EL GÉNERO TEATRAL DEFINICIÓN ELEMENTOS El teatro es el género literario que se caracteriza por representar unos acontecimientos a través del diálogo y de las acciones de unos personajes sobre un escenario, sin la intervención de un narrador. ¿Qué es? Es la obra escrita por un autor, el texto que funciona como base de la representación teatral. Son imprescindibles, ya que protagonizan la acción planteada por el autor. Personajes Tienen la misma clasificación que en el género narrativo (principales, secundarios, etc.) Puede estar escrito en verso o en prosa, y cumple las siguientes funciones: 1) Hace avanzar la acción, a medida que se desarrolla la conversación entre los personajes. Diálogo 2) Sirve para caracterizar a los personajes, bien por lo que éstos dicen, bien por lo que otros personajes dicen de ellos. Texto Son indicaciones del autor enfocadas a la puesta en escena o a la lectura dramático Elementos dramatizada. Suelen ir entre paréntesis y en cursiva. Se da información de Acotaciones distinto tipo: decorado, la manera en que los personajes deben aparecer, los gestos y actitudes que deben adoptar, cómo es el vestuario… Se refiere a las partes del argumento, de la acción Interna (introducción, nudo y desenlace). Son las partes en que se divide el texto teatral: actos Estructura (normalmente entre tres y cinco) que pueden dividirse en Externa escenas, que vienen señaladas por la incorporación de un personaje al diálogo. Se refiere a la puesta en escena del texto dramático, a los elementos que permiten que el ¿Qué es? texto dramático cobre vida sobre el escenario. Organiza y coordina los elementos escénicos y las personas que van a Director intervenir. Interpretan el texto teatral dando vida a los personajes. Actores Texto de la La compone una serie de elementos cuya finalidad es crear una representación Elementos Escenografía ambientación verosímil a las del texto teatral: vestuario, mobiliario, iluminación, sonido, maquillaje… Es el receptor de la representación teatral, sin el cual éste no tendría razón de ser; incluso en algunas ocasiones puede participar activamente en el Público desarrollo de la obra. 1. LEE ATENTAMENTE EL SIGUIENTE TEXTO, PERTENECIENTE A LA CASA DE BERNARDA ALBA DE FEDERICO GARCÍA LORCA; LUEGO, IDENTIFICA LOS ELEMENTOS DEL TEXTO DRAMÁTICO Y DEL TEXTO DE LA REPRESENTACIÓN. Acto tercero Cuatro paredes blancas ligeramente azuladas del patio interior de la casa de Bernarda. Es de noche. El decorado ha de ser de una perfecta simplicidad. Las puertas, iluminadas por la luz de los interiores, dan un tenue fulgor a la escena. En el centro, una mesa con un quinqué, donde están comiendo Bernarda y sus hijas. La Poncia las sirve. Prudencia está sentada aparte. (Al levantarse el telón hay un gran silencio, interrumpido por el ruido de platos y cubiertos.) Prudencia: Ya me voy. Os he hecho una visita larga. (Se levanta.) Bernarda: Espérate, mujer. No nos vemos nunca. Prudencia: ¿Han dado el último toque para el rosario? La Poncia: Todavía no. (Prudencia se sienta.) Bernarda: ¿Y tu marido cómo sigue? Prudencia: Igual. Bernarda: Tampoco lo vemos. Prudencia: Ya sabes sus costumbres. Desde que se peleó con sus hermanos por la herencia no ha salido por la puerta de la calle. Pone una escalera y salta las tapias del corral. Bernarda: Es un verdadero hombre. ¿Y con tu hija...? Prudencia: No la ha perdonado. Bernarda: Hace bien. Prudencia: No sé qué te diga. Yo sufro por esto. Bernarda: Una hija que desobedece deja de ser hija para convertirse en una enemiga. Prudencia: Yo dejo que el agua corra. No me queda más consuelo que refugiarme en la iglesia, pero como me estoy quedando sin vista tendré que dejar de venir para que no jueguen con una los chiquillos. (Se oye un gran golpe, como dado en los muros.) ¿Qué es eso? Bernarda: El caballo garañón, que está encerrado y da coces contra el muro. (A voces.) ¡Trabadlo y que salga al corral! (En voz baja.) Debe tener calor. 