ENSAYO EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO DETERMINAR OPORTUNIDADES DE MERCADO MAYRA ALEJANDRA BENITEZ MELCHOR 8 DE JULIO DEL 2013 DIR. VENTAS DOS EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO Es una obra literaria escrita por Og Mandino, ensayista y psicólogo estadounidense. Es un libro o más que eso es un tesoro no solo para quienes son vendedores, sino también para los médicos, ingenieros, y en fin para todos los profesionales y para todas las personas, que quieran aprender a realizar excelentemente el arte de vender, porque un vendedor no es solamente aquel que vende mercancías, sino también aquel, que vende óptimamente su propia imagen. Tiene varios personajes, Hafid (el protagonista, un joven camellero y el vendedor más grande del mundo), Pathros (gran mercaderista, jefe de hafid, y es el quien entrega los pergaminos a hafid), Erasmo, (tenedor de libros), Lisha (la enamorada de hafid) y Saulo o Paulo (él es quien recibe el cofre de manos de hafid). El libro Está compuesto por dieciocho capítulos cada uno de ellos, contiene textos de auto ayuda o motivacionales totalmente exquisitos, pues el contenido es entendible, pero lo mejor es la reflexión que deja cada uno de ellos. Ocho de esos capítulos contienen los mensajes, leyes o principios enmarcados en pergaminos, que un buen vendedor debe aprender a aplicar en su vida diaria para llegar a ser el vendedor más grande del mundo. Cada parte de este libro cautiva al lector y lo transporta al mundo no mágico sino quizás más real que el actual, el vendedor más grande del mundo; es mucho más que seis palabras o que un conjunto de letras, es un manual o una guía para la vida independientemente de tener una profesión o de no tenerla, y si el motivo es el segundo, seguramente al leer este libro, la decisión profesional por el arte de vender no tardara mucho. Muchos ven a los vendedores como si fueran perdón la expresión el enemigo más grande, si hay que admitir que no todas las personas nacieron para vender, pero seguramente sin son muchos los que se pueden formar, algunos venden por vender otros lo hacen por dinero, muchos por tener con que sobrevivir, pero muy pocos lo hacen por vocación, esta no solo se necesita para los sacerdotes o los médicos, todos deben amar lo que hacen pues esto se ve reflejado en cada acción. Este libro más que juntar letras o leer un conjunto de ellas, hay que entenderlo, y volverlo una reflexión para la vida que se demuestre en cada acción y se marque para toda la vida. No se lee por castigo, tampoco por obligación, se lee por motivación y por mejorar cada acción. La vida es un medidor del tiempo, todo es prestado, nada nos pertenece, vender es un arte, no por las riquezas materiales que pueda generar, sino por los aportes personales. Detrás de cada vendedor puede haber una gran persona, que seguramente con este libro se convertirá en la más grande del mundo. Vendedor no es tanto el que obtiene utilidades, por medio de engaños, sino el que brinda beneficios al cliente, y como vendedor queda satisfecho por haber cumplido una misión. Diez Pergaminos, Una Guía Para La Vida Personal Y Profesional. En este libro hay diez frases, las cuales desde un punto de vista más reflexivo se pueden ver mejor como consejos, o pautas de sabiduría para transitar en un mundo misterioso como lo es el de las ventas. El autor muestra como los obstáculos, son solo desafíos que llevan a la meta final. La historia que se narra y por medio de la cual se explica cada pergamino, es muy interesante, totalmente cautivadora. Y que sin duda como dice en una parte del libro, puede cambiar un sinnúmero de vidas. Pues aplicar para la vida lo que dice en él no es difícil, solo es cuestión de adquirir muchos hábitos, como lo expresa el pergamino número uno, y más que eso hay que convertirse en un esclavo de ellos, porque el secreto está en evitar el fracaso, más que en alcanzar el éxito. Por medio del pergamino número dos se le transmite a las personas el mensaje del amor, una de las armas más poderosas que puede tener un vendedor ningún cliente, tendrá la suficiente fuerza para defenderse de él, hay que reconocer que solo el amor puede ablandar el corazón más duro que pueda existir, quizás se pueden tener muchos títulos colgados en una pared, y se pueden poseer muchas habilidades y conocimientos, pero de seguro esto no le servirá de mucho a un vendedor, si sobre el la arrogancia predomina, el amor a lo que se hace, es el mejor escudo que puede tener un vendedor en ese campo de guerra llamado mercado. Y porque no reconocer, que también para un médico es más fácil salvar una vida, cuando ante el predomina el amor por su profesión, y por respetar el valor de la vida. Como humanos por más duros y fríos, que parezcamos. Tenemos un motorcito de vida llamado corazón, el cual está totalmente lleno de amor, lástima que en algunas personas, por encima de este primen sentimientos oscuros y negativos. Las personas buenas son más que las malas, lástima que las malas hagan más, un vendedor puede tener el producto más imposible de vender a simple vista, pero seguramente si se enamora de él puede venderlo fácilmente, no se puede olvidar que la actitud cuenta mucho. El pergamino número tres motiva a las personas a persistir, como dice el dicho hay que persistir, insistir, resistir y nunca desistir. El mercado también es una selva y disculpen la expresión en ella hay muchos animales, algunos son ovejas y hasta su mirada es poco inspiradora, en cambio otros son como los vendedores unos grandes leones, quienes van tras la mejor carnada y nunca se rinden. Para las personas la palabra fracaso no debe existir, pues los mejores premios de la vida se encuentra al final de cada jornada, sí no siempre al primer intento se obtiene el mejor resultado, pero hay que persistir, pues tarde que temprano de tanto intentar se obtendrá el fruto más rojo del árbol más grande