ME 20 de 141 PRIMER MANDAMIENTO, 15 Oración de petición Mt 7, 7: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque quien pide recibe, quien busca halla y a quien llama se le abre”. Muchos testimonios de oración de petición en el AT (Abraham a favor de Sodoma y Gomorra, Moisés por el pueblo, Salmos, etc.). Jesús pide al Padre que envíe el Espíritu Santo (Jn 14, 16), “que les guarde en mi nombre” (Jn 17, 6-9), “que sean uno como nosotros” (Jn 17, 11), etc.. ME 21 de 141 PRIMER MANDAMIENTO, 16 La llamada de Dios es individual y la respuesta del hombre es personal. Pero se expresan también con manifestaciones públicas: porque el hombre es un ser social por naturaleza, y por la índole propia de la religión que se manifiesta en ritos, costumbres, instituciones, fiestas, etc., que atañen a la entera sociedad. Esta dimensión social de la religión requiere que sea aceptada y protegida por el poder político. Cabe que la Constitución de una nación se declare “laica” (no reconoce oficialmente ninguna religión concreta), pero el estado debe acoger, favorecer y ayudar a que los individuos puedan desarrollar sus derechos, entre ellos el de dar culto a Dios también públicamente. Defender la “libertad religiosa”. ME 22 de 141 PRIMER MANDAMIENTO, 17 El Estado laico no profesa oficialmente ninguna religión, pero debe favorecer el culto privado y público de los ciudadanos, bien se manifieste individualmente o en grupo. El Estado laicista suele adoptar posturas beligerantes e incluso hostiles contra los grupos religiosos, lo cual se opone a los derechos fundamentales de los ciudadanos. ME 23 de 141 PRIMER MANDAMIENTO, 18 Pecados contra la virtud de la religión Por defecto (no se cumplen los preceptos relativos al culto debido a Dios): ateísmo, agnosticismo, apostasía, herejía, dudas voluntarias, indiferentismo, alistarse a la masonería (recordado en 1983 por la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe). Por exceso (se hace un uso indebido del culto divino): idolatría, superstición, adivinación, magia. ME 24 de 141 PRIMER MANDAMIENTO, 19 Para evitar el riesgo de politeísmo de los pueblos vecinos, Dios prohibió que se le representase con cualquier tipo de imagen (Dt 4, 15-16). Pero desde que Dios se encarna y se hace hombre, tal peligro desaparece. La Iglesia admite y fomenta que los misterios cristianos se representen en imágenes. La herejía iconoclasta que apareció en el siglo VIII fue condenada por el II Concilio de Nicea (787), que propone que los fieles veneren las imágenes de la Trinidad, Cristo, la Virgen y los Santos. San Basilio: “el honor de la imagen se dirige al original” (De Spiritu Sancto 18, 45, PG 32, 149). ME 25 de 141 PRIMER MANDAMIENTO, 20 Ante la majestad divina, el hombre se postra en actitud de profunda y total adoración. Pero sólo adora el que admira, y sólo son capaces de descubrir la admiración las personas humildes (pobres o ricos): buscan respuesta a las preguntas últimas de la existencia humana y concluyen que sólo en Dios se encuentra la respuesta adecuada. Después de descubrir el camino, es preciso recorrerlo: la humildad debe acompañar la obediencia.