2. CONVIERTE EL SIGUIENTE DIÁLOGO EN UN TEXTO DRAMÁTICO, CON LAS ACOTACIONES NECESARIAS PARA DESARROLLAR LA EL TEXTO DE LA REPRESENTACIÓN (ESPECIALMENTE LA ESCENOGRAFÍA). - Doctor Lecter. Me llamo Clarece Starling. ¿Puedo hablar con usted? - Buenos días. - Doctor, la configuración de perfiles psicológicos nos plantea serios problemas. He venido a solicitar su ayuda. - Será usted de la plantilla de Jack Crawford, supongo. ¿Puedo ver sus credenciales? ¿Una estudiante? ¿Jack Crawford envía una estudiante a entrevistarme? - Todavía estoy en la academia, sí, pero no estamos hablando del FBI; estamos hablando de psicología. ¿Es capaz usted de discernir, prescindiendo de títulos y diplomas, si estoy capacitada para hablar de este tema? - Hummmm. La verdad…, eso ha sido muy astuto. Barney, ¿cree que la agente Starling podría disponer de una silla? - El doctor Chilton no me dijo nada respecto de una silla. - ¿Y qué le dicen sus modales, Barney? - ¿Quiere una silla? Generalmente nadie suele quedarse tanto rato. - Sí, por favor. - Ha traído el mejor bolso que tiene, ¿verdad? - Sí. - Es de calidad muy superior a sus zapatos. - Tal vez algún día se pongan a la altura. ¿Los dibujos de las paredes los ha hecho usted, doctor? - ¿Cree que he llamado a un decorador? - El que está encima del lavabo es una ciudad europea, ¿no es así? - Florencia. El Palazzo Vecchio y el Duomo vistos desde el Belvedere. - ¿Lo dibujó de memoria? ¿Todos esos detalles? - La memoria, agente Starling, es lo único que tengo para sustituir la vista que ofrece una ventana. EL GÉNERO TEATRAL (II): los subgéneros teatrales Suele presentar en el escenario unos conflictos terribles, de carácter elevado (religiosos, éticos, morales..), suscitados por grandes pasiones (la ambición, el amor irrefrenable, etc.) ¿Quiénes son Los protagonistas suelen ser personajes singulares por su carácter o relieve social (reyes, nobles, guerreros…) que sucumben, a pesar de su lucha, por efecto de aquellas pasiones que no pueden dominar y que los sus protagonistas? conducen irremediablemente al desastre y a la muerte. No pueden escapar a su destino. Las tragedias pretenden criticar, con la desgracia de los protagonistas, una conducta equivocada. El público, al ¿Cuál es su asistir a la representación, sufre una catarsis, una purificación de esas pasiones que llevan a los personajes a finalidad? su muerte. El drama trata sobre un asunto grave o serio, generalmente relacionado con las inquietudes de la época a la que pertenece. Así, en el siglo XVII, fue muy característico el tema del honor y la honra, mientras que en la ¿Qué es? actualidad suele aparecer el tema de la familia, el trabajo, las relaciones sociales… ¿Quiénes son Suelen ser personajes cotidianos, normales, que se enfrentan a situaciones conflictivas de las que no suelen sus salir bien parados, a pesar de sus esfuerzos. protagonistas? ¿Cuál es su Generalmente, provocar la reflexión