INTRODUCCIÓN La obra de Platón: el pensamiento en movimiento Dos son las características de la obra de Platón: 1. No son tratados, sino conversaciones de un reducido grupo de personas 2. Platón nunca aparece como un personaje. Sócrates se encuentra siempre en ese grupo y es, en muchos casos, el interlocutor principal, pero no se puede asegurar que siempre exprese el pensamiento de Platón, no se trata de la persona que dice algo , sino de lo que se dice. Estos diálogos suelen dividirse en tres grupos, según una supuesta fecha de composición: −En el primer grupo, Sócrates es el interlocutor principal y busca encontrar las definiciones de las diferentes virtudes o se defiende de las acusaciones que se le han hecho. −El segundo grupo, al que pertenece el Fedón, abordan aspectos fundamentales de la teoría política, del conocimiento y de las Ideas. −En el tercer grupo, aparecen las posiciones definitivas que Platón fue alcanzando en el trascurso de su vida. FEDÓN El Fedón, diálogo escrito por Platón, narra las últimas horas de Sócrates. Aborda principalmente el tema de la muerte, argumentando sobre la pre−existencia del alma con respecto al cuerpo y sobre su inmortalidad. En el Fedón no se enfrentan personas sino doctrinas, y los interlocutores buscan cuál es la verdadera. El diálogo muestra las razones por las que el filósofo no debe temer la muerte, sino recibirla con alegría porque no sólo existe una vida en el más allá, sino que hay una ley cósmica que premia o castiga las almas, según su comportamiento en este mundo. La intención principal ha sido trazar una filosofía de la muerte, tomando como base la muerte de un hombre ejemplar: Sócrates. El mensaje del diálogo, es pues la búsqueda de la verdad como la primera tarea del ser humano y el Fedón insta a seguir el camino de la sabiduría. El Fedón es un diálogo en el que se relata otro diálogo. La escena transcurre en Fliunte, un conocido centro pitagórico. El dialogo comienza cuando Equécrates, un pitagórico de la ciudad de Fliunte pregunta a Fedón de Elis si estuvo presente el día de la muerte de Socrates . Al responder afirmativamente le pide que le relate sus últimas horas y amigos que le acompañaron... Fedón acepta y cuenta como testigo presencial este último día de Sócrates dirigiéndose a un grupo de personas de la secta pitagórica. Otros personajes que aparecen son Simmias y Cebes, interlocutores de Sócrates en el diálogo que se desarrolla en su celda. Cebes , más lógico que Simmias, es más desconfiado y sin embargo es Simmias el que no acaba de convencerse al final del diálogo. Sócrates es el principal y aparece como un gran hombre que va a emprender el viaje definitivo y ofrece a sus alumnos las razones por las que deben perseverar en la práctica de la filosofía. El diálogo describe una muerte aceptada, la acción se desarrolla en un solo día y es un recuerdo, los sucesos ya han pasado. 1 El relato de la conversación está dividido en dos mitades: en la primera parte hay una introducción en la que se destaca que el filósofo no debe temer a la muerte, puesto que el cuerpo es un impedimento para el conocimiento, aunque matiza que nadie se puede suicidar porque somos propiedad de los dioses y termina con la explicación de las leyes del destino, que establecen un sistema de recompensas y castigos, relacionadas con la teoría de la metempsicosis, o de la transmigración de las almas. La vida en el universo depende del continuo ciclo de las almas que se van encarnado sucesivamente en diversos seres humanos o animales según las faltas o buena conducta en esta vida. En esta parte están las tres primeras demostraciones de la inmortalidad del alma: a) el ciclo eterno de los contrarios: existe un ciclo eterno en el que las almas pasan de esta vida a la vida en el más allá y los vivos nacen de los muertos, así como los muertos fueron vivos previamente; si esto es verdad ,nadie puede dudar de la inmortalidad del alma y lo encontramos en la ley por la cual los contrarios nacen de los contrarios, así si la muerte es lo opuesto de la vida y surge de ésta, la vida surgirá de la muerte, como el despertar del dormir y a la inversa, por lo que los vivos nacen de los muertos y sus almas son las de los muertos. En el ciclo de la vida son las mismas almas las que se reencarnan. b) por la teoría de la anamnesis (recuerdo). El conocimiento como recuerdo. El alma, según Sócrates, ha contemplado en otro momento las ideas y el conocimiento en este mundo consiste en recordar aquel contacto. Según esto se confirmaría la preexistencia del alma antes de nacer en la forma humana. Sócrates hace aquí una exposición de la teoría de la reminiscencia y evoca la idea de igualdad que nos permite conocer los objetos iguales en este mundo. Tenemos que haber recibido el conocimiento de las Ideas de Belleza, Bien etc.... antes de haber nacido y ahora lo recordamos a través de las percepciones