FACULTAD CIENCIAS EMPRESARIALES DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA Trabajo publicado en www.ilustrados.com La mayor Comunidad de difusión del conocimiento TRABAJO DE DIPLOMA CARACTERÍSTICAS Y PROBLEMAS FUNDAMENTALES DE LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN EN CENTROAMÉRICA Autores: Teresa Gonzáles Cruz Yohandy Martínez Nápoles Tutor: Dr. C. Roberto Muñoz Gonzáles Santa Clara, Julio de 2006 Resumen Los procesos de integración aparecen cada vez con más fuerza, como una lógica respuesta colectiva frente a la necesidad de una concertación para encarar colectivamente los desafíos que entraña el complejísimo proceso de inserción de las economías de los países subdesarrollados en la economía global, con mayor razón si observamos los nuevos esquemas multilaterales y bilaterales de acuerdos asimétricos que están sucediendo en nuestro hemisferio, con el ALCA y sus variantes como exponente más evidente. No obstante las abundantes y serias investigaciones realizadas en Cuba y el extranjero en torno a la cuestión de la integración, especialmente en Centroamérica, aun queda mucho por estudiar y sistematizar en el tratamiento del problema, lo que evidentemente urge en los momentos actuales en que vive la región y el mundo. Por eso la pretensión más importante de esta investigación ha sido valorar y sistematizar, desde las perspectivas teóricometodológicas de la economía política, los procesos integracionistas que se han venido produciendo en la región centroamericana, considerando sus principales problemas y necesidades. Abstract Integration processes appears stronger each time, as a logical collective answer in front of an arrangement necessity to face challenges of undeveloped countries economies` insertion at global economy, much more when we watch for new multilateral and bilateral schemes from asymmetrical agreements that are happening in our hemisphere, with ALCA and it’s variants as most evident exponent. How ever plentiful and serious investigations realized in Cuba and some other countries about the integration matter, especially at America Central, there’s still a lot of study to be made about the problem’s treatment, something that urges in these moments that live region and world. That is why most important pretension of this investigation has been to value and systematize, from politics’ economy theory perspectives, integration processes that have been producing them selves at America Central, considering their main problems and necessities. 1 INDICE Introducción………………………………………………………………………3 Capitulo I Globalización e integración: una visión teórica necesaria….7 1.1 Dialéctica globalización e integración………………………………………7 1.2 Definiendo la integración……………………………………………………15 1.3 Tipología de la integración………………………………………………….19 1.4 Clasificación de la integración según sus grados………………………..21 1.5 Bosquejo histórico general sobre la integración en la región latino-caribeña……………………………………………………………….26 Capítulo II Características generales de los procesos integracionistas en Centroamérica……………………………………………………………….33 2.1 -Principales etapas de la integración en Centroamérica………………...34 2.2.-Características de la Integración en Centroamérica…………………….42 2.2.1.- El impacto de las reformas estructurales………………………………42 2.2.2.-Características del MCCA………………………………………………..43 2.2.3.-El comercio intrarregional………………………………………………...46 2.3.-La Unión Aduanera Centroamericana…………………………………….49 2.4.-La dependencia económica de Centroamérica con respecto a los EUA…………………………………………………………..50 Capítulo IIl Desafíos y perspectivas de la integración en la región Centroamericana………………………………………………………………...55 3.1.-Desafíos que enfrenta la integración……………………………………..57 3.2.-El ALCA y los TLC: Principales desafíos………………………………….62 3.3.-Límites y potencialidades del proceso de integración regional…………65 3.4.-Transformaciones necesarias para la integración Intra-nacional y subregional……………………………………………………..68 Conclusiones…………………………………………………………………….72 Bibliografía…………………………………………………………………….....75 Anexos…………………………………………………………………………… 77 2 Introducción A pesar de los esfuerzos realizados desde el periodo independentista decimonónico hasta nuestros días, la región centroamericana, tanto como el resto de América Latina y el Caribe, no ha logrado construir una verdadera integración de sus estados y economías nacionales, debido especialmente a la manera histórica como el área fue insertada en la división internacional capitalista del trabajo, bajo la dinámica del proceso de acumulación del sistema; todo lo cual ha influido negativamente en la unidad, la integración y en un mayor acercamiento de la región como totalidad, no obstante la historia y las identidades compartidas de sus pueblos y naciones. Esos factores, junto a otros muchos, han marcado las características económicas, sociales y políticas de ese conjunto de países periféricos o subdesarrollados (ciertamente en subdesarrollo), cuya situación se deteriora en la medida que evoluciona la globalización neoliberal. Por eso los procesos de integración aparecen, cada vez con más fuerza, como una lógica respuesta colectiva frente a la necesidad de una concertación para encarar colectivamente los desafíos que entraña el complejísimo proceso de inserción de las economías de los países subdesarrollados en la economía global, con mayor razón si observamos los nuevos esquemas multilaterales y bilaterales de acuerdos asimétricos que están sucediendo en nuestro hemisferio, con el ALCA y sus variantes como exponente más evidente. No obstante las abundantes y serias investigaciones realizadas en Cuba y el extranjero en torno a la cuestión de la integración, especialmente en Centroamérica, aun queda mucho por estudiar y sistematizar en el tratamiento del problema, lo que evidentemente urge en los momentos actuales en que vive la región y el mundo. Por eso la pretensión más importante de esta investigación ha sido valorar y sistematizar, desde las perspectivas teóricometodológicas de la economía política, los procesos integracionistas que se han venido produciendo en la región centroamericana, considerando sus principales problemas y necesidades. Problema científico Históricamente la región centroamericana ha sido una de las zonas de América Latina económicamente más débil, pero también de las de mayores conflictivades sociales y políticas, lo que ha posibilitado una creciente y 3 significativa penetración y dominio de los Estados Unidos de Norteamérica en la vida de las naciones que conforman el área; esa debilidad se refleja en la vulnerabilidad y atomización de las respectivas economías y Estados nacionales que constituyen el conjunto de los países de esa subregión latina; de tal manera que es una zona económica y socialmente poco integrada, no obstante los esfuerzos que han hecho por lograrlo; esto supone la necesidad de conocer mejor los problemas y necesidades de la integración en el área y replantearse estos procesos, los que cada vez son más imprescindibles para lograr el desarrollo socioeconómico en la época contemporánea de la globalización. Por eso nos planteamos como problema científico el siguiente: ¿Cuáles son las características, problemas y necesidades fundamentales de los procesos de integración en la región centroamericana? Objetivo General -Analizar las características, problemas, necesidades y perspectivas generales de los procesos integracionistas en la región de Centroamérica. Objetivos Específicos -Explicar teóricamente las características y relaciones entre la globalización y la integración y su contextualización en la región latinoamericana. -Analizar las principales características y contradicciones de los procesos de integración en Centroamérica. Mostrar el estado y las perspectivas de los procesos de integración en la región centroamericana. Hipótesis La integración de la región Centroamericana constituye una necesidad para el desarrollo del grupo de países que conforman esta área, sin embargo existen múltiples factores endógenos y exógenos que dificultan los avances del proceso y que por tanto entorpecen el desarrollo económico y social de la región. 4 De la estructura del Trabajo La estructura del cuerpo especial del trabajo está conformada por tres capítulos. El primer capítulo se dedica a definir algunos de los elementos teóricos principales sobre la globalización y la integración, abordando distintas definiciones según varios autores; posteriormente se describen las características generales de los procesos integracionistas en la región latinocaribeña. En el segundo capítulo se abordan de manera específica las principales características y algunos de los principales problemas de la integración en la sub-región; y en el tercer y último capítulo se muestran los obstáculos fundamentales y las necesidades de la integración del área como vía para poder alcanzar el desarrollo económico y social de los pueblos y naciones que conforman Centroamérica. De la metodología La investigación se desarrolló fundamentalmente mediante la utilización de métodos de nivel teórico, (abstracción científica, análisis y síntesis, lógicohistórico) contentivos de la dialéctica estructuralista, que consiste en tomar el objeto de estudio como un todo y descubrir las relaciones causales y funcionales de las partes que conforman ese todo, con el objetivo de descubrir lo esencial y lo secundario del problema que se investigaba, lo cual permitió el descubrimiento de las características del objeto de estudio así como sus contradicciones. En los procesos de búsqueda de los resultados de la investigación, fue necesario la combinación de diferentes teorías, fuentes de datos y métodos de investigación, por lo que se incluye la metodología de la triangulación, además de diversas informaciones factuales que fueron de mucha utilidad. De la bibliografía En el trabajo hemos utilizado información bibliografía primaria y secundaria con contenidos vinculados a los temas que aquí se desarrollan. Entre la bibliografía consultada se destacan: los Informes de CEPAL, sus Anuarios Estadísticos. CEPAL Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 2002-2003; Situación de los procesos de integración en América latina: Avances y desafíos. Instituto internacional de la integración. La paz. Bolivia. 2003. El Informe de Investigación: Los procesos de integración en la región latinocaribeña: la inserción de Cuba, de Roberto Muñoz González y Colectivo 5 de Autores. Premio CITMA Provincial 2005. Además de varios Sitios Web entre los que destacan los siguientes: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos 22/02/05 http://www.comminit.com http://es.wikipedia.org/ http://www.caf.com/ http://www.monografias.com 6 Capítulo I: Globalización e integración: una visión teórica necesaria 1.-Dialéctica globalización e integración El desarrollo humano en su devenir histórico, trae consigo procesos interculturales que enriquecen el imaginario de las sociedades y las une en medio de la diversidad. Existen también aspectos económicos y sociales que enlazan naciones y crean una retroalimentación en ascenso. Sin embargo, estas potencialidades se enfrentan hoy día al gran reto de la globalización neoliberal, un proyecto de dominación hegemónica, excluyente de las mayorías, que no es otra cosa que una nueva etapa del capitalismo en su fase más brutal: el imperialismo. Existen diversas visiones e interpretaciones sobre este fenómeno, pero no siempre han encontrado explicaciones consensuadas para la mayoría de sus aspectos; inclusive en la literatura pueden observarse dos enfoques fundamentales: uno referido a la idea de que han existido varias globalizaciones a través de la historia y otro que la considera como un único proceso histórico vinculado al desarrollo de las fuerzas productivas y sus formas sociales; a esta última nos atenemos los autores de esta investigación. La globalización es un resultado histórico del desarrollo de las fuerzas productivas; resultado de la evolución del conocimiento humano, de su obra de creación técnica, científica y tecnológica, especialmente dentro del modo de producción capitalista, donde la reproducción del valor del capital, por su propia esencia, ha empujado la ciencia y la tecnología a resultados insospechados, como consecuencia del funcionamiento de la conocida ley de la plusvalía. Es resultado a la vez que medida, del nivel de intercambio del hombre con la naturaleza, de su dominio y grado de transformación. La globalización significa intercomunicación, interdependencia e interpenetración en términos de creación humana, en términos de cultura material y espiritual al nivel de todo el globo terráqueo. Como fenómenoresultado, la globalización es relativamente joven, apenas cuenta con treinta años aproximadamente. Su aparición como sistema, ha estado condicionada por el desarrollo de la ciencia y la tecnología, especialmente por las nuevas tecnologías de la información, lo cual ha permitido que las diferentes regiones y países del mundo, estén conectados a la vez en tiempo real y donde los flujos 7 de capital, bienes y servicios, se mueven a gran velocidad. Como que la modernidad y la llamada posmodernidad tienen un carácter universalmente capitalista, entonces las fuerzas productivas y el hombre universal también lo son; eso explica por qué la globalización, en tanto resultado histórico del desarrollo de las fuerzas productivas, asume la forma capitalista-imperialistaneoliberal, algo así como la santa trinidad. Significa que la globalización neoliberal (liberal), es la manera eufemística que comúnmente se usa en la era de la posmodernidad, para referirse al capitalismo transnacionalizado, que no es otro que el imperialismo. Conceptualmente hablando el término globalización, también hizo su entrada real como discurso ideo-político, a través del modelo neoliberal, con el objetivo de desvirtuar la verdadera naturaleza cada vez más agresiva, destructora y marginadora del sistema de producción capitalista. En tanto se analiza la globalización como un fenómeno histórico, como resultado del desarrollo de las fuerzas productivas, es posible proponer algunas etapas de la prehistoria y la historia de dicho fenómeno: Primero: Transculturación Primigenia. Constituye todo el período histórico milenario de intercomunicación, interpenetración, interdependencia y dominio en tribus, etnias y pueblos y por tanto de culturas diferentes, generalmente conectadas de manera intra-regional. Este largo período abarcó la era precristiana y cristiana, hasta los siglos XIII y XIV aproximadamente. Predominaban las invasiones, las guerras de conquistas y el desarrollo progresivo de las interrelaciones mercantiles. Segundo: Inter-regionalización Mundial. Resulta un período relativamente breve que se corresponde con aquella época en que las regiones europeas y asiáticas se conectan con el gran territorio americano, con lo cual quedan interrelacionadas las principales regiones o territorios poblacionales del mundo, en toda una gran diversidad de étnias, pueblos y naciones. Este período histórico pudiera enmarcarse entre los siglos XV y primera mitad del XIX aproximadamente, en el cual la interconexión y la interculturación se producían fundamentalmente a través de formas colono-comerciales. Es un período de transición, donde la riqueza asume aceleradamente la forma de capital y donde 8 además, la Revolución Agraria primero y la Industrial después, desempeñaron un papel decisivo en el desarrollo del sistema capitalista.1 Tercero: Internacionalización (del capital). Es el período que definimos como momento trascendente en el proceso histórico del desarrollo de las relaciones económicas internacionales, pues la dinámica esencial de su estructuración tiene, en la concentración, centralización e internacionalización del capital, su punto definitorio de expansión. Este período se enmarca fundamentalmente entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX; período que por demás marca el paso del capitalismo a su fase monopolista y a la conformación del Sistema Mundial de Economía (SME). El significativo desarrollo del capitalismo de finales del siglo XIX e inicios del XX, empujado por los niveles de concentración del capital en las principales economías de entonces, especialmente en la de los Estados Unidos de América (además de las otras llamadas nuevas economías como Alemania y Japón, entre otras), provocan un salto cualitativo y cuantitativo en el desarrollo de las fuerzas productivas nacionales y su desbordamiento y multiplicación exterior. Se evidencia el salto cualitativo en el desarrollo científico-técnico, considerado por muchos como una revolución en estos campos: telégrafo, radio, teléfono; nuevas fuentes de energía (antes eran el vapor y carbón, que por supuesto siguen siendo muy importantes), ahora también la electricidad. El petróleo alcanza gran protagonismo, contribuyendo al desarrollo de la industria (especialmente la metalúrgica, la química, pero también la ligera). El comercio y el crédito se expanden como consecuencia del desarrollo industrial, produciéndose una dialéctica entre ambos desarrollos. En general este período es determinante en la evolución de la economía internacional y la conformación del Sistema de Economía Mundial. Se produce: -el incremento en la demanda de materias primas por parte de la industria. La demanda de recursos naturales por parte de la industria transformadora, hizo crecer las importaciones y exportaciones en Europa, América del Norte y en los países del llamado Tercer Mundo. 1 Ver la obra de Carlos Marx, El Capital, Capítulo XXIV: La llamada acumulación originaria, (del capital). Edit. Ciencias Sociales. 