del espectador sobre el tema que trata. finalidad? Presenta acciones divertidas, sin trascendencia, de final feliz y relacionados con la vida cotidiana (a menudo ¿Qué es? frivolizando o ridiculizando situaciones serias). ¿Quiénes son Los personajes son seres cotidianos, de cualquier condición social, a menudo prototipos (el avaro, el sus mentiroso, el presumido, el tonto…) protagonistas? Divertir (aunque no debemos olvidar que a través de la risa también se puede suscitar la reflexión y la crítica), por medio de recursos como: - La caricaturización de los personajes (indumentaria, comportamiento…) - Las situaciones absurdas. Trastocan lo que es propio de una época, de un determinado tipo de personaje, ¿Cuál es su con una finalidad clara de criticar y provocar la reflexión en el espectador. finalidad? - Los equívocos y los juegos de enredo: situaciones divertidas surgidas a partir de alguna equivocación y que se resuelven al final (por ejemplo, la aparición de un personaje femenino disfrazado de hombre o al revés). - El lenguaje: utilización de chistes, juegos de palabras o expresiones chocantes (He matado poco; es que disparo sin mirar). ¿Qué es? La tragedia El drama La comedia LEE ATENTAMENTE LOS SIGUIENTES TEXTOS Y DI A QUÉ SUBGÉNERO TEATRAL PERTENECEN TEXTO 1 TIRESIAS.- Aunque seas el rey, se me debe dar la misma oportunidad de replicarte, al menos con palabras semejantes (…). Y puesto que me has echado en cara que soy ciego, te digo: aunque tú tienes vista, no ves en qué grado de desgracia te encuentras ni dónde habitas ni con quiénes transcurre tu vida. ¿Acaso conoces de quiénes desciendes? Eres, sin darte cuenta, odioso para los tuyos (…), y la maldición que por dos lados te golpea, de tu madre y de tu padre, con paso terrible te arrojará, algún día, de esta tierra, y tú, que ahora ves claramente, entonces estarás en la oscuridad Pues ningún mortal será aniquilado nunca de peor forma que tú. EDIPO.- ¿Es que es tolerable escuchar esto de ése? ¡Maldito seas! ¿No te irás cuanto antes? ¿No te irás de esta casa, volviendo por donde has venido? TIRESIAS.- No hubiera venido yo, si tú no me hubieras llamado. EDIPO.- No sabía que ibas a decir necedades. En tal caso, difícilmente te hubiera hecho venir a mi palacio. Tiresias.- Yo soy tal cual te parezco, necio, pero para los padres que te engendraron era juicioso. EDIPO.- ¿A quiénes? Aguarda. ¿Qué mortal me dio el ser? TIRESIAS.- Este día te engendrará y te destruirá. EDIPO.- ¡De qué modo enigmático y oscuro lo dices todo! TIRESIAS.- ¿Acaso no eres tú el más hábil por naturaleza para interpretarlo? EDIP0.- Échame en cara, precisamente, aquello en lo que me encuentras grande. (…) TIRESIAS.- Me voy, porque ya he dicho aquello para lo que vine, no porque tema tu rostro. Y te digo: ese hombre que, desde hace rato, buscas con amenazas y con proclamas a causa del asesinato de Layo, está aquí. Se dice que es extranjero establecido aquí, pero después saldrá a la luz que es tebano por su linaje y no se complacerá de tal suerte. Ciego, cuando antes tenía vista, y pobre, en lugar de rico, se trasladará a tierra extraña tanteando el camino con un bastón. Será manifiesto que él mismo es, a la vez, hermano y padre de sus propios hijos, hijo y esposo de la mujer de la que nació y de la misma raza, así como asesino de su padre. Entra y reflexiona sobre esto. Y si me coges en mentira, di que yo ya no tengo razón en el arte adivinatorio. (Tiresias