puesto que lo habíamos perdido. Queda demostrado que el alma existe antes del nacimiento, pero no que siga existiendo después de la muerte. c) por la simplicidad : Utiliza lo simple (cosas a las que, por su propia naturaleza, les corresponde ser impasibles y no sufrir alteración alguna.) y lo compuesto (cosas a las que corresponde, por su propia naturaleza, el disolverse y perecer), lo visible y lo invisible. Lo que es siempre de la misma manera es lo simple, y lo que cambia es lo compuesto, de la misma forma la realidad invisible se encuentra siempre en el mismo estado y la visible en permanente cambio. El cuerpo es semejante a los seres visibles y el alma a los invisibles. El alma es lo que se relaciona con lo divino y lo inmortal, lo inteligible, lo uniforme y lo indisoluble. En definitiva, mientras que al cuerpo le corresponde disolverse y desaparecer, al alma le corresponde ser completamente indisoluble o aproximarse a este estado. Sócrates hace alusión también al hecho de que las almas que se separan impuras del cuerpo vagan y se ven igualmente ligadas a los caracteres de su anterior vida. Explica que como el filosofo desea que su alma se separe pura del cuerpo, se aparta de los placeres y pasiones. Sigue una breve reflexión de Sócrates sobre el canto del cisne, saber que va a morir. Les cuenta que tener tal opinión acerca de él lo sitúa, en lo que a dotes adivinatorios se refiere, en un lugar inferior a los cisnes. Estos, una vez que saben que van a morir, cantan entonces más que nunca y del modo más bello, ya que están llenos de alegría por saber que van a reunirse con el dios del que son siervos. No es un canto de despedida triste, como dicen muchos, pues ningún ave, ni el propio ruiseñor, ni la golondrina, ni la abubilla, aves adivinas de Apolo, cantan cuando tienen algún tipo de desgracia. Cuando van a morir, sin embargo, lo hacen mejor que nunca porque intuyen que van a reunirse con su dios. Sócrates afirma sentirse también compañero de los cisnes por estar consagrado al mismo dios y empieza la segunda parte con las objeciones a la hipótesis de la inmortalidad del alma. Primero Simmias propondrá la teoría del alma como armonía con el ejemplo de la lira y sus cuerdas que son corporales, compuestas... mientras que la armonía es invisible, incorporal... La armonía es por otra parte el producto final, una vez que están los productos naturales que van a dar lugar a ella. Sócrates intenta llevar al 2 absurdo la tesis del alma como armonía que no nos permite explicar la presencia de la virtud o el vicio en las almas, por lo que el alma debe de ser otra cosa que armonía, puesto que la virtud no es sino el orden y la armonía del alma. Cebes, con el ejemplo del tejedor, dice que aunque el alma es más perdurable que el cuerpo, es perecedera y no se puede estar seguro de que ese cuerpo en el que está habitando su alma no será el final. Esta tesis no excluye la reencarnación del alma, pero le niega la eternidad. La cuarta prueba de la inmortalidad del alma a partir de la teoría de las ideas: la mutua exclusión de los contrarios ideales. Lo contrario jamás será contrario a sí mismo, algo no puede ser grande y pequeño a la vez y que no solo las ideas contrarias no soportan la aproximación mutua y que también hay otras muchas cosas como por ejemplo los números pares y los impares. Estos explican que las cosas no siendo contraría a algo igual no acepta esa cualidad contraría, así siendo el alma vida rechaza la muerte, por lo tanto es inmortal e indestructible. Termina con un mito sobre el destino de las almas después de la muerte, según este existe un sistema de castigos y premios eternos según nuestras acciones. La narración de Fedón finaliza con la descripción de la muerte de Sócrates, donde les vuelve a pedir no lamentar el suceso. EN RESUMEN El alma siempre trae la vida a aquello que ocupa. Lo contrario de la vida es, evidentemente, la muerte. Por lo tanto, la muerte es lo contrario a lo que siempre trae la vida, es decir, al alma. Ningún contrario admitirá jamás algo que represente lo contrario de sí mismo. Por ello, sería inconcebible que el alma−vida pudiera aceptar en sí a su contrario, es decir, la muerte. Aquello que no admite la idea de lo mortal lo denominaremos lo inmortal. La realidad que no admitía jamás a la muerte era el alma. Por lo tanto, no es absurdo concluir que el alma es inmortal. Pero, además, lo que no admite jamás la muerte es algo indestructible, ya que cuando la muerte marche sobre ella no la admitirá. Por lo tanto, el alma no solamente es inmortal sino también indestructible. (La duda de Cebes se centraba precisamente no tanto en la inmortalidad del alma antes de su unión con el cuerpo, como en su posible desgaste y destrucción posteriormente a tal unión ). BIBLIOGRAFÍA • Fedón (Platón) Edición de Francisco L. Lisi Traducción de Luis Gil Fernández Editorial TECNOS (ANAYA) 3