1975. La Habana. Cuba 9 -La revolución en el transporte (ferrocarril y barco de vapor) y de las comunicaciones, las obras de canales en el tráfico marítimo internacional (Suez, Rótterdam-mar del Norte, Panamá), que contribuyeron a la reducción en los costes de transporte de mercancías entre Europa y el resto del Mundo; así como a la consolidación de las relaciones comerciales y de vínculos políticos y de otra naturaleza. -El crecimiento de la población mundial. La demanda de alimentos de la población europea y norteamericana, pasó a depender cada vez en mayor cantidad de la producción de otras zonas del mundo. -Aumentó la circulación monetaria y el crédito, favoreciéndose el desarrollo del capital. -El incremento de la exportación de capitales, especialmente hacia los países más atrasados económicamente. Aquí lo esencial, es que el proceso no es de simple internacionalización de la vida económica, política y social de los hombres, pueblos y naciones, sino que se trata de una profunda internacionalización del capital con toda su dinámica autovalorativa y de carácter ofensivo. En esta etapa o período, el capitalismo, donde la riqueza asume definitivamente la forma universal del capital, se convierte en un sistema de economía verdaderamente mundial, con lo cual se realiza la real mundialización de la vida económica y política de la sociedad. Luego de la Segunda Guerra Mundial la internacionalización del capital se transforma dialécticamente en transnacionalización. Cuarto: Transnacionalización. Como nueva cualidad que se venía dando desde inicios del siglo XX con el desarrollo del Sistema Mundial de Economía Capitalista (SMEC), se transforma, luego de la Segunda Guerra Mundial, en característica esencial del ser y movimiento del capital, condicionado en términos de desarrollo de las fuerzas productivas, por la Revolución Científico Técnica (RCT). En este período o etapa se produjo una consecuente expansión de las fuerzas productivas y se intensificó la internacionalización de las relaciones capitalistas de producción, cuando la economía internacional se va haciendo más compleja, tanto cualitativa como cuantitativamente. Ejemplo de ello es el surgimiento y desarrollo de los procesos de integración económica, 10 destacándose en este sentido la creación de la Comunidad Económica Europea (CEE) y diversos esquemas en América Latina. Surgen además el Sistema de Naciones Unidas y numerosos organismos económicos internacionales, vinculados en mayor o menor medida a la ONU, que se dirigen a tratar de armonizar y regular la economía internacional, donde sobresalen por su importancia el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), en la esfera comercial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en el orden monetario-financiero. Tales organismos y sus regulaciones, expresan los intereses de las grandes potencias mundiales, pero sobre todo de Estados Unidos, que deviene en esta etapa en la potencia hegemónica por excelencia. Otro aspecto notable del período se relaciona con la aparición del sistema socialista, que sí bien no logra competir ventajosamente con los países capitalistas, varía sensiblemente la correlación de fuerzas a nivel mundial. En los primeros años de esta etapa, tiene lugar una recuperación notable de la economía mundial, cuando el comportamiento cíclico de los principales países capitalistas apunta hacia un auge sincrónico como resultado, en buena medida, de las demandas de la reconstrucción europea, mientras que en los países socialistas se aprecian también avances notables compulsados entre otros factores por las acciones del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). Desde el punto de vista de los países subdesarrollados, tiene lugar un fuerte proceso de descolonización, sobre todo en África, que condiciona el surgimiento de organizaciones que abogan por los intereses de estas naciones como es el Movimiento de Países No Alineados y la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Es así que comienza un período caracterizado por los intentos de reestructuración de las relaciones y economía internacionales, como es el caso de la aprobación por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas de la Declaración para el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI). Se produce un auge importante del comercio y de las relaciones financieras internacionales, al tiempo que comienza a manifestarse con especial fuerza la presencia de las Empresas Transnacionales que han devenido, al paso del tiempo, en el agente económico más dinámico de la economía mundial, de 11 acuerdo a su enorme poderío económico y gran capacidad de adaptación a los cambiantes contextos internacionales. Esta etapa se extiende hasta inicios de la década del 70 aproximadamente, donde los efectos de la RCT, favorecen necesariamente un cambio estructural de la economía capitalista, produciéndose un reacomodo dialéctico, un reajuste dentro de la estructura de las fuerzas productivas, a tono con la entrada del sistema en su fase crisis del ciclo industrial, con lo cual comienza a producirse un proceso masivo de sustitución del aparato productivo, en el que la ciencia y la tecnología tienen un papel determinante y rector, pero donde las nuevas tecnologías de la información, marcan su definitivo protagonismo. Es de suponer que todas esas mutaciones tienen su reflejo también en la vida espiritual, en la cultura y sus modelos formales, en los referentes organizacionales y existenciales de la vida toda de los hombres. Quinto: Globalización o Mundialización. El alto nivel de internacionalización alcanzado por la economía, favorecido por ciertos cambios estructurales que se producen en el sistema capitalista a partir de la década del setenta y matizado por el desarrollo de la informática, las comunicaciones, la robotización de las cadenas de creación productivas y de servicios (bajo el poder de las CTN), marcan una nueva fase en la evolución del Sistema Mundial de Economía. El nuevo contexto mundial en el que se desarrolla la economía internacional, comenzó a ser definido o conceptualizado como globalización, por la sencilla razón de que a través de este término, se podía reflejar mejor el hecho cierto de que el mundo estaba conectado en tiempo real, además de reflejar de manera aviesa, el nivel de las megas concentraciones y centralizaciones del capital y la producción a escala planetaria. La interconexión e interdependencia de todas las actividades humanas de las diversas regiones del mundo, eran un hecho, gracias a las llamadas nuevas tecnologías de la información. Se origina un salto en los sistemas de comunicación de gran capacidad, cables, satélites, fibras ópticas, etc. En general la información (datos, textos, imágenes, sonidos) se convierte a una forma única, los dígitos binarios (unos y ceros) llamados bits. En resumen se puede afirmar que la globalización se expresa en: La dimensión planetaria de las interacciones. 12 La gran velocidad de propagación y creciente simultaneidad de los impactos. La ampliación del espectro y capacidad de influencia de los flujos de bienes, mensajes e ideas que circulan en el mundo. La mayor especialización de los circuitos de comunicación, que contribuye a segmentar las sociedades en estamentos diferenciados. La creciente porosidad de las fronteras nacionales. La dictadura del mercado. Separación entre la economía real y la llamada economía virtual. Tendencia al dominio de instituciones y organismos supranacionales. El fortalecimiento de esquemas ajustativos de integración regional. La exclusión y marginación de hombres, pueblos, países y regiones enteras. Por supuesto que ese descomunal nivel contemporáneo alcanzado por las fuerzas productivas, pasa por el desarrollo de la técnica, la ciencia y la tecnología, pero en un contexto adverso para su aprovechamiento verdaderamente racional, en función de los mejores intereses de todos los hombres y los pueblos del mundo.2 El proceso de globalización de la economía tiene hoy un marcado carácter neoliberal; el neoliberalismo, como teoría y práctica económica rige en numerosos países, se trata de imponer como único modelo válido para lograr el desarrollo, cuando no existen ni la U.R.S.S. ni el campo socialista como alternativas, y cuando los países más desarrollados e industrializados del mundo con Estados Unidos al frente; con sus organizaciones financieras y económicas transnacionales, controlan y rigen los destinos de la economía mundial. El neoliberalismo introduce el criterio de que el mercado posee la virtud de asignar eficientemente los recursos y fijar a los diversos actores sociales los niveles de ingresos, sin embargo la historia ha demostrado que el mercado es diferenciador, marginador de hombres, pueblos y naciones enteras. El neoliberalismo se manifiesta en sus políticas de ajuste y apertura que, con diversas connotaciones, se aplican en los países latinoamericanos. Estas Roberto Muñoz González: (2002) “Globalización-desarrollo-globalización: una lectura desde la dialéctica”. Revista El Catoblepas • número 3 • mayo • página 5. España. 2 13 ponen el crecimiento económico - y no la plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación- como razón de ser de la economía. Restringen la intervención del Estado hasta despojarlo de la responsabilidad de garantizar los bienes mínimos que se merece todo ciudadano o persona; elimina los programas generales de creación de oportunidades para todos y los sustituye por apoyos ocasionales a grupos focalizados; privatiza empresas con el criterio de que la administración es mejor en último término para todos; abre sin restricciones las fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros y deja sin suficiente protección a los productores más pequeños y débiles; hace silencio sobre el problema de la deuda externa, cuyo pago obliga a recortar drásticamente la inversión social; subordina la complejidad de la hacienda pública al ajuste de las variables macroeconómicas: presupuesto fiscal equilibrado, reducción de la inflación y la balanza de pago estable; pretendiendo que de allí se sigue todo bien común en el largo plazo, y sin atender los nuevos problemas de la población que emergen de estos ajustes y que tienen que ser atendidos simultáneamente por una política de Estado. La globalización neoliberal, al convertir prácticamente a todo el mundo en una gran fábrica y en un gran mercado global, crea las condiciones para integrar, en mayor o menor medida, a todos los países del planeta a las cadenas productivas, comerciales y financieras que caracterizan al mundo de hoy, y también globalizar el proceso de circulación y reproducción del capital social. Los procesos de exclusión que son provocados por la acumulación capitalista en los marcos de la globalización neoliberal, han agregado un nuevo plano de esta: no sólo se produce la marginación de países dentro de la economía mundial y de grupos sociales dentro de los países, sino también de regiones completas al interior de los países. Por eso la solución para los países subdesarrollados se encuentra en ese proceso más profundo que llamamos integración, y que representa mucho más que negociaciones de apertura comercial y aspectos económicos. En general la integración económica y la regionalización son tendencias que marchan de la mano. Pueden constituir una vía para mejorar la inserción de los países miembros en la compleja economía mundial de nuestros días, aunque deben tenerse muy en cuenta las particularidades propias de cada uno de los países participantes. No pueden interpretarse como un fin en sí mismo, no constituyen 14 condiciones suficientes que garanticen el éxito de los miembros, puesto que los aspectos esenciales parten, sobre todo, de la situación interna de los mismos, y de la voluntad política de sus gobiernos, elementos que a su vez están sometidos a las circunstancias externas. No obstante los procesos de integración traen consigo innumerables beneficios, y son, en el caso de las economías subdesarrolladas, la alternativa para ir saliendo progresivamente del estancamiento y las presiones a que son sometidas por las exigencias del capitalismo globalizado. Tampoco debe identificarse cooperación e integración. La cooperación tiene vida y significado propio en el marco de las relaciones económicas internacionales y además es un complemento indispensable de la integración económica. Las relaciones de cooperación económicas internacionales responden a procesos emanados del nivel alcanzado por la internacionalización de la actividad económica y la consiguiente interdependencia de las naciones. La continuidad y profundización de todos esos procesos, entre otros factores, determinaron la necesidad de un nuevo tipo de relaciones económicas internacionales más complejas: las relaciones de integración económica. 1.2.-Definiendo la integración Ofrecer una definición del concepto de integración no es una tarea sencilla, ya que en la literatura económica encontraremos, según sea la escuela de pensamiento, el enfoque político, o la disciplina de la cual se parta, múltiples definiciones y concepciones sobre tan complejo proceso. En la actualidad son numerosos los conceptos sobre integración y en muchos de ellos predominan los aspectos económicos, sobre todo el comercial, y no siempre se les da el lugar y papel que tienen los aspectos sociales, jurídicos y políticos. Sin embargo existe un amplio consenso en torno a tres cuestiones básicas: primero, que la integración se refiere, en lo fundamental, a la división del trabajo; segundo, que la integración implica libre movilidad de mercancías o de factores o de ambos; tercero, que la integración económica contribuye a la eliminación de las discriminaciones en el tratamiento que reciben las mercancías, los servicios y los factores de los países miembros. Habría que señalar en primer lugar que literalmente el término de integración es la acción y efecto de integrar, o sea, de formar las partes de un todo o completar las partes que faltan de un todo. Es un proceso incluyente donde dos 15 o más partes se interconectan en un conjunto cada vez más sistémico e interdependiente. En economía estos elementos son mercados, producción, países, etcétera; los cuales persiguen un determinado objetivo al formar parte de un sistema más amplio. Resulta un proceso donde dos o más naciones concertan o comienzan a trabajar por unirse para formar un solo mercado. Para esto es necesario realizar una serie de actuaciones de acoplamiento de las estructuras y las políticas nacionales; este proceso de acoplamiento exige, a medida que avanza y se profundiza la creación de órganos supranacionales, una coordinación política cada vez más estrecha que facilite el logro de la integración económica. Este proceso es, además, regulado concientemente por los sectores dominantes. A través de toda la historia de América Latina y el Caribe encontramos interesantes ideas y reflexiones en torno a la integración en sus más diversas aristas, pero que en general han reflejado las aspiraciones por construir una región soberana y unida. “El pensamiento de la integración latinoamericana fue fermentado por las ideas ilustradas desde fines del siglo XVIII pero ante todo por la necesidad de la independencia política. Tales ideas se articularon a la aspiración de que los pueblos latinoamericanos lograran una alta misión en la historia universal a diferencia de lo planteado por Hegel, sin embargo estas posturas se distanciaban del nacionalismo y en su lugar promovían un espíritu de solidaridad con los pueblos en lucha por su independencia”3. No olvidemos a Martí, cuando dijo: “Pueblo, y no pueblos, decimos de intento, por no parecernos que hay más que uno del Bravo a la Patagonia. Una ha de ser, pues que lo es. América, aún cuando no quisiera serlo; y los hermanos que pelean, juntos al cabo de una colosal nación espiritual, se amaran luego. Solo hay en nuestros países una división visible, que cada pueblo, y aún cada hombre, lleva en sí, y es la división en pueblos egoístas de una parte, y de otra generosos. Pero así como de la amalgama de los dos elementos surge, triunfante y agigantado casi siempre, el ser humano bueno y cuerdo, así, para asombro de las edades y hogar amable de los hombres, de la fusión útil en que lo egoísta templa lo ilusorio, surgirá en el porvenir de la América, aunque no la Pablo Guadarrama González: “El pensamiento de la integración latinoamericana ante la globalización”. Artículo. Versión electrónica. Intranet, Facultad Ciencias Económicas. UCLV. 2004. 3 16 divisen todavía los ojos débiles, la nación latina; ya no conquistadora, como en Roma sino hospitalaria”. 4 El Comandante Fidel Castro ha dedicado mucha atención a este asunto en los últimos tiempos, en virtud de los problemas actuales del mundo en general y de la región latinocaribeña en particular, y debido a la necesidad de alcanzar un mundo mejor: “Si bien la integración ha de ser nuestra meta, es obvio que se trata de un objetivo que requiere de un proceso gradual que no culminará, aun con la voluntad y decisión con que se emprenda, en un lapso muy inmediato […] Es preciso, además, la instauración de mecanismos permanentes de colaboración y la implementación de proyectos y programas concretos. De lo que se trataría sería de llevar a cada país lo mejor de las experiencias y los resultados de los demás en materia de desarrollo científico y tecnológico, la producción agropecuaria e industrial, la extensión y perfeccionamiento de la atención a la salud, la educación y demás servicios sociales, la protección del medio, la promoción de la cultura y cuantos otros terrenos sean susceptibles de un trabajo organizado y decidido de cooperación.”5 Por supuesto que en la concepción de Fidel predomina el enfoque político y, humanista, así como la integralidad y carácter práctico de la integración; pues ella es –según el propio Fidel- “… sinónimo de unidad, cooperación socialista, voluntad política, solidaridad humana y revolucionaria.”6 Según el criterio del economista Alfredo Seoanne Flores, la integración constituye un proceso “…donde las partes, normalmente los Estados Nacionales, buscan unir elementos previamente dispersos, desarrollando acciones en los ámbitos de la economía, la política y la actividad socio-cultural de los pueblos, con el propósito de eliminar los factores de separación y desarrollar un sentido de solidaridad y pertenencia. Se trata de un proceso en 4 Martí, J Obras Completas. Editora de Ciencias Sociales. La Habana. Tomo 8. pp. 318-319. Fidel Castro: Hacia una gran patria común. Editora política, La Habana, 1991. pp. 5-6 6 Tomado del Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en el acto central por la visita de la delegación de Trinidad-Tobago, Presidida por su Primer Ministro, Eric Williams, efectuado en la ESBEC “14 de junio”, en Isla de Pinos, el 20 de junio de 1975, “Año del Primer Congreso.” Encontrado en el sitio http://www.cuba.cu/gobierno/discursos 22/02/05 5 17 el que dos o más colectividades, que están separadas por una frontera y un sistema jurídico institucional, construyen andamiajes que buscan aminorar esos factores de separación y desarrollar una dinámica de convergencias que culminen en la integración plena.”7 El autor coincide con el criterio generalizado de que la integración es un proceso, encaminado a “eliminar” los factores institucionales que separan a los países de una región geográfica determinada. Otro aspecto interesante es la concepción de promoción de actos de “solidaridad” y pertenencia a la región. Para Bela Balassa8 la integración económica también es un proceso. Considerada como proceso, incluye varias medidas para abolir la discriminación entre unidades económicas pertenecientes a diversos Estados Nacionales, pero además da sentido de movimiento, de cambios en el tiempo; contemplado como un estado de cosas, puede representarse por la ausencia de varias formas de discriminación entre economías nacionales. En relación con el significado de la integración económica como proceso, señala que este concepto no se restringe a la integración total, sino que incluye varias formas de integración tales como un Área de Libre Comercio, una Unión Aduanera, un Mercado Común, una Unión Económica y la Integración Económica Completa. Otra definición la encontramos en el economista Ramón Tamanes cuando expresa: “La integración económica es un proceso. A través de él, dos o más mercados nacionales, previamente separados, y de dimensiones unitarias consideradas poco adecuadas, se unen para formar un solo mercado (mercado común) de una dimensión más adecuada”.9 Es un proceso de creciente interpenetración de las estructuras, mediante un conjunto de arreglos institucionales, acordados por un cierto número de países que deciden sustituir el estrecho marco de sus respectivos mercados Seoane Flores, Alfredo: “El Proceso de Integración Regional, Contexto general y dimensión económica del proceso de integración”. Informe sobre el Estado de la Integración: Situación de los Procesos de Integración en América Latina: Avances y desafíos. Instituto Internacional de la Integración. Ediciones Quality. La Paz. Bolivia, agosto de 2003. 7 8 Bela Balassa (1928-1991), Hungría. Profesor de economía política en la universidad de Johns Hopkins, y consultor del banco mundial. Autor o coautor de más de 20 libros, incluyendo Nuevas direcciones en la economía mundial (1989), La ventaja comparativa, la política comercial, y el desarrollo económico (1989), Japón en la economía mundial (1988), y Los patrones comerciales que cambiaban en los productos manufacturados (1988). 