivel más institucional y en ocasiones esa desconexión se observa entre los protagonistas de la sociedad civil. En esta línea, y aunque queda trabajo por hacer, es destacable la labor de la Coordinadora Organizaciones Feministas de Zaragoza que, no solo en materia de prevención y erradicación de la violencia, sino también en otros temas transversales como igualdad o aborto ha “reactivado” la comunicación, el encuentro y la colaboración 21 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 entre entidades, organizaciones, asociaciones, sindicatos y partidos que trabajan en por y para proteger los derechos fundamentales de las mujeres. Del mismo modo es tarea pendiente incorporar a las nuevas generaciones en las estrategias de intervención, abrir los canales de participación política, para que las nuevas organizaciones, asociaciones y entidades tengan lugar y se produzca el trasvase de conocimientos, ideas y experiencias de una manera conforme. La prevención puede llevarse adelante en diferentes etapas, con diferentes objetivos, e incluso estar dirigida a diferente público, parece imprescindible, conocer el trabajo de todos los agentes sociales que se encuentran activos en la prevención y erradicación de la violencia de género, determinar campos de acción, compartir resultados y elaborar propuestas, que permitan a cada uno tener lugar propio en una lucha compartida. - Respecto a los Programas en concreto. A priori parece que aquellas propuestas de prevención que se enmarcan, diseñan o implementan dentro de un Plan más general (en conjunto con las de erradicación de la violencia, por ejemplo) se ven relegadas. Las estrategias “accesorias” se conciben de manera abstracta, poco definida y con menor presupuesto, más semejantes a una declaración de intenciones que a una política pública. - A pesar de las diferencias entre las respuestas ofrecidas en la cuestión, en todos los casos aparece una idea compartida: la prevención ha de ser un asunto presente en la educación (formal y no formal) y la socialización de los jóvenes. - En la práctica se observa que los programas de prevención de la violencia contra las mujeres destinados a los Centros Educativos en ocasiones se superponen en tiempo y conceptos, lo que puede resultar algo reiterativo para los alumnos. Revisar y corregir esas superposiciones resulta fundamental, ya que el trabajo con jóvenes es la mejor opción para lograr un progreso rápido y sostenido en materia de prevención y erradicación de la violencia de género. Aunque las políticas públicas y las intervenciones suelen pasar por alto esta etapa de la vida, se trata de una época crucial durante la cual se configuran valores, opiniones, actitudes. 22 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 - De especial interés resulta el trabajo con hombres y niños. En este sentido aún queda mucha labor por hacer en la ciudad de Zaragoza. A pesar de que las campañas van destinadas a un público global y que los programas procurar involucrar tanto a hombres como a mujeres, la participación de ellos sigue siendo anecdótico, por lo que se vuelve imprescindible revisar y redefinir las intervenciones de manera que este dato pueda revertirse. La participación de hombres ayuda a acelerar el progreso en materia de prevención y la erradicación de la violencia contra las mujeres y niñas. Ellos pueden comenzar a cuestionar las desigualdades y las normas sociales profundamente arraigadas que perpetúan el control y el poder que los hombres ejercen sobre las mujeres y refuerzan la tolerancia hacia la violencia contra las mujeres y niñas. Otro componente importante de una estrategia de prevención efectiva es la concienciación y la movilización comunitaria, a través de los medios de comunicación y los medios sociales y culturales. Por este motivo la labor que llevan adelante los agentes de la sociedad civil, debe ser más visible, exigente y reconocido. - Teniendo en cuenta que los resultados de las diferentes dimensiones de la evaluación, en general son positivas y que hay un largo camino por recorrer, podría resultar optimo conocer el trabajo de los distintos agentes, poner en común la labor y determinar “áreas de trabajo”, bien por zonas geográficas, bien por áreas temáticas de conocimiento o intervención, aprovechando los puntos de vista particulares (Policía, Sociedad civil-asociaciones, Administración pública, asesoramiento jurídico). Para esto resulta positivo el hecho de que numerosas entidades (públicas, ONG, privadas en colaboración) en la ciudad de Zaragoza hayan realizado o estén realizando Programas, actividades, talleres o campañas concretas, relacionadas con la prevención (en todas sus formas) de la violencia contra las mujeres. - Se reafirma la necesidad de evaluar tanto políticas públicas y planes como intervenciones concretas o campañas puntuales para conocer, valorar, corregir y redefinir en caso de que fuese necesario. 23 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 - Se puede constatar la dependencia (política o económica) de algunos organismos y por extensión, de algunos programas, situación acusado con la crisis y la retirada de ayudas o subvenciones y reflejada en el hecho de que muchos proyectos en materia de prevención se han abandonado o se han visto modificados. En compensación, la consolidación de Programas como los de la Casa de la Mujer, la Policía o la Cruz Roja, que según los datos y las evaluaciones han tenido muy buenos resultados. Se constata de esta manera que sistematizar las estrategias es básico para que la labor y el mensaje sean más eficientes. Hemos comprobado que hay una herramienta que marca la diferencia entre unas intervenciones y otras, se trata de la voluntad de los implicados. Voluntad política, voluntad de los trabajadores o colaboradores y del profesorado. Voluntad de dialogo entre agentes implicados, entre Policía y Servicios Sociales, entre Institutos y Universidad, entre Coordinadora e IAM. Voluntad de acción que, indudablemente, se ve condicionada por la ideología. Las diferencias a la hora de hacer frente al problema se manifiestan en una distancia institucional difícil de superar. Así como nos encontramos con estrategias pensadas desde el feminismo, desde el activismo o incorporando la perspectiva de género nos encontramos con posturas que defienden que la prevención es tarea de los cuerpos y fuerzas de seguridad y la justicia y que “eso de las gafas moradas es un cuento”. Se entiende la prevención desde una óptica más individual y menos colectiva. - Se manifiesta necesario incidir en la formación de los agentes implicados (formación para policías, técnicos, personal sanitario) y la de planificar con detalle las estrategias. En esta línea remarcar la idea de que aunque las estrategias han de tener cierta flexibilidad para adaptarse a cada caso concreto y cada contexto, es importante que la cuestión de género, en general y la prevención de la violencia en particular, no sea un asunto que “intentamos meter a la fuerza” en los diferentes campos. La transversalidad ha de ser entendida como la oportunidad de abordar un problema social desde diversos prismas pero de una manera específica, comprometida y responsable. 24 XII Congreso Español de Sociología Gijón 2016 Referencias AnderEgg, E. (1995). Técnicas de investigación social. Buenos Aires: Lumen. Alencar Rodríguez, R.; Cantera, L. (2013). “Intervención en violencia de género en la pareja: el papel de los recursos institucionales”. Athenea Digital, 13 (3), 75-100. Atencio, G. “Feminicidio-femicidio: un paradigma para el análisis de la violencia de género” (en línea). http://goo.gl/jB8lzX , último acceso 28 de agosto de 2015. Ballart, X. (1992). ¿Cómo evaluar programas y servicios públicos? Aproximación sistemática y estudios de caso. Madrid: Ministerio para las Administraciones Públicas. Cohen, E., y Franco, R. (2000). Evaluación de Proyectos Sociales. México: Editorial Siglo XXI. Cruz, M. (2008). Análisis del Marco Lógico en la Evaluación de Programas Sociales. 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