de la selva. Las palabras tienen poder, y todo lo que sale de la boca fijo se realiza, por eso para ser un gran vendedor y una gran persona hay que eliminar del vocabulario palabras negativas, como no puedo, perdí las esperanzas o eso es imposible. Que todo salga bien siempre y que no se presenten obstáculos es un motivo para asustarse, algo está fallando, pues fracasar con frecuencia lleva al mejor de los éxitos. En el pergamino número cuatro el autor muestra como cada persona es única por sus rasgos físicos, sus cualidades, habilidades y por la manera de actuar. Nunca se puede estar satisfecho si en el día de ayer se obtuvo un éxito, no hay que conformarse con eso, hay que luchar para que el éxito del hoy sea mejor que el del ayer. Pero cuidado no hay que caer en las garras de la ambición. Un buen vendedor debe aprender a separar cada escenario de la vida, si está en el mercado a punto de realizar un cierre de venta, no puede estar pensando en su familia quizás esto le genere desconcentración, y si está en familia para que pensar en las mercancías que hay que vender todo tiene su tiempo. Uno de los errores más frecuentes de las personas y de los profesionales, es pensar en lo que no deben mientras se está en el trabajo. Por medio del pergamino número cinco se muestra lo que es una realidad, pues nadie tiene el día de mañana seguro para vivir, por eso hay que vivir cada día como si fuese el último, el pasado pisado, por ende el ayer sepultado pues si en el ayer se causó una herida, difícilmente se sanara. Lo hecho está hecho y para ello solo queda el arrepentimiento. No hay que pensar tampoco en el mañana, pues quien asegura que si se dará. Por eso cada día es único y hay que vivirlo al 100%, hay que vender la mejor imagen y como profesión vender todas las mercancías y una cantidad más, de los valores agregados también vienen grandes éxitos. Bueno y si no fue el último día hay que dar gracias por eso, eso significa más tiempo para luchar. El autor en el pergamino número seis, muestra como cada persona es dueña de sus emociones y cada quien decide cómo manejarlas, lástima que no todas las personas las manejen bien. Así como la naturaleza cambia a través de ciclos, así como las flores florecen y después se marchitan, de igual manera los estados de ánimo de las personas suben y bajan, lo que en un ayer fue alegría, quizás hoy sea tristeza, porque solo hay una cosa segura en la vida y para que mencionarla si todo mundo la conoce, lo que los clientes ven en el rostro del vendedor influye en la compra, por eso debe ser el mejor el más grande, y transmitir alegría y entusiasmo a sus clientes quizás así el proceso sean más ameno. En el pergamino número siete se muestra otra de las armas más poderosas que una persona debe tener, la capacidad de reírse de todo hasta de sí mismo, pues reír alarga la vida. La adopción de tres palabras, “esto pasara también”, ayudara a minimizar sentimientos de desesperación por ejemplo: cuando se sienta tristeza hay que decir “esto pasara también”. Para un vendedor un gran triunfo es ver que sus sonrisas, producen otras en los rostros de sus clientes. Y es que cuando una persona esta triste, la mejor medicina es hacerla sonreír. Hoy multiplicare mi valor en un ciento por ciento, esto es lo que dice el pergamino número ocho. Pues como dicen por ahí cada persona es el arquitecto de su propio destino, cada quien recoge de lo que siembra, por eso hay que fijarse metas en todo el sentido del tiempo, en minutos, horas, días, semanas, meses y años. Siempre hay que aspirar a ser como un roble que dura años y pasa por un proceso largo, no como una cebolla de tan solo nueve semanas. El tiempo es oro, no hay que hacer las cosas por hacerlas hay que sentirlas, hay que ir mas allá así los demás digan que no se puede, con mayor razón te están retando, pero más que demostrarle a ellos que si puedes demuéstratelo a ti mismo. Nunca te compares con los demás, da lo mejor de ti al máximo. Hay que proceder ahora mismo, menos palabras y más acciones, esto es lo que nos enseña el pergamino número nueve. Hay que ser como esa luciérnaga que solo proyecta su luz cuando está volando, así debe ser cada persona sin importar que ya este la luz del sol, esa es la de el, hay que brillar con luz propia. Pues el no actuar produce una enfermedad llamada mediocridad, que si se deja avanzar te puede poner en jaque. Todas las personas necesitamos ayuda, y en ocasiones solo no la puede brindar Dios, no se trata de volverse un fanático por la religión solo hay que reconocer que hay momentos en los que la batería se pone en rojo, y solo ese ser superior y la voluntad la pueden recargar de nuevo. No se trata de orar pidiendo un carro, una casa, se trata de pedir directivas y orientaciones que permitan construir el mejor de los caminos sí, seguramente en el habrá una que otra piedra, pero sin ellas no tendría sentido el recorrido, además las cosas materiales van y vienen la vida y el éxito no. Concluyo así que este libro es un tesoro, o al manos para mi es uno de los mejores libros que me he leído y con los ojos cerrados lo recomendaría, porque aporta un ladrillo más para la construcción de una vida equilibrada tanto personal como profesionalmente, más que leer hay que entender pero sobre todo hay que aplicar. Querer es poder, y de nada sirve predicar si no se aplica. Si algo me llamo la atención fue esa coherencia, y ese toque religioso mas no saturado que contenía la obra, pues la relación del nacimiento del niño Jesús, con la crucificacion del mismo, referente al manto, fue un punto clave para demostrar, una vez más que las obras buenas tarde que temprano traen los mejores premios. No hay que ayudar con segunda intención, lo que vale es la primera, el sentir que se le brindo a alguien algo que necesitaba y que más satisfacción que la sonrisa de otra persona. En este libro se encuentran los diez secretos del éxito.