9 Colectivo de Autores: Economía Internacional, Tomo II, Editorial Félix Varela, La Habana, 1998. p 9 18 nacionales, por uno mucho más amplio, gobernado por un conjunto de instituciones con un mayor o menor número de resortes supranacionales. Una definición de integración que muestra el acento en la actividad consciente de los gobiernos y políticos, la ofrece la especialista cubana Campos Alfonso, Julia M. cuando plantea que: “[…] la integración de las economías es un complejo sistema institucional de diseño y desempeño de políticas que incluyen un amplio abanico de aspectos sociales, culturales, militares, de seguridad, de relaciones exteriores.”10 El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por su parte, la define como aquel estatus jurídico por el cual los estados entregan prerrogativas soberanas, con el fin de constituir un área dentro de la cual circulen libremente y reciban el mismo trato los bienes, servicios, capitales y las personas, mediante la armonización de las políticas correspondientes y bajo una égida supranacional (égida-dirección).11 En general, a pesar de las diversas diferencias que pueden encontrarse en las definiciones y concepciones respecto a la integración, lo cierto es que se observan consensos en que ella constituye, por una parte un proceso y por la otra una acción deliberada, de regulación consciente. La integración es entonces un proceso convergente, deliberado, fundado en la solidaridad, gradual y escalonada, entre dos o más Estados, basado en una estrategia de acción común en aspectos económicos, sociales, culturales, jurídicos y políticos. Su concepción está marcada por la necesidad objetiva que emana del mantenimiento del sistema o para aunar esfuerzos para alcanzar el desarrollo. 1.3.-Tipología de integración Haciendo referencia a una variedad de factores, entre los cuáles se pueden mencionar el nivel de integración, el alcance de la integración, la homogeneidad cultural de las distintas unidades y la calidad de los beneficios que se obtienen de la integración, es posible esbozar una tipología de la 10 Campos Alfonso, Julia M: Cuba Socialista # 8, Globalización económica enfoque teórico desde una óptica marxista, p. 31 11 Informe sobre el estado de la Integración: Situación de los Procesos de Integración en América Latina: Avances y desafíos. Instituto Internacional de la Integración. Ediciones Quality. La Paz. Bolivia. 2003 19 integración contentiva de tres tipos: territorial, nacional y social. Por supuesto que entre todos esos tipos existe una relación dialéctica. Integración territorial Es básicamente la extensión del poder de un grupo hacia un territorio anteriormente fraccionado. Esto implica la transferencia de la obediencia desde las distintas regiones y desde los distintos grupos a las autoridades centrales. Esta integración puede producirse de diversas modalidades y su objetivo no es sólo la creación de una unidad central fuerte, sino la construcción de un mercado único, el establecimiento de un código jurídico común, un sistema de transporte unificado y un sistema tributario extendido a todos los grupos. Es posible distinguir tres modelos de integración territorial: la conquista, aquí nos encontramos frente a un centro que toma la iniciativa del proceso de integración con el uso de la fuerza en la mayoría de los casos; la fusión, es un proceso lento de acercamiento progresivo entre los diversos grupos geográficamente contiguos, lo cual se puede ver facilitado por la percepción de valores e intereses comunes; y la irradiación, requiere la existencia de un símbolo central aceptado por todos los grupos como punto de referencia, además de una considerable homogeneidad étnica y la necesidad de un período prolongado, de manera que las capacidades del sistema se expandan al mismo ritmo que la tasa de movilización y de las expectativas de los grupos. Integración nacional Se refiere al proceso de creación de una identidad común a todos los grupos étnicos, lingüísticos, religiosos y regionales con el fin de que se sientan parte de la misma comunidad política. Mientras el proceso de integración territorial consiste principalmente en imponer obediencia, el proceso de integración nacional consiste en la aceptación, por parte de la población, de las órdenes provenientes de las autoridades centrales porque se consideran legítimas, por tanto, el proceso de integración nacional recibe un fuerte influjo del proceso de integración territorial. La creación de un consenso mínimo sobre algunos valores fundamentales, y especialmente sobre la aceptación de algunos procedimientos para la resolución de los conflictos, resulta muy relevante. Es evidente que el proceso de arreglo y solución de conflictos se ve facilitado entre otras cosas, porque la movilización de las masas esté estrictamente controlada por las élites de los distintos grupos y que por otro lado dichas élites se pongan 20 de acuerdo; además la existencia de estructuras partidistas capaces de mediar en los conflictos y de agrupar los intereses, el reclutamiento de los funcionarios públicos y los magistrados de manera proporcional entre los distintos grupos, así como una economía en expansión, son todos elementos que permiten una solución positiva del proceso de integración nacional; aunque en las condiciones del predominio de las relaciones de producción capitalista ello resulta harto complejo y difícil. Integración social Se refiere a la superación de las divergencias entre élites y masas, entre gobernantes y gobernados. Esta divergencia no adquiere importancia política mientras las masas acepten como justo el gobierno de las élites. La divergencia entre élites y masas no se debe solo a una desigualdad de acceso al poder, sino que depende también de la desigualdad en la instrucción y en el nivel de conocimientos y de la dificultad de las comunicaciones; su superación requerirá intervenciones complejas y múltiples. Si las élites logran mantener siempre un justo equilibrio entre la necesidad de dar una guía y una orientación a la sociedad y la apertura a los deseos de las masas y a los líderes elegidos por éstas, la divergencia tenderá a reducirse; la superación de las divergencias, por lo tanto, está fuertemente condicionada por la calidad del liderazgo. A medida que avanza la integración, aumenta la disponibilidad de los individuos a trabajar unidos por la consecución de objetivos comunes. Entendiendo que la tipología descrita anteriormente explica los procesos políticos por los cuales se articula la voluntad política como condición necesaria pero no suficiente para llevar a cabo la integración, asumimos que esta última entendida como un acto de voluntad política, trae consigo consecuencias de carácter económico que varían a medida que se avanza en el grado de integración. 1.4.-Clasificación de la integración según sus grados En la actualidad la estrategia de integración puede asumir diversos esquemas, cuyas alternativas no constituyen fases del proceso integracionista sino que los Estados acuerdan asumir determinados procesos. Sin embargo, tomando en cuenta las experiencias integracionistas que han fructificado, y al hecho de que la integración es un proceso, el cual pasa por diversas etapas en forma paulatina y progresiva, es posible establecer una 21 clasificación según el grado de integración, donde cada una de las etapas o grados tiene ciertos rasgos esenciales que la distinguen, tanto de la etapa inmediatamente anterior como posterior. Existe un consenso más o menos amplio en la literatura que trata el tema, respecto de cuáles son las etapas por las que pasan los procesos de integración. Para efectos de este estudio, se hará referencia a la clasificación que hace Bela Balassa12 quien establece 5 etapas o grados de integración, además agregamos una etapa preliminar llamada área de preferencias arancelarias. Zona de preferencias arancelarias Es un acuerdo entre varios Estados, mediante el cual se comprometen a brindar a sus respectivas producciones, un trato preferencial en comparación al que se otorga a terceros países; es decir se conceden diversos grados de rebajas arancelarias en el comercio recíproco. Esta área se puede dividir a su vez en tres: área de preferencias arancelarias propiamente dichas, donde las concesiones son exclusivamente a los derechos aduaneros que gravan la exportación e importación de mercaderías; área de preferencias aduaneras, donde no sólo se limitan a las restricciones arancelarias, sino que puede contemplar también otros tributos aduaneros, que se aplican con ocasión de la exportación o la importación, pudiendo contemplar tanto restricciones directas como indirectas; y áreas de preferencias económicas, que abarcan aspectos que no son más de naturaleza aduanera, pero que hacen un tratamiento discriminatorio de la mercadería extranjera una vez que ésta ha sido importada. Este es un grado de integración sumamente superficial por lo que hay autores que no lo consideran como tal. A pesar de esto, se ha estimado igualmente válido mencionarlo como un primer paso hacia lo que pudiera ser un proceso posterior de integración mucho más amplio. Zona de libre comercio Consiste en que los Estados que la integran acuerdan suprimir las tarifas arancelarias y otras barreras o restricciones cuantitativas al comercio recíproco de bienes, pero conservando cada uno de ellos autonomía e independencia respecto de su comercio con terceros Estados. Para llegar a una Zona de Libre 12 Bela Balassa (1928-1991), Hungría. Profesor de economía política en la Universidad Johns Hopkins, EE.UU. y consultor del Banco Mundial. Autor o coautor de más de 20 libros, incluyendo Nuevas direcciones en la economía mundial (1989), La ventaja comparativa, la política comercial, y el desarrollo económico (1989), Japón en la economía mundial (1988), y Los patrones comerciales que cambiaban en los productos manufacturados (1988). 22 Comercio se fijan plazos, condiciones y mecanismos de desgravación arancelarios. La mira está puesta en las "medidas de fronteras" entre las partes, con el propósito de incrementar los flujos de los intercambios recíprocos. Como en el acuerdo de libre comercio surge el problema del control de las importaciones de extra zona, los Estados partes deben implementar instrumentos que tiendan a establecer el origen de los productos, y de esa forma diferenciar entre los bienes que se generan en la zona y los que provienen de otras latitudes, ya que los productos que se deben beneficiar con el acuerdo son los originarios de los Estados partes, evitando la triangulación que significaría el ingreso de productos del exterior a la Zona a través del país que cobra los aranceles más bajos; esto se obtiene por medio de lo que se denomina "cláusulas de origen", las cuales deben ser muy precisas y severas. Resulta interesante señalar de pasada, cómo los Tratados de Libre Comercio que actualmente firma Estados Unidos con países latinocaribeños, sobrepasan lo estrictamente comercial, llegando a cuestiones que tienen que ver con regímenes de inversión de capital y hasta con asuntos vinculados a la propiedad pública; lo que dista mucho del concepto de zona de libre comercio. Unión aduanera Implica un proceso en el que los estados participantes, además de liberar las corrientes comerciales por medio de la desgravación arancelaria entre ellos, adoptan, frente a terceros países, una política arancelaria común o tarifa externa común. La unión aduanera perfecta debe reunir las siguientes condiciones: 1) la completa eliminación de tarifas entre sus Estados miembros, 2) el establecimiento de una tarifa uniforme sobre las importaciones del exterior de la Unión y 3) la distribución de los ingresos aduaneros entre sus miembros conforme a una fórmula acordada. De acuerdo a lo anteriormente dicho, los Estados que integran una unión aduanera, además de reducir las tarifas aduaneras entre sí hasta llegar a cero, adoptan un arancel externo común, en forma gradual con plazos y listas temporarias de excepciones que normalmente son diferentes según el desarrollo económico de los Estados partes, en relación a los productos que importan de países de fuera de la zona. 23 Los derechos de importación obtenidos por el arancel externo común, a su vez, deben ser distribuidos entre los Estados miembros, para lo cual deben definir el mecanismo para ello. Por otra parte, al existir un arancel externo común, se eliminan las normas de origen, por lo que una mercadería de procedencia extranjera, ingresada legalmente por cualquier repartición aduanera, previo pago del impuesto común que se haya fijado, tiene libre circulación por el espacio geográfico de los países socios de la unión aduanera. Otro dato importante de mencionar es respecto de la forma de negociación con el exterior, la cual debe hacerse necesariamente en bloque. Mercado común En la etapa del mercado común, los países miembros que componen la unión aduanera le agregan la posibilidad de la libre circulación de personas, servicios y capitales sin discriminación, por tanto, se establece la libre circulación de los factores productivos. En el mercado común, no hay aduanas internas ni barreras tarifarias entre los Estados partes; se lleva a cabo una política comercial común, se permite el libre desplazamiento de los factores de la producción (capital, trabajo, bienes y servicios). La armonización de las legislaciones sobre las áreas pertinentes, la coordinación de las políticas macroeconómicas y el establecimiento de reglas comunes aplicables de manera uniforme no solamente a los Estados participantes, sino también a las personas físicas y jurídicas que en ellos habitan, generan normas que son fuente de derechos y obligaciones para unos y otros. Unión económica La unión económica se da cuando los Estados que han conformado un mercado común, le incorporan la armonización de las políticas económicas nacionales, entre ellas, las políticas monetaria, financiera, fiscal, industrial, agrícola, etc., con la finalidad de eliminar las discriminaciones que puedan hallarse de las disparidades entre las políticas nacionales de cada uno de los Estados que la componen. Como son objeto de la integración todas las actividades económicas en el ámbito espacial de la unión económica -entre ellas la política financiera-, la concertación de una política monetaria común lleva a la creación de un banco 24 central común y finalmente a la adopción de una moneda común, con lo que se perfecciona una unión monetaria. (Un ejemplo es la Unión Europea, aun cuando no se ha podido consolidar como Unión verdadera) Integración económica completa Este es el mayor grado de profundidad al que puede aspirar un proceso de integración y se produce cuando la integración avanza mas allá de los mercados, porque en el transcurso de este proceso, los Estados involucrados tienden no solo a armonizar, sino a unificar las políticas en el campo monetario, fiscal, social, etc., y más allá incluso, en cuestiones relativas a las políticas exteriores y de defensa. En esta instancia de integración, se requiere del establecimiento de una autoridad supranacional cuyas decisiones obliguen a los Estados miembros. Algunos autores afirman que este grado de unificación sugiere la desaparición de las unidades nacionales, por la absorción de las partes en un todo, como es definida la palabra "integración" de acuerdo al diccionario de la RAE. Considerando que la integración es un proceso progresivo y dinámico, la creación de organismos comunes está directamente relacionado con la profundización del proceso integrador. Siguiendo esta lógica, en la etapa más superficial de un proceso de integración que corresponde al "área de preferencias arancelarias", no sería necesaria la creación de organismos comunes, ya que sería posible dar cumplimiento a las pautas acordadas con simples oficinas nacionales, que adecuaran coordinadamente las preferencias aduaneras en los estados partes. En una zona de libre comercio, en general, es conveniente crear órganos comunes de carácter intergubernamental, que tengan funciones meramente coordinadoras de las medidas que deban ir adoptando los Estados partes, para de esta forma lograr el objetivo propuesto. En este período, cada Estado sigue conservando todo el poder de decisión sin delegación de facultades. En esta etapa existe un compromiso de los Estados para reducir de forma progresiva las barreras arancelarias hasta llegar a la total desgravación. En la etapa de mayor profundidad, denominada "integración económica completa", existe un alto consenso entre los especialistas, respecto a que se deben crear no solo organismos intergubernamentales, sino también supranacionales, debido a que el proceso requiere de la unificación de las 25 políticas de todos los estados miembros, a lo cual, solo es posible llegar mediante la creación de entidades que tengan a su cargo el proceso de uniformidad mencionado. Siguiendo esta línea, es absolutamente necesario consolidar instituciones y órganos comunitarios, cuyas decisiones sean obligatorias para los países miembros y sus poblaciones. Es de vital importancia que estos órganos sean de carácter autónomo e independiente, ya que tendrán la misión de coordinar y armonizar las políticas unificadas e impedir el predominio de un Estado sobre otros. Tomando en cuenta que en la actualidad no existe un proceso de integración que se encuentre en la etapa de "integración completa" propiamente como tal, es posible plantearse la necesidad de crear organismos supranacionales en los grados intermedios de la integración, es decir, en la unión aduanera, en el mercado común o en la unión económica. 1.5.