se aleja y Edipo entra en palacio.) TEXTO 2 SOSPECHOSO. — No me eche, señor comisario. Con lo bien que estoy con usted, en la comisaría… me siento protegido. En la calla hay tantos peligros…. La gente es mala, conducen, tocan la bocina, frenan con chirridos… hacen huelgas. En los autobuses y el metro las puertas se cierran de golpe… frii ñac espachurrado. Deje que me quede aquí, yo le ayudo a que hablen los sospechosos… los subversivos… sé hacer supositorios de glicerina con nitro… BERTOZZO. — ¡Basta! Me tienes harto. SOSPECHOSO. — Comisario, o deja que me quede o me tiro por la ventana. ¿En qué piso estamos? ¿El tercero? Bueno, un poco justo, pero me tiro, y cuando esté abajo, moribundo, estampado en la acera, jadeando… porque soy duro de morir y jadeo mucho… llegarán los periodistas y les contaré, jadeando, que ustedes me han tirado por la ventana. ¡Que me tiro! BERTOZZO. — Por favor, déjalo ya. (Al agente.) Atranca la ventana. (Éste lo hace.) SOSPECHOSO. — Pues me tiro por el hueco de la escalera (Va hacia la puerta.) TEXTO 3 FERNANDO.- No. Te lo suplico. No te marches. Es preciso que me oigas... y que me creas. Ven. (La lleva al primer peldaño.) Como entonces. (Con un ligero forcejeo la obliga a sentarse contra la pared y se sienta a su lado. Le quita la lechera y la deja junto a él. Le coge una mano.) CARMINA.-¡Si nos ven! FERNANDO.- ¡Qué nos importa! Carmina, por favor, créeme. No puedo vivir sin ti. Estoy desesperado. Me ahoga la ordinariez que nos rodea. Necesito que me quieras y que me consueles. Si no me ayudas no podré salir adelante. CARMINA.-¿Por qué no se lo pides a Elvira? (Pausa. Él la mira, excitado, alegre.) FERNANDO.- ¡Me quieres! ¡Lo sabía! ¡Tenías que quererme! (Le levanta la cabeza. Ella sonríe involuntariamente.) ¡Carmina, mi Carmina! (Va a besarla, pero ella le detiene.) CARMINA.- ¿Y Elvira? FERNANDO.- ¡La detesto! Quiere cazarme con su dinero. ¡No la puedo ver! CARMINA.- (Con una risita.) ¡Yo tampoco! (Ríen felices.) FERNANDO.- Ahora tendría que preguntarte yo: ¿Y Urbano? CARMINA.- ¡Es un buen chico! ¡Estoy loca por él! (Fernando se enfurruña.) ¡Tonto! FERNANDO.- (Abrazándola por el talle.) Carmina, desde mañana voy a trabajar de firme por ti. Quiero salir de esta pobreza, de este sucio ambiente. Salir y sacarte a ti. Dejar para siempre los chismorreos, las broncas entre vecinos... Acabar con la angustia del dinero escaso, de los favores que abochornan como una bofetada, de los padres que nos abruman con su torpeza y su cariño servil, irracional... CARMINA.- (Reprensiva.) ¡Fernando! FERNANDO.- Sí. Acabar con todo esto. ¡Ayúdame tú! Escucha: voy a estudiar mucho, ¿sabes? Mucho. Primero me haré delineante. ¡Eso es fácil! En un año... Como para entonces ya ganaré bastante, estudiaré para aparejador. Tres años. Dentro de cuatro años seré un aparejador solicitado por todos los arquitectos. Ganaré mucho dinero. Por entonces tú serás ya mi mujercita, y viviremos en otro barrio, en un pisito limpio y tranquilo. Yo seguiré estudiando. ¿Quién sabe? Puede que entonces me haga ingeniero. Y como una cosa no es incompatible con la otra, publicaré un libro de poesías, un libro que tendrá mucho éxito... CARMINA.- (Que le ha escuchado extasiada.) ¡Qué felices seremos! FERNANDO.- ¡Carmina! (Se inclina para besarla y da un golpe con el pie a la lechera, que se derrama estrepitosamente. Temblorosos, se levantan los dos y miran, asombrados, la gran mancha en el suelo.)