-Bosquejo histórico general sobre la integración en la región latinocaribeña Aunque existe una larga historia sobre los intentos de unidad e integración en la región, que viene desde los tiempos fundadores de nuestras repúblicas, no es hasta después de la Segunda Guerra Mundial que los estados latinoamericanos buscaron caminos prácticos para su autodeterminación, por medio de la construcción de modelos propios para su desarrollo económico y político a través de una coordinación de las políticas económicas entre los países latinoamericanos, lideradas por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Se intenta aplicar un modelo de desarrollo hacia adentro, mediante la sustitución de importaciones y la creación de una fuerte base industrial. El modelo de “desarrollo hacia adentro” tuvo un amplia teorización en las ideas y conceptos desarrollados en aquellos años por un grupo de economistas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), entre los que se destacó el conocido economista argentino Raúl Prebisch. En los marcos de la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) la integración económica se concibió como el camino para suministrar los mercados amplios que necesitaba la iniciativa. En general estas ideas y la experiencia concreta que ya por aquellos años se ponían en práctica 26 en el continente europeo, constituyeron incentivos en el de estrategias y conceptos en el campo de la integración regional. Sobre esta base se crearon en la región los primeros esquemas de integración económica, los que mencionamos a continuación: Centroamérica En 1958 Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua suscriben el Tratado Multilateral de Libre Comercio e Integración Económica, ampliado más tarde con el Tratado de Asociación Económica Centroamericana y el Tratado General de Integración Económica Centroamericano, dando nacimiento, de esta forma, al llamado Mercado Común Centroamericano (MCCA). El Mercado Común Centroamericano es el más antiguo de los grupos de integración de la región. A finales de los años setenta y durante la década de los ochenta se vio afectado por la inestabilidad política en varios de sus países miembros. Esto le confiere una especial significación a los avances recientemente alcanzados. En 1995 fue suscrito y ratificado el Sistema Centroamericano de Integración (SICA), incluyendo a Panamá y en 1997 se acordó una reestructuración del Sistema. Los países centroamericanos tienen acuerdos especiales de comercio con Colombia, México y Venezuela y la Unión Europea y otros, así como TLC con los Estados Unidos de América. Comunidad Andina El 10 de marzo de 1996 se creó la Comunidad Andina de Naciones, mediante el Protocolo de Trujillo, integrada por: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, y por los órganos e instituciones del Sistema Andino de IntegraciónSAI. Ubicados en América del Sur, los cinco países andinos agrupan alrededor de 120 millones de habitantes en una superficie de 4.710.000 kilómetros cuadrados, cuyo Producto Bruto Interno ascendía en el 2002 a 260 mil millones de dólares. El área de libre comercio funciona plenamente para todos los países desde la década de los noventa, excepto Perú; y el Arancel Externo Común entró en vigencia para Colombia, Ecuador y Venezuela en enero de 1995. Estos avances representan un logro significativo en relación a las dificultades que 27 vivió la integración andina en los años ochenta; aunque en los últimos años la Comunidad está pasando por una importante crisis debida, entre otras razones, a la firma de TLCs de algunos de sus miembros con los EE.UU. de intentos de otros de hacerlo. No obstante las exportaciones intracomunitarias alcanzaron en el 2004, los 7766 millones de dólares, es decir 2866 millones de dólares más que en el 2003. Las exportaciones hacia terceros mercados registraron 66 409 millones de dólares, monto superior en 16355 millones al registrado en el 2003. Las exportaciones de la CAN al mundo alcanzaron los 74 274 millones de dólares, superando en más de 19 mil millones a las exportaciones del 2003. La tasa promedio de crecimiento de las exportaciones intracomunitarias fue del 59 por ciento respecto a las exportaciones del 2003, en tanto que las exportaciones hacia terceros mercados fueron del 33 por ciento con relación al año anterior. Las exportaciones de la CAN al mundo crecieron igualmente 35 por ciento. Cabe señalar que los principales mercados de destino de las exportaciones andinas son Estados Unidos (42%), la Unión Europea (12%), Comunidad Andina (10%), MERCOSUR (3%) y China (2.1%). La integración andina trasciende el campo comercial y comprende acuerdos sobre inversiones, desarrollo sectorial, aspectos sociales y culturales. Conocida inicialmente como "Pacto Andino" o "Acuerdo de Cartagena", desde 1995 se denomina "Comunidad Andina de Naciones" (CAN). MERCOSUR El Mercado Común del Sur o MERCOSUR, es una organización regional del espacio sudamericano constituida en virtud del Tratado de Asunción, firmado el 26 de marzo de 1991. Los miembros de este acuerdo son Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. En diciembre de 1995, MERCOSUR firmó un acuerdo marco de cooperación con la Unión Europea tendente a la liberalización del comercio de bienes y servicios. En junio de 1996, se suscribió con Chile un acuerdo de complementación económica que contempla la liberalización del comercio y posteriormente uno con Bolivia. Conjuntamente los países que integran este bloque ocupan un territorio de 11, 861,825 kilómetros cuadrados y albergan una población de alrededor de 225 28 millones de habitantes. El MERCOSUR representa alrededor del 59 por ciento del territorio y el 44 por ciento de la población de América Latina y el Caribe. En 2003, el Producto Interno Bruto de la región ascendió a 688,200.6 millones de dólares y el comercio total fue de 170,913.1 millones de dólares. Es evidente que el bloque se ha convertido en el área económica de mayor importancia en esta región. La principal actividad económica del Mercado Común del Sur es la industria manufacturera, aportando alrededor del 20 por ciento al producto total. Asimismo, la rama alimenticia es de las primeras exportadoras a escala mundial, ocupando ya el cuarto lugar. MERCOSUR es el más reciente pero probablemente el más dinámico de los acuerdos regionales de integración. En enero de 1995 comenzó a funcionar entre los cuatro países la Unión Aduanera, con lo cual se consolidan el libre comercio y el Arancel Externo Común. Este último fluctúa entre cero y veintitrés por ciento y rige para aproximadamente el 85% de los bienes. La composición del comercio global de MERCOSUR tiene la característica, única en la región, de estar conformada mayoritariamente por intercambios con países de fuera del hemisferio, particularmente europeos. Otra característica resaltante de este acuerdo de integración es el progreso logrado en la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales. El Caribe: CARICOM y ACE La Comunidad del Caribe (CARICOM) fue creada en 1973 mediante el Tratado de Chaguaramas, producto de la transformación de la Caribbean Free Trade Association (CARIFTA). Agrupa a Antigua y Barbuda, Bahamas13, Barbados; Belice; Dominica; Haití14; Jamaica; Granada; Guyana; Montserrat; St. Kitts y Nevis; St Vicente y las Granadinas; Santa Lucía; Trinidad y Tobago y Suriname. La Comunidad del Caribe implementa actualmente el Mercado y Economía Única del Caribe (CSME), y el establecimiento de la Corte Caribeña de Justicia (CCJ). 13 14 Bahamas, es miembro de la Comunidad, pero no participa en el proceso hacia un mercado y economía única. Haití ingresó en la Comunidad del Caribe (CARICOM) el 8 de julio de 1997. 29 CARICOM ha suscrito acuerdos de comercio con Cuba, Colombia, México y Venezuela y sus países reciben un “trato preferencial” de parte de los Estados Unidos de América, Canadá y la Unión Europea. En 1995 se creó la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la cual vincula más estrechamente a los países del Caribe con otros de la región, particularmente los del norte de Suramérica, Centroamérica y México. En ella participan veinticinco países y doce territorios de la cuenca del Caribe. Las áreas prioritarias de acción de la AEC son el turismo sustentable y el transporte, tanto intra como interregional. Tratado de Libre Comercio de América del Norte El Tratado de Libre Comercio de América Norte (TLCAN) tiene como miembros a Canadá, Estados Unidos de América y México. Por la magnitud de su mercado -sus exportaciones alcanzaron a US $997 mil millones para 1997conforma un bloque de comercio de alcance mundial. Representa también una innovación en cuanto vincula economías con niveles de desarrollo muy diverso, pero por esa misma razón resulta desventajoso para el país menos desarrollado (México), lo que se ha podido comprobar con el paso del tiempo. Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) La Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe (ALBA), es una propuesta de integración diferente. Mientras el ALCA responde a los intereses del capital trasnacional y persigue la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, el ALBA pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. El ALBA se fundamenta en la creación de mecanismos para crear ventajas cooperativas y no competitivas entre las naciones, que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio. Se basa en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países débiles frente a las primeras potencias. Por esta razón, la propuesta del ALBA le otorga prioridad a la integración latinoamericana y a la negociación en bloques sub-regionales, abriendo nuevos espacios de consulta para profundizar el conocimiento de nuestras posiciones e identificar espacios de interés común que permitan constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes en el proceso de negociación. El 30 desafío es impedir la dispersión en las negociaciones, evitando que las naciones hermanas se desgajen y sean absorbidas por la vorágine con que viene presionándose en función de un rápido acuerdo por el ALCA. La propuesta del ALBA se suma al despertar de la conciencia que se expresa en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y el Caribe. Hoy más que nunca, hay que relanzar la unidad latinoamericana y caribeña. El ALBA, como propuesta bolivariana y venezolana, se suma a la lucha de los movimientos, de las organizaciones y campañas nacionales que se multiplican y articulan a lo largo y ancho de todo el continente contra el ALCA. Otros Acuerdos El dinamismo de la integración económica ha sobrepasado el marco de los esquemas subregionales y de las zonas de libre comercio. Las relaciones incluyen además múltiples tratados bilaterales o entre grupos de países. Los países del Caribe tienen acuerdos comerciales con Colombia, México y Venezuela, y actualmente se realizan negociaciones con el mismo objetivo con otras naciones suramericanas. Chile suscribió un acuerdo comercial con MERCOSUR que se añade a los anteriormente suscritos con México, Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia. El Grupo de los Tres, conformado por Colombia, México y Venezuela, vincula y amplía zonas de libre comercio. Adicionalmente se ha creado un Área de Libre Comercio entre MERCOSUR y los países de la Comunidad Andina que, en la práctica, abarca toda Suramérica. La Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) es el más antiguo de los esquemas de integración de carácter regional. Agrupa doce países y procura la convergencia de los distintos acuerdos y esquemas subregionales, tomando en cuenta la liberación comercial contemplada en los Acuerdos de Alcance Parcial entre países, los cuales conforman el llamado "patrimonio histórico" de la integración. Extra-regionalmente, MERCOSUR y Chile han firmado acuerdos con la Unión Europea para promover el libre comercio y profundizar la cooperación económica. Por otra parte, Chile suscribió en 1997 un Acuerdo de Libre Comercio con Canadá y en el 2004 con los EE.UU. y con otros países como China. En 1997 México suscribió un acuerdo con la Unión Europea, entre otros. 31 Particular mención merecen los acercamientos con los países de la cuenca del Pacífico y el hecho de que varias naciones latinoamericanas son miembros de la Asociación de Países del Pacífico (APEC) y otras aspiran a serlo. En suma, se trata de un rápido y efectivo proceso de globalización de las economías de América Latina y el Caribe compuesto por la integración entre ellos y la profundización de sus vinculaciones internacionales. 32 Capítulo II: Características generales de los procesos integracionistas en Centroamérica América Latina es un continente dotado de importantes recursos naturales, con climas diversos y extensas costas sobre el Pacífico, el Atlántico y el Mar Caribe. Más de trescientos millones de personas de una rica diversidad cultural viven y trabajan en un espacio económico de más de 18 millones de kilómetros cuadrados con un PIB de más de US$ 1,5 trillones; sin embargo, la deformación estructural de sus economías y sociedades, heredada de la época colonial y no superada luego de la independencia, constituye un pesado fardo, a lo que se une la fragmentación y conflictividades que se dan al interior de la región y que tienen diferentes causas. Todo lo anterior ha impulsado a no pocos latinoamericanos a la búsqueda de consensos y unidad, a la construcción de espacios integracionistas, los que se han hecho más relevantes en los últimos cincuenta años, alcanzando niveles significativos de institucionalización sobre todo en el terreno de la integración económica. Como ya hemos señalado, algunas de las primeras iniciativas de alcance más amplio en integración económica regional se originaron en el continente en los últimos veinte años, pero tienen su punto de partida en los años cincuenta y sesenta del siglo XX. A fines de la década de 1950, el proceso de industrialización latinoamericano, que venía desarrollándose con fuerza, chocó con obstáculos derivados de las relaciones económicas externas de la región. En efecto, la dinámica de la economía regional seguía caracterizándose por su dependencia en materia de bienes manufacturados en relación a los centros avanzados. La industrialización modificará el problema pero no lo suprimirá, limitándose a sustituir la importación de mercancías destinadas al consumo final por la de insumos y equipo, lo que implicaba la necesidad de contar con una mayor cantidad de divisas. Por otra parte, la capacidad para importar dependía de los precios alcanzados en el mercado mundial por bienes que eran prácticamente los mismos, es decir, que no incluían a las manufacturas resultantes del nuevo sector industrial. Con ello el crecimiento de este se veía subordinado a la limitada cantidad de divisas logradas con la exportación de productos tradicionales. 33 Las reformas económicas estructurales, incluyendo la integración regional, han contribuido a importantes avances en el desarrollo de la infraestructura regional en los últimos años, aunque, por supuesto, no la han modificado esencialmente. La apertura de estas economías a sus vecinos ha aumentado la demanda por infraestructura física regional, al tiempo que ha mejorado la respuesta de la oferta de los sectores público y privado. Sin embargo, mucho queda por hacerse. El comercio, las inversiones y el movimiento de personas, todavía sufren demoras y contratiempos, y peor aún, se ven desalentados por la persistencia de cuellos de botella físicos y sociales en las fronteras y a lo largo de los mayores corredores de comercio intra e interregional. Más aún, el desarrollo económico y social de centros de intercambio comercial en los mercados regionales sudamericanos, no se ha visto realizado en todo su potencial, en parte debido a la falta de una visión estratégica compartida sobre cómo utilizar la cooperación y el planeamiento regional para aprovechar totalmente el impacto de desarrollo de una red regional de infraestructura en expansión. 2.1.-Principales etapas de la integración en Centroamérica Los orígenes de los procesos de integración en Centroamérica se encuentran en el siglo XIX, a lo largo del cual y hasta la fecha se sucedieron una gran amalgama de intentos, pero siempre dirigidos hacia el logro de una consolidación política del poder, que sigue siendo una aspiración latente, y no siempre de la integración económica. Esta es tal vez la diferencia fundamental del moderno proceso de integración iniciado a mediados del siglo XX, donde comienzan a manifestarse esfuerzos de integración particularmente en aspectos económicos, pero con todas las dificultades que suponen estos procesos para una subregión atrasada económicamente como la Centroamericana. (Anexo Nº 1) Para entender adecuadamente la evolución del Sistema de Integración Centroamericano, es necesario dividir la historia del proceso en tres etapas: 1. La primera, desde sus inicios con la creación del Mercado Común Centroamericano en 1961 hasta 1980, cuando la situación del proceso se hace insostenible, principalmente por factores externos como la crisis de la deuda externa y la recesión de la economía mundial. 34 2. Una segunda etapa en la que la integración vivió una época de estancamiento debido a la existencia de conflictos armados al interior de los países y entre los países, hasta 1990; y, 3. Una tercera etapa en la que la consolidación de la paz y el logro de la estabilización económica han permitido dinamizar el proceso y plantear metas más ambiciosas en la integración. Primera etapa (1961-1980): Creación del Mercado Común Centroamericano. Antes de constituirse el Mercado Común Centroamericano, entre Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, la subregión venía intentando la integración a través de acuerdos bilaterales, que proporcionaran las primeras experiencias formales. Desde 1951 se venía configurando el denominado Programa Centroamericano de Integración, con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a fin de promover la integración gradual y progresiva de las economías de los países del Istmo y la coordinación de los programas de desarrollo económico. Diez años más tarde, el 4 de junio de 1961 se firmó el Tratado General de Integración Económica Centroamericana, con el cual se validó el Mercado Común Centroamericano, involucrando a los países mencionados en un proyecto de integración con aspiraciones no solo económicas sino también políticas, ya que gracias a la influencia de la CEPAL, los programas comerciales e industriales (al mejor estilo de planificación de la entidad), incluían la coordinación de las políticas de desarrollo de cada uno de los países. La idea fundamental del proceso era promover la integración gradual a través de: 1. Un régimen de libre comercio, a perfeccionarse en un plazo de 10 años (zona de libre comercio); 2. La equiparación de gravámenes a la importación, para ser alcanzada en un plazo de 5 años (arancel uniforme), y 3. Un proceso de industrialización sobre las bases de reciprocidad y equidad, mediante la promoción de actividades manufactureras, cuya capacidad mínima de planta o de plantas, requiriera tener acceso al mercado 35 regional para operar en condiciones razonablemente económicas y competitivas. Desde el principio del proceso, fue primordial el aspecto institucional de la integración para lo cual, se creó el Consejo Económico Centroamericano, el Consejo Ejecutivo y la Secretaría Permanente (SIECA). El primer Consejo estaba conformado por los ministros de economía de los países miembros y tenía como función dirigir la integración y coordinar la política en materia económica. El Consejo Ejecutivo estaba conformado por un representante de cada país y tenía como encargo asegurar el cumplimiento del Tratado General, y resolver problemas en desarrollo del proceso. Estas dos instituciones desaparecieron después de los problemas en los últimos años de la década del 60, para ser reemplazados por reuniones de ministros y representantes en foros con propósitos diferentes a los de los antiguos Consejos. La Secretaría Permanente SIECA, fue la única institución que se mantuvo y aún continúa siendo el organismo más importante para la integración centroamericana. Desde su creación ha tenido la responsabilidad de velar por la correcta aplicación del Tratado y de todos los instrumentos multilaterales y bilaterales vigentes entre los Estados miembros. Además de estas funciones ejecutivas, la SIECA es un organismo técnico que hace estudios e investigaciones para apoyar las decisiones de los países. Indudablemente los efectos positivos del establecimiento del Mercado Común Centroamericano, se vieron pronto en el crecimiento del flujo de comercio entre los países firmantes del Tratado. La proporción de comercio intra-regional dentro del total subió de menos del 7.5% hasta 25% entre 1960 y 1980, y consistió mayormente en manufacturas previamente importadas del resto del mundo. La creación del Arancel Externo Común, (una de las primeras medidas adoptadas bajo el Tratado), paradójicamente tuvo efectos negativos sobre el proceso de integración pues estimuló la producción industrial, pero dirigida al mercado interno de cada país. El resultado fue una diversificación leve de la actividad industrial pero con alta importación de materias primas, lo cual ocasionó un aumento en el gasto de divisas. 36 Si bien es cierto que el flujo de comercio entre los países aumentó considerablemente, como se mencionó antes, es necesario aclarar que las exportaciones extra-regionales aumentaron de manera más dinámica, basadas en los productos primarios tradicionales con las consecuencias de dependencia que implica esta tendencia. Desde el punto de vista de la equidad y reciprocidad, puede decirse que se obtuvieron los resultados más insatisfactorios para algunos países, lo cual terminó por atentar contra el desarrollo del proceso. La distribución del comercio intra-regional por países fue muy desigual desde el principio, entre otras razones, por la naturaleza, las características y el grado de desarrollo de sus estructuras productivas. Los países más dinámicos en exportaciones fueron Guatemala y El Salvador, mientras que Honduras, Nicaragua y Costa Rica fueron dinámicos en Importaciones. Esta tendencia se mantuvo hasta 1979, considerándose como un factor importante para el desencadenamiento de la crisis, no solo por el malestar político que generaba, sino también por la imposibilidad de los países deficitarios de pagar el monto de las importaciones. Las expresiones de inconformismo se agravarían con el conflicto bélico entre El Salvador y Honduras, que significó el rompimiento del esquema de integración propuesto desde 1961. "El conflicto armado se manifestó en problemas de orden político en toda el área; ocasionó consecuencias económicas y sociales, y tuvo efectos negativos en el funcionamiento del mercado común." Durante la década del setenta, el comercio intra-regional disminuyó notablemente, haciendo necesaria una reestructuración que imprimiera un nuevo dinamismo al esquema de integración. De esta manera hacia 1976, la SIECA presentó un documento denominado "Proyecto de Tratado de la Comunidad Económica y Social Centroamericana", el cual constituyó un cuerpo jurídico integral que perseguía una verdadera reestructuración del movimiento centroamericano de integración. Este proyecto fue tan innovador que incluyó temas sociales como el empleo, seguridad social, salud, alimentación y nutrición, vivienda, cultura y educación, dándole una nueva dimensión a la integración para sacarla del enfoque puramente comercial y llevarla hacia metas mucho más ambiciosas. Si 37 embargo este intento no funcionó enseguida y con la crisis de los años ochenta fue totalmente ignorado. Segunda Etapa (1981-1990): Crisis de la integración centroamericana Sin lugar a dudas la crisis económica de los ochenta afectó de manera generalizada a todos los países del Continente, sin embargo en Centroamérica tuvo el agravante de dejar en evidencia las debilidades estructurales que traía consigo el esquema de integración, llevándolo prácticamente a su desaparición. La literatura existente sobre la historia del Mercado Común Centroamericano, parte del reconocimiento de que los factores externos, influenciaron el rompimiento del movimiento integracionista, aunque no lo determinaron de manera directa. Está claro que al interior del proceso de integración coexistían factores favorables y desfavorables, y que ante los dramáticos cambios del entorno internacional, los factores desfavorables dejaron al descubierto la fragilidad del modelo. Es bien conocida la crisis que afectó la economía mundial en la década del ochenta, por lo que aquí solo se mencionarán los aspectos más relevantes para la crisis de la subregión centroamericana. Entre dichos aspectos están los de la inflación mundial, la devaluación del dólar y la crisis de la deuda externa latinoamericana. Tal como se mencionaba antes, la subregión no logró reducir su vulnerabilidad externa, ya que continuó dependiendo de las exportaciones de bienes primarios, por lo que el descenso en la demanda, redujo la capacidad de compra de los países miembros. Además "el estilo de desarrollo que caracteriza a la subregión ha sido concentrador, o en todo caso excluyente, en el sentido de haber favorecido a los distintos estratos de la población en forma notoriamente desigual, acentuando el grado de concentración del ingreso en algunos países. A la par de esta problemática en el ámbito económico, el conflicto armado en El Salvador y Nicaragua, creó tal desconfianza política en la subregión, que el esquema de integración terminó por desarticularse, con la consecuente fuga de capitales, disminución del comercio intra-regional y paralización económica por actos de violencia contra el aparato productivo, además de las presiones y 38 manipulaciones desintegradoras del gobierno norteamericano respecto a la subregión. Otro factor que contribuyó a la desintegración fue la reacción de cada uno de los países para conjurar la crisis. Todos los gobiernos del momento implementaron políticas de restricción de importaciones y luego de promoción de exportaciones extra-regionales. En cuanto al régimen de pagos, se recurrió al control cambiario para evitar movimientos inflacionarios, sin embargo al final estas medidas contribuyeron a la especulación financiera, la fuga de capitales y el aumento en el costo de transacciones externas. Por otro lado la situación en El Salvador fue mucho más problemática por la existencia de un conflicto armado interno, que unida a la fuerte dependencia externa del café como principal producto exportado, significó el desentendimiento total hacia el proceso de integración. Otro de los países afectado por los conflictos bélicos fue Nicaragua, que no logró beneficiarse del proceso y ante la necesidad de resolver sus conflictos internos, no impulsó la integración. Desde el punto de vista de la capacidad de pago de cada uno de los países miembros del Tratado, hubo otra dificultad para continuar con el flujo comercial; se trata de la escasez de divisas que experimentaron todos los países, y la desaparición de la Cámara de Compensación (creada años atrás). Este último punto no parece haber tenido mucho impacto sobre el volumen transado; según Bulmer: Se realizó intercambio por medio de divisas débiles (locales) y fuertes, e incluso canje de productos. Puede decirse que durante la primera parte de los años ochenta, la crisis de los países centroamericanos fue tan grave que el tema de la integración, no fue prioridad para ningún país. La política económica del momento se basó en la defensa de los diferentes sectores nacionales, aumentando los niveles de protección y las barreras no arancelarias. En la práctica, la solución de los conflictos armados era un requisito indispensable para retomar el tema de la integración, más que los factores económicos. En la segunda mitad de los años ochenta, el tema de la integración centroamericana recuperó una posición importante en la agenda política de la subregión. A finales de la década de los ochenta, la condicionalidad de la ayuda internacional, obligó a los países centroamericanos a llevar a cabo reformas 39 estructurales y políticas de estabilización económica, que en muchos casos obraron en contra de la integración por contener medidas contrarias a los propósitos integracionistas. El nuevo modelo de desarrollo insistía en la necesidad de promoción de exportaciones no tradicionales y en la vuelta a las exportaciones extra-regionales como las fuentes de crecimiento. En síntesis, aunque la crisis generalizada acabó con el esquema de integración, en la concepción de 1961, es decir la del Tratado General, lo relevante fue el reconocimiento de que el proceso no podía ser abandonado y de que se debían incorporar mecanismos acordes con las tendencias mundiales y con las nuevas necesidades de los países interesados en la integración. Tercera Etapa (1990-2005): Hacia la consolidación del proceso de integración La década de los noventa representó para los países centroamericanos, ciertos logros de las metas de estabilización económica y reforma estructural. Las medidas de estabilización que empezaron a ser aplicadas hacia finales de la década anterior, tenían como finalidad reducir y eliminar los desequilibrios más evidentes, mientras que el ajuste tenía como propósito modificar la estructura económica, eliminando de una vez por todas las deficiencias más notorias del sistema económico, tales como la inflación y el débil crecimiento. En términos concretos, se logró reducir la inflación de la subregión significativamente. En conjunto, hasta 1990 la inflación de la subregión era bastante alta por la influencia que ejercía la altísima variación de precios en Nicaragua. Después de 1995 la inflación de la subregión oscila en torno al 13% y la mayoría de naciones ha reducido el déficit público, de manera importante. En cuanto a la deuda externa, si bien es cierto que ha disminuido bastante, es necesario aclarar que aún permanece muy por encima del promedio mundial. Las medidas señaladas, también tuvieron un impacto significativo en el crecimiento subregional, caracterizado por un leve incremento de las exportaciones y un gran aumento de las importaciones. Este último aspecto merece ser resaltado, ya que, si obedece a factores estructurales más que coyunturales, podría significar una debilidad importante en el proceso de integración intra-regional y extra-regional, sin embargo este tema será 40 abordado más adelante cuando se repase el desempeño macroeconómico de cada uno de los países. En julio de 1991 se realizó una Cumbre de Presidentes en San Salvador, con el fin de darle un nuevo impulso al proceso y trabajar en temas que involucren algo más que el simple intercambio comercial. En esta Reunión se acordó volver a un arancel externo común que se aplicaría a finales de 1992. Para no caer en la rigidez de años anteriores quedó previsto que tuviera 4 tasas básicas: 5% para bienes de capital e intermedios no competitivos 10% para bienes de capital e intermedios competitivos 15% bienes de consumo no competitivo 20% bienes de consumo competitivo En este momento la filosofía de la integración era más o menos la siguiente: El nuevo plan de integración regional es visto como complemento a ese interés en exportaciones de bienes no tradicionales al resto del mundo y como ayuda para crear la base institucional para la participación de Centroamérica en el sistema de comercio internacional. Lo que ha ocurrido en los años siguientes a este acuerdo es la búsqueda de la armonización de políticas para lograr la creación de una ventaja competitiva en función de la localización geográfica estratégica que tiene la zona frente a mercados tan importantes como el NAFTA y el MERCOSUR. Sin embargo al final de la década del noventa e inicios del nuevo milenio, como resultado de múltiples factores, incluidos los de carácter natural, se produce una desaceleración de las economías de la región que se refleja en la caída de los principales indicadores económicos; la merma de los ingresos por exportación se originó principalmente en los rubros tradicionales como el café, pero también las tasas de crecimiento del sector maquilador se redujo aproximadamente a la mitad, aunque se sostuvo el aumento del comercio intracentroamericano y los intercambios con México. 41 2.2.-Características de la Integración en Centroamérica 2.2.1.- El impacto de las reformas estructurales Desde la conformación de los países centroamericanos como naciones independientes, estas economías han buscado diseñar una estrategia de crecimiento económico volcada a encontrar una mejor inserción en el mercado mundial y para ello han estimulado prioritariamente y en la mayoría de los casos únicamente, al sector exportador. Esta orientación, hasta nuestros días, no ha sido modificada sustancialmente, aunque lo determinante es observar las modificaciones dadas en la estructura productiva y exportadora así como en las formas de organizar y administrar a este sector. A finales de los años ochenta y con mayor determinación durante los años noventa, las economías centroamericanas han modificado su modelo de reproducción social mediante la instrumentación de reformas estructurales. Los procesos de apertura comercial y financiera, la privatización de entidades estatales y paraestatales, la desregulación de la economía y su transformación hacia economías de libre comercio, se han visto determinadas en un alto 42 porcentaje por la dinámica del capital a nivel mundial, comandada por empresas trasnacionales, y por procesos productivos que cada vez y en mayor medida se van realizando en diversos espacios económicos, en los que la cadena de valorización va teniendo una expresión regional. En esta dirección cabe destacar que los acuerdos de libre comercio que los países centroamericanos han estado firmado de forma bilateral o subregional, si bien persiguen posicionarse mejor en el mercado mundial, responde a una dinámica de comercialización y de apertura de espacios de inversión, pero no abona hacia la estructuración de una integración regional completa que podría constituirse en un espacio estratégico a nivel estructural que ayudaría a enfrentar conjuntamente y de manera alternativa, los cambios que la Mundialización del capital les está obligando asumir. 2.2.2.-Características del MCCA El bloque económico del MCCA abarca 423,140 Km2 y está conformado por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. El Tratado General de Integración Económica Centroamericana entró en vigencia el 4 junio de 1961 para Guatemala, El Salvador y Nicaragua; el 27 de abril de 1962 para Honduras y el 23 de septiembre de 1963 para Costa Rica. El objetivo inicial que perseguía era la creación en un plazo de cinco años, de un mercado común que tuviera como primer escalón, la constitución de una unión aduanera. Los resultados más evidentes se expresan en el crecimiento del comercio intrarregional, el cual pasa de 30 millones de dólares en 1960 a más de 1 100 millones en 1980 y a 2673.2 millones de dólares en 2001. De esos montos, el 90% ha estado representado por manufacturas. Las exportaciones intrarregionales llegaron a representar, dependiendo del país, entre el 20% y el 25% de las exportaciones totales. Los principales instrumentos de integración económica, en vigencia, son los siguientes: Tratado multilateral de libre comercio e integración económica centroamericana. Convenio centroamericano sobre equiparación de gravámenes a la importación y su protocolo sobre preferencia arancelaria centroamericana. Tratados bilaterales de libre comercio e integración económica suscritos entre gobiernos centroamericanos. 43 Tratado de asociación económica suscrito entre Guatemala, El Salvador y Honduras. El Salvador es el país con la menor extensión territorial, pero al mismo tiempo con la mayor densidad de población (304 habitantes/Km2). La región alcanza los 34 millones de habitantes, distribuidos uniformemente entre ambos géneros15. Con 11 millones, Guatemala es el país más poblado de la región, sobresaliendo además por su marcada ruralidad. Según cifras de la CEPAL 16, en el período comprendido entre 1995 y 2000, la tasa de crecimiento de la población del MCCA fue de 2.5%, superior a la latinoamericana (1.6%). Honduras y Nicaragua presentaron las mayores tasas de crecimiento de población en la región (2.7%) y las menores relaciones de densidad de población. En términos de bienestar, Costa Rica es el país que exhibe los mejores indicadores de la región: tiene la menor tasa de mortalidad infantil y la mayor esperanza de vida, el gasto público en educación y salud es superior al de la región y muestra la menor concentración del ingreso 17. También es de destacar que Costa Rica presenta la menor tasa de dependencia18, es decir, menor proporción de personas no trabajadoras entre el total. En las últimas décadas, los países del MCCA vienen reduciendo el analfabetismo, pero persiste una gran brecha entre el resultado de Costa Rica (4.4%) y los demás países, que al año 2000, presentaron tasas de más del 20% (El Salvador y Honduras) y del 30% (Guatemala y Nicaragua). El país de la región con la mayor proporción de personas analfabetas es Nicaragua (35.7%). Según datos de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana SIECA, Costa Rica es la economía más grande del MCCA: para el año 2001 registró un PIB de 11.7 millones de dólares, aunque su tasa de crecimiento viene cayendo en los últimos años19. Costa Rica presenta además el PIB Per. Cápita más alto de la región, el cual es ocho veces mayor que el de Nicaragua. En general, los países del MCCA han experimentado una desaceleración de 15 16 Según fuente SIECA, el 50.1% de la población son hombres. Anuario año 2000. 17 Medida como la relación entre los ingresos del decil más rico divididos entre los ingresos del decil más pobre. Porcentaje de la población menor de 15 años y mayor de 64 años sobre la población de 15 a 64 años. 19 Según la CEPAL la tasa de crecimiento del PIB para Costa Rica fue de 8.1% para 1999 y de 1.7% para 2000. 18 44 sus economías en los últimos años. Esto obedece a diferentes causas dependiendo del país, según la CEPAL20. En Costa Rica influyó la contracción de la demanda interna y la baja del turismo luego de los acontecimientos del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos. La economía salvadoreña se vio afectada por la recesión norteamericana y la disminución de la oferta exportable derivada de la sequía sufrida en el 2001. Por problemas extraeconómicos internos y económicos como el débil desempeño de los ingresos tributarios, Guatemala sigue en desaceleración. Honduras, que para el año 2000 presentó el mayor crecimiento del PIB de la región (5%), fue afectado en el año 2001 por la recesión norteamericana. Nicaragua debe su desaceleración al entorno externo desfavorable, al elevado déficit fiscal y a la persistencia de las dificultades del sector bancario. Entre los factores externos se encuentra el deterioro de los términos de intercambio y la pérdida de dinamismo de la economía y el comercio mundial, que redundaron en una caída de la demanda de productos nicaragüenses especialmente café, manufacturas ubicadas en zonas francas y la actividad turística. Como consecuencia se elevó la tasa de desempleo a 10.7% (fue la mayor de los países estudiados). Cabe resaltar que todos los países se vieron afectados por la caída de los precios internacionales del café y la recesión norteamericana. La balanza comercial de los países del Mercado Común Centroamericano ha sido deficitaria y con tendencia negativa a partir del año 1996, año en el que había presentado cierta recuperación. Los diez principales productos exportados por el MCCA en 1999 21, según su participación dentro del valor total, se relacionan en la tabla del (Anexo no 2). Sin embargo, es de destacar que las exportaciones de productos primarios han ido perdiendo importancia relativa, al pasar de 76.5% en 1990 a 46.6% en 1999. Finalmente, el comercio intrarregional22 ha tenido gran dinamismo, al pasar de US$ 8,6 millones en 1950 a US$ 2,626 millones en el año 2000, con una tasa de crecimiento del 12.1% promedio anual. 20 ‘Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2001’. 21Anuario 22 de la CEPAL año 2000, Comercio Exterior Información tomada de SIECA. 45 2.2.3.-El comercio intrarregional Desde el punto de vista comercial, el flujo entre los países miembros ha retomado el dinamismo de otras épocas y sobre todo se ha logrado llevar a cabo un proceso de diversificación importante. En las siguientes tablas puede observarse, de manera resumida, la evolución histórica del comercio intrarregional desde el 60 hasta el 2004, donde puede observarse el significativo crecimiento luego de la década del noventa. Años 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2004p Crecimiento 1960/2004 Exportaciones Intrarregionales 30.3 132.1 286.3 536.4 1,129.2 485.8 671.2 1,543.4 2,616.8 3,560.4 --- Crecimiento --34.2% 16.7% 13.4% 16.1% (15.5%) 6.7% 18.1% 11.1% 8.0% 11.4% Exportaciones Extrarregionales 409.8 629.1 811.7 1,762.4 3,315.5 3,117.0 3,262.8 5,828.8 8,894.9 9,061.5 --- Crecimiento --6.9% 7.4% 16.8% 13.5% (1.2%) 0.9% 12.3% 8.8% 0.5% 7.3% Fuente: SIECA, Sistema Estadístico de Comercio; p: Cifras preliminares Dentro de la zona de libre comercio centroamericana, el comercio intrarregional muestra un comportamiento muy dinámico desde la fecha 46 de su creación hasta el año 2004, el cual solamente es interrumpido en el quinquenio de 1981 a 1985. La tasa de crecimiento promedio anual de 1960 al 2004 es del 11.4%, al pasar de US$ 30.3 millones a US$ 3,560.4 millones. Este comportamiento es muy superior al mostrado por las exportaciones con destino a otros mercados del mundo, las cuales para el mismo periodo crecieron en un 7.3% promedio anual. Es significativo que para el período 2000 a 2004, el crecimiento promedio anual del comercio intracentroamericano fue del 8.0%, contra solamente el 0.5% de las exportaciones con destino a otros mercados, lo que pone de manifiesto la importancia del MCCA para los países de la región. El dinamismo del comercio intrarregional se traduce en amplios beneficios para la región, pues en la actualidad funcionan un gran numero de empresas centroamericanas, de las cuales aproximadamente el 75% son pequeñas y medianas empresas, lo que se traduce en fuentes de trabajo, el impulso de una nueva clase empresarial y el desarrollo de servicios relacionados con el comercio; asimismo, circulan cerca de 1 millón vehículos de carga al año, con un movimiento de carga de mas de 15 millones de toneladas métricas anuales, para lo cual se ha dotado a la región de una red de infraestructura física que incluye 10,300 Kms de carreteras regionales. Principales vendedores y compradores intrarregionales Años/País Costa Rica 2000 2004p Crecimiento 589.5 874.3 10.4% 2000 2004p Crecimiento 287.5 334.2 3.8% El Guatemala Salvador Exportaciones 737.0 815.3 822.2 1,248.1 2.8% 11.2% Importaciones 811.1 615.7 846.1 686.3 1.1% 2.8% Honduras* Nicaragua 310.7 367.4 4.3% 164.2 248.3 10.9% 534.5 754.2 9.0% 490.7 501.3 0.5% Fuente: Sieca, Sistema Estadístico de Comercio; p: Cifras preliminares *Honduras: En base a información del Banco Central de Honduras 47 En el período 2000-2004, Guatemala fue el principal exportador a los mercados de la región centroamericana y El Salvador el mayor importador de la zona, sin embargo este último país se caracteriza por mantener una proporción muy similar tanto en sus ventas como en sus compras. Honduras y Nicaragua son los países que menos venden en la región, aunque participan en las compras con un porcentaje significativo. En cambio Costa Rica que es el segundo vendedor de la región, es el que menos compra de los cinco países. En cuanto al comportamiento del comercio intracentroamericano para el período 2000-2004, por el lado de las exportaciones, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica, son los países que muestran un gran dinamismo, con tasas de crecimiento muy similares, mientras que El Salvador y Honduras su crecimiento promedio esta por debajo al de los otros países. En lo que hace a las importaciones, Honduras muestra una tasa de crecimiento promedio muy superior al de los otros cuatro países, mientras que El Salvador y Nicaragua su tasa de crecimiento promedio anual es muy inferior al resto de países de la región. Principales mercancías objeto del intercambio intrarregional En el año 2004, las principales mercancías intercambiadas por los países de la región fueron: Medicamentos; Preparaciones alimenticias; Aceites de petróleo o de mineral bituminoso; Agua, incluida el agua mineral y las gaseosas; Productos a base de cereales; Bombonas, botellas, frascos, de plástico; Papel higiénico de pasta de papel; Jabones y preparaciones para la limpieza; Cigarrillos que contengan tabaco; Productos laminados ondulados; Barras de hierro o acero; Harina y mostaza; Galletas dulces; Bombonas, botellas, frascos, de vidrio; Refrigeradoras domésticas; Carne deshuesada; Cajas de papel o cartón corrugado; Herbicidas, inhibidores de germinación; Animales vivos de la especie bovina; Compresas y tapones higiénicos, pañales para bebés. En la estructura del intercambio intrarregional de mercancías, sobresalen los productos agroindustriales e industriales, contrario a lo que sucede con las exportaciones a otros mercados, en donde predominan los productos agrícolas. 48 2.3.-La Unión Aduanera Centroamericana Uno de los mayores avances en la integración económica de la región centroamericana, se está dando en el marco de la Unión Aduanera. Este salto cualitativo en el proceso consiste en sustituir los cinco territorios aduaneros por un solo territorio aduanero con el propósito de consolidar la libertad de tránsito a las mercancías independientemente del origen de las mismas, previa nacionalización en alguno de los Estados Miembros, de los productos procedentes de terceros países. Para alcanzar la Unión Aduanera, los Presidentes establecieron en el año 2002 un Plan de Acción que incluía la programación de las diferentes etapas. El Consejo de Ministros de Integración Económica aprobó en junio de 2004 el Marco General para las Negociaciones de la Unión Aduanera. Para dar cumplimiento a este Marco General Marco General se ha implementado diferentes foros y grupos de trabajo especializados que garanticen avances y resultados, siendo su estructura la siguiente: Estructura de negociación de la Unión Aduanera INSTANCIAS DEL PROCESO CAMPO DE ACCIÓN -Instancia Política: -Reunión de Presidentes -Reunión de Ministros: -Órgano superior de decisión del proceso Sectoriales intersectoriales e -Ejecutar las decisiones de los presidentes -Conducción del proceso -Lineamientos de políticas económicas y comerciales. -Aprobación de resultados generales -Informar a los presidentes -Instancia de Coordinación: -Reunión de Viceministros: Sectoriales e Intersectoriales -Coordinación general del proceso técnico. -Lineamientos a Directores y Grupos de trabajo. -Aprobación previa de resultados técnicos. -Informar a los Ministros. -Reunión de Directores: Sectoriales e intersectoriales -Foro técnico de asesoría y propuesta -Coordinación grupos de trabajo. -Recomendaciones a Viceministros. -Grupos Técnicos y Comités: -Grupo de Coordinadores de Registros -Formular las bases técnicas regionales. -Grupo de medidas sanitarias y fitosanitarias -Hacer consultas con los sectores -Grupo de legislación aduanera -Formular posiciones de negociación. 49 -Grupo de procedimientos aduaneros -Formular propuestas técnicas. -Grupo de Tributos Internos -Negociar y alcanzar consensos -Grupo Arancelario -Requerimientos de apoyo técnico -Grupo de análisis de riesgo y fiscalización -Informar a Directores -Grupo de Normas de Origen -Grupo de transporte -Grupo Agroindustrial -Grupo Legal -Comisión Centroamericana de Valor Aduanero de las Mercancías -Comisión Técnica de Transito -Otros que se integren -Asesoría y Apoyo Técnico: -SIECA -Formular estudios solicitados -Apoyo técnico a las instancias -Apoyo logístico -Mecanismo de consulta -Cuarto adjunto -Evacuar las consultas de las diferentes instancias del proceso. Base: Marco General para la Negociación de la Unión Aduanera Centroamericana Principales Resultados en el Proceso de la Unión Aduanera: Como paso intermedio y durante el período de transición hacia la Unión Aduanera se ha logrado establecer aduanas integradas y periféricas. Estas aduanas permiten mayor agilización en el tránsito de personas y mercancías, se reducen los costos y el tiempo en los trámites aduaneros. Por otra parte ha permitido que los funcionarios aduaneros, homologuen y simplifiquen los procedimientos aduaneros, habiéndose aprobado por los Directores de Aduanas el Manual Único de Procedimientos Aduaneros, aplicado por Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. 2.4.-La dependencia económica de Centroamérica con respecto a los EUA Históricamente ha habido una estrecha relación política y comercial entre los EE.UU. y la región Centroamericana. En los últimos años esta relación se ha consolidado aún más, dados los esfuerzos hechos por ambas partes. Desde 1983 los EE.UU. concedió tratamiento comercial preferencial unilateral a los 50 países de la región a través de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC), a la vez que los países centroamericanos lograron avances significativos en la liberalización unilateral del comercio mediante reformas de comercio profundas emprendidas durante los años noventa. Hemos señalado que Centroamérica, al estructurar su crecimiento dependiendo de la demanda externa, sigue ligado al circulo “tortuoso” de la relación negativa de los precios de intercambio por los productos primarios que todavía exporta, pero además se ha ligado estrechamente al ciclo económico de sus principales socios comerciales, en este sentido de la reactivación de la economía norteamericana y en menor medida de la de México, depende la reactivación de su comercio exterior. Cuatro países de los que conforman el espacio regional del MCCA, han constituido ya, como hemos señalado, una Unión Aduanera, forman parte del Proyecto Regional denominado Plan Puebla-Panamá y han firmado el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos; todo lo cual los hace más vulnerables ante el gran capital y los intereses de Norteamérica. Mediante el Plan Puebla Panamá (Anexo Nº 3) y el mayor acercamiento con los Estados Unidos, la regionalización de América del Norte empieza a adoptar una mayor delimitación de la zona de influencia de los Estados Unidos en la que participa México, Centroamérica y eventualmente parte del Caribe, ya que en el Plan Puebla Panamá participarán Belice y Panamá. Con ello se van adoptando políticas comunes que determinan el funcionamiento de un mercado regional, que comercia, acepta similares condiciones de inversión y liga más su dinámica económica a las necesidades del mercado estadounidense, lo que sin dudas podría debilitar a los esquemas regionales de integración, como el MCCA. Por otra parte, la firma del tratado de libre comercio es mirado con recelo por el eventual impacto que este acuerdo podría tener en dos áreas fundamentales: sus condiciones de acceso al mercado de ese país y la desviación de inversiones, especialmente en el sector textil y de la confección. Luego de nueve rondas de negociaciones durante un año, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras concluyeron su Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, mejor conocido como CAFTA, por sus siglas en inglés. Las autoridades comerciales estadounidenses esperan que Costa Rica se 51 reintegre pronto a este proceso, pues este país se retiró de la mesa de negociación al considerar que se necesitaba otra ronda de conversaciones para completar su parte del convenio. Si bien los ministros de Economía de la región saludaron este tratado como un documento benéfico para sus países, a juzgar por los acuerdos alcanzados Washington se llevará la parte del león. Al anunciar este acuerdo, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Zoellick, aseguró que se trata de un mecanismo para "fortalecer la democracia" en Centroamérica y consideró que el CAFTA servirá de cimiento al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el proyecto comercial más ambicioso de Washington. El objetivo del ALCA es liberalizar los mercados desde Canadá hasta Tierra del Fuego; pero ante la resistencia de Brasil, Argentina y Venezuela a aceptar las condiciones de negociación de Washington, este ha optado por negociar acuerdos regionales o bilaterales, en lugar de un gran acuerdo continental. El acuerdo significa que las exportaciones estadounidenses a la región aumentarán hasta en unos 11. 500 millones de dólares. Más del 80% de las exportaciones de bienes de consumo e industriales de Estados Unidos tendrán un arancel cero desde el momento en el que el convenio entre en vigor; el resto de las tarifas se eliminarán en un plazo de 10 años. Esa medida también se aplicará a las exportaciones agrícolas estadounidenses hacia Centroamérica, incluyendo cortes de carne, algodón, trigo, soya, frutas y verduras, vino, productos procesados y lácteos, entre otros; los demás aranceles se eliminarán en 15 años. En contraparte, Estados Unidos eliminará la mayoría de sus aranceles agrícolas en un plazo de 15 años. La asimetría se hace aún más evidente si se toma en cuenta que Bush ha inyectado fuertes subsidios a los grandes agricultores. Los textiles dejarán de tener cuotas siempre y cuando cumplan con las reglas de origen del tratado. Inversionistas estadounidenses podrán entrar al mercado de servicios de telecomunicaciones, mensajería Express, computación, turismo, energía, transporte, construcción, ingeniería y servicios financieros. Por otra parte, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala concederán "protección de avanzada" y "trato no discriminatorio" a los productos digitales estadounidenses, como software, música, textos y videos, y fortalecerán las 52 patentes, marcas registradas y secretos comerciales de Estados Unidos. Por último, el CAFTA obliga a los gobiernos centroamericanos a adoptar medidas contra la corrupción en las compras estatales para garantizar a las corporaciones estadounidenses procesos justos y transparentes en las licitaciones gubernamentales. Se abre el paso al libre flujo de mercancías, sobre todo de norte a sur, pero no se establece nada sobre el demandado libre flujo de personas. Los países implicados en el acuerdo son importantes exportadores de mano de obra hacia Estados Unidos, trabajadores de todas las edades que se aventuran a viajar como indocumentados hacia aquel país atravesando, si lo logran, las fronteras sur y norte de México. La emisión de visas estadounidenses a estos ciudadanos está severamente restringida. Un espacio regional, como lo ha sido el Mercado Común Centroamericano, muestra la posibilidad de construir vínculos de intercambio significativo. Basta considerar que da cuenta de cerca del 20% del comercio de la región, sin embargo, al ubicarse como un espacio complementario desvirtuado por una estrategia de crecimiento volcada a los mercados externos, responde a la dinámica que este le impone, crece el comercio intrarregional porque disminuye su demanda externa, pero al no ser los mismos productos los que se intercambian, entonces ello nos habla de la posibilidad de incentivar una oferta que tiene un mercado local y regional. Pero al no haber políticas ni estrategias dirigidas a incentivar a estos sectores, la construcción de un posible “regionalismo abierto” se queda en la expresión de la construcción de una región de completa influencia y orientación hacia los intereses y dinámica de la economía de los Estados Unidos. Los proyectos se siguen entrecruzando, a veces tirando para direcciones totalmente contrarias, a veces encuentran vértices. La definición de la orientación depende de la posición de los actores sociales, de que conozcan los alcances de la integración regional e impulsen la inversión en pequeña y mediana industria, para así dinamizar el mercado local y regional. Entretanto seguiremos observando cómo se expresan los actores que representan a estas propuestas y proyectos, ya que de sus acciones dependerá el mantenimiento de esquemas regionales, de otra manera sólo se avanzará en la construcción del mercado hemisférico, con las consecuencias que este podría traer y que por los resultados de la economía de mercado que 53 ha prevalecido en la región, la pobreza, la falta de empleo, el énfasis en lo externo, la exclusión social y política, será lo que seguirá prevaleciendo. 54 Capítulo IIl: Desafíos y perspectivas de la integración en la región centroamericana Lejos de haber mejorado, la situación de pobreza y exclusión social en Centroamérica después de terminados los conflictos armados, continúa siendo dramática. Más del 70% de los habitantes del Istmo viven por debajo de la línea de la pobreza; el analfabetismo regional promedio todavía supera el 50%, y los niveles de mortalidad infantil y maternal no han mejorado. Cuatro de los siete países de la región (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) se encuentran entre los más pobres del Hemisferio según los datos del Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, situación que explica los continuos flujos migratorios que desde la década de 1980 se han intensificado tanto hacia el norte (principalmente los Estados Unidos) como hacia el sur (Costa Rica). La evolución del ingreso real por habitante, desde el inicio de la década de los años sesenta hasta la actualidad, indica que con la excepción de Costa Rica y Panamá, el PIB real Per. Cápita se mantiene más o menos constante (o hasta disminuye). Con esta evolución económica modesta, la vulnerabilidad social de la región sigue siendo muy alta, como lo muestran sus niveles de pobreza y distribución desigual de la renta. Se evidencia, pues, la necesidad de lograr mayores tasas de crecimiento económico para poder hacer frente a los desafíos sociales de las naciones centroamericanas, cuya población crece aún a elevadas tasas, así como políticas apropiadas para mejorar la cohesión social. Un reto importante para la región es reducir las asimetrías internas, al igual que las asimetrías entre los países. El objetivo fundamental de la integración regional es constituir una región de paz, libertad, verdadera democracia y desarrollo. La existencia de problemas similares a lo largo y ancho de la región, no nos impide visionar además la existencia de brechas de notable importancia entre países: -En logros de desarrollo humano. -Entre enclaves privilegiados y amplias zonas pobres y de baja productividad. -En cuanto a marcos jurídicos. -En la mejor o peor colocación ante los mercados internacionales. Pero es toda la región de 35 millones de habitantes, la que tiene desafíos comunes en cuanto a la consolidación de los procesos de paz, de la 55 democracia, de la libertad y del desarrollo. El reto de construir una comunidad plural y multiétnica, basada en la equidad social, la ciudadanía centroamericanista y el desarrollo humano sostenible. De hecho nos encontramos con dinámicas distintas de construcción nacional, ninguna de las cuales parece lo suficientemente fuerte: 1. Una dinámica interestatal, constituida por la acción de los gobiernos en el plano regional, y que se ha centrado en la restauración de las antiguas instituciones de integración económica y política de Centroamérica, y cuya expresión más clara está representada por la creación del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Esta dinámica carece de claridad y voluntad política de los gobiernos, pues el proyecto que sostienen, es por encima de todo económico y comercial, teniendo como prioridad la Unión Aduanera para mercancías y servicios; pero el incumplimiento de acuerdos, la firma de tratados bilaterales de los países con Estados Unidos, la ausencia de un acuerdo para la libre circulación de fuerza laboral, hace que la integración económica sea lenta, unilateral, y que esté erosionada por la deslealtad entre gobiernos. Esta dinámica pasa por alto el PARLACEM, el SICA y a la propia Corte de Justicia Centroamericana, ya que concentra el poder en las reuniones de presidentes. 2. La regionalización es sobre todo de carácter transnacional, que surge de la conformación de segmentos cada vez mayores de la economía regional, sometidos a la acción de los capitales transnacionales, o bien que dependen de su vinculación con los mercados transnacionales para su mantenimiento y supervivencia. La regionalización por la vía de la transnacionalización de la actividad productiva es un proceso creciente, que está cobrando cada vez mayor relevancia que la dinámica intergubernamental como mecanismo para orientar los procesos regionales. Tiene como actores fundamentales a los capitales transnacionales y también a ciertos capitales que han tenido origen en la propia región y que se han transnacionalizado. 3. La conformación de procesos regionales que están propiciando la construcción de nuevos actores transfronterizos, regionalizados y transnacionalizados, con un rostro pobre, con expresión creciente de niña y de 56 mujer, una regionalidad popular subsumida por la desarticulación política. Los actores de este proceso son muy heterogéneos, pero entre ellos resaltan los emigrantes y las emigrantes transfronterizos y transnacionales, así como diversidad de grupos articulados regionalmente a través de redes de supervivencia como los trabajadores y trabajadoras informales. También cobran cierta expresión regional las comunidades indígenas, movimientos de mujeres, las pandillas juveniles, los productores rurales. Sin embargo la unidad geográfica y las similitudes culturales, han propiciado una serie de intentos previos de integración económica y política, que han sido a su vez interrumpidas por las constantes intervenciones de potencias extra regionales, desde la ocupación colonial europea hasta la dominación geopolítica de los Estados Unidos, cuya definición de Centroamérica como región, está subordinada a su delimitación como parte de su esfera de influencia “casi natural". Como sabemos los intentos de construcción de instituciones regionales, tanto económicas como políticas, han sido bastantes desde la independencia de la región en 1823. Pero también la crisis económica y la inestabilidad político militar de la década de los ochenta, marcaron huellas imborrables sobre un nuevo desarrollo regional. No es casualidad entonces que la búsqueda de la paz y de la estabilidad en la región, fueran los primeros movimientos hacia una nueva reconfiguración regional de América Central que no acaba de cuajar entre otras razones debido a las históricas políticas entreguistas de los gobiernos del área y a su gran dependencia respecto a los EE.UU. 3.1.-Desafíos que enfrenta la integración Ante todo es necesario señalar algunos de los obstáculos a los que se enfrenta actualmente América Central para incrementar su nivel de desarrollo, los que se pueden agrupar sintéticamente en cuatro categorías principales: a) Baja calidad democrática, sobre todo en términos de insuficiencias en la protección de las libertades fundamentales, la eliminación de la impunidad, la falta de transparencia en la gestión pública y el funcionamiento del sistema electoral y de partidos políticos, lo que hace peligrar los relativos logros democráticos conseguidos hasta la fecha. b) Fragilidad económica, cuya base está en la deformación económica estructural, que origina, entre otras consecuencias, la falta de competitividad de 57 los países centroamericanos y la persistente vulnerabilidad de los mismos ante los cambios de los mercados internacionales, lo que acaba manifestándose en sendas moderadas, volátiles y heterogéneas de crecimiento económico. c) Débil cohesión social, materializada esencialmente en los altos niveles de pobreza y en la distribución muy desigual de la riqueza, lo que dificulta la extensión de los beneficios del crecimiento económico a una parte sustancial de la población centroamericana en la que se reproduce un círculo vicioso entre estancamiento económico, pobreza y la búsqueda de opciones alternativas de sobre vivencia (migración, criminalidad,…) d) Vulnerabilidad medioambiental, determinada por las condiciones naturales de la región que la predispone a ciertos desastres naturales (terremotos, inundaciones, sequías,…), y que se ha visto acentuada en las últimas décadas por el creciente uso irracional de sus recursos naturales (deforestación, contaminación,…), y sin la voluntad política necesaria de los gobiernos de la región para contribuir a la solución de dichos problemas. Estos cuatro grupos de problemas se encuentran entrelazados, de manera sistémica, en una red de interdependencias. Se manifiestan, sin embargo, de forma desigual en la región, ya que existen marcadas asimetrías entre algunos de los seis países que la conforman. Esto es particularmente visible en el caso de los indicadores de la fragilidad social. Con la excepción de Costa Rica, la pobreza afecta a prácticamente la mitad de la población (o más, en algunos casos), el peso de la informalidad laboral se sitúa en torno al 40%, el gasto social es claramente insuficiente para mejorar el capital humano y la región sigue siendo una de las que posee los mayores niveles de desigualdad al interior de sus sociedades nacionales. Los desafíos de la integración regional son tanto sustantivos como procedimentales. Entre los primeros sobresale la ausencia de voluntad política en los Estados centroamericanos para dotar al Sistema regional de capacidad supranacional real. Esta renuencia, que se expresa en la permanente subordinación de la agenda regional a las prioridades nacionales y en el abandono manifiesto del proceso de integración debido al recambio en las élites del poder de la región después de 1990, sólo ha sido superada de manera esporádica en algunos períodos recientes. En materia administrativa y procedimental, el Sistema de 58 Integración carece de los recursos financieros y humanos necesarios para un funcionamiento eficaz, además de su mal uso. Por lo tanto, entre los principales factores que están inhibiendo y podrían impedir en el futuro un desarrollo pleno de la integración regional en Centroamérica se pueden mencionar los siguientes: El predominio en las estructuras de poder de toda la región de élites económicas y políticas históricamente opuestas a la integración, cuyos intereses no se ven beneficiados de manera directa por el Mercado Común y más bien propugnan por el desarrollo de vínculos bilaterales de sus países con contrapartes externas. La debilidad manifiesta del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), cuya solvencia institucional y financiera es imprescindible para la consolidación del proyecto regional. La resistencia de los países miembros del SICA de otorgarle grados crecientes de supranacionalidad. La marcada preferencia de los gobiernos de la región por esquemas parciales de integración orientados por criterios de competitividad, que se apartan de la visión integral establecida en la Alianza para el Desarrollo Sostenible (ALIDES). Existe una resistencia de los gobiernos centroamericanos de concretar la reforma del SICA en los términos acordados en Panamá en 1997. Esos debates no tienen que ver sólo con aspectos organizativos o de procedimiento (que parecieran ser los que más preocupan a las burocracias del SICA y a algunos tecnócratas que las asesoran), ni siquiera con los temas financieros e institucionales. En realidad y principalmente tienen relación con el tipo de integración y el grado de cesión de soberanía que los Estados están dispuestos a tolerar, en aras de la construcción de una comunidad regional capaz de competir exitosamente en un mundo de grandes bloques económicos y políticos. Esa circunstancia constituye una de las más graves amenazas para el SICA en el plazo mediato, pues no es concebible una integración viable en Centroamérica sin un consenso esencial de los Estados de la región en torno al tema de la supranacionalidad de las instituciones que lo conforman. Durante todo el período anterior a 1991 la experiencia regional estuvo muy limitada por un factor preponderante: la ausencia de gobiernos democráticos en 59 la mayoría de los países miembros del Mercado Común Centroamericano. El advenimiento democrático, ha cambiado de manera decisiva la naturaleza de la integración regional precisamente porque, por primera vez en su historia, gobiernan en todos los países del área mandatarios civiles que han sido sucedidos en la presidencia repetidamente por otros, también electos popularmente en comicios periódicos, e internacionalmente supervisados. Esta nueva circunstancia debía permitir a la integración regional constituirse en un marco de normalidad nacional. Sin embargo la integración no ha llegado en proporción apreciable. Los avances, retrocesos y estancamientos de la integración centroamericana tanto en un sentido general como en la actitud de los distintos países miembros del Mercado Común en coyunturas específicas, tiene entre las diversas explicaciones, el predominio o no de los distintos grupos de la élite económica en el poder. En este caso las justificaciones económicas tendrían menos peso que otras de naturaleza política, cultural y hasta ideológica, pues habría países y bloques económicos y sociales que opondrían resistencia a la integración, pues la verían más como una limitación a sus expectativas de vinculación con los EE.UU. y el mundo, que como una oportunidad para el desarrollo. La voluntad política para avanzar en la integración, independientemente de los beneficios económicos que ésta genere a un país o grupo empresarial particular, no se manifiesta porque hay en el Sistema de Integración países que – aún siendo minoría en el conjunto -simplemente no desean avanzar con igual celeridad que el resto. La integración centroamericana es de mala calidad, entre otras razones, porque los Estados miembros del SICA no han estado dispuestos a fortalecer las instituciones de la integración, independientemente de los beneficios que ello pueda conllevar para sectores económicos específicos. La renuencia de los Estados de ceder “soberanía” o autoridad supranacional a entidades multilaterales, impide el avance del proceso de integración. Sin instituciones regionales fuertes, bien financiadas y autónomas, el proceso de integración no puede avanzar porque la lógica nacional y los intereses particulares de los Estados no se lo permiten. Mientras los Estados perciban sus márgenes de maniobras individuales como más eficientes o productivos que los regionales – 60 tanto en lo económico como en lo político - no será posible que se profundice la integración La toma de conciencia y percepción de la realidad global centroamericana por parte de una Cooperación Alternativa, se da en torno a distintas esferas conectadas entre sí: a) La constatación de una altísima concentración del poder dentro de cada país, con rasgos fuertemente autoritarios y excluyentes que permiten considerar a los Estados como instituciones al servicio de unas élites secularmente dominantes, y unas sociedades disociadas de la participación política. b) La constatación de que la finalización de las guerras en Guatemala y El Salvador y el cambio de régimen en Nicaragua, han instalado en la región unas democracias inciertas, frágiles, con escasa capacidad de autodeterminación respecto de centros de poder externos y atravesadas por la fuerte presencia de fuerzas oligárquicas tradicionales. c) La verificación de la existencia de una polarización y fractura social extrema que permite hablar de dos ciudadanías y de dos naciones (la de los de arriba y la de los de abajo). Comprobamos la existencia de una pequeña elite oligárquica de poco más del 2% de la población, con un sector de la clase media a su servicio del 20% de la población total, que monopoliza los beneficios de la época de bonanza económica y está inserta de manera dependiente en la economía transnacionalizada. d) La comprobación de que la región vive bajo el gobierno de agentes económicos y políticos externos. Dependencia históricamente ligada a la omnipresencia de Estados Unidos en todo el istmo, que lesiona gravemente la soberanía y coloca a los países centroamericanos bajo vulnerabilidad permanente y siempre condicionados a los planes de las multinacionales y de las administraciones norteamericanas. e) La verificación de que las economías de la región son de muy modestas dimensiones, como consecuencia de la manera histórica como fueron insertadas en la división internacional de la producción y del trabajo. Centroamérica cuenta con desventajas específicas en: atraso tecnológico; escasez de recursos humanos técnicamente capacitados; 61 modelo fracasado de agro-exportación; ausencia de políticas de inversiones para una industria nacional y regional; falta de infraestructura física; economías de espuma apoyadas en las remesas familiares; penetración del narcotráfico en las instituciones estatales, principalmente militares. Todo ello acentuado por el carácter periférico de la región en el sistema económico y político internacional, lo que le hace quedar al margen de toda agenda en un mundo crecientemente globalizado. f) La comprobación de una enorme vulnerabilidad social, puesta de manifiesto de modo particular en los momentos de grandes catástrofes naturales. La pobreza en Centroamérica no es un simple problema de distribución, es un asunto estructural del sistema que afecta a la propiedad. El llamado patio trasero de la primera potencia mundial no ha podido autodeterminarse para elegir su modelo económico y político, sometido como está a las razones de la seguridad nacional norteamericana y a los intereses de grandes corporaciones. Así es como constatamos que en Centroamérica la nación no ha podido aún construirse a sí misma. Déficit democrático atribuible en buena parte a las conductas de las oligarquías de cada país que secularmente se apropiaron del Estado para sus intereses particulares, estando estos últimos subordinados a centros de poder externos. 3.2.-El ALCA y los TLC: Principales desafíos El proceso de integración está siendo empujado por centros de poder externos y las propias oligarquías nacionales en una dirección de inserción en las variantes más recientes del llamado Tratado de Libre Comercio para las Américas conocido como ALCA, lo que pone de relieve el carácter unilateral económico de una integración que debería contemplar como punto de partida una realidad social gravemente afectada por la pobreza. Las élites regionales están colaborando activamente para facilitar la región como pista de aterrizaje de las empresas transnacionales, las cuales, si nadie lo impide, se harán con el control definitivo de las tierras, de los recursos naturales y de las principales herramientas financieras y económicas de la región. A ello hay que sumar el 62 Plan Puebla Panamá con sus proyectos de infraestructura-comunicaciones, electrificación, corredor biológico, etc.- necesarios para el discurrir de una liberalización económica y de los mercados en el conjunto regional que se extiende hacia México y Estados Unidos. Los gobiernos y grandes empresarios de la región tienen expectativas económico-comerciales, pero a Estados Unidos le interesa el control sobre recursos estratégicos y sus aspiraciones son de carácter geoeconómico y geopolítico, entendido esto último como la garantía de su control global sobre su histórico "patio trasero". Con respecto al ALCA, bajo cuyo inocente nombre se desarrolla un proyecto estratégico de recolonización y absorción de América Latina y el Caribe, hay que señalar que la idea nació en junio de 1990 bajo la presidencia de George Bush padre. Se presentó como la propuesta para crear una zona de libre comercio que fuera desde Alaska hasta Tierra del Fuego. En ese momento se presentó con tres objetivos principales: Aumentar el comercio en el hemisferio. Incrementar las inversiones norteamericanas al Sur del Río Grande. Reducir la deuda externa latinoamericana. Se habla del ALCA como de un acuerdo, pero en realidad se trata de una imposición. Se habla de libre comercio pero se trata de una anexión neocolonial. Se habla de negociación, pero se trata de estrategias económicas, financieras y militares para crear más dependencia externa de los pueblos latinoamericanos. El ALCA, como propuesta, se apoya doctrinalmente en el catecismo neoliberal de Hayek y Friedman que aboga falsamente por la "libertad" y la "igualdad de derechos", cuando se trata de actividades económicas y comerciales en las que el punto de partida y las reglas del juego son establecidas de manera unilateral por los centros políticos y económicos hegemónicos. Estados Unidos exige igual tratamiento a los capitales extranjeros y nacionales, de modo que su peso económico vaya infiltrándose hasta hacer de la soberanía de los Estados latinoamericanos y de sus democracias, caricaturas sometidas a los agentes externos. Mantenemos la tesis de que la integración centroamericana está gravemente amenazada. Los dos principales proyectos de integración económica que están a la orden del día, el Área de Libre Comercio (ALCA) y, específicamente para Meso América, el Plan Puebla Panamá (PPP), proponen un modelo que 63 prioriza las exportaciones hacia el Norte antes que el mercado interno. Bajo la coartada de una Estrategia de reducción de la pobreza se trata de entregar la región y sus riquezas naturales a las transnacionales: La venta de las tierras y de sus recursos a quien las puede comprar. Aumento del abismo de las desigualdades sociales en la región y mayor desempleo en el campo. Extensión de la maquila como única alternativa industrial, con una mano de obra barata, súper-explotada y con mínimos derechos. Descapitalización de recursos naturales. Agresión a los pueblos indígenas de la región y a sus bienes comunales. Desarme de los Estados-Nación. Emigraciones masivas. Asfixia de las políticas públicas. Estas y otras consecuencias de los Tratados de Libre Comercio y del PPP dibujan la globalización que se desea para Centroamérica; se trata de un proceso de expoliación, de des-nacionalización del Estado, y de desdemocratización de las relaciones políticas. Orlando Núñez, nicaragüense, sociólogo y politólogo, explica así el PPP: "El Plan Puebla Panamá es una continuación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC-CAN). El TLC-CAN y el Plan Puebla Panamá son un antecedente del Acuerdo de Libre Comercio de América (ALCA). El ALCA es una continuación de los planes de Ajuste Estructural para América Latina. El Ajuste Estructural es la expresión nacional de las políticas neoliberales y estas son el principal instrumento de la globalización capitalista".23 El peor daño de estas políticas es la destrucción de la soberanía alimentaria y de la economía campesina o indígena: agotamiento, pérdida y destrucción de los suelos, bosques, cuencas, flora y fauna, semillas locales, cultura campesina, producción de granos básicos (maíz, fríjol, sorgo, arroz), hortalizas y frutas, animales domésticos (aves, cerdos, vacas), identidad cultural de las comunidades rurales e indígenas. Pero el mayor riesgo y la mayor amenaza que pende sobre la cabeza del campesinado, los pueblos indígenas y la 23 Orlando Núñez: Soberanía Alimentaria y Economía Popular (2002) 64 población en su conjunto, es la invasión de granos básicos transgénicos por parte de las empresas transnacionales norteamericanas. Decir, como dice el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y repiten los gobiernos centroamericanos, que el PPP es la construcción de una gran carretera y de un gran puerto, es tan ingenuo como decir que el régimen de la esclavitud en el mundo antiguo equivale a las construcción de las grandes catedrales y de los grandes castillos, o que el régimen de Encomienda colonial equivale a la producción y exportación de oro y plata, o decir que el régimen capitalista equivale a la construcción de una vía férrea, o decir que el imperialismo equivale a la construcción del canal de Panamá. La ideología del Plan Puebla Panamá y de todas estas políticas, es convencer y vender a los centroamericanos el discurso de la globalización capitalista, esta vez disfrazada como desarrollo e integración de la región mesoamericana, a cuyos objetivos y naturaleza los invitan. Estos programas y estos planes que descapitalizan y empobrecen día a día, son vendidos como la solución para disminuir la pobreza. La idea esencial, sin embargo, es que poco a poco Estados Unidos tenga una relación de Libre Comercio con el resto de América. Una Zona de Libre Comercio para las grandes empresas norteamericanas o transnacionales; pero como Centroamérica no posee empresas transnacionales y tampoco puede entrar libremente a los Estados Unidos, este mercado se convierte en un mercado unilateral: una forma de mercadear para Estados Unidos y las grandes empresas. 3.3.-Límites y potencialidades del proceso de integración regional El proceso de integración centroamericana, con sus debilidades y altibajos, es una realidad que es acompañada por un consenso mayoritario sobre su necesidad y pertinencia. No obstante, es también un hecho que existe una brecha importante entre las realizaciones y las potencialidades. La consecución de la integración regional no es sencilla. Es un proceso que ha de afrontar multitud de limitaciones, entre los que se destacan los siguientes: Las economías centroamericanas son pequeñas, y con una marcada deformación en sus estructuras económicas, lo que se refleja también en la significativa deformación de su comercio exterior y la debilidad para insertarse competitivamente en la economía internacional. 65 Las economías de los países del área son poco complementarias entre sí (de hecho, tienden a producir los mismos productos). La falta de voluntad política de los gobiernos para contribuir a la solución de los problemas económicos y sociales de sus países y la secular dependencia y entreguismo de los mismos respecto al exterior, especialmente con relación a EE.UU. Los efectos desfavorables de la creciente tendencia a la firma de TLC de países y grupos centroamericanos con los Estados Unidos de Norteamérica. A estas condiciones iniciales desalentadoras, se unen otros factores inherentes al mismo proceso de integración regional, tales como: La desigual participación de los países miembros en el comercio intrarregional y la diferente percepción de los mismos sobre lo que ha de considerarse como una justa distribución de los costes y beneficios del proceso. En este sentido, no existe una cultura de la solidaridad intrarregional en el marco del MCCA que busque reducir y eliminar las asimetrías entre países, territorios y grupos sociales. Se carece de una tradición de política estructural que persiga no sólo la creación de un mercado regional integrado y libre, sino también cohesionado. Esta falta de tradición dificulta la aplicación de iniciativas regionales tendentes a lograr un mayor grado de cohesión social, mientras que facilita la emergencia de sentimientos nacionalistas y actitudes proteccionistas ante cualquier perturbación que dificulte la marcha del proceso de integración. América Central carece de una o varias locomotoras pro-integración que impulsen el proceso regional. Costa Rica, por ejemplo, es el país que más reticencias ha manifestado históricamente hacia el proceso de integración regional. Esta ausencia de un claro consenso entre los países de mayor desarrollo relativo, debilita sustancialmente la integración regional. Falta un diseño concreto del tipo de integración que los centroamericanos quieren lograr y de las ventajas y desventajas que pueden obtener de ésta. 66 Se acepta que el estado de la institucionalidad regional dista mucho de ser el más idóneo, pero apenas se adoptan medidas efectivas para modificarlo. A nivel político institucional, la debilidad de los incipientes sistemas democráticos y de las instituciones que lo sustentan, se refleja en la fragilidad de la dinámica regional generada por la participación de los países miembros. Faltan mecanismos efectivos que velen por el cumplimiento y efectivo seguimiento de los acuerdos de las Cumbres Presidenciales, dificultando el establecimiento de un entorno regional con reglas del juego claras y creíbles para los agentes económicos. Las restricciones presupuestarias y la dispersión y fragilidad del marco institucional limitan, a su vez, la capacidad técnica y de decisión política de las instituciones regionales para promover los intereses regionales frente a la presión de los intereses nacionales. El nivel de fragmentación o atomización de la sociedad, no contribuye a una sólida convicción integracionista en el debate sobre el sentido y diseño del proceso de integración regional. Potencialidades La tradición y cultura compartida de los países centroamericanos facilita la adopción de estrategias, políticas y acciones conjuntas basadas en concepciones comunes sobre la sociedad y el Estado. La existencia de un marco jurídico e institucional avalado por la suscripción de Tratados, permite la negociación y definición conjunta de estrategias regionales (como por ejemplo, la del establecimiento de la Unión Aduanera). Además, se ha expresado la voluntad de reformar el marco institucional para que contribuya con eficacia a las estrategias regionales de desarrollo. También se observa una creciente participación e interés de la sociedad civil, así como una mayor interrelación entre las empresas y los capitales intrarregionales que utilizan el mercado regional como base fundamental de acumulación. 67 3.4.-Transformaciones necesarias para la integración intra-nacional y subregional Una nueva Centroamérica construida e integrada desde abajo necesita: a) Poner los recursos en manos de la gente y garantizar a los pequeños productores el acceso a los mercados locales, que es una manera de poder ir eliminando la pobreza. Los campesinos necesitan el acceso a los mercados locales que están siendo destruidos por las corporaciones globales a precios falsos, artificialmente baratos, subvencionados, que aprovechan las reglas de la liberalización de las importaciones. b) Unión Centroamericana basada en fuertes economías nacionales y ecosistemas sostenibles. Por el contrario las economías orientadas a la exportación, basadas en la alienación de los recursos de la gente, en la superexplotación de la mano de obra y la destrucción de la biodiversidad, crean más pobreza, aun cuando un grupo de personas logre trabajo en el sector de la exportación. c) Los países de la región deben hacer un esfuerzo real por incorporar en este proceso a las amplias capas de la población productiva, históricamente excluida de los beneficios del crecimiento. Para ello se precisa: La potenciación de la producción agropecuaria de base. La facilitación del acceso al crédito a las capas de productores más desfavorecidos. El impulso de canales y redes de comercialización de productos entre pequeños productores de los distintos países. El fortalecimiento de la pequeña industria de transformación de productos agropecuarios y de recursos del entorno. El apoyo por parte del Estado en la dotación de servicios básicos de Salud, Educación, Infraestructura vial, energía eléctrica, agua y saneamiento. Mayor complementariedad subregional. Se trata de que los beneficios del crecimiento sirvan para sentar las bases de un desarrollo integral de la población, para lograr una calidad de vida íntegra y para todas y todos los habitantes. 68 Pero no es ni será factible un desarrollo humano sostenible sin ese espacio político, social y cultural que es el Estado. Un Estado reconocible por su función social, que ejerza liderazgo alrededor de una aspiración común de modernización y de equidad en las siguientes dimensiones: 1. En su función democratizadora, abriendo la participación política a los sectores tradicionalmente excluidos; abriéndose a una descentralización que dote a los municipios de autonomía y presupuesto suficiente. 2. En su función social y redistribuidora, corrigiendo las cegueras del mercado, definiendo junto con los actores sociales metas generales del desarrollo humano sostenible, de modo que se eviten en lo posible, los efectos negativos de la globalización. Aplicando políticas fiscales progresistas. 3. En su función promotora de nuevos actores económicos, de alternativas de cooperación, de investigación. 4. En su función de Estado concertador, más allá del parlamento, debe desarrollar mecanismos de concertación entre sectores sociales y de éstos con el gobierno y los partidos políticos, para diseñar políticas económicas generales, la distribución de recursos sociales y el modo de inserción en la globalización. 5. En su función nacional, reconociendo a los pueblos y etnias- de particular importancia en los casos de Guatemala y Nicaragua- sus derechos históricos y su espacio en los marcos actuales de decisión gubernamentales. Preservando y promoviendo una conciencia autodeterminativa frente al secular dominio en la región de las administraciones y corporaciones norteamericanas. Mientras esto no ocurra, seguirán habiendo en cada país dos naciones: arriba los sectores privilegiados cuyos movimientos económicos tienen, como centro, focos externos a sus propios países; y abajo, los excluidos del campo y la ciudad que apenas participan en los intercambios económicos y en el sistema político nacional. El logro de todo lo anterior pasa por supuesto y de manera dialéctica, por un proceso de fortalecimiento de la soberanía de la región respecto a los Estados Unidos de Norteamérica, quien tiene gran influencia y poder en la dinámica económica y política del área. No obstante es válido pensar que el nuevo panorama progresista que se construye en América Latina y el Caribe, liderado por el gran proyecto del 69 ALBA en tanto paradigma liberador, pueda contribuir a profundizar los procesos de unidad e integración centroamericana, en virtud de los beneficios que bajo su realización práctica están recibiendo los pueblos centroamericanos, especialmente en los ámbitos de la salud y la educación, por el esfuerzo combinado de Cuba y Venezuela. Estamos convencidos que la derrota definitiva del ALCA y su filosofía, pasa necesariamente por el acercamiento, la unidad y la integración latinoamericana y caribeña24 sin la tutela norteamericana, pues los Tratados de Libre Comercio (TLC), se han convertido en un nuevo mecanismo de dominación económica que Estados Unidos promueve con los gobiernos más receptivos a las posiciones norteamericanas, como son precisamente el caso de los centroamericanos. Ante la estrategia norteamericana de achatamiento de nuestra cultura e identidad nacional, es necesario, por tanto, potenciar la capacidad de los pueblos y Estados de la región, para la realización de verdaderos proyectos de desarrollo humano, capaces de promover el bienestar material y espiritual de nuestros pueblos. En el sentido contrario del ALCA, se concibe y avanza la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), propuesta por el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, la que resulta una verdadera alternativa frente a las pretensiones y alcances dominadores del ALCA y sus variantes más “suaves”, así como también ante los imperativos de la globalización, la crisis económica y social de nuestra región y los siglos de deformación estructural y dependencia. La Alternativa Bolivariana para las Américas es todo un proyecto estratégico, solidario e integral. De hecho constituye una concepción que sobrepasa los enfoques tradicionales de la integración económica y las prácticas precedentes. Se trata de un proceso-sistema, de naturaleza cada vez más holística, que asume la sociedad en su diversa, compleja y contradictoria estructura, en sus interconexiones e interdependencias, y donde la integración se construye “La oposición al ALCA solo deja una opción coherente: hacer una contrapropuesta de integración latinoamericana. Pero esta integración no puede realizarse solo desde arriba o solo desde abajo. Hay que pensar y practicar tácticas y estrategias emancipatorias teniendo en cuenta la dialéctica de lo general y lo particular. Articulando en lo local, en lo comunitario, pero también en lo nacional y en lo internacional”. Edgardo Romero Fernández.: “Los movimientos sociales latinoamericanos: Poder e integración en América Latina”. Artículo, versión electrónica, Intranet Facultad Ciencias Empresariales. UCLV 24 70 desde todas y cada una de las partes constitutivas del todo, aprovechando y potenciando aquellas donde existan mayores fortalezas temporo-espaciales para el acercamiento y la unidad, para la cooperación y la interpenetración positiva de todas las partes. Lo comercial, económico, financiero, social (esta última entendida en sus más variadas significaciones) y político se intervinculan dialécticamente; el movimiento de la espiral es, por tanto, hacia arriba. Definitivamente el ALBA, en tanto nueva filosofía de integración latinocaribeña, debe facilitar y estimular el enlace y conexión de los diversos esquemas de integración regional, no sólo los de Sudamérica, sino también los del Caribe y Centroamérica, potenciando el acercamiento y la unidad de nuestros pueblos y naciones; ese es uno de sus principales valores históricos. 71 Conclusiones -La globalización es un resultado histórico del desarrollo de las fuerzas productivas; resultado de la evolución del conocimiento humano, de su obra de creación técnica, científica y tecnológica, especialmente dentro del modo de producción capitalista, donde la reproducción del valor del capital, por su propia esencia, ha empujado la ciencia y la tecnología a resultados insospechados, como consecuencia del funcionamiento de la conocida ley de la plusvalía; por eso los efectos de este proceso, que se desarrolla bajo el modelo neoliberal, ha provocado un mayor nivel de polarización de la riqueza, tanto a nivel nacional como internacional. -La solución contemporánea del subdesarrollo pasa necesariamente por el proceso de integración, y que representa mucho más que negociaciones de apertura comercial y aspectos económicos. En general la globalización, la integración y la regionalización, son tendencias que marchan de la mano. Pueden constituir una vía para mejorar la inserción de los países miembros en la compleja economía mundial de nuestros días, aunque deben tenerse muy en cuenta las particularidades propias de cada uno de los países participantes. -La integración es ante todo la acción y efecto de integrar, o sea, de formar las partes de un todo o completar las partes que faltan de un todo. Es un proceso incluyente donde dos o más partes se interconectan en un conjunto cada vez más sistémico e interdependiente. En economía estos elementos son mercados, producción, países, etcétera; los cuales persiguen un determinado objetivo al formar parte de un sistema más amplio. No obstante en los últimos tiempos el concepto y las acciones integracionistas han sobrepasado el estrecho marco de lo comercial y económico e incluye otras cuestiones de naturaleza social, cultural y política. -La integración centroamericana se constituye en una de la más larga data en Latinoamérica y ha pasado por diferentes etapas históricas; sin embargo se ha caracterizado por constantes altibajos en sus resultados y por la influencia de las políticas estadounidenses en su configuración y movimiento. -Es posible dividir el movimiento histórico de los procesos integracionistas de Centroamérica en tres etapas fundamentales: 1. La primera, desde sus inicios con la creación del Mercado Común Centroamericano en 1961 hasta 1980, cuando la situación del proceso 72 se hace insostenible, principalmente por factores externos como la crisis de la deuda externa y la recesión de la economía mundial. 2. Una segunda etapa en la que la integración vivió una época de estancamiento debido a la existencia de conflictos armados al interior de los países y entre los países, hasta 1990; y, 3. Una tercera etapa en la que la consolidación de la paz y el logro de la estabilización económica han permitido dinamizar el proceso y plantear metas más ambiciosas en la integración, pero donde se produce, paradójicamente, un mayor acercamiento de la región a los Estados Unidos, hasta incluso firmar un Tratado de Libre Comercio con ese país. -La integración regional es un proceso que afronta multitud de problemas y limitaciones, entre los que se destacan los siguientes: Las economías centroamericanas son pequeñas, y con una marcada deformación en sus estructuras económicas, lo que se refleja también en la significativa deformación de su comercio exterior y la debilidad para insertarse competitivamente en la economía internacional. Las economías de los países del área son poco complementarias entre sí (de hecho, tienden a producir los mismos productos). La falta de voluntad política de los gobiernos para contribuir a la solución de los problemas económicos y sociales de sus países y la secular dependencia y entreguismo de los mismos respecto al exterior, especialmente con relación a EE.UU. Los efectos desfavorables de la creciente tendencia al acercamiento asimétrico con los EE.UU. y las evidentes consecuencias negativas que para la propia integración subregional ha de tener la firma de TLC con los Estados Unidos de Norteamérica. -Una nueva Centroamérica construida e integrada desde abajo necesita: a) Poner los recursos en manos de la gente y garantizar a los pequeños productores el acceso a los mercados locales, que es una manera de poder ir eliminando la pobreza. Los campesinos necesitan el acceso a los mercados locales que están siendo destruidos por las corporaciones globales a precios falsos, artificialmente baratos, subvencionados, que aprovechan las reglas de la liberalización de las importaciones. 73 b) Los países de la región deben hacer un esfuerzo real por incorporar en este proceso a las amplias capas de la población productiva, históricamente excluidas de los beneficios del crecimiento. Para ello se precisa: La potenciación de la producción agropecuaria de base. La facilitación del acceso al crédito a las capas de productores más desfavorecidos. El impulso de canales y redes de comercialización de productos entre pequeños productores de los distintos países. El fortalecimiento de la pequeña industria de transformación de productos agropecuarios y de recursos del entorno. El apoyo por parte del Estado en la dotación de servicios básicos de Salud, Educación, Infraestructura vial, energía eléctrica, agua y saneamiento. Mayor complementariedad subregional. Se trata de que los beneficios del crecimiento sirvan para sentar las bases de un desarrollo humano integral de toda la población, para lograr una calidad de vida íntegra y para todas y todos los habitantes. 74 Bibliografía Bisceglia, Nicolás Emiliano: Los procesos de Integración y cooperación: hacia un modelo posible. Encontrado en el sitio http://www.unionsudamericana.net (10/12/04) Castro Ruz, Fidel: Discurso en la Conferencia Internacional sobre financiamiento para el desarrollo. Monterrey, México 21/03/02 Revista Bohemia #7, año 1994 Colectivo de autores: “Economía de la empresa, análisis de las decisiones empresariales” Tomo I. Di Filipo, Armando y Franco, Rolando: “Integración Regional, Desarrollo y Equidad”. México: CEPAL/Siglo XXI, 2000. Estay Reino, Jaime (Coordinador): “La nueva integración económica de América Latina y el Caribe: Balance y perspectivas en el cambio de Siglo”. Morelia-México: AUNA/BUAP/UMSNH, 2000. 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El lanzamiento del Plan Puebla Panamá por los Presidentes, tuvo lugar el 15 de junio de 2001, en San Salvador, fecha en que suscribieron la Declaración Conjunta de la Cumbre Extraordinaria de los países integrantes del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla. En dicha declaración adoptaron ocho iniciativas de integración, correspondiéndole a cada país la responsabilidad de la ejecución de una iniciativa, siendo estas: Nombre de Iniciativa País Iniciativa Mesoamericana de Desarrollo Sustentable Nicaragua Iniciativa Mesoamericana de Desarrollo Humano México Iniciativa Mesoamericana de Prevención y Mitigación Panamá de Desastres Naturales Iniciativa Mesoamericana de Promoción del Turismo Belice Iniciativa Mesoamericana de Facilitación del Honduras Intercambio Comercial Iniciativa Mesoamericana de Transportes Costa Rica Iniciativa Mesoamericana de Interconexión Energética Guatemala Iniciativa Mesoamericana de Integración de los El Salvador Servicios de Telecomunicaciones El objetivo del Plan Puebla Panamá es supuestamente potenciar la riqueza humana y ecológica de la Región Mesoamericana, dentro de un marco de desarrollo sustentable que respete la diversidad cultural y étnica, pero sabemos que en la práctica responde a los intereses geopolíticos de los EE.UU. en la subregión. Entre los criterios o consideraciones empleados para la identificación de los proyectos destacan los siguientes: Promueven la integración y el desarrollo económico y social de los pueblos; 80 Toman en consideración la conservación y el uso sustentable de los recursos naturales; Disminuyen la vulnerabilidad ante los desastres naturales; Reconocen y respetan plenamente la diversidad étnica y cultural; Incluyen la participación del sector privado; Abarcan a toda la región mesoamericana; Promueven la participación social en el diseño y ejecución de los proyectos. Dentro de la Iniciativa de Integración Vial, se conformó el Subgrupo técnico conformado por el BID, BCIE, CAF y SIECA para dar apoyo técnico a la Iniciativa vial. La SIECA fue designada para apoyar las labores de coordinación del Comisionado Presidencial en dicha Iniciativa. En ocasión de la Tercera Reunión celebrada en San José, Costa Rica, se destaca la suscripción del Memorándum de Entendimiento de la Red Interamericana de Carreteras Mesoamericanas RICAM. 81